nadaoriginal. Sísifo realmente se murió de una forma épica y es que imagina que sin corazón y con los nervios hechos mierda venció a un Juez y destruir la puerta del Lienzo Perdido. Ahora entramos un poco a lo emocional.

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Sin más, comencemos…

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Algo había pasado y es que muchos de los Caballeros habían volteado la mirada al oír voces y resultó ser una trampa con la cual los que lo hicieron se petrificaron, Tenma estuvo a punto de voltear, pero fue detenido por Yato.

- No lo hagas idiota, muchos de nosotros lo hicimos y caímos, ahora solo quedas tu que debes ganar esto.

- Yato… ¡eres un idiota! ¡se supone que debíamos pelear siempre! – reclamaba Pegaso mientras su amigo se volvía piedra.

- No me desagrada que hagas un berrinche por mí, pero ahora eres más fuerte Tenma. Honestamente me da algo de envidia verte cómo es que te has vuelto fuerte. Espero que sigas así con la diosa Athena… tal parece que tú y ella… son más que Caballero y diosa, ustedes son aman… - antes de que terminara su frase, Yato se convirtió en piedra.

- Idiota – susurró Pegaso, aunque antes de que dijera algo, sintió un cosmos el cual se estaba aproximando a donde estaban los demás, es más, vio que este tenía malas intenciones con ellos.

- Tal parece que el ejército de Athena ha caído convertido en piedra, ninguno de ellos se dio cuenta de que voltear la mirada los haría piedra, pero nada más que yo, Caronte de Aqueronte, Estrella Celeste del Espacio, sabe que esto está ganado, creo que me quedaré con la princesita de Grulla, aunque me da curiosidad destruir al tipo de Unicornio, creo que lo haré ahora…

- ¡No tocarás a mi amigo! – Tenma llegó a pelear contra el espectro el cual solo río un poco.

- Vaya, parece que fuiste lo suficientemente listo para no caer en la trampa. Pero lastimosamente no te servirá de nada.

- ¡Meteoros de Pegaso! – el ataque de Tenma fue lo suficiente para estrellar a Caronte en uno de los mástiles del barco, pero este no se quedó de brazos cruzados.

- ¡Remo Rodante! – ahora fue el turno del espectro de contraatacar y así lo hizo, aunque cuando iba a seguir peleando, este supo de algo cuando el barco se movió de forma rara – oh, eso suena peligroso, bueno, creo que comenzó antes de tiempo.

- ¿De qué hablas?

- ¿No lo sabes? El barco se empieza a hundir – eso sorprendió a Tenma – es mejor que no intentes nadar, el Lienzo Perdido obedece la voluntad del señor Hades sin dudarlo, en un descuido serías atrapado por el mar de nubes y terminarás en el fondo. De hecho, todos los que fueron petrificados terminarán en el fondo y se harán parte de la pintura… ¡para siempre!

- Mierda… antes de que eso pase, tomaré a algunos y me voy… ¡robar tu barca! – el castaño se lanzó al ataque, pero no concretó nada.

- ¡Por favor Tenma, basta! – la voz de su pareja sentimental lo detuvo – Tenma, ahora que sabemos que el barco se hundirá, no podemos deshacernos de este hombre así sin más. El barco que nos llevaba hacia el sitio indicado ya no funciona.

- ¡Pero Sasha…!

- Entiéndelo Tenma, tenemos que hacer lo que sea para llegar con Hades y así podremos salvar el Lienzo Perdido y a los demás que se convirtieron, pero eso significa que…

- Su enemigo, o seas yo, tendría que ser su navegante – dijo con arrogancia el espectro de Aqueronte.

- ¿Podrías hacerlo por favor? – preguntó la peli lila, Caronte solo miró a la diosa la cual estaba con Regulus, Tenma y Shion.

- No lo sé, pero… lo que sea, las propiedades y el dinero se volvieron difíciles de conseguir, además, es imposible que tenga oportunidad contra dos Caballeros Dorados y el Caballero de Pegaso. Bien, vamos – los 4 se subieron a la barca del espectro mientras que este los incentivaba a voltear la mirada para ver cómo es que el barco se hundía, pero estos no harían tal caso. Regulus iba al frente mientras que Shion estaba detrás. Sasha estaba recostada en el pecho de Tenma, los Dorados no dijeron nada por esto ya que pensaban que el Caballero de Bronce necesitaba algo para calmarse y sabían que solo su diosa era la que lo podía calmar.

- No se preocupen amigos, cuando ganemos esto los volveré a ver sanos y salvos, no se preocupen – pensó el castaño mientras que este solo abrazaba más a la oji verde la cual no decía nada y se pegaba más al castaño.

- Parece que el Caballero de Pegaso tiene la cabeza en las nubes.

- ¿D-De que hablas?

- Olvídalo, solo mira al cielo – exclamó el espectro mostrando como es que había una enorme espiral en la cual en lo más alto estaba un escudo y espada – la parte interna de eso forma una escalera sin fin, en ese camino estarán las Casas Malditas, custodiadas por espectros que le juraron una gran lealtad al señor Hades y cuya fuerza se dice que es igual a las de los Jueces. Y es mejor que estén listos para la muerte.

- Maldición – susurró el Pegaso, aunque en eso, la barca se detuvo, aunque aún no habían llegado a la orilla – ¿eh?

- Hasta aquí hemos llegado.

- ¡Oye, ¿Por qué no nos dejas en la orilla?!

- Ponte en mi lugar un momento Pegaso, si los llevo a la orilla sería catalogado como traidor y me mandarían a matar de inmediato, sin embargo… - el espectro lanzó un cuchillo hacia los demás – ese hermoso cabello diosa Athena, podría dármelo como pago y no se discutiría más.

- ¡¿Cómo te atreves a pedirle eso a Sasha?! – reclamó Tenma muy molesto, Shion estaba del mismo modo, pero antes de que las cosas se subieran de tono, la diosa tomó la cuchilla y se cortó el cabello dejándoselo corto – ¡¿Sasha?!

- Tenga.

- Que Caballeros de Athena más ingenuos – susurró el espectro lanzando al cielo el cabello de la peli lila siendo llevada por los ángeles pintados en el Lienzo y estos se los llevaron a Hades el cual terminó de pintar un cuadro en el que selló los poderes de Sasha.

- ¡¿Qué demonios pasa?!

- Mi tarea era de recolectar el cabello de la diosa Athena – Caronte sintió la fuerte tensión de los Caballeros – oigan, yo solo dije lo evidente, no creo que sea necesario esto.

- Por tu culpa… ¡Sasha está así! – reclamó Tenma tomando a su amada la cual estaba algo cansada y este estaba que mataba al espectro.

- Oye, relájate Pegaso, no creo que quieras que tu diosa muera, mejor dicho… que tu novia muera.

- ¿Qué cosa? – Regulus y Shion quedaron sorprendidos, pero eso solo causó la cólera del castaño el cual sin pensarlo dos veces se dirigió a una velocidad anormal hacia Caronte y atravesó su pecho de par en par, pero lo que asustó a los Dorados fue que el Caballero de Pegaso sacó el corazón del espectro mostrándoselo y destruyéndolo frente a sus ojos, aunque esto fue lo primero que hizo ya que también volvió a clavar su puño en el mismo sitio.

- ¡Meteoros de Pegaso! – exclamó mientras que con sus ataques destruyó por completo el cuerpo de Caronte quedando solo una nube roja en el lugar. Sin perder tiempo, Tenma tomó el remo del fallecido espectro y continuó remando hasta que llegaron a la orilla.

- Oye Tenma – Shion quiso hablar, pero solo miró como el Caballero de Bronce tomaba a Sasha en estilo nupcial y se iba caminando con ella hacia las mencionadas escaleras que había dicho Caronte.

Las cosas iban algo tensas ya que Tenma parecía no querer hablar con nadie, Regulus y Shion solo estaban mirándose entre sí mientras que el Caballero de Pegaso seguía llevando a la diosa de la guerra en sus brazos.

- ¿Eh? ¿Qué es eso? – Shion se quedó callado al igual que el león dorado, Tenma se detuvo mirando al cielo en el que dos cosmos enormes chocaban entre sí.

- Estos poderes son asombrosos…

- ¿De quién son estos cosmos? – pensó Tenma mirando al cielo en donde se podía ver una gran explosión de cosmos.

- Solo hay alguien que posee este cosmos – susurró el Caballero de Aries – Deuteros.

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En otro lado…

- ¡No tendré compasión de asesinar a la sombra de mi hermano! – exclamó un hombre bastante imponente con la armadura de Géminis el cual hacía una pose corporal. Ese era Deuteros de Géminis el cual estaba batallando contra el espectro de su hermano, el ex Caballero Aspros de Géminis usando una Sapuri.

- Ja, esa pose la conozco, pero no creas que lo harás bien solo por ser una réplica – exclamó el espectro el cual se burlaba de esto.

- Alguien como tú no entendería – exclamó el menor de los gemelos – mi hermano, el Caballero Aspros de Géminis hizo todo lo posible para llegar a la cima, sin embargo, siempre lo respetaré, pero usaré su técnica para destruir a la vil sombra que ahora se ha convertido.

- No permitiré que me mates de nuevo – decía Aspros poniéndose del mismo modo – ¡no seas ingenuo! ¡no permitiré que me mates de nuevo, morirás a manos mías, Deuteros!

- ¡Aspros!

- ¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS! – el ataque de los dos gemelos dio de lleno haciendo que todo el lugar retumbara por el enorme cosmos que llenaba todo el sitio, fue un enfrentamiento bastante grande entre ambos gemelos. La explosión de Galaxias doble fue tan devastadora que dejó un agujero gigante en todo el sitio, aunque al final solo uno de los gemelos quedó bien parado al parecer.

- Es más que obvio que así terminaría todo… Segundo, perdiste – exclamó Aspros mirando cómo es que el menor de los gemelos estaba sangrando de forma masiva, pero este estaba de pie.

- Es cierto que somos como la luz y la sombra, sin embargo, a pesar de las estupideces de hermanos, nos estamos mirando cara a cara hablando, esto me recuerda a cuando éramos niños, pero eso fue suficiente, mi golpe fue preciso, Aspros.

- ¿Qué dices? – el espectro comenzó a recuperar la consciencia, todo lo que recordó cuando intentó dar un golpe de estado al Santuario y que antes de morir a manos de su hermano gemelo se atacó a si mismo con el Satán Imperial para regresar por lo que era suyo, el puesto de Patriarca.

- ¿Lo ves? Lo hice – susurró Deuteros antes de que su cuerpo desapareciera producto del golpe de la Explosión de Galaxias, Aspros solo pudo observar como ahora solo quedaba la armadura de Géminis en el sitio.

- Vaya que hiciste muchas cosas hermanito, sin embargo, acabaste con todo lo que cree en mi interior, lo aplastaste sin piedad. Aunque nuestra batalla terminó, tengo asuntos pendientes con esta vida nueva que se me concedió y Hades realmente tiene que pagar muchas cosas por todo lo que pasó – el Caballero fallecido se fue del sitio rumbo a donde se encontraba el rey del Inframundo.

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Tenma, Shion, Regulus y Sasha finalmente llegaron al primero de los templos en el Lienzo Perdido, el Templo de Mercurio.

- Parece que finalmente hemos llegado.

- Me pregunto que enemigo nos encontraremos en el primero de los templos – dijo el Caballero de Leo.

- No me importa que rival sea el que se me ponga en frente, haré todo lo posible para vencerlo y llegar a Hades y derrotarlo, todo con tal de que Sasha esté bien – susurró el castaño el cual solo siguió caminando y entraron en el lugar, sin embargo, las cosas estaban extrañadas cuando Tenma notó como Aries y Leo se congelaron en el aire – ¿eh? ¿Shion? ¿Regulus? ¿Por qué no se mueven?

- ¿Tenma? ¿Dónde estamos?

- ¡Sasha! – el chico abrazó con fuerza a la diosa y sin importarle que los dos Dorados estuvieran ahí le dio un pequeño beso en los labios – me alegra que estés bien.

- Gracias mi amor, pero, ¿Dónde estamos?

- Estamos en el primer templo del Lienzo Perdido, Shion y Regulus se detuvieron como si estuvieran congelados en el tiempo o algo así, no entiendo… - el Caballero de Pegaso se quedó callado ante esto.

- ¿Qué pasa?

- Tiempo detente, para así admirar tu belleza, ¿ven mis ojos? ¿acaso es una mentira?

- ¿Quién anda ahí?

- ¡Solo vengo a mi verte hijo mío! ¡Tenía muchas ganas de verte, mi querido Tenma!

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Continuará…