Elige tu destino, vivir o morir.

.

camilo navas. El entrenamiento llegó a un punto clave en el que Tenma debe dar lo mejor de sí para ganar y ayudar a varias personas en la aldea.

.

nadaoriginal. Comenzando suave para aumentar más la cosa y ahora que lo dices, el demonio de la isla se parece a Ikki, de hecho, ese arco se parece a la vida de Ikki. Que loco ¿no? jaja.

.

Sin más, comencemos…

.

.

.

Tenma había comenzado su entrenamiento en la Isla Kanon, entrenando duramente con el Demonio de ese lugar, el cual le ponía pruebas bastante duras las cuales por poco el castaño logró recuperarse.

Ahora venía la prueba la cual sería la definitiva para el Caballero de Pegaso la cual consistía en detener la erupción del volcán de la Isla.

- ¡¿Cómo voy a hacer eso?! – decía el chico – moriría si trató de tirarme a la lava.

- Eso no es problema mío, y mejor apresúrate si no quieres que las personas que habitan ese pueblo, mueran – reía el demonio y el Caballero de Pegaso estaba metido en una grande, aun así, su espíritu de justicia podía más que su miedo y este sin perder tiempo, solo se dirigió hacia el volcán.

Al llegar, notó que las palabras del demonio eran ciertas y es que el volcán en cualquier momento haría erupción.

- ¡Que calor tan horrible! El magma está hirviendo – decía el chico – debo darme prisa, en cualquier momento que esto haga erupción, no solo me matará a mí, sino que también las personas de allá abajo morirán… ¿morir? Eso me recuerda a la situación de hace años atrás.

Tenma recordó cuando hace tiempo él solo fue a detener la inundación que tenía a su pueblo contra las cuerdas y a pesar de saber que podría morir, aun así, se armó de valor y lo logró, sabiendo que esa fue la primera vez que sintió el cosmos en su interior.

Muchas personas habían pasado por su vida y a la vez se habían ido, aun así, él seguía ahí luchando, incluso personas importantes para él como lo eran sus amigos, maestros y más importantes, su amada peli lila, lo hacían levantarse una y otra vez para continuar luchando.

- ¡No permitiré que nadie más muera! – gritó el castaño mientras saltaba hacia el volcán, más encima del magma caliente y ponía sus manos en este emanando cosmos - ¡Detente magma! ¡Para de temblar! ¡No hagas erupción! ¡Para de temblar Kanon! ¡Deja de hacerlo!

Aunque el chico lo intentaba, el volcán no le hacía caso y eso solo le provocaba muchas quemaduras en el cuerpo por el intenso calor.

Llegó un momento en el que el dolor invadía solo su cerebro y su cosmos empezaba a salirse de su cuerpo y abandonarlo, aparte de que dejaba de empezar a sentir el cuerpo.

- ¿Cómo es posible que Kanon lo escuchará a él? – pensaba el castaño mientras sentía como su cuerpo quería arder junto con el magma, pero en eso se dio cuenta – ahora lo comprendo. Cuando el demonio detuvo la erupción no usó su fuerza, la isla lo escuchó. El cosmos de la isla me permite sentirlo a través de los 5 sentidos y también por el sexto sentido. Ya comprendo. Kanon me estuvo hablando, pero no lo he escuchado.

El cosmos de Tenma comenzó a elevarse bastante y aunque no fuera todo fuerza física, aun así, encontró la fuerza para lograr su cometido.

- ¡DETEN LA ERUPCIÓN KANON! – se escuchó el grito del castaño y ante la mirada atónita de los aldeanos cercanos.

- ¿Acabó todo?

- Sí, acabó la erupción.

Unos minutos después, el demonio llevaba en las espaldas el cuerpo inconsciente de Tenma y cuando llegó a un determinado sitio, este solo tiró al castaño en las rocas.

- ¿Cómo es posible que pudieras lograrlo siendo solo un tipo de bronce? Al menos lograste salvar el pueblo Pegaso – decía el demonio de la Isla Kanon. De ahí, solo sintió una presencia de cosmos en el lugar – vaya, ¿qué es lo que siento aquí? Parece que los muertos han venido a saludar. ¿No es así… Asmita de Virgo? ¿Cómo estás?

- ¿No estás hermosa la luna Deuteros? – hablaba el alma del Caballero de Virgo el cual tiempo atrás murió para crear el rosario de las 108 cuentas.

- ¿Pagaste con tu sangre por la Armadura de Pegaso?

- Eso fue capricho del destino – decía el rubio – por cierto, no es nada común en ti que hayas tomado un aprendiz. Sin embargo, por instante tocó el séptimo sentido gracias a ti.

- Que va, solo lo usé para divertirme un rato.

- Creo que solo le tienes celos, por él usa su fuerza para proteger a los demás que tiene a su alrededor, además de que quiere estar siempre al lado de su amada.

- ¿Amada? ¿Este de aquí?

- Mira Deuteros, ahora que estoy muerto he alcanzado el octavo sentido, en cambio, tu posees el poder de hacer estallar las estrellas de toda la galaxia, por lo tanto, debes salir de esta isla.

- …

- Eso es innegable para un fantasma como yo, tómalo como el conejo de un amigo – fueron las últimas palabras del Caballero de Virgo antes de desaparecer dejando solo a los dos tipos.

- No puedo creer que hasta los muertos me sermoneen – decía el demonio el cual luego se levantó y solo miró por última vez al castaño antes de irse – más vale que cuides bien esa Armadura, Pegaso.

Pasaron varios minutos y el demonio había desaparecido del lugar dejando solo el cuerpo inconsciente de Tenma junto con la caja de Pandora. Segundos después, el castaño se despertó.

- ¡Mi Armadura! ¿Qué fue lo que pasó? – dijo revisando su cuerpo, aunque luego echó mirada al pueblo en la zona inferior del volcán – El pueblo está a salvo… ¡LO HICE!

El Caballero de Pegaso celebró por lo alto el haber logrado obtener la fuerza para detener una erupción cuando se creía imposible.

- ¡No lo puedo creer! Pero… ¿Dónde está el demonio? – el chico solo buscaba con la mirada a su maestro, pero no lo encontró por ningún momento – creo que es hora de que vuelva al Santuario y también… ver de nuevo a Sasha. Volveré contigo amor, te mostraré lo fuerte que me he vuelto.

Sin más, el chico tomó su Armadura y sin más, partió de la Isla Kanon en la que, por poco, alcanza el séptimo sentido del cosmos.

.

Mientras tanto en otro sitio…

- ¡Moriré como un Caballero! ¡Por eso! – exclamaba un peli azul que no sería más que Kardia de Escorpio luchando contra uno de los jueces del Inframundo el cual resultaría ser Radamanthys de Wyvern.

- ¡¿Aun insistes en esa técnica?! Esa Aguja te matará y lo sabes.

- No me importa, sé que al usarla el calor será tan fuerte que hará arder mi corazón hasta quemarlo, pero es un riesgo que debo tomar.

- ¿Qué quemará tu corazón dices? ¡Un corazón humano no podría soportar esa cantidad de calor y aunque seas un Caballero Dorado, no eres la excepción! – reclamó el juez.

- Siempre he querido enfrentar a un enemigo poniendo mi vida en ello – reclamaba el peli azul – habrán personas que sobrevivían a esta Guerra y que construirán un futuro, pero… ¡eso no es lo que elijo! ¡Daré mi vida en una batalla!

- ¡Estás loco!

- ¡Pues recibe la poderosa aguja de Kardia de Escorpio! – gritó el peli azul mientras cargaba todo su cosmos en su mano - ¡Aguja Ardiente Escarlata Antares!

- ¡Ignorante! Morirás haciendo una estupidez – decía Radamanthys – pero te concederé ese deseo… ¡Gran Precaución!

Varios minutos después, los dos estaban en el suelo heridos de muerte, aunque el peli azul no corrió con tanta suerte ya que el ataque tan poderoso quemó su corazón hasta que la muerte se lo llevó.

.

- ¡¿Qué haces Degel?! – exclamó un joven de nombre Unity mirando al Caballero de Acuario.

- Dime Unity, cuando eras Dragón Marino, ¿existía alguna forma de calmar la furia de Poseidón?

- No Degel, la furia de Poseidón es poderosa y los mortales solo podemos esperar a que se calme.

- Ya veo – el Caballero le pasó un pedazo de un cristal el cual Pandora lo había roto cuando llegó a solicitar ayuda a Poseidón - ¡Llévate el Oricalco y dáselo personalmente a la diosa Athena!

- ¿Y tú que harás?

- Detendré a Poseidón y a tu hermana Serafina.

- ¡¿Qué mierda estás…?!

- UNITY – exclamó fuerte el peli verde mientras detenía las enormes olas que emanaba el cuerpo de la hermana del antiguo Dragón Marino – no quiero que la muerte de Kardia haya sido en vano, el Oricalco es la clave para que ganemos la Guerra.

- Degel.

- ¡Vete Unity! – exclamó por última vez el Caballero Dorado haciendo que su amigo solo se fuera hacia la superficie ya que se hallaban en la Atlántida. Este no dudó y sin más, se fue.

- Dama Serafina – el peli verde miró a la mujer la cual tenía el poder del dios de los mares y este solo puso ver todo lo que sufrió la mujer – no se preocupe. Incluso después de la muerte, usted siguió cuidando a su hermano a pesar de que él se unió a las filas de Poseidón, por eso, yo me uniré a ustedes con la idea de cuidarlo siempre y también, cuidar nuestra amada Bluegaard.

Con eso, una enorme cantidad de agua cayó sobre sobre la Atlántida inundándola por completo y ante eso, Unity solo siguió corriendo hasta que llegó finalmente a la superficie.

Sin embargo, el ex Dragón Marino solo pensaba en su hermana y en su ahora fallecido amigo Degel de Acuario y también en Kardia de Escorpio los cuales sacrificaron sus vidas para que él pudiera estar a salvo.

- ¡Juro que continuaré con mi vida! ¡Armaré el futuro que quisieron construir! – sin más, el chico solo partió hacía el Santuario de Athena con el Oricalco.

.

Tíbet, Himalaya.

En las montañas de la región asiática, se miraba a la amazona de Grulla mirar hacia el cielo de la región, aunque se quitó la máscara para ello.

- Hace tiempo que no sentía el viento de mi tierra natal.

- ¡Yuzuriha! –exclamó Yato detrás de ella – ya te he dicho que te tomes más en serio lo de las máscaras. Es la ley de los Caballeros Femeninos portar una máscara y eso aplica aquí también.

- Oye, ya no me grites, eso lo sé – decía la rubia.

- Es que eres algo ingenua, eres del rango de Plata.

- Vamos, solo me quito la máscara cuando estoy contigo – le dijo mirándolo de reojo y este solo se sonrojó.

- ¿Por qué me dices eso?

- Y también me la quitó frente a Tenma.

- Ya esperaba a que me dijeras algo así – suspiró molesto el Caballero de Unicornio – dejando eso a un lado, aun así, debería tomártelo más en serio, no me gusta que otros chicos te vean por ahí y…

- ¿Yato?

- Olvídalo ¿quieres? – el rostro del peli negro estaba completamente rojo mientras que la chica de cabello rubio solo reía y se le pegaba al brazo.

- No te preocupes, solo me la quitaré para ti ¿de acuerdo?

- E-Este… - Yato finalmente se puso completamente rojo y mientras caminaba este cayó junto con la chica por un agujero poco profundo, aunque el peli negro la sostuvo todo el rato - ¿Qué mierda fue eso?

- Gracias Yato por amortiguar el golpe – en menos de lo que canta el gallo, Yuzuriha le dio un beso en la mejilla mientras se ponía la máscara.

- ¿P-Por qué haces eso?

- ¡Bien hecho Yato! ¡Grande campeón! – gritaban los demás Caballeros que habían ido con el dúo a buscar el objeto que les encomendó la diosa Athena.

- ¿Por qué me alaban?

- Encontraste el barco que nos llevará al lienzo perdido.

- ¿Qué cosa? – Yato miró hacía adelante y notó que envuelto en hielo se hallaba el dichoso barco el cual, según Yuzuriha, había sido usado en la anterior Guerra Santa y resistió grandes tempestades.

- ¡Increíble amigo! ¡Lo hiciste bien!

- No es nada, en serio – decía orgulloso Yato – y ahora lo descongelaré… ¡Galope de Unicornio!

- Espera, no podrás… - antes de que el chico escuchara, su ataque no sirvió de nada ya que el hielo alrededor del barco no dio efecto.

- ¡Mierda, está duro!

- Eso te quise decir, el hielo es tan duro que no podrás romperlo con facilidad.

- A buena hora me lo dices Yuzuriha.

- Grulla tiene razón, este hielo es demasiado para ustedes – se escuchó una voz desde atrás llamando la atención de todos.

- Esa voz – el peli negro se volteó hacia donde estaba el dueño de la voz.

- Ha pasado un tiempo Yato, me alegra que estés en una misión conmigo – el tipo vestía una Armadura Dorada y Yato supo de quien se trataba.

- ¡S-Señor Regulus de Leo!

.

.

Continuará…