La cadena de flores nos unió.
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camilo navas. El rescate de Sísifo comenzó y el Cid comienza su lucha contra los dioses del sueño, veremos que ocurre. ¡Saludos!
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nadaoriginal. Comienza el arco de mi Caballero Dorado favorito y sí, fuertes batalla se vienen, aunque Tenma no esperará mucho ya que aquí le haré su buen momento jaja. ¡Saludos!
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ChrisTM. Cuando Tenma despierta la Armadura Divina todo el mundo se quedó callado y celebró, amo esa parte y más cuando habla. Veremos qué pasa aquí. ¡Saludos!
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Sin más, comencemos…
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Ikelos, uno de los 4 dioses del sueño llegó al Santuario para robar el alma de Sísifo de Sagitario en el Santuario, por lo que Athena le encomendó la tarea al Cid de Capricornio, quien tiene una relación cercana con Sísifo al punto de llegar a ser más que mejores amigos, considerándose hermanos.
Cid logra encontrar a los dioses del sueño, pero en una batalla contra Ikelos, este logra en una maniobra impresionante, lograr cortar el brazo del Cid dejándolo supuestamente sin el poder de su espada.
Ikelos sonreía victorioso, pensando que ya sin el brazo derecho del Caballero de Capricornio, este no podría hacer nada contra él.
- ¿Qué se siente ser derrotado por tu propia espada?
- ¿Mi propia espada? – Cid quedó confundido por eso - ¿de qué demonios hablas?
- Yo puedo distorsionar el espacio – sonrió Ikelos mostrando una esfera de dimensión impresionando mucho al Cid – solo tuve que desviar y enviar tu ataque otro sitio. Al final resultó ser muy sencillo.
- Déjate de tonterías Ikelos – la voz llamó la atención del dios menor.
- Oneiros.
- Acabalo de una buena vez.
- Está bien, no tienes por qué repetírmelo.
- Yo me quedaré con tu brazo Caballero – la diosa que los acompañaba tomó en una esfera la mano cercenada del Caballero de Capricornio.
- Honestamente Fantasos tiene gustos muy raros – Ikelos notó luego como el Cid emanaba cosmos.
- Si crees que por haber perdido el brazo cederé a mis ganas de luchar… ¡Te equivocas! – el peli negro quiso darle con su pierna, pero este se encontraba en una especie de dimensión y antes de que se diera cuenta, Ikelos apareció frente a él y con un golpe mandó a volar al Cid tan lejos que logró caer por un acantilado.
- ¿En serio los Caballeros Dorados son los más poderosos?
- Ikelos, Fantasos, sigamos con la misión – ordenó Oneiros – debemos capturar al Caballero de Pegaso.
- Capturar a ese Pegaos de bronce, yo mismo me haré cargo – río Ikelos.
- Vamos en marcha, llevaremos el alma y el cuerpo de Pegaso a nuestro mundo.
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Mientras eso sucedía, Tenma, Yato y Yuzuriha seguían en su camino hacia el castillo de Hades pasando por el bosque el cual seguía muerto del sacrificio de Manigoldo.
Justo cuando pasó algo raro, Pegaso sintió cuando una fuerza algo extraña lo tocara, lo que hizo que se armara de valor y estuviera alerta.
- ¿Qué pasa Tenma?
- Este bosque… siento que ya lo conocía – sin más, el Pegaso siguió adelante mientras que Yato y Yuzuriha solo siguieron detrás de él sin saber que estaban siendo vigilados por los dioses del sueño.
La niebla hizo efecto, obra de los dioses, que hizo que Tenma se adelantara más y perdiera de vista a sus amigos los cuales no comprendieron por donde había ido.
Tenma finalmente llegó a un sitio que, al verlo, le causó gran impresión.
- ¿Qué es esto? – el castaño pudo notar a una ciudad la cual se le vino a la mente ya que era muy querida para él – mi pueblo… pero si debería estar en ruinas.
Sin nada que perder, el chico se fue directo a este sitio a comprobar que todo estaba bien.
Al llegar, notó como todo estaba normal, la gente trabajando, los niños corriendo por el sitio, los vendedores con sus puestos, todo era completamente normal, como antes de la Guerra Santa.
¿Acaso… es una ilusión de nuestros enemigos?
Tenma decidió visitar algunos sitios en el que él había estado muchas veces en su niñez y al final, decidió ir al sitio en el que siempre la pasaba con su mejor amigo Alone y su amada Sasha.
¿Acaso… habré estado soñando todo este tiempo?
- ¡Tenma! – la voz de un chico rubio que estaba al lado de una chica de cabello lila llamaron su atención.
- Hola Tenma.
- Tenma, ¿Qué te sucedió? – Alone notó como su amigo estaba con las ropas todas ensuciadas.
- Estás todo sucio.
- ¿Sucio? – el castaño se revisó el cuerpo y efectivamente notó como sus ropas estaban sucias, peor al verse reflejado en las aguas del río que estaba a su lado, notó que no tenía puesta su Armadura - ¿Qué pasó?
- Te peleaste con alguien ¿verdad? – Sasha se acercó, puso sus manos en el rostro del castaño sonrojándolo.
- S-Sasha… soy un Caballero de Athena, ¿no lo recuerdas?
- ¿Eh? – la peli lila lo miraba bastante confundido.
- Alone… tú eras el dios Hades y destruías toda nuestra ciudad.
- … - Alone no sabía que responder.
- Deberán creer que me volví loco, soy un idiota – Tenma lo pensó, pero la respuesta que escuchó lo dejó impresionado.
- Debiste haberlo soñado.
- Sí Tenma, fue un sueño nada más – Sasha lo llevó con ella y el toque de su mano lo puso algo nervioso, aunque no se le quitaba la sensación de que algo andaba mal – solo en un sueño Alone y yo seriamos dioses.
- T-Tal vez tengas razón – Tenma se quedó pensativo – aun no me lo creo, se supone que ellos dos son dioses.
- Tenma – la voz de Alone lo llamó – espero que no se te haya olvidado que debes cuidar ahora de mi hermana.
- ¿Qué cosa?
- ¿No lo recuerdas Tenma? – Sasha se le acercó a él – nos hicimos novios y juramos amarnos para siempre ¿no lo recuerdas?
- S-Sí, pero…
- ¡Lo olvidaste! – la peli lila comenzó a golpearlo en la espalda – tú mismo me lo propusiste, ¿Cómo se te pudo haber olvidado? ¡Se supone que no debes ver a ninguna chica! Apuesto que viste a alguna chica que te interesó ¿verdad?
- N-No, solo que…
- ¡Lo sabía! Otra chica te tiene a la mira, pero no dejaré que nadie más te tenga, es más, me convertiré en una chica hermosa cuando crezca, mis pechos serán grandes y todos los hombres del mundo me mirarán y dirán "Qué guapa esa chica", pero les diré que mi corazón solo le pertenece a un hombre y su nombre es Tenma.
- S-Sasha – el chico estaba algo sonrojado.
- Además, cuando te tenga para mí, tendremos una boda con todos nuestros amigos presentes y nos casaremos, tendremos unos 3 hijos y…
- ¡¿3 hijos?! ¿No te parece que algo exagerado Sasha?
- Sí, tienes razón – la chica lo pensó – creo que unos 9 o 10 hijos estaría bien – al decir, la cara de Tenma quedó blanca como la nieve ya que no creía que su amada le dijera eso.
- Yo también quisiera muchos sobrinos – las palabras de Alone terminaron rompiendo toda esperanza de que esto fuera una broma, pero de igual manera, el Caballero de Pegaso estaba feliz de poder estar de vuelta con su mejor amigo y con su amada.
Aunque la realidad… era otra.
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- ¿Qué les parece? – río Ikelos viendo una esfera que poseía Oneiros.
- Tenemos el alma del Caballero Pegaso – decía el dios Oneiros – Ikelos, Morfeo regresó a su puesto ¿cierto?
- Así es, volvió a Morfía, el sitio en el que gobierna, el lugar más profundo en el mundo de los sueños.
- Siéntete honrado Pegaso – Oneiros miró al cuerpo del Caballero – descansarás en ese sitio, por toda la eternidad.
- Descansarás bien muchacho – río Ikelos cargando el cuerpo de Tenma y en eso, el dios Oneiros abrió una puerta la cual los llevaba al mundo de los sueños, aunque luego notó algo raro – que extraño… alguien con un cuerpo físico entró aquí.
- Pues eso si es raro – dijo Ikelos – no recuerdo a nadie que haya hecho eso.
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- ¡Cuidado Yato! – Yuzuriha se percató de la presencia de alguien más con ellos y cuando menos acordó…
- ¿De qué hablas Yuzuriha? – Yato sintió una presencia detrás de él y justo cuando sintió el cosmos de alguien detrás, se preparaba para golpear, pero notó algo impresionante - ¿una mujer… espectro?
- Vaya que eres un chico tan guapo – le dijo Fantasos haciéndolo sonrojar, pero molestando a Yuzuriha que no le agradó para nada ese cumplido.
- ¡Aléjate! – con su bufanda, la Caballero de Plata hizo mover a Fantasos – ten cuidado Yato, su cosmos es más alto que el de un espectro común.
- Vaya que eres hábil, pero no lo suficiente – la diosa seguía moviéndose por las ramas de los árboles y cuando menos lo espero la de Grulla, Fantasos tomó su bufanda.
- ¡Cuidado Yuzuriha! – Yato se puso en medio de la chica para evitar el contacto con la chica del ejército de Hades.
- Haces mal al tratar de golpearme, una chica no debe ser violenta y jamás podrás vencerme porque… yo soy un dios – Fantasos notó la cara de terror de Yuzuriha la cual quedó impactada por esa revelación.
- ¿Qué cosa? ¿Un dios?
- Así es, soy uno de los 4 dioses que gobiernan el mundo de los sueños, mi nombre es Fantasos – la diosa empezó a sacar un brillo de su pecho llamando la atención de ambos Caballeros de Athena.
- ¿Qué harás?
- Fantasía siniestra – un aura azul oscuro invadió a los tres presentes, aunque los dos Caballeros no entendían que pasaban – sean bienvenidos… ahora, los llevaré al mundo que tanto desean.
- M-Maldición – Yato miró como la diosa se acercaba a ellos.
- ¿P-Por qué no puedo moverme?
- Adiós Caballeros – Fantasos finalmente extrajo las almas de los dos chicos y esta, los envió al mundo de los sueños, imaginándose en el escenario perfecto.
Yuzuriha soñaba con estar de nuevo con su fallecido hermano Tokuhsa, mientras que Yato soñaba estar con la diosa Athena junto a él.
Fantasos miraba sus sueños con mucho albur y riendo un poco.
- ¿Qué tal? Ahora dormirán por la eternidad – en eso, un rayo de luz atravesó toda la dimensión que gobernaba Fantasos y esta quedó anonadada - ¿una ruptura en el espacio? Es imposible, nada puede entrar aquí desde el mundo real.
En eso, una ráfaga dorada llegó al sitio a gran velocidad y en forma de espada casi corta a Fantasos la cual quedó sorprendida a ver a aquel hombre allí.
- ¡Maldito, se supone que fuiste derrotado por Ikelos! ¿Cómo llegaste aquí?
- Tomaste el brazo derecho de mi Armadura, él me condujo hasta aquí.
- No puede ser – la diosa hizo aparecer el brazo que tenía prisionero - ¿la resonancia de la Armadura lo trajo al mundo de los sueños? Maldición, ¿Cómo te atreves a usar a un dios para beneficio propio?
- La resonancia de mi Armadura atraviesa hasta las barreras de este mundo, aún tengo una espada y con ella… te destruiré.
- ¿Sabes algo? Eres realmente divertido Caballero Dorado. Sabías que estás en el lugar que controla los sueños de las personas, Fantasía. Puedes tener el sueño de tú quieras, estar con alguien amado, estar con esa persona que extrañas, cualquier cosa que tu deseas no es imposible aquí en el mundo de Fantasía. Puedes pedir lo que sea, usando mi Fantasía Siniestra.
- ¿Eh? – la llama del brazo derecho del Cid se apagó y en menos de un segundo, la diosa estaba frente a él.
- ¿Sorprendido Caballero? Ahora… te entregaré el sueño que no pudiste tener – Fantasos empezó a extraer el alma del Cid y la diosa finalmente lo hizo – me pregunto qué sueños se encuentran bajo ese frio y duro rostro.
La diosa de las fantasías comenzó a revisar con profundidad el alma del Cid en busca de su más anhelado sueño, pero lo que iba encontrando la dejaba cada vez más y más perpleja.
- ¿Qué es esto? Aquí no hay nada – finalmente llegó al fondo del corazón del Caballero de Capricornio y miró lo que parecía ser una luz dorada que pronto se fue convirtiendo en un arma - ¿una espada?
- Mi único sueño… es convertir mi puño en la espada más poderosa – de ahí, de la esfera que contenía el alma del Cid, salió una espada dorada que miró directamente a Fantasos – no tengo otro deseo en mi corazón más que ese.
- Esto no puede estar pasando… el Cid sigue su propio camino incluso en sus sueños – sin más, la espada cortó a la mitad a Fantasos y rompió la ilusión que daba si imagen. No era una mujer, tan solo un hombre.
- Parece que destruí tu máscara.
- ¡¿Cómo te atreves a tocarme mísero humano?! – el ahora nuevo Fantasos intentó golpear al Cid, pero este lo lanzó a un lado, peor siguió insistiendo en golpear al Caballero, pero no lograba hacerle nada - ¡Con mi Fantasía siniestra, te destruiré en cuerpo y alma!
- Hmm – el Cid concretó su cosmos en su puño y justo cuando sintió a Fantasos cerca, lo cortó usando su espada - ¡Siente el poder… de mi poderosa espada!
- M-Maldito – finalmente el Cid logró derrotar a uno de los dioses del sueño.
- Bien, quedan tres.
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Continuará…
