LOS PERSONAJES DE RANMA NO ME PERTENECEN, ESTOS SON OBRA Y CREACIÓN DE RUMIKO TAKAHASHI
RANMA
Una noche más sin poder conciliar el sueño, una noche más...
De nuevo me encuentro en el techo, prácticamente durante los últimos dos meses me la paso más tiempo aquí que en mi propia habitación, las pesadillas cada día son peores, quisiera poder decirle a alguien que es lo que me ocurre, pero de solo pensar en decir en voz alta que es lo que me provocan y el efecto que podrían tener sobre los demás me da más miedo que nada. Un artista marcial nunca debe demostrar miedo, el problema es que en este momento ese es el único sentimiento que ocupa la mayor parte de mi cuerpo.
Había encontrado un remedio poco convencional para alejar los malos sueños, claro que si alguien se llegase a enterar me acusarían de ser un pervertido. Me di cuenta casi al instante de que la sola presencia de Akane lograba tranquilizarme lo suficiente como para no padecer de insomnio. Para mi era demasiado sencillo entrar por la noche a su habitación y verla solo por unos minutos, de esa manera me aseguraba de que se encontrara bien y por otra me ayuda a dormir mejor.
Solo que esa noche no pude entrar a verla y todo por mi maldita boca. En la cena la había insultado, una vez más, pero por primera vez Akane no me respondió como solía hacer, estaba esperando que me gritara o que me golpeara con ese maldito mazo que sacaba de quien sabe donde, pero ... ella simplemente se quedó callada, agacho la mirada y se retiró a su habitación. Al darme cuenta de mi error intento disculparme, corro detrás de ella, pero me cierra la puerta en la cara. Más tarde intento entrar para hablar con ella, para mi sorpresa por primera vez en días la puerta estaba cerrada con llave, al igual que la ventana; por eso mismo me encontraba tumbado en el techo sobre el cuarto de mi prometida.
-¡Maldita sea!- exclamo con frustración por millonésima vez- ¿Por que no puedo simplemente decirle lo que siento?
Estaba harto de no poder dormir, de ser perseguido por sus supuestas prometidas, de los pretendientes de Akane, de los cientos de intentos de querer casarlos, la boda fallida, de los hechizos y maldiciones, viejos libidinosos, pero sobre todo, estaba harto de no poder repetir lo que había dicho en Jusenkyo. Había muchas veces en las que estaba tentado en tomar mis cosas e irme lejos de toda esta locura, seguir viajando para perfeccionar mis técnicas, volverme realmente el mejor artista marcial de todo el mundo... pero ahora, simplemente no me podía alejar, no podía dejar atrás a mi marimacho.
También pensaba en cuánto habían cambiado las cosas y mi vida desde que mamá apareció, aunque al principio fue difícil que aceptará mi maldición con el tiempo lo logró, aunque sabía que le molestaba en exceso el trío de licas que me perseguían. Cuando descubrió el compromiso con Ukyo, juro que vi como desenvainaba su katana para atacar al viejo, sobre todo cuando se enteró de que me había comprometido por un carrito de Okonomiyakis, de Shampoo mejor no hablemos, de nueva cuenta me vi inmerso en otro compromiso por culpa de la comida. Pero lo que realmente había provocado el enojo de mamá fue lo que pasó hace unos meses, ella contaba con una pequeña vivienda en Nerima, donde se había mudado junto a papá y donde yo iba cada fin de semana, pero tras una batalla campal de las locas autoproclamadas prometidas esta quedo en ruinas y en este momento aún se encontraba en reparación. Esa pequeña batalla, dejo ver a mamá que ninguna de esas tres mujeres, que decían amarme más que nadie, era la indicada para mí y así me lo hizo saber. Gracias a lo que hicieron, mis padres no tuvieron más remedio que aceptar la oferta del tío Soun y volvieron al dojo, pero tras la boda fallida, mamá habló con el tío para hacerle una oferta que sabia de antemano, no rechazaría.
Cada día las soportaba menos, al igual que todos, pidió que se les prohibiera a Ukyo, Shampoo y Kodachi acercarse de nuevo a la residencia de los Tendo y si alguna de ellas se atrevía a desafiarla, y ocasionaban cualquier tipo de daño tendrían que pagarlo, esto iba desde romper los palillos hasta la destrucción de cualquier parte de la casa... y esto mismo aplicaba para el viejo Hapossai y para los pretendientes de Akane, P-chan incluido, esto a petición mía, esta vez no estaba dispuesto a dejar que ese cerdo se acercara. Dicho esto, la casona se convirtió de pronto en el único lugar de todo Nerima, en donde se podía respirar un ambiente de paz.
Después de un par de horas acostado aquí, decido regresar a mi habitación, el frio de la noche empieza a calar en los huesos, pero de repente siento que el aura de Akane cambia como si estuviera agitada "¿Acaso también tiene pesadillas?" pienso por un momento. Regreso sobre mis pasos y bajo hasta la ventana, comienzo a moverla hasta que logró abrirla sin hacer ruido. Antes de entrar, me asomó para asegurarme de no haberla despertado y así evitar el posible golpe que recibiría, pero eso no paso. Así que sin dudarlo un segundo más, entro, me apoyo en el escritorio y me acercó hasta la cama.
Akane se encontraba agitada y moviendo intensamente las piernas como si estuviera corriendo, las sábanas las tenia enredadas, su frente estaba perlada de sudor, al igual que su torso, por lo que podía ver, su respiración entrecortada y el ceño fruncido. Me acercó despacio y me arrodillo mientras le acariciaba el pelo.
-Tranquila Kane- digo en un susurro- todo está bien.
-No... Ranma... cuidado...- gemía en sueños.
-Kane... estoy bien...-dije en respuesta con un enorme nudo en la garganta- ya estamos a salvo.
Lentamente comenzó a tranquilizarse al igual que su respiración, incluso su rostro se relajo aun más dando paso a una leve sonrisa, por mi parte seguía acariciando su cabello, que estaba un poco más largo que de costumbre, lentamente mi mano bajo hasta si cara y con apenas el dorso del dedo indice, acaricie su mejilla, esperando que solo ese simple gesto transmitiera, aunque fuera solo un poco, todo el amor que sentía por ella. Me quedó ahí durante varios minutos, pensando en que no sabía cuando me había enamorado por completo de esta chica, de lo único que estaba seguro era que no quería estar lejos de ella. Quería protegerla de cualquier cosa, incluso de sus sueños..."¿Que estabas soñando?" era en todo lo que pensaba "¿Acaso sus pesadillas serian comparadas a las de él? ¿Que tan seguido estaba él en sus sueños?"
Después de lo que parecieron minutos, decido regresar a mi habitación, con mucho cuidado tomo las sábanas y la tapo de nuevo, y antes de alejarme le doy un suave beso en la frente.
-Discúlpame por ser tan tonto, nunca he pensado que sea verdad algo de lo que te digo- digo mientras la veía una última vez- realmente creo que eres la mujer más increíble del mundo.
De nuevo en el techo, me doy cuenta de que estaba amaneciendo, el cielo comienza a cambiar poco a poco de color es ahí, que se que me pase toda la noche velando el sueño de Akane.
Esa había sido otra noche sin poder dormir, pero esta vez había valido la pena, la ansiedad que había experimentado se había ido, aunque en su lugar se había instalado una nueva emoción: la incertidumbre, sobre todo por no poder proteger de sus pesadillas a la mujer que amo.
Sin más regreso a mi habitación, entró por la ventana y me acuesto sobre su futón mientras veía el techo, lentamente comienzo a cerrar los ojos y me quedo dormido.
AKANE
Abro los ojos cuando siento que ha salido de mi habitación, sus palabras aún sonaban una y otra y otra vez. Se que esta vez no lo estoy soñando, pero no quiero hacerme ilusiones.
Se que las cosas no han ido bien, durante estos meses he intentado cambiar mi forma de actuar con él, he intentado ser más cariñosa, comprensiva, básicamente estar ahí para él, pero se que sigue molesto conmigo por lo que paso en Jusenkyo. Se que me arriesgue demasiado, se que mi vida estuvo en peligro y que al menos por un momento, morí. ¿Pero porque es tan difícil que entiendan que yo jamás dejaría que algo malo le pasará a Ranma?
Hay muchos días en lo que deseo que me diga que es lo que le pasa, se que tiene pesadillas pero se ha cerrado a hablar de ello y eso solo esta haciendo que con cada día que pasa se destruye más. Si no fuera tan malditamente terco.
Me levanto de la cama y salgo, la casa aún se encuentra sumida en un sueño profundo, pero eso no será por mucho, en cualquier momento Kasumi y la tía Nodoka se levantarán para comenzar a preparar el desayuno. Así que camino lo más rápido y silenciosamente por el pasillo hasta llegar a la nueva habitación de Ranma, este lugar había sido en algún momento un pequeño cuarto para pintar, pero al morir mamá quedo abandonado. Papá había decidido darle este espacio sobre todo para alejarlo de sus padres. Cuando le dieron esta noticia, lucia realmente feliz, era la primera vez que tendría un espacio solo para él, no había querido decorarlo mucho, solo tenía un pequeño escritorio bajo, una lámpara, un armario y una estantería con todos los mangas que tenía.
Abro un poco la puerta corrediza y veo que ya se encuentra en su futón, pero se nota que esta teniendo de nueva cuenta una pesadilla, comienza a agitarse y a revolverse de un lado a otro. Me acerco lentamente y me arrodillo a su lado lentamente llevo una de mis manos hasta su cabello y comienzo a acariciarlo, como se que hizo conmigo.
-¡AKANE!- comenzó a gritar en sueños- ¡POR FAVOR...!
-Estoy bien- le digo en un susurro en su oído- todo termino.
-¡AKANE! ¡ABRE LOS OJOS, POR FAVOR!- gruesas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos cerrados.
-Ranma, estoy bien- dije al momento de acunar su rostro con mis manos- Por favor, despierta.
En un acto desesperado, hago lo único que se me ocurre para poder tranquilizarlo, lentamente me acerque a él y uní nuestros labios en un casto beso de un par de segundos, me comienzo a alejar y se queda completamente tranquilo, aparece en su cara un leve rubor y una pequeña sonrisa. Observo lo relajado que esta ahora y tomo una de sus manos, aún después de varias semanas se podían ver algunas cicatrices que habían quedado cuando sus manos se congelaron.
Yo por mi parte se que estoy roja hasta la punta de los cabellos, siento como mi corazón late desbocado mientras llevo una de mis manos a mi pecho, "¿Que diablos había hecho?"
Cuando la impresión inicial pasa, me doy cuenta de que me acabo de comportar como Shampoo o Ukyo, acabo de hacer lo mismo que ellas, abuse de cierta manera de Ranma, lo besé sin su consentimiento. Me llevo las manos a la cara y salgo lo más rápido que puedo para regresar a mi habitación, cierro la puerta y me dejo caer en mi cama aún con el corazón acelerado y una sonrisa boba.
No sé cuanto tiempo ha pasado, pero escucho a lo lejos como mi hermana se despierta, espero pacientemente a que baje a la cocina para yo poder ir al baño, necesito pensar en que fue lo que hice, y sobre todo pensar en como me comportaría con él, realmente no creo que recuerde que fue lo que paso... pero yo sí.
Después de una hora, aparece Kasumi en la puerta de mi habitación con su característica sonrisa y mirada tierna, por un momento se sorprende de verme ya despierta y arreglándome.
-¡Akane!, ya estas despierta.
-Si, oneechan, creo que hoy estoy un poco ansiosa, habrá una prueba muy importante- miento de manera descarada para ocultar realmente el motivo de mi ansiedad.
-Entiendo, por favor no olvides despertar a Ranma- pidió con una amable sonrisa.
-Oneechan, ¿Porque tengo que hacerlo?- dijo haciendo un pequeño mohín- ¿Acaso no es capaz de levantarse él solo?
-Akane, no vamos a seguir discutiendo por lo mismo todos los días. Recuerda es tu prometido.
Y sin esperar replica alguna, salio de la habitación para continuar con sus actividades. Justo esto era lo que me temía, tener que enfrentarlo a solas, me siento sumamente frustrada, después de un año seguía sin entender por que tenía que hacer eso, lo había preguntado desde el primer día en que me habían dicho que esta sería mi responsabilidad. Así que después de un par de minutos salgo y voy directo hasta el cuarto de Ranma, antes de abrir la puerta tomo aire un par de veces para intentar tranquilizarme, en cuanto abro me sorprendo de verlo dando vueltas en su futón.
Me acerco hasta él, se encontraba sumamente agitado , se veía a leguas que estaba teniendo de nueva cuenta una pesadilla. me acerco e intento despertarlo, comienzo a pasar mi mano sobre su cabello, esperando que con eso se tranquilice, pero es no funciona.
-Ranma, despierta- comenzó a decir mientras lo sacudo un poco del hombro- solo es un sueño.
-No... ella es... ¡Akane!- decía en sueños, hasta que despertó de golpe.
-¿Estas bien?- pregunto dudosa.
-Si... solo estaba soñando- contestó mientras se secaba el sudor de la frente con el dorso de la mano- ¿Que haces aquí?
-Yo... ¿Estabas soñando... con Jusenkyo?- preguntó con cierta duda.
-Eso no te importa- contestó secamente.
-Tal vez... si hablas sobre...- insistí.
-No tengo nada de que hablar- contesta cada vez mas molesto- Ahora ¡Solo quiero que te vayas y me dejes en paz!
Ya no quise decirle nada más, me levanto, salgo corriendo y cierro la puerta antes de que las lagrimas salgan de mis ojos, no entiendo por que de la actitud de Ranma. Ya había notado que desde su regreso de China, las cosas habían ido cambiando, por un momento pensé que por fin nuestra relación comenzaría a cambiar y avanzaría, pero eso no fue así. Las cosas empeoraban cada día, el humor de mi prometido cada día era peor, se encontraba furioso,ansioso, irritado,no permitía que nadie se acercará a él y sobre todo notaba la falta de sueño y las pesadillas que lo aquejaban. Rápidamente me limpio las lagrimas que habían logrado escapar de mis ojos y bajo a desayunar.
Cuando el decidió bajar a desayunar, el ambiente estaba sumamente tensó, lo peor fue cuando tía Nodoka lo vio y se preocupo por su aspecto, él le aseguro que se encontraba bien y sin terminar de comer salió solo rumbo a la escuela. Todos quedamos sorprendidos por su actitud, nadie hablo por varios minutos, nadie podía creer que es lo que estaba pasando, sabían que el aspecto de Ranma se debía a las pesadillas, todos lo escuchaban por las noches mientras gritaba, sabían que subía al techo para tranquilizarse e incluso sabían que algunas noches entraba a mi habitación solo para asegurarse de que no estaba en peligro, todos queríamos ayudarlo, pero él no permitía que nadie se acercará.
-Akane...-comenzó a decir Kasumi en voz baja.
-Estaba teniendo una pesadilla cuando fui a despertarlo- comienzo a explicar en voz baja- creo que estaba soñando con Jusenkyo.
-¿De nuevo?-pregunto consternado papá.
-Si, papá- dijo mientras se levantaba- Será mejor que yo también me vaya.
Cuando llego a la escuela, esperaba poder hablar con Ranma, pero este no se encontraba ¿Como era posible, si él había salido antes? Quería preguntarles a sus amigos, Hiroshi y Daisuke, si sabían algo, pero después de pensarlo por un momento decido no hacerlo. Tenía que encontrar una solución para que Ranma pudiera confiar en alguien y se desahogara sobre lo que lo estaba poniendo tan mal, tenía que dejar ir ese miedo que sentía. Solo esperaba que aprovechará el día para poder descansar, yo me encargaría de cubrirlo con los profesores y con la familia.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que frente se encontraba Ukyo y que estaba hablando.
-Akane, ¿Donde esta Ran-chan?- demanda la castaña por quinta ocasión.
-¿Eh?- contesto confundida.
-Ran-chan, ¿Donde esta?- pregunta cada vez más desesperada- ¿Que le has hecho?
-No sé de que hablas, pero Ranma se encuentra enfermo- digo simplemente- tía Nodoka, no lo dejo venir a la escuela.
-¿Esta el dojo?- dijo con preocupación- Debo ir a verlo de inmediato.
-Solo recuerda llevar el dinero que le debes a mi familia- contesto con una sonrisa burlona- recuerda que no les va a permitir la entrada hasta que paguen todo lo que deben.
Ukyo se sorprendió ante la respuesta que le dí, veo que su rostro muestra una gran frustración por no saber donde estaba su "prometido" y luego una gran molestia por lo que le acababa de recordar: no podía pisar el Dojo Tendo hasta que no saldara su deuda por los destrozos ocasionados tras la boda fallida y la destrucción de la casa Saotome. Sin decir más se fue hasta su asiento con la barbilla levantada, para intentar mantener la dignidad que había perdido unos minutos atrás.
La verdad desde que Nodoka les había prohibido volver acercarse a casa, eso me había infundido un poco más de valor para poder hacerles frente al trío de lunáticas, sobre todo le permitía defenderse de las burlas que le ocasionaba el recuerdo de la boda fallida, además de que le pedía la tío Genma que me entrenará, se negaba a hacerlo, pero después de pensarlo un poco acepto. Aunque también era una decisión que había tomado después de lo ocurrido en Jusenkyo, donde me había sentido completamente inútil al no poder defenderme de mejor manera.
Al finalizar el día, vuelvo sola a casa después de clases, la mayor parte del día estuve repitiendo la misma mentira "Ranma se encuentra enfermo", y solo para evitar que los profesores hablaran a casa para asegurarse de que eso fuera verdad, ya me había comprometido a llevarle sus deberes y explicarle que es lo que habíamos visto durante ese día. Casi llegaba cuando a lo lejos escucho el característico timbre de la bicicleta de Shampoo, para que segundos después esta se detuviera a escasos centímetros de mis tobillos.
-Chica violenta, decir a Shampoo dónde estar Airen- exige la amazona mientras bajaba de su bicicleta.
-Yo no tengo que decirte nada- contesto cansinamente.
-Chica violenta no se quedará con Airen, el ser mío- dijo con arrogancia- yo casarme con él y volver a tribu.
-Felicidades, te mandaré un obsequio de bodas- digo con sarcasmo- ¿Que te parece una caja transportadora de gatos?
-Tú estar celosa, por eso no decirme dónde estar Airen. Quieres engañarlo para quedarse contigo.
-¿Que te hace estar tan segura de que te escogerá?- pregunto.
-El ser esposo de Shampoo porque leyes amazonas así dictarlo. Y porque yo ser la mejor de todas.
-Te recuerdo que tus leyes no se aplican en Japón, aquí solo importa lo que él quiera.
Shampoo sabía que lo que le estaba diciendo era verdad, pero vi en su expresión que no iba a dejar las cosas así, si algo no soportaba era no tener la ultima palabra, así que sin pensarlo saco sus bomboris y adoptó una pose de lucha.
Me le quedó viendo y antes de que pudiera siquiera acercarse salto sobre la barda de la casa y me quedó ahí quieta en pose defensiva, este movimiento no se lo esperaba, era más que obvio.
-Solo recuerda que si destruyes una cosa más, tía Nodoka va a cobrarte la reparación- digo con satisfacción al ver como la china bajaba sus armas y temblaba de furia- Y sobre todo va a convencer a Ranma de que te aleje definitivamente, ya sabes que él le cumpliría cualquier capricho por verlo bien.
-Chica violenta no ganará. Chica violenta debe cuidarse la espalda- Y sin esperarlo azoto una de sus armas en el muro.
-Agregare esto tu cuenta- digo con cierta satisfacción.
Molesta regresa hasta su bicicleta y se alejo del sitio, sintiendo una enorme furia y frustración. Ya que durante estos meses Ranma la había evitado de todas las maneras posibles, y las pocas veces que había podido acercarse a él este la había rechazado de la manera más tajante y si a eso le sumaba el poco afecto que sentía su madre hacía ella, tenía cada día más dificultades para poder casarse con el joven de cabellos negros.
Observo como se va Shampoo, aún estaba de pie sobre la barda, la adrenalina que sentía me estaba haciendo temblar, sabía que en cualquier momento tendría un enfrentamiento con ella, pero está vez no estaba dispuesta a dejarse vencer tan fácilmente. Di media vuelta y me dejó caer en el jardín de la casa, fui hasta la entrada, me cambio los zapatos mientras anunciaba mi regreso, apareció tía Nodoka para saludarme y le dije que es lo que acababa de suceder, sobre la nueva deuda de Shampoo y fui hasta mi habitación. Quería cambiarme de ropa para poder ir a entrenar antes de la cena, pero al llegar ame encuentro a Ranma durmiendo profundamente en mi cama.
RANMA
En cuanto siento que Akane se alejaba, quise detenerla, pero ya era tarde. molesto me dejo caer de nueva cuenta en el futón y vuelvo a recriminarme por tratarla mal de nuevo. Sabía que acababa de lastimarla más, pero aún tenía el miedo de la pesadilla que acababa de tener, la misma maldita pesadilla que tenía desde hacía dos meses. Muchos me han insistido que hablara sobre ello, pero me había negado desde el principio. Ya era bastante malo lo que pasaba en mi cabeza como para tener que hacer que alguno de ellos o Akane supieran que es lo que estaba soñando, no era una buena idea que alguien más tuviera esas imágenes repitiéndose día tras día.
Pero de pronto un recuerdo hace que me avergüence, recuerdo haber soñado que Akane me besaba, tan solo de recordarlo hace que se me erice la piel, se que antes he soñado lo mismo, pero este sueño en particular me pareció tan real, que casi podía jurar que había sentido el calor de sus labios sobre los míos, inconscientemente me llevo dos dedos a la boca deseando cada vez más que ese beso fuera una realidad.
Sin más me levanto y voy hasta el baño a arreglarme, me echo un poco de agua tibia en la cara y cuando me veo en el espejo, mi reflejo me asusta un poco. Debajo de mis ojos azules había dos grandes ojeras que contrastaban notablemente con la palidez de mi cara y lo demacrado que me veía, por un segundo recuerdo cuando el hechizo de Hapossai logro separar mi cuerpo de mi forma femenina y este me quitaba toda la energía. En definitiva no había manera en que mi madre no se preocupe esta vez.
Cuando por fin llego al comedor, tomo asiento junto a Akane en completo silencio, la miro de reojo y puedo ver las marcas de las lágrimas que la hice derramar hace unos minutos, "Eres un idiota, Saotome" me digo mentalmente, aparto la mirada y tomo el tazón de arroz que Kasumi me da y comienzo a comer en completo silencio y con la cabeza baja. Unos minutos después entra mamá con más comida y de inmediato se llevó las manos a la boca.
-¡Ranma! ¿Que es lo que te pasa?- pregunto con gran angustia.
-No pasa nada, mamá- contesto con un tono de voz neutro.
-¿Cómo puedes decir eso?- dijo mientras le tocaba la frente- Te ves terrible.
-Estoy bien, solo no pude dormir bien- contesto mientras sonreía para no preocuparla- Será mejor que me vaya.
Digo mientras me levanto y salgo de la casa para ir a la escuela, apenas salgo al jardín comienzo a sentir como se aproxima un ataque de pánico, quisiera poder dar un paso atrás y abrazarla. Quiero sentirla cerca de mi, pero soy un maldito cobarde y con esa cobardía doy un salto y me oculto en el techo de la casa. Un par de minutos después veo como sale de la casa y va al colegio, de nueva cuenta siento esa necesidad de querer correr junto a ella, pero no puedo hacerlo. Se que para poder estar cerca de ella, primero necesito acabar con mis propios demonios internos, tengo que acabar con todo lo que me impide dar ese paso definitivo, pero se que mientras más me alejo existe una gran posibilidad de perderla para siempre.
Después de un par de horas, escucho como Kasumi entra en la habitación de Akane para abrir la ventana, espero varios minutos hasta que la escucho de nuevo en la cocina y decido entrar. Al hacerlo mi corazón se siente más ligero, la habitación huele a ella y por primera vez en días me siento en paz, siento como mis problemas desaparecen, es como si este lugar me esperará, se siente como mi hogar.
Me siento en su cama por un par de minutos, pero la falta de sueño me esta afectando, así que en un acto me acuesto e inhalo su aroma de la almohada. Cierro los ojos y duermo profundamente.
