NOTAS DE AMOR
Para Izuku, tener el departamento para él solo había resultado desesperante. No se había dado cuenta de lo acostumbrado que estaba a la presencia de Katsuki hasta que éste había tenido que salir al extranjero por una semana entera. Katsuki había intentado negarse, pero su presencia como representante de Japón en la ciudad de I-Island en un evento que reuniría a los principales héroes de todo el mundo, era por completo imprescindible. Y aunque seguía siendo amigo de Melissa Shield como para recibir una invitación, Izuku había tenido que declinar porque el trabajo en la UA se le había acumulado.
Katsuki le hablaba todos los días cuando se libraba de sus obligaciones sin importar el cambio de horario, y aunque se ponía contento en cada videollamada, al terminar, cuando el departamento volvía a sumergirse en el silencio, la soledad volvía a cernirse sobre él con peso de plomo. El anillo en su dedo anular también le servía para darse ánimos pues le recordaba la promesa que Katsuki le había hecho. Kacchan seguía burlándose de él cada vez que miraba el anillo pues decía que ponía una expresión boba, pero él mismo lo había visto sonreír cada vez que observaba su propio anillo. ¿En conclusión? Eran un par de tontos enamorados por más que Katsuki Bakugo gruñera oponiéndose a la idea.
Lo único que lo animaba era que Katsuki regresaba al fin por la mañana y no podía permitirse estar deprimido. Estaba totalmente empeñado en arreglar el departamento para que su novio no pudiera reñirle por ser un desastre andante al día siguiente.
— ¡Bien, Izuku Midoriya, limpiemos este departamento!
El peliverde golpeó sus mejillas con sus manos para darse ánimos y después, se dirigió a la recámara. Comenzaría por ahí.
Los pies de Izuku se movían de forma inconsciente al ritmo de la canción que había puesto en su celular. De esa manera era capaz de concentrarse mejor mientras quitaba el polvo que se había acumulado sobre la superficie de la cornisa del armario. O eso había pensado hasta que su pie izquierdo se deslizó fuera de la silla en donde se encontraba parado, provocando que cayera al piso de forma aparatosa. Quizás había sido una mala idea continuar bailando encima de un espacio tan pequeño como el que proporcionaba una silla.
— Ay… — Izuku murmuró sin levantarse del suelo, frotando con sus manos la zona de su cuerpo más adolorida.
Después de un momento se levantó con resignación debido a su torpeza. Ahora no solo tendría que limpiar, sino que también tendría que volver a acomodar lo que se había caído junto con él del armario. Guiado por la curiosidad al notar un objeto que nunca había visto, se aproximó a él para poder tomarlo.
Aquel objeto se trataba de una caja de madera, que por la caída la tapa se había abierto y era posible ver su contenido. Olvidando su trabajo, se llevó la caja a la cama en donde se sentó para poder analizar con cuidado lo que había en su interior. Adentro había varios papeles doblados cuidadosamente. Se sorprendió un poco más al darse cuenta de que cada nota estaba escrita con la inconfundible caligrafía de su novio.
— ¿Debería leerlas? — Se preguntó Izuku un tanto inseguro. — Si esta caja estaba escondida es porque Kacchan no quería que la encontrara, pero… — Tomó la primera nota y al abrirla se dio cuenta algo que se repetía en el resto. — Todas estas notas parecen que están dirigidas a mí. Supongo que siempre las puedo leer rápido y regresarlas a su lugar antes de que Kacchan regrese.
Con un encogimiento de hombros como para darse valor, abrió por completo la primera nota y leyó:
"Izuku, no te rindas, encontremos juntos la forma en que sigas siendo un héroe. KB."
A Izuku le fue imposible no sonreír. Por lo desgastada que se miraba la tinta, suponía que esa nota fue hecha cuando le confesó al rubio en el hospital que perdería el One For All de un momento a otro. En aquel entonces Katsuki no había explicado más, solamente lo había abrazado mientras lloraba. Abrió la siguiente.
"Izuku, no sé qué me pasa contigo. ¿Cómo le hago para sacarte de mis pensamientos? KB."
Las mejillas del peliverde se sonrojaron con ligereza. Ahora que se ponía a pensar, aquella nota abrió una duda: ¿desde cuándo Kacchan había comenzado a darse cuenta de lo que sentía? Cada nota parecía estar acomodada de forma cronológica. Con lo organizado que era su novio, resultaba hasta lógico que fuera de esa forma. Abrió la siguiente nota con una sonrisa.
"Izuku, quisiera poder hacer algo para que tu sonrisa sincera regresara. KB."
Izuku volvió a sonreír mientras acariciaba las letras de la nota con cariño. En aquel entonces creía que estaba haciendo un buen trabajo para que sus amigos no se preocuparan por él, por eso procuraba sonreír a pesar de los pronósticos tan desalentadores que tenía por todas partes. Al parecer había fallado pues Kacchan lo había notado. Pero ahora todo era distinto, ahora todas sus sonrisas eran sinceras y el principal motivo de que volviera a sonreír con sinceridad era su rubio explosivo. La siguiente nota le regresó el sonrojo a sus mejillas sin que pudiera evitarlo.
"No puedo hacer que mi corazón deje de latir desenfrenado con tu sola presencia, ¿qué debería hacer? Tu amistad es lo que más valoro y no quiero perderte. Creo que mejor me callaré. No debería estar sintiendo esto por ti. KB."
¿Kacchan teniendo dudas? Le seguía pareciendo sorprendente la forma en la que su novio había cambiado. En el pasado nunca aceptaba sus errores, ahora se había convertido en alguien más objetivo y claro. Cada vez más intrigado, comenzó a abrir cada una de las notas que faltaban.
"No tolero como les sonríes a los demás y cómo esos extras te ven como los idiotas que son. ¿Por qué no puedes mirarme sólo a mí? KB."
Le fue imposible reír con suavidad ante esa nota. Nunca se había considerado una persona especial, pero que Kacchan se pusiera celoso por ese tipo de cosas siempre le había parecido hasta cierto punto tierno. Aunque estaba seguro de que, si se lo comentaba, su novio lo negaría a capa y espada. Lo que Kacchan no sabía era que siempre había estado mirándolo a él.
"Está bien, lo acepto… Me gustas mucho, nerd. Cada día me gustas más. Me vuelves loco… pero no te diré nada, mucho menos ahora que retomamos nuestra amistad. Eres muy valioso para mí como para arriesgarme a perderte. No me importa ignorar mis sentimientos, siempre y cuando, me permitas estar a tu lado. KB."
Izuku volvió a sonrojarse un poco. A pesar de que aquellas eran solo palabras escritas, su corazón había comenzado a latir con emoción. Ahora estaba decidido en leer todas las notas, al menos así sentía que su novio estaba cerca.
"No lo soporté, lo siento… No planeaba decir nada. ¡¿Pero cómo se te ocurre dejar que el imbécil mitad y mitad te abrace de esa manera?! No. Definitivamente no dejaré que ese idiota se gane tu corazón. Pelearé y te advierto que siempre gano, nerd. KB."
¿Shoto le había abrazado? Ni siquiera lo recordaba, pero que su pareja se pusiera así le provocaba cierta satisfacción personal al descubrir el poder que podía ejercer ante alguien como Katsuki Bakugo. Aun no sabía qué era lo que su novio le veía, pero lo agradecía infinitamente.
"Mi novio… ¿Tienes idea de lo bien que suena esa jodida palabra? No puedo creer que también te sientas de la misma manera. Cada día me fascinas más, nerd. Te haré feliz. Te lo prometo. KB."
— Si aún a mí me sigue pareciendo un sueño, Kacchan. —Izuku se sonrojó con suavidad mientras miraba el anillo sobre su dedo. Habían llegado demasiado lejos. Sonrió un poco más al abrir la siguiente nota.
"Había soñado tantas veces con besarte, pero te aseguro que todos mis sueños no hacen justicia a la gloriosa sensación del dulce néctar proveniente de tus labios… ¡Maldita sea, me estás convirtiendo en un completo imbécil cursi!, pero aun así te quiero, nerd. KB"
Izuku carraspeó con ligereza mientras se detenía un momento para cubrir su rostro caliente con sus dos manos. Si su novio seguía así, nunca sería capaz de dejar de amarle con demasiada intensidad.
"¿Sería muy loco y apresurado afirmar que quiero vivir el resto de mi vida a tu lado? Vivir juntos es un pretexto para no dejarte ir, nerd. Ya no soy capaz de vivir sin ti. Me encantas. KB."
Izuku mordió su labio inferior un poco apenado al descubrir la verdad detrás de la propuesta de vivir juntos. No es que se quejara realmente, él tampoco podía pensar en una vida donde Katsuki Bakugo no estuviera con él. Amaba despertar cada mañana entre los brazos de su pareja.
"Te amo, Izuku. No me canso de repetirlo. Siempre te amaré. KB."
Izuku rio con suavidad. De repente solo quería abrazar a su novio. Lo extrañaba demasiado y esa añoranza no hacía más que crecer y crecer con cada minuto que pasaba leyendo esas notas.
"Odio a Megumi Tachibana… Tú eres el único con el derecho de besarme, nerd. Estoy tentado a lavarme la boca con cloro con tal de quitarme su desagradable sabor. Siempre te amaré solo a ti. KB."
Una mueca pequeña se dibujó en su rostro ante la mención de aquella desagradable mujer. Más le valía a ella no volver a aparecer en la vida de su pareja o la mandaría a volar con o sin don. Tampoco pensó que alguna vez pudiera ser capaz de sentir celos de esa manera tan desagradable como los había sentido al presenciar aquel video en donde aquella arpía se atrevía besar a su novio.
"Eres mi tesoro más preciado. Me encargaré de protegerte siempre, Deku. KB."
El peliverde sonrió con ternura. Aquello era lo mismo para él porque, aunque sabía que su novio podía defenderse siempre buscaría protegerle.
"No tengo ningún tipo de duda respecto a lo que siento, Zuzu. Te voy a querer siempre en mi vida, ¿lo querrás tú también? KB."
— ¡Ay Kacchan! — Izuku sentía su rostro arder ante cada una de las notas que su novio había escrito. Pero ¿por qué nunca se las había dado? Aquello se sentía casi como si su pareja le estuviera hablando al oído, mostrándole una nueva faceta que lo estaba dejando de nueva cuenta enamorado.
— ¿Yo qué, nerd?
Izuku pegó un grito de susto nada apropiado para quien había sido proclamado como el símbolo de la paz hacía meses. De la impresión, se había caído de la cama, aunque en ningún momento había soltado la caja con aquellas notas. Es más, la había abrazado y usado a modo de escudo.
— ¿K-Kacchan? — Preguntó confundido, no creyendo que su novio realmente se encontraba en la entrada de su habitación cubriéndose los oídos luego del grito que había pegado.
— ¡Rayos, nerd! ¿Acaso quieres que los vecinos nos reclamen por hacer tanto ruido? — Katsuki frunció el ceño en dirección a su pareja, no entendiendo aquella reacción tan exagerada. Sí, había querido sorprenderlo, pero no había esperado hacerlo tanto.
— ¡Kacchan! — Exclamó Izuku reaccionando al fin al levantarse para correr al encuentro de su novio, olvidando por completo la caja en el suelo. Una vez que lo alcanzó le abrazó con fuerza, ocultando su rostro en el pecho del rubio. — ¡Te extrañé!
Sin dudarlo, el rubio rodeó con sus brazos el cuerpo de su pareja para acercarlo todo lo posible a él. Su mirada se suavizó ante la presencia de la persona que tanto había añorado durante toda esa semana. — Yo también te extrañé, Zuzu. — Habló suave, pegando sus labios al oído de su novio. Después apartó un poco el cuerpo de su pareja para aferrar con su mano el mentón del pecoso. — No sabes cuánto. — Continuó para finalmente capturar los delicados labios de su pareja en un beso que había anhelado desde que sus pies tocaron el piso del aeropuerto nacional.
Izuku correspondió el beso con un suspiro lleno de satisfacción. Pronto sus labios se adaptaron al movimiento de sus compañeros en una danza lenta que se intensificó cuando la lengua de su novio se encargó de profundizar el contacto. El peliverde jadeó, permitiéndole a su pareja explorar a placer su boca, adueñándose por completo del mando del beso. El cuerpo de ambos se estremeció de pies a cabeza al reconocerse mutuamente. Tuvieron que separarse luego de varios minutos, cuando el oxígeno fue necesario para ambos.
Cuando se separaron, Katsuki aferró el contacto al sostener el cuerpo de su novio por la cintura. Le sonrió con cariño al acariciar con su nariz la mejilla pecosa, embriagándose con la sola presencia del peliverde que tanto había extrañado. Izuku se sonrojó notoriamente ante las atenciones tan suaves que el rubio estaba teniendo. — Pensé que regresabas mañana por la mañana, Kacchan. — Izuku susurró con suavidad.
— Quería sorprenderte, nerd. Y creo que lo conseguí. — El rubio sonrió con arrogancia ante la risa del peliverde y su asentimiento. — Por cierto, ¿qué hacías cuando entré? — Katsuki dirigió su mirada a la caja que había tenido el peliverde en sus manos y que yacía olvidada en el suelo. Palideció al reconocerla. — Por favor, dime que no viste qué contiene esa caja.
Izuku observó curioso a Katsuki, pero sonrió al enmarcar su rostro con sus manos. —Lo hice. ¿Por qué nunca me las distes?
— Tsk. — El rubio parecía avergonzado al no poder desviar la mirada. — Se suponía que nunca las encontraras. — Murmuró arisco, quizás lo mejor hubiera sido quemar las notas, pero al final no había sido capaz de hacerlo. Después de todo, las había escrito para Izuku en primer lugar y le pertenecían de una forma u otra. Aunque era verdad que nunca había pensado entregarlas.
— Kacchan. — Izuku le miró con un puchero pequeño de falsa tristeza en un intento de convencer a su novio que le respondiera.
— Bien, te lo diré… — El rubio suspiró al tomar las manos de su novio. Odiaba que usara ese método que siempre funcionaba para convencerlo de hacer lo que no quería. — Comenzar a sentir algo por ti se sentía incorrecto porque te había hecho mucho daño en el pasado. Pensé que no te merecía y no confiaba lo suficiente en nadie como para hablar de todo lo que estaba sintiendo, así que comencé a escribir esas notas como en una especie de desahogo. Luego, simplemente se me hizo costumbre. — Besó las palmas de las manos de su novio con delicadeza, en especial aquella en donde se encontraba el anillo que guardaba su promesa. — Y finalmente se me hizo vergonzoso que lo supieras porque había escrito cosas que nunca me atreví a decirte de frente. — El rubio suspiró dando un pequeño apretón a las manos pecosas. — En todo caso, ¿qué hacías hurgando mis cosas, nerd? — Preguntó finalmente desviando el tema a propósito mientras picaba la mejilla de su novio con suavidad.
— ¡Yo no hurgaba! Estaba limpiando el armario y la caja solo se cayó. — Explicó sintiendo sus mejillas sonrojar de nuevo mientras era él quien desviaba la mirada, sintiéndose avergonzado.
— Sí, claro, nerd. — Respondió el rubio divertido al alzar el cuerpo del chico por la cintura para después colocarlo sobre su hombro como si se tratara de un saco de papas.
— ¡Kacchan! —Izuku rio mientras pataleaba y manoteaba en un vano intento de ser liberado.
— Te mereces un castigo, nerd. — El rubio sonrió más al arrojar a su novio a la cama con extrema delicadeza. Después el rubio se trepó encima del cuerpo del peliverde, pero sin poner todo su peso al colocar sus antebrazos como punto de apoyo sobre el colchón. —Estoy en casa, Izuku.
El peliverde sonrió al rodear el cuello de su novio con sus brazos, sintiéndose demasiado feliz. — Bienvenido, Kacchan.
Katsuki volvió a besar al peliverde con intensidad, sintiendo la imperiosa necesidad de fundirse en el cálido manto que era su novio. Sí, definitivamente estaba en casa y eso se sentía de maravilla. La caja y sus notas quedaron por completo olvidadas mientras Katsuki le demostraba con hechos a su novio cuánto le había extrañado.
¡Parte 29 de 31! ¡Estamos por terminar el reto! No creí que lo completaría, pero aquí estamos xD ... ¡gracias por leer hasta aquí!
