Capítulo 8
Harry ciertamente no esperaba esto. No se trataba de un asunto de vida o muerte y no tenía que ver con su objetivo de nutrir a las reliquias. Era más como una sorpresa que sucedió el día anterior a que Hermione llegara a presentarles su registro muggle.
De alguna forma, al siempre controlado Severus Snape se le escapo que el día 9 de enero era su cumpleaños. Quizás fue porque Harry le pregunto cuando era el cumpleaños de su madre y este le contestó que era el 30 de enero y que lo recordaba porque Lily siempre decía que compartían mes de cumpleaños y el suyo era el 9.
Esa conversación fue durante la navidad que pasaron en su casa junto a Andrómeda y Teddy. Fue una reunión tranquila y simplemente intercambiaron obsequios y comieron juntos. Para Severus era demasiada socialización pero gracias a que el grupo tenía una Slytherin además de él, pudo pasar las fiestas con calma y bastante mejor que las de años anteriores. Le recordaba mucho a las navidades que pasaba al lado de la familia Evans en su niñez.
Harry entonces le envió un pequeño pastel de cumpleaños y aunque Severus no le agradeció el gesto, si se comió el pastel y solo hasta que Hermione se fue, le dijo que el pastel tenía un sabor "aceptable". Harry sonrió enormemente, pensando que eso era lo más amable que le había dicho Severus y esa idea, ese calor en su pecho, no se fue sino que se incrementó cuando pensó en como el hombre ahora lo trataba con cierta cortesía distante.
Ese calor radiando hacia todo su cuerpo desde su pecho, le preocupaba por que se parecía mucho a lo que esperaba sentir cuando estuvo con Ginny y aunque fue agradable, no se parecía en nada a este calor interno tan agradable.
Harry temía tener alguna especie de enamoramiento por Snape. No porque pensara que era algo malo, sino porque sabía que el hombre había amado a su madre. Por lo que él sabía, seguía enamorado y nada indicaba que ese hecho pudiera cambiar en el corto plazo, y por sobre todo eso, Harry sabía que Snape nunca le daría una oportunidad en ese rubro debido a la otra mitad de sus genes, los genes de James Potter.
Lo más que podía aspirar a tener con el hombre era una amistad del tipo más superficial.
Por su parte, Severus Snape tuvo una pequeña epifanía que si estos años hubiera puesto atención, no hubiera tomado tanto tiempo en tenerla: Harry no era la suma de James y Lily Potter.
Harry ciertamente era el hijo de sus padres y podía ver mucho de ellos en él, pero sobre todo era su propio hombre. No creció en medio de la opulencia y creyendo que merecía todo como sucedió con James Potter. Tampoco creció siendo el hijo adorado de una familia y protegido tanto por sus padres como por un hermano como si sucedió en el caso de Lily (aunque Petunia era una perra, ciertamente cuando niñas, protegió a Lily).
Harry creció más parecido a como había sido la infancia del propio Severus Snape. No, incluso fue peor porque mientras él tuvo a su madre (asustada e incapaz de ayudarlo, pero estaba ahí), Harry no tuvo a nadie en quien apoyarse, ni siquiera para sentir un abrazo sincero. Y en vez de amargarse como fue su caso, él se sobrepuso y se convirtió en una persona bastante agradable y honesta.
Cierto que no confiaba en cualquiera pero daba su amistad sin limitaciones. Llevaba sus emociones abiertamente y aun con él, siendo que fue un bastardo durante 7 años de su vida, tenía una palabra amable y un gesto como enviarle un pequeño pastel de cumpleaños.
Severus no pudo negarse más a aceptar la realidad, había malentendido al joven desde el principio. Se había dejado cegar por el odio hacia un hombre ya muerto y desquito ese rencor en su hijo, olvidando la mayor parte del tiempo, que también era el hijo de Lily. No, no podía ocultarse más a si mismo todas las cosas que hizo mal con el muchacho pero se propuso ser una mejor persona y no negarse a conocer al muchacho. Quizás ser amigos.
Con esa nueva resolución, cuando Granger llegó con el registro de su asociación, Severus se prometió a si mismo ayudar en todo lo que pudiera a que este proyecto tuviera éxito. Cierto que podría ver a Lily de nuevo y pedirle perdón, aunque si ella volvía a negarse a perdonarlo, esta vez no insistiría. Solo quería la oportunidad de disculparse y nada más.
Ahora que habían inaugurado la "asociación" en Godric's Hollow, Severus intentaba dejar de fruncir el ceño, aunque los locales no se lo estaban poniendo fácil. Cuando uno de los curiosos entraba y estaba poniendo en aprietos a Severus, Harry tomaba el relevo. Luna estaba repartiendo volantes junto con Hermione que recién había comprado un auto y llevaba a Luna también a los pueblos vecinos. Neville estaba cosechando las primeras hierbas y poniéndolas a secar al sol como habían aprendido a hacer recientemente. Las deshidratadoras solo se usarían para los cursos de dulces.
A pesar de la renuencia inicial, había varias personas que estaban interesadas en aprender sobre la festividad y la cultura de México, mientras otros estaban interesados en aprender sobre la cultura local y la historia detrás del icónico cementerio.
Para ese fin de semana habían planeado una inauguración oficial y cuando la fecha llego, el Alcalde Matthew Saunders hizo acto de aparición y eso ayudo mucho a consolidar la confianza de los pobladores en ellos, y fue un gesto que los asistentes de otros pueblos vieron con beneplácito.
Harry casi tuvo una apoplejía cuando observo a Severus Snape enfundado en mezclilla oscura combinado con un suéter negro de cuello de tortuga de cachemira negra. El cabello atado en una coleta baja no ayudaba mucho a que las hormonas antes dormidas de Harry, se calmaran y el chico decidió que no había nada más interesante que la historia del gato Tabby de la señora que le estaba mostrando la octava foto de dicho gato.
Severus fue a salvar a su joven compañero y la mujer solo quería mostrar fotos de su gatito, así que Severus simplemente calló mientras la anciana le mostraba más fotos a su nuevo público y Harry agradecía silenciosamente el gesto, yendo a saludar a más gente.
El adusto hombre no tuvo que sufrir mucho, ya que el esposo de la mujer llego por ella y le dijo que era hora de retirarse y que podían venir a los cursos y actividades que tendrían lugar. La mujer estaba entusiasmada por eso y se despidió efusivamente de Severus, quien simplemente asintió y agradeció internamente al anciano marido.
Luego observo a sus demás compañeros. Andrómeda estaba platicando con un grupo de mamás que decían que su nieto era adorable (habían optado por ponerle al pequeño un supresor mágico suave que le impediría transformarse a voluntad), Hermione estaba hablando con el Alcalde que resultó ser bastante más joven de lo esperado. No era de la edad de la mayor parte de su grupo, pero ciertamente tenía algunos años menos que Severus. Quizás le llevaría unos 10 años al grupo en general.
Neville estaba intercambiando consejos de cultivo de plantas con un grupo de entusiastas granjeros locales y su joven compañero de armas, Harry, estaba repartiendo algunos de los dulces mexicanos que ya habían elaborado, para que todos los asistentes a la fiesta de inauguración, pudieran probar el resultado final de uno de los cursos que pensaban ofrecer.
Varios quedaron intrigados por la inusual combinación de limón dulce con coco, a otros no les pareció agradable y muchos más quedaron encantados. El curso al parecer, tendría muchos asistentes.
Con su vaso de ponche siendo sostenido en su mano, Severus parecía una especie de profesor estricto y casi nadie se le acercaba pero eso estaba bien para él. Le permitía observar su entorno sin problemas.
Actualmente estaba admirando la ropa de Harry y pensando que ciertamente ya no parecía un flacucho adolescente. Se había llenado bastante bien y seguro se convertiría en un rompecorazones ahora que había abandonado esas horrendas gafas redondas y se había decidido por unas cuadradas mucho más adultas y por usar la mayor parte del tiempo lentes de contacto.
Severus pensaba que el chico era muy atractivo y aunque había un poco de interés en el fondo, Severus no intentaría seducir al chico. No cuando alguien como él querría una relación profunda e intensa y no sabía si el joven podría verlo como algo más que su estricto y odioso profesor de pociones.
Lo peor es que Severus supo el día y lugar donde empezó a pensar en Harry Potter de otra manera. Fue el día 10 en casa de Potter, cuando al despedirse, Severus le agradeció (a su peculiar manera) el pastel de cumpleaños. La sonrisa de Harry hizo que el corazón de Severus se saltara un latido y aunque el día anterior había tomado la resolución de buscar una amistad, esa intensa emoción hizo que se replanteara todo.
Por el momento, tendría que analizar si había algo más ahí o si el chico solo buscaba un amigo más.
Las apariciones de mariposas en el Reino de Mort estaban empezando a ser regulares, al grado que ya no iba con Aisha para avisarle de cada suceso y en su lugar, optaron por un informe semanal.
Gracias a eso, habían detectado un par de patrones en solo un par de semanas. Para empezar, las especies de mariposas aumentaron y ya no se limitaban a las mexicanas o de otras partes de América. Ahora también mariposas de los otros 4 continentes, pero eran muchísimas y parecían desafiar las leyes de la muerte y seguían vivas como sus predecesoras, incluso cuando su ciclo de vida ya debería haber acabado.
El segundo patrón que detectaron es que los muertos estaban siendo absorbidos y vuelto a separar de aquellas mariposas, cada vez más rápido y con menos problemas. Era como si las mariposas estuvieran practicando y ese conocimiento era algo instintivo a todas las mariposas.
Mort estaba empezando a recordar cosas y no estaba seguro si eran imaginaciones suyas o fueron realidad. Recordaba que alguna vez él fue compañero de trabajo de una pareja que se separaba por 6 meses y la Reina del Inframundo solía darle dulces cuando regresaba de sus visitas al Reino Mortal. Hades le dejaba jugar con un cachorro de tres cabezas y a veces iban a jugar un poco con los volcanes. Sin embargo, Mort recordaba que ellos solo se encargaban de una parte del inframundo. Había otros como ellos, cuidando partes de un Reino muy vasto.
Mort recordaba vagamente haber sido un mortal alguna vez y era en una edad en que el universo apenas sostenía un par de mundos con vida. Recordaba haber sido uno de los muchos mortales que estaba en la tierra y que un día, una figura extraña le acogió en sus brazos luego de una sequía muy mala y cuando despertó, se encontraba en un mundo frío pero que a él curiosamente le proporcionaba paz.
La figura ominosa le cuido y ayudo a recuperarse, pero cuando quiso volver al mundo mortal, ya no pudo salir. La figura intuyo algo y le dio al chico su guadaña y solo así Mort fue capaz de salir. Cuando menos vio, Mort había separado un alma de un mortal y se asustó. No supo porque lo hizo pero la figura que le había estado cuidando, simplemente asintió hacia él y sin decirle nada, le mostró imágenes en su cabeza sobre que él era el nuevo Rey del aspecto de los mortales que él se encargaba: la Muerte.
Mort en ese momento no tenía nombre y Muerte busco entre los nombres que ya conocía de mundos que habían colapsado. El tiempo transcurría diferente en el Reino de la Muerte y encontró uno que le gusto: Mortimer.
Así, Mortimer se vio incapaz de recordar si alguna vez tuvo un nombre humano antes de que Muerte le asignara ese, pero siguió a Muerte a todos lados mientras le enseñaba como segar almas, como funcionaba la guadaña y como podía cambiar su apariencia a voluntad. Nunca volvería a tener un cuerpo con un corazón latiendo, pero Muerte le enseño que eso no significaba que viviría solo.
Con el correr del tiempo, Mort aprendió a moldear el inframundo y aunque seguía siendo un niño, encontró almas que se encargaban de las tareas que aún era muy pequeño para gobernar. Su edad mental se había estancado y aunque aprendía, lo hacía lentamente. Por eso, ahora que sus recuerdos estaban volviendo, recordaba a Hades y Persephone, a Mictlantecuhtli, a los múltiples Shinigamis... pero no lograba recordar a donde fueron.
Ni siquiera recordaba porque Muerte le abandono. No quería decirle nada a Aisha hasta que ella le dijera algo, ya que si Aisha no estaba teniendo estos recuerdos regresando, solo la pondría ansiosa sin motivo. Sin embargo, Aisha también estaba teniendo un momento duro, ya que sus recuerdos estaban regresando como los de Mort y recordaba a muchos Dioses de la Vida.
Persephone podría haber sido la Reina del Inframundo, pero también era hija de una Deidad de la Vida. Persephone misma era una Deidad de la Vida que eligió vivir medio año en el inframundo por amor a Hades, el Rey de una parte de ese Reino.
Aisha recordaba a Persephone porque su maestra siempre la recibía con alegría. Vida fue quién la encontró, luego de que ella había fallecido debido a una hambruna, causada por una prolongada sequía. Ella sabía que había muerto pero jamás cruzo hacia el Reino de la Muerte. Vida le encontró apenas expiro su último aliento y le insuflo de vida nuevamente. Aisha sabía que algo fundamental había cambiado en ella y siguió a Vida a su Reino.
Aisha pensó que el Reino de Vida era donde ella estaba pero Vida le dijo que no, ella cuidaba la Vida en múltiples mundos, tanto en el presente, como en el pasado y futuro. El tiempo corría diferente en su Reino y trato de enseñarle a la niña todo lo que podía sobre su Reino.
Aisha empezaba a recordar a sus múltiples cuidadores y tutores, siendo Vida su única maestra. Un día, Aisha fue llevada a un mundo desértico y sin querer, logró hacer brotar agua de aquellas arenas. Vida quedo fascinada con esto y le pidió que creara otra cosa. Aisha solo se imaginó un pequeño pez dorado y el pez surgió de entre sus manos y saltó al agua que ya estaba empezando a formar un riachuelo.
Vida entonces decidió instruirla en su propio poder y con el tiempo, los amigos de Aisha empezaron a desaparecer, hasta que su propia maestra desapareció. Aisha se quedó sola y recordaba todo esto como si hubiera sido una fantasía. Ahora dudaba si lo era.
Pensaba que algo o alguien había sellado sus recuerdos. ¿Para qué o por qué? No podía saberse, porque por lo que ella sabía, podía ser que fueran ellos mismos, Mort, Aisha, Aisa, Krónos y todos los Dioses de los aspectos Mortales, podrían haber sellado sus propios recuerdos o imaginaciones por alguna razón... o quizás alguien más arriba que ellos, como el Dios de la Creación, pudo ser.
Cuando finalmente Aisha se decidió a confesarle sus sospechas a Mort, este no la disuadió sino que le contó sus propias conclusiones y coincidían. Visitaron el Reino de Destino y le preguntaron a Aisa, una Diosa que casi no visitaban, y esta les dijo lo que estaba viviendo, mostrándoles los engranajes de un Destino en el mundo mortal que en teoría, nunca se había movido en el tiempo que ella llevaba gobernando ahí. Sabía que debió tener un maestro, pero no lograba recordarlo. Solo tenía una vaga idea de cómo se veía.
Sucedió algo similar con Krónos, quien dijo que él incluso recordaba haber compartido la potestad del tiempo con dos hermanos suyos. Recordaba sus nombres, un poco sus rostros, pero no lograba recordar a donde fueron, o como se veía o llamaba su propio maestro. Antes no lo recordaba, pero ahora si recordaba haber tenido un maestro. E igual que con sus hermanos, desapareció sin dejar rastro.
Lo que fuera que había empezado en torno a Harry y Severus, los humanos que tenían un vínculo fuerte con las Deidades más poderosas de los aspectos mortales, estaba afectando de hecho a todas las Deidades.
Mort y Aisha entonces recorrieron los demás Reinos, recogiendo experiencias similares a las suyas y las de Aisa y Krónos. Aparatos que nunca habían visto funcionar, empezaron a moverse. Objetos que nunca pudieron controlar, parecían estar siendo manipulados por alguien más. Partes de sus Reinos que parecían vedadas, habían descorrido sus barreras y ahora podían transitar por ellas.
Algo había resquebrajado los sellos impuestos en sus mentes y mundos, sellos que ninguno sabía si fueron autoimpuestos o alguien más lo hizo. Pero todo estaba cambiando vertiginosamente y más Dioses se sumaron a la vigilancia de Harry Potter y su grupo, seguros de que lo que fuera que estaba intentando hacer el favorito de Mort y el favorito de Aisha, iba a cambiar el universo entero.
¿No tenían los mortales una teoría acerca del aleteo de las mariposas que desataban tifones? Los Dioses lo sabían mejor, el pequeño acto que estaba llevando a cabo Harry y compañía, iba a modificar todos los mundos del arco y sus propios Reinos. Sin embargo, no iban a intervenir porque querían respuestas.
Esta vez solo iban a ser espectadores.
