Esto es un complot.
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camilo navas. La pelea entre Hakurei y el dios Hypnos fue legendaria, aunque eso lo veremos más tarde en el fic. ¡Saludos!
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nadaoriginal. Es que seamos sinceros, muchos esperamos una tercera temporada de la serie, aunque volviendo, ese Hakurei está mamadisimo jaja. ¡Saludos!
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Sin más, comencemos…
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Los Caballeros de Athena llegaron al castillo de Hades, sin embargo, se les dio la orden de no hacer nada hasta que dieran nuevas órdenes del Patriarca, aunque había uno de ellos que no estaba nada feliz, de hecho, este personaje se había echo a un lado.
- ¿Así que tenemos que obedecer las órdenes y estar aquí a esperar a que nos manden nuevas órdenes? Pero… ¡no puedo quedarme sin hacer nada! – el tipo de cabellera azul y vistiendo una Armadura Dorada, usó una aguja roja en su mano derecha para partir a la mitad uno de los viejos edificios que había en el sitio – nuestra presa está esperándonos justo allí, la puedo oler desde aquí.
- Lo supuse – esa voz llamó la atención del peli azul y resultó ser un peli verde también vestido con una Armadura Dorada y leyendo un libro – sabía que te encontraría en este sitio y haciendo tonterías… Kardia de Escorpio.
- Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Degel de Acuario, que grata sorpresa, como siempre vas un paso al frente – dijo con mofa el peli azul – y dime, ¿Cuál es la lección del día de hoy?
- Kardia – el peli verde se bajó desde donde estaba leyendo al lado del Caballero de Escorpio - ¿piensas desobedecer la orden?
- ¿Por qué mejor no te vas a leer tu libro en otro lado? Yo iré a rastrear la situación por los alrededores y si de casualidad de la vida me encuentro con el Rey Hades – Kardia mostró su aguja amenazante – me aseguraré de acabar con su miserable vida.
- ¿Te refieres al Rey del Inframundo? – Degel se quitó los lentes.
- Por supuesto, él es mi presa que será cazada por el Escorpión Dorado.
- Kardia, es muy tarde para eso – las palabas del Caballero de los hielos dejaron confundido al peli azul.
- ¿Qué dices?
- Después de todo, no es necesaria tu presencia allí – las palabras de Degel solo causaron más confusión en el peli azul, pero de inmediato se escuchó una gran explosión en la zona del castillo.
- ¡¿Qué mierda?!
- Tal parece que alguien se adelantó para la batalla – Acuario decía toda la verdad ya que alguien había llegado primero al castillo de Hades y este le estaba dando una paliza a todos los que se le pusieran en frente, cabe decir que venían por bandada los soldados que protegían el castillo de Hades.
- Por todos los dioses… ¡ustedes no se cansan de perder! – Hakurei estaba haciendo estragos en todo el castillo y ahora, un enorme número de soldados de la muerte se reunieron en uno de los pasillos de la ciudad – creían que sin energía no podría entrar, pues ya se jodieron.
- Esto es inaudito, la barrera del señor Hades no tuvo efecto en él.
- ¿Por qué no te afecta anciano?
- No importa eso, lo importante es que he venido a acabar con ustedes – el peli blanco lanzó su espada hacia el aire y antes de que esta cayera, Hakurei logró derribar a varios de los soldados, tomando a uno de ellos y estrellándolo con una columna de piedra. Este soldado solo veía asombrado al antiguo Caballero de Altar.
- ¿C-Como demonios es que este anciano tiene tanta fuerza? ¿Q-Quien eres?
- A ver mis perras, ¿Quién es la siguiente? – Hakurei venía con todas las de ganar, pero los soldados no retrocedieron y algunos de ellos se lanzaron a atacarlo, pero el peli blanco usaba la fuerza de sus puños y piernas para darles varios golpes a los soldados del ejército de Hades, los cuales parecían no ser rivales para el poder del antiguo Caballeo de Altar.
Llegado un momento, los soldados no parecían querer rendirse, pero llegó un momento en el que el peli blanco se cansó de estar peleando y solo cargó cosmos en su puño.
- ¡Si vas a estar solo hablando, no se entrometan en mi camino! – Hakurei hizo estallar su cosmos causando una gran iluminación en el sitio y la derrota de todos los soldados que había en el castillo.
Altar llegó hacia una habitación en la que, al abrir la puerta, sentía un cosmos aterrador y oscuro en el lugar y cuando entró, solo preparó su espada.
Sin embargo… cierta presencia le llamó poderosamente cuando hizo presente su cosmos.
- ¿Así que esa es la espada con la sangre de Athena? – esa voz hizo detener el plan de Hakurei de usar la espada que cargaba – tal parece que la protección divina de esa espada hizo que pudieras atravesar la barrera del sueño sin ningún problema, vaya que humanos tan ingeniosos. Desafortunadamente, no lograrás usarla mientras yo esté aquí… humano.
- Hasta que por fin apareces – el peli blanco observó a la figura delante de él - ¡Hypnos, Dios del sueño!
- Al parecer no lo has olvidado.
- ¿Cómo podría olvidarlo? Han pasado más de 200 años, ha sido una larga espera – Hakurei miraba con rencor al dios del sueño el cual solo lo veía fijamente – aún recuerdo cuando batallamos esa vez contra las fuerzas del maldito de Hades.
- Apenas eras un simple humano con poderes básicos como todos los demás.
Hakurei recordaba los acontecimientos vividos hace 200 años, más cuando él junto con los demás Caballeros de la época lucharon contra los espectros, siendo él apenas un joven Caballero de Plata y su hermano Sage era el Caballero Dorado de Cáncer.
Aunque lucharon con todo en esa Guerra Santa, la inmortalidad de los espectros dificultaba muchos las cosas, sin embargo, Sage logró idear un plan el cual era atraer a los espectros a la sala del Patriarca en el que les darían una emboscada.
Una intensa lucha se llevó a cabo en ese sitio en el que a pesar de "acabar" con varios de los espectros, estos se volvían a levantar dispuestos a luchar con todo lo que tenían.
Aunque luego de eso, la diosa Athena de esa época salió a ayudar a sus Caballeros y más cuando la presencia del dios del Inframundo se hizo presente.
Los Caballeros sobrevivientes junto con Hakurei, Sage y Athena usaron su cosmos restante para tratar de enviar una esfera de cosmos que el rey Hades había mandado y esto pudieron lograrlo, sin embargo, esto llevó a un triunfo mayor ya que el alma del malvado dios salió del cuerpo del joven que lo tenía prisionero.
La Guerra estaba ganada, sin embargo, Hakurei nunca olvidará esa escena la cual lo persiguió hasta el fin de sus días y fue cuando dos figuras aparecieron en el cielo y sus marcas jamás serían olvidadas por el Caballero de Altar.
Thanatos e Hypnos, los dioses gemelos aparecieron para llevarse el alma de Hades, pero con un trato de parte de la diosa de la guerra la cual era dejar la Tierra en paz con tal de que tomaran su vida a cambio, cosa que tanto como el dios de la muerte como el dios del sueño aceptaron.
Los gemelos quisieron ir con la diosa, pero les advirtió que no podían entrar con ella ya que el camino que ella tomaría era solo apto para los dioses y que si ellos entraban morirían en un instante.
La espada que les dejó la diosa poseía su sangre la cual les daría protección por todas las cosas.
Antes de irse con los dioses gemelos, le encargó el cargo de ser el Patriarca a Sage mientras que Hakurei cuidaría el Santuario desde Jamir.
- ¡Jamás lo olvidé! Murió por salvarnos a nosotros.
- Sobreviviste a la última Guerra y, además, en esta era, fuiste capaz de sellar el alma de mi hermano Thanatos. Aunque me duela admitirlo, los humanos son muy interesantes y hacen tantas cosas para proteger a los suyos, aunque, ese cariño que sienten por otras personas… es lo que los lleva a su perdición – Hypnos chasqueó sus dedos y de un portal en el cielo, cayeron los dos cuerpos algo debilitados de los aprendices de Hakurei el cual los atrapó en el acto.
- ¡Shion, Yuzuriha!
- La debilidad de los humanos será siempre esa, aunque sean interesantes de ver, no son más que uno seres inferiores con esos sentimientos tan primitivos – decía el dios – es la estupidez que cometen, revelarse contra los dioses los cuales formamos y dictamos el destino de los humanos. Ante eso… muéstrame lo que tienes, a lo que has venido, pero te advierto que, si me aburres, te mataré de una vez. Esos dos fueron muy tontos al venir hasta aquí cruzando la barrera del sueño sin protección alguna, y todo por seguirte.
- ¿Qué? ¡Imprudentes! ¿Por qué lo hicieron?
- Usted es el imprudente maestro – Shion se levantó como pudo – siempre lucha sin ayuda, por eso es algo arriesgado, incluso vino a batallar con un dios usted solo.
- Vaya que ustedes siguen siendo muy especiales humanos – reía de forma sarcástica el dios del sueño.
- Aunque seas un dios, no cederé ante alguien como tú – dijo Shion poniéndose frente a su maestro – siempre he anhelado combatir al lado de mi maestro Hakurei.
- Yo también – ahora fue Yuzuriha – aunque sea la menor de todas, lucharé con todo lo que dé mi cosmos.
- Vaya humanos tontos, haciendo promesas que no van a cumplir – río el dios del sueño – pero si eso quieren, con gusto se los cumpliré.
- ¿Qué cosa?
- ¡Ir a los sueños! – Hypnos activó una ilusión en la cual los tres de la raza lemuriana caían desde una altura inmensa solo para caer al suelo muy fuerte.
- ¿Q-Que fue eso?
- No importa, al final de todo siento que no vale la pena luchar…
- Te equivocas – Hakurei se levantó, a pesar de estar herido por el golpe, este se notaba muy decidido a luchar contra el dios del sueño - ¡el odio… me está dando fuerza!
- Tal parece que todo el odio que has cultivado a lo largo de 200 años te da fuerzas para que te pongas de pie de nuevo. Interesante humano.
- Eso no te interesa Hypnos, lo que sentí ahora y lo que sentí hace 200 años solo me incumbe a mí – decía el peli blanco.
- Bien, entonces comprobaremos si con todo ese odio… eres capaz de detenerme humano – Hypnos abrió un portal de cosmos oscuro el cual tanto Hakurei como sus discípulos miraron asombrados, aunque el Caballero de Altar supo de qué se trataba.
- U-Un meteoro y va directo a… - la gran roca se dirigía hacia Shion y Yuzuriha - ¡Hypnos, maldito miserable!
- Arrodíllate y salvarás a tus alumnos, baja tu espada y vete o si no, la inminente destrucción de la Tierra llegará – el dios puso contra la pared a Hakurei, pero en eso…
- Olvídese de nosotros maestro… y batallé usted – las palabras de Shion lo hicieron ver a sus discípulos los cuales apenas se estaban recuperando del impacto del ataque de Hypnos.
- Si nos entrometemos sería como ir contra lo que hemos aprendido de usted – fue Yuzuriha la siguiente.
- ¡Entonces mueran si así lo desean! – Hypnos lanzó el meteorito hacia los dos lemurianos, los cuales miraban su fin cerca, sin embargo.
- ¡Shion, Yuzuriha! – Hakurei logró detener la enorme roca y destruirlas evitando que sus discípulos salieran heridos, todo esto ante sus miradas incrédulas y la de Hypnos también – escúchenme, no me importa lo que me diga Hypnos, pero no dejaré que ustedes mueran.
- Maestro – Shion notó que el costado de Hakurei estaba ensangrentado, esto por la fuerza que usó para destruir el meteoro.
- ¡Escúchenme niños! Ustedes son muy jóvenes todavía para subestimar así a la muerte – el peli blanco puso la punta de la espada en el suelo iluminando el sitio – si piensan arriesgar sus vidas háganlo por un futuro digno… para todos.
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Continuará…
