Y el amor, no volverá. No sé a dónde voy…

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camilo navas. La escena de Asmita de Virgo fue fuerte de ver, además, creo que él hubiera hecho algo más en la Guerra Santa, hubieran ganado sin problemas. ¡Saludos!

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nadaoriginal. Te lo diré, la muerte de Asmita fue una de las dos únicas muertes en la serie animada que me hizo llorar, la otra fue la de cierto Caballero que muere de forma heroica, pero eso será más adelante. Ikki como Kagaho… ¡qué hijos de puta! ¡Los amo XD! ¡Saludos!

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HanaSakuChan. Sí, al final cuando Asmita muere, realmente me tocó a mí también. Escribirlo fue difícil ya que solo lo veía y lloraba ToT. Veremos qué pasa ahora. ¡Saludos!

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Sin más, comencemos…

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Asmita de Virgo sacrificó su vida para que se creara el rosario de las 108 cuentas, el cual tenía el poder para sellar a los espectros de Hades en estas cuencas y evitar que resucitaran.

Así el ejército de Athena podía batallar en las mismas condiciones que el de Hades, ya que estos una vez que eran derrotados, revivían, aunque ahora estaban en igual condiciones que los Caballeros de Athena.

Antes de que la batalla se llevara a cabo, se veía en una llanura de rocas rodeado por algunas lomas, un Caballero de Athena de largos cabellos grises y vestía una Armadura Dorada.

Se trataba del poderoso Hasgard, aunque ahora era conocido como Aldebarán, Caballero Dorado de Tauro, el cual se hallaba luchando contra un espectro que parecía ser muy fuerte.

La batalla se llevó a cabo durante un buen rato, aunque el espectro tenía gran poder, Aldebarán resistía un poco a los ataques, aunque este espectro comenzó a superarlo en poder, incluso llegó a pensar que era más poderoso que un espectro común.

Cuando la batalla estaba algo avanzada, llegó juntamente el Caballero de Libra, Dohko a tratar de ayudar a su amigo Aldebarán.

Al verlo como estaba siendo superado, Dohko no soportó más y se lanzó al espectro.

- ¡Kagaho! – Libra intentó golpearlo, pero este falló - ¡Tú fuiste el que mató a Aldebarán!

- Veo que eres Dohko – dijo el espectro que resultaría ser Kagaho de Bennu – pero llegaste tarde.

- ¿Qué has dicho?

- Ya es tarde – el espectro miró a Aldebarán el cual estaba amarrado a unas llamas que hacían de sogas para tenerlo – esas llamas atan al enemigo y lo queman hasta matarlo y lo liberan hasta que el cuerpo quede hecho cenizas. Aunque ese mastodonte tarde un poco en quemarse.

- Cállate – Dohko estaba furioso mientras la mirada se le escondía en el rostro.

- En realidad Dohko, mi única tarea era matarte a ti – Kagaho le dedicó una mirada llena de furia – tú fuiste quien hirió a mi señor Hades, pero ese insensato se puso en mi camino.

- ¡Cállate! – el cosmos de Dohko comenzó a arder mientras la imagen de un tigre aparecía detrás de él.

- ¡Perfecto Libra! Acabemos con esto de una vez – Kagaho también levantó su cosmos mientras aparecía la imagen del Bennu detrás de él.

Ambos cosmos estaban brillando y se miraba que sería una gran batalla, pero en eso…

- Espera – esa voz sacó de sus pensamientos de venganza a Dohko y cuando volteó la mirada, notó como el Caballero de Tauro se levantaba, incluso ante la mirada de Kahago.

- ¡Bien Aldebarán! ¡Estás vivo! No te preocupes, acabaré con él ahora mismo.

- Espera Dohko – interrumpió el peli blanco – no hagas nada. No quiero que te metas en esta batalla.

- ¿Qué estás diciendo? ¿Cómo piensas pelear así Aldebarán?

- ¿Lo has olvidado Dohko? – Aldebarán luchaba por quitarse las llamas de Kagaho – las batallas de los Caballeros son de uno contra uno. Mientras no pierda la voluntad para pelear, no tienes derecho a entrometerte en la batalla. La gran estrella de la constelación de Tauro, Aldebarán, no morirá de esta forma… ¡Por unas simples llamas!

Sin más, el Caballero de la segunda casa, logró destruir el ataque del espectro el cual quedó impresionado del poder del peli blanco, al igual que Dohko.

El Caballero de Libra quedó consternado mientras veía como Aldebarán iba directo al espectro.

- ¡Aldebarán!

- Aun no hemos terminado – el Caballero miró fijamente al espectro - ¿verdad Kagaho?

- Si quieres finge ser fuerte, pero esta vez te mataré.

Justo en ese momento, llagaron los aspirantes a Caballeros los cuales, los cuales eran los alumnos de Aldebarán, más como los chicos que él ha cuidado desde que eran niños.

- ¡Señor Aldebarán! – dijo el más joven de los chicos.

- ¡Saro! – Serinsa y Teneo fueron tras el más chico de los 3 el cual quería ir con su maestro.

- ¡Lo haré! – Teneo detuvo al chico el cual luchaba por querer ir con su maestro. Esta escena golpeó emocionalmente a Kahago el cual le hizo recordar a alguien que parecía ser su hermano, esto porque la relación entre ambos jóvenes le hizo recordar.

- ¿Por qué han venido? – preguntó el peli blanco a Teneo.

- L-Lo lamentamos mucho señor Aldebarán – el peli negro miró a su mentor y más cuando vio su casco tirado en el suelo, lo recogió y se lo mostró – escúcheme por favor. Por el momento, no somos nada, pero le aseguro que los 3 seremos Caballeros y lucharemos con usted en la batalla.

- … - Aldebarán se sorprendió por eso, aunque solo tomó el casco y se lo puso – muy bien, ya veremos eso.

El peli blanco llegó frente al espectro.

- ¿Me tardé Kagaho? Perdón por la tardanza.

- ¿Ya te despediste Tauro? – río un poco Kagaho - ¿a poco detuviste mi ataque solo por ellos?

- Así es, para protegerlos siempre volveré a levantarme.

- Que aburrido – Kagaho elevó su cosmos maligno.

- Ustedes los espectros nunca lograrán comprender – Tauro también elevó su cosmos – sé que el destino de nosotros los humanos es morir, nuestros corazones nunca lo harán, mientras haya alguien a quien proteger…

- ¡Estoy harto de tus regaños! ¡Te quemaré tanto que no quedará nada!

Mientras tanto, el espectro Kagaho cargaba su poder, el Caballero Dorado parecía no inmutarse por el cosmos del espectro, aunque sus aprendices y el propio Dohko estaban algo preocupados por el peli blanco.

- ¡Ráfaga de la Corona Solar! – Kagaho mandó su ataque al Caballero de Tauro el cual se manifestó como tres soles que iban directo al peli blanco.

El ataque dio de lleno en Aldebarán, el cual sentía como el fuego del ataque de Kagaho lo envolvía y lo empezaba a quemar.

- ¡Señor Aldebarán!

- ¡Este es el fin de tus días Tauro! – gritó Kagaho el cual estaba convencido de que ganaría, ahora que el peli blanco estaba de rodillas aguantando.

- ¡No te rindas Aldebarán!

- ¡No! – dijo el Caballero mientras ponía sus manos en el suelo - ¡Recibe mi ataque Kagaho! ¡Supernova Titánica!

El suelo comenzó a rasgarse mientras era envuelto por un gran cosmos que asustó al propio Bennu.

- ¿Qué es esto? ¿Cómo fue posible que partiera la Tierra? – Kagaho miró como grandes piedras iban hacia él mientras lo empujaban hacia el centro del ataque y este explotaba, tal y como se llama el ataque, como una supernova.

Unos segundos después, se miraba al Caballero de Tauro de pie, incluso se llegó a decir que ya había derrotado al espectro, pero sorpresa mayor cuando Bennu se levantó entre los escombros, pero casi herido de muerte.

- ¿Cómo es posible que aun siga con vida? – dijo Dohko.

Kagaho llegó enfrente de Aldebarán, el cual se miraba imponente a pesar de estar lastimado.

- ¡Maldito! Ya acaba conmigo.

- No lo haré Kagaho, porque no eres malvado.

- ¿Qué cosa?

- Yo no sé qué fantasma del pasado te mantiene unido a Hades, pero lo que sí sé, que no tienes a nadie que en verdad quieras proteger, por eso estás molesto. Kagaho, no perteneces a su ejército.

- Maldito – el espectro solo se dio vuelta dándole la espalda a Aldebarán – para mí, los Caballeros y espectros lo valen nada, yo decido a quien matar y a quien proteger. Queds advertido Tauro, algún día, acabaré contigo.

Sin más, el espectro de Bennu se fue del sitio mientras Tauro miraba el firmamento el cual ya había oscurecido.

Sin más, ante la mirada de sus alumnos se desmayó, sobresaltándolos.

- ¡Aldebarán! – Dohko fue el primero en llegar, pensando que el peli blanco estaba muerto, pero luego de un momento, el hombre comenzó a reírse.

- Ese tipo… era muy fuerte.

- No creo que sea motivo para reírse. Volvamos al Santuario.

- Sí, volvamos.

Aunque el espectro se fue, Aldebarán pensó un poco en Kagaho, mientras este estaba muy lejos por el momento.

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Una hora después…

El peli blanco fue a dar su reporte ante el Patriarca, el cual al verlo, quedó impresionado por como lucia ahora.

- ¿Quién fue el que te dejó así? Eres alguien realmente poderoso.

- Aldebarán de Tauro le trae noticias urgentes – el Caballero se arrodilló – el escudo de la diosa Athena se debilita lentamente, tal y como lo predijo el enviado de Jamir, algunos espectros ya han revivido. Luchamos contra ellos y pusimos sus cuerpos dentro de la barrera.

- Comprendo.

- Me imagino que un espectro distinto te dejó así ¿verdad? – dijo una voz llegando desde atrás del trono del Patriarca.

- ¿Estabas aquí? – preguntó el peli blanco cuando se reveló a un tipo de cabello castaño naranjo, piel clara y vistiendo una Armadura Dorada con alas – Sísifo de Sagitario.

- Sí, dinos Aldebarán, ¿Quién te dejó así?

- Kagaho de Bennu, Estrella Divina de la Violencia. Puedo equivocarme, pero su poder rivaliza con uno de los 3 jueces del Inframundo.

- ¿Qué cosa? ¿Con un juez?

- Así es. Pero dime Sísifo, ¿Cómo está la diosa Athena?

- Por el momento está bien, pero es evidente su dolor. El escudo de Athena ha sellado la resurrección de los espectros, pero no es fácil mantener su cosmos despierto todo el tiempo. Su mente y cuerpo están en peligro. Debemos liberarla de esa prisión. Aunque también, creo que la muerte de Pegaso y lo de su hermano, la ha afectado mucho, por mientras en su lecho de dolor, solo dice la palabra Tenma y Alone.

Ambos Caballeros se fueron de la Cámara del Patriarca mientras la noche seguía.

- ¿Te pasa algo Sísifo? Te miro muy distraído.

- Pensaba un poco – el Caballero de Sagitario miraba hacia el cielo – Albafíca murió, Asmita no volvió, y ahora tú estás herido.

- Estoy como nuevo, mírame, no me había sentido también en años.

Aunque Aldebarán dijera eso, cuando Sísifo lo tocó en el pecho, este hizo un gesto de dolor aludiendo que no estaba del todo bien.

- ¿Lo ves? – el castaño río un poco, aunque luego de eso, se puso serio de repente - ¿lo sentiste?

- Sí, este cosmos maligno…

En el cielo, se formó una tormenta fuerte, pero Sasha quedó asustada sabiendo de quien se podía tratar, más cuando la barrera comenzó a fracturarse y finalmente ese rompió.

- ¡La barrera! – Sasha ya no podía más y cayó de rodillas - ¿q-que está pasando?

Justo en ese momento, del cielo descendió una figura maligna sobre el reloj de fuego.

- ¿Qué tal Athena? Tiempo sin vernos.

- E-Entonces tu eres… - en la mente de la peli lila se le vino todos los recuerdos de su Alone – m-mi hermano.

- No diosa Athena, soy el Rey del Inframundo, Hades.

El dios hizo estallar algunos sitios del Santuario mientras los habitantes del lugar corrían desesperados.

Mientras que algunos Caballeros Dorados salían de las 12 casas para ver el acontecimiento.

- ¡Miren quien está en el reloj! – dijo un Caballero con una careta similar a las patas de un cangrejo – es el Rey del Inframundo en persona.

- Maldito Hades, es una burla que hayas entrado con facilidad al Santuario – dijo Shion.

- Cuando la ciudad de Tenma fue destruida… nosotros simplemente huimos – dijo Dohko molesto por esa burla que hacia el Rey Hades.

Shion y Dohko encendieron sus cosmos al máximo mientras aparecían la imagen de un cordero y un tigre.

- ¿Cómo se atreven a interrumpir mi anhelado encuentro con Athena? – Hades estaba emitiendo un poder tremendo que hizo que ningún Caballero pudiera moverse, ni siquiera los Dorados eran rivales para esto.

Incluso Aldebarán y Sísifo que iban llegando, quedaron atrapados en este ataque.

- ¡Sísifo! ¡Aldebarán! – Saha veía a sus dos Caballeros Dorados postrados en el suelo tratando inútilmente de levantarse.

- Ningún Caballero de las 12 casas vendrá. Apenas han pasado 200 años.

- Hermano.

- Yo ya no podré ser tu hermano nunca más – dijo el peli negro.

- ¡Mientes!

- ¿Lo has olvidado Athena? Tu y yo nos hemos enfrentado durante siglos.

- … - Sasha se levantó mientras veía fijamente al dios del Inframundo.

- Aun no entiendo cómo puedes aferrarte a tus emociones humanas. Vivir entre tanta tristeza y dolor, no importa que tan humana seas Athena, los días de nuestra infancia nunca regresarán, más con lo tuyo con Tenma.

- Tenma – eso golpeó fuertemente las emociones de la diosa.

- ¡Yo soy el culpable! – dijo Sísifo que cargaba una flecha en su arco y le apuntaba a Hades – fui yo.

- No lo hagas Sísifo.

- Si buscas culpable, aquí estoy yo – Sagitario logró levantarse con mucha fuerza de voluntad.

- ¿A poco te atreves a desafiar a un dios? – Hades lanzó más fuerza sobre el Caballero dorado el cual, aun así, siguió de pie.

- N-No me rendiré.

- Eres tonto en verdad – Alone / Hades notó que esa imagen ya la conocía – te he visto antes, yo te he visto… ya te recuerdo.

Hades recordó a través de la memoria de Alone cuando Sísifo se llevó a Sasha.

- ¿Tu eres el que se llevó a Athena del Santuario?

- Traje a la diosa Athena aquí para protegerla. Pero ella, Athena, ya me quedó claro, ahora comprendo porque creció con Tenma y Alone. Arriesgaste tu vida al reencarnar como humana y cuidar de este niño, que sería la reencarnación de Hades.

- ¿Y eso que? Ahora que soy Hades el amor de Athena no significa nada para mí.

- ¡Te equivocas Hades! El amor de Athena siempre nos da esperanza, a todos – el castaño disparó su flecha.

- Idiota – Hades desvió sin más la flecha y se la regresó al Caballero clavándosela en el pecho y este sin más, caería al piso.

- ¡Sísifo! – Aldebarán no podía hacer nada.

Sasha quedó helada, pero esto hizo que se enojara mucho.

- ¡Hades! – la peli lila se puso en guardia mientras le apuntaba con Nike.

- ¡Así es Athena! ¡Vamos a batallar!

Justo en ese momento, un destello blanco iluminó el cielo ante la mirada inédita de todos, los cuales no creyeron que pasaba.

Sasha no entendía que pasaba, pero se sorprendió cuando sintió unos brazos rodeándola en un abrazo lo cual no comprendió hasta que escuchó una voz.

- ¿Me tardé chiquita? Perdóname, pero ya estoy aquí – la voz era muy conocida para la peli lila.

- ¿T-Tenma? – cuando la luz se extinguió, efectivamente notó como el Caballero de Pegaso estaba con ella.

- Así es hermosa, he vuelto para protegerte y no me iré de tu lado de nuevo.

- Veo que has vuelto Tenma – dijo Hades mirándolo fijamente – cumpliste tu promesa.

- Así es, he vuelto, lo lamento Sasha – decía el castaño mientras aún tenía envuelto en un abrazo a su amada peli lila.

- Has vuelto del más allá para defender a tu amada Sasha – dijo el Rey del Inframundo siendo escuchado por los Caballeros ahí presentes.

- ¿A-Amada? – Aldebarán creyó escuchar mal, pero quiso confirmarlo de nuevo de boca del Caballero de Pegaso.

- Así es… - Tenma sacó el rosario de las 108 cuentas mientras que con voz fuerte gritaba a todo el Santuario - ¡Vengo a proteger a mi novia Sasha y a toda la humanidad de tus malvadas manos, Alone!

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Continuará…