Trunks se agita, visiblemente inquieto. Con el ceño fruncido, los ojos cerrados con fuerza y la respiración entrecortada, su rostro refleja el tormento de una pesadilla.
La ciudad yace en ruinas, devastada por una fuerza implacable. Los edificios se alzan, convertidos en esqueletos rotos, con paredes derrumbadas y ventanas vacías que parecen clamar al cielo. Las calles están inundadas de escombros y restos de hogares, tiendas y lugares de trabajo que una vez vibraron con vida.
El asfalto, agrietado y cubierto de polvo, refleja la desolación que lo rodea. Los postes de electricidad, derribados y yacentes en el suelo, evocan la imagen de árboles arrancados de raíz.
El silencio es opresivo, roto solo por el sonido del viento que sopla a través de las ruinas. No hay señales de vida, solo la quietud de la desolación.
En algunos lugares, se ven restos de incendios, con cenizas y carbón dispersos por doquier. En otros, se observan señales de explosiones, con cráteres y escombros esparcidos por todas partes.
La ciudad parece haber sido abandonada hace mucho tiempo, pero la sensación de destrucción y desolación aún es palpable. Era como si la ciudad hubiera sido borrada del mapa, dejando sólo ruinas y recuerdos
En medio de todo el caos los cuerpos de Bulma, su madre, y Mai, su mejor amiga, yacen irreconocibles en el suelo.
Bulma ha sido carbonizada por un ataque de energía. Su cuerpo yace completamente calcinado, con la piel transformada en una capa negra y quebradiza. Los contornos del rostro han desaparecido, reemplazados por una masa de carne carbonizada. Los huesos parecen estar expuestos en algunos lugares, con tejido chamuscado colgando de ellos como papel quemado. El cuerpo esta rígido, con los miembros extendidos en una posición antinatural. El olor a cenizas y carne quemada hacen al Saiyajin querer vomitar.
Por otro lado, el cuerpo de Mai está en el suelo, brutalmente seccionado en dos partes. La línea de corte es irregular, dando la apariencia de haber sido realizada con una gran fuerza. La piel y los tejidos están desgarrados y rasgados, con bordes irregulares y sangrientos.
La zona de corte es una masa destrozada y huesos astillados. Los tejidos blandos se encuentran desgarrados, revelando los órganos internos y los vasos sanguíneos. La sangre ha emanado de la herida, formando un charco viscoso y rojo oscuro.
La parte superior del torso, incluyendo la cabeza y los brazos, están separados de la parte inferior, que incluye las piernas y los órganos abdominales. Los órganos vitales están expuestos, con la carne y los tejidos circundantes desgarrados y sangrientos.
El olor a sangre y carne fresca llenan el aire, mezclado con un aroma metálico y acre. La escena es macabra y perturbadora, como si el cuerpo hubiera sido brutalmente desmembrado.
Trunks llora, grita y se retuerce ante la impotencia de no poder hacer nada. Entre sus lamentos, escucha a dos pequeños llorar la muerte de su madre quien ha quedado aplastada bajo los escombros de un edificio.
Los menores le gritan al cuerpo de su madre que no los deje solos. La escena le parte el corazón al Saiyajin, pues a diferencia suya, los niñitos no pueden cuidarse solos, son demasiado jóvenes como para entender lo que sucede.
El saiyajin retira las lágrimas de sus ojos con él antebrazo y camina hacia ellos, dispuesto a ayudarlos. Sin embargo, antes de que pueda llegar con ellos una figura aparece levitando en el cielo.
Su aura es oscura, como humo espeso y asfixiante. Los ojos brillan en rojo y a Trunks le genera un escalofrío similar a cómo si estuviera viendo a la muerte a los ojos.
Una risa estridente emana de él y el Saiyajin lo reconoce inmediatamente: es Black.
Trunks aprieta los puños y, antes de poder hacer algo, Black forma una esfera de ki en su palma, la cual arroja hacia los pequeños.
Los gritos de dolor de ambos niños se alzan y rebotan entre las ruinas, como una sinfonía de horror. Sus cuerpos se están incendiando bajo el ataque de Black. En cuestión de segundos, la energía explota, haciendo que solo quede simple polvo.
-¡Infeliz!
La furia hace que Trunks salga disparado hacia Black. Con toda la fuerza de la que es capaz, le da un puñetazo que impacta contra su mejilla, pero esto no le causa ningún daño, de hecho pareciera que su poder sobre humano ha desaparecido.
Trunks vuelve a atacar con una serie de puños y patadas que no le causan ni una rasgadura en la piel a su enemigo.
-Esto...no puede ser...
Black se ríe de nuevo y el sonido le causa a Trunks un escalofrío que se instala en su cuello y baja por toda su columna.
Sus manos están temblando ligeramente y sus dedos están apretados en puños. Su cuerpo está tenso, como si estuviera listo para huir en cualquier momento. Su mirada va de un lado a otro, buscando una salida o una solución.
-No puede estar pasando...¿Porque mis ataques no te hacen daño?
Su voz es débil y trémula, y sus palabras salen entrecortadas. Su cuerpo se estremece ligeramente con cada ruido o movimiento. Su rostro refleja una mezcla de miedo y pánico.
En un parpadeo, Black se encuentra muy cerca de él.
El rostro de Trunks está pálido y sudoroso, con ojos abiertos de par en par y dilatados por el miedo. Sus cejas están fruncidas y su boca está ligeramente abierta, como si estuviera a punto de gritar. Su respiración es agitada y superficial, y su pecho sube y baja rápidamente.
- Eres débil... - dice Black y, sin ninguna contemplación, le atraviesa el estómago.
El cuerpo de Trunks se sacude bruscamente, como si estuviera emergiendo de un abismo oscuro. Sus ojos se abren de par en par, con una expresión de terror y confusión. Su respiración es agitada y superficial, y su pecho sube y baja rápidamente.
Sus manos están apretadas en puños y su rostro está cubierto de sudor. Su mirada va de un lado a otro, como si estuviera buscando escapar de la pesadilla que aún lo persigue.
-No... no fue real-, murmura, como si tratara de convencerse a sí mismo.
Su cuerpo se estremece ligeramente, sintiendo el eco de la pesadilla. En su rostro se refleja una mezcla de alivio y ansiedad, agradecido de haber despertado, pero aún temiendo que la pesadilla pueda regresar.
Con esfuerzo, se sienta en la cama y se pasa las manos por el rostro, tratando de despejar la niebla de la pesadilla. Su mirada se vuelve más clara y su respiración comienza a calmarse.
A sabiendas de que no podrá volver a dormir, Trunks decide alistarse y salir a dar una vuelta.
Afuera el cielo todavía está oscuro, sin embargo algunos rayos de sol empiezan a colarse en el Este, iluminando las nubes de un hermoso color naranja.
El saiyajin recorre las cabañas y el coliseo, encontrando a varios aprendices entrenando desde temprano. Los guardias dan rondines en varios puntos y las doncellas transportan grandes canastos de frutas y despensa que llevan a diferentes lugares.
Al llegar al reloj de fuego, el muchacho se detiene y contempla los símbolos que hay en la torre. Los grabados en piedra son similares a las figuras que adornan la entrada de los 12 templos.
Trunks observa hipnotizado el fuego danzante en cada casilla del reloj, mientras las llamas se graban en su retina como una imagen macabra. Su mente, traicionera, lo transporta de nuevo al sueño que lo atormenta. Los gritos de horror, el olor a humo y sangre, siguen grabados en su cerebro, no como recuerdos de una pesadilla, sino como vivencias reales que lo han marcado.
Su estómago se contrae, y una oleada de náuseas lo invade. Trunks sale corriendo hacia un camino empedrado que se pierde en la oscuridad, en busca de un refugio que lo aleje de aquellos recuerdos. El camino lo lleva a una ladera amplia, donde miles de tumbas se alzan como testigos mudos de la muerte.
El Saiyajin se detiene, abrumado por la sensación de que la vida se está ensañando con él. Ha escapado de un lugar que le recuerda la destrucción, solo para llegar a otro lleno de muerte. Está a punto de dar media vuelta y regresar a la cabaña, cuando un sonido celestial lo detiene: el canto de Saori.
La diosa está en la cima de la ladera, arrodillada, frente a una lápida. Sus manos juntas y sus ojos cerrados dan la impresión de que está orando
El canto de la diosa es como un bálsamo para el alma de Trunks. Su voz es pura y cristalina, y cada nota parece resonar en su corazón. Se siente atraído hacia la fuente del sonido, como si estuviera bajo un hechizo.
El saiyajin se queda a una distancia prudente. Su agitada mente ha encontrado paz en aquel cántico glorioso que, a esa distancia, parece más una plegaria.
Trunks se queda inmóvil, absorbiendo la belleza del canto de Saori. Su mente, que momentos antes estaba llena de horror y desesperanza, ahora se siente serena y en paz. La voz de la diosa es comparable a un río que fluye suavemente, llevando consigo todas sus preocupaciones y miedos.
Cuando Saori termina de cantar, se levanta y se vuelve hacia Trunks. Su mirada es cálida y compasiva, y el Saiyajin se siente como si ella lo hubiera visto en lo más profundo de su alma.
-Trunks - dice Saori, su voz suave y reconfortante. -¿Qué te trae aquí?
El muchacho se siente incómodo, no sabe cómo explicar su presencia en ese lugar. Pero Saori no parece esperar una respuesta. Se acerca a él y lo mira con una expresión de preocupación.
-Estás sufriendo-, dice ella. -Puedo sentirlo. ¿Qué es lo que te atormenta?
Trunks se siente tentado a abrirse con Saori, a contarle sobre su sueño y sus miedos. Pero algo lo detiene. ¿Es vergüenza? ¿El miedo a ser débil?
Está incómodo bajo la mirada de Saori. Quiere abrirse con ella, pero no sabe cómo. La diosa siempre ha sido una figura de autoridad y sabiduría, y no quiere mostrarle su debilidad.
-No es nada- dice finalmente, intentando sonreír. -Solo necesitaba un poco de aire fresco.
Saori lo mira con escepticismo, pero no insiste. En su lugar, vuelve la vista hacia la tumba que ha venido a visitar
- Ven, acércate un momento, por favor -dice ella.
Trunks se coloca a un lado, sintiendo la tensión en su cuerpo. No sabe qué espera Saori de él, pero está dispuesto a escuchar.
-Trunks, sé que algo te está atormentando-, dice Saori, su voz suave y reconfortante. -No tienes que hablar de ello si no quieres, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a ayudarte
Las palabras de la diosa le generan un nudo en la garganta. Nadie ha hablado con él de esa manera en mucho tiempo.
- Gracias, señorita Saori -dice finalmente con su voz apenas audible.
- No hay nada que agradecer.
El muchacho se siente un poco mejor, pero todavía hay algo que lo atormenta. Algo que no puede compartir con nadie, ni siquiera con Saori.
Athena mira al Saiyajin con una expresión seria y triste.
- Desde hace seis meses vengo aquí todos los días -relata ella con su voz llena de melancolía-. No puedo dejar de pensar en él, en lo que podría haber sido si hubiera sobrevivido.
Trunks se siente intrigado y un poco nervioso. De repente, se pregunta qué hace Saori en el cementerio a esta hora.
- Seiya -dice Saori, su nombre escapando de sus labios como un susurro-. Mi caballero de Pegaso. Él... murió protegiéndome.
La voz de la diosa se quiebra al recordar aquel momento. Trunks puede ver el dolor en sus ojos y la tristeza que la consume.
- Fue en la batalla contra Hades, el dios del Inframundo -continúa -. Luchó con valor y honor, y dio su vida para protegerme. Hades... le clavó su espada en el pecho.
Trunks se siente impactado por la crudeza de la descripción y recuerda la conversación que tuvo con Seika, la hermana de Seiya. Ella le contó sobre la valentía de su hermano y sus hazañas, pero no sabía cómo había muerto Seiya.
El silencio que sigue es pesado, lleno de emoción y dolor. Trunks puede sentir la tristeza de Saori, y su corazón se llena de compasión hacia ella.
- Lo siento -dice Trunks finalmente, su voz apenas audible-. No lo sabía
Saori asiente, comprendiendo.
- El dolor de la pérdida es algo que nunca se olvida -dice ella.- Seiya fue un gran caballero, y dio su vida por lo que creía. Y quiero que sepas que tú también tienes ese mismo espíritu.
Trunks se siente conmovido por las palabras de Saori. Siente que ella está viendo algo en él que él mismo no ve.
- ¿Qué quiere decir, señorita Saori?
- Veo una fuerza interior, una determinación y una capacidad para luchar por lo que es justo -dice ella-. Y sobre todo, veo un corazón noble y valiente.
Trunks se siente inspirado por las palabras de Saori. Siente que ella está creyendo en él, y que eso le da la fuerza para seguir adelante.
-Debemos irnos - dice Saori - el jet que nos llevará a Japón llegará en cualquier momento
Para ese entonces el sol ya ha emergido, los rayos iluminan el cementerio, otorgándole un aspecto sereno y pacífico.
Trunks asiente y sigue a Saori hacia la salida del cementerio. Mientras caminan, la luz del sol ilumina su rostro, reflejando la determinación que siente.
En el coliseo Kiki, Seika, Jabu, Nachi, Ban, Ichi y Geki esperan a su diosa junto al jet que ha aterrizado apenas unos minutos antes
Geki, mientras tanto, les cuenta a sus compañeros lo que Trunks había hecho el día anterior.
- ¿Volar? - Ichi se mantiene escéptico
-¿Estás seguro de lo que dices Geki? -lo cuestiona Nachi
- Es verdad, yo y Seika lo vimos también - apoya Kiki
Cruzado de brazos y expresión aburrida, Jabu se mantiene al margen de la conversación. Está harto de escuchar la misma historia una y otra vez. Desde el incidente de los artesanos, las personas en el santuario no hacen más que hablar de ello ¡Cómo si nunca hubieran visto a un caballero hacer algo así!
Antes de que pueda intervenir para decirles a sus compañeros lo que piensa de todo este asunto, ve a la señorita Saori acercándose junto al extranjero.
En cuanto Kiki se percata de la presencia de su diosa, se acerca corriendo para saludarla a ella y a su nuevo amigo Trunks.
-¡Señorita Saori! -excalama el niño
Seika, un poco más reservada, también se aproxima a ellos.
- Disculpen la demora - dice Saori llegando hasta el jet, después mira a sus caballeros. - Él es Trunks. Cómo sabrán, se ha estado hospedado en el santuario mientras buscamos la manera de regresarlo a casa.
-Es un placer conocerlos. Lamento causarles tantas molestias
- No hay molestia alguna, Trunks -dice Kiki, sonriendo-. Es un placer tenerte aquí.
Seika asiente en silencio, mientras Geki e Ichi se acercan para saludar a Trunks.
Geki e Ichi se acercan para saludar a Trunks.
- Bueno, vamos -dice Saori-. Tenemos que partir.
Los caballeros asienten y siguen a Saori hacia el jet.
Trunks se despide de la vista del coliseo y sube al avión detrás de ellos.
-Quita esa cara, Jabu - le dice Nachi a su amigo antes de subir al jet - Se que el tipo no es de tu agrado, pero por lo menos intenta disimular.
- Nachi tiene razón. Mientras esté aqui debemos ser amables. - Ban le pone una mano en el hombro y se une al resto.
Jabu suspira, sus compañeros tienen razón. Se esfuerza por sonreír y sigue a los demás hacia el interior del jet.
- Vamos a partir -dice-. Por favor, asegúrense de ajustar sus cinturones de seguridad.
Adentro, los caballeros se preparan para el despegue. Trunks se sienta junto a Seika, mientras Kiki y Geki ocupan los asientos detrás. Jabu e Ichi ocupan los siguientes lugares y detrás de ellos Nachi y Ban.
El jet despega suavemente y se eleva hacia el cielo, dejando atrás el coliseo y el santuario.
Saori se sienta en un rincón. Se reclina en su asiento, mirando hacia la ventanilla mientras el paisaje se aleja bajo ella.
Trunks se siente relajado por primera vez en días, disfrutando del silencio y la tranquilidad del vuelo. Mira hacia Saori, que sigue sentada en su rincón, perdida en sus pensamientos.
Kiki y Seika charlan en voz baja, mientras Geki e Ichi juegan un juego de cartas. Jabu y Nachi se han quedado dormidos, y Ban mira por la ventanilla, absorto en sus propios pensamientos
Después de varias horas de vuelo, el jet comienza a descender suavemente. Saori se despierta de su ensimismamiento y mira hacia los demás.
Trunks se sienta derecho, mirando hacia la ventanilla. El paisaje bajo él es diferente a lo que esperaba. Ve una vasta extensión de jardines y bosques, rodeando una impresionante mansión.
- ¿Dónde estamos? -pregunta Trunks, curioso.
- Estamos en la mansión Kido -responde Kiki-. Es un lugar seguro para nosotros.
Seika asiente, familiarizada con el lugar. Trunks, sin embargo, se siente intrigado.
- ¿La mansión Kido? -pregunta él.
- La mansión Kido es la residencia de la familia de la señorita Saori -explica Seika
-Ya veo...
El jet aterriza suavemente en la pista de aterrizaje privada de la mansión. Los caballeros salen del avión, estirándose y mirando alrededor.
Trunks sigue a Saori y los demás hacia una limusina, dónde la espera un hombre vestido de traje oscuro y guantes blancos.
- Bienvenida de vuelta, señorita Kido - dice el chófer, abriendo la puerta para que ella y sus acompañantes ingresen.
Saori sonríe y entra en la limusina, seguida por Trunks y los demás caballeros. El chófer cierra la puerta detrás de ellos y se sienta al volante.
- Gracias, Takashi -dice Saori-. ¿Todo está en orden?
- Sí, señorita Kido -responde Takashi-. Todo está listo para su llegada.
La limusina arranca suavemente y comienza a circular por los jardines de la mansión. Trunks mira por la ventanilla, admirando la belleza del lugar.
Mientras tanto, Kiki y Seika charlan en voz baja en el asiento de enfrente, por otro lado Geki e Ichi miran por la ventanilla y Jabu, Ban y Nachi se sientan en silencio,
- Pronto llegaremos a la residencia principal -dice Saori a Trunks-. Allí podremos reunirnos con el doctor Asamori para que revise la máquina
Trunks asiente y le agradece a la diosa.
La limusina continúa suavemente su recorrido por los jardines perfectamente cuidados, rodeando estanques y fuentes ornamentales. Finalmente, se detiene en la impresionante rotonda, justo enfrente de las majestuosas puertas principales de la mansión.
Takashi sale de la limusina y abre la puerta para que Saori y los demás caballeros salgan. La diosa baja primero, seguida por Trunks y los demás.
- Gracias, Takashi -dice ella, sonriendo.
- De nada, señorita Kido -responde el hombre, inclinando la cabeza.
Trunks desciende del auto y miran alrededor, admirando la fachada de la mansión. La entrada principal es imponente, con columnas de mármol y puertas de madera tallada.
- Sígueme, por favor - le pide la diosa.
Saori lidera el grupo hacia la entrada principal, donde los recibe un mayordomo calvo vestido de librea
- Bienvenida de vuelta, señorita Kido -dice el mayordomo, inclinando la cabeza.
- Gracias, Tatsumi -responde Saori-. Por favor, asegúrate de que mis invitados tengan todo lo que necesiten.
Tatsumi observa al séquito que acompaña a su señora, notando a alguien diferente entre el grupo. El hombre ahoga un bufido al ver las vestimentas rasgadas de Trunks
-Habrá que llamar al sastre. - murmura, después se hace a un lado, permitiendo que el grupo pase.
Saori los lleva a través de un vestíbulo impresionante, con un techo alto y una escalera alfombrada.
- Te mostraré tu habitación -dice Saori a Trunks -. Luego, podemos reunirnos con el doctor Asamori
Trunks sigue a Saori. La habitación se encuentra en una de las alas más tranquilas del edificio. Está ubicada cerca de las habitaciones de los demás caballeros, pero lo suficientemente alejada como para proporcionar privacidad y comodidad.
La diosa abre la puerta y deja deja pasar al Saiyajin
La habitación es espaciosa y elegante, con una decoración que combina la tradición japonesa con un toque moderno. Las paredes están pintadas de un suave color crema, y el suelo está cubierto con una alfombra de seda de un tono oscuro. La cama es grande y cómoda, con un dosel de madera tallada y cortinas de seda que caen suavemente a los lados.
En una esquina de la habitación, hay un escritorio de madera oscura con una silla de cuero negro. Sobre el escritorio, hay una lámpara de bronce con una sombra de seda que proyecta una luz suave y cálida.
En la pared opuesta a la cama, hay una gran ventana que da al jardín de la mansión. La ventana está flanqueada por cortinas de seda que se pueden abrir y cerrar con un sistema de poleas. Desde la ventana, se puede ver el jardín, con sus estanques, fuentes y senderos empedrados.
- Esta es tu habitación -dice Saori-. Puedes descansar y refrescarte. Más tarde podremos ir con el doctor Asamori.
Trunks sonríe, agradecido por su hospitalidad.
- Gracias, Saori -dice él-. Esto es muy amable de tu parte.
Ella sonríe y se dirige hacia la puerta.
- Descansa -dice ella-. Pronto hablaremos.
Continuará...
Muchas gracias por leer.
CONTESTANDO REVIEWS
Maximum Rhapsody: Antes que nada muchas gracias por leer y tomarte la molestia de dejarme un comentario. Ahora sí, contestando a tus preguntas debí decir que es una idea bastante interesante, Trunks ya ha demostrado su gran potencial y no sería sorprendente verlo acceder al Ki Divino. Respecto a la espada…bueno, Trunks tiene el apoyo de Saori, por lo que es bastante probable que le ayude a acceder a un nuevo poder.
