Capítulo 7
Luna y Neville estaban asombrados de este lugar. Harry había organizado un tour con una agencia de viajes mágicos, así que podían estar en varias ciudades y lugares en una misma noche. Sin embargo, pronto vieron que eran multitudes tales, que incluso aunque se Aparecieran, nadie notaría nada raro. Quizás algunos muggles se sorprenderían pero lo achacarían a un avanzado estado etílico, ya que muchos de los visitantes, solían beber cantidades ingestas de Tequila, Mezcal o cervezas.
Harry y compañía primero estuvieron en un lugar llamado Mixquic, donde había muchísima gente y puestos ambulantes vendiendo muchas cosas, desde comida hasta parafernalia alusiva a la festividad. Luna decidió maquillarse en uno de los puestos y Neville estaba asombrado de la flor de cempasúchil, cuyo aroma era muy particular y realmente le agradaba. Compro una maceta y unos cuantos sobres de semillas.
Severus y Harry arrastraron a esos dos hacía el cementerio para ver las ofrendas hacia donde les indicaba el guía y el grupo de magos sintió como si hubieran atravesado una cortina de algo, como si fuera una cortina de agua pero no los mojara y aun así sintieran el efecto. Era magia. No la magia que ellos usaban sino algo más fuerte y antiguo.
Severus la había sentido una sola vez en su vida cuando su madre encontró un pequeño aquelarre que estaba de visita en Cokeworth. El grupo de mágicos les invitó a celebrar Samhain y prendieron una enorme hoguera donde quemaron pequeños muñecos y pedazos de pergamino que representaban todas las cosas que querían renunciar de sí mismos o purificar de sus cuerpos.
Los canticos, el fuego y las ofrendas quemadas electrizaron los alrededores y Severus sintió por primera vez en su vida la magia en su forma más cruda. No eran mágicos como él y su mamá que usaba varitas para canalizar su poder sino brujas que insistían en usar los viejos rituales y se mudaban constantemente para que la concentración de magia no fuera tan fuerte que atrajera la atención del Ministerio.
Ese día, Severus entendió que la magia era algo formidable y temible a la vez que un regalo que había que respetar. La otra cosa que aprendió es que el límite de la magia estaba en la imaginación. La magia per se, no tenía límites. Podía ser tan pequeña o grande como la persona que la ejecutaba quisiera.
Un mago con una mente débil, tendría una magia débil. Un mago con una mente fuerte, tendría una magia fuerte. Severus comprobó esto tanto en Dumbledore como en Voldemort y más tarde en Harry Potter como en él mismo. Lily Evans era incluso más fuerte en magia que James Potter, al grado que no fue su sacrificio el que activo las barreras de sangre sino el sacrificio de Lily. La mente de Lily siempre fue una fortaleza y esa fortaleza invoco magia muy potente para proteger a su hijo.
Y estos muggles estaban invocando magia muy poderosa con sus tradiciones.
Harry sin embargo, sintió como si algo pesado dentro de sí, se levantara. Nadie más que él podía sentirlo y era el poder de la Muerte. Cuanto más permanecía en ese lugar, más podía sentir la muerte a su alrededor y contrario a lo que uno pudiera esperar, era un poder dulce.
Era como si pudiera sentir una fuerza latente pugnando por salir de la oscuridad. Alrededor de las tumbas podía sentir la presencia de almas, justamente aquellas relacionadas a los vivos que estaban velando esas tumbas. Era una reunión familiar y aunque Harry sentía sus presencias, podía decir que no estaban completamente ahí. Era como si pudieran mandar un pedacito de ellos y estar cerca pero no tan cerca.
Era una sensación extraña y a la vez muy potente.
Harry podía sentir la vida que habitaba en la muerte. Esa potencia latente que existía de poder volver a formar parte del mundo. En uno de sus muchos libros que había estado leyendo, encontró una frase que le gusto pero solo hasta ahora comprendía su significado: "Somos polvo de estrellas".
Había un punto donde religión y ciencia podían encontrar un punto en común aunque no lo pareciera. La religión creía que el alma iba a otro lugar, ya fuera de castigo o de recompensa, pero no "moría" en el sentido de desaparecer completamente, mientras la ciencia sostenía que la materia no se crea, ni se destruye, solo se transforma. Esos dos conceptos en apariencia distintos, no lo eran tanto.
Un cuerpo que muere, sea planta, animal o humano, eventualmente regresaba a la naturaleza y de esa muerte, brotaba nueva vida. Había animales, plantas, que se nutrían de la muerte y es cuando brotaban las flores, nacían las plántulas, los árboles crecían, animales se alimentaban de esos cuerpos. Era mórbido y hermoso al mismo tiempo.
El poder de la muerte no era acabar con las cosas sino permitir su transformación y dejar espacio a lo nuevo.
Harry insto a los demás a seguir el plan del tour y llegaron a donde estaba su guía para el siguiente punto.
Janitzio era una isla que estaba en medio de un lago y el pueblo de Pátzcuaro, que era el más grande que estaba en los linderos del lago, apagaba las luces que rodeaban el embarcadero, de forma que Harry y los suyos pensaron si no estarían atravesando el río Estigia. Conforme iban acercándose a la isla, todos los mágicos sintieron rápidamente el cambio a su alrededor y la sensación de atravesar una cortina de agua se repitió.
La isla era como entrar a un Reino Mágico. Estaba iluminada por múltiples velas aunque había luces eléctricas. El aroma de las flores era delicioso y había ofrendas enormes en los pórticos de los hogares. La isla también contaba con un cementerio pero era bastante más pequeño de lo que esperaban. Sin embargo, el resto de la isla compensaba ese pequeño tamaño.
Severus pensaba que a Lily le habría fascinado todo eso. Las luces, las flores, la comida, los bailes, los colores, el papel picado... aquí la muerte no era impedimento para estar "junto a los muertos" y aunque no sentía las presencias de los muertos tan intensamente como Harry, si sentía que los difuntos no estaban totalmente lejos en el Reino de la Muerte.
Era como si todos estos elementos atrajeran algo del alma hacia el Reino mortal y pudieran sentir un poco a sus familiares que aún no cruzaban el Velo. Había una que otra lagrima pero en general, el ambiente era muy diferente a la tristeza que siempre acompañaba a recordar a los muertos y era más una celebración hacia la vida de aquellos que ya habían partido.
Escuchando a los familiares reírse, recordando alguna anécdota divertida de su difunto, uno casi podía sentir que aquel pariente solo se había ido a un viaje muy largo o vivía en alguna otra parte del mundo... como si siguiera ahí con ellos, a solo una llamada de distancia.
Quizás lo era, solo que no de la manera habitual.
El grupo de magos más el guía, se desplazaron entonces hacia un pueblo llamado Huamantla donde había una curiosa tradición de "dibujar" con aserrín tinturado una especie de tapetes. Los patrones eran hermosos y había una reverencia especial en quienes los hacían.
Y finalizaron ese día con una visita a un festival de calaveras, en una ciudad llamada Aguascalientes que tenía el mismo nombre que su estado y donde el guía les explico, había nacido el hombre que le brindo al Día de Muertos uno de sus emblemas más conocidos por el mundo: la Catrina.
El festival era abrumador y hermoso, lleno de tantos esqueletos (personas caracterizadas) y muchas Catrinas artesanales, así como su contraparte masculina, el Catrín. Todos haciendo cosas cotidianas y dando la ilusión de que no había diferencias entre el mundo mortal y el más allá. También estaba subyacente la idea de la igualdad. No importaba la cantidad de dinero o poder que tuviera alguien en vida, si era su hora, la muerte igual vendría por ella.
Una vez que terminaron ese primer día del tour, los 4 magos interiorizaron que todos estos elementos que vieron eran una muestra de respeto y amor tanto a los familiares que se extrañaban como a aquellos ancestros que nadie recordaba. Una forma de respetar a aquellos que habían perecido antes y que ya no tenían quienes les recordaran o añoraran.
Para el segundo día, el grupo fue arrastrado a dos cementerios que estaban en estados colindantes, el de Taxco en Guerrero y el de Oaxaca cuyo nombre era igual a su estado. Aunque compartían la tradición de hacer las ofrendas en el cementerio, había elementos que no estaban en las primeras que vieron.
El guía les explicó que cada estado tenía elementos característicos. En Oaxaca como ejemplo, estaban unos panes que asemejaban infantes, los hombres del grupo los consideraban inquietantes mientras Luna consideraba que eran inusuales. En Taxco, había una Catrina que solo podía ser vista desde cierta altura, ya que estaba formada por flores de cempasúchil en distintos tonos.
La siguiente parada sería en un pueblo que era famoso por una curiosa y un poco mórbida tradición. El poblado de Pomuch en Campeche era famoso por sacar los huesos de sus difuntos luego de 3 años de fallecidos, limpiarlos y decorarlos. Aunque el rito se había llevado a cabo días antes, los huesos quedaban exhibidos todo el año para que el difunto "saliera" cuando placiera y se dejaba también una ofrenda de comida.
Severus Snape pensó que tenía que aprender la receta de esos tamales de pibipollo, ya que nunca había comido algo como eso. Harry ya estaba consiguiendo la receta con una de las muchas personas que estaban vendiendo el platillo por ahí y la señora accedió, ya que le parecía un jovencito genuinamente interesado en aprender las tradiciones.
La última parada del día fue en la Riviera Maya. No era un poblado per se, sino una franja de costa en el estado de Quintana Roo, desde Puerto Morelos al norte hasta Punta Allen al sur, abarcando unos impresionantes 210 kilómetros de longitud. Cada playa que podía recorrerse, tenía varias actividades entre desfiles, altares y bailes. Lo que más le gusto a todos fue el Festival de Vida y Muerte en Xcaret porque había algo para cada uno.
Fueron dos días agotadores y el último día estaba programado como "libre" para que pudieran descansar en el hotel todo incluido o recorrer alguno de los sitios ya visitados, pero que en el día 3 de noviembre, solían realizar actividades más relajadas como vistas a museos, pequeños desfiles o espectáculos de danzas.
Neville quería ver un sitio con plantas y el guía le instruyo a que se sumara al grupo que iría de visita a Xochimilco en la Ciudad de México, ya que había pequeñas islas artificiales donde se plantaban varias especies de plantas usadas en magia. Eso intereso mucho a Neville y Luna se sumó a la aventura, ya que había oído hablar de los Ajolotes y quería verlos por ella misma.
Aunque Severus y Harry pensaron que eso sonaba encantador, los últimos días habían sido bastante agotadores y querían simplemente relajarse, así que despidieron a sus acompañantes y ellos se dispusieron a pasar el día holgazaneando en la playa.
Ambos pasaron la mitad del día tumbados bajo una sombrilla, escuchando el oleaje suave del mar turquesa y fue alrededor del mediodía cuando escucharon a un grupo de turistas hablar sobre las mariposas.
Actualmente estaban en Cancún pero el Mariposario del que hablaban los turistas estaba en Xcaret, así que ambos hombres le preguntaron al guía del tour si había alguna actividad sobre las mariposas. El guía reviso su lista y si, efectivamente había una visita al Mariposario de Xcaret en media hora. Ambos pidieron se les incluyera y media hora después estaban en Xcaret y siguiendo a un pequeño grupo mixto de mágicos y no mágicos que visitarían el lugar.
Harry se sentía eufórico de finalmente conocer el lugar de origen de aquellas mariposas que habían estado revoloteando en sus picnics con sus padres y Severus estaba intrigado sobre como estas mariposas pudieron cruzar el océano y llegar hasta Godric's Hollow. La respuesta es que no podía, al menos, no de forma natural. Severus ya sospechaba que había magia involucrada porque un animalito tan frágil no podría sobrevivir el duro clima inglés en su fase final.
Harry no sospechaba que hubiera magia, ¡Sabía que había magia! Al contrario del metódico Severus Snape, Harry solía tener estas corazonadas. Mientras estuvo en Hogwarts, las muchas manipulaciones de Albus Dumbledore, nublaron su antes bien afinado radar de problemas y amenazas. Ya que había pasado tiempo lejos del mundo mágico y Albus muchos nombres ya no podía manipularlo más, su radar volvió a funcionar correctamente y sus corazonadas estaban acertando nuevamente.
Esta ocasión, su corazonada era que las mariposas y el Día de Muertos estaban fuertemente relacionados y él debía hacer algo con eso en Godric's Hollow. Harry aun no le había dicho a nadie lo que sentía sobre la Muerte y las presencias durante la visita a los cementerios, o sobre sus picnics junto a sus padres. Era una sensación extraña, como una certeza proveniente de un lugar muy profundo, que le decía a Harry que si lograba este nivel de amor y devoción en Godric's Hollow, podría usar el anillo de los Peverell y permitirle a sus padres y amigos volver durante más allá de unos minutos.
Harry pensaba que las reliquias estaban pidiéndole que las alimentara con magia, pero no magia de su núcleo, sino magia del ambiente, magia ritualista y los rituales existentes en el Reino Unido estaban fuertemente regulados por el Ministerio. No permitirían un ritual inherente a la Muerte y el Samhain celebrado por los muggles, si lo celebraban los mágicos, atraería mucha magia oscura, luego de haber pasado por una guerra.
Sin embargo, los elementos ritualistas del Día de Muertos eran como una especie de contrapeso a la tristeza que provenía de la Muerte. Era tanto añorar a la persona fallecida como celebrar su vida y la "reunión" que sucedía durante esos dos días. Harry estaba seguro de que si juntaba suficiente gente, podría usar el anillo y como el Ministerio desconocía esta festividad, no podía prohibirla con suficiente tiempo, ya que era una festividad nacional de todo un país enorme, así como un patrimonio de la humanidad.
Era difícil que pudieran prohibir esta festividad, ya que ninguno de sus elementos incluía sangre o grandes fuegos como si lo hacía Samhain.
Mort y Aisha habían estado siguiendo al curioso grupo de magos, primero observando a Neville y Luna, y luego a Severus y Harry. Mort escucho los pensamientos de Harry y coincidió con él en que tenía sentido hacer un Día de Muertos en Godric's Hollow. Podían disfrazarlo de alguna cosa cultural y presentarlo así ante el ayuntamiento del pueblo.
Si mezclaba algunos muggles con los mágicos, podían pasar las apariciones espectrales como alguna clase de truco de proyección para que los muggles sintieran mejor la esencia de la tradición. Para ellos no pasaría de un simple truco de luces y humo, pero para los mágicos significaría algo mucho más grande al saber que alimentando la magia ritual, podrían hablar con sus fallecidos, al menos por unos días.
Si Harry tenía éxito, el Ministerio trataría de prohibirlo pero no podrían hacerlo tan fácil si mucha gente se involucraba con la festividad y mucho menos si esta estaba mezclada con los muggles.
Tendrían que hablar con sus homólogos muggles y el Ministerio de Magia odiaba colaborar con dichos homólogos.
Harry ciertamente tenía una idea clara de lo que quería lograr.
Una vez de vuelta en el Reino Unido, Harry se compró una computadora y empezó a trazar planes a la usanza muggle, escribiendo en la computadora todas sus ideas mientras trabaja a la par en un cuaderno sobre sus objetivos a lograr.
Severus, Neville y Luna estaban un poco preocupados por Harry y llamaron a Hermione, quién visitó a Harry en su casa y estaba dispuesta a sacar a Harry del modo trabajo hasta que leyó lo que estaba haciendo Harry. Hermione sabía sobre las reliquias y más o menos sospechaba el poder real de las mismas.
Sabía que un poder así requeriría un sacrificio enorme de magia o fuerza vital y por eso no había presionado a Harry a indagar como usar el verdadero poder de las reliquias, pero si Harry tenía razón en esto, si la magia ritual generada por estas tradiciones podía alimentar a las reliquias, Harry podría traer a sus padres y otras personas más allá de unos minutos y estabilizar su presencia en el mundo mortal.
Solo sería por esos dos días, pero para mucha gente, podría darles suficiente tiempo esos dos días para obtener el cierre que necesitaban desesperadamente. Gente como Andrómeda Tonks que nunca pudo despedirse de su hija y esposo. Gente como Severus Snape que jamás pudo pedir perdón a la madre de Harry, o gente como los Weasley que habían perdido a Fred. Y finalmente, gente que como Harry que habían perdido a todas sus personas importantes durante la guerra.
Si, Harry tenía algo aquí y en vez de seguir con el plan de los otros amigos de Harry para sacarlo de su modo de trabajo, ella se sumó a su plan y ahora eran dos personas trabajando en una serie de tareas que debían ejecutarse para que esto del Día de Muertos no se descarrilara y los mágicos no tuvieran más elección que sumarse a esto.
Luego de que Hermione se sumara a la planeación, las directrices estuvieron listas en una semana. Harry había aprendido a ser más organizado pero aún no llegaba al nivel de organización que tenía Hermione.
El dúo entonces dejó pasar a los otros 3 y hubo reacciones diversas al plan. Severus estaba francamente impresionado con lo detallado del plan. Neville estaba un poco dudoso pero Harry estaba siendo honesto con ellos sobre lo inestable de los poderes de aquellas llamadas reliquias, pero si funcionaban, no sabían el verdadero alcance de su poder por que trabajaban en el Reino de la Muerte más que en su propio plano. Quizás podría comunicarse con sus padres que no estaban ya en el plano mortal, pero tampoco habían cruzado al Reino de la Muerte. Y Luna siempre quiso hacerle ciertas preguntas a su madre, pero sabía que su padre era quien más necesitaba un cierre de los dos.
Ahora eran 5 los conspiradores y Hermione que era la que estaba mucho más familiarizada con la burocracia muggle, se ofreció a ser la que registrara su "asociación cultural mágica", haciéndolos pasar como practicantes del paganismo y entusiastas históricos para que la promesa de hacer un Festival del Día de Muertos, sonara como algo plausible.
Luna se ofreció a ser la que publicara los artículos en su momento justo para que la gente se interesara, tanto los artículos muggles como los mágicos. Neville estaba seguro de poder cultivar las flores de cempasúchil y otras variedades que trajo de su viaje a Xochimilco. Neville ciertamente quedo fascinado con las islas artificiales llamadas chinampas, que permitían que se pudiera construir, vivir y sembrar encima del agua.
Severus acordó ayudar a Harry con la comida y decoraciones, aunque necesitarían más ayuda y sugirió llamar también a Andrómeda, ya que ella era bastante buena en hechizos domésticos. Harry asintió y todos acordaron verse una vez por semana en el cementerio para el picnic y ponerse al día en sus actividades autoimpuestas.
Ese mismo día, Harry llamó por flu a Andrómeda y aunque al principio parecía escéptica, cuando escucho sobre las reliquias, acepto participar. Harry le dijo que no había una garantía de poder llamar a este plano a Ted o Tonks, pero Andrómeda estaba decidida a aferrarse a esa pequeña esperanza.
Severus ayudaba tanto a Andrómeda como a Harry. Andrómeda se estaba encargando de hacer las decoraciones y artesanías muestra para entender el proceso muggle y luego el mágico, Severus le ayudaba en los puntos finos como el laqueado para los alebrijes y esas cosas, mientras a Harry le ayudaba a perfeccionar los platillos que habían probado.
Dado que ellos no eran mexicanos, no se limitaron a una ciudad en particular para la parte gastronómica, sino que buscaron recrear las recetas que más les gustaron y en diversos grados de especiado, de forma que pudieran gustarle a una variedad amplia de personas.
Algunos de los dulces requerían días enteros de secados que serían complicados si no tuvieran magia, pero no podrían enseñárseles a los muggles más que como muestra si por alguna razón se atrasaban en el itinerario que habían hecho.
Sin embargo, Harry encontró la solución a través del mundo muggle, cuando encontró un lugar que vendía cosas para cocinas industriales y vio algo que le llamó la atención. Llegó a su casa, que estaba convertida en la central de trabajo, con dos deshidratadoras de alimentos eléctricas que podían ayudarles para cuando tuvieran que dar las clases muggles de dulces cristalizados.
Hacían el trabajo de días en horas, aún lejos de la velocidad de la magia pero ayudaría a agilizar las clases para los muggles y a algunos mágicos les llamaría la atención esta maquinaria.
Cuando llegaron las festividades navideñas, hicieron una pausa y el grupo se desbando para pasar tiempo con sus familiares, excepto por Severus, Harry y Andrómeda junto con el pequeño Teddy, quienes decidieron pasar esas festividades juntos y brindar por aquellos que ya habían partido.
El trabajo empezaría en serio a partir de la segunda mitad de enero. Hermione había conseguido registrar su "pequeña organización histórica" en el ayuntamiento muggle de Godric's Hollow y había descrito bien el tipo de actividades que iban a promover. El alcalde del pueblo estaba extasiado con la planeación de un pequeño festival cultural y más cuando observó los bocetos de lo que esperaban lograr en el cementerio histórico.
El alcalde estaba de acuerdo con Hermione que eso atraería bastantes turistas de los poblados aledaños y la derrama económica beneficiaría mucho al pueblo, ya que uno de los muchos planes que estaban detenidos por falta de presupuesto, era un museo del pueblo. El alcalde era un entusiasta de la historia y había querido por mucho tiempo hacer al menos un museo pequeño en una casa histórica, sobre el hecho de que había vestigios de que Merlín realmente había existido y uno de los pueblos que llegó a visitar fue precisamente Godric's Hollow.
Hermione estaba impresionada, ya que este alcalde muggle de verdad había encontrado vestigios que podrían probar, o al menos dar una duda razonable, de que Merlín vivió en el mundo muggle durante varios años y era una de las muchas razones de que su figura fuera conocida tanto en el mundo mágico como el muggle, aunque en este último se le considerara más una leyenda.
Pensando en los beneficios para el pueblo y ayudar en este proyecto, Hermione estaba aún más decidida a que el plan de Harry funcionara y acordó con el Alcalde que ella misma aportaría unas mil libras a su cuenta para el museo y el Alcalde fue aún más obsequioso que antes con ella.
Hermione se presentó el día 10 con la autorización y el registro de la "sociedad para la preservación cultural e histórica de los pueblos mágicos de Godric's Hollow". Habían comprado una casa que estaban rematando y se instalaron ahí. Era una casa bastante cercana al cementerio y un poco a la casa de los Potter y la de Bathilda Bagshot, pero lo suficientemente lejos para no tener esas propiedades en mente mientras trabajaban.
Pusieron todos los aparatos muggles para las clases de cocina y manualidades, una habitación amplia para la biblioteca y los registros históricos, construyeron con magia un invernadero, pero ya habían bardeado la casa con madera para evitar miradas curiosas y Luna había traído una prensa que se veía antigua pero serviría para dar la ilusión de ser una verdadera sociedad muggle y que los panfletos de propaganda se vieran interesantes.
Lo último para hacer era conseguir ropa muggle para todos, pero por lo demás, estaban listos.
