–Ya veo. ¿Tienes las memorias confusas desde que despertaste o empiezan en algún momento en específico?

Juli—, Ren—, Kuon se llevó las manos a la barbilla, tratando de recordar.

–No estoy seguro, todas las mañanas son iguales para mí. Pero no recuerdo de manera exacta la ruta que tomé para llegar al estudio, así que supongo que fue desde el inicio.

–O podría ser que algo que sucedió luego haya provocado que no recuerdes muy bien sobre ayer.

El menor puso los ojos en blanco.

–Maravilloso. No tenemos nada, entonces.

–No dije eso –notó la poca paciencia en el actor y decidió continuar antes de que siquiera tuviera la oportunidad de abrir la boca–. Sabemos que algo lo provocó, que te falle la memoria es prueba suficiente. Dime, ¿qué hay de días anteriores? ¿Tampoco recuerdas? –Ojos verdes se ensancharon y pudo ver como la esperanza aparecía en ellos–. Jul—, Kuon, entre más detalles recuerdes, más sencillo será investigar esto.

–Lo entiendo. No, puedo recordarlo. Las locaciones, mis líneas…, tal vez no tan claramente, pero no al nivel de confusión de ayer.

–El paso más común y lógico a dar es que revivas lo último que has hecho y ver si averiguas algo. Empezando por ayer.

–Ya, es buena idea, ¿pero cómo voy a hacerlo? No es como si se les permita la entrada a particulares en la mayoría de lugares.

Lory sonrió, no por nada era el Presidente de una de las más grandes agencias de talentos. Con un par de llamadas podría hacerlo entrar donde quisiera. Frunciendo el ceño pensó en otro problema. No podía enviarlo con Ruto ya que él tenía su propio trabajo por hacer pero tampoco podía dejar que fuera solo.

–¿Seguro que no quieres decirle a Yashiro-kun? Sería de gran ayuda…

–No. De ser posible, me gustaría que quedara entre nosotros.

Dejó salir un suspiro. Sabía lo testarudo que podía llegar a ser. Aunque… Entendía lo grave que era la situación, de verdad que sí, pero eso no significaba que no pudiera sacarle provecho...

Sus pensamientos debieron mostrarse en su rostro porque ojos verdes se ensancharon nuevamente, solo que esta vez no había rastro de esperanza alguna.

Quién lo diría, puede que hasta resultara entretenido.