Nada es importante, solo pelear.
.
camilo navas. Tenma despertó el poder divino y sí, como el fic es de estilo romántico, entonces debía ser algo diferente, no pelear solo para protegerla como diosa, sino como mujer. ¡Saludos!
.
nadaoriginal. Muchas pruebas para salvar a Sísifo y Cid y Tenma están contra las cuerdas luchando con los dioses, ahora Sasha va a luchar y liberar a Sagitario. ¡Saludos!
.
Sin más, comencemos…
.
.
.
El Cid de Capricornio fue capaz de derrotar a 2 de los 4 dioses del sueño por su propia mano, el filo de su espada llegó a un nivel más alto de lo normal, suponiendo que su habilidad con su brazo derecho aumentaba de forma abismal, siendo capaz de asesina deidades.
Ikelos y Fantasos fueron víctimas de la espada del Cid y eso dejó gran expectativa con que sería fácil traer el alma de Sísifo de vuelta, pero todo resultó más difícil.
En el caso de Morfeo, fue derrotado por Tenma usando un poder nunca antes visto, incluso se podía decir que se trataba de un poder divino ya que su Armadura desprendía cosmos divino.
Esta vez, tanto Caballero Dorado como Caballero de Bronce estaban frente al último de los dioses del sueño, que era Oneiros.
- Ya derrotamos a 3 dioses del sueño, ahora él único que queda, eres tu Oneiros.
- No creas que has ganado – susurró el dios y luego se mostraron 3 puertas en las que un aura divina comenzó a liberarse - ¡Hermanos, reúnanse!
- ¿Q-Que pasa? – Tenma miraba como de las puertas detrás de Oneiros, salían las almas de los dioses derrotados uniéndose a Oneiros.
- ¿Cómo es eso posible?
- Ya se los dije, los dioses existimos más allá de su comprensión – en eso, las almas de Morfeo, Ikelos y Fantasos se unieron definitivamente a Oneiros y lo volvieron un ser más poderoso.
- ¿Qué demonios? Se unieron.
- Si serás maldito, te uniste a ellos para aumentar tu poder – las palabras de Cid dejaron impresionado a Tenma.
- ¿Qué cosa?
- Lo único que ustedes hicieron fue destruir sus cuerpos temporales – Oneiros sonrió malvadamente – pero si decido invocar sus almas… me darán todo el poder que yo quiera.
- Lo único que hicieron fue unir sus poderes, a mí me da igual – el castaño cargó su cosmos y lanzó su ataque característico - ¡Vete al infierno! ¡Meteoros de Pegaso!
- ¿Eh? – el dios recibió los golpes de Tenma, pero parecía no inmutarse ya que no le hacían ningún daño - ¿este es tu ataque Pegaso? Qué vergüenza.
- ¡No me importa, los acabaré!
- No Pegaso – el Cid detuvo sus intenciones – ahora es mi turno. ¡Yo seré tu oponente!
- No importa quién sea mi oponente – antes de que Oneiros detuviera su ataque, el Dorado saltó encima de él.
- ¡Arriba! – el Cid logró cortar una parte del cuerpo de Oneiros, pero en vez de surgir algún daño en el dios, este solo sonrió.
- Pobre idiota. No importa cuántas veces dañes mi cuerpo físico, aquí hay cuatro almas que lo protegen, así que te será imposible vencerme. Ningún vulgar humano podrá derrotarnos jamás, así que ahora recibirán el poder del Oráculo del Guardián.
- Ese ataque lo he escuchado antes, fue con el que derrotó una nación entera en cuestión de un segundo.
- Pero aquí no podremos escapar – Tenma miró hacia todos lados.
- De nada sirve que rueguen, es hora de morir… ¡Oráculo del Guardián! – el dios lanzó su ataque hacia los dos Caballeros y esto lo dejó confiado ya que sabía que los dos no resistirían ante esto, pero grande fue su sorpresa cuando notó como el ataque fue desviado y más cuando notó un objeto en medio de Tenma y Cid - ¿Qué hace aquí el báculo de Athena?
- ¿S-Sasha? – Tenma notó como la peli lila o, mejor dicho, su alma, se hacía presente en el sitio.
- Ha venido personalmente a recuperar el alma de Sísifo, aunque ese era mi trabajo – el peli negro hizo una reverencia – me disculpo por hacerla venir desde nuestro mundo hasta aquí.
- No te preocupes por eso Cid, has hecho un gran trabajo guiando mi alma hasta aquí – luego de eso, la diosa se dirigió al castaño – mi querido Tenma.
- ¿Eh?
- Fueron sus batallas las que abrieron una brecha entre este mundo y el nuestro, así que necesito que luches tanto como lo haces.
- Claro que sí Sasha, lo que sea en tu nombre.
- Vuelve con vida – aunque Oneiros y Cid estuvieran presentes, el alma de la peli lila se acercó al Caballero de Pegaso y le dio un beso en los labios, causando gran impresión en el Caballero de Capricornio, aunque al dios del sueño le dio igual este gesto – cuídate amor.
- Tu también – Tenma solo miró cuando Sasha entraba a la puerta en donde estaba atrapada el alma de Sísifo.
- Aunque Athena haya venido, de nada sirve, de hecho, será más fácil – el dios preparó su ataque definitivo – Acabaré con Athena y de una vez con la Guerra Santa.
- No permitiré eso – dijeron al mismo tiempo Cid y Tenma haciendo arder sus cosmos.
- No importa cuántas veces enciendan sus cosmos, no cambiará nada en lo absoluto – en eso, el dios del sueño notó como el Cid lanzaba varias ráfagas de su espada, pero no le daba a Oneiros – estás peor, tu puntería está horrible.
- Te equivocas, mira detrás de ti.
- ¿Qué? – cuando Oneiros miró hacia atrás, notó como las ráfagas de espadas había creado una abertura en el espacio del mundo de los sueños – creaste eso para sacarme de los mundos de los sueños al mundo real ¿verdad?
- ¡Salto de roca! – el Cid atacó con sus piernas al dios el cual estaba retrocediendo un poco hacia la abertura.
- ¿Qué harás? ¿Me empujarás a batallar al mundo real?
- Si luchamos aquí correremos el riesgo de lastimar a la diosa Athena – decía el Cid haciendo su mejor esfuerzo.
- ¡Tengo que proteger a Sasha! ¡Así que daré mi mejor esfuerzo también! – Tenma llegó con el Cid y entre los dos empujaban más al dios hacia la abertura.
- ¡Vamos Pegaso!
- ¡Cometa Pegaso! – con sus cosmos elevados, ambos Caballeros lograrían su cometido y expulsarían a Oneiros del mundo de los sueños.
Fue tanto el alboroto que se logró con esto que incluso los aprendices de Cid sintieron el cosmos de Oneiros en el sitio, aunque las ordenes de su maestro fueron que no se acercaran al sitio, al final, los tres Caballeros se fueron a ver el cosmos de ese maligno dios.
- ¡Lo logramos! – exclamó Tenma, pero ver el rostro del Caballero de Capricornio serio, notó que algo andaba mal - ¿Cid?
- Que estúpidos. Me sacaron para ganar tiempo para que la diosa Athena rescate el alma del Caballero de Sagitario.
- ¡Lucharemos ante ti maldito! – justo cuando Tenma iba a dar el primer golpe, se escuchó una voz detrás de ambos.
- ¡Maestro Cid! – los tres Caballeros de Plata se hicieron presentes – vinimos a ayudar.
- Tsubaki, Lacaille, Rusk… les dije que se quedaran en el Santuario.
- ¿Trajiste a más Caballeros? Que insolente – Oneiros preparaba su ataque más poderoso sin darse cuenta, lo lanzó antes de que los chicos pudieras hacer algo - ¡Ni crean que interrumpirán mi poder! ¡Lamentarán el día en que decidieron enfrentarse a un dios!
- ¡Lárguense muchachos! – ordenó Cid.
- ¡Oráculo del Guardián! – Oneiros finalmente lanzo su ataque.
- ¡Corran! – antes de que Cid pudiera hacer algo, sus subordinados recibieron el ataque de lleno ante la mirada incrédula del Caballero de Capricornio.
Cuando el ataque se despejó, Cid no mostraba ninguna emoción ya que estaba anonadado por el suceso. Finalmente, Cid se acercó a los cuerpos de sus aprendices los cuales cayeron al suelo como si nada y estaban muertos.
- ¿Cid? – Tenma le daba pena acercarse al Caballero Dorado ya que solo sostenía el cuerpo de Tsubaki.
- No pude protegerlos… no pude hacer nada para ayudar a cuidarlos – se lamentaba con tristeza y furia a la vez para luego dejar a un lado su cuerpo.
- Maldito – la furia se apoderó de Tenma y sin más, procedió ir a atacar al dios - ¡No tienes perdón de nadie! ¡Meteoros de Pegaso!
- Pobre ingenuo – Onieros con sus distintos hermanos solo tiraron a Tenma a un lado y Cid llegó a cortar los ataques que le mandaron al castaño.
- Si eres tan visceral… morirás.
- Lo lamento Cid, pero es que… ¡jamás los voy a perdonar! – aunque Tenma dijera que el Cid estaba bien, ver su puño apretarse le daba a saber que el Caballero de Capricornio no estaba nada bien.
- Ellos tres, eran mis discípulos.
- Cid – el castaño comprendió el dolor del Caballero Dorado – lo siento.
- Tu corazón debe ser como una espada, así su filo cortará cualquier sentimiento injusto que te llegue, es un camino arduo y difícil, ese camino se construye con el camino de muchas vidas, no lo olvides.
- Cid.
- Pegaso, ¿estás conmigo en esto?
- … - la respuesta del castaño no llegó al momento, pero sabía que no perdía nada por esto y debía luchar con todo lo que tenían - ¡sí!
- Eleva tu cosmos al máximo y lucha junto a mí – el cosmos del Cid comenzó a arder con furia y entre los dos atacaban a Oneiros.
- ¡Meteoros de Pegaso!
- ¡Recibe mi espada!
- Malditos humanos – Onieros estaba recibiendo mucho ataque de parte de ambos Caballeros los cuales lograron hacerle mucho daño a su cuerpo físico.
- ¡Lo hicimos! – Pegaso celebró la victoria sobre Oneiros, aunque el ver el rostro de Cid le causó preocupación, y más cuando sintió el cosmos del dios del sueño presente - ¿Qué cosa?
- Aun no lo entienden ¿no? Nuestro cuerpo posee 4 almas, así que es imposible que nos venzan.
- Mierda.
- Aunque uses tu cosmos como una espada, tu cuerpo no te responde como es debido, esto es lo típico de los humanos – sonrió el dios – te estás quedando sin sangre.
- ¿Sangre? – Tenma notó como de la herida que tenía en el brazo el Cid, caían gotas de sangre.
- No eres más que una espada oxidada, al final de todo, están acabados – las palabras de Oneiros solo bajaban más la moral del Caballero Dorado, aparte de estar sintiendo el dolor físico, el dolor emocional era peor.
- ¡No digas mierdas que no son ciertas! – Tenma se puso frente a Cid listo para batallar - ¡Morirás, Meteoros de Pegaso!
- Idiota, no sabes otra cosa – Oneiros detenía el ataque del castaño como si nada.
- ¡Maldición, muere!
- Esos ataques son pobres Pegaso – el dios golpeó al Caballero y lo mandó al suelo creyendo que con eso sería suficiente, pero la verdad no fue así – ¿aun te levantas?
- Dije que no me rendiré jamás, incluso si eso significa morir luchando, pero sé que no moriré, sin antes acabar contigo – el cosmos de Tenma se encendió - ¡Cid, juro que lo derrotaré por ti!
- Pues inténtalo Caballero de Pegaso.
- ¡Meteros de Pegaso! – Tenma se lanzó a dar el golpe de nuevo al dios, pero esta vez fue diferente ya que sintió dos presencias juntas, pero no eran enemigas, sino que las conocía por alguna razón - ¿eh?
- ¿Este es el monstruo que destruyó el bosque? – la voz femenina que escuchó se trataba de Yuzuriha de Grulla la cual llegó a su ayuda.
- ¡Y no te olvides de mí! – habló otra voz masculina a su lado.
- ¿Yato?
- Claro que sí idiota, el gran Yato de Unicornio vino a ayudarte, miro que no puedes con este tipo solo.
- Chicos – el castaño sonrió ante esto - ¡Vamos a darle con todo!
- ¡Sí!
.
.
Continuará…
.
.
Y hasta el capítulo de hoy.
La próxima semana terminamos el arco del Cid y honestamente, preparen los pañuelos porque su muerte… dios, mejor no hablo.
Por cierto, lo que quiero avisar, es que, para el 2 de noviembre, estrenaré un especial de Halloween al estilo The Lost Canvas en este fic, será como fuera de trama, ahí veremos qué pasa.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
