PRIMERA VEZ
… Algunos años después…
Izuku disfrutaba del viento que azotaba su rostro mientras saltaba del techo de un edificio a otro, sintiéndose eufórico. La adrenalina de caer al vacío para después ser alzado por el arnés que se encontraba oculto en su muñequera y que expulsaba una cuerda resistente de acero que se sostenía de un objetivo, le hacía reír de emoción. En el pasado había pensado que nunca más disfrutaría de aquella sensación, mucho menos que volvería a ponerse su traje de héroe. Volvió a reír con diversión, se sentía como un niño que estrena su juguete favorito. Aquella había sido la última sorpresa que su novio, en conjunto con sus amigos y All Might le habían dado.
Al principio había discutido demasiado con Katsuki en muchas ocasiones. Cada vez llegaba más cansado a casa, aceptaba trabajos extra y se quedaba en la agencia cubriendo turno tras turno de sus compañeros. En algún punto, su corazón se contrajo de dolor al sospechar que su novio al fin se había cansado de él, que ya no le quería, o que incluso, había encontrado a alguien más. Fueron días difíciles en donde vivían en tensión la mayor parte del tiempo. Pero Katsuki había tenido otros planes muy diferentes a una separación. Un día, All Might llegó a la UA luego de que terminara de dar clases y le entregó un portafolio con su traje completamente renovado.
La idea había surgido de Kacchan en aquel viaje al extranjero en donde se encontró con Melissa Shield, quien a su vez se puso en contacto con All Might para afinar detalles. Entre todos cooperaron para hacer realidad aquel sueño, pero quien más había invertido tanto en dinero como en el diseño, había sido su novio. En un principio quiso negarse, pero al final lo terminó aceptando pues no podía desperdiciar el esfuerzo de todos, sobre todo el de su pareja. Se sentía tan agradecido porque no solo le había regresado su sueño, sino que por fin había recuperado esa parte de sí mismo que había perdido junto con el One For All. Kacchan seguía siendo el ser más genial para él.
— ¿Kacchan me copias?... ¿Kacchan?
Izuku se encontraba corriendo a toda velocidad gracias a los propulsores de las botas rojas de su traje. Tenía un muy mal presentimiento que no le permitía sentirse tranquilo. Lo había tenido desde que los villanos los habían obligado a separarse, pero este mal presentimiento se había incrementado porque por más que intentaba comunicarse con su pareja, no lo conseguía. Y Katsuki Bakugo nunca se quedaba en silencio por mucho tiempo, sobre todo en una misión tan importante como en la que estaban involucrados. Se suponía que la misión que les asignaron sería fácil: vigilancia y recuperación de rehenes. Al ser una misión grande, varias agencias se habían involucrado, así que se encontraban colaborando con varios de sus antiguos compañeros de la UA. Esa misión en particular le hacía recordar cuando todos eran estudiantes y los ponían a prueba en las prácticas profesionales. Le había resultado bastante nostálgico. Hasta que todo se había salido de control. Los villanos habían conseguido tenderles una trampa bastante elaborada y los habían obligado a que cada uno se marchara por su cuenta.
— "Es… Gran Dios de las explosiones Dynamight… Deku."
Izuku se detuvo, con el corazón acelerado y una opresión en el pecho que le estaba dificultando respirar. Se obligó a mantener la calma y no dejarse llevar por la desesperación.
— ¿Estás bien? — Izuku ignoró por completo la corrección de su novio en relación con su nombre de héroe. Aún por sobre el sonido de la estática, su pareja se escuchaba bastante mal, como si le costara hablar. Como si estuviera muy herido. — ¿Dónde estás? Iré de inmediato a cubrirte.
— "Los rehenes… ponlos a salvo… no tienen mucho tiempo."
Izuku cerró los ojos cuando la comunicación se cortó de manera tan abrupta, dejando solamente el desesperante sonido de la estática una vez más. — Piensa Izuku… piensa. — Murmuró desesperado, deteniéndose solamente cuando su celular vibró con la notificación de un mensaje entrante que no dudó en abrir al comprobar que se trataba de un mensaje de su novio. Sus manos temblaron, pero el mensaje no tenía otra cosa más que las coordenadas de una ubicación. Le quedaba cerca, pero eso no le aseguraba que Kacchan estuviera ahí, y por lo poco que dijo al hablar, estaba seguro de que así era. Comenzó a correr con todas sus fuerzas en dirección a la ubicación mientras llevaba su mano a su oreja para activar una vez más el comunicador, con la esperanza de que volviera a funcionar.
— ¿Earphone Jack? Necesito apoyo.
— ¡¿Deku?! ¡Al fin regresó la señal! ¿Qué fue lo que pasó?
— No hay mucho tiempo para explicaciones. Kacchan me envió una ubicación no muy lejos de donde me encuentro en estos momentos, creo que los rehenes están ahí. Necesito que alguien más me apoye de los que estén cerca y también quiero que rastrees la ubicación desde donde Kacchan me envío el mensaje lo más rápido que puedas. — Dar órdenes mientras corría era complicado, pero necesitaban darse prisa pues sabía que más de una persona podría resultar herida, incluida su pareja. Con una mano reenvió el mensaje que su novio le había enviado a Jirou, quien se encargó de replicarlo al resto de sus compañeros al instante.
— "Copiado. ¿Bakugo se encuentra bien?"
— Aún no lo sé. Por eso necesito saber desde qué lugar envío el mensaje. — Respondió Izuku con el tono de voz preocupado, pero manteniéndose atento a su entorno.
— "Copiado. En cuanto sepa algo, te aviso. Cambio."
— Gracias.
Izuku se permitió detenerse un momento para respirar profundo y eludir el ataque de ansiedad que estaba a punto de sufrir. Eran héroes. Debía poder calmarse. Todo estaría bien. No podía defraudar a Kacchan, ni a los rehenes, ni así mismo. Si perdía el control todo se vendría abajo y varias personas podrían correr peligro. Con la determinación renovada, emprendió de nuevo la marcha a toda velocidad.
Los treinta y nueve rehenes fueron encontrados con vida y a salvo dentro de un edificio que estaba a punto de colapsar. A pesar de que la zona en donde se encontraban era la más estable de todas, debían sacarlos deprisa antes de que el edificio se derrumbara y el combate se volviera imposible. Izuku, junto con la ayuda de Kirishima, Mina y Sero, consiguieron sacarlos a todos apenas con el tiempo justo. Había sido Katsuki quien los había liberado y los había dejado en aquella zona, de eso no tenía ningún tipo de duda. Que el edificio se derrumbara era muestra de que ahí había ocurrido un combate, y quien había combatido había sido capaz de minimizar los daños lo mejor que pudo sin que ningún rehén resultara herido. En pocas palabras había sido una estrategia muy bien calculada a pesar de cómo se habían desarrollado las cosas. Pero lo que inquietaba a Izuku en esos momentos era precisamente la ausencia de su explosivo novio.
— Si Bakugo hizo esto, en definitiva, es un genio en combate.
Izuku no le prestó demasiada atención a Sero más concentrado en encontrar alguna pista qué lo condujera hasta donde se encontraba su pareja. Además, él ya lo sabía, Kacchan era el mejor estratega que conocía y siempre se aseguraba de que todo saliera bien. Se detuvo para revisar el celular que vibraba de nueva cuenta con otro mensaje, esta vez de Earphone Jack. Ni siquiera lo dudó, en cuanto terminó de revisar la ubicación salió corriendo a toda velocidad ignorando a su compañero, no estaba tan retirado de donde se encontraban.
— ¡Deku!
Sero se sorprendió al verlo marchar, pero cuando revisó su propio celular y leyó el mensaje de Jirou, no dudó en seguir al peliverde. Sero había notado lo intranquilo que había estado Deku, así que quiso distraerlo. Definitivamente había fallado. Si Deku tenía un mal presentimiento, entonces tenían que hacerle caso, porque si Bakugo era el mejor estratega qué tenían, Izuku era el único que podía hacerle competencia, y si Bakugo estaba perdido, el único que podía encontrarle a tiempo, ese era Izuku. Ambos eran un equipo imparable y quizás, ese había sido el principal motivo que tuvieron los villanos para separarlos de esa manera.
Encontraron a Katsuki a cinco kilómetros de distancia con una gran herida en su estómago y en medio de un charco de su propia sangre. Izuku casi había entrado en pánico al verle. De no priorizar la vida de su novio, habría sucumbido en la desesperación. La escena se le había hecho tan parecida al momento en el que al fin pudo llegar a la batalla contra Shigaraki luego de que Toga lo secuestrara, que tuvieron que administrarle un par de calmantes al llegar al hospital, pues le costaba mucho separar las imágenes de la realidad con las del pasado. Aizawa-sensei, que también había estado colaborando en la misión, había estado con él, asegurándole que todo estaría bien y que procurara ir a terapia ya que el estrés postraumático podía volver a presentarse, ya que solo necesitaba un catalizador. Izuku había creído que ya había superado las secuelas de la guerra, después de todo habían pasado muchos años, pero Aizawa-sensei le aseguró que era normal, que lo que en verdad le había sorprendido era que hubiera tardado tanto tiempo para demostrarlo.
Pasaron varios días para que Katsuki pudiera despertar, y cuando lo hizo, Izuku estaba a su lado como siempre. Incluso cuando sus amigos le decían que fuera a descansar, Izuku había declinado cada una de sus ofertas. No se creía capaz de soportar estar solo en el departamento sabiendo que su novio continuaba el hospital.
— Kacchan, tranquilo. Todo está bien. — Mencionó Izuku en cuanto le notó inquieto seguramente al no reconocer el lugar. Izuku acaricio su mejilla para calmarlo.
— D-Deku… ¿qué fue lo que pasó?
Izuku se tensó al mirar a su novio, decidiendo volver a sentarse en la silla qué había sido su única compañía en aquella blanca habitación. — Casi mueres. Eso pasó. — Respondió el peliverde de forma cortante y tensando su mandíbula. Algo que Katsuki, a pesar del aturdimiento a causa de los medicamentos, notó.
—Nerd… estoy bien. — Katsuki extendió con trabajos su mano en un intento de alcanzar a su novio, pero este se rehusó a moverse y a otorgarle el contacto. Incluso le notó pegarse todo lo posible al respaldo para remarcar aún más la distancia que los separaba.
— ¡No estás bien! — Respondió Izuku enojado. — ¿Crees que no sé lo que hiciste? Te dejaste herir a propósito. Peleaste con los villanos, pero evitaste la zona en donde estaban los rehenes para poder protegerlos. Terminaste herido porque no querías que los villanos pusieran su atención una vez más en los rehenes. ¡Pero casi te matan en el proceso!
Katsuki notó que algo iba realmente mal con Izuku además del hecho de estar molesto por su casi inminente muerte, pero debido a los medicamentos le estaba costando demasiado trabajo poder coordinar sus ideas. — Salvar para ganar. — Respondió casi sin fuerzas, pero sin dejar de prestar atención a su novio. Aquellas palabras fueron suficientes para que el peliverde dejara de gritarle, sin embargo, el rubio notó que aún respiraba agitado. También notó el ligero temblor en el cuerpo del peliverde, reconociendo al fin todos los síntomas que hacía tiempo no presenciaba: un ataque de ansiedad. Debía ser capaz de calmar a su pareja antes de que perdiera el control. — Salvar para ganar. — Volvió a decir ante el mutismo de su novio, dedicándole una sonrisa tranquila. — Es lo que he aprendido de ti desde que te convertiste en el héroe Deku. Es lo que siempre recuerdo en cada misión que tengo. Si los rehenes morían, entonces los villanos habrían ganado sin importar si los deteníamos o no. Así que convertí a los rehenes en la principal prioridad.
— No tenías por qué haber enfrentado a los villanos tu solo. Debiste comunicarte. — Izuku apretó sus manos formando puños con ellas. Sus ojos estaban comenzando a arder por el llanto que estaba reprimiendo.
— No servían los comunicadores… Lo hicieron hasta que derroté al villano qué tenía el don de ondas electromagnéticas. — Katsuki suspiró con ligereza, pero su mirada se suavizó al notar las primeras lágrimas de su novio. — Además, no había tiempo.
— ¡Siempre hay tiempo! — Con enojo, Izuku comenzó a frotar sus mejillas al sentirlas húmedas.
— Nerd… una de las cosas que más admiro de ti, es tu gran capacidad heroica, de arriesgarlo todo con el único propósito de salvar a quien lo necesita. Y cada uno de esos rehenes eran la familia de alguien. Estoy seguro de que todos tenían esperando a sus seres queridos en casa. No tenían la culpa de que unos villanos sin escrúpulos los involucraran en sus planes. Nunca me hubiera perdonado qué algo les hubiera pasado, así como tú te sigues culpando por todos aquellos a los que no pudiste salvar. Todo lo que quiero lograr como un héroe es para conseguir que te sientas orgulloso de mi. Lo entiendes, ¿no es así? Siempre quiero ser el héroe que me has enseñado ser.
Izuku mordió con fuerza su labio inferior, respirando agitadamente. — ¡Casi te pierdo! — Respondió al abrazarse a sí mismo. — ¡Casi te pierdo otra vez y de nuevo no estuve ahí para poder ayudarte!
Katsuki abrió los ojos con sorpresa, comprendiendo al fin el origen de todas las pesadillas que Izuku había tenido siempre y de todos sus terrores nocturnos. Él mismo era el detonante. Izuku sentía terror de perderle para siempre y no poder hacer nada para evitarlo.
Con calma volvió a extender su mano en dirección a su pareja. — Ven, nerd. No puedo ir por mi cuenta así que ven y… — Pidió con una sonrisa tranquilizadora. — Déjame abrazarte. — Completó con la mirada puesta en el tembloroso cuerpo de su novio.
Izuku lo dudó al ver la mano de su pareja con el temor recorriendo cada fibra de su ser. ¿Y si lo tocaba y solo empeoraba la situación? La mirada de Katsuki era de seguridad y amor. Volvió a llorar porque por un momento creyó que nunca más vería esos ojos qué tanto amaba y que siempre lo miraban con orgullo. No soportaría perderle para siempre. ¿De qué servía volver ser un héroe si no podía salvar a la persona que más amaba en todo el mundo? Con un nudo enorme en la garganta se aproximó inseguro, y después tomó la mano de su pareja, quien se encargó de entrelazar sus dedos. Cuando Katsuki estuvo seguro de que el peliverde no se separaría, lo jaló para que su torso quedara recostado sobre su pecho.
— ¡Kacchan! — Exclamó el peliverde preocupado de haber podido lastimarle e intentando separarse. — ¡Te puedo hacer daño!
— ¡Shhh! — A pesar de sentirse débil, Katsuki se las ingenió para aferrarse de la espalda de su novio para evitar que se apartara. — Todo está bien. Estoy aquí. No me voy a ir a ninguna parte. — Continuo mientras acariciaba de forma descuidada el cabello de su novio, queriendo calmarle.
Por toda respuesta, Izuku comenzó a llorar sin control con sus manos aferradas a la tela de la bata de su pareja. — Eres un tonto. El más grande de todos los tontos, Katsuki Bakugo. — Murmuró entrecortado, sollozando con todas sus fuerzas todo ese miedo y dolor que había estado sintiendo desde que la comunicación durante la misión se había cortado.
Katsuki dejó que se desahogara hasta que pudiera calmarse. Al poco tiempo sintió su bata húmeda en la zona del pecho, pero no podía importarle menos. — ¿Lo escuchas, nerd? Ese es mi corazón que late sin control solo por ti. Nunca pensaría en dejarte, Zuzu. — Susurró con suavidad, sonriendo un poco al sentir las suaves caricias de su novio sobre su pecho a la altura de su corazón. — Este corazón y todo lo que soy te pertenecen solamente a ti. Siempre encontraremos la forma de volver a nuestro único dueño.
Izuku guardó silencio por mucho tiempo, permitiendo que el sonido de los latidos del corazón de su pareja junto con sus palabras terminara por calmarle y regresarle de ese mundo de desesperación al que había caído. — ¿Lo prometes? — Preguntó con voz ronca a causa del llanto, queriendo asegurarse con todas sus fuerzas de que todo estaría bien.
— ¿Qué? ¿Regresar a ti siempre? — Preguntó el rubio con una pequeña sonrisa al sentir la forma en la que su pareja asentía. — Siempre volveré a ti, nerd. ¿Lo has olvidado acaso? No deseo pasar ni un solo instante de mi vida sin ti. Estaremos juntos hasta que seamos un par de ancianos cascarrabias que se pelean con sus bastones y estemos rodeados de muchos gatos, o perros, lo que desees.
Muy a su pesar, Izuku rio con suavidad al imaginar aquella posible escena. — ¿Hasta que seamos viejitos?
Katsuki sonrió, satisfecho de que la crisis haya sido superada el fin. Después, acaricio la mano del pecoso en donde sabia tenía puesto el anillo qué le había dado años atrás. — Hasta que seamos viejitos, nerd. Incluso aunque pasemos a mejor vida te buscaría en la siguiente. Nada me hace más feliz que compartir mi existencia con una persona tan maravillosa como lo eres tú.
Aizawa había entrado a la habitación en donde se encontraban sus exalumnos problema guiado por los gritos que se habían oído hasta la recepción del hospital. Le había preocupado que Midoriya al fin hubiera sucumbido al estrés y estuviera teniendo otra crisis nerviosa. Pero al entrar se relajó bastante al comprobar que todo estaba bien. A veces le sorprendía todo lo que había crecido ese par de chiquillos problema. Había sido testigo cómo habían pasado de querer matarse a aprender a reconocer sus errores y apoyarse mutuamente. Quizás lo que se estaba desarrollando dentro de aquella habitación, no estaba permitido por el reglamento del hospital, pero sabía que ambos lo necesitaban. Cerró la puerta de la habitación con cuidado para no hacer ruido. La escena que había visto lo había dejado tranquilo y era muy similar a la escena que había presenciado en más de una ocasión en el pasado, mientras ese par se recuperaba de las heridas que habían obtenido durante la guerra: Katsuki abrazando con fuerza a Izuku quien aparentemente se había quedado dormido escuchando los latidos del corazón de su compañero.
… Ochenta años después…
Izuku abrió sus ojos con pesadez, teniendo que parpadear constantemente para poder acostumbrarse a la luminosidad del lugar en donde había despertado. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, resultaba reconfortante ya no sentir el dolor latente de cada una de sus articulaciones, que era el único que lo acompañaba en los últimos años de manera fastidiosa. Si su memoria no se había atrofiado por la edad, estaba seguro de que se encontraba en la azotea de la secundaria Orudera. Aunque no sabía qué era lo que estaba haciendo en aquel lugar, la calma que lo invadía resultaba bastante reconfortante.
— ¿Acabas de llegar y ya estás holgazaneando, nerd?
La sorpresa que se dibujó en el rostro de Izuku fue demasiado graciosa a consideración del rubio. El corazón del peliverde, que durante los últimos años siempre le dolía, volvió a acelerarse con creciente locura al reconocer a quien había sido su compañero de toda la vida. El Kacchan que se había apoderado de su campo visual era tan joven como lo recordaba en sus mejores momentos cuando ambos habían sido apodados como el Wonder Duo, con su misma sonrisa arrogante y su mirada avasalladora que tanto le había cautivado. Izuku no respondió la provocación de su pareja, pero alzando su mano, acunó la mejilla del rubio para poder proporcionarle suaves caricias por completo maravillado.
— Kacchan… estás joven.
Susurró finalmente. En su memoria, los últimos recuerdos que tenía de Katsuki Bakugo era el de un hombre maduro, con su rostro lleno de arrugas y el cabello, que antes había sido de un rubio brillante, terminó de un tono plateado al que le gustaba peinar con sus dedos. Katsuki rio a carcajadas mientras le ayudaba a ponerse de pie y sin previo aviso, le abrazó con fuerza para finalmente besarle con total intensidad, con todo el amor que siempre había sentido y que por muy sorprendente que pareciera con el pasar de los años se había incrementado aún más.
— Tú también… nerd.
Katsuki susurró sobre los labios del chico la respuesta con una enorme sonrisa, le había extrañado tanto que no podía expresarlo con palabras. No importaba cuánto tiempo pasara, su nerd seguiría siendo el mismo de siempre. Habían pasado tantas cosas juntos y resultaba sorprendente que aún fuera capaz de provocar esos sonrojos que tanto le gustaban.
— ¡Es verdad!
Katsuki volvió a reír cuando observó la manera en la que su pareja se aseguraba de que en efecto ya no se trataba de un anciano. En realidad, no entendía cómo funcionaba la muerte, ni lo que existía en el más allá, pero seguía sintiéndose tan enamorado como en un principio. Se sentía agradecido de poder tener aquella oportunidad única de reencontrarse con el que había sido el amor de toda su vida. Katsuki enmarcó con sus manos el rostro de su pareja con delicadeza. La vida que tuvieron fue maravillosa sin duda alguna, llena de tantos momentos únicos e irremplazables. No existió ningún instante donde no habían estado juntos, dándose el apoyo necesario para seguir adelante. Izuku se convirtió en su soporte cuando comenzó a enfermar, cuando su corazón comenzó a doler ante la más leve actividad física, secuelas directas de aquella herida fatídica durante la guerra contra Shigaraki. Y él estuvo ahí para consolar a Izuku cuando la movilidad de sus brazos comenzó a disminuir. Ambos se hubieran vuelto locos por sí solos, pero como contaban con su compañía pudieron continuar con su vida. Katsuki fue el primero en morir una noche calurosa de verano mientras dormía, con Izuku abrazado a su cuerpo, siempre a su lado cuidándole. Katsuki no había poseído ningún tipo de arrepentimiento en su corazón en aquel momento. Desde entonces le había estado esperando.
— Tardaste mucho, nerd.
El rubio susurró con suavidad, captando la atención de su novio, quien le sonrió con dulzura mientras le robaba otro beso un poco más corto.
— Estoy en casa, Kacchan.
Katsuki apoyó su frente contra la de su pareja sin dejar de acariciar las mejillas pecosas y sonrojadas que tanto amaba.
— Bienvenido, Zuzu.
Katsuki volvió a besar sus labios a modo de respuesta sintiendo como su alma volvía a estar completa ahora que su contraparte había regresado. Después de un momento, y tomando la mano de su pareja, comenzó a caminar en dirección a la luz que comenzaba a formarse a su alrededor con una sonrisa tranquila en los labios. En ninguno de los dos existía duda alguna de enfrentarse a lo desconocido ya que se encontraban seguros de que sin importar lo que ocurriera más allá, siempre se iban a tener el uno al otro. Porque sin importar el tiempo y el espacio sus almas siempre se volverían a encontrar.
¡Se terminó el flufftober! :c ¡Muchas gracias por su apoyo en toda esta travesía! ... Espero que puedan seguir leyendo mis siguientes historias :D
