La distancia no ayudó a continuar…

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Sin más, comencemos…

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Hades y Athena se miraban las caras fijamente luego de más de 200 años cuando se llevó a cabo la última Guerra Santa entre ambos dioses.

Estaban a punto de chocar poderes, cuando algo los interrumpió. Una luz llegó a los pies de la estatua de Athena y la propia diosa de la guerra no entendía que pasaba. Pero el sentir unos brazos que la abrazaban le indicaba que no era algo, sino alguien.

Tenma de Pegaso, su amado que supuestamente había muerto… estaba ahí. Abrazándola como cuando tenían sus momentos de romance y la hacían recordar la época en la que ambos eran jóvenes, el primer día de novios.

- ¿Tenma? – Hades miró al castaño y comprobó que era él – veo que cumpliste tu promesa como siempre. Estamos juntos finalmente los tres.

- Así es, he vuelto por mi querida Sasha y por ti Alone – el castaño aún tenía a la peli lila en sus brazos, pero del lado del brazo derecho tenía el objeto el cual sería la perdición del ejército de los espectros.

- ¿Qué es eso? – Hades miró el rosario y supo de qué se trataba – no me digas que esas cuentas son…

- Sí, es lo que piensas – el Caballero de Pegaso sonrió de lado mientras levantaba el rosario al aire – el rosario de las 108 cuentas acabará con la inmortalidad de tus espectros.

Sin más, cuando Tenma levantó el rosario, las almas de los espectros muertos fueron a dar a las cuentas y estas empezaron a ponerse negras, sellando sus almas.

Aldebarán de Tauro apenas podía creer lo que pasaba.

- ¿Cómo es posible? Las almas de los espectros fueron selladas en ese rosario.

Cuando terminó, el castaño bajó el rosario mientras sonreía de lado y veía a su amada.

- ¿Pasa algo Tenma? - preguntó la chica.

- Dime algo Sasha… ¿tu sola… has sostenido la barrera que protege todo el Santuario verdad? No te preocupes ahora… todo estará bien.

- Tenma – las mejillas de la chica se pusieron rojas y esta solo se aferró más al chico escondiendo su rostro en su hombro – sí.

- Me lo esperaba de ti Tenma – dijo Hades interrumpiendo el momento entre ambos jóvenes – luego de que nos vimos en el Inframundo, conseguiste los frutos del árbol sagrado y los trajiste aquí.

- Sí – el chico apretó un poco el rosario y su mirada se tornaba algo melancólica mientras recordaba por quien fue que podían tener esta arma – Asmita, el Caballero Dorado de Virgo, sacrificó su vida entera al confiarme esto y también… me confió a Sasha.

La mirada de la peli lila se tornó triste y con ganas de llorar al darse cuenta de que uno de sus Caballeros Dorados murió, pero esta se aguantó y solo abrazó más fuerte al castaño.

- ¿Por qué me miras de esa forma Alone? – reclamó Tenma – he luchado hasta el día de hoy por la promesa que nos hicimos de reunirnos los tres nuevamente ¿lo has olvidado? ¡Alone! ¿Piensas matar a tu propia hermana como lo hiciste con las personas… de nuestra ciudad natal? ¡Es tu hermana maldita sea! ¡Y es mi novia!

- ¿Qué has dicho Tenma? – la peli lila se impresionó por lo de saber de su ciudad natal.

La tensión se sentía en el ambiente, todos atentos a quien diera el primer golpe, pero llegó un momento en el que llegó un perrito al sitio. Era un perrito blanco muy adorable que, al verlo, Tenma recordó.

- ¿Es el perrito que salvaste Alone? – el castaño recordó como el rubio había ayudado al canino hace tiempo cuando aún vivían en Italia - ¿Qué hace aquí?

- Tenma, él todavía está vivo y aquella promesa en mi corazón. Sin embargo, todos hemos sufrido un cambio. ¿Quieres saber si mataré a Sasha? – en eso, el perrito adorable comenzó a sufrir una transformación, esta vez apareciendo dos cabezas más – por supuesto que la mataré. Esta es la Guerra Santa.

- ¿Qué? – ambos amantes se impresionaron al ver como el perro se había transformado en el poderoso Cerbero, pero llegó un momento en el que el perro se dirigió hacia la peli lila - ¡Cuidado Sasha!

El castaño tomó a su novia y evitó que sufriera algún daño.

- ¿Por qué envió de nuevo a Cerbero?

- Honestamente Tenma, no me importa si los espectros pueden o no resucitar, me da igual si esas cuentas sellan su inmortalidad, la muerte… es la única salvación. Para los Caballeros, espectros Tenma, Sasha y todos los demás. Les daré al mundo la paz que se merece con la muerte, además ese es mi destino.

Sasha y Tenma seguían huyendo del perro guardián arrinconándolos.

- ¡Ya cierra la boca Alone! ¡No quiero escuchar más estupideces como esa! – el Pegaso cargó cosmos en su puño derecho y se dirigía hacia Cerbero - ¡Meteoros de Pegaso!

Con eso, logró darle a Cerbero y derrotarlo de una vez, pero decidió ir más allá y fue directo a Hades.

- ¡Alone! En el inframundo, te prometí que te derrotaría ¿lo recuerdas?

- Sí, claro que lo recuerdo, pero me he dado cuenta de algo – en eso, el peli negro detuvo al castaño usando su cosmos maligno.

- ¡Pegaso! – Aldebarán se veía incapaz de hacer algo.

- Tu valentía ya no me impresiona como antes. Porque tú eres un simple humano… y yo soy un dios.

En eso, el dios del Inframundo sacó una espada y la dirigió hacia el chico, ante la mirada inédita de Sasha la cual no quería ver a su amado morir a manos de su hermano.

- ¡Detente hermano!

En eso, una luz iluminó todo el lugar ante la mirada de impresión del peli negro.

- ¿Qué es esto? – ambos chicos cayeron al suelo, incluso Alone estaba debilitado – mi poder… se está debilitando.

Al mirar al suelo, notó que había varios sellos con el nombre "Ἀθηναίη" esparcidos por todos lados.

- ¿Qué son esos sellos? – se preguntó el Caballero de Tauro aun con Sísifo en sus brazos inconsciente – tienen el nombre de Athena y rodean todo el sitio.

- No dejaré que profanes más este lugar – dijo una voz llegando al sitio – has perdido. No te diste cuenta de que caíste en una trampa y no escaparás. ¡Es la Jaula de los Talismanes!

El dios junto con los demás miraron al tipo que había logrado inmovilizarlo.

- ¡Patriarca!

- Su poder comienza a desvanecerse así que ya puedes ponerte de pie Aldebarán – Sage se dirigió hacia el peli negro – ha pasado mucho tiempo seño Dios del Inframundo, Hades.

- Ahora entiendo todo, eres uno de los pocos que sobrevivieron a la última Guerra Santa. Además de gracioso eres bastante valiente.

Pegaso no creía lo que el dios decía, más saber que el Patriarca era alguien tan fuerte.

- ¿A poco, es un sobreviviente de la Guerra Santa anterior? – se preguntó en voz baja.

- Estos sellos le pertenecen a la antigua diosa Athena – preguntó el dios.

- Así es, no podemos permitir que la diosa Athena estuviera indefensa mientras sostenía la barrera, pero no pensé que atraparte fuera tan sencillo – el Patriarca se puso más serio - ¡ríndete ahora Hades!

- ¡Jamás! – Hades lanzó una ráfaga de su poder hacia el Patriarca haciéndolo estrellarse contra un pequeño muro de roca – que tonto. Los sellos de hace 200 años no me detendrán. Tú serás el que se rinda ante mí.

Ambos se miraban fijamente, el Patriarca sabía que a pesar de que los poderes de Hades se debilitaron, seguía teniendo una gran fuerza, el poder de un dios. Fue entonces que decidió jugar una carta maestra.

- ¡Diosa Athena!

- Sí – la peli lila elevó su cosmos tan alto que todo el sitio se iluminó de color dorado.

- ¿Qué hacen ustedes dos?

- El Patriarca y la diosa Athena incendian su cosmos al máximo – dijo la Caballero de Tauro.

Luego de eso, todo el aposento de la diosa Athena desapareció ante los ojos del enviado de Jamir.

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La estatua de Athena con todo eso estaba encima de lo que parecía ser una especie de torre.

- ¿Qué es este lugar? ¿Dónde estamos? – preguntó Tenma.

- Esa torre… no me digan que es… - Aldebarán pensó en una sola posibilidad - ¿es esa la torre en la que se encuentran los 108 espectros?

- Mi torre – Hades miró la estructura – ahí yacen mis valientes soldados. ¿Trasladaste la cámara de Athena hasta aquí?

- Correcto, te hemos traído hasta aquí porque tu poder se ha debilitado por los sellos de Athena. Tengo entendido que Hades sella su poder y su cuerpo en el Inframundo y reencarna su alma en un humano indefenso. Peor todas las guerras Santas se acabarán si te sello aquí – el Patriarca sacó más sellos - ¡Hades, te sacaré del alma de ese inocente!

- ¿Sellarás mi alma dices? – el dios sonrió ante mientras veía a los demás – ustedes son un grupo adorable de tontos.

- No – una voz se escuchó en el sitio impresionando a todos – son demasiados peligrosos.

- Esa voz… es una mujer.

- Nosotros nos encargaremos de ellos – al decir eso, una gran nube oscura se formó en el sitio.

- ¿Qué es eso? ¿Una tormenta?

De la nube, rápidamente un rayo de energía cayó sobre el sitio, pero este iba justo hacia la peli lila, la cual fue salvada por su amado castaño.

Luego, se miró un enorme carruaje el que era jalado por varis cabellos sin cabeza y el conductor era nada más Cheshire.

- ¡Hola de nuevo Pegaso!

El carruaje llegó al lado del dios del Inframundo y Cheshire bajó a abrir la puerta y de ahí, salió una mujer.

- Estaba tan preocupada por usted. Veo que aún conserva los sentimientos del humano Alone. En ese caso, yo Pandora, acabaré con todos ellos.

La mujer peli negra bajó del carruaje y con su lanza, tocó el suelo e hizo que Aldebarán y Tenma cayeran al suelo victimas del gran poder de la mujer.

- ¿Qué pasa señor Hades? Entre al carruaje por favor.

- Esa mujer es Pandora.

- Patriarca, ¿la conoce? – preguntó el peli blanco.

- Sí, ella es la encargada de liberar la maldad sobre el mundo y es la que comanda a los 108 espectros del ejército de Hades.

- ¿Sobreviviste a la guerra anterior? – la peli negra miró hacia el Patriarca – pero en algo tienes razón, mi alma siempre estará con el señor Hades, como una hermana mayor, protejo y cuido de su reencarnación. Esa es la razón de mi existir.

Pegaso estaba tratando de levantarse, pero no podía.

- ¡Pero ella siempre se entromete en mi camino! – Pandora miró hacia la peli lila – y es que desde que naciste de la frente del gran Zeus, dios supremo, siempre has sido un dolor de cabeza.

- Que yo recuerde, nunca te he ofendido para que me hables de esa manera.

- ¿Y te atreves a negarlo? – la peli negra comenzó a acercarse a la diosa de la guerra.

- Espera Pandora, ¿Qué planeas con la diosa Athena? – dijo Sage.

- No te preocupes Sage, debo aclarar cosas con esta terrible mujer.

Finalmente, ambas mujeres estaban frente a frente, mirándose con odio la una a la otra.

- Eres una diosa cobarde desde que naciste – Pandora habló – te escondiste en la piel de una humana para poder convertirte en la hermana menor de mi señor Hades y poder vigilarlo de cerca. ¡Eres una vil y maldita diosa!

- Nacer en un cuerpo humano no es un acto de vileza y nunca me arrepentiré de haber nacido así. Guardo los recuerdos que viví con mi hermano Alone y mi ahora amante Tenma – la peli negra agrandó los ojos al escuchar eso.

Alone solo escondía su rostro en su cabello mientras sentía las palabras de la peli lila darle.

- ¿Esa es tu estrategia para manipular a mi señor Hades? Además, ¿tienes una relación con uno de tus Caballeros? ¿Un Caballero Pegaso?

- ¿Qué cosa ha dicho? – Sage no creía lo que escuchaba.

- No es ninguna estrategia – la peli lila se paró firme – yo perfectamente sería feliz viviendo como humana nuevamente, con mi hermano Alone y con Tenma como mi esposo y con nuestros hijos.

- ¡Maldita sinvergüenza! – Pandora lanzó una cachetada hacia la peli lila, pero esta nunca la recibió ya que solo se miró la careta de Pegaso volar por los aires. Efectivamente, Tenma recibió el golpe.

- ¿Eso es todo? Ni me dolió.

- ¿Pegaso? – la mujer quedó muy extrañada - ¿otra vez tú?

- Sí, pero esta vez más fuerte – el castaño se recompuso – no permitiré que le pongas un solo dedo encima a mi novia.

- ¿Te das cuenta de lo que dices? – decía la peli negra.

- Sí, Sasha y yo tenemos una relación de hace varios años y ella es una mujer bella, generosa, que ayuda a todo el mundo y muy encantadora – al decir eso, el chico la tomó de la cintura y la besó en los labios frente a todos, dejando muy impresionados a Pandora, Sage y Aldebarán – ella es la mujer que vas a encontrar. No es como tú, que tienes pinta de ser una puta.

- ¡Maldito miserable!

- Suficiente Pandora – la voz de Alone llamó la atención de todos.

- Señor Hades…

- Vámonos ya – ordenó el dios ante la mirada atónita de Cheshire y Pandora - ¿Qué acaso no vinieron por mí?

- P-Pero… ¿no piensa pelear más? – reclamó el espectro de la bestia.

- Cheshire, yo ya comprobé lo que necesitaba saber, el Santuario ya no me interesa en lo más mínimo.

- Espera Alone – Pegaos fue directo hacia el peli negro, pero este lo removió con su cosmos.

- ¿No lo entiendes Tenma? Ya sea tu voz o tus puños, nada puede alcanzarme.

- ¡¿De qué mierda hablas?!

- Escuche, Athena, Patriarca, Caballeros Dorados – en eso, el cielo se llenó de nubes y luego de eso, se formaron rostros de personas y tomaban la forma de ángeles – vayan al Santuario e informen, que el Rey Hades está pintando un lienzo del mundo.

Todos quedaron impresionados viendo eso.

- ¿Qué es eso? Es como si el cielo fuera un lienzo.

- Así es Tenma y su nombre es… el Lienzo Perdido.

- ¿El Lienzo Perdido?

- Así es – el peli negro sonrió – cuando pinté todo el cielo, todo lo que existe en la Tierra morirá.

Sin más, tanto Alone como Pandora subieron al carruaje y partieron del sitio. Aunque Tenma intentó subirse al carruaje, el poder de la peli negra hizo que le fuera imposible estar ahí.

El Patriarca y el Caballero de Tauro tenían varias preguntas, pero obvio que la más importante era el estado de relación entre Sasha y Tenma.

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Continuará…