Disclaimer:

Algunos de los personajes aquí mencionados y derechos sobre los mismos pertenecen Naoko Takeuchi y hacen parte de su obra Sailor moon.

Quisiera estar contigo.

Capítulo 1

Christopher Ackerman, un hombre que pertenecía a la clase trabajadora, era más que distinguido por su habilidad para obtener los recursos necesarios para que su familia viviera con cierta tranquilidad. Christopher parecía una persona de mente abierta, al menos para aquella época pues no lo pensaría mucho a la hora de contraer nupcias con Mitsuki Tenou, una hermosa mujer asiática de gran carácter e inteligencia con quien tendría a sus dos hijos. Darien, su primogénito, de cabello lacio oscuro con lo que parecían destellos de índigo profundo y ojos de un llamativo tono celeste. Y desde luego la pequeña Haruka, una encantadora niña cuatro años más joven que su hermano, aunque mucho más parecida a su padre en cuanto a su herencia caucásica y de quien resaltaban una excepcional melena rubia y un bellísimo color esmeralda en sus ojos. Al parecer una familia armoniosa y en la que los hermanos más que unidos, eran cómplices.

El tiempo parecía transcurrir con rapidez, para cuando Darién comenzó sus clases en la escuela de leyes, Europa se encontraba en pleno conflicto armado. Los Ackerman no eran una familia adinerada o prestigiosa, pero Christopher gozaba del aprecio y amistad de personas que si lo eran. Gracias a ello, logró que su hijo evadiera el reclutamiento obligatorio y obtuviera una beca de estudios, oportunidad que también se le daría a Haruka en su momento. Sin embargo, a tan solo algunos meces de finalizar aquella así llamada primera guerra mundial, el muchacho de tan solo 18 años sintió que era su deber convertirse en un soldado más enlistándose para ir a pelear por su país.

Haruka gozaba de una desbordante personalidad, fuerza y enorme voluntad, lo que bien le valdría ganarse el mismo derecho que su hermano de ir a una institución universitaria y realizar su sueño de convertirse en escritora. Tenía claro lo que era su bien definida naturaleza y nunca oculto su gusto por las jovencitas, eso fue algo a lo que la familia Ackerman tuvo que acostumbrarse, a pesar de los prejuicios de aquel entonces. Ellos creían que había cosas mucho peores en el mundo por las cuales preocuparse, que la orientación sexual de su hija. Darién en especial, tuvo mucho que ver en que sus padres la aceptasen y cambiaran su forma de pensar al respecto.

Debido a que acostumbraba vestir como cualquier muchacho propio de esos días, la joven decidió cambiar su primer apellido por el de su madre, hasta cierto punto en caso de que se supiera que en realidad era mujer no le relacionarían fácilmente con su familia y estarían a salvo del prejuicio social, además le parecía que (Tenou) sería un buen seudónimo para escribir y le iba mejor a su nombre de origen oriental, la verdad a su padre no le pareció mala idea, después de todo la responsabilidad de perpetuar el apellido Ackerman recaía completamente sobre su hijo mayor.

Al término de la guerra Darien regresaría a casa, dos años más tarde se graduaría como uno de los mejores de su clase e inmediatamente paso a ser parte de un reconocido emporio jurídico convirtiéndose en uno de sus abogados más destacados para luego convirtiese en socio del mismo. Por aquella misma época y con solo 24, años se casaría con Michiru Kaioh una joven de 23 años quien llevaba una relación desde hacía ya algún tiempo.

Para la familia Ackerman el matrimonio del mayor de sus hijos era motivo de alegría, no obstante, la realidad es que Darien se habría casado por motivos diferentes a lo que pudiera sentir realmente por su ahora esposa. No lo pensaba mucho cuando aparecía alguna mujer que llamara su atención y un simple cariño no es suficiente para que alguien que ha perdido la fe en todo, crea que vale la pena reprimir sus deseos más bajos por alguien a quien simplemente no amaba en realidad.

Consiente de los constantes devaneos de su marido, Michiru ciertamente se hallaría decepcionada, pensaba que tal vez tenía expectativas demasiado altas acerca del matrimonio. Lo cierto es que Darién no solo era distante, a él poco le importaba si a ella la lastimaban o no sus amoríos y aunque Michiru pensó en divorciarse, su hija de algunos meses de nacida era motivo suficiente para querer salvar su matrimonio, al menos lo creería en un principio ya que más tarde se daría cuenta de que era inútil y se concentró en la crianza de su pequeña la cual estaba creciendo llena de amor no solo por parte de ella sino también de su progenitor, quien por fortuna resultaría ser y por mucho, mejor padre que esposo.

De esto se percatarían los Ackerman o al menos tenían la sensación que el matrimonio no era perfecto, empezaron a notar cambios en la pareja, en especial Haruka que siempre estaba al tanto de los pasos de su hermano el cual confiaba ciegamente en ella, aún más que en sus padres. Aquella confianza le bridaría la libertad a la rubia de tocar el tema con su hermano sin ningún tapujo, ya que no le parecía justo para su cuñada a quien le tenía un gran aprecio.

—… ¿Qué tal la otra noche? — Pregunto la joven sabiendo de las ultimas andanzas de su hermano.

— Supongo que no ha estado mal. — Darién, respondería con una suave y descarada sonrisa sabiendo a que hacía ella referencia. — La próxima deberías venir conmigo.

— Gracias, pero cada vez mi cuesta más hacerlo.

— ¿Es cierto eso? La última vez me pareció que lo has pasado de maravilla.

— ¡No soy yo quien tiene una familia esperándome en casa! ¿Cómo puedes hacerle eso a Michiru?

— Ahora no estoy de humor para tus tontas lecciones de moralidad Haruka. ¿De cuándo a acá estas tan del lado de Michiru?

— No estoy del lado de nadie, más que de lo que es correcto.

— ¿Tú vienes a enseñarme lo que es correcto o no? Cuando el mundo entero señala tu naturaleza como una inaceptable aberración. Una prueba de todo lo que está "mal" en el mundo. Puffs, Por favor ¿Que sabes tú de lo que está mal o no?

— Di lo que te plazca, sabes que lo que haces está mal. No solo eres egoísta sino un tonto, divórciate si tanto te gustan esas aventuras, estarás más cómodo si no tienes nada que perder y puedes seguir viendo a Hotaru cuando quieras.

— Te equivocas, me agrada así y no pienso a separarme de mi hija.

— ¿Ya ti te parece bien engañar así a tu esposa?

— No pienso divorciarme para que otro venga a poner las manos sobre lo que es mío. Michiru me pertenece y en tanto no sepa nada de mis asuntos seguirá siendo feliz y así se quedará. — Haruka hasta cierto punto entendía a su hermano, si no amaba a su esposa ¿cómo serle fiel? Además, había que pensar en el bienestar de la pequeña Hotaru, ver como su familia se desintegraba de la noche a la mañana no es algo por lo que un niño tan pequeño debiera pasar mucho menos entendería el por qué tendría que separase de uno de sus padres o escoger entre uno de ellos cuando parecía amarlos tanto al uno como al otro.

Probablemente aquella era justa la razón por la que ella misma era incapaz de sentar cabaza o de siquiera mantener una relación por mucho tiempo y suponía que para Darién era de igual forma, en cuyo caso entonces, en principio no debió haberse casado.

Con frecuencia Haruka se preguntaba si en verdad Michiru, estaba al margen de las andanzas de su marido pues de estar enterada aquella sería una muy buena explicación para entender el a veces extraño comportamiento entre ellos cuando se les veía juntos.

A menudo, Darien invitaba a su hermana a lo que él llamaba distraerse, que no era otra cosa más que asistir a bares para o fiestas para así conocer mujeres. Los hermanos Akerman siempre fuero más que unidos de manera Haruka rara vez se negaba a acompañarlo a pesar de no estar de acuerdo con su comportamiento pues al final de cuentas ella no estaba en posición de inmiscuirse en como él llevaba su vida familiar. Aun así, esto no impedía a Haruka expresar de vez en cuando su desacuerdo con aquella situación.

— Lo siento, no creo estar de humor para acompañarte. — Repuso Haruka, tentada a aceptar una de las acostumbradas invitaciones de su hermano.

— ¿Dese cuando?

— Desde que tengo pareja.

— Creí que tu relación con Rei había terminado.

— Es cierto; se trata de alguien más.

—¿Te das cuenta? Tú y yo no somos tan diferentes cambias de novia como yo de…

—¿Amante?

— Qué palabra tan fea, mmm digamos amiga con privilegios.

— Con la pequeña diferencia que yo no ando con varias al tiempo, no tengo hijos, no estoy casada y no tengo siquiera encuentros casuales con ninguna disque amiga mientras mantenga alguna relación. Me temo que no somos tan iguales como pretendes creer.

— No te engañes, tus relaciones en pocas ocasiones duran más de… quizás ¿cuatro, cinco meses? Rei es un buen ejemplo de ello, no ha estado contigo más dos o tres meses y ya la has hecho a un lado por otra. Acéptalo hermanita te aburre estar demasiado tiempo con la misma persona. Al menos yo tengo una familia y vivo como me plazca.

— "Te felicito entonces" … Como sea, hoy no pienso acompañarte. Tengo mejores cosas que hacer.

— "Huy, pero que mujer tan seria"

— Se llama conciencia, dudo mucho que tu sepas lo que es tener una. La verdad no entiendo cómo es que Michiru tolera que no la tomes en cuenta ni para llevarla a cenar. Si fuera cualquier otra ya te habría mandado al diablo.

— Te preocupas demasiado, te aseguro que ella está bien.

— Me sorprendería que fuese cierto.

— Hag por favor ya basta. ¡¿Sabes qué?! ¡Acabas de liquidar mis planes! Y ya que tanto te preocupa ella ¡Qué te parece si nos acompañas a cenar a un buen lugar esta misma noche!

— Creo que yo salgo sobrando, mejor dale una cena romántica has algo lindo por ella.

— No me siento muy romántico y eso es gracias a ti. Yo quería otra cosa, solo invita a tu nueva conquista y acompáñanos. En verdad muero por conocerla y a Michiru seguro le encantara, después de todo dice que estás demente, cosa que parece divertirle bastante. Anda no te hagas del rogar, seguro ella lo pasará mejor si vienes.

— Haruka finalmente accedería, después de todo llevaba un tiempo sin ver a su cuñada y estaba de acuerdo con Darien en que merecía cuando menos una noche de diversión fuera de casa.

La velada parecía transcurrir a gusto y con normalidad, la rubia sabía bien como hacer que Michiru riera con sus ocurrencias, incluso Michiru llego a satirizar a la rubia por su acompañante aprovechando que, la bella jovencita que a Haruka acompañaba, se habría retirado un momento para hablar con alguien por teléfono.

— Te felicito Ruka, tu novia es muy bonita, pero esta vez te sugiero andar con más cuidado, las relaciones con menores de edad son un problema. Sus padres pueden encerrarte si se enteran.

— Jaa,ja,ja, pareces muy ocurrente esta noche cuñadita. Lamento decepcionarte, para tu información Ami no es más que una a miga y de hecho asiste a la universidad.

— Tal vez, pero cualquiera diría que apenas si asiste a la preparatoria — Darien sonreiría asiéndose cómplice del comentario de su esposa.

— Vaya sorpresa, los dos se creen más que chistositos. Mejor háganme un favor y mejor se callan antes de que Ami los oiga.

— Haruka sabemos bien a lo que tu acostumbras llamar "amistad" deberías saber que ella es demasiado joven para ti. Por favor ya madura.

— Ese es asunto mío cuñadita y en tanto a mí me siga pareciendo realmente encantadora, la opinión de otros simplemente me resbala. Eso es realmente lo que cuenta.

— Solo espero que no tengas problemas cada vez que la invites a un bar o lugares para adultos.

— Michiru, basta, no es gracioso.

— Talvez no para ti, pero yo creo que mi esposa tiene razón hermanita.

— ¿Me quieren dejar en paz?

— Ha vamos, no es para tanto no hay razón para enfadarse. — en lo que Darien termina la frase Ami regresa a su lugar junto a la rubia.

— … Pasa algo cariño — Michiru y Darien soltarían un inconfundible sonido que sin duda sería una especie de risa ahogada.

— Para nada lida. Solo comenzaba a creer que tardabas demasiado al teléfono ¿con quién hablabas?

— Con papá, quería saber cuándo regresaría a casa, le preocupa que salga tan tarde en la noche. Tuve que explicarle que estaba contigo y tu familia y que me llevarías a casa. — Darien y Michiru no pudieron contener la risa.

— … ¿He dicho algo gracioso?

— Claro que no, es que justo ahora Haruka nos comentaba algo embarazoso que le sucedió.

—¿En serio? Amor cuéntame, también yo quiero escuchar.

— No cariño, es algo vergonzoso en verdad no quieres escucharlo y no quiero repetirlo, solo es algo tonto que paso con mi trabajo, no es tan gracioso como ellos piensan y Michiru exagero un poco las cosas.

— ¿Eres de esas cuñadas perversas Michiru?

— Al parecer lo soy. En mi opinión más bien creo que Haruka es algo delicada en su ego… — La doble cita continuaría poco después en un conocido y costoso bar de la ciudad, animada por una incomparable selección de alegre música y desde luego licor. Michiru aprovecharía la ocasión para agradecer a Haruka por la velada en el momento en que cambiaron de pareja en medio de la pista de baile.

— … No es a mí a quien debes agradecer sino a tu esposo, es a él a quien se le ha ocurrido una doble cita, de hecho, estuve a punto de no venir por falta de dinero de no ser porque él se ofreció a pagar toda la cuenta.

— Es realmente tierna la forma en que te preocupas por Darien, siempre estas dispuesta a decir cualquier cosa con tal de el que él se vea bien.

— No es algo que este inventado, creo que le das muy poco crédito a tu esposo.

— Lo siento, no quise insinuar que estuvieras mintiendo, es solo que últimamente él no es el tipo de persona al que se le ocurran estas cosas.

— ¿Tan mal están las cosas entre ustedes? — Michiru desviaría un poco la mirada.

— No es eso, por favor no me malinterpretes, es solo que él trabaja demasiado así que no le queda tiempo para estas cosas y ya que estas aquí supuse que habría sido idea tuya.

— Lamento decepcionarte, pero todo fue iniciativa suya, dijo que quería que tuvieras un buen rato justamente por lo que dijiste antes… aunque admito que en parte creo que tenía algo de curiosidad por conocer a Ami.

— Entonces supongo que tu nueva amiga ha llegado en un muy buen momento —. La expresión de Michiru daba a entender que no creía mucho lo que escuchaba.

—… Michiru ¿En verdad eres feliz?

— ¡Pero qué pregunta! ¡Desde luego que lo soy tu hermano es un gran hombre!

— Eso no quiere decir que te haga feliz.

— Debería darte vergüenza dudar así de tu propio hermano, además esas cosas no te corresponden.

— Lo sé, discúlpame, es que a veces creo que es cierto que no te dedica mucho tiempo.

— No es tu culpa… supongo que tienes razón, últimamente me siento un poco alejada de él y por eso digo cosas como las de hace un momento. Es solo que creo que Darien viaja demasiado, pero entiendo que es por nuestro bien y nuestra estabilidad futura y olvido lo importante que es para él su vida profesional. No es el tipo de persona a la que le guste mantenerse ociosa por mucho tiempo.

— … Se a lo que te refieres, solo necesitas esperar un poco más; veras que en algún momento se dará cuenta que debe dedicar más tiempo a su familia, la afición por los negocios y los tribunales tendrá que reducirse. — Michiru no tenía idea de cuanto costaban a Haruka decir aquellas palabras cuando era completamente consiente de que muchos de los viajes de los que Michiru hablaba, eran en realidad excusas de Darien para ir de escapada con alguna de sus amantes de turno.

Habiendo dicho aquello, la rubia no sentiría deseo alguno de seguir abogando por su sinvergüenza hermano, cambiando sutil y convenientemente el tema para después regresar a la mesa junto a él y Ami.

— Pasada aquella velada, la pequeña fibra de suspicacia innata de Haruka se vio sacudida por la sospecha. Estuvo pesando en esa última conversación con su cuñada en la que de nuevo se dio cuenta de que las cosas no iban tan bien en el matrimonio de su hermano por más que Michiru se esmeró por convencerla de lo contrario.

La rubia comenzaría a observar aún más detenidamente el comportamiento de la pareja, tal vez Michiru si estaba enterada de las infidelidades de su esposo, pero fingía no saberlo, él por su parte no la trataba tan bien como parecía y eso estaría desbaratando el matrimonio, aunque de ser así ¿por qué preferían vivir de ese modo? O tal vez solo uno de ellos se empeñaba en que siguieran juntos por alguna egoísta razón. La rubia sabía que no era correcto inmiscuirse, pero siempre ha tenido el "defecto" de querer ayudar a los demás, aunque no se lo pidiesen; y de haber algo malo entre ellos haría lo que hubiera a su alcance para mejorar las cosas.

Deseaba hacerlo no solo por su hermano convencida de que su comportamiento toxico a la larga le afectaría a si mismo haciendo de él un ser mezquino e infeliz, sino en gran medida por Michiru a quien en verdad le guardaba un enorme aprecio y ciertamente no merecía vivir de forma tan denigrante soportando aquella situación.

Para desconcierto suyo, la rubia se daría cuenta de que sus suposiciones podría tener algo de validez, al observar con más detenimiento se haría más evidente que el trato de Darien para con su esposa no se limitaba a humillarla a sus espaldas, sino que sus interacciones con ella era poco menos que degradantes y tendían a un insano comportamiento controlador. La mujer por su parte, contrario a lo que afirmaba, parecía disfrutar de las largas ausencias de su esposo o simplemente se mostraba mucho más relajada cuando él simplemente no se hallaba cerca.

A su vez y sin proponérselo, Michiru habría notado la actitud vigilante de su cuñada y esto provocaría que se alejara gradualmente de ella. El notorio cambio daría a entender a Haruka que quizás lo mejor era no inmiscuirse más en el matrimonio de su hermano.

Por un tiempo, daría a la aquamarina su espacio, pero el hábito de querer cuidar de ella y la absurda necesidad de estar cerca suyo obligarían a Haruka a tocar el tema de forma directa tomando a Michiru casi por sorpresa… o casi, pues ya Michiru se temía que la rubia pudiera hacer algo como eso. La conversación sin tapujos, llevaría a la bella señora Ackerman, visiblemente contrariada, molesta se podría decir, a llenar un vaso con vodka, el cual bebería casi por completo de un solo trago.

—… No tienes que soportar esto sola Michiru, sabes que puedes confiar en mí.

— Haruka, me agradas en verdad y no hay razón para no llevarnos bien, pero no tengo idea de donde sacas todo esto y aunque así fuera se trata de mi vida privada y te prohíbo inmiscuirte en ella, por más que te considere mi amiga y que Darien sea tu hermano no tienes ningún derecho a opinar acerca de nuestro matrimonio, te lo he dicho antes, y me ofenden tus dudas acerca de mis motivos para estar con él.

— La rubia terminaría por sentirse incomoda, sabía que era de esperarse la reacción de Michiru y lo peor estaba por venir cuando sin mucho tacto pregunto si de verdad amaba a Darien.

— ¿Es en serio? — Repondría Michiru alzando la voz ¿Qué tienes en la cabeza Haruka? ¿Acaso no entiendes o no escuchas lo que te digo? ¡Ya déjame en paz te estas extralimitando!

— No lo tomes a mal por favor, lo último que quiero es ofenderte, no tienes que responder si no quieres. Pero tu reacción me da a entender que no estoy tan equivocada después todo.

— ¿Por qué mejor no vamos con él y le hacemos la misma pregunta? Seguro sabes bien en dónde ha de estar ahora mismo. La verdad no me sorprende que lo hayas encubierto.

— No te entiendo — Michiru guardo silencio como si lo anteriormente dicho se le hubiera escapado sin querer, de modo que intentaría de encausar la discusión de nuevo a la intromisión de la rubia

— Bien que lo sabes… dime ¿A qué viene todo esto? — la rubia se quedaría sin que decir, deseaba que la tierra se abriera bajos sus pies tragándola por completo, Michiru no solo parecía estar enterada de las infidelidades de su esposo, obviamente también parecía saber acerca de que la rubia también estaba al tanto de ello convirtiéndose no solo en cómplice de su hermano sino quedado como una monumental hipócrita. Sin embargo, ya era tarde para retroceder, negar o andarse con rodeos era perder el tiempo, había puesto el dedo en la llaga y no podía hacer otra cosa más que seguir adelante.

— ¿Porque no le das el divorcio? hable con él y dice que no quieres separarte, estoy convencida de que eres una mujer inteligente sabes que él no cambiará, deja de aferrarte a alguien que no te ama, por más que tú lo quieras es obvio que no es suficiente para que sean felices.

— ¿Quién demonios crees que eres para venir a decir algo como eso? eres igual a él, por eso no te comprometes con nadie, te pones en su posición y piensas que estaría mejor solo.

— En eso estas más que equivocada, aunque no lo creas lo digo más por ti que por él, es mejor estar sola a que permanezcas atada a alguien con quien ya no eres es feliz… a excepción de Hotaru no encuentro una buena razón para ello.

— Lo diré solo una vez más y no pienso lo repetirlo Haruka Tenou, guárdate tus concejos y tus buenas intenciones, no te permito que te metas en mis cosas, y me importa muy poco que seas la hermana de Darien. Hasta ahora hemos tenido una relación amable, incluso lo has tachado de amistad, pero si insistes en meter tus narices en algo que no te corresponde te aseguro que eso cambiará — tras aquel ultimátum Michiru, daría un giro sobre sí misma y saldría de su despacho dando un fuerte azote a la puesta sin dar siquiera la oportunidad a Haruka disculpase por su falta de tacto.

En efecto Darien se habría marchado a un supuesto viaje de trabajo y tardaría unos días en volver a casa, sin saber que a su regreso le aguardaba una exasperante discusión con su esposa.

— … No te basta con humillarme ahora tu hermana también se entera de mi vida contigo.

—¿De qué demonios hablas?

— Quiso convencerme de que te diera el divorcio.

— ¡Por qué habría ella de decirte semejante cosa! ¿Qué diablos le has dicho?

— Nada, no sé de dónde ha sacado el atrevimiento para hacerlo.

— Mas vale que no te hayas atrevido a abrir la boca de más.

— No te preocupes no tiene idea de que eres tú el que no quiere dejarme ir, aunque estuve muy tentada a decírselo.

— Si sabes lo que te conviene Michiru, será mejor que encuentres la manera de corregir esto. Mi familia no debe enterarse de nada que no necesite saber. — Darien se alzaba sobre la delicada humanidad de Michiru amenazando con descargar su furia a la más mínima provocación.

— Entonces comienza tú por controlar a tu hermana, dile que deje de meter sus narices donde no debe, aunque la verdad no sé por qué te preocupa que sepan la clase de ser despreciable que eres, en especial a ella. Después de todo no parece escandalizarse porque paces días lejos de tu hija revolcándote con tu nueva amiga.

— ¿Qué te hace pensar que estuve con la misma? Ya deberías saber que cualquiera es mejor mujer de lo que tú jamás pudieras llegar a ser. De lo único que me sirves es para mostrar esa carita sonriendo a mi lado para los demás.

— El tipo lucia su ya típica expresión de cinismo, solo que esta vez, aquello, provocaría una inusual reacción en su esposa resultando en una enérgica bofetada por parte de ella.

Darien no era precisamente el caballero que aparentaba ser cuando se enfadaba. Cruelmente, la arrastraría del brazo azotándola contra la pared, fijando sus ojos en los de ella con temible furia, y aunque esto no duraría más que unos segundos, fue más que suficiente para recordarle su lugar a ella y dar por terminada la discusión. Michiru quedaría tan invadida por el miedo que no pudo más que desplomarse allí sollozando, consciente de que podía haber sido mucho peor que solo eso.

Darien contacto a su hermana para pedirle que no volviera a tocar el aquel tema con su esposa.

— … En verdad lo siento hermano no quise ser imprudente, mucho menos quise causarte algún inconveniente. Si me lo permites me gustaría disculparme con ella también, arreglar un poco lo que mi impertinencia haya provocado.

— Desde luego, solo dale unos días más, conociendo a Michiru como la conozco, te sacará a patadas si te ve de vuelta muy pronto. — Haruka respetaba a su hermano, pero eso no quería decir que hiciera todo lo que él decía y le urgía disculparse, así que iría a ver a la aquamarina de una buena vez.

— Regresa por donde viniste no te quiero en mi casa, ya has hecho suficiente.

— Lo sé, pero necesito que pedir tu perdón, por mi culpa tuviste problemas con Darien y me siento mal por ello.

— ¿Has hablado con él?

— Sí, y me pidió lo mismo que tú, no debí tomarme atribuciones que no me correspondían.

— ¿Parecía molesto?

— No… No realmente, al parecer no le dijiste del todo los detalles de nuestra conversación.

— Haruka es mejor que mantengamos nuestra distancia. Te lo suplico no te acerque a mí de nuevo.

— Merezco eso, Darien me lo advirtió, dijo que estabas molesta y estas en todo tu derecho, sé que estuvo mal lo que hice, por eso te pido por favor que me disculpes. Odiaría que nuestra amistad se mal lograse por esto.

— Tu hermano te aprecia mucho y no quiero que tengan roces por mi culpa. No tengo nada encontrar tuya de modo que puedes estar tranquila, pero por obvias razones, sabes que ya no podemos llevarnos como antes.

— Lo que paso no fue tu culpa. Se que no debo molestarte con lo mismo de nuevo, pero no hay razón para dejar de llevarnos bien eso me haría sentir muy mal.

— Lo lamento por ti, pero ya no puedo verte como antes, simplemente las cosas han cambiado sin remedio.

— … Entiendo… te dejare en paz si con eso puedes sentirte más tranquila. Si cambias de opinión o necesitas algo, lo que sea, no dudes en decírmelo, puedes buscarme cuando lo desees. — Michiru realmente no estaba molesta con la rubia, en verdad la apreciaba, pero no quería arriesgarse a decirle algo debido a la confianza que le tenía pues era cierto que estuvo a punto de decirle la verdad acerca de su hermano. Su supuesta molestia no fue más que una cortina de humo para evadirla.

Excepto por la relación entre Michiru y su cuñada. Las cosas en el martirio Akerman Kaioh no cambiarían en absoluto, a los ojos del mundo continuaban siendo el perfecto ejemplo de un matrimonio próspero y feliz. Haruka parecía ser la única que en realidad se cuestionaba como era posible que se llevaran tan unidamente bien cuando ella sabía a la perfección que no todo entre ellos era color de rosa.

A pesar de ello, se había convencido de que nunca más debía entrometerse en el matrimonio de su hermano. Y por más que extrañarse su amistad con la aquamarina se obligaría a no pesar de más en cuanto a Michiru refería, mantenido su mente ocupada en su trabajo y pasando mucho más tiempo con Ami, después de todo; era cierto que le gustaba y debía aprovechar al máximo su compañía pues pronto la hermosa jovencita dejaría el país.

Cap 1 —

Feliz saludo.

Si te ha interesado y deseas que la historia sea actualizada por favor deja tu reseña me gustaría saber tu opinión, también esto me animaría a desarrollar otros proyectos.

Gracias.