Notas:
¡Hola a todos! Aquí Vera con la última actualización del año.
Antes que nada, quiero darles las gracias a todos los que han apoyado esta historia a lo largo de este año que está por concluir, de verdad muchas gracias por sus votos, por sus comentarios y sus lecturas. En serio, siempre estaré agradecida con cada uno de ustedes.
Solo espero que esta no sea mi última actualización, y que en este 2025 que está a punto de comenzar, pueda seguir escribiendo para esta historia asi como para todas las demás que tengo pendiente.
Bueno sin más, espero les guste este capítulo que están por leer.
Y más que como pudieron leer en el título, aquí se dará la tan esperada reconciliación entre Yuta y Maki, al fin, después de siete años de estar separados, por fin volverán a estar juntos y de una forma muy ardiente y apasionada.
Asi que, si a algún lector NO LE GUSTA ESTE TEMA DEL SMUT/LEMON, puede saltarse este capítulo sin problema y pueden esperar la siguiente actualización, la cual, espero sea pronto.
Como disclaimers o advertencias principales, esta que este capítulo contiene smut/contenido sexual entre dos adultos que se quedaron solos en casa. Las situaciones aquí presentadas son únicamente ficticias. Al igual que todo es consensuado/con consentimiento entre ambas partes. Nada es forzado entre personajes. Todo aquí es sexo de reconciliación.
Sin más que decir, disfruten de este apasionante reencuentro entre Yuta y Maki ❤🔥
Capítulo 25. Lo Que Provocas En Mi 🔞
Kioto
01:29 p.m.
Okkotsu ya se dirigía a la casa de los Fushiguros.
Aquel día nublado, Yuta había decidido hacer lo que siempre debió haber hecho hace siete años atrás. Bajar del tren y correr a buscar a Maki.
Una vez llegó a Kioto y bajo del tren, pasó rápidamente a comprar un ramo de flores a un puesto que había a las afueras de dicha estación, así como también compró un frío pero muy especial regalo que quería compartir con sus hijos y con Maki. En su mente estaba planeando la tarde perfecta con su familia.
Una vez compro todos esos presentes, inmediatamente tomo un autobús que lo dejaría bastante cerca de la casa de estos.
Ni siquiera quiso llegar a su departamento, solamente quería llegar a aquel lugar donde su corazón ya pertenecía.
Parecía que iba dispuesto no solo a decirle a Maki todo lo que había averiguado estando en Tokio. Sino que también iba dispuesto a decirle a Yurika y a Yuudai toda la verdad. Que él era su verdadero padre.
Una vez bajó del autobús, empezó a caminar animadamente, pero no contó con que la lluvia volvería a caer con algo de fuerza mientras más se acercaba a aquella casa, parecía como si incluso el clima jugará en su contra, así que no le quedó de otra que correr, ya que no quería que aquellos regalos se estropearan.
Sus pulmones ardían por haber corrido con fuerza para llegar a refugiarse de la lluvia, pero su corazón latía a mil porque de verdad deseaba ver a Maki como nunca antes.
01:59 p.m.
El golpeteo contra la puerta de aquella casa sonó con algo de desespero. Y eso lo noto Maki, quien se apresuró a abrir.
—¡Ya voy!— dijo bajando a toda prisa por la escalera, ya que estaba terminando tanto de alistarse como también estaba preparando los últimos detalles para salir tanto a su trabajo como entrenadora, como también a su siguiente misión como asesina.
Tomó la manija con rapidez y abrió la puerta sin antes fijarse por la mirilla para ver quién podría ser.
Su corazón se quiso detener al ver a aquel que había llegado a su hogar.
Y ahí, en el umbral de su puerta mientras la lluvia caía a sus espaldas, estaba Yuta, con la respiración agitada por haber corrido hasta ahí con todas sus fuerzas, tenía levemente teñidas las mejillas de rojo y en su cabello tenía algunas gotas de lluvia.
Maki trago saliva y observó el ramo de flores que cargaba este entre sus manos, así como una bolsa de una tienda de conveniencia.
Ambos intercambiaron miradas, incluso Maki parpadeo varias veces porque no podía dejar de ver a Yuta. De verdad, le sorprendía verlo de vuelta ahí.
¿Acaso era un sueño? No, no lo era y menos que él había avisado que iría horas atrás.
Parecía que él siempre volvería por ella de uno u otro modo.
Las palabras estaban atoradas en sus gargantas. Era tal la emoción interna por volverse a ver.
—¡Maki san!— A Yuta apenas y le salieron las palabras. Una gran sonrisa apareció en su rostro una vez la vio en el umbral de aquella puerta.
—Yuta…— Maki también apenas y logró pronunciar el nombre de este. Había algo de dulzura en su voz.
Había un potente magnetismo y tensión entre ambos y eso era bastante palpable con aquellas miradas que intercambiaban.
Maki miró fijamente a Yuta, realmente este se veía atractivo incluso con el agua cayendo por su cabello, tenía la tentación de pasar sus dedos por este como días atrás lo hizo.
Incluso Yuta observó con detenimiento a Maki con la boca un poco abierta, miro el como ella iba vestida aquel día con su ropa deportiva que resaltaba su figura. Y esa mirada un tanto lasciva la notó ella, ya que sintió como este la miro de pies a cabeza. Admirándola con la pasión de siempre.
—Ejemp, Okkotsu mis ojos están acá arriba — comento Maki cruzando los brazos a la altura de su pecho para cubrirse un poco el muy leve escote que traía ese día. Además, debían ya romper esa tensión.
—Perdón, es que estas tan hermosa como siempre — comento Yuta apenado con una leve risita. —Emmm ¿Puedo pasar?— las gotas de lluvia ya caían con más fuerza sobre sus hombros, empapándole la chaqueta.
—Ok. Pasa— de nuevo Maki empezó a ser ella misma con esa fachada de desinterés, a pesar de que por dentro, se estaba muriendo por él.
Le invitó a pasar, haciendo un movimiento con su mano para darle a entender que entrará.
—Parece que llegaste justo a tiempo, el clima está horrible últimamente con estas lluvias que no dejan salir — comentó escuchando un trueno romper el cielo y mirando como la lluvia empezaba a caer con más fuerza antes de cerrar la puerta detrás de ella.
—Gracias— comento Yuta entrando al recibidor y poniéndose las pantuflas que reconoció al instante, eran las mismas que se había puesto noches atrás. El tener un calzado en esa casa ya se le hacía algo especial. Se sentía ya como parte de la familia —Ni que lo digas, Tokio también está bajo el agua en este momento.
—Y dime ¿Qué te trae por aquí?— Pregunto Maki con rapidez, mientras Yuta se ponía aquel calzado.
—Bueno, como te dije por mensaje he venido a verte.
—Pues aquí me tienes — dijo Maki con ironía —No soy un fantasma como te lo dije el otro día — comentó con una leve mueca y moviendo sus manos de un lado a otro.
—Lo sé. La otra noche me demostraste que no eres uno— contestó Yuta con una suave sonrisa al recordar ese beso—Simplemente he venido a hablar contigo y a convivir un poco con nuestros hijos. Y de paso te he traído esto — mostró aquel ramo de flores que traía aún en sus manos. —Espero te gusten.
Aquellas flores eran camelias rojas. Estas realmente reflejaban el amor y la pasión que aún Yuta sentía por ella.
Maki las tomó con un suave sonrojo, realmente nunca se esperó recibir dos ramos tan seguidos.
—Gracias, aunque supongo que debe de haber un motivo en especial para que de nuevo me hayas traído flores ¿No? Aunque sabes bien que las flores se me hacen un regalo muy pasajero — comento llevándose una mano a la cadera, aun fingiendo desinterés.
Sentía que debía hacerse la difícil, a pesar que quería hacerles caso a sus sentimientos y más que de una u otra forma, la charla con Yuki la había dejado al borde de sus emociones. Una parte de ella quería seguir su consejo, quería entregarse a Yuta una vez más. Pero su orgullo como mujer aun le dolía bastante.
—¿Debería existir un motivo para traerte flores de vez en cuando?— Yuta la miró fijamente. Su mirada parecía retadora como en sus años de preparatoria.
Maki soltó una leve risita ante tales palabras y más al notar aquella mirada.
—Podrías inventarte un motivo.
—Pues si ese es el caso. Quizás podría ser el de reconquistar a la madre de mis hijos y a la que a su vez, fue mi antigua novia de preparatoria. Supongo que eso podría ser suficiente motivo para traerte flores cada vez que venga ¿No lo crees?— sonrió con confianza.
Maki entre cerró los ojos por esas palabras y sentía sus mejillas arder levemente.
—¡Baka! Si traes un ramo cada vez que vienes, los vecinos empezarían a sospechar que tengo un amante.
—Créeme Maki, lo que menos quiero es tratarte como una simple amante…— contesto Yuta recordando lo que Satoru había dicho días atrás sobre ese tema de los líderes y sus concubinas. El recordar esa conversación le hizo suspirar.
Rápidamente el invitado noto el silencio que reinaba en aquella casa.—Por cierto ¿Y los niños?
Maki suspiro —Salieron junto a Tsukumo, quizás tarden un rato en regresar ya que esta estúpida lluvia no deja de caer—contesto molesta— Solo espero que no se estén mojando o que mínimo ella se los haya llevado a un lugar techado y más que no quiero que ambos se enfermen, porque es muy complicado cuidar de ellos estando enfermos al mismo tiempo — torció la boca — Y de paso, espero no tarden demasiado porque yo también tengo que salir.
En ese instante, Maki noto la bolsa que Yuta traía en su otra mano desde que entró. La cual estaba soltando unas leves gotitas de agua.
—¿Qué más traes ahí?
—¡Oh! — Su invitado elevo un poco la bolsa —Me tomé la molestia de comprarles algo de helado a los niños. Quería compartirlos con ellos, pero creo que tendré que esperar.
—Ven, vamos a meterlos al congelador porque se nota que con esta lluvia no llegaran pronto — suspiro Maki yendo a la cocina —Puedes dejar tu sudadera en la sala para que se seque— movió su mano con desinterés al notar los hombros mojados de su invitado.
Yuta hizo un sí con la cabeza, rápidamente se quitó la sudadera y la colgó en el perchero que tenía aquella familia a un lado del sofá.
Después la siguió.
—Por cierto ¿Vas a salir más tarde a trabajar? ¿Por eso la ropa deportiva?— pregunto mirándola de pies a cabeza.
La ropa deportiva que traía Maki consistía en unos leggins negros y una camiseta de tirantes gruesos pero en tono blanco.
Maki dejo esas nuevas flores en la mesa, la cual aún tenía sobre ella las tazas de café al igual que los platos vacíos del desayuno.
Se giró a ver a Yuta —Si, voy a salir a trabajar...— contesto arrastrando las palabras.
Hubo un momento en que Maki sintió el corazón detenerse y sus mejillas querer teñirse porque anteriormente no le había prestado atención al físico de Yuta.
Debajo de la sudadera, este traía puesta una camiseta en color gris que dejaba ver la mayor parte de sus torneados brazos, los cuales, no los había notado antes porque desde que se reencontraron, este siempre llevaba puesta una sudadera o un suéter.
Yuta definitivamente había cambiado en esos siete años. Ya no era el chico de antes. Ahora era un hombre bastante atractivo.
—Y Puedo preguntar ¿Como te va con ese trabajo?— cuestiono Yuta con curiosidad, poniéndose a su lado para sacar los helados de la bolsa.
Esas palabras sacaron a Maki de su mente, tomó los helados con algo de rapidez y los empezó a meter al congelador de su refrigerador.
—Me va bien— respondió —Como trabajo de entrenadora solo voy determinados días de la semana a dos gimnasios diferentes. A veces voy por la mañana a uno y en la tarde a otro, ya que se me dado esa flexibilidad en los horarios para poder estar al pendiente de los niños o a veces doy clases privadas a ciertos clientes. Sobre todo a mujeres que buscan un cambio físico — explicó con una sonrisa. —Y bueno, no me quejo, la paga me da lo suficiente para lo que necesitan mis hijos— mintió con eso último ya que ganaba en sus misiones.
Aun asi necesitaba seguir guardando su fachada de civil, por suerte, aquella información del gimnasio era genuina gracias a una "ventana" que las apoyaba la mayor parte del tiempo, inclusive esa misma persona les ayudaba a crear fachadas y mentía a su favor cuando lo necesitaban. Realmente era alguien de su confianza.
—Y cambiando de tema mientras los niños regresan — Maki chasqueó un poco la lengua — ¿Cómo te fue en Tokio? — tomo tanto las nuevas flores que Yuta le trajo, así como el florero con las anteriores y las paso al fregadero para hacer ahí el cambio —¿Qué averiguaste? Te escucho— se dio la vuelta.
Yuta volvió a bajar los hombros al recordar todo lo que descubrió estando en aquella ciudad, mientras se ponía a un lado de Maki en aquel fregadero.
—Descubrí tantas cosas que no sé por dónde comenzar…— rasco su nuca.
Maki empezó a quitar el papel que envolvía ese nuevo y fresco ramo.
—Podrías comenzar por lo que creas que es lo más importante que debas decirme — dijo mientras empezaba a quitar una por una las flores marchitas de aquel jarrón para reemplazarlas por las nuevas.
Yuta tomo un respiro profundo. Lo que le iba a revelarle no iba a ser nada sencillo.
—Bueno, lo más importante que descubrí es que Gojo sensei no pudo intervenir para evitar nuestra separación porque estaba atado con un voto vinculante que le impidió ayudarnos a ambos…
Maki al escuchar eso, se giró muy molesta hacia su invitado —¿QUE ESE IDIOTA QUE?— elevo la voz con demasiada molestia mientras en sus manos sujetaba algunas flores marchitas.
Yuta dio un paso más hacia ella, quedando de frente y elevó levemente las manos.
—¡Déjame explicarte!— trato de calmarla.
—¿EXPLICARME QUÉ?
—En que tenías razón con tus sospechas, había tanto intereses políticos de por medio con nuestra relación que afectaba tanto al clan Zenin como al clan Gojo y al parecer había algunas cuestiones más que lo obligaron a hacer un voto vinculante entre él y otras personas.
—¿UN VOTO VINCULANTE? ¿POR QUÉ LO HIZO?— Grito súper molesta mientras aplastaba con furia esas flores marchitas entre sus manos.
—Solo me explicó que hizo ese voto por obligación y que entre los involucrados hay más miembros de los tres clanes, junto a otros hechiceros y que lo pactaron con los antiguos peces gordos— movió un poco sus manos — Esto debido tanto a los intereses políticos como por las constantes guerras que se tenían entre los clanes. Nadie podía intervenir en lo que hacía los otros.
—¿ENTONCES LOS ALTOS MANDOS TAMBIÉN ESTUVIERON INVOLUCRADOS EN ESTO?— Grito Maki con furia. La sangre le hervía.
—Si, ellos estuvieron de acuerdo en nuestra separación...— explico Yuta. Suspiro —Sin embargo, tiempo después, los anteriores altos mandos fueron asesinados y fue ahí cuando ese voto vinculante perdió su efecto. Prácticamente una vez muertos estos, los clanes pudieron intervenir en otros asuntos.
—¡Espera! ¿Dijiste Asesinados?— Maki elevo una ceja ante tales palabras, se notaba que no estaba al tanto de ese tema. —¿Cómo qué los anteriores altos mandos fueron asesinados? ¿No se supone que murieron por causas naturales?
Yuta siguió explicando.
—Por lo que me contó Satoru, es que tiempo después de que nos separaran, alguien empezó a matar a los anteriores peces gordos. Pero antes de todo eso, hubo alguien que los convenció sobre que nuestra relación era una amenaza.
—¡¿Pero?! ¿Quién los asesinó? — pregunto Maki con confusión.—Eso yo no lo sabía…— su mano fue a su boca en señal de sorpresa.
Yuta negó con la cabeza.
—Nadie lo sabe… solo se descubrió que fueron envenenados— La miro a los ojos — Y al parecer, fue gracias a ese alguien que asesinó de manera discreta a todos ellos, que el voto poco a poco se fue rompiendo y es por eso que hasta ahora, Satoru pudo hablarme de esto. Y sobre quien los convenció tampoco me dieron una respuesta— bajo los hombros— Nadie sabe si quien hizo ambas cosas sea la misma persona o si se trata de alguien más.
Maki apretó los puños, destrozando más aquellas flores marchitas entre sus manos.
—Ese idiota de los ojos vendados… ni para defender a sus alumnos fue bueno…
—Satoru tenía sus motivos para no intervenir… Un voto vinculante no es un tema que deba tomarse a la ligera… él tenía a alguien a quien proteger…
Maki abrió los puños y soltó los pétalos que destrozó y cruzo sus brazos muy molesta sobre su pecho al escuchar como Yuta defendía a ese idiota.
—¿Así? ¿Y a quién debía proteger si es más que obvio que sus propios alumnos no eran su prioridad?
Yuta bajo los hombros. Había prometido no hablar de Yoshio.
—Todos tenemos a alguien a quien proteger y Gojo sensei también lo tiene…— contesto sin dejarla de mirar.
—¿Y quién es ese alguien?— preguntó con insistencia.
—Lo siento, pero no te lo puedo decir…— Yuta la miró con una fría seriedad al decir eso. No podía revelarle la verdad.
Maki miró hacia un lado ante tal respuesta. Ahora tendría curiosidad por saber quién asesinó a esos altos mandos y de paso, saber que más estaba ocultando ese idiota de cabellos blancos. Quizás Mei sabría algo de todo ese tema, así que a ella le sacaría algo de información.
Suspiro y sobo el puente de su nariz. De verdad se sentía fatal con toda esa información.
—Siete años… fueron siete años que él ayudó a que nos arrebataran...
—Lo sé. Enterarme de todo eso también para mí fue duro...— Yuta compartía tal dolor.
—¿Sabes? lo que más me molesta es que ese idiota, que decía ser nuestro maestro, no pudo hacer nada por nosotros — tenía un semblante triste —... Se nota que nunca le importamos…— se dio la vuelta para apoyar sus manos en el fregadero y mirar hacia la ventana, la cual era golpeada por la fuerte lluvia.
Yuta compartía ese triste sentimiento. Poco a poco, se acercó a Maki, quien seguía secándose las lágrimas de ira pura. Con cuidado, Yuta rodeó su cuerpo con sus brazos desde la espalda de esta. Maki dio un pequeño sobresalto al sentirlo, mientras Yuta apoyaba suavemente su barbilla sobre su hombro derecho.
—Lo sé. Se que fueron siete injustos años, pero ahora todo puede ser diferente — contesto Yuta mirándola a través del reflejo de la ventana mientras un rayo iluminaba el oscuro cielo.
—¿Así? ¿Cómo según tú?— preguntó Maki mirándolo sobre su hombro.
—Bueno, los dos nos hemos vuelto a reencontrar…
—¿Y que hay con eso? Eso no cambia el hecho de que estuvimos separados siete años— pregunto molesta mirando las camelias rojas que este le había traído.
—Me refiero a que los dos podemos recuperar el tiempo perdido. Aún no es tarde para volver a reconciliarnos y tratar de ser felices juntos el tiempo que sea necesario…— dijo mirándola y abrazándola con demasiado cariño.
Maki puso sus manos sobre las manos de Yuta, mientras lo miraba sobre su hombro. Su mirada azul parecía ocultar algo más. Algo que le dolía demasiado.
Así que Yuta solo la abrazó más fuerte y escondió su rostro un momento en el cuello de esta.
—Simplemente déjame estar al lado tuyo y de los niños el tiempo que más pueda… por favor… — susurro.
Maki cerró los ojos y acarició sus manos con cariño. Realmente que él la abrazara le reconfortaba el orgullo.
No pronunció palabra alguna, simplemente acarició las manos de este mientras escuchaban la lluvia caer.
Sabía que tener a Yuta de su lado, era lo mejor que podía hacer para sus futuros planes tanto como asesina, así como padre de sus hijos y compañero. Aunque por dentro, su orgullo aún peleaba con ella por todo aquel sentir.
Después de unos minutos de estar abrazados. Yuta la soltó poco a poco y más cuando de nuevo, otro trueno ilumino la Cocina.
—Perdón por haberte abrazado así tan de repente— se disculpó dando unos pasos hacia atrás.
—No tienes por qué disculparte. Eso fue confortable en realidad — explico Maki terminando de acomodar las nuevas flores.— Y ¿Qué más descubriste?— pregunto esta con curiosidad, mientras pasaba dicho florero a la mesa para adornarla una vez más —¿Qué tal si hablamos sentados?
—Me parece buena idea.
La peliverde hizo una mueca al ver la mesa toda desordenada por el desayuno, la cual, aún no había sido limpiada —Perdón por el desorden, los niños hacen mucho desastre al comer— tomó los platos de la mesa para llevarlos al fregadero.
—No hay problema ¡Al contrario, déjame ayudarte!— se ofreció Yuta amablemente con aquello.
—Así está bien. No tienes que mover nada— comentó Maki tomando un trapo y acercándose al mismo tiempo que Yuta tomaba una taza que había sobre la mesa.
En ese instante, ambos chocaron de frente y el café que aún quedaba en aquella taza, por error fue derramado sobre la camiseta de Yuta.
—Mierda— dijo Maki al ver aquel desastre.
—¡No hay problema!— Yuta sonrió levemente para tranquilizarla—Fue solo un accidente.
—¡Un enorme accidente! ¡Ve como quedó tu camiseta!— comento molesta, observando aquella gran mancha de cafeína sobre la camiseta gris del hechicero.
Maki hizo una cara de fastidio total. Realmente había sido un feo accidente.
—Lo bueno que estaba frío, porque si estuviera caliente creo que habría sido peor— Yuta bromeó tomando unas servilletas para tratar de secar y quitar la mancha —Puede limpiarse, no debes porque preocuparte.
—Pero no puedes quedarte con la camiseta mojada y peor aún, si no la lavas pronto le quedará una fea mancha — suspiro Maki de molestia —Créeme, las manchas de café son de las más difíciles de quitar. Eso lo aprendí de Megumi, Yuji y Nobara —Se agacho para recoger la taza que se había roto.
—Fue mi descuido, yo fui quien chocó contra ti— Yuta también se puso de cuclillas para limpiar.
Ambos se agacharon e iban a tomar aquellas piezas al mismo tiempo. Sus manos se tocaron al instante.
Aquel toque fue delicado. Sus dedos se rozaron sobre aquellos filosos trozos de lo que alguna vez fue una taza.
Rápidamente Maki elevó su rostro y notó que Yuta también se había agachado, ambos habían quedado muy cerca el uno del otro. Con sus rostros solo a centímetros. Por suerte, sus cabezas no habían chocado entre ellas.
El rostro de Maki se tiño de rojo al igual que el de Yuta, y más que no podían dejarse de mirar e incluso sus manos siguieron tocándose sobre aquellos diminutos pedazos.
—Yo…
—Maki san…
Ni siquiera las oraciones podían terminar de decir, la atracción por besarse se hizo presente.
Poco a poco empezaron a levantarse, ya que aquella posición de estar en cuclillas frente a frente era cansada, pero una vez de pie, seguían estando muy cerca el uno del otro.
Aquellas miradas estaban cargadas de demasiados sentimientos, sentimientos que nunca desaparecieron.
Sus rostros empezaron a acortar la distancia con delicadeza, pegando primero sus frentes al igual que los dedos de sus manos se entrelazaron hasta unirse.
—Maki...— susurro Yuta muy cerca de sus labios—No sabes cuanto pensé en ...lo que sucedió entre nosotros la otra noche...
—¿En serio?— pregunto Maki con una sonrisa en los labios, sintiendo como los labios de Yuta estaban muy cerca de los suyos, rosándose como lo habían hecho unas noches atrás —¿Lo dices por aquel beso? ¿No es así?
—Si…—Yuta sonrió un poco— ¿Y tú has pensado en— susurro — lo de esa noche? — preguntó sin dejarle de mirar. De verdad, sus miradas estaban bastante cargadas no sólo de amor, sino de deseo.
Un deseo que desde aquella noche había despertado una vez más después de estar siete años apaciguado por la tristeza.
La lluvia seguía cayendo con demasiada fuerza, mientras ahí dentro, el fuego apenas iba iniciando.
Maki trago saliva. Se sentía acorralada, de verdad desde la otra noche no podía dejar de pensar en lo sucedido y mucho menos dejaría de pensar en todo lo que sentía y menos con lo que estaba a punto de suceder.
—Lo confieso... — susurro pasando sus brazos alrededor del cuello de Yuta. Mientras hablaba desde el fondo de su ser y de su corazón, sus ojos se centraron en los labios de Yuta.
— Tampoco he dejado de pensar en lo sucedido y mucho menos en lo que hablamos.
—Maki, como te dije esa vez— las manos de Yuta fueron a la cintura de esta, eso hizo que la respiración de ella se cortara un leve instante. —Simplemente quiero que volvamos a intentarlo... quiero que me dejes apoyarte con los gastos de nuestros hijos... así como también quiero que me dejes conquistarte… que me dejes entrar de nuevo a tu corazón y en tu vida…— sus manos viajaron ahora a las mejillas de esta.
—Okkotsu... ya te lo dije — susurro Maki, soltando el cuello de este y poniendo sus manos sobre las manos de Yuta —Lo mejor que puedes hacer es no acercarte tanto a mi…
—¿Por qué?— dijo Yuta en una súplica que se estrelló en los labios de Maki.—¿Por qué no quieres que me acerque a ti?
Esta de nuevo trago saliva. Estaba bastante tentada a decirle la verdad sobre que ella era la asesina que buscaba y que no pararía hasta lograr su objetivo. Pero no podía, no aún.
Sus pies pisaron los pedazos rotos de aquella taza que seguían esparcidas por el suelo.
—Porque simplemente no quiero lastimarte...nuestra relación es como esta taza que se acaba de romper… es difícil de recuperar algo que ya está roto— dijo sin despegar su mirada de los ojos azules de este.
Yuta acerco demasiado su rostro al rostro de Maki.
—No me importaría que tú me lastimaras, solamente si es por estar contigo… además — sus labios acariciaron los labios de esta— siempre se puede volver a reparar la taza…
—¿Cómo? — Maki le miró con curiosidad mientras llevaba sus manos a las mejillas de este—¿Estas comparando nuestra rota relación con una taza?
—Si.
—¿Cómo es eso posible? ¿No es más fácil tirar la taza rota y simplemente comprar una nueva?— comento Maki acariciando el negro cabello de Yuta, mientras sus cuerpos estaban cada vez más cerca.
Yuta sonrió por esas palabras y en un descuido de ella, este le dio un primer beso.
Sorprendentemente, aquel beso fue correspondido por Maki muy lentamente. Sus besos le gustaban de nuevo, parecía que se acostumbraría pronto a que esté la besara seguido.
—Kintsugi…— dijo Yuta entre besos.
—¿Huh?— pronunció Maki deteniendo con lentitud aquel beso.
Yuta le miro a los ojos, acaricio las mejillas de Maki mientras se ponía a explicar. —Significa reparar con oro…
—¿Con oro?— ella elevo una ceja.
—Bueno, básicamente es reparar las piezas que se rompieron, uniéndolas una por una con oro mezclado de otros materiales. Y aunque no lo parezca, en otros países también aplican el reparar las grietas de las cosas… lo mismo pasa con las relaciones… podríamos reparar lo nuestro a base de kintsugi…
—¿Estás diciendo que quieres reparar está rota relación con oro?— pregunto Maki levantando ambas cejas.—Eso suena un poco imposible Okkotsu.
—Aunque básicamente no sería con oro…
—Entonces ¿Con qué sería?— preguntó Maki con curiosidad.
Pero lo siguiente que pasaría la dejaría más al borde del deseo.
Yuta paso sus manos por la cintura de esta, la acercó con un rápido movimiento hacia él y le beso una vez más los labios, para después empezar a bajar besando por su cuello descubierto.
Aquel era el punto débil de aquella mujer. Y él era el único que lo sabía.
—Yuta...— Maki jadeo al sentir que este tocaba con sus labios aquella parte de su cuerpo. Se sentía arder, sus sentimientos por el estaban desbordándose más y más.
—Podemos repararlo con acciones…— Yuta susurro, llenando de besos aquella parte del cuerpo de Maki— con palabras...— subió a besar una vez más los labios de esta — Y quizás con besos y caricias… avanzando incluso más allá entre tu y yo… así como podríamos pasar más tiempo juntos... y darnos una oportunidad...— Beso una vez más su boca. Ya no podía ocultar su deseo por ella.
Maki no resistió más la tentación y empezó a entregarse a su boca.
Sus labios se unieron en un muy apasionante beso. De esos que robaban el aliento. Y sus cuerpos se aferraron con fuerza como aquella noche.
Sus manos no se quedaron quietas, ya que Yuta pasó sus manos por la cintura de Maki para no soltarla, mientras las manos de esta subían y bajaban por toda su espalda para después abrazarle con fuerza, mientras sus bocas se comían.
Sus labios bailaron un poco por sus cuellos, Maki también beso aquella extensión de piel de Okkotsu.
—Maki, en serio, nunca te deje de amar— Yuta Jadeo, mientras sus labios bajaban a los hombros de esta. Sus manos deslizaron con cuidado ambos gruesos tirantes de sus hombros, para llenar de besos las clavículas de su amada.
Incluso esta vez, Yuta la recargo en la mesa, tomándola con delicadeza y subiéndola un poco al borde, mientras que ella enredaba sus piernas a la cadera de este. Inclusive algunas cosas más de la mesa cayeron al suelo.
—Yuta…— gimió Maki con dificultad, sintiendo como este quería avanzar más allá y ella también.
Sus sentimientos como había dicho Yuki, querían hacerla gritar y decirle que también lo amaba.
Pero su conciencia la detuvo en aquel momento. No quería hacerlo en aquel lugar de la casa. No quería que los niños llegarán de improvisto y los vieran ahí. Pero definitivamente quería continuar e ir más allá. Quería volver a hacerlo con Yuta aunque fuera una vez más.
Maki sujetó entre sus manos las mejillas de este para detenerle.
—No podemos hacerlo aquí…— dijo recuperando el aliento.
Yuta le miró a los ojos, su pecho subía y bajaba por la excitación —¿Por qué no?— preguntó con un hilo de voz.
Maki lo empujó suavemente con sus manos en el pecho de este, despegándolo de ella, para que asi este diera un paso hacia atrás.
—En primera, porque alguien nos puede ver, especialmente no quiero que los niños nos vean así si llegan de improvisto y en segunda — apuntó a la camiseta de Yuta.
Le había incomodado sentir la camiseta húmeda de este contra la suya, la cual también ya se había manchado de café, y lo que menos quería era que ese fuerte olor se quedara en su ropa una vez fuera a su misión.
—No puedes quedarte con esta camiseta mojada— recuperó la compostura y se subió los tirantes.
Yuta despegó sus manos de la cintura de esta y le ayudó a bajar de la mesa, donde la había subido.
—Pues no tengo de otra que quedarme con esta mancha hasta que llegue a mi departamento — rasco su nuca con pena.
Ambos dieron unos pasos para separarse y recuperar la compostura.
Maki aflojo los hombros.
—Acompáñame— dio unos pasos hasta el umbral de la cocina—Vamos a prestarte una camiseta.
—No debes porque preocuparte por esto, es una simple mancha — comento Yuta moviendo su camiseta un poco para que se secara.
—¿Y estando así de sucio quieres compartir un helado con Yurika y Yuudai? Ni de broma, esa mancha se te ve mal— Regaño.
— ¡Pero!— Yuta estaba a punto de protestar, pero fue interrumpido.
—Ven, sígueme, te buscaré una camiseta limpia y de paso, podemos seguir hablando allá arriba — sugirió Maki con una suave sonrisa, al mismo tiempo que su dedo meñique tomaba suavemente el dedo de este.
Yuta No podía decirle que no y menos cuando esta le rozó la mano para que lo siguiera. Sabía que significaba esa señal, ya que incluso la aplicaron en sus años de preparatoria para decir que fueran a la habitación del otro o se siguieran a discreción.
Maki empezó a subir las escaleras. Al ver a donde ella se dirigía, Yuta se detuvo en seco.
—¿Qué pasa?— Maki pregunto desde el tercer escalón.—¿No piensas seguirme?
—¿Estás segura que puedo subir? Digo, sería la primera vez que voy a la segunda planta.
Maki puso los ojos en blanco.
—Pues— se encogió de hombros — No escondo nada aquí arriba— Hizo una leve mueca al ver la actitud de este y no captar las indirectas —Si quieres esperarme aquí abajo, adelante, mientras iré a buscarte una camiseta entre las cosas de Megumi — de nuevo comenzó a subir.
Algo dentro de Yuta le decía que no se debía quedar atrás. Que fuera tras ella y más con el acercamiento que habían tenido hace un momento.
Yuta empezó a subir. Era la primera vez que estaba en aquel segundo piso, el cual era bastante amplio.
—Espérame aquí un momento, a Megumi no le gusta que entren a su habitación— ordenó Maki mientras entraba a la habitación del fondo.
Mientras esperaba, Yuta notó que en el piso superior había cuatro habitaciones. Dos de ellas tenían las puertas cerradas, mientras que las otras dos permanecían abiertas en ese momento.
Notó que el baño se encontraba entre la habitación donde Maki había entrado y la habitación que estaba cerca de las escaleras. Esta última, estaba con la puerta abierta, permitiendo ver que era una habitación sencilla y cómoda. Quizás allí dormían Tsukimi y Nobara, ya que observó varios accesorios femeninos y además, notó que había dos camas.
Luego, al hechicero le llamó la atención la habitación que estaba al otro lado de la pared, la cual parecía ser la más grande de las cuatro.
Yuta se acercó con cautela, impulsado por la curiosidad y aprovechando que la puerta estaba entreabierta. Se asomo y notó que aquella era la habitación de sus hijos.
Su rostro se relajó y sintió muchas emociones invadirlo en ese momento. Sobre todo, sintió felicidad al ver que sus hijos vivían bastante bien para su edad.
Observó todos los juguetes que había por todos lados y de paso noto que lado de la habitación pertenecía a cada uno.
Yuta soltó un suspiro de felicidad, pudo ver lo que tan ordenados y desordenados eran sus hijos y como eso los definía a cada uno.
Pero aún no se sentía listo para entrar a esa habitación. Quería que sus hijos estuvieran presentes para entrar y pasar tiempo y jugar con ellos como no pudo hacerlo por siete años.
Dio un paso atrás, y observó un poco más aquel segundo piso. Pero en aquel momento en especial, algo le llamó la atención y esa era la otra habitación que estaba al otro lado del pasillo, y más que sentía una extraña sensación salir de ella.
Era como un muy sutil rastro de energía residual que quizás estaba impregnada en algún objeto o en alguna herramienta maldita.
Eso se le hizo bastante extraño a Yuta, y más que se suponía no había nadie más con ellos, eso a no ser que alguien estuviera escondiendo algo ahí arriba.
En ese instante, Yuta recordó que Maki siempre había sido muy hábil con las armas. ¿Acaso podría estar ocultando alguna herramienta maldita? Además, ella había asegurado que no escondía nada ahí arriba… ¿o acaso estaba mintiendo?
Rápidamente se acercó a esa habitación, la cual era la más cercana a la de los mellizos.
Sintió un muy extraño presentimiento al tomar la perilla. Sentía que ahí dentro, estaba una verdad que debía ser descubierta. Estaba dispuesto a abrir esa puerta de golpe. Eso hasta que fue atrapado con las manos en la masa.
—¿Se te perdió algo?— preguntó Maki muy sorpresivamente, quien se había parado detrás de él.
Inclusive Okkotsu dio un brinco al escucharla ya que no la había sentido ni escuchado acercarse.
Aquello le seguía pareciendo bastante extraño. Yuta se giró rápidamente —¡Lo siento! Es que te estaba buscando — dijo tratando de ocultar su nerviosismo.
Maki elevó una ceja.
—Pero si claramente viste que entre a la Habitación de Megumi por esto— movió un par de camisetas que había tomado de aquel cuarto.
—¡Oh cierto! Y em ¿Y entonces está habitación de quién es?— preguntó Yuta con curiosidad apuntando hacia la puerta.
—Esta es mi habitación — comentó Maki pasando a su lado y abriendo la puerta —¿Acaso quieres pasar? Porque te vi muy curioso en querer entrar en ella.
Yuta tomó un respiro. De verdad tenía curiosidad de entrar — Perdón, es que sentí algo venir de dentro.
—Como dije, no escondo nada así que puedes pasar a comprobarlo — comento Maki entrando muy confiada a su habitación.
Yuta se sentía como en sus años de preparatoria, cuando iba a la habitación de esta. Tomo un respiro y entro detrás de ella y más que aquella sensación de energía residual, le llamaba la atención.
Su rostro se suavizó al ver que la habitación de Maki era muy sencilla y normal.
La cama era de tamaño matrimonial, y estaba situada en medio de la habitación. Tenía unas lindas sábanas y varias almohadas en color blanco, además que en medio, la adornaba el león de peluche que Yuta había ganado la otra noche. A sus costados tenía dos pequeñas mesas de noche con sus respectivas lámparas y algunas fotos. En especial eran fotos de ella junto a sus hijos. Al igual que también tenía un reloj digital.
Maki tenía un pequeño escritorio cerca de la ventana, el cual también le servía de tocador, donde Yuta pudo notar que también ahí tenía algunas fotos y libretas. Incluso reconoció la agenda que vio el otro día así como pudo ver un espejo redondo y de paso algunos accesorios.
Frente a la cama, había una cómoda blanca con varios cajones y sobre ella, Maki tenía una TV así como también tenía varias fotos más y algunos adornos muy al estilo japonés.
Y a un lado de dicha cómoda, ya en la esquina de la habitación, había un clóset, el cual, en ese momento tenía las puertas cerradas.
Realmente la habitación de Maki era muy acogedora.
—Como dije, no escondo nada aquí arriba, simplemente es una habitación normal y corriente como las demás que supongo, ya les echaste un vistazo— comentó esta mientras cerraba su bolso deportivo, el cual había dejado sobre la cama. Dentro de este, llevaba algo de ropa que después desecharía para su misión, así como también llevaba la máscara que siempre usaba de acuerdo a la ocasión. Al igual que una que otra pequeña herramienta maldita bien escondida entre la ropa. Sobre todo estas eran las que desprendían aquel sutil rastro de energía maldita.
Pero en aquel instante, Yuta dejó de buscar aquello que tuviera esa energía.
—Si que tienes un hogar muy bonito… — comentó Yuta con una sonrisa, la cual fue interrumpida cuando las dos prendas que Maki traía del cuarto de Megumi le fueron arrojadas a la cara.
—Gracias y aquí tienes— comento Maki en una sonrisa — Espero te queden. Son las más grandes que encontré entre los cajones.
—Gracias— dijo Yuta quitándoselas de la cara y echándole un vistazo a esas camisetas.
—No hay de que. Supongo que tú y Megumi son casi de la misma talla, aunque tu eres un poco más alto— comento Maki en una sonrisa mientras se veía su propia ropa.—Bueno, también yo debo buscar una camiseta ya que tú me manchaste de café— apuntó a la mancha oscura en su camiseta blanca.
—Lo siento, simplemente me deje llevar…— comentó Yuta en un suspiro mientras veía aquellas dos prendas y se decidía por cual usar, si la camiseta blanca o la camiseta en azul marino.
Maki suspiro, recordando las palabras que Yuki le había dicho sobre que también ella debería dejarse llevar por sus sentimientos.
—No tienes por qué disculparte, simplemente ambos nos dejamos llevar… — dijo está, pasando a un lado de Yuta, para acercarse a su cómoda para buscar una camiseta limpia entre sus cajones.
—¿No hay problema que me la cambie aquí mismo? ¿Cierto?— pregunto Yuta sujetando los bordes de su camiseta.
Maki soltó una leve risita.
—No hay problema. Fingiré que no estás aquí, mientras yo busco otra blusa para mí. Además, en nuestra juventud te vi desnudo varias veces, así que no debería darte pena.
—De acuerdo— Yuta se dio la vuelta para darle la espalda. Y asi empezar a quitarse la camiseta.
Maki no pudo evitar mirarlo hacer aquella acción.
Observó aquella espalda, que le hizo parpadear varias veces para adaptarse a lo que sus ojos estaban mirando.
Primero; No recordaba que la espalda de Yuta fuera tan ancha y torneada. Segundo, aquellas cicatrices que le pasaban por el cuerpo, no recordaba que él las tuviera.
Su mano fue como un imán hacia esas marcas en la piel desnuda de este. Haciendo que a Yuta le recorriera un escalofrío por toda la médula.
—No recuerdo que tuvieras tantas marcas en la espalda...— comento Maki, haciendo que Yuta tuviera un escalofrío por todo su ser cuando la mano de esta toco su piel. Acto seguido, se dio la vuelta para mirarla.
Incluso de frente, Maki noto como la cicatriz en su costado derecho que iniciaba en la espalda, se extendía levemente hasta el costado de su abdomen.
El hechicero solo rasco su nuca.
—Bueno, en el extranjero me pasaron tantas cosas...entre ellas vi la muerte de cerca tanto por maldiciones como por— suspiro — Intentos de asesinato...
Maki elevó un poco las cejas por esa respuesta.
—¿Cuantas veces trataron de asesinarte?— pregunto con seriedad. Escuchar eso le hizo un nudo en el estómago mientras aun pasaba sus dedos por aquellas marcas.
Su mente empezó a razonar como el de su oficio de asesina. Quería encontrar a los responsables y hacerles las mismas marcas a ellos y de paso cortarles las gargantas por haber lastimado a aquel que amaba.
Yuta suspiro.
—Fueron varias veces, dos de esas contadas veces fueron cuando esas dos mujeres querían meterse conmigo solo para asesinarme.
—¿Entonces por eso Rika las alejo de ti?— Maki miro el anillo que sabía era de Rika y que seguía colgando en el cuello de Yuta.
—Así es ella me protegió, pero en otras ocasiones vimos la muerte muy de cerca, como cuando algunos brujos atacaban comunidades enteras— suspiro— pero no se comparan con quienes me hicieron estas marcas...— miro como Maki seguía pasando sus dedos por aquellas cicatrices— estas fueron hechas peleando contra maldiciones muy poderosas. Con esas cosas fue cuando más estuve a punto de morir y estas marcas solo son recuerdos de esas duras peleas.
—Así que tampoco la tuviste fácil fuera de Japón ¿Cierto? Parece que no fue un lindo viaje de negocios...— sus dedos empezaron a subir por su pecho desnudo hasta posarse sobre su mejilla.
De verdad, Maki no podía dejarle de ver el dorso, el cual estaba bastante definido. ni tampoco podía dejar de ver las cicatrices que contaban todo lo que Yuta había sufrido.
Una vez esta alcanzo la mejilla de Yuta, este le tomó con delicadeza y le besó la palma.
—Así es... tampoco la tuve fácil y es cuando más me cuestiono si realmente hubiera sido buena idea haber salido del país.
Maki poso su mano libre en el pecho desnudo de Yuta, podía sentir como su corazón latía fuertemente —¿Y cómo es que sobreviviste a tanto?— pregunto con curiosidad sin dejarle de ver a los ojos.
Aquel íntimo encuentro solo estaba haciendo que sus verdaderos sentimientos salieran.
—Fue por ti...— Salió suavemente de los labios de Yuta.
—¿Por mi?— Pregunto Maki con escepticismo.
El hechicero beso una vez más la mano de Maki, para después colocar sus manos en las mejillas de esta.
—Solo deseaba volverte a ver... eso es lo que me mantenía vivo— susurro acariciándole las mejillas.
—Simplemente quería verte una vez más, quería volver a besarte, abrazarte, tocarte, poder aunque fuera una última vez hacerte el amor... no podía simplemente dejar de pensar en ti y eso fue lo que me hizo querer seguir con vida por muchos años— empezó a acercar su rostro al rostro de esta.
—¿Realmente pensabas en mí?... porque no lo parece...— susurró Maki, en un hilo de voz al sentir que el aliento se le cortaba al sentirlo muy de cerca.
—Como no tienes idea…— susurró Yuta— Y ahora que te he vuelto a encontrar, quiero recuperar el tiempo perdido...— su nariz rozó la piel de la mejilla de esta. —Como lo he venido diciendo, quiero remediar mis errores y quiero poder recuperarte. Y más porque mis sentimientos no han cambiado nada por ti... Al contrario, en estos días mientras estaba en Tokio solo los he reafirmado — rozó sus labios con los de ella.
—¿En serio?— susurro Maki, sintiendo la piel desnuda del pecho de este arder contra sus palmas, ya que seguía acariciándolo lentamente, pasando sus dedos por sus pectorales y sus abdominales. Los cuales tenía ganas de besar.
Aquella situación estaba sacando a flote los verdaderos sentimientos de Maki, así como sus verdaderos deseos. Su respiración se volvió a cortar cuando escucho a este seguir hablándole con esa sensualidad que le caracterizaba en momentos como ese.
—Lo digo en serio Maki...— Yuta susurro a su oído, con un tono tan sexi que cortaba el aliento— No sabes cuanto te sigo amando, y no sabes cuanto te imagine a ti, haciéndote el amor en el extranjero...— sus ojos se cerraron mientras dejaba salir su aliento contra los labios de esta.
—¿Eso hasta que la hubieras conocido a ella? ¿No es así?— cuestiono Maki con un toque de celos en su voz. Realmente no podía sacarse a esa misteriosa mujer de la cabeza.
Yuta le robo un beso.
—Nada de eso. Si tú me hubieras acompañado al extranjero, yo te hubiera presumido como mi mujer, como la madre de mis hijos, como el amor de mi vida frente a todos quien nos conocieran.
—¿Incluso frente a ella?— pregunto Maki con las mejillas rojas y sus manos aún sobre el pecho de este.
—Incluso frente a ella…— Yuta acerco sus labios a su oído mientras respondía seximente —Te hubiera besado frente a ella y frente a todas las personas del mundo, simplemente para demostrarles todo lo que siento por ti…
A Maki le temblaron las piernas por todas esas palabras a las cuales, no sabía si creer del todo o no. Mientras sus manos seguían acariciando esa piel desnuda.
Un segundo beso rompió aquel silencio. El cual se fue intensificando en pasión.
Maki sentía como su ser también ardía. Pero su orgullo como mujer aun dolía.
—Aun así — dijo está entre besos— me cuesta creerte...— separó su rostro un momento para recuperar el aliento.
—¿P-Por qué no crees en mis palabras? — el pecho de Yuta subía y bajaba ante la excitación. Sus pulmones ardían ante la necesidad de aire y de paso por el deseo.
Maki miró los dos anillos que colgaban del pecho de Yuta, puso su mano sobre ellos sintiendo el frío del metal contra la piel caliente tanto de su mano como del pecho de este.
La imagen de cómo podría ser "esa misteriosa mujer del extranjero" invadió su cabeza. Golpeándola como un martillo.
—Por "ella"
—¿Por quién?— pregunto Yuta confundido.
—Me sigo refiriendo a la mujer con quien dormiste en el extranjero...— lo miro a los ojos muy molesta. De verdad estaba celosa. —Me cuesta creer en tus palabras porque si decías amarme, entonces ¿Por qué decidiste dormir con otras mujeres? ¿Por qué no venir antes por mí? ¿Por qué no viniste a buscarme si tanto decías amarme?
Yuta soltó el aire con desaliento.
—¿No me vas a perdonar fácilmente? ¿Cierto?
Maki siguió jugando un poco con ese anillo de compromiso, el cual iba a ser de ella.
—Me es un poco difícil perdonarte en ese sentido por el simple hecho de que, si tanto decías amarme, ¿Por qué dormiste con ella? ¿Acaso nunca Pensaste en mi?
—¡Siempre pensé en ti! ¡pase noches enteras sin dormir simplemente porque no dejaba de pensar en ti!— dijo Yuta elevando un poco la voz —¡Y Sí dormí con ella fue porque estaba intentando olvidarte!
Los labios de Maki se abrieron para soltar una pregunta, una de la cual tenía bastante curiosidad.
—¿Entonces tuviste sexo con ella pensando en mí?
—Admito que simplemente…—A Yuta ya le incomodaba hablar de aquello, ya que sentía que había hecho mal. Pero tampoco quería hablar ya tanto de esa mujer.
— Me deje llevar... pensaba que durmiendo con ella podría olvidarte después de casi seis años de no verte...pero — La mano de este tomó la mano de Maki y la puso sobre su pecho, a la altura de su corazón —Incluso haciéndoselo a ella, no podía sacarte de mí mente ni de mi corazón. Únicamente quería olvidarte y no lo logré y creo que eso fue lo que noto ella en mí, porque fue ella quien me aconsejo que regresara a Japón… ella fue la que me insistió en que regresara por ti… y al final, volví...
Maki suspiro al escuchar esas palabras e hizo puño su mano.
—Aun así, el que durmieras con ella me …—gruño— ¡Agh! Me molesta…— de su garganta salió un ruido de molestia pura.
Esa actitud llamo la atención de Yuta
—¿Acaso estas celosa?— pregunto con curiosidad ya que era la primera vez que veía a Maki de ese modo.
La peliverde movió un poco las manos. Estaba harta de ese doloroso sentir.
—¡Lo confieso! ¡Lo estoy!— dijo mirándolo a los ojos. —¡Estoy celosa de alguien que no conozco! ¡Detesto este sentir que provocas en mi!— apuntó a su propio pecho.
—Pero ya te dije que no la amo a ella— Yuta contesto con firmeza —¡Si! ¡Admito que fue mi error el haberme dejado llevar por esa tonta idea de que haciéndolo con alguien más te olvidaría! Pero no pude... y no puedo dejar de amarte...
—Aun así duele y quema...— contestó Maki cruzando los brazos.
—Lo sé, por eso mismo te pregunto — Yuta humedeció un poco sus labios y tomó un respiro antes de preguntar — ¿Cómo puedo demostrarte que estoy arrepentido de ese error? ¿Qué debo hacer para que creas que yo aún te amo? ¿Qué tengo que hacer para recuperarte? ¿Qué tanto debo hacer para que creas que muero por ti y que aun te deseo a morir? — suplico.
Maki suspiro y acaricio sus propios brazos. Estaba pensando en todas esas cuestiones.
Tomo un respiro y se miró levemente en el pequeño espejo circular que tenía en su escritorio. Viendo como ella debía afrontar todo aquello y más que las palabras de Yuki sobre que dejara fluir sus emociones se hicieron presentes.
Al igual que la idea de Yuta durmiendo con esa misteriosa mujer, despertó en ella un sentimiento de reclamar lo que siempre fue suyo.
—Hay una forma de responder a todas esas preguntas...— dijo Maki mirando de nuevo a Okkotsu. Parecía estar armándose de valor.
—¿Y cuál es esa forma?— preguntó este pasando una mano por su cabello. Soltó un suspiro de tensión.
Lo siguiente sorprendió a Yuta, ya que Maki jalo con suavidad de aquella cadena que sujetaban esos dos anillos. Lo jalo hacia ella para besarlo con pasión. Demostrándole los sentimientos que aún sentía por él.
Sus labios se encontraron en aquel apasionante beso, donde incluso sus lenguas empezaron una vez más a explorar sus bocas.
Las manos de Yuta fueron a la cintura de Maki, mientras esta se aferraba a su espalda, alzándose también un poco en sus puntas de los pies para seguir alcanzando su boca.
Sus cuerpos se aferraron con fuerza, Maki podía sentir como sus entrañas ardían en deseo por él y como el cuerpo de este gritaba que la deseaba, ya que las manos de Yuta no se quedaron quietas y le acaricio la espalda, metiendo sus manos bajo su camiseta e incluso bajaron a su trasero, apretándolo un poco sobre aquellos pantalones deportivos.
Sus jadeos no se hicieron esperar. Y más cuando ambos se separaron un momento para recuperar el aliento donde un hilo de saliva aún los conectaba y fue ahí donde Maki, aprovechó para encender por completo la mecha de aquella bomba.
Con un rápido y fuerte movimiento hizo sentar a Yuta en el borde de su cama.
Este tenía el pecho que subía y bajaba tanto por la adrenalina como por el deseo y la excitación que Maki le provocaba. Yuta estaba al borde de la cama, con las piernas levemente abiertas y sus codos recargados en el colchón.
Le sorprendió la fuerza que tenía Maki. No recordaba que fuera así de fuerte y más que con un simple empujón pudiera hacerlo caer así. Pero no importaba en ese momento. Él simplemente quería estar con ella. Quería cumplir sus órdenes como en sus años de preparatoria cuando lo hacían de vez en cuando en la habitación de esta.
Maki se acercó a él, poniéndose de frente y en medio de sus piernas. Tomó por un momento el rostro de Yuta entre sus manos, para mirarlo desde esa posición de arriba. Pasó sus dedos lentamente por sus mejillas y por los labios de este. Admirando cada parte de su rostro, en especial esos labios que de nuevo ya tanto le gustaba besar.
Maki quito las manos del rostro de Yuta y empezó a hablar muy directamente.
—Quiero que me demuestres que aún me amas como dices— quitó sus lentes y los dejó sobre su cómoda— Y si tanto dices que me deseas y que me amas... — soltó su cabello, quitando la liga que lo sujetaba, haciendo que cayera suavemente a sus lados— Es que quiero que me hagas tuya— dijo mientras se despojaba de su camiseta rápidamente, pasándola por sus brazos y cabeza y tirándola al suelo con una mano. Al igual que fue despojándose de su pantalón de una vez, el cual hizo a un lado cuando estos salieron de sus piernas.
Yuta abrió enorme los ojos ante tal petición. Sintió que toda su sangre corrió con más fuerza por todo su cuerpo hasta subir a su rostro, el cual tomó color.
—¡¿Qué?!— apenas y logró salir de la garganta de Yuta.
Estaba hipnotizado ante tal belleza y sensualidad que Maki desbordaba frente a él usando aquellas pantaletas negras y cómo sus senos estaban cubiertos con aquel sostén deportivo. Incluso su boca se abrió levemente al verla acercarse a él, volviendo a poner sus manos en las mejillas de este.
Maki definitivamente estaba usando sus encantos, así como Yuki le había aconsejado.
Pasó sus dedos por los labios de este con tal lentitud que parecía irreal. Tal sensualidad parecía una ilusión, un sueño hecho realidad.
Cada roce hacía que Yuta sintiera más deseo por ella, así como sentía que cada vez se ponía más y más duro dentro sus pantalones ante tal vista. Estaba completamente hipnotizado. Había caído bajo las redes de aquella mujer que aun amaba.
Maki se atrevió a poner su rodilla en medio de las piernas de este y sus manos se posaron sobre los hombros de Yuta, estaba lista para subir en él.
—Dije que quiero que me hagas el amor y me demuestres que cuando se lo estabas haciendo a "ella", era en mi en quien pensabas — ordenó Maki con firmeza y con la excitación corriendo por todo su ser.
Ambos seguían intercambiando miradas totalmente cargadas de pasión. Yuta trago un poco de saliva, realmente estaba hipnotizado por lo que veía.
Yuta admiro de pies a cabeza todo el cuerpo de Maki. Observó que sus caderas eran más anchas que hace siete años atrás, al igual que sus senos, los cuales noto un poco más grandes y redondos, pensó que todos esos cambios se debían al embarazo, el cual parecía que le habían caído bastante bien, así como noto que su abdomen estaba bastante definido y plano. Y sus piernas, eran demasiado hermosas y estilizadas. Como si el ejercicio tuviera sus buenos resultados con el paso de los años.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no dices nada? ¿Acaso no quieres hacerlo?— pregunto Maki al ver como Yuta no pronunciaba palabra alguna, mientras pasaba sus dedos por sus labios.
En aquel instante, Yuta se atrevió a pasar sus manos por la cintura de esta, acercándola rápidamente a su cuerpo. Inclusive le ayudó a subir a su cadera para empezar a sentir su piel semi desnuda contra la de él.
—No es eso— Yuta plantó un beso en medio de los pechos de Maki— Es simplemente que primero estaba admirando tu belleza...— Acarició la piel de la espalda de su amada— Sigues siendo tan hermosa como te recordaba en mis sueños y memorias…— susurro, provocando en Maki un sonrojo.
Ambos seguían intercambiando miradas en aquella inicial posición. Maki pasó sus brazos alrededor del cuello de Yuta, acariciando sus cabellos negros mientras este empezaba a acariciar las piernas de esta, las cuales estaban acomodadas a los costados de sus caderas.
El deseo era bastante palpable en ambos. La tensión por profundizar más en su recién encuentro, estaba a punto de dar un paso gigante.
Las caricias en el cabello y en la espalda de ambos solo fueron la chispa que daría inicio a todo lo que vendría. A aquella explosión sexual.
Aquello ya no era un sueño, de verdad, después de siete años, ambos estaban juntos una vez más, pero más juntos de lo esperado.
—Y sobre lo que me estás pidiendo — dijo Yuta con voz ronca, mientras acercaba sus labios a los labios de Maki, rompiendo así la tensión y el silencio. Llenándola de suaves besos iniciales que acostumbraba a darle desde preparatoria.
Maki correspondió los besos—¿Acaso está mal lo que te acabo de pedir? O ¿Acaso no puedes hacérmelo porque estás pensando en "ella"?— preguntó en un tono retador.
—¡Para nada estoy pensando en ella!— reclamo Yuta mientras abrazaba con más fuerza a Maki desde la cintura y la acercaba más a él para que sintiera su dureza en sus pantalones —Simplemente estoy pensando en cómo comenzar, porque hay tanto que quiero hacerte… han pasado tantos años que únicamente quiero comprobar que no eres un sueño o un producto de mi imaginación o de una locura pasajera.
— Susurro a su oído, mientras besaba su lóbulo y sus manos se aferraban a su piel.
—No sabes cuánto deseé volver a hacerte el amor… de tenerte así de cerca una vez más… simplemente quiero hacértelo de tal manera que olvides mi error… y que después de esto, solo estés deseosa de mi como yo estoy de ti— gruñó suavemente, escondiendo su rostro en la cuenca del cuello de Maki, donde empezó a llenarle de besos.
La peliverde jadeo al escucharlo tan excitado, en aquella mezcla de molestia y deseo que demostró en su respuesta. Aquello de verdad le había excitado más.
Los besos empezaron una vez más. Fueron tan apasionados que los gemidos de Maki empezaron a salir rápidamente una vez Yuta empezó a besarle el cuello y los senos. Los cuales empezó a masajear sobre aquella prenda que le estaba estorbando.
Las caderas de ambos empezaron con la fricción, en movimientos un poco lentos mientras Maki presionaba su intimidad aún cubierta, contra aquella erección que ya era bastante palpable y marcada en los pantalones de Yuta.
Las manos de Maki acariciaban los hombros y la espalda de este, sus dedos exploraron aquella ancha espalda que le empezaba a gustar bastante, sus labios no se quedaron quietos y bajaron a comer el cuello de este para dejarle una que otra marca. Mientras Yuta empezó a meter sus manos en las pantaletas de esta para acariciar su trasero a placer, haciendo que Maki se moviera más contra el miembro cubierto de este.
Yuta empezó a subir sus manos por la espalda de Maki, hasta meter sus manos al sostén de esta para empezar a quitarlo.
Yuta tomó el borde de aquella deportiva prenda, mientras mordía suavemente los labios de ella —Sube los brazos Maki san— ordenó mientras le seguía comiendo la boca.
Maki jadeo ante tal orden, la forma en que se lo pidió la hizo ceder por la excitación provocada, levantó los brazos y dejó que este la despojara de aquella prenda. Haciendo que sus senos quedaran libres en un suave rebote.
Yuta empezó a besar y chupar esos senos. Realmente había extrañado aquella extensión de piel en ella.
De la garganta de Maki empezaron a salir más dulces gemidos mientras hacía suavemente su cabeza hacia atrás, y sus caderas se movían un poco más, sintiendo como su ya muy humeda intimidad lo necesitaba.
En un rápido movimiento, Yuta hizo que ambos cambiarán de posición.
Yuta tomo a Maki por la cintura y la acostó con un poco de rudeza sobre el colchón. Eso hizo que los ojos de Maki se abrieran sorprendidos mientras su pecho subía y bajaba en una respiración errática. Aquel movimiento le había excitado todavía más.
El hechicero que venía del extranjero, se acomodó arriba de ella y estando en esa posición, empezó a besarle la boca, para después empezar a bajar por su cuerpo.
Paso tanto sus labios como su lengua por sus pechos, los cuales beso y mamo un poco, concentrándose en los pezones de Maki quien gemía de placer. Mientras esta pasaba sus manos por su cabello y hombros.
El hechicero se turnó entre ellos, para después bajar y seguir besando aquel definido abdomen. Beso alrededor del ombligo de esta. Y una vez llegó más abajo de aquel ombligo, se detuvo al notar unas delicadas líneas blanquecinas en la piel donde iniciaba sus pantaletas.
Esas eran unas estrías, que eran las marcas que habían quedado en su cuerpo después de su embarazo.
Yuta se detuvo y las miro con atención, incluso paso sus dedos con delicadeza por esas líneas.
—Esas marcas… son viejas… nunca desaparecieron después del embarazo — contesto Maki mirándolo, mientras pasaba sus dedos por el cabello de este.
—Son bastante hermosas…— beso aquellas blanquecinas líneas.
—¿Tú crees? A veces yo no opinó lo mismo…
Aquellas líneas de vez en cuando le causaban bastante inseguridad, a pesar que la mayor parte del tiempo no les tomaba importancia. Sobre todo, porque esas líneas eran un recuerdo de su embarazo y lo tan mal que lo había pasado.
Yuta siguió llenando de besos esas líneas. —Para mí lo son. Son demasiado hermosas y más si las tienes tú… — la miro un poco antes de continuar besándole— gracias por haber dado a luz a nuestros hijos…— susurro.
Maki sonrió ante aquellas palabras mientras Yuta seguía descendiendo por su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, la cual aún estaba cubierta con esas pantaletas negras.
Podía notarlo en aquella prenda que ya estaba con una gran mancha de humedad, ella estaba bastante excitada. Pasó suavemente sus labios por aquella intimidad aún cubierta y pudo notar como a Maki se le cortó la respiración, mientras un espasmo de placer recorrió todo su cuerpo. Yuta seguía conociendo bastante bien los puntos más delicados de ella.
Le abrió más las piernas con delicadeza y se acomodó en medio de estas, para empezarle a llenarle de más y más besos tanto en sus muslos como en sus pliegues. Rozando aquel clítoris aun cubierto tanto con su boca y lengua, así como paso un poco sus dedos por aquella intimidad. Yuta le estaba comiendo el coño después de siete años, así como en sus años de preparatoria.
—Yuta— Maki gimió su nombre a lo alto, incluso mordió sus labios al sentir tal placer. Hasta sus manos se enredaron en el cabello de este— Por favor… sigue así...hazme Tuya…— suplico.
El nombrado entendía aquella señal. Podía verlo incluso en el movimiento de las caderas de ella. Lo necesitaba y él a ella. Poco a poco, Yuta fue retirando aquella prenda que aún cubría el cuerpo de Maki, le quitó las pantaletas en un movimiento casi desesperado, para así pasar sus labios y lengua por aquella intimidad que ahora estaba descubierta para él.
—¡Yuta!— Maki gimió una vez mas de placer al sentir la boca de este por toda su intimidad, aquello fue pasajero ya que Yuta quería ya pasar a lo siguiente.
El hechicero se limpió los labios con el dorso de la mano, mientras se ponía de pie y dejaba caer al suelo aquella prenda que acababa de despojar del cuerpo de Maki.
Observó a su amada acostada en la cama, con la cara toda roja, con el pecho subiendo y bajando rápidamente debido al placer.
Yuta se pasó la lengua por los labios al notar a Maki en aquella posición, con sus cabellos alborotados sobre la cama y sus pliegues todos húmedos y goteantes. Ella estaba ya totalmente desnuda y deseosa por ser de él.
—¿Qué pasa?— preguntó Maki recuperando el aliento y alzando un poco su pierna derecha, para así con su pulgar acariciar el abdomen de Yuta quien seguía en pie.
—Simplemente te estoy admirando— contesto con una voz ronca debido a la excitación, mientras acariciaba la pierna de esta y empezaba a llenar de besos su pantorrilla.
—¿Y?— Maki se recargo en sus codos —¿Piensas quedarte ahí?— preguntó con picardía —¿Solo vas a seguir mirando? O ¿Piensas ya hacerme tuya?— sus piernas jugaron un poco con la vista de este. Abriéndose y Cerrándose juguetonamente.
Maki bajó lentamente su pie, el cual seguía rozando contra el torso desnudo de Yuta hasta que se detuvo donde iniciaban sus pantalones.
Yuta entendió aquella invitación, así que decidió despojarse de las prendas que aún le quedaban.
Desabrocho su pantalón y lo bajo por sus piernas para después hacerlo a un lado con su pie.
Maki se mordió de nuevo el labio al ver como la verga de Yuta se marcaba contra su ropa interior. Realmente no lo recordaba de esta manera. Tan sexi y bastante atractivo.
Yuta se despojó de su ropa interior, haciendo que su verga, toda erecta saliera por completo en un rápido movimiento.
A Maki se le cortó la respiración al verlo completamente desnudo. Había despertado en ella varios recuerdos de su juventud, como cuando experimentaron con su sexualidad en la habitación de ella y como cuando fue su primera vez entre ellos dos, perdiendo así la virginidad. Así como recordó aquella noche cuando concibieron a sus mellizos poco después de san Valentin.
Realmente Yuta despertaba en ella, deseos que nunca sintió por ningún otro hombre.
Yuta se empezó a acercar a ella con ojos que solo hace un depredador hacia su presa. Aquellos azulados y profundos ojos que a cualquier otra persona les provocaría un miedo profundo, pero a ella, le despertaban demasiados deseos.
Maki admiro a este, mientras Yuta se posicionaba arriba de ella, entre sus piernas y con sus manos a sus costados.
La peliverde sintió como la dura verga de Yuta, rozaba sus pliegues, ambos realmente estaban ansiosos y deseosos por lo que estaba a punto de pasar.
Yuta la miró a los ojos mientras estaba arriba de ella. Maki le acarició las mejillas, jalándolo con suavidad hacia sus labios.
—¿Esto podía ser considerado parte del "Kintsugi"?— preguntó ella con una leve sonrisa, mientras con una mano le acariciaba el cabello y con la otra, acariciaba su espalda por su costado, guiándose por esas cicatrices que le adornaban.
Yuta le dio varios besos más en los labios.
—Podría decirse que si… aunque en otros países a esto le llaman "sexo de reconciliación"— dijo con una gran sonrisa.
—Mmm reconciliación no suena mal — dijo Maki besándolo.
Aquellos besos siguieron un poco más. Eso hasta que Yuta por fin se atrevió a preguntar algo que quería saber desde hacía rato atrás.
—Maki san— susurro en el cuello de esta mientras una de sus manos exploraba la piel de sus piernas—¿Acaso yo sigo despertando algún sentimiento en ti? ¿Acaso tú me sigues amando?
Aquellas preguntas hicieron que Maki soltara el aire en un largo suspiro. Trago saliva, quería gritarle que sí, que si lo seguía amando a pesar de que ella era el asesino a quien buscaba.
Maki simplemente acerco sus labios a los de él —¿Por qué no lo descubres por ti mismo?— dijo bajando su mano derecha a la verga de Yuta. La cual masturbo muy lentamente —Siempre que puedas atraparme… lo averiguaras— susurro en voz muy baja.
Aquellas palabras no las entendió Yuta en aquel momento. Quizás mucho más adelante lo comprendería. Pero en aquella ocasión, su juicio sólo estaba nublado por el placer.
El hechicero soltó un gemido al sentir la mano de esta envolver su miembro, Maki lo masturbo un poco más antes de guiarlo a su entrada. Pasando de punta a base, sintiendo las venas gruesas de este, así como sintiendo el líquido pre seminal que ya salía de la punta.
Y sin hacer caso ni a lo que Yuki ni lo que Satoru habían insinuado sobre usar un condón o cualquier otro anticonceptivo, Maki abrió un poco más las piernas para que Yuta pudiera entrar sin dificultad una vez acomodo su miembro en su entrada, estaba lista para la primera penetrada.
—¿Quieres que ya entre?— Beso sus labios— ¿Estas lista, Maki san?— pregunto Yuta, acariciándole las mejillas.
Maki hizo un sí con su cabeza.
—Te necesito Yuta... así que hazlo, por favor, hazme tuya...— Jadeo de manera provocativa.
Yuta afirmó con la cabeza, acomodándose entre las piernas de Maki.
Ambos se miraron a los ojos en aquella posición, Maki empezó a acariciar la espalda y el trasero de Yuta, mientras este le daba la primera embestida.
La peliverde soltó un gemido a lo alto e incluso cerro los ojos con fuerza, realmente había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo había hecho, asi que volverse a acostumbrar a aquella sensación de una verga dentro de ella, le llevó muy poco tiempo acostumbrarse, ya que estaba realmente deseosa de él y la excitación la tenía al tope.
—¿Estas bien Maki san?— pregunto Yuta deteniéndose un poco.
Esta hizo un sí con la cabeza.
—Lo estoy... por favor — gimió mientras lo acercaba a su boca —Continua Yuta... se siente tan bien después de muchos años...
Yuta solo hizo un sí con la cabeza y empezó a moverse de nuevo, mientras comía su boca y sus manos se enredaban en su cuerpo.
Incluso por como estaban de abrazados, Maki sintió como en su piel, el metal de aquellos anillos se marcaba contra ella en su pecho.
Volver a hacerlo después de siete años con el amor de su vida, era una experiencia única. Una que ambos querían dejar grabadas en todo su ser para comprobar que no fuera un sueño o una fantasía más.
Yuta siguió moviéndose en un ritmo que recordaba a Maki le gustaba, al inicio fue suave y lento, para después ir aumentando en ritmo. Yuta pudo sentir lo tan mojada que Maki estaba y como su interior se acostumbraba y aferraba a su miembro.
Los besos entre esos dos volvieron con más pasión. Se estaban comiendo la boca mientras sus manos acariciaban sus cuerpos.
Maki se aferró a los brazos de Yuta, mientras este bajaba su boca a su cuello y clavículas y empezaba a dejarle algunas marcas.
—¡Oh Maki! ¡Mi Maki!— Yuta gimió su nombre varias veces.—No sabes cuanto deseaba poder hacerte el amor de nuevo — se apoyó un poco en sus brazos para mirarla mientras seguía penetrándola.
—¡Yuta!— Maki gimió aquel nombre mientras movía su cadera al ritmo de este, incluso abrazo con sus piernas la cadera de Yuta para que entrará más en ella. Provocando en ella miles de sensaciones que había olvidado.
La peliverde tampoco se quedó atrás en dejarle marcas en el cuello y hombros.—Eres mío…— susurro en un tono muy bajo pero seductor, mientras dejaba una marca más en el cuello de Yuta y después seguía con los besos en los labios.
Aquellas palabras provocaron más excitación en Yuta, quien empezó a moverse un poco más rápido y rudo. En aquella habitación podía escucharse el ruido de sus caderas chocar al igual que de los besos que se daban con mucha pasión, así como también los gemidos que ambos soltaban.
Siguieron en aquella posición un poco más, eso hasta que Maki pidió ahora estar arriba de Yuta. Cosa que él acepto sin dudarlo.
Yuta se detuvo un instante, salió de Maki, provocando que está soltara un fuerte jadeo al sentir que salía de ella, mientras este se dejaba caer boca arriba en aquel colchón.
Yuta se recargo en sus codos —Sabes que soy todo tuyo…— dijo con una gran sonrisa de confianza mientras ambos se miraban desnudos y se acariciaban.
—Eso vamos a comprobarlo — dijo Maki en una gran sonrisa mientras se acomodaba arriba de él, con sus manos a los costados de su cabeza y su intimidad pegada a la verga de este.
Maki empezó a besarlo primero en la boca y después fue bajando, llenándolo de suaves y lentos besos en el cuello, en el pecho y en el abdomen hasta que llego a las caderas de este.
Una vez Maki se acomodó arriba de las caderas de Yuta, esta tomó su miembro, el cual seguía erecto.
Y antes de volverlo a meter en ella, primero lo masturbo un poco más.
Eso hizo que las piernas de Yuta temblaran de placer y sus dedos se curvaran un poco. De nuevo, la mano de Maki envolvió aquel miembro, el cual no recordaba que fuera así de grueso. Movió su mano de base a punta varias veces. Haciendo que Yuta gimiera e hiciera su cabeza hacia atrás.
—¿Te gusta?— pregunto ella con una sonrisa de triunfo.
—Me encanta— comento este acostado, con aquel collar a un costado de su cuello.
—¿Okkotsu? — Maki miro aquel que se supone era su anillo mientras seguía masturbándolo — ¿Acaso tu sigues siendo mío?
Yuta sonrió enormemente por esas preguntas.
—Eso es algo que no debes preguntarme, porque la respuesta siempre va a ser que yo soy solamente tuyo— entrelazo su mano con la mano libre de Maki — Incluso eres la única a la que dejaría que me matarás si eso significa protegerte o salvarte a ti y a nuestros hijos.
La peliverde sintió demasiada adrenalina y orgullo al escuchar aquellas palabras. Sabía que se estaba acostando con el enemigo. Pero no importaba, le encantaba.
Ambos intercambiaron una sonrisa, Maki siguió masturbándolo un poco más, eso hasta que ella se acomodó arriba de él, guiando la punta a su entrada y empezando a bajar. Quería ahora ella tener el control de las penetradas, quería marcar el ritmo.
Ambos soltaron fuertes jadeos una vez Maki bajo hasta la base. Aquel miembro había entrado perfectamente en ella.
Empezaron a hacerlo en aquella posición y Maki empezó a marcar el ritmo. Al inicio fue lento, pero poco a poco fue aumentando rápidamente, mientras Maki no dejaba de mirarlo a los ojos y de los labios de ambos salían gemidos de placer. Realmente lo estaban disfrutando, en especial ella después de siete años de no tener intimidad. Podía sentir perfectamente como su interior se acoplaba a él. Realmente lo había extrañado y deseado. Así como él, estaba disfrutando de volver a tener sexo con el amor de su vida.
Yuta admiro el cuerpo de Maki, se veía majestuosa arriba de él.
Incluso este tuvo el atrevimiento de pasar sus manos por aquellas caderas que chocaban contra las de él. Acaricio su marcado abdomen y después subió sus manos hasta sus senos, los cuales acarició como si no hubiera un mañana.
—Maki...
—Yuta...
Gimieron sus nombres con total deseo, sin dejar de sentirse ni de mirarse a los ojos.
Aquellos movimientos hicieron que Yuta estuviera muy cerca de su orgasmo.
Asi que se acomodó una vez más, sentándose porque necesitaba besarla.
Maki pasó con desespero sus manos una vez más a la espalda de Yuta. Mientras sus labios se comían como si no hubiera un mañana. Incluso le dejo algunos rasguños muy visibles en los hombros y espalda.
La lluvia afuera también había alcanzado su clímax. Los vientos, la fuerte lluvia y los truenos no dejaban de sonar.
En un movimiento más, de nuevo ambos cambiaron de posición, Yuta ahora de nuevo estaba arriba, mientras Maki estaba acostada debajo de él, con sus piernas bien aferradas a la cadera de este.
—En serio, eres difícil de sacar de la cabeza y del corazón… — susurro Yuta al oído de Maki mientras la penetraba más fuerte, su ritmo ahora era más rápido porque el orgasmo de ambos estaba muy cerca. —Te amo... en serio te amo...
Maki al escuchar aquello, sintió que su cuerpo no podía más. El placer se desbordaba por completo mientras esta le rasguñaba la espalda, dejándole así varias marcas que al principio dolían, pero ante el placer eran agradables.
—Oh... Yuta...—Gimió Maki, de sus ojos salieron lágrimas, las cuales eran de placer. Se sentía tan plena. Tan deseada, tan amada.
—Maki... Mi Maki...— dijo Yuta a su oído, mientras seguía moviéndose y llenándola de besos en el cuello y los labios, mientras sus manos se aferraban a ella—Te amo— susurro contra el cuello de esta, quien hizo su rostro un poco hacia arriba por la excitación.
Las penetradas siguieron solo un poco más, Maki fue la primera en llegar al orgasmo, sus piernas por un momento se cerraron con fuerza atrapándolo y después se relajaron, asi como su espalda se arqueo por todas las sensaciones del momento. Sus gemidos inundaron en alto toda la habitación y agradecía que no hubiera nadie más en casa en aquel momento ya que esos gemidos pudieron llegar a oídos de cualquiera y más que la puerta de su habitación estaba completamente abierta.
Tenía aun los ojos cerrados, estaba procesando lo que acababan de hacer.
Estaba satisfecha y de paso, había comprobado algo. Algo tanto de ella como de Okkotsu y eso era que aún se deseaban a morir.
Después de unas penetradas más, Yuta se corrió dentro de Maki. Soltando una gran cantidad de su cálida semilla.
Ambos permanecieron abrazados y entrelazados así unos instantes más, moviendo con suavidad sus caderas antes de detenerse por completo, sus respiraciones eran erráticas. Poco a poco empezaron a separarse para verse a los ojos.
Yuta se recargo en sus brazos para mirarla mientras se detenía lentamente y esta fue abriendo los ojos poco a poco.
—Te amo...— dijo él con una sonrisa de satisfacción, mientras su frente estaba recargada en la frente de esta.
Maki sonrió por esa palabra, la cual como había dicho Yoshio, parecía ser mágica. Esta llevó sus manos al rostro de este y lo acercó para besarle un poco más. Maki de nuevo pronunció algo en voz muy baja, algo que solo Okkotsu escucho e hizo que una sonrisa se formará en sus labios también.
Después de aquellos besos, ambos intercambiaron una mirada más, eso hasta que Yuta decidió salir de ella y acostarse a su lado, sin dejarla de rodear en sus brazos.
Maki recargo su cabeza en el pecho de este, mientras recuperaban la respiración. No podían creer lo que acababan de hacer. Habían tenido sexo de reconciliación. Y claro que querían volver a repetir.
Ambos guardaron unos minutos de silencio, mientras Yuta acariciaba la espalda de Maki, quien se había acomodado por completo sobre él.
—De verdad…— Yuta fue el primero en hablar —Me hubiera gustado que tu me hubieras acompañado al extranjero… Maki san...— dijo mirándola y sin dejar de acariciarla —Me hubiera gustado haberte hecho el amor en todos los países que visité…
Maki le miró y le acarició el rostro.
—¿Eso hasta que la hubieras conocido a ella? ¿No?— repitió con maldad.
—¡Por supuesto que no! — Yuta alzo la voz — ¿Qué acaso no te acabo de demostrar que te amo? ¡Te acabo de hacer el amor!— contesto en una mueca.
Maki soltó una risita.
—Solo estoy bromeando —Acaricio sus mejillas—Y en realidad, me demostraste más que eso— le dio un beso para que se calmara –solamente quería comprobar algo.
—¿Y qué es eso que querías comprobar?— pregunto Yuta elevando una ceja.
Maki solo sonrió dulcemente sin dejarle de mirar.
—Quizás eso te lo responda luego.
Esa respuesta no convenció del todo a Yuta. Suspiro.
—Maki ¿Acaso tu sigues sintiendo algo por mí?
—¿A qué viene esa pregunta?— Maki le miro fijamente.
—Bueno… con lo que acabamos de hacer…
—¡Baka!— Maki susurro en sus labios antes de besarle —Acabamos de hacer el amor y aun así me estas preguntando si yo aún siento algo por ti, eso debería ofenderme un poco — le tomo de las mejillas mientras se acomodaba arriba de él para estar aun así de cerca —Aunque mi muestra de amor más grande hacia ti es que tuve a tus hijos y les di a luz, así como los he cuidado por casi siete años ¿Eso no es suficiente?
Yuta sonrió por esas palabras.
—Eso es mucho más en realidad— acaricio su espalda con ambas manos, yendo desde donde iniciaba sus hombros hasta donde comenzaba su trasero — Entonces ¿Esto significa que ya estoy perdonado?
—mmm nop— soltó ella un pequeño ruidito que venía desde su garganta —Aún falta mucho por demostrar para que te perdone del todo y más por haberte ido por siete años… aunque con esto que acabamos de hacer, quizás ya te haya perdonado el primer año de siete de tu ausencia— Dijo Maki acariciando sus mejillas.
Yuta suspiro por esas palabras.
—¿Entonces si te hago el amor otras seis veces, quizás me perdones del todo?— pregunto en un puchero.
Maki le beso en los labios.
—Quizás...— sus manos hicieron círculos sobre su pecho — igual dependerá de que otras cosas podamos hacer tanto juntos como también vea el cómo te comportas con los niños.
Yuta sonrió por esa respuesta.—Haré mi mejor esfuerzo para conquistarte. Así como también, trataré de ganarme la confianza de nuestros hijos.
—Y hablando de los niños…— Maki miró el reloj que tenía en su mesa de noche, notó que ya se le había hecho tarde para iniciar su misión como asesina, como también se percató que la tormenta ya había parado desde quizás minutos atrás. Asi que debía darse prisa, sino su objetivo se le iba a escapar.
—Yurika y Yuudai no tardarán en regresar y de paso, a mí ya se me hizo tarde para ir al trabajo— dijo está empezando a moverse para levantarse de la cama.
Pero en un movimiento rápido, Yuta la tomó de la cintura y la volvió a acercar a él para abrazarla.
Aquel abrazo sorprendió a Maki, quien noto como Yuta no quería soltarla.
—¿Y si te quedas? ¿Y si esperamos a los niños para pasar una tarde en familia?— sugirió mirándola con demasiado amor.
Maki le miró, poniendo ambas manos en su pecho y sentándose un momento arriba de él —¿Una tarde familiar?— preguntó con curiosidad mirándolo fijamente.
—Si—Yuta acarició las manos y los brazos de esta— estaba pensando en si los cuatro vamos a comer a algún restaurante y de ahí podemos, no sé, ir al cine o ir de compras como una familia… realmente quiero recuperar el tiempo perdido antes de…— guardo silencio. Recordando lo que Satoru le había dicho sobre su caso del asesino de hechiceros, así como de su posible liderato.
—¿Antes de qué?— pregunto Maki con curiosidad.
Yuta se fue sentando para quedar así muy cerca de los labios de Maki. Sus brazos cruzaron por su cintura.
—Antes de decirles la verdad a Yurika y a Yuudai sobre que yo soy su verdadero padre.
—¡¿Estás loco?!— Maki elevo la voz— ¡Es muy pronto para confesarles eso!— Reprocho mirándolo de frente mientras estaban de nuevo piel con piel.
—Pero necesito decirles la verdad.— Yuta movió un poco sus manos.
—Necesito que ellos sepan que yo no soy solo un amigo más. Necesito que ellos sepan toda la verdad sobre nuestra relación, así como sobre porque no he estado con ellos durante siete años y más que…— apretó los labios por un momento.
—¿Y más por qué? ¿Qué estás escondiendo Yuta Okkotsu?— preguntó Maki pasando sus manos al cabello de este, jalando suavemente su cabeza hacia atrás para que la mirara a los ojos.
Yuta tomo un respiro.
—Es que, estando en Tokio, descubrí algo más. Algo que quizás llegue a afectar demasiado nuestro destino…
—¿Qué estás tratando de decir con eso? ¿Qué más descubriste estando en esa infernal ciudad?— preguntó ella con un hilo de voz.
Yuta tomó un respiró. Sabía que lo que iba a decir podría provocar un caos total. Aun así decidió lanzar la bomba.
—Descubrí que Satoru piensa retirarse y él me dijo que me va nombrar a mí como el próximo líder del clan Gojo.
La mandíbula de Maki cayó.
—¡¿QUÉ?!— Gritó.
—Dije que quizás yo sea el siguiente líder del clan Gojo…
Maki rápidamente se separó de él, se bajó de la cama y se puso de pie muy sorprendida.
—¿¡Me estás diciendo que acabo de tener sexo con el que será el siguiente líder del clan Gojo?! Enserio no puedo… creerlo…— arrastró las palabras mirándolo. Aquella revelación para nada se la esperaba.
Yuta se llevó las manos al rostro.
—Imagina como estoy yo…
Maki primero tomo su sostén para empezar a vestirse, después tomo unos pañuelos para limpiar el desastre que Yuta le había hecho en su entrepierna, ya que él semen de este seguía bajando por ella.
—¡¿POR QUE ESE IDIOTA VA A RETIRARSE?! PERO SOBRE TODO ¿POR QUE TU DEBES SER SU SUCESOR SI SE SUPONE QUE USTEDES NO SON PARIENTES DE SANGRE DIRECTA?— Preguntó alzando la voz mientras terminaba de limpiarse.
—Es una larga historia… por eso mismo quiero que hablemos… y…— dijo Yuta sentándose al borde de la cama.
Maki seguía molesta porque Yuta no le dijo eso antes —¡Ahora me siento como una mujerzuela por haber tenido sexo con el siguiente líder de no un clan cualquiera, sino del clan Gojo! ¡Me siento como una sucia amante!— se empezó a poner las pantaletas. Estaba furiosa porque él no le dijo nada de eso antes.
Yuta se puso de pie rápidamente y la abrazo por la espalda para tratar de tranquilizarla.
—No eres una mujerzuela y tampoco quiero tratarte como una simple amante y no, aún no soy el líder de ese clan… aunque para serlo— suspiro —tengo que cumplir primero con algo… algo que no quiero.
—¿Y qué es ese algo que debes cumplir?— pregunto mirándolo sobre su hombro.
—Se trata del caso que estoy averiguando sobre el nuevo asesino de hechiceros.
—¿Qué hay con eso?— Maki sentía que el corazón se le saldría del pecho.
—Pues…— Yuta fue interrumpido por un grito que venía de la planta baja.
—¡Mamá!
—¡Ya llegamos!
Los mellizos habían vuelto.
La puerta rápidamente de esa habitación se cerró de golpe. Ambos debían darse prisa para vestirse y bajar. Pero ¿Qué pretexto pondrían? ¿Qué pasaría después con esa familia aquella tarde? ¿Yuta les diría la verdad a Yurika y a Yuudai sobre que él era su verdadero padre?
Eso pronto lo descubrirán.
Continuara...
Notas:
Espero les haya gustado este capítulo 🔥 ¿Qué les pareció?
Estaré leyendo sus comentarios.
Y como pudieron leer, al fin, después de siete años por fin esos dos pudieron volver a reencontrarse íntimamente. ¿Acaso esto tendrá consecuencias? ¿Acaso pronto vendrá un tercer bebé? Quizás más adelante sepamos si este encuentro tuvo frutos 😏❤
¿Qué creen que suceda en el siguiente capitulo? ¿Creen que Yuta les diga la Yurika y a Yuudai sobre que él es su verdadero padre? ¿Qué excusa pondrán Maki y Yuta sobre que estaban haciendo ahí arriba? Como dije, estaré leyendo sus comentarios. Y más que de ahora en adelante, esta historia se va a centrar tanto en la relacion de esos dos adultos, asi como en Yuta tratando de ganarse la confianza y cariño de sus hijos. Asi que la trama ahora estará centrada en la familia Okkotsu.
De verdad, espero que este 2025 este lleno de cosas bonitas para cada uno de ustedes. Que sus propósitos se cumplan y que la vida les sonría y llene de muchas cosas buenas.
La verdad, espero que en este año que está por comenzar, pueda seguir trayéndoles más tanto de esta historia como de las demás y si algún día dejara de hacerlo o simplemente desapareciera por alguna cuestión, espero me recuerden con cariño tanto a mi como a mis fics.
En serio, de todo corazón, les deseo un feliz y próspero 2025.
Los quiere Vera ❤
