Pareja: Draco y Harry

Tropo: Se aman desde niños

Aviso: universo del primer día.


El cementerio estaba silencioso. Era muy temprano por la mañana, él ya sabía que ese era el horario más tranquilo, a partir del mediodía el lugar se llenaba de gente que iba a presentar sus respetos a sus muertos y de fisgones que rondaban la tumba de los Potter esperando ver a su famoso hijo. Por eso él prefería madrugar.

Se sentó delante de la tumba, con las rodillas encogidas contra el pecho y los brazos rodeándolas.

— Hola papá. Hola mamá. Otro año más aquí. Este año es especialmente extraño porque tengo veintidós, ya he cumplido más que vosotros. Y me he comprometido. —Levantó la mano y mostró el anillo en su anular—. Sirius dice que soy tan descerebrado como vosotros. La verdad es que él y Remus han sido muy comprensivos, al fin y al cabo Draco y yo llevamos literalmente más de media vida juntos. Es estúpidamente romántico, lo sé.

Harry guardó silencio unos minutos, con la mirada fija en la lápida y el sonido del viento a su alrededor.

— Es… difícil explicar que vosotros habéis influido en mí a pesar de no estar. Sirius y Remus se han asegurado siempre de hablar de vosotros, de haceros presentes en mi vida. Pero la realidad es que ellos han sido mis padres, son quienes han estado siempre, los que lucharon para sacarme de casa de los Dursley. Y me he sentido mal algunas veces por pensar esto, como si os hiciera de menos.

Volvió a guardar silencio, frotándose los ojos con el puño del abrigo de paño que Draco había insistido que debía llevar "para presentar sus respetos a sus padres".

— Ellos son mi familia, y con ellos vino un montón de gente, así que soy afortunado. Es en ellos en quien pienso a veces cuando me descubro haciendo algo, cocinar, elegir un libro o incluso mover la varita, ellos los que me vienen a la cabeza y pienso "esto lo aprendí de ti". Y me hace feliz y espero tener hijos que puedan decir lo mismo de ellos, porque son las mejores personas para criar a un niño.

Un sonido susurrante a su lado le hizo callar y miró con sospecha a su derecha. Luego retornó a su monólogo.

— Creo que esto del compromiso me ha hecho replantearme cosas. Por eso necesito deciros que, aunque siempre seréis mis padres y os querré, no voy a venir más. No al menos a celebrar vuestra muerte, vendré a contaros cosas buenas.

Definitivamente, recibió un golpe en el hombro que hizo que se girara hacia la derecha y extendiera la mano. Sintió perfectamente el tacto conocido de su capa de invisibilidad y cerró los dedos sobre ella, estirando.

Allí estaba Draco, su Draco, sentado en el césped frío y húmedo junto a él. Con cara de "no te enfades" y "estoy en mi derecho a estar aquí" a la vez.

— ¿Qué? —le retó finalmente después de un minuto, alzando la barbilla, nervioso por el silencio de Harry— ¿creías que te dejaría hacer esto solo? Anoche no dormiste.

Harry movió la cabeza, divertido, y se inclinó hasta apoyar la cabeza en el hombro afilado de su prometido.

— ¿Cuánto has oído?

— Todo. —Le pasó el brazo por los hombros, siempre protector— Hola señores Potter, soy Draco Malfoy, el loco que pide matrimonio con veintidós años.

— Les he hablado mucho de ti en estos años.

— ¿Sí?

— Por supuesto. Tenía que dar una explicación lógica a haber quedado en Slytherin. Eres claramente el culpable.

Draco rio entre dientes. Los padres adoptivos de Harry no lo habían tomado tan bien, sobre todo su tío Sirius.

— ¿Solo por eso? —se quejó un poco, siguiendo la broma.

— Bueno, puede que también porque estoy un poco enamorado de ti.

— Ambos sabemos que es imposible enamorarse solo un poco de mí.

— Tu ego necesita una capa invisible para él solo.

— No hablemos de cosas grandes delante de tus padres, me da vergüenza.

— ¡Draco! —Se incorporó y golpeó con el puño la parte alta de su brazo.

Pero Draco se movió, con agilidad, evitando el golpe, y volvió a abrazarlo, poniéndose serio de repente.

— Señores Potter, en realidad estoy aquí para decirles que su hijo lo es todo, lo ha sido todo desde que teníamos diez años y el tío Sirius lo trajo por primera vez a mi casa. Y lo será siempre. Cuidaré de él con todo lo que tengo.

Con cuidado, Harry lo tomó de la afilada barbilla e hizo que lo mirara. Los ojos verdes brillaban con calidez y tenía una suave sonrisa que a Draco le recordó a ese niño de diez años que descubría con él el jardín de su casa.

— Oye… tú también lo eres todo. Y te amo.

Se besaron con cuidado, las manos enlazadas y los ojos cerrados, apenas una caricia de labios.

— ¿Y de mí qué has aprendido? cuestionó Draco, rompiendo el momento emotivo.

— Oh, ¿estás celoso de mis padres adoptivos? —rio Harry.

— Merezco saberlo. Yo te he enseñado todo lo que un niño mago y un adolescente deben saber —Y alzó las cejas juguetonamente un par de veces.

— ¡Draco! Delante de mis padres un poco de decoro.

Draco rio, esa reclamación de decoro la habían escuchado cientos de veces en Hogwarts cada vez que un profesor los encontraba besándose en algún rincón, especialmente su padrino Severus, que parecía ponerse verde en esa situación.

— Diré algo si tú dices algo —concedió finalmente Harry, volviendo a mirar hacia la tumba.

— Vale. Yo empiezo. Antes de conocerte yo era un niño un poco pomposo y engreído. Aprendí de ti la humildad y a relacionarme con otras personas muy diferentes a mi. Tu bondad y empatía me enseñaron a respetar e incluso apreciar a los niños de otras casas. Aprendí de ti el valor de la amistad verdadera, Harry.

— Oh, nunca me lo habías dicho.

— Creo que ambos sabemos que no soy de los que reconocen sus fallos con facilidad.

— Yo… aprendí de ti a creer en mí mismo. Crecí viéndome a través de tus ojos y eso me ayudó a quererme y descubrir que podía ser querido por más gente porque yo merecía la pena. Así que yo también aprendí de ti el valor de la amistad en realidad.

— Voy a volver a besarte aunque estén tus padres delante.

— Vale. Pero…

No espero a escuchar el resto, solo le puso la mano en la mandíbula con delicadeza, como la primera vez que le había besado a los trece años, y unió sus labios, sintiendo como siempre el chisporroteo de sus magias al encontrarse.