Disyuntivas
En la base de Nova Forge en Cybertron, Shockwave estaba absorto en sus pensamientos mientras examinaba los últimos informes de la alianza. La vasta sala de control, llena de pantallas holográficas y dispositivos de monitoreo, brillaba con una luz azul tenue. La eficiencia y precisión reinaban en cada rincón, reflejando la mente lógica y analítica del mismo.
Soundwave, desde una de las pantallas de comunicación, se conectó directamente con el científico purpureo; su figura se proyectó con claridad, mostrando el habitual semblante imperturbable del espía Decepticon.
— Soundwave, me has contactado en el momento adecuado. Necesitamos evaluar las implicaciones de esta alianza con los humanos y la situación con Megatron — comenzó Shockwave, su tono firme y racional.
— La alianza presenta tanto oportunidades como riesgos — respondió el jet espía con su voz monótona. — Los recursos de la Tierra son valiosos, pero la traición humana es una posibilidad constante.
Shockwave asintió, sus pensamientos resonando con las palabras de Soundwave.
— Megatron ha retomado su logotipo púrpura, un símbolo que puede causar división entre nuestras filas. A pesar de su posición como aliado de los Autobots, debemos considerar sus intenciones y lealtades. ¿Puede realmente actuar en favor de Cybertron mientras trabaja con nuestros antiguos enemigos? — reflexionó Shockwave, su óptico parpadeando con análisis.
— La vigilancia será esencial. Debemos monitorear cada movimiento y asegurar que las decisiones se tomen con base en datos concretos y no en emociones o alianzas temporales — afirmó el mecha de cromas azulados con certeza.
— Estoy de acuerdo. No podemos permitir que el pasado influya en nuestras decisiones actuales. La lógica y la ciencia deben guiar nuestras acciones. Prepararé un informe completo con posibles escenarios y estrategias de contingencia. Necesitamos estar listos para cualquier eventualidad — concluyó el científico, su mente ya trabajando a toda velocidad.
Soundwave asintió, comprendiendo la importancia de la preparación.
— Continuaré recopilando información desde la Tierra. Juntos, aseguraremos que Cybertron se fortalezca y prospere, sin importar las alianzas o traiciones que puedan surgir — aseguró el espía.
Fue en ese momento que la conexión se vio invadida por una nueva firma. Starscream abrió un canal de comunicación desde su oficina, la cual era una combinación de austeridad y funcionalidad, reflejo de la mentalidad pragmática del comandante aéreo. El volador tricolor estaba de pie junto a una pantalla holográfica que se dibujaba en el centro de la misma; sus brazos cruzados, observando la actividad en el exterior en el sinfín de ventanas que se mostraban en la misma, con una mezcla de impaciencia y frustración. El mecha de cromas azulados, siempre tranquilo y calculador, estaba de pie cerca del escritorio, analizando datos y preparando rutas de tránsito.
— El tratado, como lo comenté con Soundwave, es... interesante — fue la sencilla respuesta de Shockwave, mientras finalizaba de leer los parámetros del mismo.
— Seguimos tu consejo, no te quejes — intervino Starscream con fastidio. El volador estaba cansado de tanta política, y deseaba subir a su nave y volver a casa. Sin embargo, por el momento no era posible, aún había heridos que necesitaban atención y reparaciones en proceso para su flota.
— No me estoy quejando, solo emití una expresión en referencia a lo que acabo de analizar. Aunque, ahora que lo mencionas, comandante aéreo, ¿por qué no sales a dar un vuelo de reconocimiento con tu escuadra? — prosiguió el científico con su característico acento.
— No eres nada discreto, Shockwave. Si quieres que me pierda, solo dilo — afirmó el volador manteniendo el gesto hosco que vestía en esos últimos ciclos. Su procesador le decía que estaban tomando las decisiones adecuadas, aunque su chispa se negaba a aceptar del todo lo que estaba pasando. Más aun considerando que el traidor había retomado su logotipo púrpura, lo que dejó al jet tricolor en un estado de ira inusitada. No lo asesinó porque, al final, este fue el creador de su grupo y pensaba que traería más problemas entre su armada la desaparición de dicho personaje, además el aludido prefería seguir habitando una habitación en las torres Autobot. Pero para ellos, Megatron no sería más que un hombre de campo, y eso ya era una gran concesión de su parte. De ser por él, Starscream le habría disparado en el momento en que se atrevió a tal cosa.
— Al menos habremos de conseguir materiales útiles para la generación de energía — prosiguió el científico Decepticon. — Necesitamos empezar a trazar un curso de recuperación de fragmentos. He hecho algunos análisis que nos dan el tiempo de vida, y aunque es largo, lo mejor es prevenir recaídas. Cybertron requiere muchos más métodos de abastecimiento, y la población crecerá aún más, según los informes presentados por Soundwave.
— Las estadísticas muestran un crecimiento alto, considerando la cantidad de mechas que desean unirse a las filas de Cybertron y Nova Forge — añadió el espía.
— Eso es algo que no podemos evitar. De hecho, he estado pensando al respecto, y creo que el Venganza está listo para una pequeña misión de recuperación. Podría partir junto con un par de naves más para la recuperación de cristales y fragmentos, mientras el resto de la armada termina de abastecerse, así como las reparaciones. Podríamos adelantarnos, tener un encuentro intermedio y regresar a casa con todo el cargamento. Optimizaríamos tiempos y recursos — explicó Starscream.
— Es una gran posibilidad — intervino Shockwave.
— Trazaré las rutas posibles de tránsito considerando nuestros últimos descubrimientos — exclamó Soundwave.
— Perfecto, creo que contamos con un plan. Ahora, si no les molesta, tengo que hacer un vuelo de revisión con mi escuadra. Hubo un pequeño altercado en uno de los puntos más alejados de la zona y quiero hacerme cargo personalmente. Comenzaremos la planeación el próximo ciclo. Mientras tanto, disfruten el tiempo libre, caballeros; porque no sé cuándo volveremos a contar con él. En cuanto a Megatron, mientras se mantenga en la oscuridad con este asunto de los cristales, será soportable — finalizó el caza, marchándose para encontrarse con Skywarp y Novastorm en el camino.
La comunicación se cortó, dejando a Shockwave sumido en sus pensamientos. Sabía que la situación era compleja y que cada decisión tendría repercusiones a largo plazo. Pero también sabía que, con lógica y preparación, podrían superar cualquier obstáculo y asegurar un futuro brillante para Cybertron. Ahora la única interrogante seguía siendo el viejo gladiador.
…
En la torre Autobot, Megatron se encontraba en una sala de conferencias improvisada, con paredes metálicas y una mesa robusta en el centro. La luz tenue creaba sombras alargadas, reflejando la tensión en el aire. Hashtag, la Terrana que alguna vez creyó en el caza, ahora lo odiaba por lo que a su parecer era un crimen sin castigo. El volador asesinó a los terranos del caos, y eso era algo que ella jamás le habría de perdonar. Al ver al mecha gris en solitario, aprovechó la oportunidad de acercarse con una expresión seria y preocupada.
— Megatron, debo hablar contigo sobre Starscream — comenzó con urgencia. — Es peligroso. Creo que deberías derrocarlo a él y a sus seguidores para que retomes el mando de los Decepticons. Estaríamos más seguros. Sabes que el Seeker ya rompió una alianza antes.
El gladiador asintió lentamente, comprendiendo la preocupación de la joven. Sabía que el volador tricolor era ambicioso y peligroso, pero también sabía que el asunto era más complejo.
— Entiendo tu preocupación, Hashtag, pero la situación no es tan sencilla — respondió — No solo depende de él. Shockwave y Soundwave están al mismo nivel en la cadena de mando. Derrocar a Starscream significaría enfrentarse también a ellos, y tendríamos tres enemigos formidables en lugar de uno.
La femme frunció el ceño, claramente desconcertada.
— Pero si logramos deshacernos de Starscream, podrías manejar a los otros dos. La traición y la ambición del Seeker son demasiado peligrosas para ignorarlas.
Megatron suspiró, sabiendo que tenía que explicar la complejidad de la situación a la joven Terrana que, a pesar de su corta edad, ya había experimentado múltiples pérdidas. La realidad siempre nos alcanza a todos, y aunque ella no quiera verlo o busque en su interior culpar al jet tricolor de todos sus problemas, las cosas iban más allá de un simple hecho.
— Starscream es peligroso, sí, pero también es un líder capaz y con seguidores leales. Shockwave y Soundwave tienen sus propios recursos y habilidades. No podemos subestimarlos. La alianza que estamos formando requiere que trabajemos juntos, incluso si eso significa soportar tensiones.
Megatron se inclinó hacia adelante, mirando directamente a la Terrana.
— La verdadera fortaleza no está en derrocar a nuestros enemigos internos, sino en encontrar una manera de trabajar juntos hacia un objetivo común. Tú alguna vez decidiste darle la oportunidad. Tal vez tus palabras e ideas no estaban tan erradas en ese entonces. Además, si Starscream, Shockwave y Soundwave se convirtieran en enemigos, nuestras probabilidades de éxito se reducirían drásticamente. Debemos ser inteligentes y estratégicos.
Ella asintió lentamente, comenzando a comprender la magnitud de lo que Megatron le estaba explicando. No era tonta, entendía los riesgos, pero no podía evitar sentirse engañada y traicionada por el caza, lo que la enfurecía. Más considerando que, al final, él salió victorioso y sin remordimientos. Era un monstruo como todos decían, y le dolía haber tardado tanto en verlo.
— Entonces, ¿qué hacemos? — preguntó, buscando guía.
— Mantenemos la vigilancia — respondió Megatron con firmeza. — Nos preparamos para cualquier eventualidad, pero no provocamos una confrontación innecesaria. Debemos mantener a nuestros enemigos cerca, pero sin perder de vista nuestras metas. Si llega el momento en que Starscream se convierte en una amenaza directa, entonces tomaremos las medidas necesarias.
La terrana asintió, decidida a seguir el consejo de su amigo. Vigilaría al volador y descubriría sus triquiñuelas. Jamás la volvería a engañar.
— Entiendo — Exclamo
— Eso es todo lo que podemos hacer por ahora — concluyó el guerrero plateado. — La estrategia y la paciencia son nuestras mejores armas. No lo olvides.
Con esas palabras el gladiador se alejó, dejando a Hashtag con una nueva perspectiva sobre la situación. Sabía que los tiempos eran complicados, pero estaba decidida a asegurar un futuro brillante para sus hermanos, sin importar los desafíos que enfrentaran.
…
El sol de la tarde bañaba el cielo con un resplandor dorado mientras los tres Seekers, Starscream, Skywarp y Novastorm, surcaban los aires. La brisa acariciaba sus armaduras metálicas, creando un suave murmullo a su paso. El vuelo en formación, impecable y coordinado, reflejaba la maestría y experiencia de los voladores cybertronianos.
El comandante aéreo lideraba la formación, disfrutando del vuelo y la momentánea paz que el cielo les ofrecía. La vastedad del horizonte y la luz cálida del sol parecían aliviar momentáneamente sus preocupaciones. Con su escuadra a su lado, compartiendo el mismo sentimiento de libertad.
Al acercarse a la zona afectada, la vista idílica comenzó a cambiar. El paisaje se transformó en un escenario de devastación, con los restos de una nave caza enemiga derribada esparcidos por el suelo. La nave, completamente saqueada, presentaba marcas recientes de combate y destrucción.
Starscream descendió primero, seguido de cerca por su escuadra. Al aterrizar, el líder Seeker caminó hacia los restos de la nave, observando con desagrado los signos de saqueo.
— Esto es inaceptable — murmuró con molestia — Los responsables deben estar cerca. Las marcas son recientes.
— Manténganse juntos y en alerta. No dejaremos que nada ni nadie comprometa lo que hasta ahora se ha hecho. Con esa orden, los tres Seekers se adentraron en el área devastada, listos para enfrentar cualquier peligro que pudiera surgir. La paz momentánea del vuelo había sido reemplazada por la urgencia de proteger sus intereses y asegurar que sus enemigos no escaparan impunes.
Mientras los voladores avanzaban por el área devastada, un leve sonido metálico y un destello captaron la atención de su comandante. En la distancia, un enemigo tecno orgánico, visiblemente dañado pero aún funcional, se levantó de entre los escombros y comenzó a huir.
— ¡Allí! — gritó el caza tricolor, alzando su arma. — ¡No lo dejen escapar!
Skywarp y Novastorm reaccionaron rápidamente, abriendo fuego mientras el ente corría a través del terreno accidentado. Los disparos iluminaron el crepúsculo, creando un espectáculo de luces y sombras en el paisaje desolado.
El enemigo, a pesar de sus heridas, se movía con agilidad, esquivando los disparos con sorprendente destreza. Sin embargo, la lluvia de proyectiles eventualmente alcanzó su objetivo. Con un grito de dolor metálico, el tecno orgánico cayó al suelo, sus sistemas fallando visiblemente.
Los Seekers se acercaron con cautela, manteniendo sus armas apuntadas. Justo cuando Starscream iba a interrogarlo, la criatura activó un dispositivo de autodestrucción interno, su cuerpo brillando con una luz intensa antes de desintegrarse en una explosión controlada.
— Esto es muy extraño — murmuró el líder de la escuadra aérea, su voz cargada de molestia. — Las naves enemigas se suponían que habían huido, dejando solo los restos en la superficie. ¿Por qué estaba este aquí?
Skywarp inspeccionaba los alrededores analizando cada detalle.
— Parece que no estamos solos — dijo con precaución. — Debemos estar alertas.
Novastorm, con sus ópticos atentos a cualquier movimiento, añadió:
— No podemos permitir que estos saqueadores interfieran con nuestros planes. Debemos encontrar y neutralizar la amenaza.
De repente tele transportadora detectó un rastro inusual en el suelo, algo que no pertenecía a los Decepticons ni a los Autobots.
— Miren esto — dijo Skywarp, señalando las huellas. — No son marcas de nuestros enemigos habituales. Son diferentes.
Starscream se acercó, observando las huellas con atención. Su expresión se tornó más severa al reconocer el patrón.
— Son de los terranos — afirmó con desdén reconociendo las marcas del grupo. — ¿Qué están haciendo aquí? — preguntó una de las voladoras claramente confundida.
— Eso es lo que debemos descubrir — respondió su líder con firmeza. — Algo no cuadra. Si los terranos están involucrados, necesitamos saber por qué y qué pretenden.
Con esa nueva información, los Seekers continuaron su búsqueda, ahora con una doble misión: encontrar a los terranos y desentrañar el misterio de la nave tecnoorgánica.
Mientras tanto, Twitch, seguida de cerca por Thrash y Jawbreaker, avanzaba tratando de ocultar su forma de los cazas Decepticon. Habían aprendido de Bumblebee, Arcee y otros Autobots, lo que les había dado cierta experiencia en la invasión que se dio sobre la tierra, pero esta jamás se compararía con la de los jets cybertronianos. Si en el pasado habían jugado haciendo cosas tontas o ridículas, era porque aún los veían como sparklings. Ahora, la situación era completamente diferente.
La realidad se volvió obvia cuando los propulsores de las naves se hicieron presentes, rompiendo el silencio con un ataque supersónico creado por Novastorm, la voladora de cromas dorados y negros. Sus compañeros de ala descendieron con ella, listos para el combate.
— Así que los niños están jugando a la guerrilla — exclamó Starscream con seriedad. — Tal vez deberíamos tratar esto en un consejo de guerra y dejar atrás las tonterías. Esos seres son sumamente peligrosos.
— ¡Como si eso te importara! — gritó Thrash, interrumpiéndolo.
Twitch se adelantó, con una mezcla de determinación y miedo en sus ópticos. Recordaba el momento en que el caza tricolor la había salvado de Megatron cuando pelearon contra Mandroid. En ese entonces, lo había admirado, pero ahora, como Hashtag, lo veía con desconfianza. Sin embargo, no quería que la alianza se perdiera por su culpa.
— Starscream, espera — dijo Twitch, levantando un servo. — No tenemos que hacer esto. No queremos que la alianza se destruya. ¡Podemos hablar!
El comandante aéreo la miró, su expresión dura suavizándose ligeramente al recordar el momento compartido con Twitch. Pero su desconfianza persistía.
— ¿Hablar? — respondió con un tono sarcástico. — ¿Y qué me garantiza que no estás aquí para sabotear nuestros planes? ¿Por qué debería confiar en ti ahora? — recalco el caza.
— Porque no todos nosotros estamos de acuerdo con lo que sucedió — intervino Jawbreaker. — Queremos paz tanto como ustedes. No estamos aquí para luchar.
Novastorm y Skywarp intercambiaron miradas, sus armas aún apuntadas pero con una leve disminución en la tensión.
— ¡No me hagas reír! — Espetó el comandante aéreo — Ya he sido traicionado antes. No voy a permitir que eso suceda de nuevo.
— Lo sé — insistió Twitch, su voz temblando ligeramente. — Pero esto no tiene que ser así. No queremos más conflictos. Déjanos explicar lo que sucedió.
La lucha interna de Starscream era evidente. Por un momento, sus ópticos se encontraron con los de la pequeña dron y el arrepentimiento por sus propias acciones recayó en su chispa, recordó la sinceridad y valentía que había visto en ella, así como en la pequeña que el mismo sesgo con sus manos.
Finalmente, suspiró y bajó su arma, aunque todavía con cautela.
— Tienes cinco minutos — dijo. — Habla rápido, antes de que cambie de opinión.
Twitch asintió, aliviada pero consciente de que tenía poco tiempo para convencer al caza tricolor y evitar un enfrentamiento. Con el apoyo de Thrash y Jawbreaker, comenzó a explicar la situación, esperando que su sinceridad pudiera hacer la diferencia.
— Queríamos ser útiles — empezó, sus ojos fijos en los del volador. — No queríamos simplemente esperar y ver. Sabíamos lo peligroso que era, así que optamos por un puesto enemigo lejano para buscar algo que llevar a casa.
Starscream cruzó los brazos, escuchando atentamente aunque con una expresión de escepticismo.
— ¿Y qué fue lo que encontraron? — preguntó con un tono que mostraba su interés.
— Al llegar, encontramos una nave activa — explicó Twitch. — Al vernos, la nave nos atacó. Utilizó sus armas contra nosotros, pero gracias a nuestras habilidades logramos huir Sin embargo, el tecno orgánico a bordo estaba decidido a seguirnos y evitar que regresáramos. Fue justo en ese momento cuando ustedes, los Seekers, llegaron.
— El sujeto estaba loco — Intervino nuevamente Thrash, hizo estallar su nave antes de descender para seguirnos — Dijo.
Jawbreaker asintio en señal de apoyo.
— No queríamos causar problemas — añadió el joven dinobot terrestre— Solo estábamos tratando de ayudar y asegurarnos de que no quedaran amenazas ocultas.
Starscream los miró, su rostro suavizándose un poco al escuchar sus palabras. Recordó la sinceridad de Twitch y su valiente disposición a enfrentarse a las adversidades.
— Entiendo — dijo finalmente, su tono menos severo. — La situación es más compleja de lo que pensaba. Pero deben saber que cualquier acción impulsiva puede poner en riesgo todo lo que hemos pactado, si algo hubiese pasado nosotros seriamos los culpables y la guerra se reiniciaría a un nivel mayor. — Explico el volador, necesitamos que todos ustedes entiendan la importancia de la coordinación y la comunicación. Si vuelven a encontrar algo sospechoso, deben informarnos de inmediato.
Twitch y los demás asintieron.
— Lo haremos, lo prometemos — respondió Twitch con firmeza.
— Entonces, por ahora, regresen y asegúrense de no meterse en más problemas — concluyó el general girándose hacia sus compañeros Seekers. — Seguiremos adelante con nuestro plan, pero con una vigilancia aún mayor.
Con esa última advertencia, los cazas retomaron su misión, mientras Twitch y su grupo se retiraban, sabiendo que habían logrado evitar un conflicto mayor, pero conscientes de la fragilidad de la paz.
…
Una vez lejos de los terranos, Starscream y su grupo se reunieron en una zona apartada, lejos de posibles oídos indiscretos. El volador activó su comunicador, estableciendo contacto con el espía de alto rango.
— Soundwave, tenemos que informarte de un incidente que ocurrió mientras patrullábamos la zona — comenzó Starscream, su tono serio.
— Procede — respondió el aludido.
— Nos encontramos con un tecno orgánico enemigo que intentó huir y luego se autodestruyó. Además, detectamos la presencia de los terranos — explicó el caza.
El espía escuchó atentamente, su visor rojo brillando ligeramente mientras procesaba la información.
— La situación es... inusual. ¿Qué hacían esos sparklings en esa zona? — preguntó mostrando una ligera desconfianza.
— Según ellos, estaban investigando un puesto enemigo lejano para asegurarse de que no quedaran amenazas ocultas. Al llegar, encontraron una nave activa que los atacó. Lograron evitarla, pero justo cuando el tecno orgánico los iba a seguir, llegamos nosotros — relató el comandante aéreo.
— Mmm... Este incidente sugiere que podría haber más enemigos ocultos espiando y operando en áreas de difícil acceso.
Starscream asintió, compartiendo la preocupación de Soundwave.
— Estoy de acuerdo. Propongo organizar más patrullajes en estas zonas para verificar que no haya más eventos como este. Necesitamos asegurarnos de que no nos sorprendan.
— Programa algunas aleatorias, no contamos con suficiente personal y esto solo podría retrasarnos, por mucho que no me guste parece ser que necesitaremos ayuda local- Afirmo el volador.
— Me pondré en contacto con los Autobots para informar la situación — fue la réplica de su aliado antes de terminar la transmisión. El líder de escuadra maldijo en voz baja, su plan era salir cuanto antes del planeta, pero no lo haría hasta estar seguro de que no había más enemigos ocultos por ahí.
— Volvamos — fue la instrucción, saltando al aire seguido de cerca por sus compañeras aéreas.
A lo lejos, el grupo de mechas originarios del planeta Tierra vio cómo las naves se alejaban a gran velocidad, desapareciendo de la vista. La interacción con ellos fue extraña, no cordial pero tampoco agresiva. Twitch estaba un poco desconcertada. Escuchaba día y noche las quejas y preocupaciones de su hermana, pero al hablar con el comandante aéreo no vio nada de lo que ella describía. Sabía lo que Starscream había hecho; todos fueron testigos. La complicación con el grupo fuera del planeta había dejado cicatrices profundas. Años de paz siguieron a su partida, hasta el ataque enemigo que lo cambió todo.
Mientras observaba las naves desaparecer en el horizonte, los pensamientos de Twitch se tornaron introspectivos. La vida le había enseñado que las apariencias pueden ser engañosas y que incluso los héroes tienen sombras.
Las experiencias la habían marcado profundamente. La pérdida de su familia humana, no por la guerra, sino por el inexorable paso del tiempo, le mostró que la vida podía ser cruel de maneras insospechadas. Luego vino la invasión, trayendo consigo muerte, dolor, y destrucción. Ver esas muertes y pérdidas de cerca había puesto todo en perspectiva para ella.
— ¿Realmente son tan malos como dicen? — se preguntó en silencio, su mirada perdida en el cielo vacío. Los eventos recientes habían sacudido sus certezas y le hacían cuestionarse sobre la verdadera naturaleza de los Decepticons.
El Venganza, la nave que había traído de nuevo la paz, ahora parecía un símbolo paradójico de esperanza y traición. ¿Podría confiar en Starscream y los demás, o sería mejor mantenerse alerta y prepararse para cualquier eventualidad?
Con un suspiro, Twitch decidió que, por ahora, solo el tiempo y las acciones demostrarían la verdadera naturaleza de sus antiguos aliados y enemigos. Debía estar preparada para cualquier cosa, y no permitir que la incertidumbre paralizara sus decisiones.
…
Optimus Prime exhaló aire como si fuera un suspiro. Había leído el mensaje de los Decepticons antes de ponerse en contacto con su táctico para organizar patrullajes que pudiesen ser de apoyo. Sin embargo, se sentía extraño. Había paz y tensión, algo a lo que ya estaba acostumbrado. Pero lo que realmente lo inquietaba era la incomodidad de su viejo amigo, Megatron, quien paseaba como un fantasma por los pasillos, incapaz de hacer lo que deseaba porque no se veía bien recibido entre las tropas militares, pero al mismo tiempo, anhelaba volver con ellos.
Los problemas eran amplios y el líder Autobot quería ayudar, pero honestamente no sabía por dónde podrían comenzar. Su viejo amigo había cambiado, eso era innegable, pero la desconfianza de los soldados era comprensible y difícil de desarraigar.
— Tarde o temprano tendrás que tratarlo, Megatron — susurró Optimus, consciente de que lo que menos esperaba el mecha de cromas grises era crear más caos del que ya vivían.
El líder cybertroniano cerró los ópticos por un momento, buscando una solución que no solo fortaleciera la alianza, sino que también sanara las heridas del pasado. Sabía que la clave para avanzar era la unidad, pero también sabía que este proceso sería lento y lleno de desafíos.
Finalmente se decidió a hablar con el ex gladiador. No podían permitirse que la incertidumbre y el resentimiento siguieran creciendo.
— Megatron, debemos hablar — dijo, encontrando a su amigo en uno de los pasillos.
El cual se volvió, la sombra de su antigua arrogancia reemplazada por una seriedad implacable.
— ¿Sobre qué? — preguntó con voz grave.
— Sobre el futuro — respondió Optimus. — No puedes seguir caminando en esta cuerda floja. Debes enfrentarlo.
Megatron asintió lentamente, sabiendo que había llegado el momento de trabajar en sus propias dudas y las de aquellos a su alrededor.
— Tienes razón, Optimus. No será fácil, pero estoy dispuesto a intentarlo.
…
El sol de la tarde acariciaba suavemente la superficie del Venganza, realzando los detalles de su diseño aerodinámico. Desde la cabina de mando hasta los propulsores traseros, cada línea y contorno de la nave parecía estar en perfecta armonía con su entorno. El metal pulido brillaba con intensidad, como si la nave misma absorbiera la energía del sol y la guardara en su núcleo, esperando ser liberada en su próxima misión.
Anclada en su lugar, la nave proyectaba una sombra alargada sobre la plataforma, una silueta imponente que infundía respeto y admiración. Los sistemas estaban en modo de espera, pero listos para activarse al menor comando. Los sensores de la nave, siempre vigilantes, detectaban los más mínimos cambios en el entorno, asegurando que nada escapara a su control.
A medida que el sol comenzaba a descender en el horizonte, el Venganza parecía cobrar vida propia, como un guardián antiguo que nunca descansaba. La nave estaba lista, cargada con la promesa de aventuras futuras y la responsabilidad de proteger a su tripulación y aliados. El próximo vuelo era inevitable, y el Venganza esperaba, silencioso pero lleno de potencial, a que llegara el momento de desplegar sus alas y surcar los cielos una vez más.
FIN
