Nota.
Los personajes de Sakura Card Captor no me pertenecen, son de Clamp, sin embargo algunos personajes y la historia si son míos.
Ya había escrito una historia parecida solo que fue hace mucho tiempo.
Prólogo
¿Por qué la gente se enamora? Que alguien me lo diga.
Cuando trato de recordar el momento exacto en el que comencé a quererte, siempre recuerdo la primera vez que te vi.
No habremos tenido más de seis años cuando esto comenzó, comenzó cuando tú te presentaste extendiendo tu mano y sonriéndome.
–Sakura, me llamo Sakura Kinomoto.–
Recuerdo que tanta fue mi sorpresa que me termine cayendo de nalgas y tú solo te comenzaste a reír, en ese momento estaba muy enojado me habías asustado y me había caído, que vergüenza estaba dispuesto a reclamarte acaso tus padres no te habían enseñado que nunca debes de grítale a una persona que esta distraída y mucho menos si no la conoces pero cuando ya estaba a punto de hablar es cuando me percate, me parte de tu risa era una risa tan alegre, era tan hermosa y es ahí cuando te mire eras bonita, tu cabello brillaba con la luz del sol, eras un poco más alta que yo y tenías unos hermosos ojos color verdes pero no ese verde feo seco sino uno lleno de vida.
Después de que me presente nos pusimos a platicar de cosas sin sentido, bueno más bien yo te escuche ya que hablaste todo el tiempo, me hablaste de tus padres, de tu hermano, de tu amiga en sí de tu vida, siempre has tenido esa facilidad para poder hablar con personas esa de la cual carezco yo.
Y así comenzaron las tardes de ese verano simple llagaba a ese parque y me sentaba a esperarte para poder platicar y créeme lo hacía ya que tu desde pequeña siempre has sido impuntual me preguntaste sobre mi vida, si vivía ahí que porque me había mudado a Tomoeda y cosas así, nunca te mentí simplemente no te conté toda la verdad pero eso no es mentir.
En medio de tantas pláticas se terminó el verano y entramos a la primaria y para mi sorpresa entramos en la misma y nos tocó en el mismo salón y recuerdo que toda emocionada me presentaste a todos tus amigos.
Desde ese día tuve una amiga, a la cual prometí estar junto a ella en las buenas y en las malas, a la cual jure que velaría por su felicidad aun acosta de la mía.
Si tan sólo hubiera sabido lo que me esperaba y lo que iba a sufrir, solo tal vez…
