Capítulo 4:

Decisión


—No sé si sea lo correcto. —Dijo Yuya con gran determinación.

Hoshiyomi que realmente no esperaba que su empuje fuese a dar este resultado, suspiró.

Por un momento había jurado que le iba a decir que sí, pero... Suponía también este era un escenario viable.

La duda aun estaba en el rostro del más pequeño, pero Hoshiyomi le dejo estar.

Era malo en un momento de duda arremeter o manipular ya que tendría efectos contradictorios. Así que le sonrió, vagamente decepcionado.

—Ya veo, esta bien. Es una decisión importante. No es algo que deba decidirse de una sola vez, eres alguien sumamente precavido joven Sakaki. —

Sus palabras habían salido como un halago pero Yuya pudo ver entre las líneas.

"Deseaba tenerte en mis industrias."

Fue lo que entendió.

Y ciertamente, Yuya sabía era una gran oportunidad, pero justamente como dijo el Señor Hoshiyomi, no era algo que debía discutir de una sola vez. Además aun deseaba escuchar el Consejo de su maestro y de su madre, la persona mas importante de su vida.

—Lo siento. —Se disculpó, mas antes de que Yuya pudiera decir más Hoshiyomi agregó.

—Decisiones importantes dependen de fuertes voluntades. Joven Sakaki, mi propuesta sigue de pie, así que cuando tome una decisión. Espero pueda hacérmela saber. —

Fue una pequeña despedida, no obstante fue suficiente para cuando el director Shuzo volvió sobre sus pies, llorando patéticamente sobre los potenciales alumnos perdidos.

—¡Solo tenían que llenar los formularios! —

—Papá... Ve el lado bueno. —Yuzu intento animarlo. —¿Dónde podríamos meter a tantos estudiantes? —

—¡Ay! Mis billetes. —

—¿Es lo único que te preocupa? —

—¿Quién crees que paga la colegiatura? —

Y Yuzu, no pudo refutar aquello.

Así que buscando a su alrededor algo con lo cual pudo seguir animando a su padre, Yuya se le cruzó por el frente.

—¡Ah! Papá, Yuya tuvo una buena propuesta hoy. ¡Yuya! —Llamo exageradamente al otro, mientras portaba un abanico gigante. —¡Vamos! ¿Qué no ves que hay una persona llorando? ¡Hazlo feliz! ¡Cuéntale lo de la visita del Señor Tsukumo! —

—¿Señor Tsukumo? —

Y como si esas palabras hubieran sido mágicas, el director dejo de llorar para mirar al niño que intentaba escapar. Arrastrándose pobremente sobre el suelo, como un soldado.

—¿Yuya? —

"Bueno, de todas formas tenía que contarlo. Necesito de su consejo."

Se consoló Yuya a sí mismo, por lo que sentándose correctamente sobre el suelo, explico su situación al director, el cual luego de una larga deliberación consigo mismo, le dio su propia percepción.

—Yuya, no soy tu padre para decirte que es lo que debes hacer. Ni tu madre como para darte un gran abrazo, sin embargo, considero que es una buena oportunidad. —

—¿Una oportunidad? —

Shuzo asintió, y colocando una sonrisa orgullosa sobre su rostro observo con cuidado al joven frente a él.

Shuzo sabia lo que Yuya había perdido. Era consciente de cuanto es que Yuya necesitaba un apoyo externo fuera de su círculo familiar o de sus pares; creer que él era alguien más que suficiente.

Así que esta era una excelente oportunidad.

Sí Shuzo en todos estos años no pudo hacerle creer que era suficiente y alguien mas fuera de su padre, entonces estaría bien que un externo se lo hiciera saber.

Aun así sea con crudeza.

—Yuya, no a todos les llega una oportunidad como ésta. Y a decir verdad, me da un poco de envidia que solo haya extendido la invocación a ti, pero... Si ya has conseguido llamar la atención de alguien como lo es el Señor Tsukumo, ¿no crees que es un desperdicio despreciarlo? Su patrocinio puede llevarte mas rápido al estrellato. —

—Pero... —

—Yuya. —La voz del director se puso seria; por lo que Yuya supo que el tema era mucho mas que serio. —Seamos realistas. Es verdad que mi escuela te ha dado un gran impulso a ser un duelista de entretenimiento. A enseñarte las bases, pero si no consigues quién te respalde, lamentablemente alcanzar tu sueño será mucho mas difícil. Así que piénsalo por un momento. —

—… —

—El Señor Tsukumo ha venido por cuenta propia, y te ha ofrecido su entero apoyo. Entonces, ¿no crees que esto es lo mas oportuno? Acabas de ganar justo ayer al campeón y hoy recibes al Señor Tsukumo. ¿No piensas que al menos vale la pena intentarlo? —

Las palabras de Shuzo eran conciliadoras, pero el hecho de saber que Shuzo era alguien mucho mas experimentado que Yuya lo hacía tomar relevancia.

Que un adulto le dijera que era bueno tomar esta oportunidad, tenía un cierto sentido.

Pero, aun Yuya tenía ciertas dudas.

—Voy a pensarlo. —Dijo para sanjar el tema, y levantándose les hizo saber su próxima acción. —Tengo que ir a casa. —

—¡Yuya! —Reclamo Yuzu, mas antes de que pudiera decirle mas a su amigo. Su padre la detuvo, negándole con su cabeza.

—Esto es algo que solo Yuya debe hacer. Déjalo pensar. —

Yuzu no estaba convencida, pero asintió de todas maneras.

Le preocupaba mucho su amigo, pero lo que mas le preocupaba, es que él se alejara de ella.

"Se que tomaras la decisión correcta."

Se dijo en silencio a sí misma, mientras Gongenzaka se posaba a su lado, con mirada contemplativa.


Yuya realmente había dicho que iba a pensarlo para escapar un rato, no obstante una vez llegó a casa luego de pasear por el muelle, su madre fue quién le interrogó primero.

—¡¿Porqué no habías llegado antes?! ¿Sabes lo preocupada que estaba? —

—Mamá... —

Mm, Yuya pudo haber querido correr al ver la escoba en las manos de su madre, pero esta vez, realmente no tenía ninguna gana.

—Voy a mi habitación a meditar sobre eso. —

—¿Eh...? —

Yoko, que conocía a su hijo desde el vientre se sintió sorprendida, por lo que bajando delicadamente sus brazos junto a la escoba con la cual iba a dar una lección a su hijo, procedió a mirarle con detenimiento.

Hombros caídos, mirada perdida, brazos lánguidos.

Algo había sucedido, y aunque Shuzo ya le había informado, deseo que su hijo mismo se liberara.

—Yuya, no voy a castigarte. ¿Estas bien? —

Yuya miro a su madre largo y tendido, y sin pronunciar más, rápidamente se acercó para recostarse en su pecho.

—¿Yuya? —

Yoko preguntó, con la suavidad que caracteriza a una madre. Y notando como es que su camisa pasaba a mojarse, decidió que era mejor dejar estar a su pobre niño.

Yuya nunca lloraba por nada.

Y siempre escondía sus sentimientos mas oscuros detrás de una coraza y sus inseparables goggles, sin embargo que ahora lo hiciese delante de ella...

Yoko estaba preocupada.

—Esta bien. Yuya esta bien. ¿Quieres hablarlo adentro? —

Yuya asintió, y dejando que su madre lo arrastrara dentro, dejo salir todo aquello por lo que apenas pudo contenerse.

¿Porqué le estaba siendo tan difícil?

Yuya abrazo con aun mas fuerza a su madre, y dejando fluir sus sollozos, una vez se calmo lo suficiente le dijo aquello por lo que su mente vacilaba tanto.

—Un hombre poderoso desea patrocinarme. —

—… —

—Pero no estoy seguro de poder cumplir con sus expectativas. Mamá, ¿y si él llega a decepcionarse? ¿Y si me abandona a medio camino? Ya no quiero escuchar las burlas. —

El corazón de Yoko se retorció una vez su retoño hablo.

Yoko no era ajena a como es que la sociedad la veía o veía a su hijo, así que pudo comprenderlo sin mediar mas palabras.

Había sido difícil también para ella ignorar los susurros o las burlas, y tal vez sea porque ella era una persona fiera que todo ello llego a resbalarse por su piel, no obstante, su hijo no era ella.

Y sobre todo, su hijo no era su padre.

Así que comprendía con su corazón como es que Yuya se sentía.

No pudo evitar que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas, mas a pesar de ello, intento ser la luz que guiaría a su niño.

—Sé que puede resultar ser aterrador, pero sí alguien pudo ver esa luz en ti, ¿porqué deberíamos rechazarlo? —

—… —

—Sé que tienes miedo y un gran terror al fracaso, pero, ¿no incluso tu padre se ha enfrentado al fracaso muchas veces antes? —

—¿Papá...? ¿Fracasar...? —

Parecía que Yuya no concebía ambas palabras en la misma oración, y aunque Yoko lo encontró adorable. Asintió con una pequeña sonrisa.

—Sí, tu padre ha fracasado muchas veces. Y no por eso, dejo de intentarlo. Él encontró su propio camino, así que lo menos, es que también encuentres el tuyo. ¿No tu sueño era parecerse a tu padre? Ser un duelista de entretenimiento. ¿Porqué no aceptamos a ese hombre poderoso? —

—Bueno... —

Yuya sentía vacilante, pero mucho menos que antes.

Por lo que Yoko, alejándolo de ella para limpiar las traicioneras lágrimas, susurró.

Con un tono juguetón.

—Sé que suena aterrador, pero podrías divertirte mucho. Y en total caso, si vemos que no te conviene, aun tenemos la opción de patearle el trasero. ¿Qué dices? —

—¡Mamá...! —

Yuya se alarmo, pero contrario a enojarse, pudo sonreír ante la inocente broma de su madre.

"Mm, sí, esa es la expresión que debía tener."

Pensó Yoko en algún punto, por lo que hablando un poco mas, calmó tanto como pudo a su retoño.

Lo que menos quería Yoko, es que Yuya se siguiera perdiendo en ese interminable abismo.


La conversación de la noche había sido reveladora y liberadora. Por lo que Yuya, sintiendo que debía decírselo a sus amigos, les dio las buenas nuevas.

—Aceptare el patrocinio del Señor Tsukumo. —

—¡Yuya! ¡Ese es mi mejor amigo! —Felicito Gongenzaka con sinceridad mientras apretaba a su amigo en su fuerte pecho.

La felicidad parecía salirse por los poros del cuerpo, por lo que para Yuya sentir esa calidez fue tranquilizante, al menos hasta recibir las felicitaciones de quién era su mejor amiga.

—Felicidades Yuya. Ya has hecho una elección, me alegro mucho. —

El ambiente que había sido amable, de pronto se transformó a uno incómodo.

"¿Hice algo mal?"

Se cuestionó Yuya sintiendo la ansiedad comenzar con la sudoración en sus manos, mas antes si quiera de preguntar fue Gongenzaka quién intervino con su demandante presencia.

—Yuzu, podrías sonar mas amigable. Pareciera que ahora estas enojada. —

—¿Qué...? No. No es así. —

Yuzu negó el hecho, pero aun con un extraño brillo en los ojos. Se acercó a Yuya para tomarlo suavemente de sus manos.

—¿No vas a olvidarnos verdad Yuya? —

'¿A que viene esa petición?'

Yuya se sintió extraño, no obstante aunque fuese confuso lo que estaba pasando, asintió con una sonrisa.

—Ustedes son mis mejores amigos. —

Mm, esa parecía ser la confirmación que Yuzu necesitaba, ya que luego de escucharlo. El ambiente volvió a ser amigable.

—¡Yuya! Tienes que entrenar mucho ahora que has decidido continuar con el Señor Hoshiyomi, sería malo si lo decepcionas. —

—¡En ese caso, yo, el varonil Gongenzaka lo ayudare a controlar la invocación péndulo! —

—¿Realmente? —

Yuya, que no esperaba este apoyo, observo con ojos brillantes a sus amigos; por lo que obteniendo el "sí" de Gongenzaka, se atrevió a soltar una carcajada.

¿Qué mas podría pedir ademas de esta amistad? Yuya no lo sabía.

Y entonces, fiel a su promesa.

Cuando acabo la escuela, en el campo de duelo Gongenzaka realmente se comprometió a ayudarlo; aunque se arrepintió una vez le tomo veintiséis intentos lograrlo.

—¡Yuya! ¡No puedo creer que haya gastado tanto tiempo en ti! ¡Yuya! ¡Lo lograste! —

'¿Qué clase de halago era eso?'

Yuya deseo quejarse, pero el cansancio fue mucho mas, así que le dejo estar.

Ya reclamaría mas en la mañana.


Por otro lado, a lo alto de un edificio con la leyenda "Corporación Leo"; un hombre de cabello gris y ojos violeta miraba un duelo a través de la pantalla frente a él.

El duelo llevado a cabo por el presentador Nico Smiley y el campeón, había dado mucho de que hablar, pero quizá lo que realmente interesaba a Akaba Reiji, presidente actual de la Corporación Leo, no era mas que la invocación de Sakaki Yuya.

—…La invocación péndulo. —

Susurro con aire altivo, para luego posar sus manos entrelazadas debajo de su barbilla.

La nueva invocación era lo suficientemente poderosa, tanto como para alertar a sus sistemas, no obstante...

—¿Cómo es que pudo conseguirla? —

Había algo sospechoso detrás de ella.

Y aunque intento hackear el propio sistema de duelo y las cartas, algo mas lo impidió.

—Las industrias Arckumo han bloqueado nuestras señales. Director, ¿qué debemos hacer al respecto? —

Cuestionó su subordinado mas confiable, mientras alzaba a lo alto una tableta mostrando los resultados.

Mm, era molesto tener que lidiar con la competencia, pero lo que sucedía tras bambalinas era aun mas importante; por lo que fue primordial conseguir la dichosa nueva invocación.

—Haz un plan para conseguir algunas cartas, o en su defecto. Utiliza a alguien mas para llegar a ellas. —

—¡Sí! —

Era deshonroso que un director actuará de tal manera, especialmente siendo quien era. Sin embargo, no podía dejarlo pasar.

Era cuestión de supervivencia.