Capítulo 21.
Tal y como había prometido, la bella mujer de ojos celestes aparecería en el hostal. Sin mayor dificultad lograría llegar hasta la habitación de la rubia y desde luego su actitud no había mejorado.
— Cuando menos te hubieras anunciado.
— No me pareció apropiado que habláramos en el lobby, y tú tampoco eres de las que avisa antes de llegar ¿o sí?
— Creí que te alegraría verme.
— Y así fue, pero no tenías por qué haber venido y no puedes quedarte. Simplemente no deberías estar aquí.
— Vine hasta aquí, porque tenía la esperanza de recuperarte, solo para ver que ya había alguien más en tu vida. Tal vez no te importe lo que yo pueda sentir, ni siquiera entiendo por qué dejaste que me acercara, pero no puedes pedirme que me vaya sin consideración alguna, sin siquiera permitirme un tiempo con Hotaru.
— No tienes idea de lo que sentí al verte y no me arrepiento de haberte abrazado no había razón para no hacerlo, no pensé que lo malinterpretarías tanto.
— ¿Malinterpretar? ¡Casi dejaste que te besara!
— ¿Y qué esperabas que hiciera? ¿qué te apartara fríamente? "hola Haruka, tengo pareja, regresa por donde viniste"
— Habría sido mejor, debiste dejar en claro tu situación, pero decidiste hacerme sentir como a una idiota cuando esa mujer apareció de la nada.
— A pena si podía creer que fueras real. Fuiste tú quien apareció de la nada, no me diste tiempo de reaccionar; no supe qué hacer, y no quise lastimarte de esa forma.
— "Ah, claro que no querías, era mejor salir a exhibirse públicamente para que yo lo entendiera" ¿Sabes qué? No tienes que preocuparte, la verdad es que tienes todo el derecho, debí imaginar que tu nueva vida implicaría enamorarte de nuevo, supongo que tendré que hacerme a la idea. Aun así, creo que merezco cuando menos estar cerca de Hotaru. Ella es lo único que debe importarme ahora.
— Bien, si de verdad piensas así, espero que sepas tomar las cosas con madurez.
— Madurez dices ¿Entonces supongo que así tomarás ese asunto de ayer? — Haruka trataba de aplacar su ánimo, pero la verdad es que sus celos gradualmente se convertían en algo más que simple tristeza o enfado.
— Si te refieres al hecho de que prácticamente raptaste a mi hija creo que es algo bastante diferente.
— ¿Raptarla? No creo que sea para tanto y espero que ella esté bien.
— ¿Por qué no habría de estarlo?
— Fuiste demasiado injusta con ella, no la escuchaste ni por un segundo ni le diste la oportunidad de explicar.
— Hablé con ella esta mañana, le dije que todo estaba perfectamente y que no estaba molesta.
— ¿y eso fue todo? Lo menos que debías de hacer era disculparte.
— Es mi hija, no tengo que disculparme con ella. No puedo dejar que haga lo que sé que se le antoje sólo porque estás aquí, no necesito que vengas a alentar ese comportamiento.
— No fue su culpa, la llevé sin tu permiso por que creí que no querrías dejarla ir y creo que no me habría equivocado.
— "¿Pues qué crees?" Soy su madre, se supone que eso es lo que hago, decido que puede y que no puede hacer.
— ¿Y no crees que tengo derecho a siquiera dar un paseo con ella?
— No eres su padre, y ya ni siquiera haces parte de su vida. — sin duda semejante afirmación lastimó a la rubia, pero no se permitió demostrarlo.
— No es lo que ella piensa y cuando menos me extraña tanto como yo a ella.
— Estuvimos bien sin ti todo este tiempo.
— Sé que tienes una muy buena nueva vida, pero ahora que estoy aquí no puedes alejarme de ella así nada más.
— No tienes nada que hacer aquí.
— No te preocupes no pienso inmiscuirme entre tú y Elsa.
— ¿Recibiste mi correspondencia?
— ¡Sé lo que decía tu carta!
— Si así fuera no habrías venido.
— Entonces debía aceptar que todo terminara así, sin poder siquiera despedirme apropiadamente, aceptar que la última vez no tuvimos la oportunidad y que así se quedaría.
— ¡¿Y que se supone que es lo apropiado?! ¡¿Le dirás a Hotaru que solo te irás y no volverá a verte?!
— ¡No fui yo quien decidió apartarla de su familia!
— ¡¿Y crees que yo quería hacerlo?! No tienes idea de lo que tuve que pasar.
— Sé perfectamente cómo fueron las cosas, Serena me dejó todo tan claro como a ti, se bien el sacrificio que hiciste.
— ¡Entonces sabes que no podía regresar!
— ¡Y decidiste olvidarnos y no volver a saber nada acerca de nosotros, ni siquiera de tus padres!
— ¡Eso no es cierto!
— ¡Claro que lo es! ¡Aún hoy no tienes la más mínima intención de siquiera escribir de nuevo!
— Eso no significa que no me importen, si así fuera no hubiese escrito, ni siquiera una sola vez. Quería que supieran que estábamos bien y que pudieran seguir sus vidas tal y como te lo dije a ti.
— ¡¿Y con eso creíste que arreglarías todo?!
— ¡No, pero les quitaría una preocupación de encima!... Lo que hicieran en adelante dependía de ustedes y al menos yo sí intentaba rehacer mi vida. Y tú ¿Qué es lo que hacías? Te dejabas morir en un charco de autocompasión sólo porque las cosas no salieron como esperabas, fuiste la mayor razón que tuve para escribir para que supieras que aún podías ser esa Haruka Tenou que conocí.
—…
— Cuando menos deberías reconocer eso, porque al fin pudiste salir de esa cueva a la que llamabas casa.
— No sé de qué estás hablando.
— De tu vergonzosa actitud. — Para Haruka no fue difícil darse cuenta de que Armand hizo más que dejar aquella caja en su puerta.
— Así que solo por eso escribiste, tu amiguito te mantuvo al tanto de lo que sucedía con nosotros.
— Entonces conoces a Armand… por supuesto, quien más podía haberte dicho como encontrarme.
— Ese imbécil debió mencionar que tenías pareja antes de dejar que viniera.
— Ni siquiera debió decirte donde encontrarme, ignoro porque lo habrá hecho, pero no creo que fuese de mala fe, y él no tiene idea de mi relación con Elsa.
— "¿Qué pasa? después de todo ¿no confías tanto en tu amiguito?" o es así como lo mantienes interesado en ayudarte.
— Ten cuidado con lo que insinúas.
— ¿Por qué? A fin de cuentas, eres una mujer libre, Elsa, Armand cualquiera da igual — la reacción de Michiru no se haría esperar, una fea bofetada, terminaría por dejar su marca en el rostro de la rubia, aunque probablemente le dolería más a la aquamarina pues fueron sus ojos lo que terminaron por verse inundados de tristeza.
— Me alegra haberte dejado, en el fondo eres tan idiota como tu hermano. — Haruka lamentó lo que dijo, apenas si pasó un día y ya había tristeza en los ojos de Michiru por su culpa. Aun teniendo el derecho de estar enfadada, sabía que entre Armand y la aquamarina no podía haber nada… solo un bruto como Darien podía haberla insultado de esa forma, y quizás era cierto lo que todos decían, ella y su hermano eran más parecidos de lo que desearía admitir, y ella no era menos imbécil de lo que Darien pudo ser alguna vez.
—… Lamento haber dicho eso, sé que no es verdad… Pero deberías saber que esta idiota nunca dejo de pensar en ti, en cómo sería tu vida, o si podías necesitarme. Debes admitir que es algo injusto, tú podías saber de nosotros, mientras lo único que nos quedó fue lo poco que escribiste, aún conservo esa carta como si fuera mi único tesoro.
— No fue tan favorable como crees, me rompía el corazón saber todo por lo que tuviste que pasar, pero no podía hacer nada más por ti.
— Claro que podías, solo tenías que decirme a donde ir y te habría seguido al fin del mudo.
— Nunca lo entendiste ¿O sí? Estaba asqueada por lo que Darien me hizo, me sentí culpable y avergonzada por haberlo permitido, no podía estar así contigo, aun desde antes no tolerabas la idea de que él pudiese acercarse a mí… yo solo…
—…
— Tenía miedo Haruka, de que a pesar de lo que decías después de lo que pasó ya no valiera lo mismo para ti. — Aquello era una razón que la rubia no había contemplado, una para que la de ojos celestes no quisiera regresar a su lado, su propia culpa, le recordaba que tan grande fue realmente la marca que Darien dejó en el alma de Michiru, pero ella en medio de todo lo ocurrido en aquel entonces, decidió no considerar.
— No tuve la oportunidad de demostrártelo, nada en este mundo haría que perdieras el valor que tienes para mí, debí acabar con su vida en cuanto supe el trato que él te daba, pero era demasiado ciega y cobarde, ahora lo entiendo, no es que no te mereciera, simplemente no estaba escrito que estuviéramos juntas y no tenía que haber tenido que venir hasta aquí para darme cuenta de ello.
—… No habrías asesinado a tu hermano, lamento haber dicho que eres igual a él, si así fuera no me habría enamorado de ti — Michiru tomaría las manos de la rubia entre las suyas — Te extrañe como no tienes idea; pero ambas necesitábamos continuar, no podíamos seguir atrapadas en lo que pudo ser, y nada de lo que sucedió fue tu culpa, no fue culpa de nadie, no tienes nada que demostrar; te aseguro que lo has hecho bien hasta ahora… solo tienes que volver a casa y convencerte de que mereces ser feliz.
— Lo haré, sé que debo dejar que sigas con tu vida, sólo deja que me quede unos días más.
— "¿Para despedirte apropiadamente?" —
— Sé que suena absurdo, pero al menos para mí es importante, tal vez así me sea más fácil hacerme a la idea… — Michiru suspiraría obsequiando una cálida sonrisa a la rubia.
— Quédate el tiempo que desees y si necesitas algo, lo que sea solo dímelo.
— Entonces ¿Puedo ver a Hotaru?
— De hecho, es la mayor razón que debes tener para quedarte así que puedes verla cuanto quieras... Sus clases inician a las seis treinta, normalmente va y regresa sola, pero si quieres acompañarla ven a casa unos quince o veinte minutos antes, también puedes hacerle compañía de regreso. Puedes pasar todo el tiempo que desees con ella…
— Michiru dejaría la habitación sin despedirse dejando a Haruka extrañamente tranquila, algo había cambiado en su forma de ver las cosas, se dio cuenta de que su actitud fue egoísta y aunque era difícil, saber que había alguien más en la vida de Michiru ya no parecía algo tan malo.
Elsa, regresó a casa de la aquamarina, y por primera vez desde que la conoció, Michiru le habló abiertamente sobre su pasado. Quizás aún excluyó algunas cosas que no valía la pena mencionar, pero en cuanto a la rubia no omitió detalle alguno, después de todo, Haruka Tenou fue y seguirá siendo una parte importante de su vida y merecía que se le diera ese lugar, lo que en realidad no sorprendió a Elsa; pues ya suponía algo al respecto.
Parte de acompañar a Hotaru en las mañanas era llevar de paseo a Sultán, dejar a la jovencita en la escuela y regresar el sabueso a casa. Normalmente la rubia lo dejaba en la puerta y pocas veces ingresaba cuando Hotaru no estaba allí pero cuando lo hacía, podía hablar tranquilamente con Michiru quien aprovechaba para saber detalles respecto a sus seres queridos que Armand no podía haberle dicho.
Haruka, no tuvo reparo en preguntar cada aspecto en la vida de ellas durante aquellos cinco años, incluso aunque fuese un tanto masoquista, y algo cruel por parte de Michiru al responder, la rubia sabría algunas cosas respecto a aquella relación con Elsa.
En las tardes ayudaba a la jovencita con sus deberes escolares, aunque eso sería decir demasiado pues en realidad Hotaru no precisaba de que alguien lo hiciera, más bien Haruka la distraía de sus tareas diarias y cuando se atrasaba por andar perdiendo el tiempo por culpa de la rubia, era entonces cuando esta le daba una mano… o más o menos, y era lo mismo con cosas como limpiar su habitación, organizar su estudio o ayudar con los platos del fregadero, y siempre se las arreglaban para que Michiru no se diera cuenta de la despreocupada actitud a la que su hija era inducida por cuenta de papá Haruka.
Luego de un par de meces Haruka parece estar casi lista para marcharse…
Mientras Hotaru está aún en la escuela, Michiru conversa en el living de su casa con la rubia, normalmente Haruka mantenía sus sentimientos bajo control, pero aquella ocasión en particular tras sonrisas y una confortable plática simplemente no quiso hacerlo.
—… Extraño cada momento que solíamos pasar juntas, ver esos soñadores ojos azules y esa linda sonrisa… lo eran todo para mí.
— Siempre me hiciste sentir especial Haruka y estuviste para mi sin importar nada, incluso aun antes de comenzar lo nuestro siempre lo estuviste.
— No era difícil hacerlo, te amé desde el primer día en que te vi, aun con ese horrible suéter que llevabas.
— ¿Te quejas de un suéter? "Yo tuve que acostumbrarme a tu feo aspecto tomboy" — ambas reirían al unisonó.
— Eso no es cierto, siempre te gustó como lucia.
—… También te amaba, de otra forma no habría podido escuchar horas y horas de tus tonterías. — Estando en el mismo diván Haruka se hallaba lo suficientemente cerca para jugar con uno de los rizos de la aquamarina, no parecía incomodarla, pero ciertamente se sonrojó cuando la rubia recorrió el marco de su rostro con la yema de sus dedos y aún más cuando comenzó a juguetear suavemente con el borde de su labio inferior.
— …Me amabas… no es muy gratificante escucharlo en pasado.
—…
— Y qué hay de ella ¿La amas?
— … Con todo lo que te he dicho ¿aun te quedan dudas? Por favor Ruka no te hagas esto, no quiero tener esa conversación.
— ¿De qué conversación hablas? sólo es una pregunta.
— Sabes bien a lo que me refiero.
— Es cierto, lo sé, no tienes que decir nada si no lo deseas. —… Lentamente la rubia se acercaba de forma sugerente a los labios de la aquamarina, pero Michiru elegiría escapar a sus propios impulsos dejando su lugar, tomando un libro que Hotaru había dejado en la mesa de centro para colocarlo sobre una repisa.
— … Sería difícil no hacerlo, — Dijo, respondiendo a la pregunta de la rubia, sobre sus sentimientos por su actual pareja. — Elsa ha estado a mi lado sin importar nada, dedicando cada día a hacerme feliz y a pesar de mis fallas nunca me ha reprochado nada. — Su voz se torna algo insegura al sentir la presencia de la rubia de nuevo junto a ella.
— ¿Y qué hay de mí? ¿Segura no sientes ya nada de lo que decías sentir?
— Siempre vas a estar en mi corazón, pero las cosas ya no son como antes no pienso dejar a Elsa por ti. — Haruka se sobrepone a aquellas palabras rodeando suavemente la cintura de Michiru haciéndola girar con delicadeza, su cuerpo se roza sutilmente con el de ella mientras intenta buscar sus labios, Michiru pretende controlar sus emociones, pero la dulce cercanía es demasiado tentadora; cayendo al fin presa sus deseos. El delicioso jugueteo de sus labios y lengua, y el ardiente roce pronto despiertan la necesidad de más en la aquamarina y las insinuantes caricias sobre el cuerpo de la rubia no se hacen esperar, el fuego se ha apoderado de ambas y llevar a cabo el acto es casi un hecho. De Michiru escaparían pequeños gemidos de excitación ante el creciente deseo que la rubia desataba sobre ella en medio de un apasionado duelo entre sus labios y lengua.
Lastimosamente, una vez más es Elsa quien las interrumpe tras aparecer sin aviso alguno.
La de cabellos magenta no pareció notar nada extraño, la aparente incomodidad de Michiru y el afán por irse de la rubia lo atribuyó a esa silenciosa rivalidad entre ellas.
Cuando hubo oportunidad de verse nuevamente, a pesar de aceptar la evidente la atracción que siente aun hacia la rubia, Michiru le pide no volver a intentar algo así de nuevo o tendría que poner algo de prudente distancia entre ellas, lo que Haruka parece aceptar dejando en claro no arrepentirse de lo ocurrido.
En las noches, Haruka habría adoptado la costumbre de comer fuera del hostal; el ambiente un poco más fresco de la noche le permitía caminar agradablemente y sin rumbo por las pintorescas calles del distrito, era como vivir en una especie de realidad alterna o burbuja atemporal, como si hubiese regresado a la época en la que simplemente se mantenía al tanto de su sobrina conservando un cordial y reciproco afecto con Michiru.
Una docena de veces pensaba en que no tendría nada de malo seguir así por siempre, lo único que alteraba esa extraña tranquilidad era cuando estando cerca de la aquamarina le asaltaba el deseo de tomarla en sus brazos y expresarle sus verdaderos sentimientos. Desafortunadamente; Michiru parecía haber hecho su elección y fue en uno de sus acostumbrados paseos nocturnos en que Haruka se dio cuenta de que la burbuja debía romperse.
Mientras deambulaba llegó al margen de la playa, el océano oscuro e indescifrable reflejaba el brillo del firmamento haciendo la noche aún más bella, la suave marea dejaba una bien definida sombra de humedad mientras Haruka disfrutaba de la sensación que dejaba la arena acuosa bajo sus pies. Conforme avanzaba, se preguntaba cuántas veces habría recorrido Michiru aquel paraje nocturno. Sin duda Saint-Martin era un paraíso, la clase de lugar en la que cualquiera querría vivir, el lugar perfecto para criar una hija y enamorarse nuevamente, Michiru tenía todo el derecho a ello y quizás su presencia ahora no era lo más adecuado en la vida de la aquamarina, y era tiempo de permitirle y permitirse a sí misma seguir adelante.
Después de un apacible recorrido la rubia se vio frente al hogar Kaioh, la única luz visible provenía del pórtico, no obstante, no todos descansaban en la casa. Sultan, aun desde adentro olisqueó el aroma de la rubia, atravesó el portillo de mascotas lanzando un par de ladridos, y en lo que tarda un respiro llegó junto a ella saltando y tratando de lamerle el rostro. Con un par de órdenes Haruka lograría calmar al can, se inclinó y lo acarició vigorosamente por el lomo cuello y detrás de las orejas; el lugar favorito de Sultan.
Lo mantuvo un rato con ella, no mucho en realidad, ya era tarde y necesitaba irse a dormir si quería pasar por Hotaru en la mañana, de modo que devolvió el perro a casa. Mientras se aseguraba de que no saliera tras ella nuevamente, la puerta se abriría de improviso sorprendiendo a la rubia.
— … Es algo tarde para dar un paseo.
— Lo siento no quise despertarte, no me di cuenta de en qué momento terminé aquí y para cuando lo hice Sultan ya estaba sobre mí.
— No importa, no estaba durmiendo y aunque así fuera no es culpa tuya que la bola de pelos sea un escandaloso.
— En realidad creo que hace muy buen trabajo cuidando de ustedes.
— Probablemente… ¿Te gustaría pasar?
— Más bien pensaba en irme a descansar, deberías hacer lo mismo.
— ¿Y si mejor caminas conmigo esta vez? Prometo ser mejor compañía que Sultan. — Haruka sonreiría levemente.
— Siempre habrá tiempo para disfrutar de la playa contigo. — La rubia accede y mientras avanzan a orillas del agua Michiru la tomaría de la mano.
— ¿Que te mantiene acechando mi casa tan tarde?
— No te estoy asechando ya te dije, caminé de más y terminé aquí.
— Entonces ¿Qué es lo que no te permite irte a descansar temprano?
—…Pensaba en que es hora de regresar y no tengo idea de cómo decir adiós. He llegado a creer que no hay forma correcta de hacerlo — Michiru detiene su marcha y un dejo de tristeza aparece en su rostro.
— Nunca es fácil hacerlo… No creí que tendrías prisa por irte.
— Ya han sido casi cinco meces, seguro debes estar harta de mí, además ya es tiempo de seguir ¿No lo crees?
— Sin duda eres una molestia, aunque siempre tuve paciencia para aguantarte, pero no creas que es algo que me alegré de escuchar ... Hotaru, va extrañarte mucho.
— Lo sé, y es justo lo que me preocupa, no tengo idea de cómo decírselo. Ese primer día antes de siquiera verte le prometí que jamás la dejaría de nuevo.
— No creo que estés considerando irte y no regresar.
— Eso depende más de ti que de mí, si me permitirás visitarla de nuevo.
— No podría hacer semejante cosa a mi hija.
— Entonces…
— Cruzar medio mundo es algo complicado, pero confío en que lo harás por ella, de hecho, tendrás que, o estará muy triste por tu culpa.
— … ¿Me extrañas tú también? — Una leve, aunque cálida sonrisa aparece en el rostro Michiru.
— Seguro. Hay cosas de las que solo puedo hablar contigo, además de que puedes ser la mejor forma de mantenerme en contacto con nuestra familia.
— Puedo venir en navidad y quedarme hasta su cumpleaños, también veré si logro planear alguna otra fecha ¿Te parece bien?
— Será mejor que lo hagas o estaré muy molesta contigo…— Suspira — Haruka, lamento haber dicho que mi hija no te necesitaba y que ya no hacías parte de su vida.
— Olvídalo, tenías razón Hotaru es tu hija, eres la única persona que puede tener derecho a elegir quién o qué es bueno para ella.
— Eso intento, sin embargo, ya está más que demostrado que por más que se ame a un hijo, los padres suelen equivocarse en cuanto a lo que es bueno o no para ellos. Creo que solo puedo enseñarle lo básico, pero es ella quien deberá tomar sus propias decisiones — Por un momento Michiru fijaría sus ojos en el océano para luego ver de nuevo a la rubia… ¿Por qué has decidido irte tan de repente?
— Tarde o temprano debía regresar, hay cosas pendientes en casa.
— Supongo que es cierto, aunque no parecía que desearas alejarte de Hotaru.
— No solo no quisiera alejarme de ella, tampoco quisiera dejar de verte, pero no está bien que me quede más tiempo, sé que Elsa trata de aguantarme por ti, pero se nota que no le agrado en absoluto, lo que está muy bien porque tampoco me agrada para nada, supongo que es normal, pero no eso quiero seguir entorpeciendo su relación.
— "Lamento decepcionarte, pero estas lejos de hacerlo"
— "Gracias, es justo lo que mi autoestima necesitaba escuchar" — La agradable reacción y sonrisa de la rubia, llenaría a la aquamarina de un extraño sentimiento, agradable, aunque por alguna razón le causaba cierta melancolía.
— … Michiru, has sido más que paciente y en verdad te estoy agradecida por ello, pero no puedo seguir pensando que está bien quedarme, lograste cambiar tu vida a lo que siempre quisiste que fuera, ahora tienes todo cuanto has deseado y no fue gracias a mí, no tengo derecho a alterar nada de lo que has construido aquí y a menos que digas que aún me amas o cuando menos me pidas que me quede tendré que hacerme a la idea.
— Decidí dejarte ir hace mucho Haruka, necesitas buscar tu felicidad, no es justo que pienses que no puedes hacer tu vida sin mí y espero un día escucharte decir que has encontrado a alguien con quien compartir tu vida, o cuando menos te das a la tarea de abrir tu corazón y encontrar a esa persona.
— Entonces; no ha sido tan difícil olvidarme, ¿verdad? — Michiru se acercaría y cubrió los labios de la rubia con un dulce beso el cual, aunque breve fue bien correspondido — … No creo que esa sea la forma de dejar ir a alguien.
— Solo es ese último beso que debí darte, la despedida que no pudo ser aquella vez, el cierre que necesitabas para poder al fin decir adiós de forma apropiada y para que al fin puedas buscar tu verdadera felicidad…
—…
—Siempre vas a estar en mi corazón Haruka…
— Solamente habría algunos días más para que Haruka pudiese despedirse de la mejor forma de Hotaru, pasando el mayor tiempo posible con ella y asegurándole que regresaría, mientras a su vez preparaba el viaje, después de todo, de Saint Martin no partían trasatlánticos directos a Reino Unido, lo mejor era ir hasta la Florida estadounidense y allí tomar el barco que finalmente la llevaría a de vuelta casa.
En su última noche en la isla, Haruka se quedaría para cenar en casa de la respetable familia Kaioh. Hotaru no quiso irse a dormir hasta que fuese ya muy tarde y finalmente le diría adiós a la rubia sabiendo que en la mañana no la vería para ir a la escuela como ya se había hecho costumbre. Michiru ofreció darle hospedaje, aunque Haruka declinaría la invitación quedándose en su acostumbrada habitación de hostal.
Temprano y sin haber dormido realmente, la rubia emprende camino a puerto sin dejar de pensar en lo que haría ahora que abandonaba la esperanza de recuperar a su verdadero amor. Aún estaba lejos de pensar en rehacer su vida con alguien más, pero quizás un día terminaría por hacerlo, después de todo a diferencia suya Michiru lo había logrado y era algo que Haruka no podía cambiar.
Caminó por un largo rato entre los muelles del puerto esperando la hora de partida de su embarcación. Llegado el momento; subiría por la estrecha rampa de abordaje, resuelta a marcharse de una buena vez… Sin embargo, al momento de extender su mano para entregar su pase de abordaje le asaltaría una última duda «¿En verdad había aguardado cinco largos años para simplemente renunciar a ellas sin siquiera intentar dar pelea?» ... el joven que recibió su tiquete y algunas personas más tras ella, le exhortaron a subir de una vez por todasal navío, pero la rubia se negaría ello dando un par de pequeños pasos hacia atrás… daría vuelta entonces, tropezando con la gente, dejó caer su propio equipaje disculpándose torpemente, hasta finalmente lograr bajar de aquella rampa… luego, simplemente se echaría a correr hacia donde su corazón le exigía hacerlo…
Michiru organizaba su estudio mientras pensaba en Haruka y en lo mucho que le entristecía su partida, estaba tan absorta en sus pensamientos que no escucho cuando alguien ingresó a la casa, tomó algunos materiales para almacenarlos en un mueble y cuando se dio vuelta para trasladarlos, se sorprendió tanto como la primera vez dejando caer nuevamente lo que traía en sus manos al ver allí a la rubia, frente a ella, simplemente observándola.
—… ¡Dios! ¿Esto se te hará costumbre? — Preguntó la aquamarina tras escucharse el estruendo provocado por la caída de escobillas, pinceles y tubos de pintura, solo para ser abordada sin repuesta alguna y recibir un inesperado beso y una oleada de atrevidas caricias a las que le sería imposible resistirse gracias al virtuoso y cálido tacto de la rubia.
— … ¿No… deberías estar camino a Manchester? — Preguntó de nuevamente, luego de que al fin la rubia liberase sus labios.
— No pude… simplemente no conseguí subir a ese barco, no puedo irme sin siquiera intentar recuperarte.
— ¿Ni siquiera preguntarás qué es lo que quiero o cuando menos lo que pienso? ¿Solo importa lo que tú deseas?
— Sé muy bien lo que piensas y lo que me dirás ahora pero también sé que aun sientes algo por mí y nada me hará cambiar mi decisión.
— En eso te equivocas…
— No lo hago — La interrumpió Haruka —, sé que lo importante que es tu relación con Elsa y en verdad creo que es una gran persona, pero no voy a renunciar a ti, se bien que puedo hacerte mucho más feliz que ella.
— Bien, tenía mis dudas, pero ya es oficial, definitivamente te hace falta un tornillo.
— Y tú eres la culpable de que así sea, pero no te preocupes, quiero que esto sea lo más justo posible incluso estoy dispuesta a hablar con Elsa acerca de mis intenciones.
— No, no l harás, No puedes hablar con ella…
— Pero claro que lo voy a hacerlo, no me importa que pienses que estoy demente, cuando estés a mi lado será lo que menos te importe. — interrumpiendo una y otra vez a la aquamarina ni dejar que objetara nada en absoluto, la rubia saldría de la casa tan improvisadamente como había llegado. Se dispuso a hacer exactamente lo que afirmaba querer hacer y se dirige directo a casa de Elsa…
—… ¿No te habías ido? ¿Qué es lo haces aquí?
— Es lo que quisieras, que me vaya lo más lejos posible de Michiru, pero no pienso dejarte el camino libre, solo quiero que lo sepas.
— … ¿Puedo saber de qué hablas?
— De que no me iré sin dar al menos dar pelea por Michiru, no estoy segura de que tanto sepas acerca de mi, pero como mínimo estoy segura de que sabes me interesa de forma más que romántica, así que no pienso irme si luchar por ella.
— ¿Es en serio? ¿Crees que Michiru es una especie de trofeo por el que haya que competir?
— Claro que no, solo quiero que sea feliz y sé qué harías cualquier cosa porque así sea, pero estoy tan segura como tú de que yo también puedo darle la felicidad que merece y no pienso irme sin intentarlo.
— … Ya veo… Agradezco tu franqueza Haruka — afirmaría la de cabellos magenta mostrando apacible e inesperada sonrisa que sin duda desconcertaba a la rubia —, pero no es conmigo con quien deberías hablar, al final es Michiru quien decide ¿No lo crees?
— Ya he hablado con ella, pero no por que necesite su permiso, mucho menos estoy pidiendo el tuyo.
— Si le has puesto al tanto de tus planes entonces sabes que pierdes tu tiempo, la verdad no entiendo qué haces aquí…
— Si vas a decirme que me rechazará por ti ahórrate el favor — Haruka una vez más interrumpía sin dar lugar a razones —, no espero que me acepte de buenas a primeras, pero estoy más que decidida a intentarlo y hace falta más que una decena de desaires o incluso tu relación con ella para hacerme desistir.
—"Bien por ti" ¿Me dejas terminar ahora?
— ...
— No tenías que venir a decirme nada y no sé por qué Michiru no te lo ha dicho pero lo nuestro terminó. — Confusa Haruka se tomaría un par de segundos para entender lo que escuchaba.
— …? ¿De qué hablas? ¿Por qué terminaría contigo cuando parece quererte tanto?
— Dije que terminó, no que ella no me quisiera, una cosa es que ya no seamos pareja y otra que no hayamos quedado en buenos términos, así que más vale que la hagas feliz o tendrás que vértelas conmigo.
— Pero… no lo entiendo ¿por qué nadie me lo dijo?
— En mi favor diré que no tenía por qué decirte nada y en cuanto a Michiru ignoro por qué no lo habrá hecho, aunque eso debería darte una pista, seguramente se dio cuenta de que es mejor estar sola que mal acompañada.
— Lo mismo puedo decir de ti, o simplemente se dio cuenta que aún me ama y es por eso que terminó contigo.
— Solo para que te quede claro Haruka, fui yo quien decidió terminar las cosas.
— ¿Tu? ¿Por qué harías algo así?
— …Michiru no me habría abandonado para quedarse contigo, su corazón es demasiado generoso como para hacer algo así, prefiere anteponer los sentimientos de los demás a los de ella. Pero me di cuenta de que por más que lo intentara yo no podría hacer que brillara de la misma forma en que lo hace cuando tú estás cerca.
—… Bueno, en mi defensa te diré que traté de mantener una respetuosa y sana distancia con ella, no quise obligarla a aceptarme. — La de cabellos magenta haría un justificado mohín de hastío al escuchar el presumido e impertinente y tono en que Haruka hablaba. Aun así, Elsa no es alguien que sepa guardar rencor, mucho menos cuando lo que más le importaba era la verdadera felicidad de Michiru.
— Nunca fue necesario que te le acercaras de más. — Diría Elsa en medio de un profundo suspiro. —, las cosas cambiaron mucho desde el momento mismo de tu llegada. Las pocas ocasiones en que te vi junto a ella…, Michiru sonreía como nunca lo hizo por mí; incluso comenzaría a actuar diferente, más activa, más alegre que de costumbre en especial al tenerte cerca y cuando me dijo la verdad respecto a ti; realmente no me sorprendió.
— Pero, pudiste intentarlo, yo estaba dispuesta a irme para darte vía libre.
— Habría sido inútil. Siempre me pregunté por qué ella aun no aceptaba que viviéramos juntas y cuando te conocí supe la razón. Claramente no podía competir con lo que ella aun siente por ti. … no podría vivir temiendo a tu sombra, sabiendo que ella no te olvidaría y que por ende yo jamás la haría hecho tan feliz como merece ser.
—… Normalmente a las personas no les sienta bien las parejas del mismo sexo y no creo que aquí sea muy diferente. Tal vez Michiru no quería pasar por…
— Eso no es algo que pase en Saint Martin, al menos no muy seguido, la verdadera razón es que Michiru no parecía estar lista para dar un paso tan importante como ese y al conocerte supe que probablemente nunca lo estaría; o cuando menos no conmigo.
—…
— No tengo idea de por qué sigues aquí escuchándome, es más quiero que te vallas de mi casa y espero no verte ni saber nada de ti en mucho, mucho, mucho, pero mucho, tiempo.
— Lamento que hayas salido lastimada.
— No lo creo, alguien debía terminar perdiendo y estoy segura de que estas feliz de no haber sido tú y en cuanto a mí… seguro conseguiré superarlo, si hay algo que aprendí de Michiru es que podemos sobreponernos a lo que sea si realmente lo deseamos.
— Cuidaste bien no solo de Michiru, sino también de Hotaru, y por ello como mínimo yo siempre te estaré en deuda contigo, si un día llegas a necesitar algo…
— Dudo mucho que pueda llegar a necesitar algo de ti, ¿Cómo podría llegar a ser tan patética?
— …
— … Ya vete Haruka, ve con ella y asegúrate de hacerla más que feliz y si llega a estar triste, aunque sea una sola vez por tu culpa, entonces sí que tendrás que vértelas conmigo…
— Al salir finalmente de aquella casa, la rubia no se sorprende al ver como Michiru sonríe burlonamente mientras espera del otro lado de la calle…
—Pudiste haberme dicho algo.
— No tenía derecho a pedir que te quedaras después de intentar olvidarte y luego de haberte lastimado… Debía ser tu decisión, tenías derecho a escoger.
— Cuando menos pudiste darme una señal, cualquier cosa.
— ¿Y qué crees que fue lo de aquella noche? Te invité a pasar y cuando no quisiste hacerlo caminé de la mano contigo bajo la luna, junto al mar, mirando las estrellas ¡Dios, incluso te besé!
— Y luego dijiste que era tu forma de decir adiós.
— ¿Entonces debía gritártelo? Estuve a punto de hacerlo, te pedí que te quedaras la noche de ayer y aun así no quisiste.
— ¡Está bien sí, soy una monumental tonta! Pero cuando menos pudiste evitarme venir a hacer el ridículo.
— Traté de explicártelo, te dije muy claro que no vinieras con ella, pero no dejas de ser irremediablemente infantil e impulsiva.
—… Bien ¿Qué harás conmigo ahora?
— Michiru, rodearía con sus brazos a la rubia cubriendo sus labios con un dulce y cálido beso, el símbolo de una mutua promesa de unión y amor perpetuo.
Fin.
— Cap 21—
Saludos mis amigos, antes que nada quiero darles el más especial de los agradecimientos por haber seguido esta historia hasta el final, a pesar de los fallos y lo mucho que tardó en llegar a feliz término, sin su apoyo no encontraría el entusiasmo para lograrlo, no me refiero solo a aquellos que en algún momento mostraron su aprecio por esta historia dejando algún comentario o muchos, ustedes saben que les guardo un afecto muy especial, hablo también de aquellos de los que puedo saber gracias a los gráficos de lectura o que marcaron la historia o autor como favorito. Todos en conjunto son la razón que me anima a querer compartir mis ideas, me gusta pensar que cuando alguien sigue una historia por tanto tiempo es porque en verdad he logrado transmitir alguna emoción a quien lee, cuando menos algo muy pequeño.
Osaka: No creí que alguien que ya hubiese acompañado esta historia en su primera edición, pudiera estar interesado en leerla de nuevo y menos que se tomara la molestia de escribir algo al respecto y por supuesto que me encantaría saber de tus ideas, de hecho, esta historia estuvo a punto de terminar con una sentida despedida, un "siempre te recordaré como alguien muy querido e impórtate en mi vida" y desde luego un "así son las cosas, la vida sigue y hay que superarlo" Es por eso que casi parecía que este sería el caso hasta último momento. La cosa es que la mayoría de lectores son unos románticos empedernidos (no los culpo, yo soy igual) y después de tanto sufrimiento no creo que me hubiesen perdonado que Haruka y Michiru terminasen cada cual por su lado.
Saludo muy especial Para ti y gracias por tu mensaje.
Ahora me gustaría compartir con ustedes un par de detalles quizás irrelevantes acerca de esta historia, pero que de todos modos comparto por simple capricho.
- A pesar de los elementos crudos o escabrosos, la inspiración para este fic me llegó después de escuchar una de mis canciones favoritas titulada Anywhere del grupo Evanescence, en lo personal me parece simplemente hermosa y me emociona un montón cada vez que la escucho.
- Una de las razones para desarrollar la historia entre los años veinte y treinta era la necesidad de poder cohibir o manipular lo suficiente las características canónicas de personalidad, carácter o temperamento de Haruka y Michiru, ciertamente el ambiente represivo de estas décadas era bastante denso lo que "justificaría" el desarrollo y eventos de la trama.
- Quizás ya lo sabían, la isla de Saint Martin realmente existe, quería encontrar un lugar apartado y poco conocido al menos para aquella época de modo que decidí dejarlo al azar. Abriendo google maps, escogí un punto aleatorio de las islas vírgenes del caribe, y amplié la imagen hasta que apareció la diminuta isla y su nombre.
- ¿Por qué en el caribe? En algunas tribus prehispánicas de centro y Suramérica y otras alrededor del mundo las personas que hoy definimos como comunidad LGBTI eran consideradas seres superiores incluso divinos y con una conexión única con la naturaleza y sus dioses. Esta fue mi excusa para que, a pesar de la época, Saint Martin fuese un lugar mucho más abierto a aceptar relaciones entre personas del mismo género biológico… como sea esto es un relato ficticio… :V
Bien amigos, no me queda más que agradecer nuevamente por su apoyo, espero que la historia y su final hayan sido satisfactorios y desde luego estaré feliz de leer sus comentarios.
Pd. Las respuestas a los comentarios de este último capítulo podrán verlas (si lo desean) en este mismo espacio.
