Dame, dame, dame el poder…

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camilo navas. La tensión se siente ya que estamos en una nueva etapa, de momento se me ocurrió eso de la despedida de ambos y ahora la tendrá difícil el Pegaso. ¡Saludos!

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nadaoriginal. Tenma se fue con un buen regalo de despedida de parte de Sasha, hombres matarían por estar en su lugar jaja. A ver cómo le va en la Isla Kanon. ¡Saludos!

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Sin más, comencemos…

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Tenma había tomado rumbo a la Isla Kanon en la que iba a entrenar, aunque llegando, notaba como todos los habitantes de esta isla estaban aterrados, como si temiera de un peligro inminente, cosa que no prestó mucha atención, aunque lograba escuchar como una anciana le advertía que no siguiera ya que existía un tipo muy fuerte, conocido como el Demonio de la Isla el cual controlaba todo a su alrededor.

Haciendo caso omiso a las advertencias, el castaño llegó a donde estaba el volcán y sabiendo que debía encontrar al tipo, este solo se asomó y tomando aire exclamó.

- ¡Quiero hacerme más fuerte! ¡Sal de tu agujero, Demonio de la Isla Kanon! – aunque parecía que nada ocurriría, se miró como detrás del castaño aparecía una enorme figura proveniente de la lava.

- ¡Qué bien, carne fresca! ¡Te devoraré hasta los huesos!

- ¡Apareció! – el castaño solo observaba tan imponente presencia - ¿con que este es el demonio de la Isla?

Aunque el miedo lo invadiera, sabía que había venido por un motivo y más su amada Sasha lo había motivado aún más.

- ¡Por favor, acéptame como tu discípulo! – Pegaso se arrodilló ante el demonio mientras este solo se atinó a mostrar una risa diabólica.

- Vaya, dices cosas muy interesantes chiquillo. ¿Con que quieres ser mi discípulo?

- Así es, quiero ser más fuerte, más de lo que soy.

- ¡Perfecto! – en eso, el Demonio golpeó una pared de roca revelando que detrás de esta había un enorme agujero en el suelo – salta.

- ¿Q-Que cosa?

- ¿Y? ¿Acaso no me entendiste?

- Es que no alcanzo ver el fondo de ese agujero.

- ¿Sabes? Me caen bien las personas que quieren hacerse más fuertes – hablaba el tipo - ¡Y si eres indispensable para la marcha del destino tú no morirás! ¡El poder le pertenece a ese tipo de personas!

- ¿A qué se refiere con personas indispensables?

- ¡Vamos, salta de una vez o te comeré!

- Tsk – el castaño chasqueó los dientes teniendo varias incógnitas en su cabeza, además que sabía que una caída de esa altura era prácticamente un suicidio, aunque siempre estaba en su cabeza la idea de que habría personas que lo ayudasen, pero él no podría ayudarlas, por lo que ese espíritu lo impulsó hacia adelante - ¡No moriré si hago eso! ¡No lo haré!

- ¿Eh? – el Demonio solo veía como el castaño saltaba hacia el agujero dejándolo sorprendido, aunque a la vez le daba gracia - ¿así que realmente saltó? ¡No me creo que fuera tan estúpido ese chico! ¡Vaya que tenía muchas ganas de irse al otro mundo! ¡Idiota! ¡Jajajajajajajajaja!

- ¡Ah! – el sonido del castaño le hizo quedarse quieto y voltear la mirada para ver lo que pasaba, resultando ser que el Caballero de Pegaso se agarraba con una mano a la pared – No me quiero de nuevo allá… ¡te lo repito Demonio de la Isla Kanon! ¡Quiero que me tomes como tu discípulo!

- En verdad tu… ¡mereces ser mucho más que comida! – exclamó el Demonio.

- ¡Demonio de la Isla Kanon, acéptame como tu discípulo! – la petición del castaño era sincera y este solo miraba atento al demonio esperando que diera una respuesta, lo que hizo que el Demonio solo riera un poco.

- ¿Con que mi discípulo? Bueno, en ese caso… - sin previo aviso, el enorme tipo tomó la caja de Pandora que contenía la Armadura de Pegaso - ¡no necesitarás esto!

- ¡¿Qué?! – Tenma solo podía observar como su vestimenta era lanzada hacia el agujero - ¡Mi Armadura!

- ¡Basta con eso! ¡Si deseas volverte más fuerte… sígueme!

Tenma solo siguió al Demonio a través de un camino en el que notó una enorme cascada de magma. El sitio sorprendió por mucho al castaño ya que ahora podía comprender porque las personas se alejaban del sitio. El aire del lugar era caliente y muy difícil de respirar, además del hollín que molestaba la vista, aun así, Pegaso se seguía preguntando como hacerse más fuerte para volver con su amada, aunque justo en ese momento, la tierra comenzó a temblar.

- ¡¿Qué pasa?! ¡Oye, vamos a terminar calcinados! – exclama nervioso el castaño - ¡No puede ser que el volcán vaya a hacer erupción!

- ¿Qué te pasa? No me digas que tienes miedo.

- ¿M-Miedo? ¡Por supuesto que sí, si no nos movemos antes de que el volcán haga erupción, nosotros vamos…! – antes de que terminara, algo lo sorprendió del Demonio, más cuando inhaló bastante aire y miró directo al volcán.

- ¡CÁLLATE KANON! – con eso, el castaño quedó callado ya que notó como todo a su alrededor quedaba completamente en silencio, dando a entender que solo con su grito fue capaz de calmar la posible erupción de un volcán – preocúpate por aprender bien chiquillo. ¡Recuerda bien la fuerza y como debes hacerla salir!

- Él… da órdenes a la isla.

- Si quieres seguir con esto, acompáñame.

- ¡Espera! ¡No vayas ahí! ¡Te vas a quemar! – Tenma notó como el Demonio entraba a un lago de magma al lado de la enorme cascada del mismo material, pero se quedó helado cuando este… no sufrió nada.

- ¿Dijiste algo?

- ¿C-Como lo has…? ¡¿Qué demonios has hecho?! – exclamaba el chico - ¡¿Cómo es que estás tan tranquilo sabiendo que los pies están en la lava?!

- A lo mejor te parece algo imposible y muy sorprendente, pero eso solo se debe a una cosa, ¡tú conocimiento sobre el cosmos es limitado!

- ¿Qué? – en eso, miró como el Demonio hacia una bola de magma en el aire dejando más sorprendido al castaño.

- Tienes 3 días. Tienes 3 días para manipular tu cosmos – en eso, el tipo lanzó un poco de la bola de magma al castaño el cual sintió como le rozaba parte de esta.

- ¡Ah, mierda! ¡Me estoy quemando! ¡Quema! ¡Me quemo carajo!

- Si fracasas, te comeré a los otros debiluchos que han llegado, así que la pases bien – sin más el Demonio solo se fue llegando hacia el enorme vertedero de magma.

- ¡¿Cómo hizo eso?! ¡Atravesó la cascada de lava! – después de eso, el castaño solo se sentó a pensar en las palabras de su ahora maestro, solo pensando en que debía hacer para empezar - ¡No, no puedo perder el tiempo! ¡Hay que hacer las cosa para ya!

Tenma lo intentó hacer por las buenas tratando de meter las manos en el magma, peor terminaba quemado y maldiciendo a cuanta madre de compañeros se le ocurrían.

Aun así, debía hacer algo para recrear lo que el Demonio de la Isla hizo. A pesar de que tenía las manos quemadas por el intento fallido, recordó la esencia del cosmos, la cual era la fuerza del corazón, el universo en el interior de cada uno, por lo que cada vez que lo activa, hay que manejarlo.

Tenma pensó en eso y logró por un momento formar una pequeña esfera de magma, aunque fue pequeña, algo era algo.

- ¡L-Lo he logrado! ¡Muy bien, siguiente nivel! – aunque eso exclamó, no llevó resultado alguno ya que con el pasar el rato no lograba hacer algo más grande que eso. Sentía que su límite estaba cerca y que no podía ir más allá, sin embargo, recordó a todas las personas que alguna vez lucharon a su lado y ya no estaban ahí.

Asmita, Aldebarán, Manigoldo, El Cid, Hakurei y varios de los que perdió en la Guerra estarían decepcionados de verlo así, aun con las manos quemadas intentó canalizar la esencia del cosmos y finalmente, logró estabilizar una bola de magma de un tamaño considerado.

- ¿L-Lo logré? – el chico solo sonrió - ¡finalmente lo logré!

- ¿Así? – el Demonio lo escuchó y sin más, apareció de la lava para tomarlo y lanzarlo al lago de lava que se formaba de la cascada - ¿Crees que eres lo bastante hábil para la siguiente lección?

- ¿P-Pero cuando demonio? ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – exclamó el chico al caer en el lugar de lava.

- ¿Qué pasa Pegaso?

- ¡No se quedó riendo y ayúdenme! ¡Moriré si algo pasa!

- ¿Entonces todo este tiempo fue un desperdicio? ¡Pues muere entonces, no creo que hallas encontrado la fuerza!

- ¡¿Qué mierda dices?! ¡Maldición! – el chico sentía como la lava quemaba su piel, pero de igual forma pensó en que debía hacer y sabía que solo el cosmos lo salvaría de todo. Sintió la fuerza de su cosmos invadirlo - ¡Elévate!

- Va… se quemó – exclamó el Demonio, pero justo en ese momento miró como del sitio se abría un agujero y salía Tenma para pararse frente a él.

- ¿Qué te parece? ¡Caí en el magma y no me hice daño!

- Me alegro por ti – dijo entre dientes el Demonio – pero déjame decirte que la siguiente lección no te será nada fácil.

- ¿Por qué? ¿Siguiente lección? - en eso, el lugar empezó a temblar, aunque no era como los temblores anteriores - ¡un terremoto! ¡es más fuerte que antes!

- Por eso lo hice – sonrió el Demonio mientras que el volcán se movía y empezaba a tirar magma - ¡Esta será la última lección! ¡Debes detener la erupción del volcán Kanon!

- ¡¿Qué?!

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De vuelta en el Santuario…

Sasha observaba desde su habitación en la Villa de Athena la cual solo apuntaba hacia el cielo. La diosa estaba con su traje blanco mirando el ambiente y solo pensando en su amado.

- ¿Fue… realmente lo mejor haberle dado mi primera vez? – aunque la diosa lo pensó bien antes de llevar a cabo su actividad amorosa con el castaño y no se arrepentía de lo que había hecho con Tenma, pero en eso le llegó a la mente la misión que debía hacer Degel y lo importante que era, sin embargo, la mente de Sasha le hacia recordar al castaño – Tenma… por favor vuelve pronto.

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De vuelta en la Isla Kanon…

El volcán de la dichosa isla estaba entrando en erupción, cosa que dejaba muy ansioso a Tenma ya que no sabía qué hacer ante esta situación.

- ¿Podrías detener la erupción? ¡Tú puedes! Es demasiado para mí.

- No lo haré, dime entonces ¿Qué estuviste estos días? – preguntó el Demonio.

- ¿Y qué pasaría si yo no…?

- Simplemente los inútiles mueren primero en este mundo – decía el Demonio - ¡y los primeros serán los habitantes de esta isla!

- ¿Qué? – Tenma sabía que eso era imposible para él ya que salvar a un pueblo con personas que vivían cerca.

- ¿No crees en ti? ¿Quieres huir porque no te crees lo suficientemente fuerte? – sonrió el Demonio – entonces este pueblo está perdido. Y al final de todo, no salvarías a nadie, con ese cosmos nunca lo harás. ¡A ninguna persona!

- ¿Q-Que? – eso motivó al castaño el cual sabía que en sus manos estaban las vidas de muchas personas - ¡Lo lograré, ya verás!

Los demás habitantes de la isla Kanon miraban como el volcán estaba entrando en erupción y más cuando todos empezaron a ir hacia el muelle para ponerse a salvo. Mientras tanto, el Caballero de Pegaso corría hacia el volcán para intentar detener el cataclismo desastre.

- ¡Allá voy!

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Continuará…