Casi se hizo tirado del auto, nunca había estado en un viaje tan incómodo como el que acababa de experimentar. Por un lado, el Presidente estaba totalmente sumido en sus pensamientos y por el otro, la chica se turnaba para irradiar un aura de depresión e irritación que lo hacía reconsiderar su salud mental.

Ni supo que los tenía así y ni loco iba a preguntar pero la tensión era tan evidente que casi lo estaba asfixiando.

Trató de concentrarse en algo más, pero con la chica al frente le fue imposible. Y no, no fue por su apariencia.

Para empezar, su extraño estado de ánimo mencionado antes. Luego, estaba sentada con las piernas separadas entre sí. Dejando de lado su primera impresión de ella, a primera vista parecía delicada y elegante por lo que no pudo evitar levantar una ceja ante su posición. Después, cuando lo atrapó mirándola —pasó la vergüenza de su vida— le dirigió una mirada furiosa y él lo que hizo fue pensar en Ren.

Yashiro tragó grueso de solo recordar. Si fuera a recibir dos de esas miradas al mismo tiempo, probablemente se desmayaría…