Con el sonar del timbre apenas si se inmuto en recoger sus cosas de su asiento, ni siquiera había sido capaz de concentrarse en las clases o siquiera en las pausas, comiendo, caminando o haciendo cualquier cosa que sus amigos le mencionasen más nada que requiriese de su propio pensamiento, algo que tenía sumamente preocupado a sus amigos viendo como alguien usualmente revoltoso que hace honor a su apellido podía guardar tanta calma, ante aquel estado una muy preocupada Sam aguardo en silencio para ver si Luna era capaz de reaccionar al menos a la señal que la escuela había terminado, algo que no ocurría por lo que decidió intervenir.
- Oye Luna, la clase ya terminó.
- Ah, si, gracias.
- Eso significa que puedes salir.
- Cierto, gracias amiga.
La castaña procedió a levantarse lentamente, encaminándose a la salida del salón, algo que fue impedido por el agarre de Sam.
- Olvidaste tu cuaderno.
- Oh, vaya, mi error.
- Luns ¿Algo paso verdad? Nos tienes preocupados, desde ayer que parecías más un muerto caminante que otra cosa, somos amigas, puedes confiar en mi y contarme.
Ante las palabras de Sam la castaña de pecas reacciono levemente a diferencia de sus usuales reacción de ese día pensando un poco donde estaba, dejando un poco sus otras preocupaciones, con ello se centro en la mirada que la rubia le estaba entregando.
Era una expresión preocupada, claramente estaba intranquila por el comportamiento vacío que había presentado durante los últimos días, algo que pudo analizar ahora que su mente había reaccionado ligeramente dejando que sus pensamientos fluyeran lentamente, como si hubiese removido con aquella dulce voz típica de su amiga algún impedimento a su mente, por lo que esbozando una ligera sonrisa devolvió su mirada algo más relajada a su mejor amiga, deseando responderle aquella amabilidad que siempre le mostraba cuando ella se sentía en crisis.
- Lo siento Sam.
Al notar que la voz monótona de Luna se había relajado un poco junto a su expresión Sam también relajo su rostro.
- No pidas disculpas amiga, no has hecho nada malo, solo me tenias preocupada ¿Ocurrió algo en tu casa?
- (Suspiro) See, las cosas hace poco fueron intensas, demasiado de hecho.
- ¿Quieres hablar de ello? Podríamos ir a mi casa y tocar algo para soltar tensiones.
Para Luna hablar con Sam era especial, la chica podía presentar ese lado salvaje que lograba seguirle el ritmo en sus aventuras o cambiar a aquella reconfortante mirada que le inspiraba calma, era algo que le llenaba el alma saber que podía confiar en alguien como ella.
- That's a deal dude, solo deja..me... - Tan pronto como vino su felicidad también vinieron sus recuerdos de otros momentos en la mañana, incluso el recuerdo de Lori imponiendo orden en la mañana, sobre todo en su clara orden de que debía de ir a buscar a las menores a primaria. - Oh cielos, ¡Las niñas!
- Ehh... ¿Luna?
- Sam. - Le toma de los hombros. - Gracias por despertarme pero debo ir a por las menores y creo que ya estuve mucho tiempo en mi cabeza.
- ¿Quieres que te acompañe? - Sam no estaba convencida de esa explosiva recuperación de su amiga, lo mejor si podía acompañarle sería mejor.
- Oh dear, te lo agradecería pero tenemos que irnos ya.
Con eso ambas chicas rápidamente partieron a depositar sus cosas en sus casilleros para dirigirse a la primaria, momento en que Luna aprovecho para explicarle algunas cosas de lo sucedido en su hogar hace dos días.
En su relato explico ligeramente que algo malo había ocurrido a su madre por lo que ahora se encontraba en el hospital evitando contar la parte donde fue su padre quien lo provoco, el caos que le continuo y el orden que dio Lori tanto en esa misma noche como el tiempo que le siguió, como al día siguiente esta fue al hospital y solo menciono que estaría unos días para ver su evolución y ese día por temas que esta no le revelo, le ordeno como siguiente en la cadena de mando, que estaba a cargo de las menores, transporte a su hogar incluido y sin posibilidad de rechazo, algo que por poco y olvida.
- ...tan seria fue la golpiza para necesitar estar unos días?
- No lo sé, Lori no nos permitió a ninguna acercarnos antes que llegara la ambulancia, solo Leni sabe del estado de mamá y ella, bueno, tu entiendes jejeje. - En el fondo no quería revelar el estado colérico de su hermana mayor directa, pues no quería revelar ningún dato que pudiese incriminar a su padre. - Aún así, no entiendo como Lori pudo mantener la compostura, ser la mayor de 9 debe ser duro pero para actuar en calma ante eso.
- Un problema a la vez Luns, no te atormentes en ello cuando ya tienes suficiente con lo de tu madre.
- Como sea, sigo pensando que la golpiza no fue tan brutal como para necesitar ser internada unos días, siento que hay algo más y Lori no nos quiere contar.
- (dudosa) Quizás... lo hace para... ¿No preocuparlas?
- Puede se...
Luna no pudo terminar su frase ya que en ese momento su atención fue capturada por un figura que pudo divisar en la cercanía, considerando el estado de sus hermanitas posiblemente aun estarían en sus salones o estarían haciendo algún estrago producto de sus propios nervios por lo que deberían de estar dentro del edificio, pero en la entrada pudo divisar una figura que si bien no había visto en persona antes había sido descrita muchas veces por Lori, una de la cual existían múltiples teorías desde hace meses.
Considerando el actuar de su padre y su no respuesta a las llamadas era probable que, de tener otra familia, estuviese con ellos en ese momento, temiendo por sus acciones y la posible respuesta de su madre por la agresión pero por sobre todo necesitando algo de consuelo después de la reacción de Leni, en el peor de los casos creyendo que todas pensaban igual desolando al pobre adulto, por lo que ese niño de ropajes naranjas y cabeza blanca era una pista del destino de su padre, alguien a quien realmente necesitaba ver en ese momento.
Tras pensarlo un poco miro fijamente a los ojos a su mejor amiga.
- Sam, necesito un favor tuyo, quizás el más grande que te haya pedido jamás y es sumamente importante. - La seriedad con la que la castaña hablo terminó congelando en su lugar a la rubia, quien sorprendida por esa repentina seriedad y convicción en la mirada de su amiga apenas si pudo asentir con la cabeza. - Por favor, busca a las pequeñas y llévalas a mi casa. - Mete su mano en un bolsillo y le entrega una llave. - No sé si este alguien en casa pero por favor, si no hay nadie quédate con ellas hasta que llegue Luan o Lori, juro que te devolveré este favor.
Tras eso cierra la mano de la chica, quien miraba relativamente perpleja los rápidos eventos que ocurrieron y la llave que ahora tenia en la mano, tras pensarlo un poco y bajar la ligera molestia con la que le había dejado allí solo suspiro y decidió hacer el favor, pues comprendía que en ese momento ella no estaba bien.
Solo esperaba que aquello tan urgente no la pusiera en peligro.
Horas después, casa de Ethan
- ¿Ahora si me pueden explicar el por qué de esta entrevista?
- Por supuesto señor Dawkins, solo necesitaba corroborar que usted se encontraba habilitado para la recepción de un menor.
Con esa respuesta Ethan pudo terminar de unir la información, el hecho de que protección infantil estuviese en su hogar ya de por si extraño y solo había un niño que el conocía con la capacidad para dar su nombre en algún caso extremo, sabiendo el duro suceso que hace poco había tenido que vivir.
- Discúlpeme ¿Pero todo esto tiene que ver con un menor llamado Lincoln?
- Exactamente. - Mientras respondía la mujer sacaba una hoja del pequeño expediente que tenia en manos. - El menor de nombre Lincoln Loud ha mencionado su nombre cuando se le entrevisto esta mañana en la comisaría de Royal Woods, por lo que solici...
- Espere un momento ¿Cómo que comisaria?
- Los detalles solo se los puedo entregar si usted accede a cuidarle mientras procede la investigación. - Rn ese momento vio como el adulto comenzaba a exaltarse y estaba por interrumpirle nuevamente, por lo que se antepuso con su tono de voz golpeado. - Por favor permítame explicarle bien el caso antes.
- ¡Eso no me importa ¿Acaso le ocurrió algo a Lincoln?!
- Asumo por su reacción que esta dispuesto a tomar su tutela durante un tiempo.
- ¡Por supuesto, pero dígame si esta bien por favor!
- El joven esta bien físicamente, desgraciadamente parece presentar algunos rasgos propios de un trauma, todavía no ha sido evaluado por un profesional competente pero es lo que creemos después de conversar con él.
Al escuchar eso la sangre dentro de Ethan comenzó a hervir, por lo que le estaban comentando algo le había hecho un daño serio al pequeño al punto en que la policía tuvo que intervenir, dentro de si maldijo su decisión de marcharse aquella tarde, pensando en que horrible cosa debió de haberle hecho el susodicho padre del muchacho al cual una vez volviese a ver estaba decidido a romperle la cara.
- ¿Entonces usted viene con Lincoln no es cierto?
- Primero debía evaluar si usted estaba capacitado para hacerse cargo, él en este momento se encuentra en la comisaría, todo el caso fue muy rápido y lo menos que necesitamos es estresar más al muchacho moviéndolo de un lugar a otro sin mayor certeza.
- Bien, entonces no esperemos más, iré a por el muchacho y sus cosas inmediatamente.
- Antes de eso necesito explicarle bien la situación del muchacho y sobre todo el procedimiento que seguiremos hasta su reubicación.
- ¿Reubicación? ¿No puede quedarse conmigo?
- Escuche señor Dawkins, en casos como lo sucedido al pequeño legalmente debe quedar con un familiar o pariente consanguíneo, investigación que se realizará una vez se abra debidamente el caso, si eso no ocurre el pequeño podrá ser adoptado por usted.
- ¿Adoptado? ¿Tan grave fue el daño que le hizo el infeliz de Lynn que perdió su custodia?
- Señor, el padre no perdió la custodia, él falleció.
Aquellas palabras dichas de forma sería y casi monótona detuvieron el pensar del adulto por unos momentos, en su mente se había hecho múltiples escenarios de posibles acontecimientos que hubiesen ocurrido una vez Lynn regresase donde el pequeño, desde discusiones fuera de control hasta arrebatos físicos que hubiesen herido al peliblanco, pero un evento así, algo de esa magnitud...
- Los oficiales encontraron al niño en la escena cerca de él, según el informe preliminar el adulto presentaba signos de haber sido agredido aunque se especula que eso no fue la causa del fallecimiento, en todo caso...
- Usted... - El golpe de voz y la furia con la que menciono aquella palabra logro hacer retroceder ligeramente a la estoica mujer de traje. - ¿No estará insinuando que el pequeño tuvo algo que ver verdad?
- No, tranquilo, solo le explicaba un poco la situación en la que encontramos al pequeño, aun así necesitamos tener los resultados de la autopsia para decir algo así. - la mujer tosió falsamente y desvió su mirada, agradeciendo que no termino su frase. - En todo caso le explicare en su totalidad el estado del niño camino a la comisaria, creemos que es lo mejor para él.
Ethan no perdió tiempo y se levanto de su asiento, siendo seguido por la mujer y el oficial de policía quien también le dio una mirada semi furiosa a la mujer, por lo que el grupo se dirigió a la patrulla que se encontraba estacionada frente al domicilio.
Tal como le había mencionado le explicaron toda la situación actual del niño al adulto, desde el estado en el que se le había encontrado hasta la pesadilla en la noche junto al temor a ser tocado que había presentado durante el día, viaje que para Ethan se le hizo eterno.
Al llegar a la comisaria el grupo fue rápidamente hasta la habitación de descanso, lugar desde el cual el muchacho apenas si había salido para ir al baño, una vez el adulto estuvo frente a la puerta y puso su mano en la cerradura pudo sentir como su estomago se retorcía.
Pensaba en la situación del pequeño, como eso posiblemente no hubiese pasado si el hubiese sido reacio y no se hubiese ido, si hubiera detenido al adulto en el momento en que le vio salir esa tarde, aunque lo peor de todo era ese miedo que había presentado a entrar en contacto con las personas. Una vez logro tomar la suficiente determinación abrió la puerta.
Al entrar en el lugar pudo encontrar sentado en una de las sillas al pequeño, este se encontraba con la mirada fija en la mesa delante de él al punto que ni siquiera por reacción había desviado su mirada en su dirección, pudiendo notar la demacrada expresión del muchacho así como bolsas bajo sus ojos y sus brazos metidos dentro de su polo, como si intentara envolverse a si mismo con su ropa. Ver la expresión vacía del pequeño le produjo un profundo dolor, con mirarle el rostro ni siquiera podía imaginar el infierno mental en que este estuviera introducido y tenía miedo de generar el mismo impacto que los demás o peor, que el chico tuviese un problema tan serio que ni siquiera con él pudiese abrirse, mordiendo su lengua para recobrar el sentido pudo entonar las primeras palabras.
- Lincoln, estoy aquí.
Para el niño esa voz era inconfundible, la reconocía mejor que la voz de los demás adultos por lo que rápidamente le enfoco y pudo ver al hombre que tenia en frente, una chaqueta simple de color caqui abierta, polera verde oscura, jeans y zapatillas blancas, era la vestimenta que reconocía, ascendió al su rostro y pudo notar aquella características que también reconocía, ligera barba, cabello corto algo desarreglado, todo estaba allí, una persona en la que quería refugiarse, un que menciono cuando le hicieron pensar en alguien que le diera seguridad y ahora se encontraba frente a el, con un pierna flectada mientras se apoyaba en su rodilla izquierda con los brazos extendidos, podía notar como su boca se movía pero era incapaz de escuchar lo que el adulto le estaba mencionando aunque tampoco le importaba, era una entidad que con el tiempo se volvió un confidente, alguien que siempre le apoyaba, aun en todo su caos interno y la sensación que sus ojos ya se habían secado el impulso y tranquilidad que le invadieron al verle era demasiado por lo que bajo de la silla y saco sus manos del envoltorio que se había convertido su propia ropa, casi corriendo se dirigió a entregarse a ese abrazo que le estaban ofreciendo al punto que el mismo levanto sus brazos para corresponderle.
Pero a menos de un metro de distancia, algo en su visión cambio.
Miro nuevamente ese rostro que tanto conocía y por desgracia no lo vio, sino que vio el de otro adulto que conocía.
Uno que convirtió sus lágrimas de relajo en lágrimas de terror.
- Creo que deberíamos haberle hecho caso al señor Dawkins, quizás en este momento no nos quiera ver.
- Fueron dos días, algo grave paso, estoy seguro.
- Estoy con Jayden, además también estoy muy preocupada.
- Todos lo estamos Jordán, lo que paso no fue nada agradable.
- Oigan. - La voz del castaño con lentes termino por llamar la atención del grupo completo. - ¿Ustedes no creen que la patrulla que estaba en la entrada tenga que ver con la desaparición de Linc verdad?
Aquella pregunta tenso el ambiente, pensaban en apoyar al peliblanco en el problema que tuviese así que no querían acomplejarse por cosas, pero el silencio en ese lugar por alguna razón les resultaba a todos incomodo, algo que a todos les había producido ese miedo.
- Esperemos que no.
La voz de Karen no había sonado segura, aumentando aquella desagradable sensación que el lugar les estaba produciendo.
Una que solo empeoro cuando pudieron notar las cintas amarillas cerrando el acceso al lugar donde iban.
