Harry Potter no me pertenece, este pertenece a J.K Rowling, yo solo me valgo de su historia para planear la mía porque si fuera así Harry se casa y tiene muchos hijos con Hermione, también a los de inframundo porque en definitiva uso bastante de esa película.
Terminología:
-habla normal-
-pensamiento o comunicación Harry/Lucían-
-habla Lucían-
Anteriormente:
Salió del despacho con un pergamino y un par de runas que lo hacían temblar, en su interior Lucían tenia escalofríos.
-si sobrevive a esa preparación física dudo que alguien sea capaz de resistir lo que el resistirá, demonios debí alearme antes con los Duende-
Arrancamos:
Harry Potter estaba definitivamente agotado como nunca, los entrenamientos mágicos con el profesor Flitch lo estaban matando, le dolían todas las articulaciones, en estos momentos agradecía profundamente su curación acelerada, el porqué de su dolor en las articulaciones se lo explico el mismo híbrido mago-duende.
-"Muy bien señor Potter, veo que comienza a sentir el efecto del entrenamiento, verá, usted posee un núcleo de magia bastante grande demasiado para su edad debo decir, su control mágico es bueno para un mago común, pero usted sabe que no es un mago común, su entrenamiento fue excelente para no perder el control de su poder, de ser así usted abría explotado y su cuerpo se destruiría de una espectacular pero mortal forma, aunque esto trajo como consecuencia que sus canales mágicos sean débiles, para que entienda-dijo el duende al ver la cara sería de Harry- usted posee arroyos como canales y lo que usted necesita son ríos tan amplios como resistentes-
Ahora sí Harry entendía correctamente, Lucían no ayudaba mucho en esta situación ya que su conocimiento era básico y escaso, Harry por otro lado entendió más o menos el concepto, pero al no tener información en la cual apoyarse prefirió una explicación concreta.
- "Entonces que debo hacer para solucionar ese problema" -inquirió el último Potter.
- "Bien señor Potter lo que haremos todos los días por media hora al iniciar el entrenamiento será elevar a su máximo el nivel de liberación mágica que posee para hacer más fuertes sus canales y comenzaremos en entrenamiento de una hora y media lanzando hechizos potentes pero básicos y después durante otros treinta minutos liberará su magia de golpe en intervalos de 1 minuto para ampliar el tamaño de sus canales esto lo haremos día por medio para que su cuerpo pueda recuperarse"-
Harry agradecía profundamente ese día de descanso porque cuando terminó la primera sección de entrenamiento parecía que todos sus huesos estaban rotos y sus músculos se habían desgarrado, sinceramente no sabía cómo soporto esos entrenamientos.
Otro punto importante de todo esto era su interacción con Hermione, llegó a la conclusión que no podía seguir enojado con la castaña, le molestaba su actitud de fan hacia Lockhart, sería muy descarado si le criticaba eso, solo podía esperar que se diera cuenta a tiempo que el ganador de la revista corazón de bruja no era más que un farsante.
Una decisión bastante sensata según Lucían pues Hermione era una niña en comparación con Harry, cualquier mujer que él conociera no aceptaría de buenas a primeras que alguien hablara mal de su enamoramiento a pesar de que sea un farsante, de igual manera el pelinegro interrogo al profesor Filius sobre la capacidad de las mujeres para aceptar compartir a un hombre, práctica común entre los duendes, el profesor Filius solo le dijo: "criaturas misteriosas las mujeres, con el poder de controlar hasta el más malvado y poderoso de los hombres"
Eso le generó una interrogante al último Potter, Dumbledore y Riddle tendrían alguna debilidad de ese estilo.
En cierto momento él llegó a la conclusión que su debilidad era eso una persona a quien amaba en este caso quienes, si algo le sucedía a Nym o Fleur definitivamente él sería capaz de destruir el mundo mágico buscando al responsable, por momentos pensó que lo mejor era estar solo y enfrentar los problemas que vinieran pero Voldemort y Dumbledore ya le habían quitado su niñez no quería que también le quitarán la oportunidad de tener una vida, bueno la vida del elegido, pero una vida en concreto, la única solución a sus problemas era volverse más fuerte y prever todos los escenarios posibles, era un hecho que necesitaría compañeros para enfrentarse a Dumbledore y Voldemort no por nada el primero a pesar de ser poderoso contaba con un gaente que lo respaldara como eran los magos pertenecientes a la orden del fénix un nombre según Harry era genial y por otro lado Voldemort contaba con su séquito de mortífagos pero más importante aún, estos era sujetos sangre pura eso conlleva solo una cosa recursos, muchos recursos, no es que a él le preocupaba ese tema pero sostener una guerra contra dos bandos demandaría oro y en algún momento aunque no lo quisiera reconocer los duende podrían abandonarlo, todos eran aliados mientras el panorama es favorecedor, él contaba con: los gemelos Weasley, Andrómeda, Ted y Nym, Neville y quizá en un futuro con el apoyo de Augusta Longbottom abuela de Neville una mujer de carácter fuerte y poderosa tanto económicamente como mágicamente en sí y a eso se le debía sumar el odio que poseía contra Voldemort y Dumbledore era una aliada en potencia a considerar, Fleur por otro lado estaba en Francia pero era su mejor opción de refugio en caso de perder contra sus enemigos, el Señor Delacour era otro aliado potencial pues era auror en el ministerio francés así que si Voldemort tenía el afán de ampliar su territorio cosa que no hizo en su mejor época pero era una opción él estaría preparado también para eso, Sirius su padrino preso por otro lado estaba mejorando de manera lenta pero constante en vacaciones de Navidad lo rescataría de Azkaban ya llevaba mucho tiempo ahí él sería su aliado más importante ya que a pesar de estar preso aún era un sangre pura en consecuencia tenía conocidos, en cuanto al tema de cómo demostrar su inocencia, bueno estaba estudiando la manera de poner un tipo de rastreador en Peter para saber dónde está en cualquier momento aun cuando esté fuera de su alcance, la opción más viable que conocía hasta el momento era colocar sobre él una runa mágica, esperaba que el animago ilegal no fuera tan hábil y lo descubriera.
McGonagall era una aliada potencial pero estaba bajo la influencia de Dumbledore aunque no lo quisiera reconocer, en definitiva aún estaban en el período preguerra y debía reunir aliados si quería obtener la victoria, Lucían le había ofrecido el apoyo de su ejército pero los dos sabían que de ese grupo más de alguno se revelarían, se volvería en su contra y no dudaban que estos fueran líderes de pequeños grupos en el ejército, pero sobre todo no le quería dar la oportunidad de obtener a Voldemort o Dumbledore, Lycan o Vampiros en su bando, ellos eran enemigos demasiado peligrosos, por ahora quería mantener bajo el anonimato esas criaturas.
En algún lugar de Hungría
Selene reflexionaba en este momento el actuar de Lucían, ¿por qué no quería unirse a ellos y acabar contra los Vampiros en especial Víktor? ¿Por qué tenía el aspecto de un chico de no más de 13 o 14 años? ¿Cómo logró vulnerarlos y asesinar a más de 12 de sus soldados? ¿Porque era más poderoso y rápido que antes? Pero más preocupante aún era el hecho que desapareció sin dejar rastro alguno cuando apareció una lechuza, en definitiva, había muchas incógnitas que aún debía resolver por lo pronto entrenarán más arduamente a las tropas y seguirían esperando, presentía que Lucían aparecería antes de lo planeado y sobre todo tendría que dar muchas explicaciones, por los soldados perdidos y sobre todo por negar que era en realidad Lucían.
Hogwarts colegio de magia y hechicería.
Volviendo con Potter definitivamente estaba harto, si no fuera porque se revelaría su poder hace mucho que habría matado a Lockhart, lo seguía a todas partes con esa sonrisa estúpida en la cara, otra variante que se unía a la ecuación era Collin, ese niño era su fan de hecho Harry había pensado en romper su cámara para que lo dejara en paz pero no podía negar que le gustaba cuando el chico le tomaba fotos junto a los gemelos, de hecho le habían prometido que cuando abrieran su tienda de bromas el sería el fotógrafo oficial para que los dejara entrenar tranquilos.
Respecto a Hermione bueno ella seguía creyendo en lo que decía Lockhart, pero Harry no la contradecía ni nada solo la escuchaba o eso aparentaba, en definitiva, la relación de amistad con Hermione no estaba yendo a buen puerto.
Por otro lado, las cartas entre Nymphadora y Fleur eran constantes, al menos una a la semana, de hecho ya estaba pensando como mantener correspondencia con Fleur sin abusar de su fiel lechuza, no dudaba que Hedwig pudiera viajar y disfrutara los largos viajes a Francia, 3000 kilómetros aproximadamente era demasiado para su familiar por mas fiel que fuera a él, Fleur considero comprar una lechuza para comunicarse con Harry y permitirle más descansos a Hedwig que se encontraba en estos momentos durmiendo mientras el pelinegro la acariciaba y masajeaba sus alas, además de llenarla con su magia.
Respecto a las demás asignaturas no había mucho que decir salvo, Daphne Greengrass, una chica Slytherin muy hábil en pociones de hecho Snape siempre los hacia trabajar juntos, el ex mortífago no podía negar que le gustaba las pociones bien hechas, aunque el responsable de eso era Potter, era común que le diera un punto en cada clase, según palabras de Harry era mejor que nada.
Conversaba bastante con los gemelos sobre nuevos productos, sobre todo artículos para saltarse clases como pastillas vomitivas o sangradoras de nariz, pastillas para la fiebre o chicles de la gripe que duraban lo que los mantenían en la boca, aunque ahora comenzaron a desarrollar nuevos productos digamos de categoría explosiva si señores y señoras, los gemelos y Potter estaban trabajando con dinamita y otros derivados de esa área, el laboratorio del 4to piso ya había visto muchas explosiones este año y aún estaba comenzando, los negocios de Harry iban de maravilla, Ragnar invirtió más capital que el año pasado pero todo parecía indicar que valdría el riesgo, Sirius estaba ansioso, cuando Harry le dijo que lo sacarían de ese lugar estaba más que feliz no solo por el hecho de ser libre sino también porque sería las primeras personas en escapar de la prisión más importante del mundo mágico porque según se sabía en Azkaban habían magos presos de todo el mundo, de sobra está decir que el plan de evacuación ya estaba en estudiado y planificado.
Era de mañana ese sábado, había acordado ir con los gemelos a visitar a Hagrid el semi gigante bonachón, Hermione también estaba invitada pero no sabía si los acompañaría o seguiría leyendo los libros de ricitos de oro Lockhart.
Pero todo ese plan se fue al traste cuando lo despertaron de golpe, era nada más y más menos que el capitán del equipo de Quidditch, Oliver Wood.
-Entrenamiento de Quidditch-dijo Wood-vamos-
Harry lo quedó mirando y después vio a la ventana de su habitación y aún no amanecía debían ser la de la mañana, él se levantaba a las 4 siempre, pero los sábados descansaba un poco más y se levantaba a las 7.
-aún está amaneciendo-
-exacto, forma parte de nuestro nuevo programa de entrenamiento, levanta Potter toma tu escoba y andando-
De un salto Harry se puso de pie y con un movimiento de la varita ya tenía la ropa puesta.
-¡Así me gusta!-dijo Oliver- nos vemos en el campo dentro de 15 minutos-luego de eso salió de la habitación donde Harry y los demás dormían.
El último Potter abrió su baúl y del saco su escoba, tomó un trozo de pergamino y le escribió a Hermione que no podría asistir a ver a Hagrid en la mañana pues tenía entrenamiento.
-puedes entregarle esto a Hermione, Hedwig-dijo el pelinegro a su lechuza a lo que está ululo feliz y emprendió en vuelo, Harry sonrió ya la lechuza le cobraría un par de golosinas extras en el almuerzo.
Salió de su habitación y emprendió el descenso de la escalera caracol que separaba los dormitorios de la sala común, aunque escucho como unos pies corrían detrás del y se dio vuelta para ver a Colin corres hacia él mientras su cámara se movía para todos lados.
Harry se vio tentado a realizar magia y cortar la correa de la cámara para que por casualidad se estrellara con la escalera y se partiera en mil pedazos, aunque tuvo que dejar esos pensamientos se fueron cuando sintió magia en la cámara al parecer Colin era precavido.
-escuche que alguien decía tu nombre Harry, mira ya tengo la foto, la revele-dijo el Creeves con el aliento entrecortado.
Cuando le mostró la foto se podía ver a Lockhart móvil en blanco y negro tiraba de un brazo que reconoció como suyo, sonrió cuando pudo ver qué Lockhart no podía moverlo y en la cara de su yo fotográfico se veía como se rehusaba a la condenada fotografía, Lockhart soltó el brazo jadeando y callo teatralmente.
-me la firmas-pidió el chico con los ojos brillantes de la emoción.
-no- dijo Harry secamente-tengo que ir a entrenar Quidditch, voy atrasado y no tengo una pluma-
- ¿puedo acompañarte? nunca he visto como juegan y entrenan Quidditch-dijo sumamente emocionado, Harry estaba por negarse, pero perderían demasiado tiempo.
- está bien-dijo el híbrido mago lycan y emprendieron marcha rumbo al campo, aún no salía completamente el sol por lo que el césped estaba con un poco de escarcha, el ojiverde avanzaba de manera rápida mientras Colín parecía correr para alcanzarlo, no lo escucho del todo pero parecía que ese niño conocía toda su historia o bueno la que sabía el mundo mágico, se vio tentado a usar su escoba pero Colín podría pedirle que lo llevará y no estaba de ánimo y este empeoró cuando Colín le pregunto sobre como jugar Quidditch y el tipo de pelotas que usaban, Harry suspiro, aminoro el paso y trato de explicarle lo mejor que pudo a medida que hablaban llegaron al campo de Quidditch.
Colin quedó maravillado con el campo y salió corriendo a las gradas para tomar fotos con mejores ángulos no sin antes gritarle a Harry.
-voy a pillar un buen sitio Harry-
El resto del equipo de Quidditch ya estaba en los vestuarios, aunque el único realmente despierto aparte de Harry era Wood los gemelos a pesar de salir a trotar a veces con Harry aún no podían vencer al temible enemigo conocido como sueño, responsable de la muerte de muchas pobres almas que caen en sus garras, enfrentado por tipos duros, curtidos en batalla, comedores de cadáveres, esos y muchos más eran unos peleles cuando estaban frente a tan temible enemigo de hecho Harry era uno de esos, aunque su práctica le ayudaba un poco, siguiendo la temática los gemelos se apoyaban entre ellos para no caer, Alicia Spinnet estaba en una situación similar a los gemelos, los tres alumnos de 4to año de Hogwarts.
El resto de las cazadoras como Angelina Johnson y Katie Bell se restregaban los ojos y el cabello de ambas estaba apuntando en cualquier sentido.
-al fin llegas Harry, te demoraste bastante-preguntó el capitán enérgicamente-veamos, quiero decirles unas palabras, antes de entrar al terreno de juego, me he pasado todo el verano diseñando planes de entrenamiento completamente nuevos, que sin temor a equivocarme nos hará mejorar en gran medida-
De inmediato Wood puso frente a ellos una tabla con el campo de Quidditch, lleno de líneas, flechas y cruces que a más de uno dejaron perdido, sacó su varita y le día un golpe a la tabla y las flechas y líneas comenzaron a moverse lentamente, sin esperar más Wood comenzó a explicar.
En eso Fred se movió mientras dormía y cayó estrepitosamente al suelo, eso sirvió para cabrear a Wood y despertar un poco al equipo que estaba por caer frente a él poderoso y temible sueño.
Mientras Wood regañaba a todo el equipo por no prestarle atención Harry estaba divagando sobre lo que comerían al desayuno, en definitiva, el entrenamiento le generaba mucha más hambre que antes.
-de forma que ahora pondremos en práctica las jugadas que les enseñe, todos al terreno de juego-grito el capitán de 6 año, tomo su escoba, se la puso en el hombro y emprendió la marcha a la cancha, Harry también tomo la escoba y salió los gemelo lo siguieron pero estos arrastrando la escoba, el resto del equipo salió de igual manera que los gemelos, el sol ya estaba en el cielo al parecer pasaron más tiempo del que creyeron en el camarín, en las gradas estaba Colin acompañado de Hermione y Neville quienes saludaron a Harry moviendo las manos.
Montó en la escoba y, dando una patada en el suelo, se elevó en el aire, el frío aire de la mañana le azotaba el rostro, esa sensación le encantaba se sentía en completa libertad sentía como su cuerpo realizaba una simbiosis perfecta con la escoba, la magia entre ellos fluía con naturalidad, adoraba volar, más que cualquier cosa en el mundo, aunque claro si debía elegir entre Nym, Fleur y volar era claro que la escoba seria olvidada, sin esperar más dio una vuelta a toda velocidad por la cancha dando giros, de cabeza, sin manos, picadas y frenadas de golpe, comenzó a tomar altura y se elevó hasta no ver la cancha y se dejó caer con los ojos cerrados, cuando los volvió a abrir ya estaba a unos 8 metros del suelo y freno de golpe claro que la escoba siguió bajando un poco más y volvió frente al equipo.
-bien hecho Potter, ese es el ánimo que necesitamos en el equipo, si vuelas en los partidos como ahora estaremos más cerca de ganar la copa y mantenerla en nuestra casa-dijo Oliver.
Harry miro a las gradas y Hermione tenía las manos en la cara tapando sus ojos mientras Neville parecía tranquilizarla, mientras Colin ya tenía unas 20 fotos y le seguía sacando a Harry.
Pero había una visita que no esperaban los de Gryffindor y menos Harry.
-Oliver, creo que los de Slytherin no saben espiar a sus oponentes-comento Fred mientras miraba agresivamente a los de la casa de la serpiente que se acercaban.
Todo el equipo de los leones puso mala cara y los enfrento.
- ¡No puedo creerlo! -dijo Wood indignado-¡He reservado el campo para hoy! ¡Veremos qué pasa! - la casa de los leones descendió al suelo rápidamente y le hizo frente a la casa de las serpientes.
-Flint-gritó Wood al capitán del equipo de Slytherin-es nuestro turno de entrenamiento. Nos hemos levantado a propósito. ¡Así que ya pueden irse! -
Marcus Flint aún era más corpulento que Wood, con una expresión de astucia digna de un trol, replicó:
—Hay bastante sitio para todos, Wood-
Angelina, Alicia y Katie también se habían acercado, no había chicas entre los del equipo de Slytherin, que formaban una piña frente a los de Gryffindor y miraban burlonamente a Wood.
-¡Pero yo he reservado el campo!-dijo Wood, escupiendo la rabia-¡Lo he reservado!
-¡Ah!-dijo Flint-pero nosotros traemos una hoja firmada por el profesor Snape. «Yo, el profesor S. Snape, concedo permiso al equipo de Slytherin para entrenar hoy en el campo de quidditch debido a su necesidad de dar entrenamiento al nuevo buscador.»
-un momento-dijo Harry antes de que Wood replicara-esto me parece extraño por lo que se la única persona con quien se reservan los permisos para el campo de Quidditch según yo es Madam Hooch y que yo sepa el profesor Snape no es una persona que tenga autoridad en este tema-
-por si no lo sabias Potter-escupió Marcus- el profesor Snape es el jefe de la casa de Slytherin-
-y qué más da, McGonagall es nuestra jefa de casa y además la subdirectora por lo que podríamos pedirle una autorización a ella y tendríamos el campo de Quidditch para entrenar todo el año-repuso el Potter con astucia, Wood miro con asombro a Harry, pero se recuperó rápidamente y miro a Marcus.
- ¿quién es su nuevo buscador? -
Detrás de seis corpulentos jugadores, apareció un séptimo, más pequeño, que sonreía con su cara pálida y afilada: era Draco Malfoy.
-pero si no es otro que Draco Malfoy-dijo Fred con burla.
-el chico que canto en el Gran salón-dijo George con burla, las chicas Gryffindor se rieron mientras Draco ponía una cara de muerte.
-cuida a quien le hablas Weasley, perdona lo lamento, olvide que tu familia no sabe ni lo más mínimo de clase, a pesar de ser sangre pura se comportan como sucios Muggles- respondió afiladamente el Slytherin.
A Fred y George les ardió la cara, pero no le dieron el gusto de mostrarse afectados.
-eso pensé no pueden replicarme nada porque les digo la verdad-declaro el albino con soberbia.
Harry iba a defender a sus amigos, pero estos lo detuvieron, el azabache sintió pena por Malfoy los Weasley no responderían ahora pero este año Draco se pintó una diana en la cara, o si, conociera que tan vengativos eran los Weasley.
-es curioso que ustedes centren su atención en Malfoy permítanme mostrarles la cooperación que nos otorgó el padre de Draco-dijo Flint mientras todo el equipo Slytherin mostraba unas hermosas escobas de color negro intenso que tenían grabado en su mástil: "Nimbus 2001".
-Ultimísimo modelo. Salió el mes pasado -dijo Flint con un ademán de desprecio, quitando una mota de polvo del extremo de la suya-Creo que deja muy atrás la vieja serie 2.000. En cuanto a las viejas Comet 260, creo que las dejan muy atrás-
Mientras eso sucedía Neville y Hermione bajaron al campo de Quidditch para saber que sucedía acompañados de Colin quien no dejaba de tomar fotografías.
-que sucede Harry, porque no están practicando y que hace Slytherin aquí- inquirió Hermione.
-y sobre todo que hace Malfoy aquí-pregunto también Neville que miraba de mala manera a Draco aún no olvidaba el hechizo que le lanzo el año pasado.
Antes de que el único Potter pudiera responder Draco se adelantó con altanería mientras hacía relucir su escoba si en definitiva el chico estaba más que lavado de cerebro por su padre pensó Harry
-Soy el nuevo buscador de Slytherin, Longbottom-dijo Malfoy, con petulancia-estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo-
Neville miró boquiabierto las siete soberbias escobas que tenía delante no era un amante del deporte, pero se mantenía al día con las nuevas escobas que salían al mercado, de hecho, nadie lo sabía, pero uno de los pasatiempos de Neville era coleccionar escobas de Quidditch aparte de su amor por la Herbologia.
-Pero en el equipo de Gryffindor nadie ha tenido que comprar su acceso-observó Hermione agudamente-Todos entraron por su valía-
Harry sonrió amaba esa actitud de la castaña siempre aguda en cada respuesta que daba y sin temor a decir lo que pensaba.
El rostro de Malfoy demostró su descontento de manera inmediata.
-nadie pidió tu opinión, asquerosa sangre sucia- en ese preciso momento en que las palabras de Draco salían de su boca Harry le lanzo un derechazo que termino con la nariz rota de Malfoy y sangre en el puño del Potter no conforme con eso tomo a Draco y lo levanto del cuello sin aflojar el agarre o demostrar esfuerzo alguno, los gemelos por su parte eran retenidos por Flint y Wood y Hermione que detenía a Neville que contra todo pronóstico demostró por qué era un Gryffindor y estaba listo para sumarse a la batalla.
-esta vez solo fue un golpe si me vuelvo a enterar que insultaste a Hermione o yo estoy presente te juro por la magia que no volverás a caminar-fue lo único que pudo decir Harry pues era tanto su enojo que no sabía si sería capaz de controlar su temperamento, como se atrevía a insultar de esa manera a Hermione, quien era el para creerse con ese poder solo alguien que vivía en el pasado podía influenciar de tan asquerosa manera a una persona, si Lucius se lo estaba ganando, ahora entendía porque ella quería separarse del alvino.
Dejo caer a Malfoy y se dio la vuelta no tenía caso tratar de entrenar Quidditch miro a Wood que aun sostenía a George y este asintió, podía irse, coloco una mano en el hombro de Hermione y comenzaron a caminar lo mejor sería ir a ver a Hagrid, detrás de ellos venia Neville y los gemelos que aun miraban con odio a Draco una cosa era molestarlos a ellos pero otra era ofender a su amiga de esa manera no existía perdón para Malfoy este año pagaría o dejarían de llamarse Fred y George Weasley.
La estancia en la casa del semi gigante sirvió para relajar los ánimos de todos y subirle el ánimo a Hermione, la castaña era una persona de carácter fuerte pero aun así las palabras la afectaban y aunque no lo quisiera reconocer se sentía un poco inferior a los magos criados en familias mágicas.
Aunque claro antes de llegar con Hagrid tuvieron que evitar a Lockhart y claro después Harry fue víctima de un par de bromas de Hagrid algo con repartir fotos firmadas y encuentros entre él y Ginny, así lo entendía Hagrid.
Después Hagrid les mostro las calabazas que usaría para Halloween y claro dejo escapar que utilizaba magia en ellas.
Ya era la hora de almorzar por lo que los gemelos y Harry al no desayunar tenían mucha hambre y sin esperar más emprendieron la vuelta al castillo el hambre los llamaba, apenas habían puesto un pie en el fresco vestíbulo cuando oyeron una voz.
-Conque están aquí, Potter y Weasleys -La profesora McGonagall caminaba hacia ellos con gesto severo-Cumplirán sus castigos esta noche-
- ¿Qué vamos a hacer, profesora? -preguntó Fred, asustado, reprimiendo un eructo.
-ustedes limpiaran la plata de la sala de trofeos con el señor Filch-dijo la profesora McGonagall- Y nada de magia, Weasley... ¡frotando! -
Fred y George tragaron saliva, Argus Filch, el conserje, era detestado por todos los estudiantes del colegio y a ellos les tenía odio en especial.
-Y tú, Potter, ayudarás al profesor Lockhart a responder a las cartas de sus admiradoras-dijo la profesora McGonagall.
-Oh, no... ¿no puedo ayudar con la plata? -preguntó Harry desesperado.
-Desde luego que no-dijo la profesora McGonagall, arqueando las cejas-El profesor Lockhart ha solicitado que seas precisamente tú. A las ocho en punto, tanto Potter como ustedes Weasley-
Harry y los gemelos continuaron su andar en dirección al gran comedor abatidos, pero aun así no se arrepentían de su hazaña no cualquiera podía decir que llego a Hogwarts en un Ford Anglia volador, Hermione los acompañaba con una expresión de "se los dije, yo no rompí las reglas" y Neville se mantenía al margen, aunque se notaba que sentía un poco de pena por el pelinegro y los colorines.
La comida no les supo tan bien como hubieran deseado pero el castigo ya estaba aplicado ahora debían acatar.
Antes de que dieran las ocho con menos cinco del sábado Harry se dirigía al despacho de Lockhart, su ánimo no era el mejor pero que se le iba a hacer, llamó a la puerta a regañadientes.
La puerta se abrió de inmediato. Lockhart le recibió con una sonrisa.
- ¡Aquí está el pillo! -dijo-Vamos, Harry, entra-
Dentro había un sinfín de fotografías enmarcadas de Lockhart, que relucían en los muros a la luz de las velas, algunas estaban incluso firmadas, tenía otro montón grande en la mesa, definitivamente este sujeto se amaba a sí mismo como nadie mas no le extrañaba que en una cita en vez de alagar a la chica él se alagaría a sí mismo.
- ¡Tú puedes poner las direcciones en los sobres! -dijo Lockhart a Harry, como si se tratara de un placer irresistible-el primero es para la adorable Gladys Gudgeon, gran admiradora mía-
-y a quien le importa eso maldito rubio-
Los minutos pasaron tan despacio como si fueran horas. Harry dejó que Lockhart hablara sin hacerle ningún caso, diciendo de cuando en cuando «mmm» o «ya» o «vaya». Algunas veces captaba frases del tipo «La fama es una amiga veleidosa, Harry» o «Serás célebre si te comportas como alguien célebre, que no se te olvide»
Por suerte mientras ponía las direcciones en los sobres podía hablar con Lucían, debía aprender más cosas sobre como dirigir un ejército estaba cuestionándose seriamente si debía aprender Legemancia no era algo correcto, pero siempre fue de la idea de que era mejor prevenir que lamentar, además era una de las habilidades de Voldemort por lo que debía sacarle provecho de nada le servía ser orgulloso, podía odiar al tipo, pero si el mundo te da limones has limonada.
Las velas se fueron consumiendo y la agonizante luz desdibujaba las múltiples caras que ponía Lockhart ante Harry, este pasaba su dolorida mano sobre lo que le parecía que tenía que ser el milésimo sobre y anotaba en él la dirección de Verónica Smethley.
-Debe de ser casi hora de acabar-pensó Harry, derrotado-Por favor, que falte poco…-
Y en aquel momento oyó algo, algo que no tenía nada que ver con el chisporroteo de las mortecinas velas ni con la cháchara de Lockhart sobre sus admiradoras.
Era una voz, una voz capaz de helar la sangre en las venas, una voz ponzoñosa que dejaba sin aliento, fría como el hielo.
-Ven..., ven a mí... Deja que te desgarre... Deja que te despedace... Déjame matarte...-
-bien creo que tenemos problemas, Lucían no me estás jugando una broma o si-quiso saber el Potter.
-no quiero asustarte ni alguna cosa por el estilo, pero esa voz que escuchaste yo también la escuche, jamás en mis años que estuve por este mundo escuche una voz que destilara tal cantidad de sangre y maldad, es una criatura mágica, de eso no tengo la menor duda y…-
-está en el castillo/ está en el castillo-dijeron Lucían y Harry al mismo tiempo, pero antes que nada debían comprobar que la voz no solo la escucharon ellos.
-profesor de casualidad no escucho una voz hace poco-inquirió el Potter mirando directamente a los ojos a Lockhart.
-que voz-pregunto Lockhart un poco alterado, se notaba en su expresión-yo no escuche nada…mira cielos que rápido pasa el tiempo cuando te diviertes no, creo que tu castigo termino, aunque más que castigo debería ser privilegio no-Harry no dijo nada solo asintió y se dirigió a la salida al parecer este sería otro año cargado de misterios que por desgracia le tocaban resolver y al parecer algo tenía que ver el objeto oscuro que Malfoy dejo en el caldero de la hermana de los gemelos su instinto se lo decía y rara vez fallaba.
Era tarde más de medianoche por lo que no había nadie en los pasillos, la sala común de Gryffindor estaba vacía, quizá Fred y George ya habían terminado de limpiar la plata, pero nada perdía con esperarlos un poco, además tenía la esperanza de escuchar la voz nuevamente.
Paso media hora en donde Harry avivo el fuego de la chimenea, cuando aparecieron los gemelos detrás del cuadro de la dama gorda.
-qué noche-dijo Fred.
-más aburrida-concluyo George.
-pero pudimos molestar a Filch-dijo Fred.
-aunque por esa pequeña broma tuvimos que limpiar 3 veces el Premio Especial por los Servicios al Colegio y unas cariñosas ¡catorce veces una copa de Quidditch! -reclamo George mirando mal a su hermano
-al menos era Gryffindor-trato de alegrar y preguntar a su vez Harry.
-Slytherin-escupieron los gemelos a la vez.
-y que tal Harry tu noche con Lockhart, acaso te enseño como posar frente a la cámara-pregunto Fred mientras posaba y George hacia como que tenía una cámara en la mano.
-podemos llamar a Colin si no estás conforme con mis habilidades-dijo George a lo que Harry los quedo mirando con los ojos entrecerrados.
-o puedo decirle a Angelina y Alice que vengan a posar-devolvió Harry rápidamente.
-jaque-exclamo George.
-mate-termino Fred.
Las risas no tardaron en surgir al cabo de unos segundos, claro que después salió a flote el profesionalismo y comenzaron a conversar de las inversiones e invenciones que tenía cada miembro de sortilegios Weasley-Potter.
Harry después les comento a los gemelos de la voz que escucho cuando estaba en el despacho de Lockhart, los gemelos quedaron pensativos y concluyeron que Lockhart pudo haber escuchado la voz, pero el muy cobarde prefirió callar, Harry encontró mucha lógica en esa conclusión y sin decir más cada uno partió a su respectiva habitación.
Así llego octubre Harry veía como mejoraba con el entrenamiento del profesor Flitch, en definitiva los duende sí que sabían cómo entrenar duro, las runas de gravedad eran potentes de hecho una presión de 15 G era lo máximo que soportaron algunos duende, Harry al ser un Lycan en desarrollo podía resistir de mejor forma con el paso del tiempo pero ahora con una gravedad 4 veces más grande de lo normal, Harry tenía sus músculos trabajando constantemente, también su cerebro se estaba llenando de información mágica, el conocimiento es poder y el diminuto profesor se lo tomaba al pie de la letra, muchos hechizos eran los que lanzaba y muchos más se impactaban contra su cuerpo porque Flitch era duro en los duelos y cualquier error lo pagaba caro.
El clima en esta fecha era helado, sin consultas de nadie penetro en los gruesos muros del castillo, La señora Pomfrey, la enfermera, estaba atareadísima debido a una repentina epidemia de catarro entre profesores y alumnos, su poción Pepperup tenía efectos instantáneos, aunque dejaba al que la tomaba echando humo por las orejas durante varias horas, como Ginny Weasley tenía mal aspecto, Percy le insistió hasta que la probó. El vapor que le salía de debajo del pelo producía la impresión de que toda su cabeza estaba ardiendo, gotas de lluvia del tamaño de balas repicaron contra las ventanas del castillo durante días y días; el nivel del lago subió, los arriates de flores se transformaron en arroyos de agua sucia y las calabazas de Hagrid adquirieron el tamaño de cobertizos. El entusiasmo de Oliver Wood, sin embargo, no se enfrió, y por este motivo Harry, a última hora de una tormentosa tarde de sábado, cuando faltaban pocos días para Halloween, se encontraba volviendo a la torre de Gryffindor, calado hasta los huesos y salpicado de barro, a Harry no le molestaba de hecho amaba estar bajo la lluvia y sentir como esta se resbalaba por su cara y empapaba su cabello o cuando esta penetraba en su ropa y se pegaba a su cuerpo que por naturaleza estaba más caliente de lo normal, en definitiva adoraba ese clima y más aún si le presentaba tamaño duelo para controlar la escoba en esos vientos tan fuertes y la furia del agua.
Claro que debían prepararse de la mejor manera ya que en una de sus incursiones a "admirar" el trabajo del equipo de Slytherin debían decir que su juego se basaba en la velocidad y jugadas llenas de pases como ninguna vista hasta el momento, en definitiva, sería un desafío muy pero muy grande.
El pelinegro caminaba por el corredor desierto con los pies mojados, cuando se encontró con alguien que se encontraba tan concentrado como el, Nick Casi Decapitado, el fantasma de la torre de Gryffindor miraba por una ventana, murmurando para sí: «No cumplo con las características... Un centímetro... Si eso...»
-Hola, Nick-dijo Harry.
-Hola, hola-respondió Nick Casi Decapitado, dando un respingo y mirando alrededor.
Llevaba un sombrero de plumas muy elegante sobre su largo pelo ondulado, y una túnica con un cuello elevado, que disimulaba el hecho de que su cuello estaba casi completamente seccionado, tenía la piel pálida como el humo, y a través de él Harry podía ver el cielo oscuro y la lluvia torrencial del exterior, Harry se imaginó muchas veces que así luciría Lucían si pudiera "materializarse".
-parece preocupado joven Potter-dijo el casi decapitado con la mirada "humosa", pero que estaba enfocada en Harry mientras plegaba una carta y la guardaba meticulosamente en su túnica, aun Harry se preguntaba cómo podían escribir los fantasmas si se supone eran intangibles, misterios del universo y la magia.
-al igual que usted-respondió Harry.
-¡Bah!-Nick Casi Decapitado hizo un elegante gesto con la mano, en definitiva un después de muerto mantenía su clase-un asunto sin importancia... No es que realmente tuviera interés en pertenecer... aunque lo solicitara, pero por lo visto "no cumplo con las características"-a pesar de su tono displicente, tenía amargura en el rostro-pero cualquiera pensaría, cualquiera-estalló de repente, volviendo a sacar la carta del bolsillo, con furia parecía que quería romper en mil pedazos el trozo de papel fantasmal-que cuarenta y cinco hachazos en el cuello dados con un hacha mal afilada serían suficientes para permitirle a uno pertenecer al Club de Cazadores Sin Cabeza-
-desde luego-dijo Harry, que se dio cuenta de que el otro esperaba que le diera la razón, aunque internamente al igual que Lucían aun no comprendían como alguien podía tener tan mala suerte, es enserio, 45 hachazos y aun así no cortaban ese pedazo de piel y hueso
-por supuesto, nadie tenía más interés que yo en que todo resultase limpio y rápido, y habría preferido que mi cabeza se hubiera desprendido adecuadamente, quiero decir que eso me habría ahorrado mucho dolor y ridículo, sin embargo...-Nick Casi Decapitado abrió la carta y leyó indignado:
Sólo nos es posible admitir cazadores cuya cabeza esté separada del correspondiente cuerpo. Comprenderá que, en caso contrario, a los miembros del club les resultaría imposible participar en actividades tales como los Juegos malabares de cabeza sobre el caballo o el Cabeza Polo. Lamentándolo profundamente, por tanto, es mi deber informarle de que usted no cumple con las características requeridas para pertenecer al club. Con mis mejores deseos,
Sir Patrick Delaney-Podmore
Indignado, Nick Casi Decapitado volvió a guardar la carta.
-¡Un centímetro de piel y tendón sostiene la cabeza, Harry! La mayoría de la gente pensaría que estoy bastante decapitado, pero no, eso no es suficiente para sir Bien Decapitado-Podmore-
Nick Casi Decapitado respiró varias veces si es que los fantasmas necesitaban respirar tratando de calmarse, nuevamente Harry cavilaba sobre lo dicho por el fantasma, le encontraba lógica a él tal Patrick era evidente que eran razones de peso es decir no podría participar en nada, pero aun así por favor eran un montón de fantasmas, que le costaba integrarlo.
-pero hay algo en lo que pueda ayudarte Harry- pregunto el fantasma devolviendo la atención que le presto Harry.
-no gracias Sir Nicolás-dijo Harry-aunque si sabe la manera de pedir un juego de escobas de Quiddi….-
El resto de la frase de Harry no se pudo oír porque la ahogó un maullido estridente que llegó de algún lugar cercano a sus tobillos, bajó la vista y se encontró un par de ojos amarillos que brillaban como luces, era la Señora Norris, la gata gris y esquelética que el conserje, Argus Filch, utilizaba como una especie de segundo de a bordo en su guerra sin cuartel contra los estudiantes.
-es mejor que te vayas Harry-dijo el casi decapitado de manera rápida-Filch no está de buen humor-Harry lo quedo mirando con cara de "eso es una novedad"-tiene gripe y unos de tercero, por accidente, pusieron trozos de cerebro de rana en las mazmorras 5, se ha pasado toda la mañana limpiando, si te ve que le estas embarrando el suelo-dejo las palabras en el aire ya que Harry entendió de inmediato.
-bien-dijo Harry, alejándose de la mirada acusadora de la Señora Norris., pero no se dio la prisa necesaria aún estaba pensando en que era la voz que escucho, le preocupaba aún más que esa voz surgió del, quizá aún había una parte de Voldemort en él no lo quería ni pensar.
Argus penetró repentinamente por un tapiz que había a la derecha de Harry, llamado por la misteriosa conexión que parecía tener con su repugnante gata, a buscar como un loco y sin descanso a cualquier infractor de las normas, llevaba al cuello una gruesa bufanda de tela escocesa, y su nariz estaba de un color rojo que no era el habitual.
-¡Suciedad!-gritó, con la mandíbula temblando y los ojos salidos de las órbitas, al tiempo que señalaba el charco de agua sucia que había goteado de la túnica de quidditch de Harry-¡Suciedad y mugre por todas partes! ¡Hasta aquí podíamos llegar! ¡Sígueme, Potter! -
Así que Harry hizo un gesto de despedida a Nick Casi Decapitado y siguió a Filch escaleras abajo, duplicando el número de huellas de barro.
Harry no había entrado nunca en la conserjería de Filch era un lugar que evitaban la mayoría de los estudiantes, una habitación lóbrega y desprovista de ventanas, iluminada por una solitaria lámpara de aceite que colgaba del techo, y en la cual persistía un vago olor a pescado frito, era como se la habían descrito los gemelos, ellos eran visitantes frecuentes, en las paredes había archivadores de madera, por las etiquetas, Harry imaginó que contenían detalles de cada uno de los alumnos que Filch había castigado en alguna ocasión, Fred y George Weasley tenían para ellos solos un cajón entero en definitiva los gemelos sí que sacaban de quicio a Filch, detrás de la mesa de este, en la pared, colgaba una colección de cadenas y esposas relucientes, todos sabían que él siempre pedía a Dumbledore que le dejara colgar del techo por los tobillos a los alumnos.
Filch tomo una pluma de un bote que había en la mesa y empezó a revolver por allí buscando pergamino.
-Cuánta porquería-se quejaba, furioso- mocos secos de lagarto silbador gigante..., cerebros de rana..., intestinos de ratón... Estoy harto... Hay que dar un escarmiento... ¿Dónde está el formulario? Ajá...
Encontró un pergamino en el cajón de la mesa y lo extendió ante sí, y a continuación mojó en el tintero su larga pluma negra.
-Nombre: Harry Potter. Delito: ...
- ¡Sólo fue un poco de barro! -dijo Harry.
-Sólo es un poco de barro para ti, muchacho, ¡pero para mí es una hora extra fregando! -gritó Filch, una gota temblaba en la punta de su protuberante nariz-delito: ensuciar el castillo. Castigo propuesto: ...
Secándose la nariz, Filch miró con desagrado a Harry, entornando los ojos, el muchacho aguardaba su sentencia conteniendo la respiración.
Pero cuando Filch bajó la pluma, se oyó un golpe tremendo en el techo de la conserjería, que hizo temblar la lámpara de aceite.
-¡PEEVES!-bramó Filch, tirando la pluma en un acceso de ira-¡Esta vez te voy a pillar, esta vez te pillo! - Y, olvidándose de Harry, salió de la oficina corriendo con sus pies planos y con la Señora Norris galopando a su lado.
-jamás pensé que diría esto, pero gracias Peeves-dijo Harry liberando un suspiro.
Podía escapar pero de seguro el celador lo mandaría con Dumbledore, por nada del mundo quería ver a esa vieja cabra o peor aún a McGonagall, esa mujer sí que sabía inspirar miedo, incluso a Lucían que había visto muchas cosas, así que sin más opciones se sentó en la silla que estaba a un lado de la polvorienta mesa, aparte del formulario a medio rellenar, sólo había otra cosa en la mesa: un sobre grande, rojo y brillante con unas palabras escritas con tinta plateada, tras echar a la puerta una fugaz mirada para comprobar que Filch no volvía en aquel momento, Harry cogió el sobre y leyó:
«EMBRUJORRÁPID»
Curso de magia por correspondencia
para principiantes.
En ese momento Harry se dio cuenta de algo, de seguro el celador era un squib, un nacido de algún padre mágico sin magia alguna, por eso realizaba las tareas sin magia no era que no supiera o se lo prohibieran, era porque no podía, algo sobre el famoso "embrujorapid" y esas cosas sabia ya que cuando compro un par de cosas en el callejón Diagon era bastante solicitado al parecer no todos los magos tenían el dinero para costear una escuela mágica o simplemente su magia era muy débil, como dicen la curiosidad mato al gato por lo que Harry al no escuchar a Filch se puso a leer, cuando un ruido de pasos arrastrados le indicó que Filch regresaba, metiendo los pergaminos en el sobre, lo volvió a dejar en la mesa y en aquel preciso momento se abrió la puerta.
Filch parecía triunfante.
-¡Ese armario evanescente era muy valioso!-decía con satisfacción a la Señora Norris- Esta vez Peeves es nuestro, querida-
Sus ojos tropezaron con Harry y luego se dirigieron como una bala al sobre de Embrujorrápid que, como Harry comprendió demasiado tarde, estaba a medio metro de distancia de donde se encontraba antes.
La cara pálida de Filch se puso de un rojo subido, Harry se preparó para acometer un maremoto de furia, Filch se acercó a la mesa cojeando, cogió el sobre y lo metió en un cajón.
- ¿Has... lo has leído? -murmuro
-No-se apresuró a mentir.
Filch se retorcía las manos nudosas.
-Si has leído mi correspondencia privada..., bueno, no es mía..., es para un amigo..., es que claro..., bueno pues...-
Harry lo miraba expectante a cualquier movimiento, nunca había visto a Filch tan alterado, los ojos se le salían de las órbitas y en una de sus hinchadas mejillas había aparecido un tic que la bufanda de tejido escocés no lograba ocultar.
-Muy bien, vete... y no digas una palabra... No es que..., sin embargo, si no lo has leído... Vete, tengo que escribir el informe sobre Peeves... Vete...-
Asombrado de su buena suerte, Harry salió de la conserjería a toda prisa, subió por el corredor y volvió a las escaleras, salir de la conserjería de Filch sin haber recibido ningún castigo era seguramente un récord que debía presumir frente a los gemelos que estaban el cuarto piso.
Un sonido de explosión sonó en dicho lugar y una gran cantidad de humo negro se extendió en la habitación, los gemelos tenían la cara cubierta de hollín, un poco del pelo rojizo chamuscados y estaban a unos 5 metros de la explosión.
-creo que no pasamos Freddy-dijo George levantándose como podía.
-no me digas-respondió Fred mirándolo con mala cara mientras se tomaba la espalda, aunque claro eso duro poco porque cuando vio que George estaba todo manchado y al parecer le faltaba un poco de una ceja se retorció en el suelo riéndose.
Aunque por el otro lado la cosa era similar ya que a Fred se le habían quemado las patillas y George reía como si no hubiera mañana, si, la pólvora era explosiva, de gran manera y más si la encendían de cerca y dentro de un objeto con poco espacio, con mucho aire además de un acelerante natural de los gemelos, una gotita de gasolina Muggle.
- ¡Harry! ¡Harry! ¿Funcionó? - Nick Casi Decapitado salió de un aula deslizándose, a sus espaldas, Harry podía ver los restos de un armario grande, de color negro y dorado, que parecía haber caído de una gran altura.
-Convencí a Peeves para que lo estrellara justo encima de la conserjería de Filch-dijo Nick emocionado- pensé que eso le podría distraer-
- ¿Ha sido usted?-dijo Harry, agradecido-claro que funcionó, ni siquiera me van a castigar. ¡Gracias, Nick! -
Se fueron andando juntos por el corredor, Nick Casi Decapitado, según notó Harry, sostenía aún la carta con la negativa de sir Patrick.
-me gustaría poder hacer algo para ayudarle en el asunto del club-dijo Harry.
Nick Casi Decapitado se detuvo sobre sus huellas, y Harry pasó a través de él, lamentó haberlo hecho; fue como pasar por debajo de una ducha de agua fría.
-pero hay algo que podríais hacer por mí-dijo Nick emocionado-Harry, ¿sería mucho pedir...? No, no va a querer…-
- ¿Qué es? -
-bueno, el próximo día de Todos los Santos se cumplen quinientos años de mi muerte-dijo Nick Casi Decapitado, irguiéndose y poniendo aspecto de importancia.
-¡Ah!-exclamó Harry, no muy seguro de si tenía que alegrarse o entristecerse-¡Bueno!-aunque él personalmente se entristecía un poco pues fue en ese fatídico día que sus padres perecieron y el paso a ser un peón en el juego de Dumbledore y Voldemort.
-voy a dar una fiesta en una de las mazmorras más amplias, vendrán amigos míos de todas partes del país, para mí sería un gran honor que ustedes pudieran asistir, naturalmente, los señores Weasley, Longbottom y la señorita Granger también están invitados, pero me imagino que prefieren ir a la fiesta del colegio-miró a Harry con inquietud.
-no-dijo Harry enseguida-iré...no se los gemelos, Neville o Hermione, pero yo sí asistiré-
- ¡Mi estimado muchacho! ¡Harry Potter en mi cumpleaños de muerte! Y…-dudó, emocionado- ¿Tal vez podrías mencionarle a sir Patrick lo horrible y espantoso que les resulto? -
-por supuesto-contestó Harry.
Nick Casi Decapitado le dirigió una sonrisa.
Academia de jóvenes Magos (ubicación desconocida)
Nymphadora Tonks o secretamente, Potter, estaba realizando sus deberes de maestría en magia y aparición, el nivel que tenía la academia de exigencia era muy alto, hasta el momento se mantenía a buen nivel pero era…torpe, un poco tal vez demasiado, asique en las clases de ocultamiento y sigilo le costaba pasarlas ya que siempre pasaba a botar algún objeto, cuando lanzaba el hechizo demoraba mucho en lanzar el hechizo inmovilizante y cuando el enemigo caía emitía mucho sonido, o tropezaba y quedaba indefensa, claro que se avergonzaba mucho y su cabello lo demostraba poniéndose de color rojo.
Aunque en esos momentos sus pensamientos eran otros, trataba de hacer sus deberes, pero no podía estaba pensando en cierto chico de ojos esmeralda.
-vamos Nymphadora concéntrate, Harry está bien, esforzándose, a quien engaño, no se esfuerza, el desgraciado y aun así le va bien…ya te echo de menos, me haces falta, estoy caliente ahgg, deja de pensar en eso-penso Nym mientras se jalaba el pelo- concéntrate-
-otra vez pensando en Harry, Tonks- quiso saber una chica de cabello rubio, que le llegaba debajo de los hombros, esbelta, aunque sin dejar de lado las curvas, ojos verde agua y una sonrisa permanente, de tez blanca.
Nym la miro con los ojos entrecerrados y una mirada analítica
-deja de usar tu legemancia natural en mí-reclamo la Tonks
-ya sabes que no puedo hacerlo-dijo la chica con su característica sonrisa y mirada perdida.
-ya lo sé-dijo Nym-aunque aún no me dices como lo haces cuando tengo mis barreras de Oclumancia en su máximo nivel-
-no te lo diré-sonrió la rubia-y tu cabello se pone verde cuando piensas en Harry-
La metamorfomaga se avergonzó y así lo demostró su cabello.
-aunque si lo que me cuentas de Harry y lo que pude ver es real, Nymphadora no te molestaría que intente algo con él o si-dijo con total naturalidad
En ese momento la Black dormida despertó y le dio una mirada de muerte a Gweneviere, quien como siempre no estaba prestando atención y dijo.
-inténtalo y veras que sucede-
-bien, tú me autorizaste-dijo la chica con una sonrisa- el sí rompe el molde de todo mago que conozca-pensó.
-me enfureces, Goldstein- dijo Nym.
- ¿Por qué ?-pregunto con total naturalidad la rubia y Nym alzo los puños, maldijo a Merlín.
-que celebras Tonks-pregunto un chico y Nym se dio vuelta-es enserio, mi día no puede empeorar más-
-no nos desvistas con la mirada Charles-dijo por primera vez, seria y sin emoción Gweneviere.
Aun así, el chico se acercó, al parecer no sabía captar indirectas.
Hogwarts, Colegio de magia y hechicería.
-porque siento que debo romperle la cara a alguien-pensó Harry, Lucían tampoco lo sabía, que extraño era el mundo.
- ¿Un cumpleaños de muerte? -dijo Hermione entusiasmada, cuando Harry se hubo cambiado de ropa y reunido con ella, junto a Fred y George en la sala común-estoy segura de que hay muy poca gente que pueda presumir de haber estado en una fiesta como ésta, ¡Será fascinante! -
- ¿Para qué quiere uno celebrar el día en que ha muerto? -dijo George que aún veía la forma de reparar su ceja perdida y Fred que estaba a su lado viendo cómo recuperar sus patillas pensaba lo mismo, aunque la idea sonaba novedosa-suena a aburrimiento mortal-
Todos rieron un poco y más si mirabas a los gemelos con su peculiar apariencia, Fred sin embargo dijo que lo esperan mientras iba por algo a su dormitorio, George se dirigió al baño, por lo que Harry, comenzó a escribir una carta para Nym y otra para Fleur, Fred luego apareció con una salamandra, se les ocurrió hacerlo comer una bengala del doctor Filibuster.
Hermione se molestó y se alejó a leer más del dichoso Lockhart, Neville que se mantenía en silencio leyendo sus libros y Harry estaban ansiosos por ver lo que sucedía, claro un montón de chicos también en ellos estaba incluido Ron, que ahora trataba de acercarse a Harry más que nunca o Lee Jordan que ayudo a los gemelos en el "rescate".
El animal rescatado era un lagarto de color naranja escupidor de fuego, de una de las clases de Cuidados de Criaturas mágicas que ahora ardía como si estuviera en su habitad natural ignorando al público presente.
Cuando de pronto la salamandra pasó por el aire zumbando, arrojando chispas y produciendo estallidos mientras daba vueltas por la sala, la imagen de Percy riñendo a Fred y George hasta enronquecer, la espectacular exhibición de chispas de color naranja que salían de la boca de la salamandra, y su caída en el fuego, con acompañamiento de explosiones, hicieron que Harry riera como pocas veces en su vida.
Llego Halloween y también la tristeza para Harry, aunque jamás estuvo con ellos aun extrañaba a sus padres, también su odio estaba presente en esa fecha odiaba con más intensidad a Voldemort y claro aún estaba preocupado por saber que fue esa voz que escucho no la había vuelto a escuchar en el castillo y sus dudas se incrementaban, la escucho o su mente la produjo en cualquiera de los casos era algo malo.
El Gran comedor estaba acorde a la celebración, los murciélagos vivos de siempre acompañaban la decoración, las calabazas de Hagrid habían sido convertidas en lámparas tan grandes que tres hombres habrían podido sentarse dentro, y corrían rumores de que Dumbledore había contratado una compañía de esqueletos bailarines para el espectáculo.
A las 7 en punto emprendieron marcha pasando por el Gran comedor que estaba lleno de colores y griteríos de momias que se movían o dulces acordes al momento, algunos con forma de sesos o intestinos, sin detenerse continuaron su andar rumbo a las mazmorras.
El cual al igual que el Gran comedor estaba iluminado con velas, aunque el efecto que producían no era alegre en absoluto, porque eran velas largas y delgadas, de color negro
azabache, con una llama azul brillante que arrojaba una luz oscura y fantasmal incluso al iluminar las caras de los vivos, la temperatura descendía a cada paso que daban, al tiempo que se ajustaba la túnica, Harry oyó un sonido como si mil uñas arañasen una pizarra y claro sus oídos súper agudos se lo reprocharon de inmediato.
- ¿A esto le llaman música? -se quejó Fred al doblar una esquina del pasadizo, encontraron a Nick Casi Decapitado ante una puerta con colgaduras negras.
-amigos-dijo con profunda tristeza-bienvenidos, bienvenidos... les agradezco que hayan asistido…-
Hizo una floritura con su sombrero de plumas y una reverencia señalando hacia el interior,
lo que vieron les pareció increíble, la mazmorra estaba llena de cientos de personas transparentes, de color blanco perla, la mayoría se movían sin ánimo por una sala de baile abarrotada, bailando el vals al horrible y trémulo son de las treinta sierras de una orquesta instalada sobre un escenario vestido de tela negra, del techo colgaba una lámpara que daba una luz azul medianoche, al respirar les salía humo de la boca; aquello era como estar en un frigorífico.
- ¿Damos una vuelta? -propuso Harry, con la intención de calentarse los pies y tratando de alegrar el ambiente.
-Cuidado no vayas a atravesar a nadie-advirtió Neville, algo nervioso, mientras empezaban a bordear la sala de baile, pasaron por delante de un grupo de monjas fúnebres, de una figura harapienta que arrastraba cadenas y del Fraile Gordo, un alegre fantasma de Hufflepuff que hablaba con un caballero que tenía clavada una flecha en la frente, Harry no se sorprendió de que los demás fantasmas evitaran al Barón Sanguinario, un fantasma de Slytherin, adusto, de mirada impertinente y que exhibía manchas de sangre plateadas.
-Oh, no-dijo Hermione, parándose de repente-Volvamos, volvamos, no quiero hablar con Myrtle la Llorona-
- ¿Con quién? -le preguntó Harry, retrocediendo rápidamente.
-Ronda siempre los lavabos de chicas del segundo piso-dijo Hermione.
- ¿Los lavabos? -
-Sí, no lo hemos podido utilizar en todo el curso porque siempre le dan tales ataques de lágrimas que lo deja todo inundado, de todas maneras, nunca entro en ellos sí puedo evitarlo, es horroroso ir al baño mientras la oyes llorar-
- ¡Mira, comida! -dijo George que ya tenía hambre al igual que el resto-vamos-
Al otro lado de la mazmorra había una mesa larga, cubierta también con terciopelo negro, se acercaron con entusiasmo, pero ante la mesa se quedaron inmóviles, horrorizados, el olor era muy desagradable, en unas preciosas fuentes de plata había unos pescados grandes y podridos; los pasteles, completamente quemados, se amontonaban en las bandejas; había un pastel de vísceras con gusanos, un queso cubierto de un esponjoso moho verde y, como plato estrella de la fiesta, un gran pastel gris en forma de lápida funeraria, decorado con unas letras que parecían de alquitrán y que componían las palabras:
Sir Nicholas de Mimsy-Porpington,
fallecido el 31 de octubre de 1492.
Harry contempló, asombrado, que un fantasma corpulento se acercaba y, avanzando en cuclillas para ponerse a la altura de la comida, atravesaba la mesa con la boca abierta para ensartar por ella un salmón hediondo.
- ¿Le encuentras el sabor de esa manera? -le preguntó Harry.
-Casi -contestó con tristeza el fantasma, y se alejó sin rumbo.
-Supongo que lo habrán dejado pudrirse para que tenga más sabor -dijo Hermione con aire de entendida, tapándose la nariz e inclinándose para ver más de cerca el pastel de vísceras podrido, la nariz de Harry le gritaba que se alejara.
—Vámonos, me dan náuseas —dijo Fred
Pero apenas se habían dado la vuelta cuando un hombrecito surgió de repente de debajo de la mesa y se detuvo frente a ellos, suspendido en el aire.
-Hola, Peeves-dijo Harry, con precaución a diferencia de los fantasmas que había alrededor, Peeves el poltergeist no era ni gris ni transparente, llevaba sombrero de fiesta de color naranja brillante, pajarita giratoria y exhibía una gran sonrisa en su cara ancha y malvada.
- ¿Algo de su agrado? -invitó amablemente, ofreciéndoles un cuenco de cacahuetes recubiertos de moho.
Se negaron amablemente y después de escuchar por un buen rato llorar a Myrtle la Llorona, cortesía de Peeves, Nick Casi Decapitado iba hacia ellos entre la multitud.
- ¿lo están pasando bien? -
- ¡Sí! -mintieron.
-Ha venido bastante gente -dijo con orgullo Nick Casi Decapitado-Mi Desconsolada Viuda ha venido de Kent, bueno, ya es casi la hora de mi discurso, así que voy a avisar a la orquesta-
La orquesta, sin embargo, dejó de tocar en aquel mismo instante, se había oído un cuerno de caza y todos los que estaban en la mazmorra quedaron en silencio, a la expectativa.
-Ya estamos-dijo Nick Casi Decapitado con cierta amargura.
A través de uno de los muros de la mazmorra penetraron una docena de caballos fantasma, montados por sendos jinetes sin cabeza, los asistentes aplaudieron con fuerza;
Los caballos galoparon hasta el centro de la sala de baile y se detuvieron encabritándose; un fantasma grande que iba delante llevaba bajo el brazo su cabeza barbada y soplaba el cuerno, descabalgó de un brinco, levantó la cabeza en el aire para poder mirar por encima de la multitud, con lo que todos se rieron, y se acercó con paso decidido a Nick Casi Decapitado, ajustándose la cabeza en el cuello.
- ¡Nick! -dijo con voz ronca- ¿cómo estás? ¿Todavía te cuelga la cabeza? -
Rompió en una sonora carcajada y dio a Nick Casi Decapitado unas palmadas en el hombro.
-Bienvenido, Patrick-dijo Nick con frialdad.
- ¡Vivos! -dijo sir Patrick, al ver a Harry, Ron y Hermione, dio un salto tremendo pero fingido de sorpresa y la cabeza volvió a caérsele.
La gente se río otra vez.
-Muy divertido-dijo Nick Casi Decapitado con voz apagada.
—¡No se preocupen por Nick! —gritó desde el suelo la cabeza de sir Patrick- ¡Aunque se enfade, no le dejaremos entrar en el club! Pero quiero decir..., miren el amigo... -
-Creo-dijo Harry a toda prisa, en respuesta a una mirada elocuente de Nick-que Nick es alguien increíble no cualquier fantasma puede presumir que su cuello resistió 47 hachazos antes de ser cortado en su mayoría, debe ser el único fantasma que puede caminar tranquilamente sin preocuparse por donde está su cabeza, de los decapitados claro está, además su cabeza es única no creo que ningún otro fantasma tiene esa habilidad y sobre todo el terror que causa en el castillo es enorme, creo que hablo por todos aquí cuando digo que los fantasmas sin cabeza están pasado de moda, ustedes tienen envidia del, esa es la razón por la cual no lo aceptan, por eso todas sus actividades incluyen poder manipular la cabeza porque las acondicionaron para ustedes y no se les ocurre una actividad donde puedan vencer a Nick casi decapitado-
Todo el ambiente se mantuvo en silencio una vez Harry término de dar si punto de vista, Nick estaba erguido en todo su porte orgulloso ahora de su ¿decapitación incompleta?
Con los ánimos reanimados el fantasma de Gryffindor comenzó su discurso y los del club de decapitados quedaron olvidados y para no sentirse ignorados se fueron de la fiesta, al cabo del discurso Harry, el resto se despidieron del fantasma que le agradeció a Harry y siguió disfrutando de su fiesta.
Fueron hacia la puerta, sonriendo e inclinando la cabeza a todo el que los miraba, y un minuto más tarde subían a toda prisa por el pasadizo lleno de velas negras.
-Quizás aún quede pudín-dijo Neville con esperanza, abriendo el camino hacia la escalera del vestíbulo.
Y entonces Harry lo oyó.
-... Desgarrar... Despedazar... Matar...-
Paren todo, buen día de trabajo señores, volvemos a las andanzas gente, espero les guste y ya nos veremos después.
Bye.
