Capítulo 10


Estas pequeñas cenas se convirtieron en algo regular en solo un par de semanas y pasaron a ser citas en lugares inusuales. Severus le proponía algún plan a Harry y si este le agradaba, lo hacían. Si no le sonaba atractivo, Harry proponía otra actividad. A veces era Harry quien hacía los planes y repetían esta dinámica.

Ya habían visitado el Museo Británico, el Poison Garden (Harry se prometió recomendárselo a Neville), un paseo por el Támesis, se subieron al London Eye, visitaron el muro de Adriano, pasearon en las costas de Cornualles. También visitaron el museo de Jane Austen en Bath y participaron en varias actividades como una clase de tejido o cocina experimental.

Estaban casi por cumplir el mes saliendo juntos cuando Severus pensó que era hora de mover la línea un poco más y en una visita a las Cataratas de Aysgarth, tomó la mano de Harry en medio del pequeño grupo que estaba admirando las cataratas a su alrededor. Severus dijo que era para no perderlo y Harry se sonrojo pero no hizo ningún ademan de querer soltar la mano del hombre.

Ambos hombres siguieron el paseo sin inmutarse en aquellas miradas de reojo, algunas intrigadas, otras enojadas y unas pocas indiferentes. Harry no hizo ningún amago de querer soltar a Severus y este tampoco hizo nada para indicar que iba a soltar la mano de Harry.

El paseo concluyo con ellos dos tomados de la mano y antes de despedirse, Severus le dio un beso a Harry en el dorso de su mano y luego se fue, perdiéndose en la masa de gente que abandonaba el parque. Harry suspiro sin saber qué hacer. Sabía que algo estaba moviéndose entre ambos, una especie de electricidad difícil de ignorar. La pregunta era si debía dejarle continuar o pararlo.

Harry tenía mucho que pensar.

Para fortuna de Harry, Severus no insistió en salir durante algunos días y eso le dio a Harry suficiente distancia para pensar en lo que quería de Severus. Mentiría si dijera que no sintió nada con aquel pequeño beso en su mano. Si Severus le hubiera besado, Harry no estaba seguro de rechazarle, o si siquiera quería rechazarle. Sin embargo, ahora que ya habían pasado varios días de aquel suceso, Harry estaba seguro de que no hubiera rechazado al hombre, si este hubiera intentado besarlo. Quería besarlo.

Le gustaba Severus. No sabía si Severus solo estaba tanteando el terreno, pero luego de recordar aquella primera cena con pescado, recordó que Severus se describió a sí mismo como alguien que primero le gustaba una persona y luego sentía atracción. Harry había comprado un libro sobre sexualidad e identidades y descubrió que Severus sería demisexual y que Severus tenía razón sobre él y era pansexual.

Harry se sentía atraído desde antes por Severus con esa inteligencia y lengua sarcástica. Durante la escuela no apreció ese rasgo pero ahora, ya como un adulto y habiendo madurado en varios aspectos, apreciaba ese humor bastante negro y la ironía que luego destilaba. Además, esa inteligencia era digna de elogios y no entendía como otras personas no podían considerar eso como un rasgo atractivo.

La convivencia simplemente hizo que caer enamorado de Severus fuera un paso lógico. Ahora Harry se preguntaba si Severus solo sentía una atracción sexual basada en esa amistad que estaban llevando o tenía sentimientos similares a los suyos y quería explorar una relación. Es decir, estaba seguro de que le gustaba a Severus o no hubiera hecho avances, pero que sintiera una atracción sexual basada en sentimientos positivos en su relación actual, no necesariamente quería decir que esos sentimientos pudieran perdurar en el tiempo.

Armándose de valor, Harry invitó a Severus a tomar algo al acabar las actividades de ese día y Severus aceptó. Un par de horas después, ambos hombres estaban sentados en un pub bastante agradable, en una mesa lejos de todo el alboroto. Era viernes y había bastante gente pero un sencillo y discreto hechizo de silencio sobre ellos les permitirá hablar y que nadie los escuchará o ellos escuchar el ruido.

Primero, Harry intentó una conversación trivial pero Severus le tomó la mano y deposito un suave beso en el dorso mientras miraba con intensidad a un sonrojado Harry. Entonces Harry lanzó la pregunta que quería hacer—¿Te gusto? —.

—No estaría besando tu mano si no fuera así—.

Harry se sonrojo más profundamente antes de continuar—Me refiero a si quieres explorar la posibilidad de una relación conmigo—.

—Sí, quiero eso. ¿Qué quieres tú? —.

—Y-Yo... creo que quiero, sí, pero... —.

—¿Tienes miedo del rechazo? —Harry negó con la cabeza—¿Entonces? —.

—Ya pasé un par de fiascos. Tengo miedo de que lleguemos a un punto donde nos odiemos—.

Severus bajo la mano de Harry hacia la mesa pero no la soltó—Harry, somos adultos. Si algo no te gusta, me lo dices. Si algo no me gusta, te lo digo. Si no funcionamos, podemos darnos un tiempo antes de ver si podemos continuar nuestra amistad. Si es por las historias sobre tu madre, ya no tengo más. Solo quedo yo, no tengo nada con que negociar tu estadía, así que estoy tomando el mismo riesgo que tú de perder una amistad valiosa al intentar tener algo más contigo—.

Harry, al escuchar esto, simplemente se acercó más al hombre, moviéndose sobre el sillón del gabinete hasta estar pegado a Severus. Recargó su cabeza sobre el hombro de Severus y espero. Con su mano libre, Severus levantó el rostro de Harry hacía él y acercó su rostro al del joven. Harry no se retiró, sino que cerró los ojos, dándole permiso tácito a Severus y este junto sus labios con los de Harry.

El beso fue dubitativo al principio, pero pronto encontraron su ritmo, sintiendo lentamente al otro a través de sus labios. Por ser el primero beso, no hubo esa pasión explosiva que describían en muchas historias románticas, pero si hubo una chispa de electricidad en ambos, algo intangible que no sabían describir pero querían más de eso.

Sin embargo, ambos querían saborear esta lenta persecución y dejaron su beso ahí, en ese estado a medio camino de la pasión y siguieron sostenidos por sus manos, mientras terminaban sus respectivos tragos.

El primer obstáculo ya lo habían cruzado y querían ver hasta donde podían llegar pero no tenían prisa en llegar ahí. Disfrutarían este viaje y verían a donde los conducía.


Estaba empezando el mes de julio y aunque habían previsto que el Ministerio finalmente se enteraría, no habían previsto que tardarían tanto en darse cuenta de sus actividades. Lo que evidenciaba una vez más lo obtusos que podían ser los magos.

Sin embargo, Kingsley, el actual Ministro de Magia, no esperaba que las actividades sospechosas llevadas a cabo por Harry Potter y un grupo "subversivo" fueran tan... muggles. Kingsley llegó con el traje habitual de los magos que si han convivido con muggles, de forma que apareció como un simple amigo de Harry.

Harry no destapo la fachada de Kingsley y en cambio, se ofreció a hacerle un recorrido por las instalaciones a su "viejo amigo". Ese día, el Alcalde Matthew había traído el almuerzo y se quedó a hablar con Hermione sobre unos grabados que traían datos sobre la estadía de Myrddin Emrys (Merlín) en Godric's Hollow.

Kingsley escucho un poco sobre eso y Harry le prometió que le hablaría sobre eso más adelante. De más está decir que Kingsley no encontró nada que pudiera usarse para evitar este proyecto muggle. Claro que le preocupaban los aspectos ritualistas de las Ofrendas pero como no había un intercambio de vida o sangre hacia los muertos, en realidad no podía clasificar el asunto como "Magia Oscura", aunque claramente podía considerarse un ritual.

Tambien estaba el hecho de que los magos desconocían mucho de los años que Merlín pasó lejos de Camelot y cuanto de su historia se había diluido mientras se ocultaba entre los muggles. Merlín era un mago muy poderoso pero ante una turba enfurecida, podría no ser suficiente su poder. Además, Merlín tenía un estricto código de honor y jamás hubiera considerado acabar con una vida a menos que estuvieran en guerra o estos no mágicos intentaran matar a todos los magos.

Siendo pragmático, Merlín prefirió fingir que era un simple no mágico igual a ellos y paso varios años entre los muggles, de forma que los mágicos jamás pudieron encontrarlo hasta que regresó a la sociedad mágica, poco más de una década después de la caída de Camelot.

Kingsley estaba interesado en esta parte de la historia que desconocía su sociedad y llegó a un acuerdo con Harry de no interferir en su proyecto, siempre y cuando pudiera enviar a alguien del Ministerio a tomar el curso de historia. Harry simplemente dijo que los cursos estaban abiertos a cualquiera pero los mágicos tendrían que vestir apropiadamente para el ambiente sin magia del lugar.

Ambos estrecharon sus manos al finalizar el tour y días después, un atribulado Percy Weasley tomó el curso. No fue grosero con Harry, pero fingió muy bien el no conocerle en absoluto o a cualquiera de los otros. Harry sencillamente ignoro esto y Hermione impartía el curso de la misma forma.

Los días siguieron su curso y tanto Harry como Severus, iban tomándose su tiempo en su incipiente relación, robándose besos al finalizar sus clases y yendo a cenar a pequeños lugares que les parecían atractivos. Aun siguieron buscando actividades para hacer pero estas citas ahora terminaban en el sofá de alguna de sus casas, besándose por bastante tiempo y acariciándose encima de la ropa.


Percy estaba bastante fascinado con las clases. A pesar de que veía a Harry varias veces, en el fondo, agradecía que no se hubiera casado con Ginny y la hubiera terminado. No pensaba decirlo ni muerto, pero él no era tan ciego a los defectos de su familia como todos los demás. Sabía que Ginny era demasiado dominante y creciendo como la única chica de la familia, tuvo muchos privilegios que el resto de los hermanos, no tuvieron.

Ginny creció siendo independiente y ferozmente protectora con los que amaba, pero también era esta chica caprichosa que pensaba que sus deseos eran factibles, sin pensar en que varios de esos deseos incluían la voluntad de otra persona. Ese matrimonio hubiera terminado en un escandaloso divorcio, con Ginny pidiendo toda la fortuna de Harry y la custodia de sus hijos, haciendo un escándalo en los medios para forzarlo a retractarse del divorcio o bien, humillarlo hasta que el pobre hombre optara por el suicidio.

No, si bien nunca entendió del todo la forma tan fácil con que Harry se deslizo dentro de su familia y está pareció adoptarlo y considerarlo uno de los suyos, con casi una nula interacción antes de que Harry fuera a su casa, no le deseaba ningún mal al chico. Cuando fue la debacle con el Ministerio, Percy simplemente estaba pasando un mal momento intentando llevar el apellido de su familia a mejores estándares.

Cierto que Bill era un rompe-maldiciones de elite mientras Charlie era conocido como un excelente manejador de dragones. Percy quería que lo vieran como una persona indispensable en el Ministerio y pensó que luego de lo de Crouch, lo iban a despedir. El puesto al lado del Ministro era un sueño hecho realidad y quedo cegado por la idea de elevar el apellido de su familia lejos del estigma de "traidores de sangre". No escucho las preocupaciones de sus padres, buscando ese objetivo.

Sus padres habían tenido razón pero Percy estaba seguro de que el Ministerio podía ser el mejor lugar para trabajar, para él. Ahora era un mejor lugar y el Ministro Shacklebolt creía en las capacidades antes que en el estatus de sangre. Pero Percy, a pesar de todo, seguía teniendo una personalidad difícil de entender para sus padres, siendo todo serio, analítico y ambicioso.

La pérdida de Fred suavizo la actitud de sus padres hacía el resto de sus hijos, incluyéndolo y mucho tuvo que ver también su cambio de lealtades durante la batalla final. Ahora que estaba trabajando de nueva cuenta para el Ministerio pero como investigador, Percy tenía mejor desempeño que en sus anteriores puestos.

Quizás para Harry y los suyos, Percy estaba siendo antagónico al ignorarlos pero la verdad es que su personalidad era así. Nunca supo cómo llevarse con la gente. Sabía que podía pero de alguna forma, no sabía cómo hacer amigos. Tuvo suerte con su ex-novia Penélope, ya que ella fue la que se le acercó y dudaba que tuviera esa misma suerte dos veces.

Tratando de sacar el mejor provecho de su nueva situación, Percy resolvió ser diligente en lo que le había encargado el Ministro y tomaba con mucha atención el curso de Historia Mágica. Aunque en un principio pensó que estaban violando el estatuto de secreto, Percy luego aprendió que para los no mágicos, la magia era solo de dos formas: o un truco o un ritual.

Es decir, había una serie de religiones que basaban sus creencias en la idea de la magia como algo ritualista. Los muggles que las practicaban, llevaban en realidad pequeños rituales que podrían darles cierto manejo de la magia pero a un nivel apenas arriba de un squib. Jamás serían gente que pudiera empuñar una varita o hacer magia que de verdad pudiera dañar a alguien. Había algunas como el vudú que podrían, pero los practicantes no mágicos tendrían que sacrificar demasiadas vidas para que alguno funcionara. Si fueran mágicos, sería bastante más simple.

No, Percy entendió que para los muggles, la magia era un truco para espectáculos o una creencia arraigada en una religión. Así que las cosas que tenían sobre Merlín y otros magos que llegaron a pisar el mundo no mágico, estaban clasificadas dentro del ámbito de la fantasía, las leyendas o contextos religiosos.

Así, los no mágicos que atendían a este curso, enfocaban sus conocimientos desde el lado histórico, para desmentir o confirmar las leyendas que sabían de ciertos magos, en especial Merlín. Era fascinante ver otra faceta de las figuras que moldearon su mundo y como, en siglos anteriores, no había una marcada división entre ambos mundos. Pero también indicaba que el estatuto fue la mejor decisión.

Hermione explicaba muy bien varios de los documentos históricos, mientras el Alcalde Matthew era bastante entusiasta al explicar que Merlín en realidad había existido y probablemente uso varios nombres comunes de la época para disfrazar su verdadera identidad.

Matthew no ocultó la identidad de Merlín como un mago, pero lo explico como un Británico nacido durante la ocupación romana y que era descendiente de al menos un romano, no se sabía con exactitud si la madre o el padre, e incluso ambos. Solo se sabía que si existió un Myrddin Emrys y que este era un aprendiz en un templo dedicado a Júpiter. Así que para todos los efectos, sería considerado un mago entre los romanos y los celtas.

Al parecer, había también indicios de que Myrddin tuvo una estrecha amistad con al menos un par de druidas, lo que reforzaba la idea de que el padre de Myrddin era un romano y la madre una druidesa.

Percy nunca pensó que hubiera tantas versiones sobre el origen de Merlín y como varias de las versiones muggles, en realidad podían ser ciertas y Merlín podría haber sido un mago mestizo entre un romano muggle y una druidesa de verdad mágica. Si el romano hubiera sido descendiente de algún squib de una línea poderosa, explicaría mucho sobre el origen del poder de Merlín.

Percy estaba tan ensimismado en aprender sobre Merlín, que olvido que había otros cursos a su alrededor y desestimó sus preocupaciones originales sobre los elementos ritualistas del Día de Muertos y como buen mágico, jamás se preguntó por qué había tantas mariposas alrededor de la asociación o el cementerio de Godric's Hollow, y mucho menos como habían sobrevivido fuera de su temporada.