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Capítulo 30

Volantis 297 A.C

El viento mañanero soplaba con suavidad, llevando el aroma del mar a la ciudad. La brisa era fría, algo normal a esas horas, ya que el alba recién estaba despuntando. Mientras muchas personas descansaban, los comerciantes comenzaban a preparar sus escaparates para exhibir sus mercancías y en el muelle, los trabajadores iniciaban sus labores.

"Avancen, tenemos que movernos hoy." Dijo la voz de un hombre, el cual tenía el cabello azul. El nombre de este hombre era Griff, pero eso solo era una fachada, ya que el verdadero nombre de este hombre era Jon Connington, antiguo amigo del príncipe Rhaegar Targaryen. La apariencia de Connington era la de un hombre de unos cuarenta años, con cabello de color azul y raíces rojas. Estaba afeitado y tenía las cejas de color rojo. Su vestimenta era simple, una cota de malla con un jubón de color rojo y una capa de piel de lobo rojo sobre sus hombros. "Griff, no te demores."

El viejo caballero estaba en Volantis por una simple razón: estaba exiliado. Esto sucedió debido a que, a pesar de que su familia juraba lealtad a Storm's End, él luchó por los Targaryen en la Rebelión de Robert. Cuando falló en la misión que el Rey loco le dio para capturar a Robert, este lo exilió, quitándole todo. Tras ello, se fue de Westeros y terminó en Essos, donde se unió a la Compañía Dorada, la mejor compañía mercenaria del mundo. Estuvo en esta organización por un tiempo, hasta que fue contactado por el maestro de espías del Trono de Hierro, quien le dijo que el hijo de su amado príncipe de plata estaba vivo. Así, tramando una artimaña, logró dejar la compañía mercenaria y desde entonces se había dedicado de lleno a criar al muchacho como si fuese su hijo, esperando que llegue el momento para que este volviese y llevase fuego y sangre a Westeros.

"Está bien, padre." Dijo la voz de un joven no mayor de quince años al lado de Connington. El joven tenía el cabello de color azul, junto con los ojos de color violeta, presentando una apariencia Valyria, salvo por el color de su cabello. El nombre de este joven también era Griff, por lo que lo llamaban Griff El Joven, para de esa manera diferenciarlo de su "padre".

"Tenemos que movernos para llegar a Pentos. El magister Illyrio nos espera allí para que realicemos otro trabajo para él." dijo Connington mientras miraba hacia atrás y observaba a sus acompañantes.

Las personas que acompañaban al dúo de padre e hijo formaban un grupo variopinto, el cual consistía en una Septa, cuyo nombre era Lemore. La apariencia de Lemore era la de una mujer de más de cuarenta años, pero aún atractiva. Su cabello era castaño y vestía un atuendo de comerciante, pues a pesar de ser una septa, no quería problemas con los religiosos del lugar. La otra persona que acompañaba a Connington estaba bien afeitada y tenía una cara asceta. Su cabello estaba recogido y peinado detrás de la cabeza. Sus ojos grises miraban todo de tal manera que parecía que estaba examinando cada cosa que lo rodeaba. El nombre de ese sujeto era Haldon y era llamado Haldon Medio Maestre, debido a que había estudiado para ser maestre, pero no había podido obtener los eslabones necesarios para forjar su propia cadena.

El grupo de cuatro personas siguió caminando por el puerto, buscando un barco que los lleve a la ciudad de Pentos. Mientras caminaban, Connington miraba cada barco, buscando cuál era de confianza por si sucedía algo inesperado. De todos los grandes barcos, ninguno llamó mucho su atención, pero eso cambió cuando posó sus ojos en un pequeño barco, el cual seguramente no debería tener el dinero para anclar en esta parte del puerto de Volantis, pero aun así, estaba anclado allí.

Aquel barco le transmitía una sensación de confianza que no lo hacía ningún otro barco, la forma en como parecía que este podría sortear la más grande tormenta como si nada provocaba que Connington sintiera que ese era la mejor opción… al menos hasta que su hijo soltó un grito de pánico.

"¿Griff? ¿Qué sucede?" preguntó Connington al instante, levantando la cabeza y mirando a su "hijo".

Lo que vio el viejo caballero lo dejó helado, pues su "hijo" estaba temblando y su piel se había puesto de un tono más blanco de lo normal.

El cuerpo del "hijo" de Connington comenzó a sudar, mientras el corazón de este comenzaba a latir a gran velocidad, junto con el sentimiento de opresión que hacía que su corazón se sintiese apretado, lo que le provocaba gran pánico, pues nunca en su vida se había sentido así.

"¿Estás bien, hijo?" preguntó Connington con más preocupación ahora, pues vio cómo el hijo de su príncipe se ponía más pálido con cada segundo que pasaba.

"N-n-n-no… s-s-siento que el c-c-corazón me pesa…" dijo Griff con miedo, pues sentía que en cualquier momento su cuerpo le fallaría.

"¡Haldon, ven rápido!" gritó Connington mientras dejaba a su hijo en el suelo para que pueda descansar un poco.

El mencionado llegó rápidamente y sin perder tiempo comenzó a examinar al joven.

"¿Está bien?" preguntó Lemore, la cual estaba preocupada por el chico.

Haldon no respondió de inmediato, pues estaba sorprendido. Esto se debía a que, debido a su conocimiento, el chico no debería de estar en ese estado. Por ello, tras varios segundos, al fin pudo decir algo. "No lo sé…"

"¡¿Qué?!" gritó Connington mientras se levantaba de manera rápida y tomaba del cuello de la túnica a Haldon, levantándolo. "¡¿Cómo que no sabes qué tiene?!"

La pregunta del ex Lord quedó en silencio, pues el maestre no podía responder, esto debido a que no podía respirar bien.

"¡Ser!" gritó Lemore mientras se levantaba y le tomaba el brazo. "Por favor suéltelo, lo va a matar."

Las palabras de la Septa no lograron nada, pues el viejo caballero no estaba siendo guiado por una rabia ciega, sino por una rabia que nacía de la desesperación y el miedo, miedo de perder lo último que quedaba de su amado príncipe de plata. Sin embargo, antes de que lograra matar a Haldon, el joven Griff tomó una gran bocanada de aire, lo que llamó la atención de Connington.

Al oír a su "hijo", el viejo caballero soltó a Haldon, para rápidamente acercarse al hijo de su príncipe. Cuando Connington lo vio, soltó un suspiro, pues el chico volvía a tener las mismas características que tenía normalmente.

Aquella reacción de Griff hizo que Haldon tuviera una loca idea de lo que pasaba, por lo que, manteniendo la mano en su cuello, al cual daba suaves masajes, se acercó a Connington, usando pasos suaves, pues no quería volver a estar en la mira del caballero.

"Ser…" dijo Haldon con dificultad, pues el cuello le dolía.

Al oír que lo llamaban, Connington giró la cabeza y vio a Haldon acercarse a él con mucha precaución. Aquello provocó que el viejo caballero se sintiera por un segundo arrepentido, pero rápidamente descartó ese sentimiento, pues no había acción que no tomaría para salvar al hijo de su amado príncipe.

"Sí." Respondió de manera rápida Connington.

"Creo que sé qué pasa…"

La ceja del caballero se levantó cuando oyó aquello, pero aun así, asintió, dando así paso para que Haldon hablase.

"Parece que el joven Griff tiene lo que llamaríamos un ataque de pánico." Dijo Haldon, provocando que tanto la septa como el caballero lo miraran.

"¿Cómo que un ataque de pánico?" preguntó Lemore con preocupación, pues temía que sea lo que sea que había asustado al joven podría estar cerca. "

La reacción del joven es algo normal en un ataque de pánico, pero no cuadra con uno normal…"

"¿Cómo así?" preguntó Connington.

"Normalmente estos ataques suceden debido a eventos traumáticos pasados, pero no tiene sentido que Griff tenga este tipo de ataques. Él no ha sufrido nada con los barcos."

"Entonces… ¿Cómo explicas esto?"

"No podría decirlo, por eso no pude responder antes. Me temo que… el asunto puede ser algo más mental."

"¡Cállate!" gritó Connington al oír las palabras del medio maestre, pues entendió a qué se refería. "Él no está loco… él no es como su abuelo…"

Las palabras de Connington iban referidas a que el joven Griff no estaba loco como su abuelo, el rey Aerys, pues sí, este chico era el nieto del padre de Daenerys, lo que lo convertía en su sobrino. Este chico era el supuesto hijo asesinado de Rhaegar con Elia Martell, es decir, este chico era Aegon Targaryen.

Al oír cómo el caballero decía esas palabras, los acompañantes de este supieron lo que pasaba por la mente de Connington. Mirándose, ambos decidieron no decir nada más, pues sabían lo sentimental y rápido para la ira que era el caballero si se mencionaba la locura Targaryen, por lo que sin pensarlo dos veces, decidieron cerrar la boca.

Los dos se quedaron en silencio unos segundos, hasta que finalmente el silencio fue roto cuando una nueva voz llegó.

"¡Ser! ¡Septa! ¡Maestre! ¡Encontré un barco que puede llevarnos a Pentos hoy mismo!" gritó la voz de un hombre. El dueño de aquella voz era un hombre musculoso, con una barba hirsuta y una mata de pelo de un color anaranjado. El nombre de este hombre era Rolly, llamado coloquialmente Pato. Este hombre era un caballero y era el maestro que entrenaba a Aegon en el uso de las armas.

Al oírlo, todos giraron la cabeza y lo vieron, corriendo hacia ellos. Cuando llegó, se detuvo y comenzó a tomar bastantes bocanadas de aire, pues había corrido desde hace varios muelles del puerto de Volantis. "El barco es capitaneado por un Pentoshi, el cual dice que podemos partir tras el almuerzo."

"Ya veo…. Eso es bueno, ya que como puedes ver, Griff está algo indispuesto por el momento." Señaló Haldon, el cual señaló a Griff.

En el momento en que Rolly vio a Griff, este se sobresaltó y preguntó qué pasaba. La respuesta que este recibió era que al parecer Griff había tenido un ataque de pánico. Al oírlo, Rolly se preocupó mucho. Sin embargo, no tuvo tiempo de mirarlo mucho, ya que Connington habló.

"Dejen de mirarme y ayúdenme a llevarlo conmigo. Lo llevaremos al barco, donde lo dejaremos descansar allí."

"Pero no sería mejor dejarlo dormir en la posada. Digo, podemos viajar mañana." Dijo Rolly con preocupación.

"No, lo mejor es irnos ahora mismo. Puede que el ataque de pánico de Griff sea algo causado por la ciudad. Lo mejor es sacarlo de este lugar antes de que empeore." Respondió Connington mientras tomaba a su "hijo" y lo cargaba.

Al verlo cargar al joven Griff, Rolly no perdió tiempo y lo ayudó. Ya con el joven seguro entre ambos hombres, el grupo comenzó a moverse hacia el barco que los llevaría hacia Pentos. Mientras caminaban, los ojos de Connington se abrieron como platos al ver un espectro, algo de su pasado en la forma de un chico de cabellos castaños y cara alargada, el cual iba con un lobo blanco de gran tamaño.

'¿Q-q-qué hace aquí Stark?' pensó con sorpresa Connington mientras miraba al maldito de Eddard Stark caminar hacia él con un grupo de personas.

Al momento en que Connington lo vio, sintió que la ira se apoderaba de él. Sin embargo, sus años de experiencia en el exilio le hicieron volver en sí, pues sabía que era imposible que este chico fuera Eddard Stark, ya que era muy joven para ello. Por eso, apretando los dientes de ira por el recuerdo que había vuelto a su mente, Connington desvió la mirada mientras seguía su camino.

Ambos grupos se cruzaron, sin saber que el destino haría que ambos se volvieran a encontrar en el futuro.


"¿Jon?" preguntó Daenerys al ver cómo Jon se quedaba quieto tras haber pasado al lado de un grupo que estaba conformado por varias personas, siendo uno de ellos un chico inconsciente. "¿Sucede algo?"

"No… Nada… solo pensé que sentí algo… Familiar…" respondió Jon mientras dejaba de mirar a ese grupo.

"¿Familiar?" preguntó Grenn con curiosidad.

"Sentí como si el chico fuese un descendiente de las cuarenta familias…"

Al momento en que oyeron aquello, todos rápidamente se pusieron en guardia, pues eran conscientes del odio que Jon sentía por las cuarenta familias de Valyria. Así que, temiendo que su amigo sacase su espada y matase a todo el grupo.

"Jon…" dijo Edd con preocupación, mirando a su amigo y llevando sutilmente su mano a su espada. Pese a que él sentía que de comenzar un altercado con su amigo no saldría indemne, sabía que no podía dejar que este cometiera un asesinato así como así.

Al momento en que Jon escuchó a su amigo, lo miró por un segundo y al ver que tenía su mano en la espada, sonrió, divertido. Soltando una risa suave, caminó hasta Edd y le puso una mano en el hombro.

"Tranquilo, Edd. No voy a hacer nada…" dijo Jon con voz tranquila, provocando que su amigo lo mirase con los ojos abiertos. Al verlo en ese estado, Jon solo sonrió un poco más. "No tengo tiempo para ellos."

Al momento en que esas palabras fueron escuchadas, todos supieron por qué Jon las decía. Esto se debía a que la noche anterior, ellos se habían reunido y habían contado entre sí lo que habían vivido. Los primeros en hablar habían sido Sam y Daenerys, los cuales mencionaron lo que había sucedido en el templo de R'hllor. La forma en cómo lo mencionaron hizo que todos pensaran que se trataba del mismísimo Dios Rojo, pero Jon descartó esa idea de inmediato. Esto causó que sus amigos le preguntaran por qué lo descartaba y él mencionó que eso se debía a que, pese a que si bien los dioses podían hacer eso fácilmente, las reglas del plano físico o mortal hacían que ellos no pudieran interactuar de manera directa, sino que lo hacían a través de avatares o elegidos. Por ello, era inaudito que eso fuese provocado por un dios. Tras esa explicación, Jon comenzó a hablar sobre su encuentro con el brujo, lo que llamó la atención de sus amigos.

'Según las palabras de Sam, ese sujeto era un brujo de la ciudad de Qarth… la ciudad que es considerada una de las más poderosas de Essos, gracias a que es la puerta de ingreso de las mercaderías de los reinos más al este… ¿Qué quieren esos brujos con Daenerys? ¿Habrán descubierto quién es? ¿Es este un plan llevado en conjunto entre los brujos y los líderes de la ciudad de Qarth para obtener un beneficio único cada uno? Umm… tantas preguntas, tan pocas respuestas…. Lo peor es que la ciudad de Qarth será una parada obligatoria para nosotros en la siguiente etapa de nuestro viaje…. ¿Debería dejar a Daenerys en algún otro lugar para no exponerla? … No… dejarla sola también es peligroso… por lo que parece, tendremos que llevarla con nosotros. Deberé avisarle al resto de los chicos para que mantengan la guardia alta mientras estamos con ella en la ciudad de Qarth.' Pensó Jon, interiorizando todas las preguntas que tenía en este momento. Sin embargo, tras pensar aquello y de llevar a cabo muchas simulaciones mentales de posibles situaciones en las que se verían envueltos en Qarth, lo mejor era que la llevara con ellos, ya que así podrían mantenerle un ojo. Al menos hasta que descubran qué quieren con ella y así poder encontrar una forma de sacarla de su radar.

Tras esos pensamientos, Jon comenzó a caminar, siguiendo a sus amigos, pues tenía que hacer varias cosas. Por ello cuando llegaron al muelle, habló. "Chicos, vayan avanzando, yo me encargaré del papeleo en las aduanas. Prepárense, partiremos hoy mismo."

Al oír aquellas palabras, la tripulación del «StarWolf» miró a Jon y asintieron. Tras ello, Jon también asintió y girando, comenzó a caminar hacia la estación de aduanas.

Al momento en que Jon dejó el muelle, el resto de la tripulación se acercó al «StarWolf». Acercándose, llamaron a uno de los estibadores y sin perder tiempo, le dijeron que por favor trajera la tabla que unía el arco con el muelle. El estibador asintió y tras unos momentos, regresó con unos compañeros. El grupo de trabajadores colocó la madera con relativa facilidad, pues a diferencia de otros barcos, el «StarWolf» era más pequeño. Tras colocar el puente, Daenerys se acercó y tomando algunos honores, la moneda de Volantis, se los dio como un extra. Aquello sacó sonrisas en los estibadores, los cuales le agradecieron y se fueron de allí sonriendo.

"Siempre tan amable, eh, Dany." Comentó con una sonrisa Edd, el cual se acercaba al único mástil de la embarcación.

La respuesta de Daenerys fue sonreír, para luego caminar hacia la bodega para hacer el chequeo rutinario antes de salir de un muelle.

"Parece que está de mejor humor que de costumbre… ¿Por qué será?" preguntó Pyp, el cual cargaba una caja con herramientas, ya que las iba a subir poco a poco hasta el nido de cuervo.

"No lo sé… pero siempre es bueno que una mujer esté de buen humor, de lo contrario, este viaje sería un suplicio." Respondió Grenn, el cual se dirigía hacia el ancla, para estar allí, ya que seguro Jon no tardaría en volver. Y de hecho así fue, pues tras esas palabras, Jon apareció, subiendo por la rampa, les dijo que tenían que irse y que dieran prisa, ya que tendrían una reunión cuando estuvieran mar adentro.

Al oír aquello, todos comenzaron a hacer sus labores de manera más apresurada, logrando terminar todo y levando anclas, saliendo así del puerto de Volantis.


Mar de Verano 297 A.C

El barco de Jon navegaba el mar de verano, el cual estaba tan tranquilo que el barco navegaba con suavidad. En el interior de la nave, en el cuarto de navegación, estaban reunidos todos.

En medio de la sala, en la mesa, con copas de vino aguado, estaba la tripulación del barco.

"Entonces… nos dirigiremos a Yi Ti… ¿verdad?" preguntó Pyp con curiosidad.

"Sí, de lo que sabemos, la siguiente piedra, la tercera, debe estar en algún lugar de Yi Ti." Respondió Jon, el cual movió su mano e hizo que el mapa proyectado por el artilugio cambiara, mostrando el lugar donde podría estar. "No sabemos el lugar exacto, pero de la información que tenemos, Sam ha deducido algunos lugares."

Tras esas palabras de Jon, Sam tomó la palabra.

"De la descripción que Edzard le dejó a Jon de las piedras sello, sabemos que estas prefieren lugares con piedras negras aceitosas… lamentablemente, son muy pocos los lugares con esas piedras en el mundo. Se conocen cuatro lugares en el mundo. Uno en Westeros, uno en Essos, uno en las Basilisk Isles y uno en Sothoryos."

"¿Había una en Westeros? ¿Por qué no fuimos allí primero?" preguntó Grenn, el cual sentía curiosidad por ese hecho.

"Hay una estructura que tiene esa piedra en Westeros y esa es la silla de piedramar en el castillo de Pyke." Respondió Samwell.

"Agh… Hijos del hierro." Dijo Grenn, escupiendo a un lado al escuchar el nombre de ese lugar. Esto lo hizo mientras ponía un rostro de ira y molestia.

La reacción de Grenn desconcertó a Daenerys, la cual hizo una pregunta.

"Eh… Grenn… ¿Por qué pareces odiar a los Hijos del hierro?"

"Eso es fácil, princesa." Respondió Grenn, tratando de mantener otro rostro al momento de responderle. "Los hijos del Hierro son escoria, la cual solamente sabe saquear y atacar pueblos para llevarse los recursos y las mujeres."

"Eso es cruel…" dijo Daenerys tras escuchar lo que dijo Grenn. La princesa Targaryen sabía que el mundo no era un lugar de paz, pero aun así… ella esperaba que al menos en Westeros la cosa estuviese mejor, pero parecía que no era así.

"Sí, aunque la forma de ser de los Hijos del Hierro no es del todo algo que sea completamente cultural." Dijo Sam, llamando la atención de sus amigos. "Según un maestre, la razón por la que ellos llevan una vida de pillaje y saqueo se debe principalmente a que sus tierras son estériles en su mayoría. Eso los ha llevado a atacar otros pueblos para buscar los recursos necesarios para sobrevivir."

La explicación de Sam pareció darle algo de contexto a por qué los hijos del hierro viven como lo hacen, pero aun así, ninguno de los de la mesa mejoraría la impresión que tenían de ellos por ello. Aun así, debido a que sintieron que se habían alejado del fin de la conversación, volvieron al tema de conversación original.

"Entonces… es de suponer que los hijos del hierro fueron descartados rápidamente, ¿verdad?" preguntó Edd mientras se llevaba su copa de vino a los labios para beber un trago.

"Sí, decidimos que era imposible que estuviese allí una piedra, pues de haber una piedra allí, la tierra tendría una presencia mágica más grande, pero ese no parece ser el caso."

"Ya veo… ¿El resto de los lugares cuáles son?" preguntó Pyp, el cual tenía una galleta de avena en su mano.

"El de Essos es la ciudad de Asshai…" dijo Samwell con algo de preocupación y precaución, pues ese lugar no era el mejor de todos para ir.

Al momento en que los chicos escucharon ello, estos rápidamente palidecieron, pues no esperaban tener que ir a un lugar como ese.

"¿E-e-e-estás seguro?" preguntó Grenn con algo de temor, pues había escuchado los rumores de esa ciudad.

"Sí, pero eso no es todo. Otro de los lugares es la Isle of Toads… un lugar en las Basilisk Isles…. Pero no iremos a ese lugar, pues la piedra que conseguimos en las Summer Isles fue obtenida de un barco pirata de ese lugar, lo que nos quita algo de encima. Finalmente, el último lugar donde es más que seguro que estará otra piedra sello es… Yeen."

El último nombre que pronunció Sam dejó confundidos a todos, pues nadie sabía dónde estaba aquel lugar.

"¿Yeen? ¿Dónde en el nombre de los dioses está ese lugar?" preguntó Pyp, quien a pesar de haber vivido con mimos, nunca había escuchado de ese lugar.

"Es una ciudad en ruinas en Sothoryos…"

En el momento en que todos oyeron eso, dejaron caer sus copas de vino al suelo mientras sus ojos se abrían como platos y su piel se volvía pálida como la nieve. El miedo comenzó a calar en sus cuerpos, provocando que pequeños escalofríos recorrieran sus espaldas.

"S-s-sam… Dime q-que es una maldita broma…" rogó Grenn con total pánico en su voz, pues a pesar de que era un plebeyo, él había escuchado sobre Sothoryos… y el lugar era el infierno en la tierra.

"N-no… no lo es…" señaló Sam con pesar, pues sabía que esto aterrorizaría a sus amigos.

"Oh, mierda…" dijo Pyp mientras se llevaba las manos a la cara. "Una cosa es Valyria… y otra cosa es Sothoryos… Joder, joder… esto es fatal."

"Siempre supe que moriría de maneras horribles, pero no tanto como lo es morir en Sothoryos…" expresó Edd, quien estaba completamente deprimido, mirando al techo con una sonrisa en el rostro.

Incluso Daenerys, la cual no solía ir a esas misiones, sintió un escalofrío, pues había oído los rumores que rodeaban al continente de Sothoryos… ella sintió miedo, pues había encontrado una especie de familia en la tripulación de este barco y temía perderlos.

Las reacciones de todos los que escucharon aquello comenzaron a dirigirse hacia un ataque de pánico, el cual sería más que inevitable. Sin embargo, antes de que eso sucediera, Jon habló.

"No entren en pánico."

La voz de Jon los trajo de regreso, pero aun así, todos lo miraron y comenzaron a expresar sus quejas y preocupaciones.

"¿Cómo que no nos preocupemos, Jon? ¡Estamos yendo a la maldita Sothoryos… ese lugar es el infierno, nadie sobrevive cuando entra allí!" gritó Pyp, quien estaba con el corazón en la garganta.

"Sí, lo sé… pero recuerden… no somos viajeros normales. Tenemos algo que los viajeros normales no tienen de su lado… tenemos magia."

La mención de la magia hizo que el alma volviera al cuerpo de los chicos, calmándolos… aquello provocó que se dejaran caer sobre sus sillas.

"Je, je… es cierto… se me había olvidado…" dijo Grenn con una sonrisa en el rostro.

"Sí, jejeje… qué bueno que tengamos la magia de nuestro lado, pero ¿cómo la usaremos allí? Digo, Jon puede usar magia de manera activa y la princesa puede hacerlo de manera pasiva, pero nosotros no podemos usar magia." Comentó Pyp, quien miró a Jon.

La mirada de Pyp transmitió a Jon lo que el joven quería saber. Por lo que, sin pensarlo dos veces, le contestó.

"Si bien es cierto que no pueden usar la magia de manera normal, sí pueden usar armas y equipo encantado. Así que, encantaré equipo para nuestra "cómoda" estadía en Sothoryos… pero como eso me tomará algo de tiempo, dejaremos el lugar de Yeen para el final. Por ahora, el objetivo es Yi Ti, nos iremos a los Cinco Fuertes en el noreste de Yi Ti. Si bien el lugar no está hecho de piedra negra aceitosa, hay algo extraño en él, pues no es fácil levantar estructuras de más de trescientos metros de altura. Por lo que es más que obvio que hay magia allí en esa zona." Dijo Jon, provocando que los chicos lo miraran. Tras eso, volvió la mirada al mapa y comenzó a explicar su plan de viaje.

"Primero, como saben, tuvimos un pequeño problema con algunos brujos de Qarth. Eso me hizo pensar en algo, pues parecía que iban tras Daenerys. Eso me pareció curioso y estuve investigando un poco, parece que esos brujos viven en una torre algo destartalada. Debido a que parece que van tras Daenerys, por un momento pensé en dejarla en algún lugar a salvo, alejada de la ciudad de Qarth." Dijo Jon, provocando que todos, en especial Daenerys, lo miraran.

La joven princesa sintió un poco de dolor en su ser al oír que Jon había planeado dejarla en algún lugar, pero a la par de aquel mal sentimiento, también hubo algo de alegría, pues entendió que él había planeado hacer eso para protegerla.

"Sin embargo, me he dado cuenta de que dejarla sola, solo la convertiría en un blanco fácil para los brujos. Por ello, decidí que la traeremos con nosotros, pues es más fácil para nosotros protegerla de esa manera. Así que, les diré esto desde ahora. Grenn, Pyp, Sam, Edd… lamentablemente en este viaje tenemos que hacer parada obligatoria en ese lugar para obtener información de Yi Ti. Esto para conocer la situación actual de la zona, así como para conocer su cultura, ya que de esa manera lograremos evitar problemas con los locales. Por lo que, mientras estemos en Qarth, ustedes se encargarán de proteger a Daenerys. Yo haré todo lo posible para no pasar más de un día en esa ciudad, pero no prometo nada. Así que, espero que puedan mantener a Daenerys a salvo."

Al oír aquello, los chicos se enderezaron y sin perder tiempo asintieron.

"No te preocupes, Jon. Nosotros podemos cuidar a la princesa sin problemas." Dijo Pyp con una sonrisa en el rostro mientras sacaba pecho.

"Sí, déjanos esto a nosotros." Añadió Grenn con una sonrisa.

"Sí, no te preocupes por ella, solo por nosotros." Comentó en su normal tono pesimista Edd.

"Bien, les tomaré la palabra. Así que ahora les terminaré de contar toda la ruta de viaje que tenemos planeado para esto."

Así, tras dejar en claro que deberían de proteger a Daenerys mientras estuvieran en Qarth, Jon siguió contando el plan para llegar a los cinco fuertes de Yi Ti.


King's Landing 297 A.C

El sol se encontraba en todo lo alto del cielo, iluminando y calentando toda la ciudad capital de Westeros. La ciudad se encontraba rebosante de actividad, los comerciantes vendían sus mercaderías a todos los que entraban a la ciudad, los muelles bullían de actividad, con barcos entrando y saliendo del puerto. Aunque, no toda la actividad que había en la ciudad era buena, pues los malhechores estaban a la orden del día. En pocas palabras, todos estaban ocupados en sus actividades diarias, ya sean buenas o malas, y eso también ocurría con los que vivían en el Red Keep.

En la torre de la mano, la cual estaba ubicada en un patio interior, se podía ver a una persona subiendo por una de las escaleras en caracol que había dentro de la estructura. La persona que subía los escalones con pasos algo cansados era ni más ni menos que la actual mano del rey, Lord Jon Arryn. El actual Lord del Valle estaba subiendo a su solar privado tras tener una reunión con el consejo privado. Al igual que en muchas sesiones del consejo, el mismo rey no había estado, por lo que él, como el segundo hombre más poderoso del reino, tuvo que presidir la reunión.

"Hahhhh…" fue el largo y tendido suspiro que soltó el anciano, pues se sentía cansado. Esto no solo era por la edad, sino que también fue por las responsabilidades que tenía que cargar, responsabilidades que deberían de ser llevadas por su antiguo pupilo, el Rey. Lamentablemente, si bien Robert era un gran guerrero y un carismático líder, no era alguien muy aficionado a la administración, por lo que siempre evitaba lo que él llamaba "contar cobres". Aunque, para sorpresa del viejo Lord, su antiguo pupilo había tenido un ligero cambio en su forma de ser, pues si antes no iba casi para nada a las reuniones con el consejo, ahora iba cada cierto día.

'Es bueno que Robert esté yendo a las reuniones un poco más seguido, pero no lo hace para cumplir con sus obligaciones, no, lo hace para saber si hay alguna noticia sobre el hijo de Ned.' pensó Jon mientras negaba con la cabeza. Aquella acción no era porque le desagradase el joven bastardo, no, de hecho, él sentía cierto aprecio por el hijo de su antiguo pupilo. El pensar en las noticias que llegaban sobre el joven bastardo provocaron risas internas en el Lord, pues el chico cada vez parecía meterse en algunos problemas. El último problema conocido fue el asunto de Dorne. El chico había aparecido de manera intempestiva en el torneo de Doran Martell, derrotando a todos y coronándose como el indiscutible campeón. 'La llegada del chico hizo que por un segundo Robert se preguntara si había estado en Dorne escondido, pero eso no tenía sentido. El chico no pudo haber estado allí, pues los pajaritos de Varys lo habrían encontrado rápidamente. No, de donde sea que estuvo ese chico, solo puede ser un lugar muy remoto.'

Tras esos pensamientos, el Lord de Eyrie vio que había llegado a su solar. Al entrar allí, vio a Colemon, su fiel maestre. El maestre Colemon era un hombre joven, delgado, de cabello corto y cuello alargado. Este vestía las típicas túnicas de color gris de los maestres y llevaba en su cuello su cadena de maestre, la cual estaba formada por varios eslabones de diferentes materiales. En el momento en que Jon abrió la puerta, Colemon le miró y haciendo una reverencia, se acercó a él.

"Lord Jon." saludó Colemon mientras dejaba que el Lord del Valle se acercara a su asiento.

Cuando Jon se sentó en su silla, vio a su maestre a los ojos. Dejando a un lado los documentos que había tenido en la mano, preguntó la razón por la que él estaba allí.

"Mi Lord, me temo que traigo algunas malas noticias sobre su hijo." Respondió Colemon con algo de preocupación, pues no sabía cómo afectaría esta noticia a su Lord.

Al oír que la noticia era sobre su hijo, Jon Arryn solo soltó un suspiro. Esta ya era la tercera vez en esta semana que Colemon se había acercado a él para hablar de la salud de su heredero. Su hijo y heredero era el hijo que había tenido con su tercera esposa, la hermana de la esposa de Ned, una mujer llamada Lysa Tully. Él se había casado con ella durante la rebelión debido a que tenía la imperante necesidad de tener un heredero. La vida matrimonial no había sido sencilla, pero había tratado de cumplir con sus obligaciones cada vez que era necesario. Afortunadamente, había logrado colocar un heredero en el vientre de su esposa, pero debido a su edad, su semilla no era tan fuerte como él esperaba. Eso se manifestó en la débil salud que tenía su heredero.

"¿Qué ha sucedido con Robert?"

"Me temo que sus temblores están aumentando, mi Lord."

"Ya veo…" dijo Jon mientras soltaba un suspiro ante eso, pues él ya sospechaba que eso estaba pasando.

"Su hijo y heredero se llamaba Robert Arryn, nombrado así en honor a su rey, pero el niño no era como Robert Baratheon, sino que era todo lo contrario. Robert Arryn había nacido como un niño enfermizo y ahora padecía la enfermedad de los temblores, lo que le causaba contracciones involuntarias, temblores y ataques violentos. En un inicio no eran muy recurrentes, pero ahora parecía que eso estaba cambiando, pues antes estos ataques eran una vez cada mes. Sin embargo, ahora, parecía que la enfermedad estaba avanzando mucho más.

"¿Hay alguna posibilidad de que mi hijo se cure de esa enfermedad?" preguntó Jon, esperanzado de que esta enfermedad no sea permanente y que su hijo pudiese mejorar.

Al oír la pregunta, Colemon se quedó en silencio un segundo, tras lo cual respondió."

"No puedo decirle con certeza, mi Lord. La enfermedad de los temblores no es como cualquier otra enfermedad, pero hay casos en que los que la padecen dejan de sufrir los ataques cada cierto tiempo."

Al oír aquello, una sonrisa apareció en el rostro de Jon, pues sintió que su heredero tenía una oportunidad de dejar esa enfermedad atrás.

"Bien, entonces, necesito que se asegure de encontrar la forma de que mi hijo supere esos problemas."

"Sí mi Lord. Comenzaré la investigación de inmediato." dijo Colemon mientras daba una reverencia, pero antes de irse, volvió a hablar, pues recordó la verdadera razón por la que había ido a ver a su Lord. "Mi lord… ¿Puedo iniciar el tratamiento del joven Robert para al menos mitigar los efectos?"

El ceño de Jon se frunció al momento en que oyó aquello, no porque estuviera molesto, sino que estaba preocupado de que su hijo pudiese no resistir el tratamiento, por lo que antes de aceptar, quería saber a qué se sometería su hijo, por lo que preguntó.

"El tratamiento que se le dará a su hijo será el tratamiento normal para la enfermedad. Se le drenará la mala sangre con sanguijuelas cada cierto tiempo y se le dará vino del sueño para ayudarlo a mantener los temblores a raya."

Al oír aquello, Jon se sintió un poco más aliviado, en especial cuando se mencionó el vino del sueño y no leche de la amapola. Esto era porque el vino de sueño era más suave que la leche de amapola, pese a que ambos tenían como base la flor de la amapola. Ambas sustancias eran usadas como analgésicos, pero uno era más fuerte que el otro.

"Está bien, Maestre. Comience el tratamiento de mi hijo de inmediato y si mi esposa se queja, dile que es una orden mía." dijo Jon, usando una voz dura y contundente, con la cual esperaba no dejar dudas de su voluntad.

Cuando el maestre escuchó aquello asintió y se fue, dejando a Jon solo en la habitación. Soltando un nuevo suspiro, el anciano comenzó a mirar los documentos que tenía. Muchos de estos eran pedidos de algunos lores de las Crownlands, los cuales pedían algunas rebajas de impuestos, o extensiones de préstamos, todo dentro de lo normal. Fue sin embargo, lo que estaba detrás de esos documentos lo que dejó a Jon pensativo y algo malhumorado.

"Una nueva carta pidiendo el pago de los préstamos… Hahhhhh… tendré que hablar con Robert de esto, ya que no puede seguir despilfarrando tanto oro… espero que esta vez me escuche." Tras esas palabras, el Lord del Eyrie siguió observando el resto de los documentos, tratando de idear un plan para que su antiguo pupilo le haga caso.


Mar de Verano 297 A.C

Mientras el sol brillaba en el cielo, el barco conocido como "Silencio" navegaba con velocidad por el mar de Verano. Este barco era la nave que capitaneaba Euron Greyjoy, el cual estaba en la cubierta de su barco. El barco era un navío de guerra de un único mástil del cual colgaban velas negras. El barco estaba pintado de color rojo, y decorado con un mascarón de proa que representa a una doncella de hierro con piernas largas, cintura delgada, pechos altos y ojos de madre perla, pero sin boca.

Mientras el viento mecía los cabellos de Euron, este miraba al frente. Las cartas náuticas que poseía le habían indicado que estaba por llegar al mar humeante. Una sonrisa estaba plasmada en el rostro de ojo de cuervo, pues su bodega estaba llena de algunos tesoros que había tomado de algunos barcos mercantes con los que se había topado."

Desde el exilio que le impuso su hermano, él había navegado por varios mares y había llegado a amasar una pequeña fortuna, pero nada de eso se comparaba con lo que deseaba hacer… ser el primer hombre en entrar en Valyria y salir de allí con grandes tesoros. Y qué razón tenía para ir el hermano menor de Balon, aparte del botín, el hijo del Hierro había estado siendo acosado por sueños, los cuales llevaban consigo una voz que le indicaba que debía de ir a la tierra del feudo franco, que allí estaba su destino.

'La vieja Valyria… hogar de riquezas y poder sin fin… mi gran premio, el premio que me espera, mi destino…' pensó Euron con diversión mientras dejaba de mirar al horizonte y miraba a su barco. El nombre de su barco estaba bien ganado, pues en este solo había silencio, ya que sus tripulantes eran todos mudos… ya sea de manera natural o… con la ayuda de un buen cuchillo. La tripulación era variopinta, pues provenían de diversos lugares del mundo conocido.

Mientras miraba a su tripulación, Euron escuchó cómo su vigía en el nido del cuervo hacía sonar una campana, llamando la atención del capitán. Mirando hacia el nido del cuervo, Euron vio cómo su vigía apuntaba hacia el frente. Siguiendo su mano, vio la silueta de un barco. Al poner su ojo en él, el hijo del hierro sonrió, y pidiendo un catalejo, miró por él.

El catalejo le permitió ver que se trataba de un solo barco no muy grande de un solo mástil, el cual no tenía remos. Aquello le hizo sonreír aún más, pues ese tipo de barcos no eran muy rápidos si él lograba ponerlos en contra corriente del viento. Guardando su catalejo, Euron miró a su tripulación.

"¡Tenemos un pequeño aperitivo antes de ir a nuestro destino! ¡Enseñémosle cómo pagar el precio del hierro!" Tras el grito de Euron, este caminó hacia el timón y girándolo, colocó al "Silencio" en posición para comenzar su persecución de ese barco. Si bien quería ir a Valyria, podía comer un pequeño aperitivo en el camino.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y al fin está el capítulo 30…

Para iniciar, feliz Navidad para todos, espero que lo hayan pasado muy bien con su familia.

Ahora, lamentablemente, este año se me ha juntado todo al final, trabajos de la universidad, el trabajo, y problemas familiares serios. Todo esto ha hecho que no pueda hacer el típico maratón que he solido hacer desde que inicié estos fanfics. Lamentablemente, tengo que decir que no sé si subiré algo para Año Nuevo, pero trataré de hacerlo. Ahora, sobre otra cosa, hasta que las cosas con mi vida personal se solucionen un poco o se hagan tolerables no podré publicar nada, y eso serán uno o dos meses, pero no dejaré de escribir. Si todo sale bien, volveré con un maratón. Hasta entonces, me despido. Buena suerte a todos.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.