Esto lleva un tiempo agarrando polvo en mi folder de pendientes, así que vale como un regalo de navidad, los veo abajo y entre tanto me dicen que les pareció.

Por cierto, Feliz Navidad.

El tecleo incesante de una computadora…

Era todo lo que podía ser escuchado en esa apretada y deprimente oficina con paredes de tabloide.

Envidiaba a Michiru por ser sujeta a la consideración de que le dijeran "Puedes irte a casa si quieres, yo me encargaré del reporte"

Pero para su desgracia.

El era el hombre responsable que le había dicho eso después de verla bostezar apenas la primera media hora de espera, y ahora, tenía que esperar sentado solo a que el notario de la comisaría revisara sus reportes sobre los últimos casos.

Lo había hecho durante años… pero aun no podían asumir que lo había hecho perfecto y dejarlo irse…

… tap tap tap

… tap tap tap

… tap tap tap

Finalmente el tecleo se detuvo.

"Todo en orden, ya puede retirarse señor Ogami" el secretario de Tachiki, tan vivido como siempre con su voz de muerto viviente le permitió.

No perdió el tiempo, asintió como un agradecimiento mudo y salió por la puerta de la oficina a paso veloz sin decir nada más.

Al salir de la comisaría por la puerta trasera, este vio con hastió como ya le habían quitado las horas restantes de sol… mas algunas de luna.

Avanzo con pasos lentos y perezosos a la salida del estacionamiento.

" ¿Linda noche no?" la voz del viejo jefe de policía se hizo escuchar, de pie junto a la puerta cristalina del edificio, este parecía a punto de irse a casa tras fumar un cigarrillo barato.

Shirou solo le dedico una expresión magullada a Tachiki, como si acabara de salir de trabajar horas extras en un supermercado…

"O puede que no" Ya sabía cuál era la postura de Ogami con el papeleo, pero se requería que el validara su participación como cualquier elemento de la fuerza publica… o de lo contrario se podría asumir que el lobo era un agente ilegal, cosa que daría puerta a mas criticas del lado humano.

Antes de poder despedirse, el teléfono de Shirou sonó en un tono particularmente melodioso, cortesía de la chica tanuki que se metió sin permiso con los ajustes de su teléfono, el hombre del mostacho alzo una ceja extrañado a vista de un descolocado albino.

… Tachiki intento no reírse con todo su ser al escuchar el teléfono de Ogami sonar con j-pop

Esperaba que fuera Michiru para preguntarle si ya había entregado el reporte o si tendría que guardar su cena para mañana, en el identificador se encontró con una etiqueta diferente "Nazuna"

Era… raro, casi no solía llamarlo directamente, para ella una llamada era algo invasivo o de ultimo recurso.

"¿Hola?" tras haber atendido, la línea se mantuvo en silencio.

"… Hola" una conocida y femenina voz se escucho desde el otro lado, parecía… sin aliento.

"¿Ocurre algo?" Se anticipo a una hipotética emergencia… pero lo que le siguió fue otro silencio largo.

"… ¿estas ocupado?" pareció ignorar su preocupación, de nuevo, hablando como si estuviese… sedada, con respiraciones lentas y profundas.

"yo… acabo de terminar ¿… esta todo bien?" le informó, luego volviendo a indagar sobre su estado.

"… ¿Puedes venir?" le preguntó de manera impasible, mas que una pregunta sonaba como una demanda.

"pero… es mitad de semana ¿porque quieres…?" antes de que hiciera mas preguntas, Nazuna interrumpió.

"Tengo… problemas en la cañería" Enfatizo bastante la ultima palabra… de manera que casi pareció suspirarlo.

"… "

"… "

"Él casero debería ser quien llame a un plomero, puedo arreglarlo, pero no deber…"

"¡ME PICA EL COÑO GENIO! ¡VEN PARA ACA!" Nazuna bramo del otro lado de la línea haciéndolo encogerse, para luego colgar.

No era estúpido.

Shirou volteo a ver detrás de él, para ver a Tachiki mirándolo junto con dos oficiales.

"Desearía no tener tan buen oído" el hombre mayor se dirigió a su automóvil mientras los oficiales recién llegados entraban al edificio.

"Presumido" Uno de ellos le llamó antes de entrar.

Ya le era costumbre aterrizar en el balcón de la chica, abierto y sin ninguna barrera, conveniente, por muy imprudente que fuera.

Apenas intentar poner un pie al frente del marco de la entrada, su nariz se lleno de picantes y agresivas feromonas, dio dos pasos hacia atrás en respuesta, notando las primeras repercusiones de aspirar tal ataque aéreo.

Era uno de "esos"

"Huff~"

Se mentalizo para acostumbrarse a como su cuerpo empezaba a ser afectado, antes de pasar la puerta a la habitación y adentrarse en la tenue oscuridad.

Tras una breve inspección, encontró a la fuente de ese olor picante-dulce reposando en su piel humana, en bragas purpuras y un camisón blanco sobre la cama mientras respiraba profundamente intentando no enloquecer por su violento celo.

Las diminutas elevaciones sobre las dos colinas en su pecho delataban que se había quitado el sostén producto de la desquiciante sensibilidad de la que era victima.

"¿Cómo estas?" Se acerco a la cama con precaución, no queriendo incomodarla o ser masacrado.

Nazuna emitió un sonido propio de un animal antes de mirarlo por debajo de su antebrazo.

"… Como si una colonia de hormigas rojas viviera en mi vagina" la recientemente teñida peli naranja susurró en un tono exhausto.

Vaya, sonaba mal, respiro hondo buscando una manera abordarla en su estado actual… sin sonar como si quisiera decantarse por la solución fácil.

"¿Quieres que te traiga una pastill…?" Nazuna no lo dejo terminar, incorporándose frente a él de manera agresiva.

"¿Crees que te traje para hacerme un recado a la farmacia?" Escupió en un tono que a Shirou le pareció mas hostil y condescendiente de lo usual.

Frunció las cejas ante la vista de la chica volpe, quien tras su repentino desplante de mala actitud, cayó en cuenta de como acababa de hablarle a alguien a quien después de algunos años, consideraba bastante intimo.

"Y-yo, yo s-solo, p-perdón…" Desvío la mirada de la suya, no pudiendo encontrar mas palabras que no fueran "perdón por ser odiosa"

El albino suspiró de vuelta dejándolo pasar.

El celo puede sonar como una situación ideal para las parejas en el papel… pero en la realidad, los beastman también son individuos racionales, por tanto, el celo viene con un paquete mas completo, no solo conlleva el disparo del lívido, también de la energía, el tope de satisfacción, las expectativas irrealistas y por supuesto… el mal humor.

Los beastman suelen estar equivalentemente irritables a su insatisfacción sexual, así que, estar en celo puede llegar a ser un potencial asesino marital.

También estaba el hecho de que muchas mujeres en la ciudad pueden llegar a pasar por el celo sin tener una pareja, así que realmente suele ser una situación particularmente… frustrante.

Y juzgando por la notoria mancha húmeda en su ropa interior, Nazuna aun no estaba acostumbrada en lo absoluto, para un humano esto debía ser completamente alíen.

La ídolo local acomodó su playera, intentando despegarla de su cuerpo para evitar aquella desquiciante fricción con sus dos pobres botones erectos y sensibles.

"Es solo que… odio los inhibidores" las malditas pastillas eliminan como dos de los malestares… y ninguno era la picazón de coño que la volvía loca, además de un pequeño y embarazoso efecto secundario.

"Esta bien… no tengo sueño aun" Sonó inusualmente comprensivo, mientras tomaba asiento en la tentadora cama.

Nazuna, estuvo a segundos de saltarle encima, pero, solo tenia que ver su rostro con atención para ver que Shirou tenia muchas mas ojeras de lo usual.

… No era tonta, sabía como se veía alguien deprivado de sueño.

Realmente… no quería ser otro problema en su lista, se mordió el labio con fuerza, sabiendo que era lo correcto, pero odiando la idea.

"No… olvídalo, puedo aguantar un par de dias" En un repentino destello de sentido común, Nazuna le resto importancia al asunto para sorpresa del mayor.

"¿Estas segura? Hace un minuto parecía que te ibas a morir"

Recibió otro forzado asentimiento de ella, le apenaba dejarla así, pero realmente apreció la consideración para con él.

Colocó una mano en la cabeza de la chica para acariciarla con carantoña, solo queriendo darle un gesto de gratitud… no teniendo idea de lo que acababa de provocar.

Nazuna le mostró una sonrisa dulce y simplista, una que ocultaba el como la maquina en su interior se ponía en marcha como una locomotora.

Particularmente calentándole el vientre bajo.

"Te haré un té…" No era un remedio instantáneo, pero al menos la ayudaría a dormir.

Estaba por ir a la cocina.

"Shirou~ antes… ¿Puedes… cerrar la puerta y las cortinas?" le pidió en una voz lastimera, como si tuviese un resfriado, mientras volvía a recostarse en la cama.

Esbozo una sonrisa enternecida al verla incapaz de lidiar con sus urgencias, recordando como Michiru pasó por el infierno la primera vez que le dio su primer celo

"Claro..."

Le dio la espalda con toda la seguridad del mundo, yendo a cerrar la puerta del balcón con seguro y luego corriendo las cortinas hasta cortar la visibilidad con el exterior, teniendo planeado salir por la recepción como una persona normal.

"Gracias~..." La escuchó justo detrás de él, haciéndolo darse la vuelta por reflejo.

De pie a menos de dos metros de él, Nazuna lo estaba observando atraves de la oscuridad, sus ojos rojo-naranja parecían brillar en la misma.

"¿Nazuna…?" No la escucho ni al ponerse de pie.

El holgado camisón se cayo de uno de sus hombros, exponiendo el inicio de uno de sus senos.

"Discúlpame… realmente quería ser una buena chica, es solo que… hueles muy bien~" le susurro en una voz llena de miel que delataba cada vez menos lucidez.

"Nazu..." intento entablar el dialogo por ultima vez.

Pero no lo estaba escuchando.

Coqueta y rápida, corto la distancia entre ellos, conectando sus labios con los suyos para detener aquel intento de negociación, arrinconándolo contra la puerta del balcón en le proceso, se aseguro de que sintiera lo deseosa que estaba, su saliva tenia el sabor mas dulce que hubiese probado jamás.

Recibió una respuesta positiva cuando la tomo de la cintura, jugando con el final de su cabello, le robo un suspiro cuando rompió el beso, dejando un hilo delgado entre ellos, quería mostrarle lo mucho que quería que se quedara.

Tal vez otra clase de incentivo lo convencería de quedarse jugar un rato con ella…

Escapando de sus brazos en dirección descendiente, se coloco en cuclillas para saludar a su mitad baja, pegando su rostro a su entrepierna por encima del pantalón, empezó a acariciarla con su mejilla, haciendo que se estremeciera.

El pantalón empezó apretarle desde el beso y su vista se nublo por un segundo al sentirla masajear su bulto, como si lo infundiese de vida solo con su toque.

La cabeza roja le dio un mirada embriagada desde abajo, mientras empezaba a quitarle el cinturón.

Cuando logro abrir su cierre con anticipación, Shirou la interrumpió de manera abrupta, tomándola por el trasero, levantándola para llevarla a la cama y aprisionarla debajo de su cuerpo.

Primero se vio altamente fastidiada por la repentina interrupción, pero se volvió dócil al ver que se había salido con la suya, la consternación se había esfumado de la cara de Shirou y ahora solo la veía como un pedazo de carne.

Colocó sus suaves y delicadas manos en sus hombros, pasando a sus mejillas, luego a su nuca, corriendo sus dedos por su blanco y pulcro cabello para traerlo hacia ella y unir sus labios de nuevo con los suyos.

Su saludo fue bien recibido, pues Shirou la sujeto de la cintura para pegarla a su cuerpo mientras empezaba a jugar con su lengua.

Cada rose, beso y lamida la ponían mas impaciente.

Pese a lo brusco que parecía por fuera, adoraba lo cuidadoso que era tratándola en la intimidad.

Una suave pero desesperada mordidita en el labio inferior le dijo que ella no tendría tanta paciencia como la usual.

"Una dama que vive sola no debería invitar a un hombre a su casa tan a la ligera" la tomo de la barbilla de manera casi amenazante.

Nazuna en respuesta tomo su mano y empezó a chuparle el dedo de en medio.

"… hay muy pocas cosas que podrías hacerme justo ahora a las que me opondría" Uso su propia mano para cubrir la mitad de su rostro por la mejilla izquierda.

¿Alguna vez realmente necesitó dormir?

Ayudándola mientras ella levantaba los brazos, deslizo su top fuera de su persona.

De rodillas en la cama frente a él, Nazuna quedó solo siendo protegida por unas sencillas pero bien estilizadas bragas purpuras.

Sin aviso o consideración alguna, llevo uno de sus dedos al pecho derecho de la chica mientras buscaba sus labios, Nazuna intento tartamudear una advertencia de suma importancia.

Una que llegó muy tarde, con su índice, le dio un golpecito insignificante a su pezón, en respuesta, la idol de retorció enérgicamente mientras ahogaba un gemido furioso que hizo que el mayor hiciera distancia.

"¡Ghhhh~! ¡t-tu ya lo s-sabías…!" reincorporándose en la cama, evidentemente molesta.

"Solo quería ver que tan malo era…" se excusó de manera estoica, no queriendo admitir su imprudencia.

"Hmppp~, prendas fuera" la chica le ordeno con un autoritario ademan de mano.

Seguía en su atuendo de trabajo… bueno, el que siempre tenía.

Una gran carga de renuencia se manifestó en su rostro, pero las ultimas veces que preguntó si podía quedarse con su polera o ropa interior, solo provoco unas molestas risas al respecto.

Perezosamente se puso de pie de la cama, deslizo el abrigo de sus hombros para ponerlo en una silla junto a la puerta, después se despojo de su calzado y se saco la polera.

Se detuvo a medio camino de quitarse el pantalón, notando que estaba siendo observado de manera muy meticulosa.

"… "

"… "

"¿Quieres que me tape los ojos?" Nazuna se mofo levemente, al ver como su acompañante empezaba a apenarse, aun cuando hace unos instantes lo tenia encima comiéndose sus labios y agarrándole el culo como si le perteneciera (Y no era mentira).

"Cállate" Su reclamo fue respondido con una risita acaramelada de lo mas molesta.

Termino de bajarse los bóxer, la mueca perversa y hambrienta de la peli naranja se ensancho.

Ya estaba dolorosamente erecto, mucho mas de lo usual, culpa del irresistible olor de la chica y ella parecía muy orgullosa por ello.

Le encantaba saber que la encontraba tan deseable, como debía ser.

Apenas intento acercarse de nuevo a la cama, Nazuna lo atrapo con otro beso mientras envolvía su brazo alrededor su cuello con un agarre firme, con su mano libre empezó a masturbarlo de manera impaciente como si intentara ordeñarlo sobre ella.

Antes le habría provocado una abrasión siendo tan brusca, pero parecía haber adquirido practica en ello, lo estaba bombeando rápida pero cuidadosamente, y también de manera efectiva.

Estaba sintiendo como su pelvis se tensaba, clara señal de que estaba haciendo un buen trabajo.

Pero era muy pronto para acabar sobre ella, logro escapar del beso y su agarre sin ser brusco, luego la poso debajo de él para que no intentara adelantarse de nuevo.

Sin decirle una palabra o una advertencia, fue a su parte baja, directo a la flor que yacía entre sus piernas.

Tomo el elegante borde de sus bragas y se las saco sin mucha resistencia para arrojarlas al suelo.

Con la vista en el techo y una creciente impaciencia, Nazuna tembló al sentir una leve respiración en su núcleo, se aferro a las sabanas con manos y pies esperando el pinchazo que estaba segura la haría explotar como una burbuja.

Cosa que nunca pasó…

Empezó a sentir minuciosos besos en la parte baja de su suave y terso vientre… aunque placenteros, estos tenían un nulo efecto en darle alivio.

La cabeza blanca siguió subiendo, dejando aun mas atrás la PUTA zona que tendría que estarse PUTAS comiendo.

Se puso aun mas impaciente cuando paso por encima de su ombligo y llego a sus pechos, empezó a lamer el modesto pero sexy montículo, pasando por la aureola y dando círculos alrededor, sin dignarse a tocar él sensible pezón.

Se aferro a su cabeza con sus manos en señal de desesperación.

Logró obtener leves gemidos de sus labios , pero necesitaba tacto directo o terminaría arrancándole el cabello.

Estaba intentando hacerla enfadar… y estaba teniendo honores en hacerlo.

Se retorció de manera intencional para hacer que su pezón entrara en su boca, incluso intento abrazar su pierna con las suyas para cuando menos lograr un roce de su nucleó a su pierna, pero el respondía de la manera mas evasiva y odiosa posible.

En un punto, intento llevar su mano a su caliente y entrada para menguar su picazón ella misma, esperando que un nuevo brote de feromonas animara a Shirou a cooperar.

Pero él la detuvo y restringió sus manos a ambos lados de su cabeza, privándola de la atención que requería urgentemente, luego continuó besándole él cuello.

Siguió retorciéndose debajo de él, suplicándole con el cuerpo que la tocara en el interior, por un momento casi dejando salir un gimoteo lastimero y animalístico.

"Shi-Shiroooouuuu~ p-porfaaaa~" Su zona baja estaba salivando y siendo ignorada pese a su obvia necesidad de alivio.

Era tan cruel, esperaba que no lo suficiente como para dejarla esperando por siempre.

Pero se estaba tomando su tiempo, mucho más del que debía.

Siguió manoseándola de manera perversa e insatisfactoria, hasta que finalmente llego al deseado punto de quiebre.

Inconscientemente Nazuna empezó a gruñir… no como lo haría un humano haciendo una imitación, como lo haría un zorro autentico siendo fastidiado hasta sus limites.

Tomo a Shirou con la guardia baja cuando Nazuna lo mordió en el hombro de manera rápida y desmedida, pero no intento zafarse o detenerse de besarle el cuello.

La chica, ahora en su forma vulpina empezó a resentir aun mas su celo, sumado a el tenue sabor a hierro en su boca que la hizo soltar al mayor con bastante consternación en si misma.

Una marca con una anilla roja se mostro en su hombro, haciendo que se preocupara en grande.

Por el solo pensamiento de que la considerara una loca o algo parecido.

Pero Shirou no pareció molesto en lo mas mínimo, aun viéndose tan agotado.

Dejo un ultimo beso en su cuello antes de subir a su oreja.

"¿Ansiosa?" Le susurro en una voz ronca mientras la marca de dientes desaparecía de su hombro frente a sus ojos.

"¿¡Qué estas esperando!? ¿¡Quieres que te ruegue!?" Le preguntó altamente irritada.

¿Acaso le divertía tanto verla perder retazos de su humanidad mientras se marinaba en sus ganas de ser montada?

En respuesta, Shirou solo le dio la sonrisa mas simplista y desinteresada del mundo.

Ella le advirtió con el seño que podía sacarlo a patadas de departamento si se ponía demasiado engreído…

Y no logro ningún cambio.

"… "

"…"

"p-porfavor" Con la cara teñida de un rojo furioso, con obvia vergüenza solo espeto en un débil y vergonzoso susurro.

"Por favor ¿Qué?" La tomo del mentón y jugó con sus labios usando su pulgar.

"… C-c-cógeme" Volvió a suspirar una respuesta en desesperación, empezando a morder su pulgar de manera rogona, no la iba a dejar olvidar esto nunca.

"No eres lo suficientemente convincente" Nazuna sintió un tirón en el estomago, quería patalear, arrancar las sabanas, gritar, todo lo que estuviese en su alcance para que dejara de jugar con ella.

"¡P-por favor c-cógeme!" le grito sin mas moderación.

"… " y no fue aprobada.

Ahora quería morderlo de nuevo.

No le quedaba de otra, no había manera de apelar a su compasión, cuando se ponía así de engreído no había nada que hacer excepto darle lo que quería.

Y su parte baja estaba ardiendo como para elegir su ego por encima de su alivio.

La chica de rosado pelaje se dio la vuelta, coloco los codos en la cama, separo las piernas, alzo la cola y empezó a menearla mientras sonreía de manera suplicante.

"P-p-por favor, ya no aguanto… mete tu pene en mi va-vagina y h-hazme sentir muy rico" algo en esa mueca y voz desesperada le decía que intentar molestarla aun mas terminaría mal.

"¡NGGGhaaahh~!" Nazuna sintió un pinchazo que viajo desde su entrepierna hasta la parte trasera de su cabeza.

Un dedo, Shirou empezó a masajearle el coño con su índice de una manera simplista y desinteresada.

"¡Ghhh~! ¡Mhhgmm~! ¡Hahh~!" Y aun así, la estaba haciendo retorcerse como un gusano y gemir sin control.

No se detuvo por un minuto entero, variando su velocidad, cantidad de dedos y las zonas a las que le brindaba atención.

"¡Hhhahh~!" Sus gemidos lastimeros aumentaron su volumen mientras mas se acercaba al orgasmo… él siguió dedeandola cada vez mas rápido y mas exquisito…

Solo para detenerse unos segundos antes de lograrlo.

"¡Gasp~!"Nazuna emitió un jadeo descorazonado mientras lo miraba por encima del hombro, como si acabase de hacerle lo peor del mundo.

("Infeliz… infeliz… infeliz") lagrimas amenazaron con asomarse de sus ojos por la cruel delusión, antes de que Shirou le diera juguetón un apretón en el glúteo.

"Ya es hora" Al escuchar la sola frase, la espalda de Nazuna se tenso, dejándola en una posición muy conveniente.

Había entendido perfectamente a que se refería, era demasiado tarde para desatar la bien merecida furia que tenía sobre el.

La estatura de Shirou aumentó, su hocico se ensancho y su pelaje creció.

Empezó a subirse sobre ella, para luego besarla en la parte trasera del cuello.

"Buena chica" Fue todo lo que le dijo al oído antes de empujar su erección atraves de sus labios menores.

"¡HAAAHHh~!"

Nazuna sintió un leve toque en su flor que la derribó en la cama en reflejo, luego algo de deslizo dentro de sus lubricados pliegues dándole una corriente eléctrica que recorrió toda su espina.

Juraba que todo su cuerpo estaba desprendiendo vapor, sus interiores estaban abrazando su pene como si lo hubieran extrañado y al placer que traía al friccionar con ellos, su respiración empezó a agitarse mientras un placentero escalofrío la hacia sonreír ebria de placer.

Empezó a montarla, de manera rítmica y constante.

Ella, una idol, estaba entregándose a los deseos mas bajos de su cuerpo, haciendo ruidos vergonzosos y empujando sus propias caderas hacia atrás de manera desesperada.

Desde atrás, Shirou pellizco sus dos pezones empezando a masajearlos, haciendo que el embarazoso pero delicioso placer siguiera poseyéndola.

"¡SI~! ¡Ahh~! ¡Mas rápido!" Estaba desconociendo su propia voz, su usualmente hermosa voz que ahora suplicaba que la follaran.

Nazuna emitió un gruñido inhumano cuando él tomo toda una parte importante de su cabellera y empezó a tirar de ella haciéndola mirar hacia arriba.

No podía sentir dolor alguno, su cabeza estaba llena de dopamina, suficiente como para no enfurecerse con él por despeinarla.

Por el contrario, el agarre firme en su cabello solo la estaba estimulando mas.

Shirou se acerco a su rostro y le susurro algo que en otro escenario se hubiese convertido en una bofetada, pero en cambio…

"¡Woof~!"

A su orden, comenzó a ladrar, de manera torpe mientras alternaba en jadeos y gemidos.

Solo espeto ese único y embarazoso sonido, no le importaba como se viera, solo quería que siguiera rascando su picazón hasta hacerla llegar a las putas nubes.

Como recompensa, Shirou empezó a moverse en círculos dentro de ella retorciendo sus interiores.

El rostro de la chica toco la almohada para silenciar el ruido mas inhumano que podía producir con su voz.

"¿Quieres que te trate bien? ¿O como a una putita?" Esa pregunta ¿siquiera habría caído en alguien funcional? Nazuna aun parecía desecha, babeante y sonrojada

"... soy una putita" Suspiro ebria de placer y ahogada en hormonas.

El acolchado ahogo otro gemido que emitió cuando el lupino empezó a martillearla por dentro a toda velocidad mientras le tiraba del cabello

Jamás se detuvo, solo bajaba la velocidad cuando sentía que estaba por venirse o cuando se volvía muy ruidosa, y eso continuo por un periodo interminable, mientras Nazuna babeaba y gemía incontrolablemente, intentando articular palabras de suplica por un orgasmo.

El molesto ardor se estaba convirtiendo en el placer intoxicante de un clímax guardado hasta el ultimo segundo.

Por un momento, sintió como si un delgado hilo se rompiera en algún lugar de su cabeza.

Nazuna finalmente logro llegar de un brusco empujón al cielo, en un chorro corto pero pronunciado salido de sus interiores, salpico la pelvis del lobo con su amor.

Un gruñido animalístico sumado al familiar río viscoso siendo vertido dentro de ella le dijo que su enorme compañero también había llegado al orgasmo, usándola como un depósito para su polla.

Jadeando, viéndola desde atrás, teniendo ocasionales espasmos y con una expresión de pura bliss, tuvo la vaga idea de que ya habían terminado.

Una vaga e ingenua idea.

Aun con el adentro… unas chispas de luz rosa y blanca rodearon el rosado cuerpo de la chica… la cual comenzó a crecer, casi de su propia estatura.

No le tomo mucho identificar esos familiares rasgos, era una loba.

Había ganado algo de musculatura, su pelaje ahora era rosa opaco, al levantar el rostro, noto un largo mas pronunciado en el hocico, pero en esta ocasión tenia un aspecto mucho mas brusco comparado con la forma refinada y pulcra que usaba antes para ser la mascota de la iglesia, viéndose mucho mas amenazante.

De un empujón lo derribo en la cama y se sentó en su pelvis, frotando su miembro con su rosada flor que seguía desbordante de su amor.

"Dijiste que no querías dormir ¿verdad?" su cabello aun era un desastre, pero eso no evito que arreglara los mechones de su cara para verlo con claridad antes de inclinarse sobre el y lamer su pecho, dándole un destello de unos afilados prominentes colmillos.

"y-yo…" Fue silenciado por un repentino y tosco beso, mientras su falo se deslizaba dentro de la agresiva loba.

No le tomo mucho empezar a seguir la corriente del salvaje beso.

Empezó a mover su pelvis de nuevo para corresponder los leves sentones de la peli rosa, olvidando que era lo que quería comunicarle antes.

Fue el turno de Nazuna de ser agresiva, cada rose de sus garras en el interior de su pelaje, creaba una minúscula mancha rojiza en el mismo, cada lamida, beso o chupetón, incluía una marca de unos afilados colmillos.

El dolor se estaba convirtiendo en un estimulante para mantenerlo activo, también un recordatorio de que debía estar alerta y que tenia que ser muy cariñoso con ella, de lo contrario podría intentar complacerlo con su boca, sin tener cuidado con esos colmillos.

En un cambio de tornas junto con un intento de retomar el control, termino encima de ella, cara a cara, solo para terminar atrapado entre sus brazos, sus piernas cerradas alrededor de su cintura.

siguió embistiendo de manera desesperada, hasta hacerla acabar otra vez "¡MIERDA SI~!" Nazuna hundió sus garras en su espalda mientras le suspiraba en la mejilla, como si pudiese intentar escapar.

Seguido de su propio orgasmo, uno crudo y agotador, su vista se volvió borrosa por un segundo, terminando al borde de jadeos pronunciados.

Pero Nazuna no lo soltó, sólo parecía estarle dando un tiempo fuera, mientras lo acariciaba de manera maliciosa, esperando a que diera la mas mínima señal de recuperación mientras le daba una lamida en la mejilla.

Shirou ya lo tenia claro, no saldría de esa habitación en toda la noche.

Empezó a abrir los ojos.

Shirou no creía posible sentirse tan sediento y agotado solo por dormir.

Y aun así reconoció ese techo bermellón casi al instante, o mejor dicho, lo recordó.

La habitación seguía privada de luz con las cortinas cerradas, pero aun pudo distinguir que había sol intentando colarse a través de la gruesa tela de las cortinas, que la cama era un desastre y que estaba desnudo debajo de las cobijas.

¿Se… había quedado a dormir?

No, más importante aún.

"¿Qué hora es?" murmuró para sí mismo, pensando que probablemente el buzón estaría a reventar de mensajes del trabajo.

"Mediodía…" Y alguien respondió debajo de las sábanas, encima de su cuerpo.

Nazuna asomo la cabeza por encima de su pecho, despeinada, evidentemente agotada, pero con una expresión satisfecha en su semblante.

Lejos de descolocarse…

"No escuche mi alarma" Shirou afilo los ojos, mirando a la inocente chica sentarse en su vientre, dándole una vista de sus pechos siendo resguardados por dos largos mechones de su melena como si fuera Eva.

"… yo la quite" Confeso inocentemente mientras le sonreía como un sol.

"Nazuna" Ahogo un murmuro frustrado mientras empezaba a prepararse para despotricar.

"¡Pero!... Di aviso a la alcaldesa, le dije que no habías dormido bien los últimos días y dijo que validaría uno de los días libres que tienes acumulados" Le anuncio como si fuese la mejor noticia del mundo.

"Me voy" Amenazo con levantarse con o sin ella en medio.

Siendo respondido por un agarre inamovible en su cintura.

"¡Espera, tienes como tres meses de vacaciones acumulados, quédate hoy conmigo!"

Shirou gruño al tiempo de hacer un esfuerzo para salir de la cama ¡Era jodidamente fuerte! Había crecido una cabeza entera desde que la conoció, pero ¿Como una chica de esa estatura podía aferrarse así?

Le puso las manos en los hombros para hacerle saber que ya era suficiente.

"¿Tú no tienes que trabajar?" era una pregunta un tanto sensitiva, pero la cabeza rosa pareció mas contrariada por la respuesta.

"También me dieron el día… Marie me dijo que volviera cuando dejara de ser una perra" su mirada se desvió a otro lado con algo de remordimiento "Ya no estoy tan mal, pero aún me gustaría tenerte aquí"

"…" Shirou podía pensar en al menos cuatro personas mas calificadas para hacerle compañía, de hecho, solían verse cerca de una vez cada par de semanas, era raro que le tuviese tanto apego.

"También ordene el desayuno… si te vas se va a desperdiciar" no lo dejo terminar de pensar, volvió de nuevo a su faceta mimosa e irrazonable.

"¿…Qué ordenaste?" le pregunto mientras pasaba su mano a su cabeza.

Convenientemente, Nazuna paso de verse melancólica a sonreír ampliamente.

"Desayuno completo de la cafetería bajando la calle" Le anuncio mientras se adelantaba tomando dos batas blancas de su colgador y le pasaba una a Shirou.

El lobo la siguió al comedor con una sonrisa suave, dejando abandonada su gabardina en aquella silla en la habitación de Nazuna.

Si fue de su agrado o si no, siempre estoy feliz de leer sus comentarios, espero verlos en otra ocasión.

Feliz Navidad.