Beso en la boca es cosa del pasado (?). Ya me exhibí solita jsjsjs.
A Satsuki le gustan los besos.
- ¿Debería preparar algo especial para esta noche, Momoi-san? - pregunto bajito Sakurai a una callada pero curiosa Satsuki quien tomaba su mano y acompañaba esa tarde a hacer las compras de la semana.
Momoi no es celosa, curiosa sí. Por esa misma razón es que quiso acompañar a Ryou personalmente a hacer las compras, necesitaba tinta para su impresora y quería pasar un poco mas de tiempo con su pareja antes de que Aomine lo quisiera acaparar para el hasta la mañana siguiente.
Le gustan tanto que es con Aomine y Sakurai con quienes experimenta todos los tipos de beso habidos y por haber. Incluso besos que ella no sabia de su existencia y que por alguna razón al desinteresado de su amigo de la infancia (su Dai-chan) los sabe muy bien.
- ¿Podemos llevar cobertura de chocolate, Ryou-chan? Quiero palomitas con chocolate- pregunto Satsuki tirando del suéter de Sakurai para llamar su atención.
Tal mujer consentida que era por culpa de estos dos hombres; rara vez Momoi obtenía un no por respuesta.
El castaño sonrió y asintió en silencio -todo el chocolate que quiera, Momoi-san-
La chica contenta abrazo a su bajito novio provocando que por poco ambos cayeran al suelo de aquel vacío pasillo del supermercado. Sakurai sonrió y acaricio los cabellos rosas de Satsuki dándole un par de palmaditas, luego de eso ambos se separaron y Ryou le robo un pequeño beso a Satsuki quien le correspondió encantada por el toque suave de Sakurai hacia ella.
A Momoi le gustaban los besos con Sakurai. Eran suaves, tiernos y dulces. No dudaba en corresponder de la misma forma que Ryou. Ella, fiel amante del romanticismo y amor correspondido sabia que no se equivoco en enamorarse de alguien igual que ella, tranquilo, suave y tierno. Un poco inseguro consigo mismo, pero con ella y Aomine aquello pasaba a segundo plano.
-Te amo Ryou-chan-
-Yo también te amo, Momoi-san-
Todo en ellos era correspondido.
- ¿Dónde estaban ustedes dos? Estuve por ir a buscarlos cuando regreso al departamento y no hay nadie en casa- fue la interrogante con la que fueron recibidos Satsuki y Ryou tan luego abrieron la puerta de su hogar.
Aomine Daiki se mantenía con el ceño fruncido y de brazos cruzados en la sala de su hogar esperando una respuesta de sus parejas.
-Fuimos de compras- expreso quedito Satsuki -no pensamos que el tiempo que nos fuera volando-
- ¿Ah, ¿sí? ¿Y por qué fuiste con Ryou? -
-Momoi-san me alcanzo saliendo de sus clases en la universidad, Daiki-san. No se enoje con nosotros- explico Sakurai acercándose a Aomine igual que Satsuki quien termino de dejar sobre el comedor para tres personas sus compras de la semana -además, te avise esta mañana antes de ir a la universidad que vendría tarde a casa por eso mismo y mi proyecto de carrera- agrego el castaño encarando a un ceñudo moreno que estaba enojado ahora con su memoria de corto plazo.
-Bueno, lo importante es que ya están aquí- sin que Satsuki pudiera evitarlo fue atraída de la cintura por un molesto Aomine quien de inmediato capturo sus labios con un hambriento, preocupado y necesitado beso. La chica se dejo envolver por la sensación de los expertos labios de Daiki sobre los suyos permitiendo que sus lenguas se envolvieran en una acalorada danza que solo fue interrumpido por la falta de oxígeno de ambos -quería besarte de esta forma desde la mañana Satsuki, pero te escapaste antes de que pudiera hacerlo- expreso Aomine una vez recupero el aliento liberando de su agarre firme las caderas de Momoi quien se mostraba con las mejillas sonrojadas y los labios húmedos.
Satsuki amaba los besos, los de su Dai-chan con ella siempre han sido así, intensos, ardientes, íntimos. No tiene recuerdos, ni siquiera de preparatoria; donde su moreno novio no la haya besado de esa forma. Salvajemente, sin previo aviso y sin consideración del ambiente a su alrededor y de quien pudiera verlos. Le gustaba dejarla sin aliento, con sus mejillas completamente sonrojadas y deseando más.
Justo como ahora.
-Iré a preparar la cena- anuncio Ryou ignorando completamente como Daiki había dejado hecha un desastre a su novia. Podía oír todavía como la chica estaba buscando recuperar el aliento.
-Eso sí que no- respondió Aomine capturando de las caderas a Sakurai quien se dejó envolver por el cálido calor del pecho de su pareja chocando en su espalda -a Satsuki la tengo acostumbrada a robarle el aliento repentinamente, sin señal alguna. A ti te tengo acostumbrado a hacerlo todas las noches, Ryou. Esta vez no es la excepción- capturo los labios de Ryou no permitiendo ninguna queja, asegurándose de que su pareja no escapara de sus brazos como era el plan inicial de Sakurai.
Satsuki soltó una ligera risita limpiándose un poco el lápiz labial que hubiera sido corrido por el beso de Dai-chan. Se acerco al par de hombres que estaban ocupados con lo suyo y abrazo por el pecho a Sakurai recargando su oreja derecha justo donde estaba el corazón desbocado de Ryou, latiendo intensamente por las acciones de su pareja hacia él.
Momoi amaba los besos porque resulta que gracias a Aomine y Sakurai tenía lo mejor de esta experiencia y dos mundos.
