Capítulo 12
Finalmente, el día había llegado. El inicio del festival del Día de Muertos iba a empezar con una celebración "tradicional" de Samhain por parte de un aquelarre local que tenía actividades a dos pueblos de ahí. Se trataba de "brujas" muggle que celebraban con una hoguera y tuvieron que llevar unas charlas con el reverendo local.
Al principio, este se mostró reticente pero cuando la líder del aquelarre, una mujer madura que les recordaba a los mágicos a McGonagall, habló con el reverendo, este entendió que la tradición de la hoguera no era algo como bailar desnudos a su alrededor o quemar animales. Se trataba de simples palabras escritas en papel sobre cosas que uno quería superar como un evento traumático o cambiar un rasgo de personalidad que uno considerara pernicioso en vez de benéfico.
Viendo las cosas así, y que en realidad, fuera de las brujas del aquelarre, los que participaran no iba a quemar ofrendas a ningún dios pagano, el reverendo accedió y la actividad quedo agendada.
Las brujas muggles estaban fascinadas con las actividades del festival y pidieron participar, así que había un par de stands dedicados para ellas, quienes hornearon Soul Cakes y Barmbrack, así como algunos dulces caseros más tradicionales. El aquelarre aparentemente venía de varias partes de Europa, así que cada una de las brujas tenía varias recetas de dulces.
Ese primer día, luego de comer y comprar las cosas que se vendían (desde comida hasta suéteres alusivos, tejidos a mano), los asistentes subieron a una colina un poco alejada del pueblo y vieron como ya había una pila de madera, acomodada de forma tal que solo requerían encender la hoguera. El alcalde, junto con la líder del aquelarre, encendieron la hoguera y está empezó a lanzar lenguas de fuego hacia el cielo en pocos minutos.
Harry le confesó a Severus que lanzó un pequeño Incendio de forma discreta para que la madera ardiera bien. Severus solo sonrió ligeramente y apretó la mano de su amante. Entre los asistentes al festival, además de la gente del pueblo, también estaban gente del Ministerio que vio como una "bruja" encendía una hoguera ritual, pero no había ofrendas de vida o sangre.
La gente del Ministerio temía que los mágicos se vieran tentados a realizar las actividades del Samhain Mágico, pero no parecían tan interesados, así que se relajaron.
Las brujas del aquelarre estaban quemando muñecos de paja u objetos viejos que seguramente representaban algún momento importante de sus vidas y querían dejar ir. También había turistas muggles que se habían enterado de este festival y pensaban que sería interesante.
El Alcalde Matthew estaba muy feliz porque ese primer día ya les había dado varios miles de libras que le acercaban a su meta de poder construir un pequeño museo sobre la historia del pueblo. Además, había podido interactuar con Hermione, quién le parecía una joven muy atractiva e interesante. Quizás la invitaría a cenar al finalizar el festival.
Los mágicos también participaron en menor escala, quemando solo papeles con algunas cosas escritas y Harry y los suyos hicieron lo mismo, escribiendo aquellas cosas que aún les atormentaban en las noches. La guerra había tenido secuelas en todos, pero este grupo en particular tenía muchas cosas que les hacían difícil vivir normalmente.
Se decía que el fuego era un gran purificador y uno de los elementos sagrados para los paganos y la Wicca. Había múltiples culturas que le daban al fuego esa cualidad y viendo arder todas esas pequeñas cosas ofrecidas al fuego y aquellos papeles carbonizándose en el, uno no podía menos que sentir como algo dentro de si, iba haciéndose más ligero.
Al final del día, Harry observó atentamente la primer reliquia en la privacidad de su hogar, escudriñándola, viendo si había el más mínimo cambio... y lo había. La varita había sido de color café, el clásico de la madera, con un tono terroso pero ahora la madera se había aclarado al grado de parecer blanca y las tallas parecidas a bayas de sauco, brillaban. Era como si la madera se hubiera convertido en una especie de talla de mármol... o hueso.
La varita que siempre se había visto como una varita común, ahora resaltaba demasiado como las plumas de su difunta Hedwig.
El primer día de este festival, era evidente que había insuflado mucha magia en la primer reliquia otorgada a los Peverell, la varita de la Muerte.
El segundo día, el primero de los días dedicados a los muertos en México, primero de noviembre, los stands del festival vendían básicamente dulces y algunos bocadillos apropiados para paladares en formación. Es decir, niños.
Por lo que habían aprendido de su viaje a México, la "asociación" sabía que este día estaba dedicado a las almas de los más pequeños. Los niños eran los primeros en llegar y por eso los alimentos y objetos estaban ligados a la presencia de los pequeños.
Los participantes en la decoración de lapidas habían elegido rápidamente aquellas que representaban a los niños y la señora que había elegido la lápida de Ariana Dumbledore fue especialmente dulce. Ella había oído una curiosa leyenda sobre una bruja llamada Ariana que falleció tratando de salvar a sus hermanos. La señora muggle no sabía lo cerca que estaba de la verdad.
La lápida era hermosa con su decoración de rosas trepadoras (hechas con papel) y varias flores de cempasúchil (también de papel). Agrego acentos aquí y allá que gustarían a una jovencita de fines del siglo XIX. Incluso fue tan amable de poner un juego de té con panecillos elegantes, como si estuviera en una fiesta de té con el espíritu de la joven.
La mujer decidió hacer la velación por unas horas y le contó a la lápida todas las cosas nuevas que había en este siglo (XXI). Aberforth llegó cuando la mujer estaba contándole a su hermana sobre las computadoras y el internet. Dado que estaba por caer la noche, la señora sencillamente recogió su juego de té y dejó algunos bocadillos encima de una servilleta de tela y le prometió a la "chica" que regresaría al día siguiente.
La señora apenas notó a Aberforth, quién observó la lápida de su hermana y sollozo un poco. Estaba decorada con las cosas que a su hermana le hubieran gustado y agradecía mucho la amabilidad de esa muggle. Se acercó a la lápida de su hermana y habló con ella, de la misma forma que la señora, pero dándole las novedades de su mundo.
Harry y los suyos monitorearon a los participantes y fueron tomando fotos con algunas cámaras digitales. Los participantes ya sabían sobre esto y no tuvieron problemas, así como los familiares que ya habían extendido los permisos para esta actividad de decoración.
Algunas de las brujas del aquelarre muggle, quisieron participar también en la velación y relevaron a los participantes que ya estaban cansados, permitiéndoles tener un respiro en la noche. Igual que la señora que decoro la lápida de Ariana, las brujas también hablaban con las tumbas, de forma que todo se sentía como una enorme reunión familiar.
Harry observó discretamente el anillo y observo que cambio ese metal negruzco por uno parecido al platino. Lo único negro en él era la piedra, pero el grabado que tenía, ahora brillaba como si hubiera sido grabado con plata. Vibraba en la mano de Harry, como si le dijera a este que finalmente había recibido la magia que necesitaba.
Los mágicos hace tiempo que habían abandonado su renuencia original y ahora se les veía hablando de la misma forma que los muggles, solo que con algunos hechizos de silencio sobre ellos, de forma que parecían estar murmurando y los muggles no notaron la magia alrededor de ellos.
Sería quizás por las velas y los ruidos de la gente, pero nadie parecía pensar que era extraño estar sentados en sillas plegables, al lado de lápidas decoradas y con comida sobre servilletas. O ver a una bruja muggle tomar un té con total desparpajo al lado del reverendo del pueblo.
Como la bruja estaba siendo respetuosa del reverendo y este no estaba siendo antagónico con ella, ambos estaban bebiendo unos termos de té. Si, alrededor de Harry y los suyos, se veían interacciones que no serían posibles en otro contexto.
El último día, Harry y los suyos prepararon sus propios elementos para sus ofrendas. Todos ya tenían un lugar que querían decorar y Harry compartiría la lápida de sus padres. Él haría la decoración del lado de James y Severus el lado de Lily.
Conforme pasaba el día, todo se parecía mucho al día anterior, excepto que ese día si se vendía alcohol y otras comidas más aptas para los adultos. Muchos turistas que nunca habían visitado México, pensaban que sería un destino muy bueno para sus próximas vacaciones si todas sus tradiciones eran así de coloridas.
La derrama económica era enorme y Matthew estaba seguro de que este festival se iba a convertir en una tradición a partir de ahora. Sus ciudadanos estaban felices y pensaban que esta era una manera más hermosa de honrar a sus muertos y algunos de ellos trajeron fotografías de sus parientes fallecidos, explicándole al fallecido de la lápida que quería honrar también a su familiar.
Conforme iba avanzando el día, las luces empezaron a menguar y Harry sintió una calidez proveniente de la última reliquia: su capa.
Él y Severus ya habían puesto su ofrenda para los padres de ambos y estaban haciendo su propia velación. Así que Severus sabía que Harry tenía pegadas las reliquias alrededor de sí mismo. Harry le dijo en voz alta que iría al baño y este asintió, sabiendo que solo era una señal de que era la hora.
Harry se dirigió al edificio de la asociación y entró en él. Una vez que reviso que estuviera solo, se Apareció de ahí hacia su hogar y una vez aterrizo en su sala, saco todas las reliquias de encima suyo y las puso enfrente de él.
Esta vez las reliquias no intentaron pegársele, sino que todas ellas brillaban con un brillo nacarado y espectral. Harry casi esperaba que se unieran en aquel símbolo que había visto en el libro de Dumbledore, pero en vez de eso, solo la capa se elevó.
Su capa estaba frente a él, extendida en toda su magnitud y empezó a crecer bastante. El forro interior parecía más bien una bóveda celeste por la negrura que tenía y los destellos de luces que estaban cuajados como estrellas en él. Solo hasta que la capa llegó a su máximo, el anillo floto y se colocó en medio de la tela.
El metal se derritió y se transformó en una especie de cerradura con la piedra como decoración del pomo. Hasta ese momento, la varita por la que tantos habían perecido, flotó y se transformó en una llave antigua que embonó a la perfección con la cerradura que antes fue el anillo.
Harry tragó en seco y ese pulso desconocido que lo llevó a hacer todo esto, finalmente le dio la instrucción final: debía abrir la cerradura. Tembloroso, Harry tomo la llave y la giro, escuchó el chasquido del mecanismo de la puerta abriéndose, y luego... no pareció suceder nada.
Aunque fue solo unos segundos antes de que se escuchara un aleteo incesante, parecido a cuando tuvo su primera prueba contra Voldemort. Le recordaba a las llaves voladoras, pero mucho más sutil.
Entonces las vio. Miles, millones de mariposas estaban buscando salir por la capa y atravesaron raudas por ella. Harry reconoció algunas como las especies de mariposas que estuvieron pululando por todo Godric's Hollow.
Todas ellas salieron por la capa y tenían un leve brilló que Harry estaba seguro de que nadie más podía ver que un mágico. Así que en cuanto acabaron de salir, Harry puso muchos hechizos alrededor de este portal que había abierto y se Apareció de vuelta en el edificio de su asociación.
Severus no debería estar sorprendido. Si algo era improbable o imposible, o ambas cosas, seguro le sucedería a Harry Potter. Muchas mariposas arribaron al cementerio durante el crepúsculo y todos los asistentes pensaban que eran muy bonitas. Luego, como si fuera una parvada de aves, todas ellas parecieron volar a algún lado, como si migraran.
Sin embargo, pocos notaron que ahora los asistentes eran mucho más. Había gente que no debería estar ahí. Neville primero se sorprendió pero luego pensó que tenía toda la lógica y corrió a abrazar a sus padres. Su abuela se había quedado muda y no sabía cómo reaccionar. Habían elegido velar a uno de sus ancestros, pero no esperaban que su hijo y nuera pudieran levantarse.
De una forma extraña, tanto Neville como Augusta, sabían que eran ellos a pesar de no estar muertos. Lo que solo manifestó que nada de lo que hicieran sobre sus cuerpos serviría. Ellos ya eran básicamente espectros atrapados en sus cuerpos mantenidos a la fuerza con vida. Lo que atrajera esta tradición, era mucho más fuerte que cualquier magia que hubieran probado antes. Sin embargo, sabían que esto solo duraría hasta la media noche y decidieron no perder el tiempo, así que se dedicaron a hablar y preguntarles que querían que sucediera con ellos.
Luna finalmente pudo abrazar a su madre y su padre estaba llorando al ver a Pandora, sabiendo que en unas horas tendría que regresar al más allá, pero apreciaría cada minuto al lado de su esposa. La familia Lovegood también empezó a hablar sin perder un segundo, sobre todo Pandora hacia Xenophilius, diciéndole que era hora de dejarla ir. No quería que siguiera viviendo tan atado al pasado, cuando lo que la enamoro de él, era esa incesante confianza en el mañana. Tanto para Luna como para su padre, poder hablar con Pandora, era un bálsamo para sus heridas.
Fred fue la visita para Hermione y Percy se acercó a la chica, entre asombrado y feliz por ver a su hermano. Fred le dio un coscorrón a Percy y le dijo que se fajara los pantalones y le diera una buena tunda en sus nalgas a Ginny por ser una mocosa que no media las consecuencias de sus berrinches.
Tambien abrazó a Percy y le dijo que conviviera más con George, que estaba sufriendo sin un hermano de bromas. Que le dijera a sus padres también sobre sus verdaderos sentimientos, ya que merecían un jalón de orejas y que no cejara en su empeño de convertirse en ministro de magia, ya que necesitaban gente trabajadora y honesta.
Una vez que los hermanos se abrazaron y lloraron un poco, Fred le agradeció a Hermione por ser el soporte de Harry, ya que sin ella, él no habría logrado hacer todo esto en tan poco tiempo. Ella dijo que no era nada, ya que lo consideraba su hermano. Los tres ex-Gryffindors hablaron largo y tendido sobre las cosas que sucedían actualmente y Fred les dio una idea sobre cómo era el más allá. Por lo que les decía Fred, era como ahí pero mejorado, solo que todos estaban muertos y lo sabían.
Cuando Harry regresó segundos después de que todos estos muertos hicieran su aparición como personas corpóreas, Severus lo recibió junto a dos personas que había extrañado mucho. Lily Potter abrazó a su hijo mientras James abrazaba a ambos.
Remus, Tonks y Sirius estaban caminando por ahí, visitando a otros muertos que no tenían un pariente que les reconociera mientras sus amigos se reconectaban con su hijo. Además, querían hacer tiempo porque se sentían avergonzados por cómo se habían comportado con Snape. En el más allá, habían conocido a Eileen y está estaba paseando igual que ellos, pero en una parte un poco más cercana a su hijo.
Cuando vio a Severus alejarse de los Potter para darles privacidad, Eileen se acercó y abrazó a su hijo. Severus ni siquiera iba a cuestionarse como o porque estaba su madre ahí. Simplemente iba a disfrutar el calor que le ofrecía ese abrazo.
Aberforth estaba abrazando a su hermana y la señora que estaba haciendo la velación les pregunto si eran parientes de la chica enterrada ahí. Antes de que Aberforth hablara, le dijo que si, que era algo así como su ancestro, ya que ella era descendiente de uno de los hermanos de Ariana e incluso compartían su nombre, luego presento a Aberforth como su abuelo y la anciana les saludo. Incluso les ofreció algunos bocadillos que ellos aceptaron y luego se fueron de ahí, agradeciendo el gesto.
Aberforth estaba copiando el comportamiento de todos y simplemente se dedicó a disfrutar de este breve encuentro con su hermana, que ya no se veía afectada por nada. Parecía una chica común y corriente, comiendo un bocadillo y señalando todas las decoraciones a su alrededor y diciendo cuanto le había gustado la suya.
Sirius, Remus y Tonks finalmente se acercaron a Severus y Eileen, ofreciéndole al pocionista una sincera disculpa (excepto Tonks, ella nunca hizo bromas tan malas como los merodeadores). Severus, que un tiempo atrás les hubiera escupido en la cara, esta vez dijo que aceptaba sus disculpas, pero le tomaría mucho tiempo aun el perdonarles por la forma en que lo trataron. Sin embargo, juro que jamás sostendría ese rencor contra su amante, ya que Severus estaba seguro de que los muertos ya sabían sobre su relación con Harry.
Los dos merodeadores asintieron, sabiendo que era lo mejor a lo que podrían aspirar. Como un grupo, todos se movieron hacia la lápida de los Potter y Harry ya se había calmado de su llanto, así que tomó la mano de su amante y lo presentó a sus padres como su novio. James le extendió la mano y Severus la tomó. Parecía que querían quebrarse la mano pero ninguno se quejó.
Una vez que todos estuvieron juntos, James suspiro y finalmente se disculpó con Severus, diciéndole que todo eso fue por celos. Él era el mejor amigo de Lily y Lily no le daba siquiera la hora. Pensó, estúpidamente, que si Severus no existiera, ella voltearía sus ojos hacia él, lo que finalmente hizo, pero no porque Severus ya no estuviera ahí.
Lily, cuando empezaron a salir en su Séptimo Año, le explico que cuando lo vio más maduro, finalmente pudo verlo como una persona normal y decidió darle una oportunidad. Si se hubiera puesto serio desde años antes, ella lo hubiera visto mucho antes como una persona que podía tener cualidades agradables.
Lily se acercó a Severus y le abrazó después de la disculpa de James. A sus oídos le susurró que le perdonaba, que no le guardaba rencor porque a pesar de haber sido un bastardo con su hijo, lo protegió lo mejor que pudo y ahora le estaba proveyendo felicidad.
Severus no sabía que necesitaba tanto esto, aunque siempre lo sospecho y cuando Lily se separó de él, Severus sencillamente tomó la mano de su amante en la suya y apretó. Harry regresó el apretón y ambos convivieron con sus familiares hasta casi la medianoche.
Tonks y Remus, mientras tanto, fueron a buscar a Andrómeda y su hijo. La encontraron abrazando a Ted Tonks quién la dejaba llorar libremente en sus brazos mientras ella sostenía a Teddy contra su pecho. Las lagrimas de Andrómeda fueron más cuando pudo abrazar a su hija, mientras Remus sostenía a su hijo. Su pequeño ahora era más grande y pesado. Ninguno quiso decir nada, temerosos de romper ese delgado equilibrio que había y solo pudieron abrazarse mutuamente.
Cerca de la media noche, Harry sintió ese pulso extraño de magia y supo que era hora de cerrar la puerta. Con cuidado, los muertos fueron despidiéndose de sus familias y los que no encontraron un familiar, agradecieron a los muggles por "tomarse un tiempo para decorar" o decirles que eran trabajos "muy agradables".
Harry los guio hacia un lugar apartado y juntos esperaron. Las mariposas que se habían ido, salieron desde los árboles y cada una voló sobre uno de los espectros corpóreos, absorbiéndolos y brillando al terminar su labor.
Harry sabía que ellas lo seguirían mágicamente y se Apareció de vuelta en su casa. El portal seguía ahí y las mariposas atravesaron la tela hasta que todas entraron y Harry volvió a girar la llave. Cada objeto de la puerta fue transformándose de vuelta a su forma original, pero no perdieron ese color blanco a medio camino del mármol y el hueso.
Una vez que puso a resguardo las reliquias (que esta vez no insistieron en estar pegadas a él), Harry volvió al cementerio y llegó a tiempo para dar por terminado el festival. El alcalde insistió en un cierre apoteósico con fuegos artificiales e incluso consiguió un mariachi. La gente que ya estaba algo borracha, continuo la fiesta en alguno de los pubs del pueblo y los que no estaban tan borrachos, sencillamente se fueron a sus casas o poblados.
Para los magos que permanecían ahí, había muchas preguntas pero podían esperar al día de mañana. Ver a la gente que perdieron tan recientemente había sido demasiado para sus mentes.
