— ¡Trunks! ¡Eso fue increíble! —Kiki se acerca corriendo. Su entusiasmo es tal, que ha dejado atrás a Seika. —¿Cómo lograste eso?
—Kiki — Saluda Geki con un movimiento de cabeza— Es verdad, tienes una fuerza impresionante Trunks ¿Dónde lo aprendiste?
—No fue nada —dice sin querer revelar demasiado, aunque se siente incómodo por ser el centro de atención—. Solo es una habilidad que he desarrollado
Geki sonríe y le da una palmada en el hombro — No seas tan modesto, hombre. No había visto a nadie levitar así, a excepción de los caballeros dorados.
Para ese entonces, varios soldados, artesanos y aprendices están rodeando al viajero del tiempo, curiosos por saber más sobre él.
Seika llega, jadeando ligeramente, y se abre pasó entre las personas para reunirse con sus amigos. A diferencia de los demás, la muchacha nota que Trunks parece abrumado con tanta atención y decide intervenir
— ¡Trunks! Aún no terminamos nuestro recorrido. Nos falta ir al coliseo —dice Seika — ¡Tienes que ver a los aprendices entrenar! Estoy segura de que te gustará.
— Es verdad — exclama Kiki —. Así podrás ver más de cerca lo que es el cosmos
— Y quizás puedas aprender algo nuevo, Trunks.— Geki sonríe, cruzándose de brazos. — Yo me ocuparé de informarle a Athena lo que ha ocurrido.
Trunks asiente — Fue un gusto conocerte, Geki.
Antes de que el caballero pudiera decir algo más, Kiki y Seika llevan al viajero del tiempo. Las personas a su alrededor comienzan a dispersarse y en cuestión de segundos Geki se encuentra solo en el lugar, observando cómo Trunks y sus amigos se alejan hacia el coliseo. Su mente está llena de preguntas sobre el joven viajero del tiempo.
— ¿Qué secreto esconde Trunks? — se pregunta a sí mismo. — ¿De dónde viene realmente?
Mientras tanto, Trunks, Kiki y Seika llegan al coliseo, un impresionante estadio de piedra blanca y mármol reluciente, con arcos elegantes y columnas talladas que se elevan hacia el cielo. La estructura elíptica se extiende ante ellos, con gradas elevadas que se curvan en torno a la arena central, donde los aprendices de los caballeros dorados entrenan con intensidad.
La energía y el entusiasmo palpables en el aire son contagiosos, y Trunks puede sentir la emoción creciendo en su pecho. Los espectadores son, en gran medida, soldados del santuario vestidos con el uniforme propio de su rango, quienes ocupan las gradas, gritando y aplaudiendo mientras observan los combates y demostraciones de habilidad.
El sol brilla sobre el coliseo, iluminando la arena y haciendo que las protecciones de los combatientes brillen como metal pulido. El aroma a sudor, metal y cuero llena el aire.
En el centro del coliseo, un gran arco triunfal se alza, adornado con estatuas de héroes legendarios. La inscripción "Fortitudo et Virtus" (Fuerza y Virtud) se graba en la piedra, recordando a todos los presentes los valores que se honran en este lugar.
— ¡Mira! — exclama Kiki, señalando a un grupo de aprendices que ejecutan una compleja rutina de combate. — Ya han comenzado
Trunks observa con gran interés la arena, donde varias parejas de combatientes se enfrentan en intensos duelos. Los aprendices intercambian golpes precisos y certeros, sus movimientos rápidos y fluidos demuestran su habilidad y entrenamiento
El Saiyajin centra su atención en una pareja en particular, una mujer y un hombre que se enfrentan en un intenso combate. Con su aguda visión y experiencia en batalla, Trunks analiza con facilidad los movimientos de ambos, identificando patrones y debilidades. Rápidamente capta el ritmo de la pelea, anticipando cada golpe y contragolpe.
Trunks observa cómo la mujer, con una velocidad impresionante, esquiva un golpe del hombre y contraataca con un puñetazo precisó. El hombre bloquea el ataque, pero la mujer no se detiene, lanzando una serie de patadas rápidas que obligan a su oponente a retroceder.
—Interesante— piensa Trunks. —Ella tiene una técnica excelente, pero él tiene más fuerza bruta. ¿Cómo reaccionará ella ante su próximo ataque?"
El hombre, recuperándose de la serie de patadas, carga hacia la mujer con un golpe poderoso. Ella salta hacia atrás, evitando el ataque por poco, y luego contraataca con una patada giratoria que alcanza al hombre en el pecho y lo arroja a un columna que se cae debido al impacto
Trunks asiente con la cabeza, impresionado por la habilidad de la mujer. — Ella es una guerrera formidable.
Kiki, que está junto a Trunks, sonríe. —Así es. Sin embargo, sólo los talentosos podrán convertirse en caballeros
La palabra caballero resuena en la mente de Trunks. Ha oído hablar de ellos prácticamente desde que llegó, sin embargo, no logra entender lo que esa palabra conlleva— ¿Que es un caballero?
—Son la orden de guerreros que, bajo el mando de la diosa Athena, protegen la paz del mundo. Estos guerreros se encuentran bajo la protección de una de las 88 constelaciones y pelean utilizando armaduras — explica Kiki, mirando de soslayo al muchacho — Se dividen en tres batallones de distinto rango: oro, plata y bronce.
La pelea en el coliseo continúa y Trunks no deja de observar. Los movimientos de pelea que utilizan los aspirantes son similares a los que Gohan le enseñó cuando apenas era un niño.
—Son capaces de rasgar el cielo con sus puños y quebrar la tierra de un puntapié.— relata el niño a su lado — Muchas personas vienen aquí con el deseo de convertirse en caballeros, pero no todos son capaces de soportar el duro entrenamiento. E incluso, varios de los que sobreviven no logran despertar su cosmos
— ¿Cosmos? — repite Trunks como si intentará comprender el significado de esa palabra
—Sí —continúa Kiki con su voz llena de convicción — El cosmos es una energía que proviene del mini-universo que poseen todos los seres vivos en sus cuerpos, el cual nació con el big bang que dio origen al universo. Aquellos pueden hacer explotar ese mini-universo dentro de sus cuerpos son capaces de liberar la energía conocida como cosmos, lo que les otorga habilidades superhumanas
Cómo para demostrar lo que Kiki está diciendo, uno de los aspirantes logra por un instante enfocar su poder, cuerpo y espíritu en su puño. Trunks percibe un súbito cambio de energía en el muchacho que está en el coliseo y en su mente la palabra cosmos cobra sentido. La tierra retumba con un sonido ensordecedor y la explosión de cosmos se manifiesta como un vulpino de color rojo. Sin saberlo, el aprendiz ha sido escogido como posible aspirante a la armadura de bronce de Vulpecula
Sin ser arrogante, el saiyajin sabe que el nivel de poder de los hombres y mujeres que entrenan en el coliseo es mucho menor al de él, sin embargo, no puede evitar sorprenderse. Él pertenece a un linaje de guerreros cuyo poder supera por mucho al de un humano normal, por eso, el romper grandes masas de roca no le resulta difícil. Pero ahí en el Santuario, los humanos que en apariencia son comunes, pueden hacer lo mismo. Por inercia voltea a ver a Kiki, quien observa los combates con una gran sonrisa adornando su infantil rostro, se pregunta si, además de telequinesis, posee alguna otra habilidad. También mira a Seika. Ella a diferencia de otras mujeres parece ser una simple chica, aún así, no se fía de su apariencia pues ahí en el santuario nadie es lo que aparenta.
—Trunks — llama Seika, mirándolo con insistencia— ¿Te encuentras bien?
— Sí, estoy bien. No tienes de qué preocuparte — responde con una sonrisa para tranquilizarla. Al parecer se ha quedado bastante tiempo sumido en sus propios pensamientos.
— ¿Qué te parece si vamos a Rodorio? — la muchacha sonríe abiertamente, reflejando la alegría que siente por ese lugar — Es el pueblito que está a las afueras del santuario.
Trunks asiente y Kiki salta emocionado.
— ¡Podremos ir al festival de otoño!
Después de disfrutar del entrenamiento en el coliseo, Trunks, Kiki y Seika deciden partir hacia Rodorio. Unos minutos más tarde, llegan al pintoresco pueblo, encontrandose con un mar de luces y colores. El festival de otoño estaba en pleno apogeo, con puestos de comida, juegos y música en vivo. La atmósfera era festiva y relajada
El festival de otoño en Rodorio es un espectáculo vibrante y colorido que inunda los sentidos. La luz del sol brilla intensamente, iluminando el pueblo y resaltando los miles de linternas y faroles que cuelgan de las casas y los puestos.
La música en vivo llena el aire, con ritmos animados y tradicionales que hacen que la gente se mueva al compás. Los instrumentos musicales, desde flautas hasta tambores, crean una sinfonía contagiosa.
El aroma de comida deliciosa emana de los puestos de comida, donde se ofrecen platos típicos de la región: desde saborosos dolmades, rollitos de hoja de vid rellenos de arroz, hasta dulces pastelitos de frutas. La gente se reúne alrededor de las mesas, disfrutando de la comida y la compañía.
Los juegos y actividades para todas las edades llenan el pueblo. Los niños se ríen y juegan en los carruseles y las casas de sorpresas, mientras que los adultos participan en concursos de fuerza y habilidad.
En el centro del pueblo, un gran escenario alberga actuaciones de danza y acrobacia. Los artistas vestidos con trajes tradicionales realizan piruetas y movimientos gráciles, dejando al público boquiabierto.
La multitud es diversa y festiva, con gente de todo el santuario reunida para celebrar la llegada del otoño. La atmósfera es relajada y amigable, con extraños que se convierten en amigos en un instante.
— ¡Vamos a comer algo! — sugiere Kiki, arrastrando a Trunks y Seika hacia un puesto de comida.
— ¡Excelente idea! — responde Seika, oliendo el aroma de los dolmades.
La muchacha además de dolmades compra algunos postres que no duda en compartir con sus compañeros.
Seika sonríe. — Prueba el pastel de frutas Trunks, es delicioso.
El saiyajin prueba un bocado del pastel que la muchacha le ofrece, luego asiente en acuerdo. — Tienes razón, está delicioso. No recuerdo la última vez que comí algo así
Y no exagera. Debido al ataque de Black, la comida en su mundo escasea y es casi imposible encontrar manjares dulces como estos.
Mientras comen, observan a la gente del pueblo, disfrutando de la música y los juegos. Un grupo de niños se acerca a Kiki, sonriendo.
— ¿Quieres jugar con nosotros? — pregunta uno de los niños.
— ¡Claro que sí! — Kiki sonríe y se va con los niños, no sin antes decirle a sus amigos que los vería en un rato.
— ¿Qué tal si vemos el resto del festival? — sugiere Seika una vez que se queda a solas con Trunks.
— Claro, me encantaría.
Ambos continúan explorando el festival, Seika admira los puestos de artesanía y los juegos tradicionales y aunque Trunks parece reacio a disfrutar, termina por relajarse y acompañar a la muchacha cuya sonrisa parece no tener fin.
Mientras caminan, algunas chicas del pueblo no pueden evitar mirar a Trunks, impresionadas por su apariencia.
— ¡Es tan guapo! — susurra una de ellas.
Otra chica se acerca a él, sonriendo.
— ¿Quieres bailar conmigo? — pregunta, mirándolo con ojos coquetos.
Trunks se sonroja ligeramente, pero Seika interviene.
— Lo siento, ya está acompañado — dice con una sonrisa y sin perder su característica amabilidad.
La chica se ríe y se va, pero no antes de lanzar una mirada insinuante a Trunks y una de molestia hacia Seika.
— Parece que eres muy popular.
Trunks no sabe qué decir y simplemente asiente ligeramente.
Seika se ríe. — No te preocupes, estoy aquí para protegerte.
Trunks sonríe, agradecido por la compañía de la chica y juntos
Continúan disfrutando del festival, perdidos en la música y la alegría del momento.
Más tarde, se reúnen con Kiki, que está exhausto pero feliz.
— ¡Nunca me había divertido tanto! — exclama Kiki con aire infantil.
Trunks y Seika sonríen, compartiendo la emoción del festival.
Seika observa el cielo, la luz del sol comienza a declinar, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados.
— Debemos regresar al santuario, la señorita Saori debe estarnos esperando— dice.
Trunks asiente y emprenden su regreso hacia el santuario. Mientras caminan, la figura de Black se yergue en la mente de Trunks. No sabe cuánto tiempo más tardará en regresar a su mundo y aunque ha conocido a personas increíbles en ese lugar, necesita volver y derrotar a Black
En ese momento, en el santuario, Saori recién ha terminado de hablar con él doctor Asamori, el mejor científico con el que cuenta la fundación de su abuelo, le ha contado sobre la posibilidad de reparar la máquina del tiempo, sin embargo, el hombre no puede darle una respuesta contundente sin antes revisar la máquina.
Mientras la deidad desciende por las escalinatas de los doce templos, recuerda que esa misma tarde le informaron que, al mediodía, había ocurrido un accidente: dos de sus artesanos habían quedado atrapados gracias a cuatro columnas que se derrumbaron.
Para ese entonces Saori había resuelto el conflicto entre los pobladores de Rodorio, el pueblo cercano al Santuario, pero se encontraba en una reunión con dos caballeros de bronce a los cuales se les asignaria un discípulo.
El soldado encargado de darle la noticia tranquilizó a su diosa al decirle que los hombres se encontraban bien y que el muchacho del futuro los había puesto a salvo. Saori, intentando saber cómo fue posible tal hazaña, pidió más detalles.
— Lo vimos levitar y cargar con suma facilidad las columnas, cómo si estás fueran tan livianas como una rama — había dicho el hombre.
Saori baja las escaleras de Aries, sumida en pensamientos profundos. La llegada de Trunks ha despertado en ella una serie de interrogantes y certezas. Sabe que el joven no es un muchacho común, no solo por su llegada en una máquina del tiempo, sino por la energía excepcional que emana de su cuerpo, incluso sin ser consciente de ella.
Al llegar al último peldaño, Saori se detiene, y su mente viaja hacia Seiya. Una punzada de angustia y nostalgia se instala en su corazón. Hace dos días que no ha podido visitar su tumba en el cementerio, y con el viaje que emprenderá al día siguiente a Japón, le resultará imposible hacerlo en los próximos dias.
Su mirada se dirige hacia el oeste, donde el camino empedrado conduce al cementerio. El sol comienza a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Saori consulta su reloj de pulsera y duda por un momento. La cena con Trunks está programada para pronto, pero siente la imperiosa necesidad de visitar la tumba de Seiya.
Después de unos segundos de reflexión, la diosa toma una decisión. Camina hacia el cementerio, dejando atrás la elegancia y la formalidad de su papel como diosa de la guerra. Necesita un momento de intimidad con su pasado, con la memoria de aquel que fue su amigo y compañero.
El sol se esconde lentamente detrás de las colinas, y Saori avanza por el camino empedrado, iluminada por la luz crepuscular. Su corazón late con una mezcla de emoción y nostalgia, mientras se acerca a la tumba de Seiya, dispuesta a rendir homenaje a su memoria y a encontrar paz en su recuerdo.
Al llegar a la tumba de Seiya, la diosa se detiene, su mirada fija en la lápida que lleva el nombre de su amigo y compañero. Una lágrima se forma en el rincón de su ojo, y ella la deja caer, permitiendo que la emoción la invada.
— Seiya... — susurra, su voz apenas audible sobre el susurro del viento.
Saori se arrodilla frente a la tumba, su mano extendida para tocar la lápida. Siente una conexión profunda con el pasado, con los momentos compartidos con Seiya, con la alegría y el dolor que habían experimentado juntos.
La diosa de la guerra se olvida por un momento de su papel y su responsabilidad, y se convierte en una mujer que llora la pérdida de alguien querido. Su corazón late con una mezcla de tristeza y nostalgia, pero también con gratitud por haber conocido a Seiya y haber compartido momentos inolvidables con él.
El sol desaparece completamente detrás de las colinas, y la oscuridad comienza a caer sobre el cementerio. Saori se queda allí, sumida en sus pensamientos y recuerdos, encontrando paz y consuelo en la memoria de Seiya.
Después de un rato, se levanta, su rostro sereno y tranquilo. Sabe que debe regresar a su templo, que Trunks y los demás la esperan. Pero también sabe que ha encontrado un momento de paz y conexión con su pasado, y que eso la fortalecerá para enfrentar los desafíos que se avecinan.
Con un suspiro silencioso, Saori se despide de la tumba de Seiya y comienza a caminar de regreso al santuario. La oscuridad ha caído sobre el cementerio, pero la luna llena ha salido para iluminar su camino.
Mientras camina, Saori siente una sensación de paz y claridad que no había experimentado en mucho tiempo. La visita a la tumba de Seiya ha sido un recordatorio de la importancia de honrar el pasado y de encontrar fuerza en los recuerdos.
Al llegar a la entrada de Aries, Saori encuentra a Trunks, Seika y Kiki regresando de su recorrido, con sonrisas cansadas pero satisfechas en sus rostros.
— Lo siento, señorita Saori — dice Trunks, con un gesto de disculpa. — Nos hemos demorado un poco.
Saori sonríe con rostro sereno, su mirada cálida y acogedora. — No te preocupes, Trunks. Espero que hayas disfrutado del recorrido y te haya gustado conocer un poco más sobre este lugar.
— Sí, mucho — responde Trunks, su entusiasmo evidente. — Este lugar es impresionante. En mi mundo no existe nada igual. La gente de Rodorio es muy amigable.
Seika asiente en acuerdo, su rostro iluminado por la emoción. — Fuimos al festival de otoño que hay en el pueblo
Kiki se une a la conversación, su voz se llena de emoción. — ¡Y fue genial!
Saori se ríe, su sonrisa es amplia y genuina. — Me alegra que hayan divertido. Ahora, ¿les parece si vamos al templo? Mientras cenamos, podrían contarme más sobre su aventura.
Con una gentil inclinación de cabeza, Saori los guía hacia el templo, donde una cena elegante los espera.
Al entrar en el templo, el aroma de incienso y flores frescas envuelve a los jóvenes, transportándolos a un ambiente de serenidad y elegancia. La luz suave de las velas ilumina el salón, donde una mesa impresionante está dispuesta para la cena.
Saori se sienta en la cabecera de la mesa, con Trunks, Seika y Kiki a su alrededor. Un grupo de sirvientas silenciosas y eficientes comienzan a servir la comida, una serie de platos exquisitos y delicados.
— Por favor, coman y disfruten — invita Saori, sonriendo. — Quiero escuchar todo sobre su aventura en Rodorio.
Kiki se lanza a contar su experiencia en el festival de otoño, con Seika interrumpiendo ocasionalmente para agregar detalles divertidos. Trunks escucha, disfrutando el cálido ambiente familiar
Saori escucha atentamente, su rostro refleja interés y deleite. — Es maravilloso que hayan podido experimentar la hospitalidad de Rodorio — comenta. — La gente de este pueblo es verdaderamente especial.
Mientras cenan, la conversación fluye fácilmente, pasando de la diversión del festival a temas más serios, como la misión que los espera en Japón.
— Mañana partimos hacia Japón — recuerda Saori con mirada seria. — Hablé con el doctor Asamori, uno de los mejores científicos del mundo. Le pregunté sobre la posibilidad de reparar la máquina del tiempo que utilizaste para llegar aquí, Trunks.
Trunks se inclina hacia adelante e inevitablemente mira a Saori, interesado. — ¿Qué fue lo que le dijo, señorita Saori?
La diosa se sirve un poco de té antes de responder. — El doctor Asamori está dispuesto a revisar la máquina y evaluar la posibilidad de repararla. Pero necesita verla en persona para determinar si es posible.
A Seika no le es extraña la información acerca de que Trunks viene de una época diferente. Saori, le ha explicado a grandes rasgos su situación. Es por eso que no teme en unirse a la conversación. — Ahora entiendo, por eso van a partir hacía Japón ¿Verdad señorita?
La diosa se sirve un poco de té antes de responder. — El doctor Asamori está dispuesto a revisar la máquina y evaluar la posibilidad de repararla. Pero necesita verla en persona para determinar si es posible.
A Seika no le es extraña la información acerca de que Trunks viene de una época diferente. Saori, le ha explicado a grandes rasgos su situación. Es por eso que no teme en unirse a la conversación. — Ahora entiendo, por eso van a partir hacía Japón ¿Verdad señorita?
La diosa asiente. — Sí. Si gustas puedes acompañarnos, Seika — la muchacha sonríe en respuesta y Saori continúa — Llevaremos la máquina del tiempo al laboratorio del doctor Asamori. Si puede repararla, podríamos encontrar una forma de regreses tu mundo, Trunks.
Kiki se sorprende. — ¿Y si no puede repararla?
Saori se vuelve hacia él. — Entonces, tendremos que buscar otras opciones. Pero el doctor Asamori es nuestra mejor esperanza. Es un experto en tecnología avanzada y puede ser nuestra única oportunidad para reparar la máquina.
La cena continúa, con la conversación y la risa llenando el salón del templo.
Al cabo de unas horas, la cena concluye, y Saori se levanta de su asiento, sonriendo. — Mañana partiremos a primera hora. Asegúrense de estar listos.
Trunks y Kiki asienten, mientras Seika se levanta y se une a Saori.
— Vendrá un jet privado por nosotros al coliseo, los estaré esperando ahí a primera hora— dice la diosa con su voz cálida. — Descansen bien.
Saori se vuelve hacia Seika y juntas caminan hacia la salida del templo. Trunks y Kiki las siguen, despidiéndose en la entrada.
— Buenas noches, Saori. Gracias por todo — dice Trunks.
— Buenas noches, Trunks. Buenas noches, Kiki — responde Saori, sonriendo.
Seika se despide con un gesto silencioso, y Saori y ella se alejan hacia el interior del templo.
Son más de las 10:00 p.m. cuando Trunks desciende con Kiki hacia la casa de Aries. A pesar de que ha pasado por las doce edificaciones más de una vez, no deja de inquietarse por el temible poder que emana en cada casa. Cuando llegan al primer templo ambos de despiden — Nos vemos mañana.
— Sí, nos vemos mañana — responde Kiki.
Trunks se dirige hacia la cabaña donde se ha hospedado los últimos días, sumido en pensamientos sobre la misión que le espera. Kiki regresa al templo de Aries, su corazón lleno de emoción y anticipación.
La noche cae sobre Rodorio, y los jóvenes se preparan para un nuevo día lleno de desafíos y aventuras.
continuara...
Notas finales:
Muchas gracias a todos los que leen, marcan como favorito y comentan está historia. Me entusiasma bastante leer lo que piensan de este proyecto y me motivan a continuar.
Lamento mucho la demora en actualizar, pero ya tengo varios capítulos escritos que iré subiendo en la semana.
Contestando reviews
c4sayajinssuperman:
Me da mucho gusto que te esté gustando está historia. Respecto a sí tendrán la tecnología suficiente para reparar la máquina, pues no del todo, ya que en el universo de Dragon ball la tecnología podría considerarse futurista, contrario al universo de los caballeros del zodiaco, pero ya veremos cómo logran solucionarlo.
Muchas gracias por tu apoyo y ojalá esté capítulo haya sido de tu agrado
gbnavamvya:
¡Gracias por tu comentario!
Me alegra que disfrutaras del capítulo. Respecto al shipeo de Trunks y Saori, es una posibilidad muy fuerte. Sin embargo, parece que alguien más está empezando a sentir algo por él, así que veremos quién será la ganadora
