Y que regresa al revivir, cada momento igual…
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camilo navas. Era obvio que le dolería, perder a la persona que amaba realmente le iba producir un dolor sentimental horrible. Veremos qué pasa luego. ¡Saludos!
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nadaoriginal. El punto en el que ambos son separados está pasando, aunque sabiendo lo que se viene adelante, habrá unas cosas que los sorprenderán bastante. Exacto, viene el encuentro de Tenma en el Yomotsu y también se encontrará con cierto Caballero Dorado. ¡Saludos!
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Sin más, comencemos…
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Silencio.
No había nada que se escuchara ni nada por el estilo.
El Caballero de Pegaso, Tenma, se estaba despertando, por alguna razón se estaba despertando.
Cuando abrió sus ojos, lo primero que notó fue que estaba en un lugar con ladrillos y construido como una fortaleza.
- ¿Q-Que demonios es esto? – el chico intentó moverse, pero no pudo y enseguida notó la razón - ¡¿Por qué mierda estoy encadenado?!
El chico intentó zafarse de esas cadenas que le estaban evitando su paso.
- ¡Maldición! ¡Rómpanse pedazos de mierda!
- Al fin te despertaste – dijo una voz profunda y desconocida para el castaño.
- ¿Quién eres? – Tenma sentía que la voz era de alguien peligroso.
- ¿Realmente quieres saber? – la silueta de una persona vistiendo una Sapuri se hizo presente – bien, me presentaré. Soy la Estrella del dolor, Fiodor de Mandrágora. Tú debes ser el Caballero de Pegaso ¿verdad?
- ¿Qué es este lugar?
- Por si no lo sabías, esta es la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
- ¿Qué? – Tenma sabía a qué se refería - ¿Esto es el Inframundo? ¡Cierto! Morí asesinado por Hades.
- No entiendo la razón de por qué estás vivo Pegaso, lo que creo es que el amable corazón de nuestro maestro Hades mostrara piedad.
- Estúpido espectro, jamás vuelvas a mencionar… – el Pegaso soltó una patada hacia el sirviente de Hades - ¡el amable corazón de Alone!
Mandrágora detuvo el ataque de Pegaso y este le devolvió el ataque con un poderoso eco que dejó aturdido a Tenma.
- ¡¿Qué es esto?! – el eco dio de lleno en Tenma el cual no resistió y cayó.
- Déjame decirte algo antes de que entres al Inframundo, uno de los tres jueces del Inframundo llamado Minos, se dirige al Santuario.
- ¿Qué? – esa noticia impresionó a Tenma - ¡¿Qué me estás diciendo?!
- El amable corazón de nuestro maestro Hades guiará a cada uno de tus amigos al Inframundo. No puedo esperar a ver eso – el espectro se fue del lugar riendo como degenerado mientras dejaba a Tenma totalmente desesperado.
- No – el castaño estaba que echaba chispas - ¡Maldición!
El chico seguía tratando de liberarse de las cadenas, pero en eso, escuchó un sonido como si se tratase de una batalla.
- ¿Qué? ¿Qué haces en este lugar Yato? – Tenma miraba a su compañera de armas - ¡Ya entiendo! Tú también estás muerto ¿verdad?
- Estoy aquí, pero no morí – el Caballero de Unicornio estaba esquivando a un eskeletor que le intentaba dar con su hoz, pero este fue detenido por una bufanda rosada y una patada de una chica de cabello rubio oscuro.
- ¿Quién es esa mujer? ¿Es un guerrero? – preguntó el castaño.
- No – dijo simplemente el peli negro.
- No me lo creo – dijo una voz que rebotó en los oídos de los chicos - ¿Cómo es posible que unas ratas como ustedes ingresaran al mundo de los muertos?
Yato y la mujer estaban atentos del venir de esa voz.
- Qué más da – la imagen de un espectro se puso detrás de la chica – los eliminaré.
- ¡Cuidado Yuzuriha!
- Te cortaré en mil pedazos – el espectro de Mandrágora volvió - ¡comenzando de los pies a la cabeza! ¡Grito Estridente Estrangulador!
Un fuerte grito emprendió la Sapuri del espectro que hizo temblar todo el lugar.
Una cortina de humo se hizo presente en el sitio y cuando se disipó, Tenma logró ver como Yato estaba sangrando de un lado.
Yuzuriha se dio cuenta de que estaba bien y que el Caballero de Unicornio recibió todo el daño del ataque de Mandrágora.
- ¿Recuerdas lo que te dije? Que yo te protegería.
- Ese idiota – Tenma sabía de la peligrosidad del ataque del espectro – no bajes la guardia Yato, el ataque de ese sujeto es muy poderoso.
- Hablaste muy tarde tonto.
- Tiene razón Pegaso, el ataque de mi Sapuri no es ordinario, mi ataque de hace poco fue solo una muestra. La Mandrágora es una flor que crece debajo de la horca. Cuando cualquier mortal corta una, se libera un grito que mata a cualquiera que lo escuche.
- ¡Maldito! – Yuzuriha se lanzó al ataque.
- Es un grito como este – junto en ese momento, la Sapuri del espectro dio un fuerte grito que dio de lleno en la chica y la estrelló en la pared.
- ¡Yuzuriha! – Yato se impresionó de esto y solo causó su rabia por alguna razón - ¡Maldito! ¿Cómo te atreves pegarle… a una mujer?
Yato intentó golpear al espectro y este solo lo detuvo con una mano.
- ¿Qué es eso? ¿Qué daño intentas hacerme con tus puños si son de niña? – el espectro tomó del cuello a Yato – al final, no vales nada para nuestro señor Hades.
- ¡Yato!
- No puede ser – en ese momento, el Unicornio sonrió – pues inténtalo maldito.
- ¿Qué?
- ¡Galope de Unicornio! – el ataque dio de lleno en el espectro el cual le voló el casco y rompió parte de la Sapuri.
- ¡Serás maldito! – Mandrágora le dio un fuerte golpe a Yato el cual lo mandó directo a una pared.
Yuzuriha intentó darle un golpe al espectro, pero este sin problemas la mandó a volar.
- ¡Maldito! – Tenma estaba furioso por no poder hacer nada y el cosmos que desprendió le hizo romper sus cadenas.
- ¿Qué es esto? ¿De dónde sacó tanto poder?
- ¡Haré que grites Mandrágora! ¡Cometa de Pegaso!
El espectro lanzó su ataque, pero Tenma logró que no le hiciera ningún daño y logró darle al espectro y derrotarlo.
- ¿Puedes creerlo? – dijo Yato mientras se recuperaba – vine a salvarte y me terminaste salvando.
- Yato, dime una cosa, ¿no estamos muertos?
- Esa pulsera de flores… contiene las oraciones de la diosa Athena, pero si todos los pétalos caen… entonces si morirás.
- Ahora entiendo – el chico sonrió un poco – que amable es Sasha.
- Disculpen que interrumpa la charla entre hombres, pero ya no hay tiempo – dijo la rubia.
- ¡Es cierto! – Tenma recordó lo que dijo Mandrágora – ese espectro dijo que uno de los 3 Jueces del Inframundo se dirige al Santuario.
- ¿Qué has dicho? – preguntó Yato sorprendido.
- Debemos regresar de inmediato.
- No es posible – dijo Yuzuriha.
- ¡¿Por qué no?!
- Porque ahora que estamos en el Inframundo, debemos hacer algo importante, algo que mi maestro me dijo que debíamos hacer.
- ¿Qué es Yuzuriha?
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Mientras que en las afueras del Santuario…
- ¿Así de débil está el Santuario? – preguntó una voz el cual se trataba de un espectro de cabello blanco y con una Sapuri con grandes alas negras – ya es tiempo de que convirtamos a Athena en otra de mis marionetas.
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De vuelta en el Inframundo…
- ¡¿A dónde vamos Yuzuriha?! – Tenma corría junto a los otros dos chicos - ¿Qué es eso que podría cambiar el rumbo de esta Guerra Santa? En estos momentos, el más poderoso de los Jueces se dirige al Santuario. ¡Tengo que regresar a la Tierra para proteger a Sasha!
En ese momento, Yato redujo velocidad y le dio un golpe en la cabeza a Tenma.
- ¿Estás hablando de Athena? Que irrespetuoso eres.
- Ese golpe me dolió Yato, ¿Por qué mierda me pegas?
De ahí, ambos chicos comenzaron a pelear mientras Yuzuriha detenía carrera para escucharlos.
- ¿Qué significa eso Yato?
- Pues, moriste asesinado por Hades y con mucha facilidad.
- ¡No le resultó fácil!
- Luego de eso, Yuzuriha apareció de la nada y todos terminamos en Yamir.
- Son tan buenos amigos que hacen que me duela la cabeza. Ya dejen esas peleas estúpidas – dijo la chica.
- ¡Esta no es una pelea estúpida! – dijeron ambos causando un suspiro en la rubia.
- Miren, les diré más tarde todos los detalles de esta misión, pero ahora debemos encontrar el camino a lo más profundo del Inframundo.
Yuzuriha solo siguió el camino. En eso, Tenma recordó las palabras de Yato mientras veía la cadena de flores.
Esa pulsera de flores… contiene las oraciones de la diosa Athena, pero si todos los pétalos caen… entonces si morirás.
El chico pensó un poco en la vez que la peli lila hizo esa cadena para él. No iba a permitir que nadie tocara a su amada Sasha.
No lo permitiré. No moriré aquí, no en este lugar. ¡Espérame por favor! ¡Ya voy por ti Sasha!
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En el Santuario…
- ¿Señorita Athena? – Sage miró a Sasha iba caminando hacia su estatua, cosa que le dejó muchas dudas.
- Sage… los espectros no pueden morir ¿verdad?
- Pues… - el Patriarca bajó la mirada – sí, ellos no son humanos, son espectros que reciben la bendición nigromante de Hades para volver a la vida. Esa es la única desventaja que tenemos.
- Lo entiendo – Sasha solo miraba a su estatua – tengo una idea para evitar que los espectros vuelvan a la vida.
- ¿En serio? – Sage no creía lo que estaba haciendo su diosa – ¿Qué es?
- Crearé una barrera que cubrirá todo el Santuario y solo deberán llevar los cuerpos de estos al interior de mi barrera, eso evitará que revivan.
- Señorita Athena – Sage pensó en la idea, realmente se escuchaba buena – lo entiendo, pero usted…
- No te preocupes, estaré bien. Solo asegúrate que mis Caballeros cumplan su trabajo.
- L-Lo entiendo – Sage hizo una pequeña reverencia antes de retirarse – con su permiso.
- Propio.
Una vez que el Patriarca se fue, Sasha solo seguía fija viendo su estatua y de ahí, pasó algo que nadie se esperaba y nada gracias de estar sola.
De sus hermosos ojos verdes, brotaron lágrimas de color rojo.
Lágrimas de sangre directas del corazón.
- ¡Malditos espectros! ¡Ya verán cuando entren a esta barrera! – dijo con voz muy molesta. Acto seguido, levantó a Nike al aire y con su cosmos, creó una barrera alrededor de todo el Santuario.
La peli lila miraba que había servido, pero esto sería temporal ya que siempre estaría en peligro mientras usaba todo su cosmos para evitar que los espectros dentro de la barrera revivieran.
No me importa tener que gastar todo mi cosmos. Sin mi hermano Alone y sin mi amado Tenma… me da igual morirme, pero la Tierra quedará a salvo de ese malnacido de Hades.
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De vuelta en el Inframundo…
Pasaron algunas horas y…
- ¡¿A dónde vamos?! – dijo Yato corriendo como loco.
- Vamos al árbol del Inframundo.
- ¿Esa es nuestra misión Yuzuriha? – preguntó Tenma - ¿debemos llegar a ese árbol nada más?
- Así es, solo eso.
- ¿Por qué es tan importante ese árbol? – preguntó el peli negro.
- … - Yuzuriha pensó un poco antes de darles la respuesta por la misión de este recorrido, pero no tenía opción – según mi maestro, no existe la muerte para los espectros.
- ¿Qué dijiste? – Yato y Tenma detuvieron su corrida y solo quedaron anonadados por eso - ¿Los espectros no mueren?
- ¿En serio?
- Así es.
- ¿Entonces… Mandrágora no está muerto?
- Sí lo está, pero pronto revivirá.
- Eso significa que no tenemos ninguna posibilidad de ganar esta guerra.
- Sí la hay, mi maestro dijo que el Árbol del Inframundo es la clave para sellar la inmortalidad de los espectros.
- ¿En serio?
- Sí – la rubia señaló un pasadizo – ese es el túnel que usan los espectros para ir al mundo de los vivos.
- Debemos por ahí ¿verdad?
- Sí, debemos ir por ahí hacia el Inframundo.
Los 3 Caballeros fueron por el pasadizo en donde los esperaba una linda sorpresa.
- ¿Q-Que es eso? – Yato se impresionó al ver eso, se trataba de un perro gigante de tres cabezas.
- Eso es un monstruo.
- Yo diría que le dieron mucha comida a esta cosa.
Sin más, la fiera los atacó sin piedad y estos trataban de esquivar los ataques de este.
- ¿Qué es esta cosa?
- ¡Es Cerbero! – dijo Yuzuriha – el guardián del Inframundo, tengan cuidado de sus tres cabezas.
- ¡No tengo para seguir perdiéndolo! ¡Debo volver con mi amada! – gritó Tenma cargando su cosmos en su puño derecho.
- ¿Amada?
- ¡Meteoros de Pegaso! – el ataque de Tenma fue con bastante poder y solo impactó en el perro gigante el cual sucumbió ante el poder del Pegaso.
Yuzuriha y Yato estaban idos ante esto ya que no creían que Tenma peleara por alguien.
- ¿Q-Que fue eso idiota?
- Sigamos adelante, no quiero perder más tiempo.
- Espera un momento Tenma, ¿Quién es tu amada? – Yato estaba que quería saber que pasaba - ¡no me digas que ya tienes novia! ¡Maldito arrogante! Yo ni siquiera he elegido alguna chica.
- Yato, déjalo. Tiene razón, necesitamos avanzar.
- ¿Por qué lo apoyas Yuzuriha?
- Solo vámonos – la rubia se llevó al peli negro a rastras mientras Tenma iba junto a ellos.
Unos minutos después, el trio iba por uno de los infiernos en el Inframundo, siempre dependiendo de que pecado cometiera cada humano.
En estos momentos, estaban en un lugar en el que había muchos pozos con lo que parecía ser sangre hirviendo y algunos esqueletos en estos.
- ¿Qué es este lugar?
- Probablemente estemos en el séptimo círculo del Inframundo – explicó Yuzuriha – en este lugar es donde terminan los estafadores y ladrones.
Mientras caminaban, Tenma solo pensaba en las cosas que había vivido hasta ahora. Realmente la misión de ser Caballero y proteger a todos era muy fuerte.
Aunque justo en ese momento…
Yato y Yuzuriha se detuvieron y solo se pusieron en guardia.
- ¿Qué pasa?
- Él está aquí – Yato miró como Tenma puso cara de confundido – me refiero a tu amigo Alone.
Justo en ese momento, apareció un fuerte cosmos maligno y más rápido que el aleteo de un colibrí, apareció frente a ellos… el Rey del Inframundo.
- ¿Cómo estás Tenma? Vine a verte.
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Continuará…
