Primer capítulo, es muy parecido a la película, a partir de aquí va a ver pequeños cambios ya que Draco y Hermione son los protagonistas. Espero que hayáis visto la película más que nada porque me voy a saltar partes y si no podrías perder el hilo. Bueno espero que os guste.
Hermione Granger viajaba en un barco desde Inglaterra hacia el nuevo mundo con su padre, quien había sido nombrado gobernador de las tierras a las que si dirigían por el propio rey.
Hermione estaba en cubierta, había tanta niebla que no se podía diferenciar si era de día o de noche. No había nada que hacer, estaba cantando una canción de piratas que había aprendido. Estaba tan metida en sus pensamientos que no noto que se le acercaba alguien detrás de ella.
- Callad señorita.- dijo el señor Nott- Es de mal fario cantar una canción de piratas con esta niebla tan espesa.
- Señor Nott.-advirtió otro hombre detrás de ellos.
- Lo siento señor.- dice alejándose- Tan bien es de mal fario llevar a una mujer, aunque sea en miniatura.- murmura por lo bajo.
- Creo que sería fascinante conocer a un pirata.- dice Hermione.
- Recapacitad, mi lady.-dice el hombre- Cualquiera que navegue baja una bandera pirata obtiene lo que se merece.- dice mirándola de reojo- Una caída rápida y parada en seco.
Hermione que no había entendido muy bien lo que eso significaba se giró para mirar al señor Nott quien hizo como si se estuviese ahorcando.
- Teniente Weasley.- llama el gobernador Granger habiendo escuchado de lo que hablaban- Creó que no es un tema de conversación para mi hija.
- A mi me parece un tema fascinante.- interrumpe Hermione.
- Eso es justo lo que me preocupa.- replica su padre con pesar.
Después su padre empezó a discutir con el teniente Weasley sobre algo aburrido, Hermione se acercó a la borda para poder ver el mar. Pudo ver un paraguas flotando, lo que la extraño un poco, unos segundos después vio a un niño inconsciente flotando en una tabla de madera.
- ¡Mirad!- gritó Hermione- Es un niño. Hay un niño en el agua.
Todos se acercaron corriendo para ver al niño.
- ¡Rápido, subidlo a bordo!- ordenó el teniente Weasley.
- ¡Santa Maria Virgen!- exclamó el señor Nott.
- Es la Santa Barbara, navegaba con un cargamento de armas.
- Pues no le ha servido de mucho.-dice el señor Nott, recibiendo algunas miradas extrañadas- Es lo que todos piensan yo solo me limito a decirlo, piratas.
Acto seguido el teniente Weasley da órdenes de acercarse al barca para ver si hay algún superviviente más. Su padre le encarga que cuide al niño.
Mientras le vigilaba, Hermione noto que era un niño de su edad aproximadamente. Mirando mejor vio que tenía un colgante, parecía una moneda, pero esta tenía unos dibujos muy extraños y una calavera.
- Es un…pirata.- susurra quitándole el colgante, no podía ser, no podía dejar que nadie lo supiera.
Cuando apartaba la mano, sintió que la sujetaban, levantando la visto vio al niño con los ojos muy abiertos y asustados.
- No te preocupes, yo cuidaré de ti.- intentó tranquilizarlo- Mi nombre es Hermione Granger.
- Harry…Harry Potter.- dijo el niño, segundos después volvió a la inconsciencia
- Yo cuidaré de ti, Harry.-susurró suavemente Hermione.
- ¿Ha dicho algo?- pregunto su padre detrás de ella. Rápidamente se giró escondiendo el medallón.
- Solo ha dicho que su nombre es Harry Potter.-respondió rápidamente.
Su padre se alejó complacido, Hermione volvió a sacar el medallón, mirándolo al principio no noto que delante suya, un barco con velas negras se alejaba escondiéndose con la niebla. La vista del barco la sorprendió tanto que casi deja caer el medallón al suelo.
Hermione despertó sobresaltada, su sueño había sida un recuerdo que hacía mucho había sido olvidado. Pero ahora en lo único que podía pensar era en el medallón. Se levantó de la cama y se dirigió a su cómoda donde en un doble fondo había escondido el colgante. Lo cogió y quedó cautivada por la moneda y su diseño.
Ocho años habían pasado y nada podría hacerla pensar que el barco con velas negras había sido producto de su imaginación, solo de recordarlo se sintió angustiada.
- Hermione.-llamó su padre desde la puerta cerrada- ¿Estas despierta?¿Estas presentable?
- Sí.-respondió Hermione poniéndose el medallón y escondiéndolo debajo de su ropa.
- ¿Aún en la cama a estas horas?-pregunto su padre entrando en la habitación, las doncellas diestras de él abrieron las ventanas-Hoy hace un magnífico día.-continuó su padre sonriendo- Te he traído un regalo.- dijo mientras una de las doncellas traía un paquete.
- Oh, es precioso.-exclama Hermione sacando abriendo el paquete y viendo un vestido-¿Cuál es la ocasión?
- ¿Necesita un padre una razón para hacerle un regalo a su hija?-responde sonriendo su padre, Hermione coge el vestido y con la ayuda de sus doncellas se pone el vestido detrás del biombo-En realidad,- escucha a su padre decir- quería que lo llevaras puesto hoy para el nombramiento de Ronald Weasley.
- Lo sabía.- dice Hermione asomando la cabeza para mirar a su padre molesta.
- Comodoro Weasley.- continua él, mientras las doncellas le aprietan el corsé a Hermione haciéndola jadear por falta de aire- Hermione, ¿te encuentras bien?-pregunta al escucharla- Me han dicho que es la última moda en Londres.
- Las mujeres de Londres han debido de aprender a no respirar.- responde Hermione mientras le aprietan más el corsé.
Su padre no contesta y finalmente se excusa y sale de la habitación. Después las doncellas le ayudan a ponerse el vistió y finalmente se pone el sombre y los zapatos a juego.
Cuando ha terminado se mira al espejo, el vestido es muy bonito pero se siente demasiado artificial, todo es demasiado perfecto. Comprobando que el medallón sigue escondido, baja las escaleras para encontrarse con su padre y poder irse.
- Simplemente magnifico.- escucha decir a su padre- dele mis felicitaciones a su maestro.
- Un artesano siempre agradece que se valore su trabajo.-escucha a otra voz decir, una que conoce muy bien.
- Harry.-dice Hermione bajando las escaleras más rápido.
- Señorita Granger.-dice Harry tragando saliva.
- Esta noche he soñado contigo.-dice Hermione sonriendo.
- ¿Con…conmigo?-pregunta Harry sonrojándose.
- Hermione no se si es apropiado…
- Con el día que nos conocimos.- continúa Hermione sonriendo ignorando a su padre- ¿Lo recuerdas?
- Como olvidarlo, señorita Granger.-responde Harry devolviéndole la sonrisa.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que me llames Hermione?-dice Hermione fingiendo molestia.
- Al menos una más, señorita Granger.-responde Harry tragando otra vez saliva.
- Lo ves,-interrumpe su padre-el chico tiene propiedad,¿nos vamos?
- Adiós, señor Potter.- se despide Hermione decepcionado.
Se va con su padre a su carruaje y antes de que puedan irse escucha a Harry diciendo adiós, Hermione. Le mira desde su ventana y sonríe. Preferiría quedarse con él antes de tener que ir al nombramiento del comodoro Weasley, sabe que la va a pedir matrimonio y no lo está esperando.
Por suerte el evento transcurre rápidamente, aunque cada vez le cuesta más respirar y el calor no la está ayudando a mejorar. Antes de que se dé cuenta, el comodoro Weasley la ha llevado a parte, al lado de un acantilado, para hablar con ella.
Hermione apenas puedo sonreír mientras le escucha divagar sobre todo sus méritos y sobre el matrimonio, le escucha decir que es una gran mujer y lo único que puede decir antes de desmayarse es que no puede respirar.
Cuando el mundo vuelve a enfocarse lo primero que siente es que por fin puede respirar y empieza a escupir agua, lo segundo de lo que se da cuenta es de que un hombre rubio muy guapo esta encima de ella mientras habla con dos guardias. Lo que no dura mucho cuando su padre llega y la levanta para taparla con su capa, en algún momento ha perdido su vestido por lo que está intensamente agradecida.
- Matadle.-dice su padre mirando al hombre rubio.
- ¡Padre!-exclama Hermione sorprendida, su padre normalmente es un hombre muy tranquilo- Comodoro.-dice girándose para mirarlo- No iréis a matar a mi salvador.-el comodoro la mira detenidamente.
- Retirad las armas.- ordena- Supongo que debo agradecerle.-dice extendiendo la mano, el hombre rubio dudó antes de extenderla también, el comodoro le agarra la mano y le gira el brazo levantándole la manga de la camisa y mostrando una cicatriz en forma de p en el brazo del hombre rubio- Parece que tuvimos una escaramuza con la compañía de las indias orientales, ¿no es así, pirata?-dice satisfecho sin soltarle-Seguir apuntando, Finnigan, trae los grilletes.-ordena mientras levanta aún más la manga destapando un tatuaje, uno que ella reconoce- Vaya, vaya, Draco Malfoy.
- Capitán, si no te importa.- corrige Draco Malfoy con una mueca, mientras le ponen los grilletes.
- Y dónde está tu barco, capitán.- se burla el comodoro.
- He venido a comprar,-responde Draco sonriendo-por así decirlo.
- Ha dicho que venía a apoderarse de uno.-dice uno de los guardias.
- Te he dicho que decía la verdad.-dice otro de los guardias-Llevaba esto con él.
- No os queda pólvora ni plomo.-dice el comodoro cogiendo su pistola- Una brújula que no señala al norte.- continúa viendo como gira la aguja de su brújula- No se porque esperaba que fuera de madera.- se burla sacando su espada de su vaina- Sois el peor pirata del que he oído hablar.
- Pero habéis oído hablar de mi.- dice Draco sonriendo.
- Colgadle.-dice su padre, después del que le Comodoro le mire.
- ¡Padre!-exclama Hermione, Draco la ha salvado como pueden hablar de matarlo- Comodoro, debo protestar.- dice situándose entre el comodoro y Draco- Pirata o no, este hombre me ha salvado la vida.
- Una única proeza no redime una vida de pecados.-intentó razonar el Comodoro.
- Pero basta para condenarlo.-interrumpe Draco.
- Así es.-contesta el comodoro a regañadientes.
- Que remedio.-oye suspirar a Draco, antes de que se de cuenta se está ahogando con una cadena alrededor de su cuello.
- No disparéis.-escucha decir a su padre.
- En eso estamos de acuerdo.- dice Draco detrás de ella- Comodoro, mis efectos personales y mi sombrero.-ordena Draco- Comodoro.-dice impaciente al ver la vacilación del comodoro- Hermione, es Hermione ¿no?
- Para ti señorita Granger.-responde Hermione molesta, no queriendo tener nada de familiaridad con ese terrible hombre.
- Señorita Granger me haría el favor.-dice mientras uno de los guardias le da lo que ha pedido y se gira mientras el coge su pistola y la apunta con ella- Cuidado con el género.- dice Draco después de que le ponga bruscamente su cinturón con la espada.
- Sois despreciables.-le dice Hermione con asco cuando termina su trabajo.
- Decid lo que queráis, querida, vos habéis salvado mi vida y yo la vuestra. Estamos en paz.-contesta Draco en voz baja, sin disculparse, como si fuera algo razonable- Caballeros, mi lady,-continúa en voz más alta mientras la da la vuelta para que mire hacia su padre y empieza a dar pasos hacia atrás- siempre recordaréis este día como el día en qué casi capturáis al capitán Draco Malfoy.
Hermione siente como la empuja hacia delante y el comodoro y su padre la sujetan para evitar que se caiga, a su alrededor el caos estalla, su padre y el comodoro gritan que disparen a Draco quien de alguna manera ha conseguido escapar.
El comodoro empieza a gritar ordenes y le dice a su padre que la lleve a casa, Hermione no quiere irse pero tampoco va a quejarse, ha sido un día muy extraño, un poco de descanso no la iría mal.
Horas después, su padre llama a la puerta para decirle que han capturado a Draco y, por alguna razón desconocida, se siente bastante decepcionada por esa noticia. Prefiere no descubrir lo que puede estar pasando por su cabeza para que se sienta triste por la captura de un pirata que ha amenazado su vida, de todos modos ya es tarde, su doncella no tardará en aparecer y por fin podrá dormir y olvidar ese día.
