Capítulo 26: La melodía de la catástrofe.
El palacio plateado de Slannesh, siempre fue un lugar movido, lleno de sonido, de la dicha o del sufrimiento de sus ocupantes, a su señora no le agradaba el silencio, por lo que era raro que en los territorios del dios del caos más joven, hubiese silencio, pero esta era una de esas raras ocasiones, donde los demonios pertenecientes al culto del placer, guardaron silencio.
Todo estaba en silencio, ni siquiera el más insignificante de los demonios se permitía realizar un ruido fuera de lugar, incluso aquellas almas eternamente torturadas y castigadas habían sido silenciadas. No era un silencio incómodo, era la antesala algo glorioso; Después de todo su señora, el príncipe de los excesos, se estaba preparando para realizar una acción que no se había repetido desde la propia caída de los Eldars.
Slannesh levanto su mano, y comenzó a agitar sus dedos, buscando el ritmo adecuado para el sonido que estaba produciendo. Fue difícil, millones de demonios quisieron ayudar a su amo, ofreciendo sus más hermosos acordes. Pero ninguno fue del agrado de Slannesh.
Entonces uno de los infinitos siervos del dios más joven, dio con una tonada que agrado a su señor. Esto indigno a todos los presentes, pero ninguno se atrevió a vocalizar esta molestia, no fuese que su señor descargase su ira sobre ellos.
Slannesh paseo su vista por sus súbditos, y selecciono a aquellos que parecían tener la tonada que estaban buscando. Entonces comenzó lentamente, a tejer las palabras con la música, el sonido con la realidad, lo que fue con lo que es y con lo que debería ser.
"Él era un ángel"
"Una siniestra historia está por comenzar"
"Bajo la oscura traición, los dioses bailaron"
"Y con sus manos tejieron el destino"
"En medio de todo un guerrero que guarda un poder divino"
"El bien y el mal se entrelazan en su ser, una fuerza que nadie pudo domar"
"Una espada que rasga el filo del ayer, que a los antiguos hará despertar"
"Esta es la historia del señor de Ultramar"
"Él era un gran primarca, con pensamientos de grandeza y libertad"
"Roboute señor de Ultramar"
"Él era un ángel" "Él era su ángel"
"Que horror, maldito traidor"
"El Anatema tuvo fe en ti y le fallaste"
"Que horror, maldito traidor"
"En los ecos de un reino olvidado"
"Atrapado donde el tiempo dejo de fluir"
"Un guerrero yace en silencio, esperando el momento de surgir"
"Su mirada es hielo, su alma un volcán"
"Una leyenda de acero y poder"
"Una vez la galaxia tembló bajo su andar, y en mil mundos su furia aún se puede ver"
"Dormido en las sombras del ayer, su poder sellado, para jamás volver"
"Pero cuando el mal y el caos regreso"
"Tu despertar fue el trueno que la oscuridad de la galaxia atravesó"
"Señor de Ultramar levántate una vez más"
"Que el cielo arda una vez más en tu furia inmortal"
"Tus hijos claman tu nombre, tu legado la esperanza de los perdidos"
"En los susurros de la tierra tu nombre oí, una sombra y luz en perfecta armonía"
"Cuando el Caos en dos parta el cielo, tu despertar será la última profecía"
Ninguno de los presentes se atrevió a cuestionar porque su señor parase allí, no era su deber cuestionar a su dios. Aun así, sería una mentira decir que los demonios no tenían sus dudas. Pero todos sabían que su esencia seria derramada si alguno se atrevía a cuestionar los motivos de su señor para hacer lo que este quisiese.
Slannesh por su parte estaba satisfecha, la canción no estaba lista, pero ya había iniciado su creación, lentamente iría añadiendo más; versos, estrofas, e incluso otros instrumentos. Y cuando el momento llegue, el 13vo caería en la misma trampa que una vez consumió al Imperio Eldar.
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Mathieu estaba caminando junto a Celestine, aún faltaba media hora para que su cita con la archimagos Felicia Tayber, pero conociendo la personalidad de todos los miembros del culto mecánico, Mathieu había sugerido llegar con algunos minutos de anticipación.
-Me sorprende un poco que conozcas a alguien del culto a la rueda dentada, los tecno sacerdotes suelen ser muy reservados. –Comento Celestine mientras veía al edificio donde se supone se iban a reunirse con un representante del culto a la máquina.
-Los conocí luego de que fuesen expulsados de su mundo natal por una fuerza de conquista Tau, aparentemente el Imperio se negó a ayudarlos, y los expulso de su territorio.
-Y sin otro lugar a donde ir, terminaron aquí.
-Sí, es una forma de decirlo. – Mathieu trago saliva, mientras miraba la puerta de frente. -Es la hora. Celestine, por favor mantente cerca, y no toques nada, a nuestros anfitriones no les gusta los curiosos.
Celestine asintió, un poco divertida por la reprimenda implícita.
Mathieu sonrió mientras preparaba su mejor cara de póker, si bien no era un amigo de Felicia Tayber, ambos se conocían lo suficientemente bien, como para estar cómodos con el encuentro que estaba por ocurrir.
Grande fue la sorpresa de Mathieu, cuando fue recibido no solo por Felicia Tayber, si no que Lady di Marco también se encontraba en el recinto.
-Archimaga Felicia Tayber, es un honor que estuviese dispuesta a concederme esta reunión con tan poco tiempo de antelación. –Mathieu bajo la cabeza en una calculada reverencia, antes de regresar a ver a la astropata. -Lady di Marco, venditos sean mis ojos, que sorpresa tan agradable encontrarme con usted. Espero…
-Deja ya las adulaciones Mathieu. –Se quejó Lady di Marco, mientras se hacía a un lado para que este y su acompañante pudiesen ingresar. –Hay asuntos muy urgentes, y me gustaría discutirlos lo antes posible.
Mathieu y Celestine asintieron, ingresando en silencio al recinto sagrado.
Lady di Marco hizo una señal y Felicia Tayber activo una puerta oculta con una de sus mecadentritas.
-Síganme en silencio, los sensores de este pasillo están calibrados para disparar a la mínima variación de sonido. -Felicia Tayber se separó del panel en la pared, y se adentró en las oscuras sombras del pasillo con rapidez.
Lady di Marco la siguió de cerca, al final Mathieu y Celestine, quienes claramente no entendían porque se estaban tomando tantas molestias. Fueron varios minutos de una silenciosa caminata, hasta que los presentes llegaron a una habitación sellada, y de la cual emanaba un aura de oscuridad.
-Bien, aquí deberíamos estar a salvo de los ojos indiscretos. –Declaro Felicia, mientras sellaba las puertas detrás de Celestine.
-Me parece una exageración, yo solo pedí una reunión informal, ahora siento que estamos planeando un golpe de estado. –Se burló Mathieu.
-No estamos aquí por ti Mathieu. –Celestine regreso a ver a Lady di Marco. –Es por ella ¿Verdad?
-Veo que sus rumoreadas habilidades no son solo historias vacías. - Lady di Marco asintió, antes de sentarse. –Mi patriarca planea traicionarlos.
La noticia cayó como un ladrillo. Los navegantes eran indispensables, sin ellos las naves serían incapaces de moverse entre las infinitas distancias que hay entre los sistemas estelares. Sin lugar a dudas los navegantes eran uno de los pilares fundamentales que habían permitido a la humanidad expandirse en toda la galaxia.
-Podría darnos más detalles. –Pidió la tecno sacerdote, con un tono de voz neutro.
-Es tal y como lo discutimos antes, mi patriarca ha sido contactado por agentes imperiales, estos le ofrecieron el cielo y la tierra a cambio de traicionar a Ultramar. Cuando el reciba el código adecuado, todos sus "hijos" deberán abandonar sus deberes.
-Los Ultramarines no toleraran semejante falta, los mataran en el acto, incluso si eso significa quedar varados en medio de la nada. –Comento Celestine, calculando el curso de acción que tomarían los hijos de Guilliman. –No hay nada tan peligroso como un navegante rebelde.
-Eso es verdad, no creo que nadie quiera arriesgarse a que el siguiente salto a la disformidad termine en un solo, o peor aún, que la nave nunca vuelva a abandonar la disformidad. – Mathieu estaba de acuerdo con Celestine, si bien él no era un conocedor, podría imaginarse lo peligroso que sería si uno de esos extraños mutantes de tres ojos se revelaba.
-La traición de los navegantes ya es una noticia muy preocupante, pero si a eso le sumamos la actual invasión por parte del Imperio a Ultramar, se podría decir que este es el golpe que condenara a este reino. – Mathieu suspiro, no sabía decir si estaba desilusionado con el resultado, o simplemente lo aceptaba como la voluntad del Emperador.
-Sí, perder a sus navegantes sin duda sería un duro golpe para cualquiera, en especial con las tropas enemigas tocando la puerta. –Concordó Felicia con desgano. –Lo cual me lleva a preguntarme, ¿Por qué esta noticia parece afectarla tanto Lady di Marco? Es obvio que tiene la mano ganadora.
-El imperio está invadiendo por tres frentes, hay dos Primarcas, dos hijos del mismísimo emperador, están dirigiendo la invasión. En el momento donde ustedes se revelen la guerra está perdida. –Celestine enumero. -Nada de lo que pueda hacer el "hijo traicionado" puede revertir esa situación.
-Celestine tiene razón, Lady di Marco ¿Por qué vino a nosotros? Es obvio que su posición es privilegiada, y solo tiene que cosechar los beneficios una vez el imperio elimine a los aislados y varados defensores de Ultramar.
-En cualquier otro momento ese sería el caso, pero la situación ya no es la misma. - Lady di Marco parecía estar afectada. –Con el regreso del 13vo hijo del emperador, a habido cambios, nuevas tecnologías han aparecido, y los una vez embravecidos mares de la disformidad, se han calmado por completo.
Mathieu y Celestine se miraron perplejos, sin poder entender lo que la astropata quería decirles. Por fortuna para ellos Felicia Tayber decidió intervenir.
-Dejadme que yo se los explique. - Felicia Tayber saco una pequeña máquina, y la coloco sobre la mesa. –Esto es un motor de cálculo, aunque pequeño, puede en teoría usarse para realizar pequeños saltos en la disformidad.
- ¿Eso es posible? –Celestine pregunto incrédula, mientras veía a la pequeña máquina.
-Hasta hace unos años era solo teoría, pero recientemente pequeños motores como este aparecieron en todas partes, su capacidad es limitada, claro, pero este es solo uno de los pequeños, quien sabe que pueda tener el señor de Ultramar en su nave, o en todas las naves bajo su mando.
-No entiendo, por favor expliquen de nuevo.
Felicia Tayber suspiro cansadamente, pero decidió dar un resumen más simple de la situación en la que se encontraban.
-El Imperio contacto con el Patriarca de la casa de navegantes a la que Lady di Marco pertenece, este acepto vender su lealtad a cambio de todas las riquezas que el Imperio le prometió.
-Esta parece ser una estrategia típica de la Hydra, seguramente varios hijos de la XX legión están trabajando detrás de escena. –Comento Celestine con amargura. –En el pasado hicieron algo parecido para decapitar mi orden.
-Es posible, pero no viene al caso. El problema está en lo siguiente. Con la invasión a Ultramar ocurriendo, la traición de los navegantes, se podría decir que es el final de este prospero, pero pequeño reino. O al menos eso era hasta hace poco.
Nuevamente Felicia movió el pequeño motor que estaba frente a Lady di Marco.
-Algunos de mis seguidores se han topado con estos pequeños motores de cálculo por todo el reino de Ultramar, no se dejen engañar por su tamaño, estas pequeñas maravillas tecnológicas son reliquias sacadas directamente de la edad dorada de la tecnología. Este en particular, puede ser usado para calcular una ruta aproximada desde este mundo a su vecino más cercano.
-Entonces ¿Ya no se dependería de los navegantes para viajar por el inmaterium? –Pregunto Mathieu, bastante asombrado.
-En teoría, es posible.
-Vale, el "hijo traicionado" tiene una carta que jugar en caso de traición por parte de los navegantes. ¿Eso es bueno o malo? ¿Cómo nos afecta?
-Por eso odio a los sacos de carne como ustedes que no aceptan las bendiciones del Omnissiah. –Se quejó Felicia. –Son tan cortos de mira.
- ¿Y si en vez de andarte por las ramas me lo explicas de una buena vez?
-No haría si no dejases de interrumpirme.
Mathieu tuvo que ponerse en medio de Celestine y Felicia. –Por favor chicas cálmense, no estamos aquí para pelear.
-Bueno, retomando mi explicación. El "hijo traicionado" parece conocer el complot que se tejió en su contra. No solo eso, parece haber tomado medidas para asegurarse que la traición de los navegantes no le afecten. Claro asumiendo que este motor sea capaz de hacer todo lo que creemos que puede.
- ¿Asumiendo que? -Mathieu se rasco la cabeza. –Felicia, no se mucho de estos asuntos, pero tú, como líder del culto Mechanicus de Ultramar no deberías estar mejor informada de estas cosas.
-Mathieu parece que me estas confundiendo, el Mechanicus no tiene tanto poder en Ultramar como lo tiene en el Imperio. No miento al decir, que nosotros pese a tener mejor tecnología que nuestros primos imperiales, somos una facción minoritaria. –Felicia suspiro con desgano. –La investigación y desarrollo de nuevas tecnologías está en las manos de los TecnoMarines, hijos del 13vo.
Celestine tuvo que parpadear, según todo lo que ella había aprendido, el Mechanicus estaba a cargo de eso, al menos en el Imperio lo era.
-Supongo que hay una historia detrás de eso.
-Supones bien, pero ese no es el punto.
Lady di Marco asintió antes de tomar la palabra nuevamente.
-El punto es que una vez que mi patriarca haga su jugada y esta no funcione, el primarca podrá dejar caer el hacha de la venganza sobre todos los que aun estemos vivos. No solo eso, con estos nuevos motores de datos, el primarca puede fácilmente reemplazarnos. No solo a mí, sino a todos los navegantes. Será el final de mi raza.
-Eso es algo un poco exagerado, en el Imperio…..
-Una vez el Imperio se entere que puede mover sus inmensas naves sin nuestros servicios, seremos cazados por toda la galaxia. No es por exagerar, pero la humanidad en su conjunto, odia, y con un odio profundo, a los míos. Una vez ya no seamos de utilidad, nos convertiremos en el tiro al pato más grande de toda la galaxia.
Felicia asintió, volvió a tomar la palabra.
-Lo cual nos lleva a la situación en la que estábamos anteriormente, antes de que tuviésemos que explicarle todo a esta…no muy educada señorita.
Lady di Marco se arrodillo frente a Mathieu.
-Yo, Lady di Marco, en representación de toda mi raza, juro lealtad, por favor protéjanos.
Mathieu parpadeo, pero antes de que pudiese pronunciar una palabra. Felicia se arrodillo frente a el también.
- Yo, Felicia Tayber, actual líder del Mechanicus, juro lealtad, por favor protéjanos.
- ¿Y por qué te arrodillas tú? -Celestine exploto. –Comprendo que los navegantes están en una posición peligrosa por la traición de su patriarca, pero tú.
- ¿Enserio eres tan lenta? -Felicia casi estaba escupiendo sus palabras.
Celestine estaba a punto de levantar su mano, cuando Mathieu la detuvo.
-Yo te explico. El Mechanicus de Ultramar está preocupado, porque la aparición de estos nuevos motores de datos, esta nueva tecnología, está en manos de otra facción, una facción que es total y absolutamente leal al primarca. Por lo tanto, ellos, puede que, en futuro cercano, sean …. desechados.
-Comprendo, pero la guerra aún no termina, aún es muy probable que el hijo traicionado pierda, ¿No es muy pronto para jurar lealtades? Digo si los navegantes paralizan la flota….
-No. –Felicia se levantó, en sus manos una tabla de datos, con los últimos acontecimientos. –La guerra ya ha terminado, Ultramar ya ha ganado, ahora solo queda que los derrotados, los traidores, y los innecesarios, sean pasados a cuchillo.
Mathieu le arrebató la tabla de datos a Felicia, y leyó con gran interés su contenido. Era tal y como Felicia había declarado, la guerra ya había terminado. Ahora solo quedaba ver donde el señor de Ultramar proclamaría su victoria.
Mathieu trago saliva, ahora comprendía porque todo el secretismo de la reunión.
-No, aún hay tiempo, el Imperio aún no se retira y la traición de los navegantes aún no se revela. Debemos movernos. Celestine quiero que llames a tantas hermanas de tu hermandad como puedas.
-Claro, no hay problema, hay un grupo estacionado en el bar donde estábamos ayer ¿Para qué nos quieres?
Mathieu no respondió, en su lugar regreso a ver a Felicia.
-Necesitaremos una nave, la nave más grande y rápida que puedas ofrecernos.
-Tengo lo que necesitas, incluso le instale un nuevo escudo de vacío recientemente.
Mathieu finalmente miro a Lady di Marco.
-Lo siento, pero voy a tener que pedirte que nos lleves a donde se encuentra tu patriarca, debemos detenerlo.
Lady di Marco asintió. Sabiendo que esta era la única opción.
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Morgan se retorcía lentamente, Roboute Guilliman le había decomisado sus armas y armadura. No era como si estas sirvieran mucho en el estado en que se encontraba, pero se sentida desnudo sin ellas. En especial considerando que en estos instantes estaba siendo interrogado por el propio 13vo, el "hijo traicionado", señor de Ultramar.
-Por favor no pongas esa cara Morgan, no me parece necesario tener una expresión sombría en este momento. –Comento Roboute un poco divertido.
Morgan maldijo por lo bajo, no tenía armas, no tenía su armadura, el hijo de la primera estaba sentado, en una silla cómoda, frente a una gran mesa, al otro lado estaba el señor de Ultramar, el también estaba sentado y no llevaba su armadura o sus armas.
Para cualquiera que no conociese los pormenores, esta situación podría parecerle algo que ni de lejos era realmente.
-Guárdate tus juegos, los conocimientos que desees, no los obtendrás de mí.
-Estoy seguro que posees muchos secretos Ángel oscuro, pero yo solo estoy interesado en una vieja historia, una que no creo te moleste compartir. –Roobute Guilliman saco de debajo de la mesa una inmensa espada. –Lealtad, la espada personal de mi hermano, según las historias el propio emperador forjo esta espada en su fragua personal, un tesoro que ninguno de sus hijos jamás obtuvo, ni siquiera Horus. Es un arma muy valiosa, pero estoy dispuesto a entregártela.
-Esa arma no es tuya.
-Verdad, pero se podría considerar botín de guerra. –Roboute devolvió la espada a su funda, y la coloco en el centro de la mesa. –Entonces, ¿Tenemos un trato?
Morgan quería maldecir, si no fuese porque sabía cuan inferior era al "hijo traicionado", ya hubiese saltado, con el único objetivo de cerrar sus manos alrededor del cuello del traidor.
- ¿Qué deseas saber?
-Algo simple… por favor cuéntame, como mi hermano termino envuelto en todo este desastre.
Morgan parpadeo, realmente no podía creer que el traidor siguiese con esa pregunta, de hecho, en este punto comenzaba a pensar, que realmente esa vieja historia era lo único que había movido al 13vo a buscarlos. Era absurdo, pero no imposible.
-Nuestra campaña de limpieza en Estrellas Necrófago, tomo más de lo esperado, los seres que allí residían, se negaban a morir, pero nuestro primarca estaba comprometido con sus órdenes, ordenes que el propio emperador en persona nos entregó.
-Con gran esfuerzo comenzamos a presionarlos, ya habíamos llegado casi al núcleo de esa maldita región, cuando las llamadas astropaticas nos llegaron. En ellas se acusaba a la primera legión de traición, y de haberse aliado con Dorn en su traición al trono.
-Nuestro padre genético estaba indignado, y fue incluso peor, cuando reportes de la participación de Luther en la atrocidad de Istvaan.
-Abandonamos la campaña, nos retiramos de las estrellas Necrofago, y tratamos de llegar a nuestro hogar Caliban.
Roboute levanto la mano en este momento.
-Disculpa que te interrumpa, pero me gustaría pedirte una aclaración ¿Por qué el León no trato de regresar a Terra en lugar de invadir su hogar? Digo, la campaña debería haberles costado una considerable cantidad de efectivos, además de que seguramente sus naves no estaban en óptimas condiciones.
Morgan negó con la cabeza, la respuesta a esa pregunta, asumiendo que había una, era algo que el desconocía.
-Lo siento. –Morgan se mordido la lengua, cuando se dio cuenta que se acababa de disculpar con un traidor. –Yo no tenía el rango adecuado para realizar esas preguntas al señor de la primera.
-Aun así, mi hermano te confió algunos de sus secretos cuando todo se perdió.
-Considero que eso fue más por necesidad que cualquier otra cosa. ¿Puedo continuar?
-Por favor, lamento mi interrupción.
-Cuando nuestra flota de guerra, llego a Caliban, fuimos recibidos por todas las armas orbitales del sistema solar. Pero el verdadero peligro nos llegó desde adentro. Durante años Luther había entrenado y enviado a los miembros más jóvenes de nuestra legión. Entre esos jóvenes, algunos llegaron con un regalo, uno que solo se activó cuando las condiciones adecuadas se dieron.
Morgan trago saliva, no quería recordar lo que seguía, mucho menos contarlo, pero la historia ya había comenzado, debía terminarla.
-Los cuerpos de estos cadetes explotaron, transformándose rápidamente en inmensas criaturas de carne, que envolvieron las naves, y atacaban a todos a su alrededor. Algunos de estos jóvenes no murieron cuando sus cuerpos mutaron, y sus gritos… o sus gritos. Son algo que no podré olvidar jamás.
Morgan volvió a callarse, mientras los recuerdos de esos momentos regresaban.
Roboute Guilliman se quedó en silencio también, dejando que Morgan calmase a los demonios de su pasado.
-El Leon sabía que no podría retroceder, estábamos atrapados, así que decidió ordenar un desesperado desembarco en el planeta. Muchas naves no lograron llegar a tierra firma, pero la Razón Invencible, nuestra nave insignia si pudo hacerlo.
-Cuando descendimos, pudimos ver de primera mano la locura que habida consumido a Luther, el bosque estaba vivo, y los gritos de aquellos que no se habían unido a Luther se podían escuchar en cada esquina.
-Fue una batalla costosa, pero pudimos abrirnos paso hasta la fortaleza personal de Luther, allí, nuestro señor el Leon, reto al traidor a un duelo singular, duelo que decidiría el destino de la primera legión.
-El duelo fue… impresionante, no hay palabras para describirlo, era como ver a dos semidioses pelear. Sus armas se movían a tal velocidad que era imposible saber que estaban haciendo. Mi padre genético, el señor de la primara, exaltado con todos los dones del emperador, se enfrentaba a su antiguo maestro y amigo, quien estaba potenciado por el poder impío de los dioses oscuros.
-La batalla duro…, es difícil saberlo, pero, a mi parecer fueron días. Lamentablemente el cansancio de las campañas pasadas finalmente le paso factura a mi señor, y el cansancio hizo mella en su guardia. Un único y pequeño error, que el traidor no paso por alto.
-Luther atravesó el costado de mi señor con su espada maldita, y con gran poder aplasto al León contra el piso.
-Fue entonces que algo paso, una fuerza desconocida nos jalo, alejándonos del conflicto, arrancándonos de la realidad.
-En un momento estábamos luchando por nuestras vidas en la superficie de un planeta maldito, un planeta que alguna vez llamamos hogar, y al siguiente estábamos de regreso en nuestra nave, viajando por el vacío.
-Sé que suena poco probable, pero es lo que paso, no sabría decir que fue lo que nos salvó en ese instante, solo puedo recordar una voz, y todo lo demás es dorado. No sabría explicarme. Pero el momento de seguridad duro poco. La luz dorada que nos envolvía, que nos protegía, comenzó a agrietarse, y millones de oscuras criaturas comenzaron a invadirnos.
-Muchos tomaron sus armas para defenderse, pero otros recibimos una última orden, se nos ordenaba resguardar los secretos que nuestro padre genético había acumulado en la nave. Apenas si tuve el tiempo para cumplir mi misión, antes de que la realidad a nuestro alrededor ardiese y todo se oscureciese.
-No sé realmente cuanto tiempo pasé en la oscuridad, pero cuando pudo volver a abrir mis ojos, para cuando pude interactuar con alguien más, descubrí que habían pasado miles de años, que habíamos perdido, que el Imperio ahora estaba ahogado en la idolatría y el misticismo. Que todos los males que habíamos desterrado en la gran cruzada, ahora eran ley.
-No voy a decir que ese descubrimiento no me desilusiono. Luchamos y perdimos tanto, para nada. Pero lo que más me asusto fue saber que Luther había sobrevivido al paso del tiempo, y estaba buscándonos. No sé para que lo hace, o que medios usa para buscarnos, pero una voz en mi interior me dice que debo proteger los secretos que el León me encargo.
Roboute asintió, satisfecho con la historia contada, no era toda la verdad, Roboute lo sabía, él había notado como Morgan había eludido ciertos temas, pero no le dio importancia.
-Una última pregunta. ¿Crees que mi hermano siga vivo?
Morgan no supo que responder, las heridas de su señor habían sido graves, pero si él pudo escapar hacia el futuro, talvez su padre también pudo. +
-No lo sé, pero hasta que se compruebe su muerte, no, incluso después de eso, yo cumpliré con mi deber.
Morgan extendió la mano, con la intención de reclamar la espada, cuando sus dedos toparon la funda, espero que el 13vo le cortase la mano, que lo matase, o que sabe que otras cosas podría hacer un primarca traidor, pero este no hizo nada, y Morgan pudo recuperar la espada de su padre sin percances.
-Bueno, creo que esto da por terminada nuestra charla. –Roboute se levantó. –Puedes regresar a tu habitación. Yo por mi parte iré a meditar lo que me contaste.
Morgan parpadeo confundió, este interrogatorio había sido cualquier cosa menos lo que esperaba, bueno eso no importaba, tenía la espada de su padre, no era el secreto que su primarca le había encargado, pero algo era algo, ya después encontraría la manera de recuperar todos los tesoros que el señor de Ultramar les había quitado.
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Roboute regreso al puente de su nave, de momento su transporte estaba varado en medio de la nada.
-Mi señor ¿No es ya el momento de actuar? Creo que deberíamos enfrentar a alguno de sus hermanos.
-No hace falta, las tres flotas de invasión están atrapadas, sus comunicaciones intervenidas, y sus cadenas de suministros comprometidas. Podemos simplemente dejarlos a su suerte, y no harán nada. De momento lo mejor que podemos hacer es hacer tiempo, en uno o dos meses más, sus fuerzas colapsaran por el peso de sus números.
-Pero su hermano Magnus esta en Bane.
-Lo sé, y allí será donde nos enfrentaremos, pero no puedo ganarlo en un combate frontal, mi padre lleno a Magnus de tantos dones que sería un suicidio atacarlo sin un plan, debo esperar que las cadenas que he preparado para mí hermano estén listas.
-Eso es verdad, pero la Hidra está allí afuera, y dudo que su truco con los navegantes sea su único plan.
-Eso es verdad, pero Alpharius no es alguien a quien se le pueda predecir, lo mejor que podemos hacer es esperar a que el decida mostrar su jugada por su cuenta, y prepararnos lo mejor que podemos para afrontar las consecuencias. En todo caso dado que no hemos tenido noticias de el en todo este tiempo, me siento tentado a pensar que mis hermanos le confiaron otra tarea, una tarea que lo mantendrá alejado de Ultramar, por un tiempo al menos.
-Supongo que entonces solo podemos esperar.
-Lamentablemente.
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Cegorach es el dios Eldar del engaño, del sigilo, de la creatividad, del arte y de la astucia. Estaba atrapado en un conflicto en el cual no debería haberse interesado. Bueno, quien estaba atrapado no era el propio Cegorach, sino únicamente su avatar, pero la situación seguía siendo muy problemática.
Sus continuos enfrentamientos contra las fuerzas tiramidas o los cultitas del dios de la plaga, habían llamado la atención de los cuatro dioses, quienes esperaban en el inmaterium que su contenedor mortal fuese destruido, para poder reclamar el fragmento del alma del dios.
Eso era problemático, porque si solo un fragmento de su alma era devorado por la sedienta o el que cambia los destinos, todas sus grandes estrategias serian descubiertas, todos sus trucos perderían poder, y no solo eso, puede que incluso la localización de la biblioteca negra fuese revelada.
La situación era horrible, y solo empeoraba a cada segundo. El dios Eldar podía sentir como el conflicto entre los hijos del Anatema se había estancado, el 13vo, parecía haberles cortado las extremidades a sus hermanos, y estos eran incapaces de darse cuenta. Tan acostumbrado estaban a luchar de frente, a cargar de forma imprudente hacia adelante, que no se daban cuenta que el 13vo los tenia caminando en círculos. Como un lobo herido que persigue el olor de su propia sangre.
Por Asuryan, si él lograba salir entero de esta, se iba a pasar milenios burlándose de como una treta tan lamentable había inmovilizado a dos de los hijos del Anatema, mandaría a sus hijos a jugarles bromas al amo de Olympia, y al señor de Prospero, por milenios.
Bueno, eso era única y exclusivamente si él lograba escapar de esta situación. Con la telaraña destruida, no había una ruta de escape factible, ingresar en la disformidad en este momento era imposible, los cuatro se lanzarían por su alma, incluso si este cuerpo solo contenía un fragmento de su alma, era imposible saber que secretor podría revelar.
Por unos segundos el dios considero dejar que Khorne lo devorase, dudaba que el señor de los cráneos estuviese interesado en alguno de los secretos que este fragmento de su alma pudiese contener.
Bueno, la situación un no había llegado a ese punto de desesperación, en especial ahora, que el propio Anatema había enviado a uno de sus fragmentos para ayudar. Todavía no entendía porque ese fragmento se había manifestado en el cuerpo de una pequeña niña, de momento no quería sacar sus suposiciones, porque estaban luchando juntos, pero cuando saliese de esta situación, la etiqueta de lolicon y pedófilo, serian sumadas a todas las burlas que ya le había hecho, y de seguro haría de él más adelante en el futuro. Ajajajajjajajaajjajajaaa
Jajajajajaja
Ajajajajajjajajajaja
Muajajajajajajajajaj
Ajajajajajajajajaja
- ¿Qué pasara si te devoran?
La voz del anatema saco al payaso de sus bromas internas, y algo de cordura reclamo nuevamente su cuerpo mortal.
-Es imposible saber, pero lo más seguro es que puedan obtener alguna información de mi cuerpo principal ¿Cuál? O ¿Qué tanto? Es imposible de saber.
-En otras palabras, debemos evitar a toda costa que alguno de los cuatro te devore, ¿Qué pasa si yo te devoro?
Esa era de hecho una pregunta curiosa ¿Qué pasaría si el Anatema devoraba un fragmento del dios que ríe?
-Sería peligroso, tengo mucho conocimiento sobre la última guerra en el cielo, lo cual podría beneficiarte. Pero te recuerdo que soy una existencia atada a la disformidad, una que no le teme a su naturaleza, por lo que también podrías perder la cordura.
-Yo calculo que sería un 50/50
-Hay un 50% de posibilidades de que logres obtener más poder.
-Y hay otro 50% de posibilidades de que mi naturaleza corrompa la tuya.
Esto era extraño, pero a que ambos habían estado luchando contra los dioses oscuros por más tiempo del que ninguno de los dos se atreviese a considerar, esta era la primera vez que ambos interactuaban tanto, claro que esta interacción era limitada, pero aun así era extraño.
-Entonces ¿Cuál es tu plan si todo lo demás falla?
-Asumo que ser devorado por Khorne es lo mejor que puede pasar, es señor de los cráneos ase tiempo que perdió la capacidad de pensar en algo que no sea la interminable masacre.
Lamento la tardanza, pero los apagones de mi pais hacen difícil escribir, espero este capitulo sea de su agrado, y no se olviden comentar si tienen sugerencias o algo parecido.
bye
