nadaoriginal. Las cosas se ponen feas, aunque Hades / Alone los pudo haber acabado cuando tuvo chance y no lo hizo, esas oportunidades se desaprovechan y luego salen caras.
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camilo navas. La batalla de los dioses y Pegaso se dio, ahora viene lo que se pondrá bueno, el enfrentamiento en el Lienzo Perdido, ya sabemos cómo acabará esto, se viene el fin.
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Sin más, comencemos…
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Los Caballeros finalmente lograron llegar a la entrada del Lienzo Perdido, sin embargo, algo muy extraño estaba pasando, los corazones de varios soldados habían salido de sus pechos y cayeron muertos. Nadie entendió eso hasta que supieron que fue lo que pasó.
- Pharaoh de Esfinge, Estrella Divina de las Bestias, estoy aquí para ver qué tan real es esa lealtad que le tienen a Athena.
- Tu… ¡mataste a nuestros camaradas con esa arpa ¿verdad?!
- ¡Te mataremos!
- ¡Muere! – varios de estos se lanzaron al ataque, pero el espectro de Esfinge no se inmutó, incluso, sonrió por lo bajo.
- ¡Maldición de la Balanza! – con su técnica, los Caballeros que iban a atacarlo terminaron cayendo cuando sus corazones salieron de sus pechos.
- ¿C-Como lo hace?
- Estos corazones… ¿son movidos por la lealtad que le tienen a Athena o porque la paz del mundo? ¿Esos ideales por los que pelean… son reales o una farsa? – decía con orgullo el espectro de Esfinge – ¡Yo, Paraoh, comprobaré los corazones para ver si son capaces de abrir la puerta del Lienzo Perdido!
- ¿Comprobar los corazones? ¿De qué hablas? – exclamó Tenma confundido.
- ¿Qué acaso no lo entiendes Pegaso? La puerta al Lienzo Perdido es una ventana al corazón de mi señor Hades. Él odia la mentira y ama la verdad. Lo que quiere decir que la única llave para entrar es un corazón que no esté lleno de mentiras e hipocresía, así de sencillo. No hay ninguna otra alternativa.
- ¿Un corazón sin mentiras e hipocresía?
- Yo me encargaré de juzgar los corazones. Los pondré en esta balanza sagrada la cual juzgará si sus corazones están llenos de verdad o mentira – Paraoh colocó uno de los corazones arrancados en la balanza, cosa que dejó impactados a los Caballeros que no podían despegar la mirada de eso. El corazón pesó más y de la nada, el cuerpo del caballero comenzó a incendiarse.
- ¿Por qué pasa eso? – susurró Tenma observando como el cuerpo estaba en llamas.
- Sí el corazón en la balanza pesa más que la Pluma de Maat, el cuerpo del dueño del corazón será castigado haciendo que este se quema hasta hacerse cenizas.
- M-Maldición – eso dejó a varios Caballeros mirándose entre sí, callados y sin nada que pudiera hacer.
- Parece que todos esos valores con los que los Caballeros de Athena pelean son falsos, ninguno posee un corazón puro para abrir la puerta al Lienzo Perdido, realmente es una pena por usted, diosa Athena – Paraoh la miró fijamente – a mí me daría mucha vergüenza tener guerreros que no son más que una bola de hipócritas, en especial a ese guardián suyo, Pegaso, supongo que solo es un hipócrita del montón.
- ¡No le hables así a Tenma ni a mis Caballeros! – exclamó Sasha levantando a Nike y poniéndose frente a sus soldados – yo siempre he sentido los corazones de mis Caballeros conmigo, ¡yo creo y nunca habría falsedad en ellos!
- ¿Tan segura está? Pues, ¿Por qué no pone su corazón en la balanza, diosa Athena?
- Muy bien, lo haré.
- ¡Diosa Athena, ¿Cómo se atreve a hacer eso?!
- No Sasha – el castaño se puso delante de ella – a ver perro de desierto, hagamos algo, ¿Por qué no juzgas mi corazón primero?
- ¡Tenma, no lo hagas!
- No te preocupes Sasha, no voy a morir en vano – susurró el chico – además, si es de protegerte, con gusto daré mi vida para evitar que tu salgas lastimada. No quiero que la persona que más quiero en este mundo muera.
- Tenma – la peli lila apretó fuerte el bastón de Nike, se sintió impotente sabiendo que su amado moriría en esa prueba.
- Muy bien Pegaso, si así lo deseas, entonces te concederé ese deseo. Personalmente llevaré tu corazón al señor Hades. ¡Maldición de la Balanza! – justo cuando Paraoh estaba por atacar al Caballero de Pegaso, un resplandor dorado se puso en frente.
- ¡Señor Sísifo!
- No tienes que hacer esto Sísifo – dijo Sasha – tus nervios fueron seriamente dañados en la batalla contra Aiacos de Garuda.
- No se preocupe mi diosa, sé lo preocupada que está, pero no me puedo quedar de brazos cruzados cuando usted y Tenma se sacrifican por todos nosotros… ¡y esto va para ustedes! – exclamó el Caballero de Sagitario – no tengan miedo, no caigan en sus trampas, aunque morimos victoriosos, eso entristece a Athena, nosotros encendemos nuestros corazones en cada batalla, por lo que seguiremos adelante sin importar lo que se nos cruce.
- Lindo discurso Sagitario, aunque muy aburrido – río el espectro – pero de nada servirá si no hacen algo. Entonces, ¿Qué me darás a cambio?
- Mi corazón con mi fe en Athena.
- ¿Tu fe? Bien, con gusto – el corazón del Caballero de Sagitario salió de su pecho para sorpresa de todos.
- ¡SÍSIFO!
- Vamos a ver si lo que dijiste era real o son puras palabras vacías – el espectro de Esfinge puso el corazón de Sísifo en la balanza y por increíble que pareciera, la balanza estaba equilibrándose hasta quedar iguales, algo que Paraoh no se esperó – esto no puede ser, ¡¿Por qué la balanza se está equilibrando?! No entiendo, ¿Por qué pasa esto?
- Es algo que nunca entenderás – dijo Sísifo con la voz débil por su corazón faltante – no eres más que Juez hablador que disfruta torturar personas para juzgarlas y manipulas la balanza usando tui cosmos, pero mi fe en Athena no puede ser manipulada por nada.
- Mientes… ¡estás mintiendo!
- Mis sentimientos por Athena son reales, desde pequeña la críe y mi fe está con ella… ¡permítame estar a su lado siempre! – pensó con grandeza el Caballero dándole un severo golpe a Paraoh mandándolo a volar hasta estrellarlo con la puerta dejándolo casi fuera de combate. Sísifo se alzaba victorioso, sin embargo, eso no duró mucho ya que el Caballero de Sagitario cayó al suelo envuelto en un charco de sangre.
- ¡Sísifo! ¡Señor Sísifo!
- ¡Miren! – muchos miraron hacia la puerta de entrada al Lienzo Perdido y esta estaba empezando a abrirse.
- ¡Podremos entrar por fin!
- No… fíjense bien – la puerta no se abrió, solo fue un poco, pero no era suficiente para que entrara el barco de la esperanza.
- Olviden esa alegría… Caballeros – Paraoh habló con todo el cuerpo cubierto de sangre – la puerta no se abrirá ni un centímetro más.
- ¿Qué estás diciendo? ¡¿No se abrirá?!
- No permitiré que entren aquí – el espectro vomitó sangre – si quieres pasar por esta puerta, deberán destruirla.
- ¿Destruirla?
- Sí, pero eso está fuera de sus capacidades, necesitarán una fuerza… semejante al Big Bang, suerte con eso – Paraoh calló al sueño profundo, pero dejando a todo el mundo con una sensación de derrota.
- ¿Cómo que el Big Bang?
- Maldición, muchos camaradas pusieron sus vidas en esto y esa puta puerta no tiene ningún rasguño – los lamentos de los Caballeros eran evidentes – ¿existirá algo así?
- Existe una técnica que podemos usar – Shion llamó la atención de todos, Regulus se le acercó.
- ¿Cómo es eso Shion? ¿Qué técnica es esa? Podríamos usarla y… - Leo guardó silencio sabiendo a que se refería Aries – Shion.
- Lo malo es que necesitamos tres Caballeros Dorados para ejecutarla, pero solo estamos tu y yo, necesitamos un tercero – Shion estaba pensando en algo cuando de la nada todos miraron como es que el caballero de Sagitario, del que se presumía muerto, se ponía en posición de ataque, algo que dejó a todo el mundo asombrado.
- Incluso sin su corazón, él es capaz de levantarse, eres digno de admirar Sísifo – Tenma pensó estando al lado de Sasha mientras que los tres Dorados se ponían en posición.
- Aquella técnica que fue prohibida por Athena desde la mitología, aquella que es comparable con el Big Bang, pero a menor escala. Sus ojos fueron cegados, su sistema nervioso destrozado, incluso le arrancaron el corazón, aunque su consciencia se apaga lentamente, su cosmos lo mantiene con vida, llegando a un nivel más allá del séptimo sentido. Tus pensamientos están conmigo… no, ¡con todos nosotros! – pensó Sasha mirando a sus Caballeros Dorados a punto de ejecutar la técnica prohibida.
- Creía que mi intención solo era protegerla, sin embargo, llegué a tener sentimientos por usted que no eran precisamente los de un Caballero… sin embargo… bien supe que usted los poseía por Pegaso… ¡Pegaso, cuida en mi lugar a la diosa Athena! ¡Te lo encargo! ¡Suerte a todos ustedes! ¡Ganen esto! – Sagitario hizo un último esfuerzo en nombre del ejército ateniense, Shion y Regulus hicieron lo mismo.
- ¡EXCLAMACIÓN DE ATHENA! – el ataque fue tan devastador que destruyó la puerta del Lienzo Perdido por completo. El barco entró de golpe y todo el mundo se cubrió para evitar chocar con algo. El sitio era algo extraño, calmado, pero se podía sentir una enorme presión, había un gigantesco domo en las nubes mientras que había un mar debajo de ellas en el que estaban navegando.
- Nos estamos moviendo.
- Supongo que sí.
- Me pregunto a donde nos estará llevando esto – se preguntó Sasha mientras que la enorme embarcación. La diosa miró a las demás armaduras de sus Caballeros caídos en batalla, aunque se fijó más en la de Sagitario.
- Ve con ella cariño – le susurró Pegaso a lo que la peli lila asintió y fue a verla. Tenma sabía que su pareja necesitaba algo de tiempo por lo que fue adelante del barco para ver todo lo que les esperaba más adelante. Yato quedó confundido por esto y fue con su amigo.
- Oye Tenma.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cómo que qué pasa? ¿No deberías estar al lado de la diosa Athena? – Unicornio decía – ahora que el señor Sísifo murió, la persona que necesit6a estar a su lado eres tú.
- No hay necesidad de eso Yato, entiendo lo que Sasha siente al igual que ella sabe lo que siento, sabemos bien como está el otro, no necesitamos hablar sobre eso, además, tiene que comportarse mejor como la diosa de la guerra que es, y yo debo comportarme como el Caballero que soy.
- Ya veo, aunque la verdad no entiendo en parte eso – el peli negro habló, en eso, Grulla se acercó a ellos.
- Yato, el consuelo no es lo único que una mujer tiene.
- ¿De qué hablas Yuzuriha?
- Simplemente digo que el hombre que logra comprender el corazón de una mujer, estará con ella siempre y viceversa, como chica que soy, te puedo confirmar eso, por ejemplo, yo puedo saber cómo estás tú Yato, aunque tú no sepas como estoy yo – el Caballero de Unicornio se sonrojó por eso mientras miró el rostro de la rubia, aunque la verdad verla así lo hizo sonrojarse por una extraña razón.
- S-Supongo que eso quiere decir que no somos tan diferentes, aunque la verdad con Tenma y la diosa Athena es diferente, digo, solo míralos Yuzuriha, son amigos desde pequeños, hasta diría que son algo más – Yato dijo eso en tono de broma, pero al ver el rostro del Caballero de Pegaso sonrojarse un poco, aunque Tenma quiso disimularlo, se le fue un poco la pena, no hay que decir que la boca de Yato calló hacia al suelo, Yuzuriha abrió grande los ojos – Tenma… tu…
- Shhh – Pegaso les tapó la boca a Grulla y Unicornio – no hay tiempo para hablar de esto, les explicaré todo cuando derrotemos a Hades, por el momento, no quiero que digan nada ¿está bien?
- B-Bien… - Yato se dio la vuelta – no importa, no he perdido aun contra ti Tenma… no perderé.
- Igual yo, idiota.
- Estos dos – los tres rieron un poco. El barco siguió navegando hasta que llegaron a lo que parecía ser una puerta gigante en la que estaban inscritas una regla en ella.
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Από αυτό το μέρος, εγκαταλείψτε όλα τα συναισθήματα αγάπης στο παρελθόν.
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- ¿Olvidar el pasado? – Tenma preguntó leyendo el letrero en griego el cual quería decir "Desde este lugar, abandona todo sentimiento de amor en otro tiempo."
- ¿Y eso que demonios quiere decir?
- Sea lo que sea eso, no creo que sea bueno para nosotros – decía el Caballero de Pegaso – ¡pero sea lo que sea, seguiremos adelante!
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Continuará…
