Hyōga levanta la vista, y por un momento, parece reconocer algo en Saori, pero su mirada se desvanece sin encontrar conexión.

- Bienvenida, señorita Saori -dice, sin mostrar reconocimiento alguno. - ¿Están listos para ordenar?

-Si - dice Saori, volviendo a mostrar su elegante calma - quiero un café, por favor

Hyoga anota el pedido en una libreta mientras Trunks lo estudia con curiosidad, notando la falta de reconocimiento entre él y Saori.

Aunque la complexión de Hyoga es delgada, el saiyajin puede apreciar la firmeza de sus músculos debajo de su uniforme. Su rostro es una máscara de calma, sin una sola expresión que delate sus pensamientos. Pero es su mirada lo que realmente captura su atención: fría, calculadora y profunda, como si pudiera ver a través de cualquier engaño.

-¿Y para usted?

Trunks mira a Saori, que sonríe ligeramente.

-Lo mismo que ella - responde.

Hyōga asiente y se aleja bajo la atenta mirada de Saori quien lo observa con una mezcla de tristeza y esperanza

Mientras Hyoga se mueve, Trunks nota la precisión y control que caracterizan sus acciones. Cada paso es deliberado, cada gesto medido. Es como si Hyoga estuviera en un estado de constante alerta, listo para reaccionar en cualquier momento. La eficiencia de sus movimientos es impresionante, y el saiyajin se da cuenta de que está frente a un guerrero excepcionalmente entrenado.

Mientras Hyoga se aleja, Trunks se vuelve hacia Saori, intrigado por la compleja mirada que ella le dirigió a Hyoga.

-¿Lo conoces? -pregunta Trunks, bajando la voz.

Saori se vuelve hacia él, su sonrisa se desvanece y su mirada se vuelve introspectiva.

-Lo conocí -responde, su voz apenas audible.

Trunks nota la melancolía en su voz y decide no presionarla.

Hyoga regresa con los cafés y los coloca en la mesa con precisión.

-¿Necesitan algo más? -pregunta, su mirada aún fría y distante.

Saori niega con la cabeza y Hyoga se retira, dejándolos solos.

Trunks observa a Saori, que mira el café sin tocarlo.

-¿Qué pasa? -pregunta Trunks, rompiendo el silencio.

Saori suspira y mira hacia él.

-Todo está bien, Trunks. No te preocupes

Trunks la mira con escepticismo, pero no insiste. En vez de eso le da un sorbo a su bebida, dándose cuenta de que es bastante buena.

El gesto no pasa desapercibido para Saori

-Trunks -dice Saori, después de probar su propia bebida-, en el almuerzo mencionaste que Black es alguien muy poderoso que ha destruido más de la mitad de la población mundial.

Trunks asiente, su expresión se vuelve seria.

-Sí, es un enemigo formidable -responde-. Su poder es inmenso.

Saori se inclina hacia adelante, su curiosidad y preocupación son evidentes.

-¿Qué tipo de poderes tiene? -pregunta-. ¿Cómo puede ser tan destructivo?

Trunks duda por un momento antes de responder.

-Black tiene una energía similar a la de los dioses -explica-. Puede manipular la energía y crear ataques devastadores. Además de tener una gran fuerza y velocidad.

Saori se queda en silencio, procesando la información. Mientras observa a Trunks, percibe un gran poder dentro de él, algo que va más allá de la apariencia humana que presenta.

Aunque Trunks parece un humano normal, emana un poder poco usual, una energía que late con intensidad. Saori, como diosa, puede sentirlo con claridad.

Sabe que el viajero del tiempo ha pasado por muchas dificultades, y decide ser prudente. Ha pasado un tiempo desde que llegó a este mundo, y Trunks no parece querer revelarlo todo.

-Trunks,- dice Saori finalmente con voz baja y reflexiva, -percibo un gran poder dentro de ti. Un poder que no es común para un ser humano cualquiera.

Trunks se sorprende ligeramente, pero no responde. Saori continúa:

-Has pasado por muchas pruebas, ¿verdad? Y aún así, sigues en pie. Eso dice mucho de ti.

Trunks asiente lentamente.

Los segundos se estiran como una tela tensa, mientras el muchacho lucha en su interior. Su rostro refleja la batalla que libra contra sus propios pensamientos. Saori espera con serenidad, con mirada calmada y atenta.

Finalmente, un suspiro profundo abandona los labios de Trunks, y su postura se relaja. La decisión está tomada. Sabe que era inevitable ocultarlo; la diosa descubriría la verdad.

-Mi padre perteneció a una raza guerrera llamada Saiyajin... -comienza, y las palabras fluyen como un río desbordado.

El tiempo parece detenerse mientras Trunks narra su historia, llenando el aire con la pasión y el dolor de su pasado. Los minutos se deslizan sin que nadie los note, y cuando la última gota de sus bebidas se evapora, Trunks ya ha contado todo.

Ha hablado de su origen, del orgullo que caracterizaba a su padre, de la inteligencia de su madre y la nobleza de su maestro Gohan. Ha descrito la devastación causada por los androides, la pérdida de seres queridos y la lucha constante por la supervivencia. Y finalmente, ha compartido su actual pesadilla: Black, el enemigo implacable que amenaza con destruir todo lo que queda.

Saori escucha, absorta, su mirada refleja la emoción y la compasión que siente hacia el muchacho frente a ella. El silencio que sigue es pesado, lleno de la gravedad de la situación y la determinación de encontrar una solución.

-¿Desean algo más?

Hyoga irrumpe en la escena, disipando la tensión que se había acumulado. Su llegada oportuna rompe el silencio pesado, permitiendo que la atmósfera se relaje.

Saori sacude la cabeza, como saliendo de un trance, y pide la cuenta con un gesto. Mientras espera a que le entreguen el recibo, su mirada vuelve a Trunks.

Al levantarse para salir, Saori se vuelve hacia Hyoga y le sonríe ligeramente. En su corazón, agradece que Trunks haya podido disfrutar de un momento de normalidad en medio de tanto caos y que Hyoga se haya librado de un destino de constante lucha como el del saiyajin

Hyoga corresponde con una sonrisa cálida, sin saber el verdadero significado detrás de la mirada de Saori. Trunks, por su parte, se siente agradecido por la interrupción, ya que le ha permitido escapar de sus recuerdos dolorosos.

Al cruzar la salida, un muchacho de larga cabellera oscura, vestido con un traje impecable de abogado, se adelanta, cerrándole el paso. Su corbata perfectamente ajustada y su portafolio en la mano, contrastan con su mirada amable.

-Lo lamento mucho, señorita. Por favor, pase- dice con cortesía.

Saori sonríe al reconocer al joven, y antes de que la situación se torne incómoda, decide hablar.

-Muchas gracias- dice ella con una sonrisa que al abogado le parece cálida y sincera, Saori se despide, haciéndolo sentir un escalofrío en la espalda. - Espero que tengas un buen día.

El joven se siente nervioso bajo la mirada de Saori, pero se esfuerza por mantener la compostura. Sostiene la puerta para que la mujer pase, seguida de Trunks. Al cruzar la puerta, el Saiyajin nota que el hombre parece alguien distinto, alguien que inspira confianza.

-Shiryu, qué alegría verte-, se escucha a Hyoga decir desde dentro de la cafetería, rompiendo el silencio incómodo. -¿Qué te ofrezco?

Shiryu se relaja un poco al escuchar la voz de Hyoga, y responde con una sonrisa. -Lo mismo de siempre-, dice, mientras sigue sosteniendo la puerta para Saori.

El chófer, atento y elegante, observa a su señora llegar y se apresura a abrir la puerta del automóvil. Saori se acerca, radiante, y él se inclina ligeramente en saludo.

-¿A dónde deseamos ir, señora?- pregunta el chófer, mientras le ofrece la mano para ayudarla a subir.

-Primero, llevanos a la florería Andrómeda, responde Saori con una sonrisa. -Después, regresaremos a la mansión.

El chófer asiente con una reverencia y cierra la puerta tras Trunks, quien se sienta junto a Saori en el asiento trasero.

- Como ordene, señora-, dice, mientras se coloca detrás del volante.

Mientras el automóvil avanza, Saori le señala a Trunks algunos lugares interesantes de la ciudad, compartiendo anécdotas y curiosidades sobre cada uno. Trunks escucha atentamente, fascinado por la historia y la cultura de este mundo tan diferente al suyo.

-¿Ves ese edificio?- pregunta Saori, señalando un majestuoso rascacielos. -Es el Museo de Arte de la Ciudad. Tiene una colección impresionante de obras maestras de todo el mundo.

Trunks asiente, impresionado por la arquitectura y la belleza del edificio.

-Y allí,-continúa Saori, señalando un parque, -está el Jardín de la Paz. Es un lugar tranquilo y sereno en medio de la ciudad.

El automóvil se detiene frente a una tienda elegante, con un letrero que dice "Florería Andrómeda". Saori sonríe.

-Hemos llegado, -dice. -Vamos a elegir algunos arreglos para la mansión.

Trunks se baja del automóvil, siguiendo a Saori.

La florería Andrómeda es un oasis de colores y fragancias en medio de la ciudad. Saori y Trunks entran, y son recibidos por un muchacho de sonrisa cálida y contagiosa.

- Buenas tardes, señorita Saori - dice el muchacho, con una reverencia. -Es un placer verte de nuevo.

Saori sonríe, acariciando una de las flores expuestas.

-Shun, siempre es un placer venir aquí-, responde. -Necesito algunos arreglos para la mansión.

Shun asiente, entusiasmado, luego observa al joven que acompaña a su mejor cliente.

-Por supuesto, ¿qué tipo de flores prefieres hoy? - pregunta, mientras se acerca a una vitrina llena de rosas y lirios.

Trunks observa, fascinado por la variedad de flores y la habilidad de Shun para combinarlas.

-Quiero algo especial-, dice Saori, pensativa. -Algo que refleje la belleza y la serenidad.

Shun sonríe.

-Tengo justo lo que necesitas-, dice, y se dirige hacia una sección de la tienda oculta detrás de una cortina.

Saori lo sigue con la mirada, curiosa. Shun se dirige hacia una sección oculta detrás de una cortina y regresa con un ramo de orquídeas blancas.

-Son mi elección para ti. Simbolizan pureza y serenidad.

Saori sonríe, conmovida por la elegancia simple del ramo.

-Son perfectas.

-Me alegra que te gusten-, dice Shun con una sonrisa cálida y genuina, mientras envuelve los objetos con cuidado. - ¿Hay algo más en lo que la pueda ayudar?

Saori sonríe ligeramente, agradecida por la atención. -No, gracias, eso es todo-, responde mientras saca su billetera y paga.

Justo entonces, la cortina que separa la parte trasera de la tienda se descorre y un hombre alto, atlético, con una mirada intensa y una mandíbula cuadrada, los mira. Su presencia es como un golpe de aire frío.

Trunks, que observa un poco más atrás, frunce el ceño. "Este tipo parece peligroso", piensa. Pues aún cuando el Saiyajin no pueda sentir una energía fuera de lo normal en él, su postura ante la vida le recuerda a un guerrero orgulloso, muy similar al de su padre, Vegueta.

-Ikki-, dice Shun, volviéndose hacia él con una mezcla de alivio y precaución.

Ikki no responde, simplemente se dirige a la parte trasera de la tienda, donde comienza a mover algunas cajas.

-Mi hermano mayor-, explica Shun a Saori, con una sonrisa forzada. -Ayuda aquí un poco antes de ir a su trabajo.

La mujer observa a Ikki con curiosidad, notando la tensión en su cuerpo y la dureza en su mirada.

-Es boxeador-, agrega el florista, como si eso explicara todo.

Ikki se acerca a la caja y su mirada se cruza brevemente con la de Saori.

-¿Ya pagó?-, pregunta con brusquedad.

-¡Hermano!-, lo reprende Shun, pero después de unos segundos finalmente asiente-. Sí, ya pagó.

Ikki gruñe y se dirige a la puerta. Al salir detrás del mostrador su mirada se encuentra con la de Trunks. Un destello de desafío pasa entre ellos. Trunks nota la intensidad en los ojos de Ikki y siente un escalofrío.

Ikki por su parte percibe que el muchacho frente a él no es alguien común. Su complexión atlética le confiere una presencia imponente que se suaviza con los rasgos nobles de su rostro. Aunque el boxeador desconoce su pasado, algo muy dentro de su corazón le indica que Trunks ha sufrido bastante.

-Voy tarde. Te veré en la noche-, dice a Shun antes de desaparecer por la puerta.

-Lo siento, es un poco...brusco-, dice Shun.

-No hay problema-, sonríe Saori.

Trunks se sume en un profundo silencio, su mente analizando con detenimiento la interacción que ha tenido con Ikki, Shun, Hyoga y Shiryu. A simple vista, parecen personas comunes, corrientes, pero su instinto de guerrero, forjado en batallas épicas, le revela una verdad diferente. Los cuerpos de ellos emanan una aura de experiencia y fuerza, la huella indeleble de un guerrero formidable que ha enfrentado y superado pruebas inimaginables.

Su mirada interna revisita cada encuentro, cada gesto, cada palabra pronunciada. La intensidad de Ikki, la amabilidad piadosa de Shun, la quietud poderosa de Hyoga y la serenidad significativa de Shiryu.

-¿Nos vamos?

La pregunta de Saori lo trae de vuelta a la realidad, disipando el velo de pensamientos que lo había absorbido. Trunks asiente con una leve sonrisa y se levanta de su posición, siguiendo a Saori hasta la salida. Su mirada se desplaza brevemente Shun, antes de enfocarse en la figura de Saori.

Mientras caminan, Trunks nota la gravedad en el rostro de Saori, la sombra de preocupación que se cierne sobre ella. Siente el impulso de preguntarle qué la inquieta, pero decide esperar, permitiendo que sea ella quien guíe la conversación.

La salida del local los lleva de regreso a la luz del día, y Trunks se siente momentáneamente deslumbrado por el contraste. La ciudad bulle con vida a su alrededor, pero su atención permanece centrada en Saori, esperando a que revele lo que tanto la inquieta.

La limusina los espera con el chofer en la puerta, listo para recibirlos. Ambos ingresan y en poco tiempo el auto recorre las calles de regreso a la mansión. En el trayecto, Saori se reclina en su asiento, su mirada perdida en el paisaje urbano que se despliega más allá de las ventanas tintadas.

Trunks la observa discretamente, notando la tensión en sus hombros y la preocupación en su rostro. La luz del sol que se filtra a través de las ventanas resalta la palidez de su piel, y por un momento, Trunks siente un impulso protector hacia ella.

-Saori, ¿estás bien? -pregunta Trunks, rompiendo el silencio.

Saori se vuelve hacia él, su sonrisa débil pero reconfortante.

-Sí, Trunks. Solo estoy algo cansada por el viaje.

El auto sigue su ruta, envuelto en un silencio expectante, mientras la ciudad pasa desapercibida más allá de las ventanas. Trunks no insiste, respetando su silencio, y se sume en sus propensos pensamientos.

La limusina se detiene frente a la mansión, y Saori y Trunks descienden del vehículo. La tarde soleada ilumina el jardín perfectamente cuidado, y el sonido de los pájaros rompe el silencio.

En una de las habitaciones superiores, Jabu observa la escena a través de la ventana. Ve a Saori y Trunks salir de la limusina, y su expresión se tensa ligeramente. La cercanía entre ellos, la forma en que Trunks mira a Saori, despierta una leve molestia en su interior.

Jabu frunce el ceño, su mente empezando a hacer preguntas. ¿Qué están tramando? ¿Por qué Trunks sigue apareciendo en la vida de Saori? Su instinto protector hacia Saori se activa, y se pregunta si debe intervenir.

Mientras tanto, Saori y Trunks se dirigen hacia la entrada de la mansión, ajenos a la observación de Jabu. La puerta se abre, y entran en el fresco interior, dejando atrás el calor del día.

-Gracias por acompañarme, Trunks -dice Saori, rompiendo el silencio.

-Ha sido un placer, señorita Saori -responde sonriendo levemente.

Jabu sigue observando, su expresión pensativa, mientras se pregunta qué significado tiene esta relación para Saori y qué consecuencias puede tener para todos.

La tarde transcurre sin incidentes en la mansión. Saori se retira a su habitación para descansar, mientras Trunks se dirige al jardín para disfrutar del aire fresco. Jabu, aún con una expresión pensativa, se queda en su habitación, perdido en sus pensamientos.

El sol comienza a declinar, pintando el cielo de tonos anaranjados y rosados. El jardín se llena de sombras suaves, y el canto de los pájaros se vuelve más sutil. Trunks se sienta en un banco, cerrando los ojos para disfrutar del momento.

En la cocina, los sirvientes preparan la cena, llenando la mansión con aromas deliciosos. Seika baja de su habitación y se une a Trunks en el jardín.

- Hola - dice ella, tomando asiento junto al guerrero - Pareces distraído ¿Está todo bien?

- Si, estoy bien. - dice Trunks con una sonrisa, mientras se hace a un lado para darle espacio a la chica - Solo quería tomar un poco de aire fresco.

De pronto, la expresión de Seika cambia por una de tristeza. - Estuve pensando en lo que dijiste en el almuerzo... Yo...lamentó que hayas tenido que pasar por todo esto.

Trunks mira a Seika con curiosidad, notando el cambio en su expresión. Su sonrisa se suaviza, y se inclina ligeramente hacia ella.

-No te preocupes por mí, Seika - dice con voz baja y amable -. Lo que pasó en mi pasado es lo que me ha hecho quien soy hoy.

Seika baja la mirada, su cabello cayendo como una cortina oscura alrededor de su rostro.

-Pero todo lo que ha pasado en tu vida. Las batallas, la pérdida... -suspira-. Me duele pensar que hayas tenido que sufrir tanto.

Trunks siente un calor en su pecho, conmovido por la empatía de Seika.

-Gracias por preocuparte por mí -dice con su voz llena de gratitud-. Significa mucho para mí.

No puedo cambiar el pasado -prosigue Trunks-, pero puedo usar esas experiencias para proteger a aquellos que amo y luchar por un futuro mejor.

Seika levanta la mirada, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas.

-Eres muy fuerte -dice ella con voz suave-. Pero a veces, es bueno dejar que otros te ayuden, ¿no crees?

La muchacha se acerca un poco más a Trunks. Su mirada es ardiente y su voz ha tomado un tono más íntimo.

-No tienes que cargar con todo solo. Puedes confiar en Saori, en mí... En nosotros.

El viajero del tiempo mira a Seika su expresión es tranquila, casi seria, pero con un toque de sorpresa. Nadie había intentado acercarse a él de esa manera en mucho tiempo. La luz del atardecer se refleja en sus ojos, iluminando la vulnerabilidad que intenta ocultar.

-No quiero que se arriesguen por mí. -dice Trunks en voz baja

Seika observa a Trunks a los ojos y un pequeño rubor se apodera de su rostro.

El aire entre ellos se llena de una conexión emocional, y Trunks siente una sensación extraña, como si estuviera permitiendo que alguien se acercara a su corazón.

De repente, se escucha el sonido de pasos acercándose. Saori emerge del interior de la mansión, una sonrisa en su rostro.

-Disculpen, ¿no interrumpo algo?

-N-no, Saori. So- solo estábamos hablando. -tartamudeó la hermana de Seiya, con la mirada aún fija en Trunks.

Trunks se pone de pie y observa a Saori quien parece mucho más tranquila que la última vez

-Deberíamos entrar.- dice la diosa con voz suave - La cena está lista.

La luz cálida del comedor los envuelve al entrar. Los caballeros de bronce y Kiki ya están sentados, esperándolos. La mirada de Jabu se cruza con la de Trunks, y por un momento, parece que lo evalúa de manera hostil, al menos hasta que Saori toma su lugar en la mesa.

La cena transcurre en un ambiente cordial, con conversaciones ligeras sobre la vida en la mansión y anécdotas en ella. Trunks se mantiene callado, pero atento a la charla. Seika participa en la conversación, pero de vez en cuando, sus ojos se desvían hacia Trunks.

Después de la cena, el grupo se despide y cada uno se retira a su habitación.

Al cerrar la puerta detrás de sí, Seika se deja caer en la cama, sumida en pensamientos contradictorios. Trunks la confunde. Su seriedad y reserva la intrigan, pero también la atraen.

"¿Por qué me siento así?", se pregunta Seika, mirando el techo, recordando el tono azul en la mirada profunda del Saiyajin.

En la habitación contigua, Trunks se queda de pie frente a la ventana, mirando la luna llena. Su mente también está llena de preguntas con respecto a Saori y lo ocurrido esa tarde.

Después de un rato, finalmente se aparta de la ventana y se dirige a la cama, su mente aún esta llena de preguntas sin respuestas. Se acuesta y cierra los ojos, dejando que el cansancio lo envuelva.

La noche cae sobre la mansión, y sus ocupantes se sumen en un sueño lleno de secretos y emociones pendientes.

Continuará...


CONTESTANDO REVIEWS

Maximum Rhapsody:

Muchas gracias por comentar y seguir está historia.

Tienes mucha razón, Trunks no sabía que Gokú seguía con vida, gracias por hacerme ver ese detalle y el de la libreta también, ambos los corregiré eventualmente.

Con respecto a Mai, son muy buenas ideas las que me diste y veré la forma en la que pueda implementarlas, pero esto será mucho más adelante. Trunks debe ir al pasado para encontrarse con Gokú y su padre, y continuar las cosas tal cual en la historia original, para que su linea sea destruida por zeno Sama. A partir de eso es que comenzaré a trabajar con este crossover.

Espero que esté capítulo sea de tu agrado y te agradezco de corazón que me corrijas en pequeños detalles que dejo pasar.

P.D: me estoy basando en el anime de DBS