Maratón (1/3)

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Capítulo 32

King's Landing 297 AC

La luz iluminaba suavemente uno de los pasillos de Red Keep. El pasadizo estaba adornado con floreros, pinturas, tapices y alguna que otra estatua. Este era uno de los pasadizos más transitados del castillo, por lo que nadie sospecharía de quienes lo recorrían, sin importar la velocidad de sus pasos.

Entre la escasa cantidad de sirvientes que deambulaban, los cuales se detenían cada vez que lo veían para rendirle la reverencia obligatoria, caminaba él, la Mano del Rey.

Jon Arryn avanzaba con pasos algo acelerados, su destino era el solar personal del rey. El anciano se movía con prisa debido a que portaba noticias más que espeluznantes para el reino. Así que, dada la gravedad del asunto, debía hablar rápidamente con su majestad.

El Lord del Valle estuvo caminando un buen rato, saliendo de aquel pasadizo para entrar en otro, y así llegar a una escalera, la cual ascendió hasta que finalmente llegó al ala donde se ubicaba el solar personal del rey. Al recorrer unos tramos, vio que el encargado de vigilar la puerta del rey era ni más ni menos que Ser Jaime Lannister, quien estaba parado fuera de la puerta, con un rostro pétreo y de mal humor. Al ver al hermano de la reina, Jon Arryn soltó un suspiro mientras mentalmente maldecía a su antiguo pupilo, pues sabía qué estaba sucediendo tras esas puertas.

'Sé que Robert está harto de ver tantos Lannister en la corte, pero hacer esto cada vez que tiene a Ser Jaime como escolta no solo es vergonzoso, sino que también es un insulto a la casa Lannister. Y ellos son una casa que él no puede permitirse tener como enemigos, no ahora.' Pensó Jon mientras se acercaba a la habitación.

"Ser Jaime." Llamó Jon Arryn, provocando que el guardia real lo mirase. "¿Está el rey indispuesto?"

"No, Lord Hand." Respondió Jaime, apretando un poco los dientes.

"Ya veo… Voy a entrar."

Tras aquellas palabras, Jon suspiró y, moviendo sus manos, tomó la manija de las puertas. Luego, dio un fuerte tirón, abriendo de manera ruidosa y estrepitosa la puerta, lo que provocó que quienes estaban dentro se sobresaltaran.

"¡Maldita sea, Matareyes! ¿Cómo te atreves a entrar así cuando te he ordenado-?!" gritó Robert con voz potente, haciendo retumbar la habitación, pero solo para quedarse en silencio cuando Jon Arryn habló.

"No ha sido Ser Jaime, Robert."

La voz de Jon Arryn era calmada, pero sus ojos mostraban completa decepción ante lo que veía. Ante los ojos del anciano se cernía una visión que no era para nada agradable de ver. En la cama de este solar personal de Robert estaba el mencionado, pero no estaba solo, pues debajo de él, soportando su gran peso, estaba una joven de cabellos de tono rojizo claro con pecas en su rostro y en su pecho.

En el momento en que ambos vieron al anciano, se sobresaltaron, siendo el más rápido el rey, quien de un solo salto se apartó de la mujer, quedando completamente desnudo frente a la Mano.

"Haaa… te espero fuera, Robert." Dijo Jon mientras se llevaba una mano a la frente y salía del solar, dejando al rey allí dentro.

Cuando estuvo fuera, Jon se quedó al lado de Jaime, quien no miró al anciano, pero sus ojos se abrieron con algo de diversión al ver cómo unos pocos momentos después la chica que había estado dentro de la habitación salía corriendo hacia los dioses saben dónde.

"¡Jon, pasa!" gritó Robert desde el interior de la habitación con voz fuerte.

"Parece que el rey ya está listo." Susurró Jon para comenzar a caminar.

Cuando volvió a entrar en la habitación, pudo verla correctamente sin el penoso espectáculo de haber encontrado a su expupilo copulando con una puta de algún burdel. Fue gracias a ello que vio el lugar. La sala estaba ricamente decorada con tapices de Myr, adornos de plata y algunas estatuas de mármol blanco, las cuales estaban en pequeños pedestales. A un lado de la habitación cerca a la ventana del lugar se encontraba una mesa circular, en la cual había una jarra de vidrio, la cual estaba repleta de vino, el cual solo podría ser Albor Gold.

"¡Jon!" gritó Robert, llamando así la atención del anciano.

El rey de todo Westeros estaba vestido con una bata de color negro con detalles de vides en dorado. Robert estaba sentado en una de las sillas de la mesa circular y su rostro mostraba que estaba molesto por haber sido interrumpido.

"Robert." Dijo Jon con voz calmada mientras caminaba hacia su expupilo.

"¿Por qué has venido a interrumpirme, Jon?" preguntó Robert de mala manera, pues había estado disfrutando de un momento agradable con una linda chica del burdel de Chataya.

"Haa… la verdad no me gusta venir a interrumpir tus… deberes reales, pero hay noticias preocupantes." Respondió Jon mientras se sentaba en una silla.

Al oír las palabras noticias preocupantes, Robert chasqueó la lengua con molestia, pues su mente se estaba imaginando algunas razones y todas ellas eran aburridas.

"Bien, dime qué rayos es y espero que no sean contar cobres."

"Es sobre los préstamos que estás haciendo al banco de Hierro, Robert. No podemos pagarlos, no tenemos la capacidad de pago para ello." Dijo Jon con preocupación, pues las finanzas del reino no estaban en su mejor momento actualmente.

"Bah, no pienses en los pagos. Si no podemos pagarles al banco de Hierro, le pediremos oro a Tywin Lannister para pagarles. El viejo León caga oro, no creo que se enoje por prestarnos un poco más." Dijo Robert mientras tomaba la jarra de vino y se servía un poco.

"Robert, no puedes seguir pidiendo prestado, la corona quedará arruinada."

"Bah, no lo creo, Jon. Aerys dejó bastante oro, si él pudo hacer eso, nosotros también." Dijo Robert, llevándose su copa de vino a los labios para beber un sorbo grande del líquido. "Ahora, mejor háblame de otros temas más interesantes como… ¿Qué rayos está haciendo el hijo bastardo de Ned?"

La mano del Lord del Eyrie se fue rápidamente a su frente, dándose un sonoro y rápido golpe, llamando así la atención de Robert. Tras el golpe, el viejo Lord soltó otro suspiro, pues se dio cuenta de que su pupilo evitaría por cualquier motivo hablar de las finanzas del reino, por lo que sabiendo esto, decidió ser él quien tomaría la carga de tratar de arreglar este problema, pero en el fondo sabía que no podría hacerlo.

"Haahhh.., eres incorregible, Robert…" dijo en voz muy baja Jon, por lo que afortunadamente no fue escuchado por Robert. Tras esas palabras, él miró a Robert y comenzó a hablarle del hijo bastardo de Ned. "No hemos tenido nuevas noticias del muchacho, salvo que estuvo en el torneo de Dorne."

Cuando los oídos reales de Robert oyeron la palabra torneo, la mente del Demonio del Tridente se dirigió hacia el día en que la noticia del torneo fue traída a sus oídos por parte de la Araña. Se había reído por lo que había sucedido, pues encontró gracioso que Jon Snow participara en ese torneo como caballero misterioso.

"¿No hay más noticias del chico desde entonces?"

"No, no las hay." respondió Jon negando con la cabeza mientras se levantaba.

"¿Ya te vas?" preguntó Robert, observando cómo su mano se levantaba.

"Sí, tengo que hacer algunas cosas." respondió Jon mientras miraba la puerta de salida de la habitación. "Sería bueno que te cambies y te prepares, hoy hay bastantes peticionarios para la tarde."

El rostro del rey se agrió al oír aquello, para luego poner una mueca mientras miraba a otro lado.

"No puedes saltarte esto, Robert." dijo Jon al ver el rostro de su pupilo.

Al oír las nuevas palabras de Jon, Robert se enojó y se levantó de manera abrupta, para luego dar pasos fuertes mientras se dirigía hacia la salida de la habitación.

Al ver a su ex pupilo hacer un berrinche, Jon solo soltó un suspiro mientras iba tras él. 'Haaaah…, otro día normal en King's Landing.'


White Harbour 297 AC

El frío viento norteño arreciaba con fuerza, llevando el olor del mar a la única ciudad que poseía el Norte de Westeros. La hermosa ciudad era limpia y bien ordenada, algo que contrastaba mucho contra la capital de Westeros, la cual era conocida por poseer marañas de calles y no ser muy limpia, pues tenía una peste que se olía por todo King's Landing. Este enclave era gobernado por la familia Manderly, cuyo asiento era el palacio que estaba en una colina dentro de la ciudad. Este lugar recibía el nombre de New Castle, pues era el segundo castillo donde residían los Manderly desde su exilio del Reach, siendo el primero el Wolf's Den, el cual ahora, desde la construcción del New Castle, funcionaba como prisión.

La ciudad de White Harbour era grande, pero no tanto como las otras ciudades importantes de Westeros. Las casas de los habitantes de la ciudad estaban hechas de piedra encalada con techos grises empinados. Estaba protegida por gruesos muros, los cuales tenían algunas puertas, siendo una de ellas la puerta de las Focas, la cual daba hacia el puerto de la ciudad.

El puerto de la ciudad era grande, permitiendo que varios barcos atracaran allí fácilmente. De todos los barcos presentes había uno que resaltaba entre todos ellos, este barco llevaba velas púrpuras, un color que solo se atribuía a una ciudad en todo el mundo conocido, a Braavos.

El enorme barco braavosi había llegado allí como siempre para hacer negocios con los norteños, pero en este viaje había llevado consigo a una persona más. Esta persona era Tycho Nestoris, el cual estaba aquí para cumplir con una petición directa de los altos cargos del Banco de Hierro. La misión del banquero era simple, llegar a Winterfell para hablar con Lord Stark sobre algunos asuntos que eran confidenciales, pues de esta manera lo había solicitado su cliente, uno de los que más dinero estaban enviando al banco en el último año.

'Ummm…. Esta ciudad sigue igual de limpia que siempre… esto es algo que los habitantes de King's Landing podrían aprender.' Pensó Tycho mientras miraba la ciudad con una pequeña sonrisa.

"No esperaba que llegaras de encubierto, banquero." Dijo una voz algo altiva a espaldas del banquero.

Al oír aquella voz, Tycho giró hacia ese lugar y vio a un hombre con cabello canoso, barba negra con partes grises, ojos de color gris. Este sujeto vestía una armadura de plata con las grebas y los guanteletes niquelados, con volutas que representaban las matas ondulantes de algunas algas. En su mano derecha, había un yelmo con forma de la cabeza del Rey Tritón, con una corona de madreperla y una barbita de azabache y jade.

El nombre de este hombre era Marlon Manderly, y era un caballero, a la par que era el comandante de la guarnición de la ciudad.

"Ahhh… Ser Marlon… ha pasado un tiempo." Dijo Tycho usando muy bien la lengua común, casi sin demostrar que era extranjero.

"Sí, banquero. No esperábamos que un enviado del banco de hierro venga a nuestra ciudad de esta manera sin anunciarse."

"Lo sé, no solemos movernos mucho de esta forma salvo por algunos asuntos en específicos." Comentó Tycho con una sonrisa, para luego mirar hacia el New Castle. "Aunque, parece que los dioses son amables conmigo. Inicialmente había pensado en enviar una carta a su primo, Lord Wyman Manderly para tener una charla con él, pero su llegada parece que me agilizará las cosas. ¿Puede usted llevarme con él para hablar de ciertos temas?"

La petición que salió de los labios del banquero provocó que el caballero frunciera un poco el ceño, pero tras pensar unos segundos asintió, pues se dio cuenta de que era mejor estar en el lado bueno de uno de los banqueros del Banco de Hierro, pues nunca se sabe cuándo necesitará un préstamo.

"Claro, sígueme. Mis guardias y yo te escoltaremos para que hables con mi primo de inmediato." Dijo Ser Marlon mientras giraba y comenzaba a caminar hacia el castillo de los Manderly.

Al ver a su no tan imprevisto guardaespaldas y guía, Tycho sonrió de manera sencilla, pues le parecía algo gracioso este desarrollo. Aun así, él caminó detrás del caballero, esperando poder hablar con el lord de White Harbour hoy.


El gran salón del New Castle, llamado por muchos como Merman Court, era un recinto de gran tamaño, cuyos pisos, paredes y techo estaban hechos de tablones de madera con muescas astutamente juntas, los cuales tenían como decoraciones pinturas de todas las criaturas marinas. En concreto, en el piso estaban pintados cangrejos, almejas y estrellas de mar. Mientras que en las paredes había tiburones pálidos merodeando profundidades pintadas de azul verdoso, mientras que anguilas y pulpos se deslizaban entre rocas y barcos hundidos. También había bancos de arenques y grandes bacalaos que nadaban entre las ventanas altas y arqueadas del salón. Más arriba, cerca de donde colgaban viejas redes de pesca desde las vigas, se representaba la superficie del mar. A la derecha, una galera de guerra descansa serenamente contra el sol naciente; a la izquierda, un viejo engranaje maltratado corre antes de una tormenta, sus velas en harapos. Desde el extremo que es la entrada, siguiendo en línea recta se podía ver un trono acolchado, el cual era el asiento en que se sentaba la cabeza de la casa Manderly para dirigir las sesiones de peticionarios y los banquetes.

La sala actualmente no estaba muy llena, pues no eran las horas para recibir a los peticionarios, por lo que allí dentro solo estaban el hijo y heredero de Lord Manderly, un hombre llamado Wylis Manderly. El heredero de la casa Manderly era, al igual que su padre y su hermano menor, un hombre ancho y muy gordo. Él estaba calvo y tenía un inmenso y tupido bigote de morsa.

"Ser Wylis." Dijo Ser Marlon al llegar a la sala, mirando a su sobrino.

"Tío." Dijo como saludo Wylis mientras miraba a su tío entrar a la sala seguido de un hombre. "Veo que has traído a una persona contigo. ¿Quién es?"

"Es un viejo conocido que he tenido el placer de conocer en algunos momentos cuando hacia escala aquí en la ciudad, es un trabajador del banco de hierro."

La respuesta que salió de la boca del comandante de la guarnición de la ciudad provocó que el caballero soltase el pedazo de pastel de anguila que había estado comiendo. La reacción del heredero de la casa Manderly estaba más que justificada, pues no era nada común que los banqueros viajen por allí fuera del banco y cuando lo hacían solo era por una cosa… negociar el pago de las deudas que no han sido pagadas en mucho tiempo. El conocimiento de esto provocó que el caballero comenzase a pensar en la razón por la que aquel banquero estaba allí, pero no pudo hallar una razón plausible de ello. Esto se debía a que su casa no solía tomar préstamos del banco de Hierro, ya que por el momento no había sido necesario.

"Recupera el aliento, chico." Dijo Marlon al ver cómo su sobrino estaba alterado. "No ha venido a cobrar nada, solo quiere hablar de algo con tu padre."

Al oír la explicación de por qué el banquero estaba en White Harbour, el alma volvió al cuerpo del gordo caballero, el cual soltó un suspiro. Tras eso, miró a su tío antes de hablarle. "Ya veo… mi padre está en su solar, está revisando las cuentas de esta semana de las aduanas."

"Entiendo. Entonces me llevaré al banquero para allá, no creo que sea bueno dejarlo esperando." Dijo Marlon, ganándose un asentimiento de su sobrino, pues era más que obvio que no querían importunar al banquero. Esto se debía a que algunos de los trabajadores del banco de hierro eran personas extravagantes, por lo que nunca se sabe cómo actúan. Algunos suelen ser personas orgullosas que toman cualquier molestia como un insulto, lo que conllevaba a que hubiese problemas con el banco cuando aquellos que han sido "ofendidos" regresan y hablan con sus superiores.

Tras aquellas palabras, el caballero se fue de la sala, dejando a Wylis solo, el cual miró su comida nuevamente, pero ya no tenía el apetito para comerla.


El solar de Lord Wyman Manderly estaba en la parte más oriental del castillo, teniendo a su vez una única vía de ingreso, lo que le permitía al Lord la privacidad necesaria para evitar ser espiado en conversaciones personales con personas que podrían ayudar a los intereses de la casa Manderly.

"Hahhh…." Fue el largo suspiro que soltó Lord Manderly al dejar a un lado la hoja con el último trozo de información de las aduanas de la semana que había pasado. "Ha habido un ligero aumento en el comercio con Braavos, pero no ha sido mucho. A este paso, me temo que no podremos juntar suficiente dinero como reserva en caso de que se deban de importar alimentos desde Essos durante el invierno…"

Tras soltar esas palabras, el viejo lord se dejó caer en su acolchada silla, descansando su obeso cuerpo mientras movía su mano derecha hacia un extremo de su escritorio donde había una bandeja con varios bocadillos dulces. Cuando tomó uno de estos bocadillos, lentamente llevó su mano a su boca, esperando poder probar un buen dulce, pero antes de que pudiese probar ese bocado, tocaron a la puerta de su solar.

Una mueca apareció en el rostro de Wyman al momento en que oyó que tocaban a su puerta, pero esta rápidamente desapareció. El origen de esta mueca fue la molestia de ser interrumpido al momento de tomar un bocadillo, pero él sabía que eso no era razón para enojarse con un sirviente. Así que, dejando su bocadillo al lado, habló. "¡¿Quién es?!"

"¡Soy yo, mi Lord!" gritó la voz de su primo desde el otro lado de la puerta.

Al darse cuenta de que era su primo quien había venido, el Lord de White Harbour soltó un suspiro, para luego dar su permiso para que su primo entrase. No tuvo que esperar mucho para que la puerta se abriera, pues su primo las abrió de manera rápida.

Un segundo después de que la puerta se abriera, Wyman Manderly vio dos personas ingresar, la primera era su primo, y la otra era alguien a quien tambien conocia.

"Hola, primo." Saludó con jovialidad Wyman mientras ponía una sonrisa en su rostro.

"Mi Lord." Saludó Marlon con una pequeña reverencia.

"Parece que alguien te ha sacado de tus deberes diarios… Espero no sonar descortés, pero… ¿Puedo saber que negocios traen a un banquero del Banco de Hierro a mi ciudad, Lord Tycho?"

Al oír la pregunta del Lord de la ciudad, el banquero dio un paso al frente y dando una reverencia, respondió. "Buenas, Lord Wyman. La razón por la que visito su pintoresca ciudad es un tema algo sensible del banco de Hierro."

La respuesta de Tycho fue tal que Wyman abrió los ojos como platos mientras su mente trataba de pensar en qué ocurría. El viejo Lord sentía que su corazón se aceleraba un poco, pero no dejó que eso lo controlara. Tomando una rápida respiración, el anciano Lord se controló y miró a su primo.

"Marlon, déjanos por favor."

Al oír las palabras de su primo y Lord, Marlon asintió y salió de la sala, pero no se alejó de la puerta, pues temía dejar solo y desprotegido a su primo. Así que, para estar cerca en caso de ser necesario, se mantuvo a unos pocos pies, siempre manteniendo sus sentidos enfocados en la puerta, pues de suceder algo, él debería de entrar rápidamente.

Cuando el líder de la casa Manderly se quedó solo con el banquero, movió su mano y sirvió una copa de vino para este.

"Así que ahora que estamos solos… ¿Qué trae a un banquero a mi ciudad?" preguntó Wyman mientras se servía una copa de vino para sí mismo. "No es normal que ustedes aparezcan de manera tan imprevista en ciudades, sobre todo si estas no tienen préstamos pendientes de pago con el banco de hierro."

La pregunta del Lord provocó que el banquero sonriera, para luego tomar el vino y beber un trago. El banquero estaba completamente seguro de beberlo, pues no había nadie tan estúpido como para envenenar a un enviado del Banco de Hierro, al menos que sea tan estúpido de pensar que no iban a haber consecuencias por ese acto.

"Ummm… me temo que no puedo darle una respuesta directa." Respondió Tycho mientras dejaba la copa de vino en la mesa. Tras ello, miró al lord y no se sorprendió de que este tuviese el ceño fruncido ligeramente, ya que estaba seguro de que no había esperado esta respuesta.

"¿Por qué no podría darme una respuesta directa? ¿Acaso no ha venido a mi ciudad para hablar de algo conmigo?" fue la pregunta que Wyman hizo, la cual, pese a las palabras, no se dijo en tono agresivo, sino completamente calmado y cortés.

"Bueno, es cierto que quería hablar con usted sobre algo, pero no es lo que supongo que usted piensa, Lord Manderly." Respondió Tycho con voz tranquila y calmada.

"¿En serio? Entonces… ¿Qué es?" Preguntó. "si es que usted puede decirme algo sobre ello."

"Umm… podría decirle algo… no lo que he venido a hacer en concreto, pero sí una referencia para que entienda." Respondió el banquero con una sonrisa.

Al oír la respuesta del banquero, el Lord de White Harbour sonrió, pues por ahora no importaba la cantidad de información, sino la calidad de esta y la capacidad de su mente para interpretarla, y unir todos los puntos para saber por qué un banquero del banco más infame del mundo estaba allí.

"Verá, estoy aquí, en su ciudad, como punto de paso para mi verdadero destino en el Norte."

Los ojos del viejo Lord se abrieron por un segundo, pues se sorprendió de oír aquello. Afortunadamente, logró retomar su postura, evitando que vean su sorpresa. Sin embargo, su mente aún estaba tratando de adivinar por qué el banquero había dicho lo que había dicho.

'¿De paso? ¿Por qué diría algo así? … a menos que… ¿Está planeando ir a otro castillo del Norte? … Pero… ¿A cuál? El norte no es conocido precisamente por su riqueza ni sus asentamientos, los únicos realmente relevantes son los que ocupan las casas de mayor poder en el Norte…' fueron los pensamientos que inundaban la mente de Wyman mientras este trataba de descifrar lo que dijo el banquero. Estuvo haciendo esto por unos pocos segundos, hasta que finalmente se dio cuenta de algo. 'Espera… si están de paso y si hay pocos asentamientos que puedan permitirse llamar la atención de los banqueros de Braavos, solo se reducen en pocos lugares y de todos esos lugares, el que más llamaría la atención es aquel que está en el corazón del Norte.'

Tras esos pensamientos, Wyman miró a Tycho antes de hablar.

"¿Qué negocio tiene con mi Lord supremo?" fue la pregunta clara y concisa que soltó Wyman, quien esperaba haber atinado al insinuar que el destino final del banquero era Winterfell.

"Vaya…. Supongo que era de esperarse que alguien como usted pueda deducir a dónde me dirijo." Comentó con una sonrisa Tycho mientras miraba al Lord de White Harbour. "Aunque, me temo que mis negocios con él están siendo tratados bajo el mayor secretismo posible."

La respuesta dada por el banquero confundió al Lord, pues este no podía entender qué era tan importante para que un banquero del infame Banco de Braavos estuviese bajo la orden de tratar todo con tanto secreto. Aun así, ahora que sabía esto, se dio cuenta de la razón por la que el banquero había venido a verlo.

"Ahora entiendo la razón de su visita a mi castillo." Señaló Wyman mientras cruzaba sus gordas manos frente a su mentón. "Desea que le brinde una escolta o al menos seguridad durante su viaje hasta Winterfell, ¿No es así?"

"¿Tan obvio es mi actuar?"

"Inicialmente, no… pero tras lo que me ha dicho, la única razón por la que usted estaría aquí es esa."

"Ya veo… entonces, ¿Puedo esperar al menos una escolta para mi viaje? Claro, que esto no será gratis, a estos soldados se les pagará, pero a usted también."

"Una oferta tentadora, pero hay algo que quiero saber antes de decirle mi respuesta."

"Eso depende… ¿Qué es?"

"No quiero importunar demasiado, pero deseo saber qué es lo que se estará transportando para saber qué tanta seguridad se necesitará."

Después de aquellas palabras, Wyman vio cómo Tycho fruncía el ceño ligeramente y se llevaba una mano a su mentón.

'Seguro está pensando en si es bueno decirme algo… la verdad es que estoy jugándomela con este movimiento. Si él desea, puede contratar mercenarios para esto, pero si él confiara en ellos, no habría venido aquí a buscarme. Esto solo indica que él está llevando algo de valor muy grande.'

"Ummm… normalmente esto estaría prohibido, pero se me ha dicho que vuestra casa es de las más leales a la Casa Stark, así que confiaré algo más de información con usted. La razón por la que necesito escolta es por esto." dijo Tycho mientras metía la mano a uno de sus bolsos ocultos en sus vestimentas, sacando de allí un objeto. "Supongo que alguien como usted sabe qué es esto, ¿verdad?"

La acción y la pregunta del banquero hicieron que Wyman abriera los ojos en completo shock, pues lo que ahora el banquero tenía en su mano era un pergamino, no muy grande, envuelto de manera pulcra mientras una cinta de seda púrpura estaba en su centro, enrollado de tal manera que mantenía el papel enrollado. La forma en cómo esa cinta envolvía al papel solo podría compararse con el abrazo de dos amantes, pues se notaba que la cinta no apretaba al pergamino, solo lo mantenía en su lugar.

'Una letra de Cambio… ¿Por qué el Banco de Hierro está entregando una letra de cambio en Winterfell? …. No solo eso, la única razón por la que un banquero y no un mensajero lleva esa letra de cambio solo es una razón, la cantidad de dinero que representa ese trozo de papel no es poca...' Pensó con algo de pánico el Lord de White Harbour, el cual se sentía un poco preocupado por saber qué llevaba el banquero, pues ahora que sabía, sentía que tenía una responsabilidad más que grande para hacer que ese documento llegase a salvo a las manos de Lord Stark. 'Se supone que viajaría a Winterfell en una semana para responder por el llamado de Lord Stark, pero con este desarrollo, no puedo solo enviar al banquero con una escolta muy numerosa. Si hay bandidos, estos sospecharán de él, se nota que no es de Westeros y eso llamará su atención… no, no hay otra opción… tendré que adelantar mi viaje…. Espero que Ned me disculpe por esto.'

Tras aquellos pensamientos, el viejo Lord se puso de pie y miró al banquero.

"Lord Tycho, le ofrezco la hospitalidad de White Harbour mientras se prepara el viaje para Winterfell." Dijo Wyman, llamando la atención del banquero. "Originalmente tenía que viajar a Winterfell dentro de una semana, pero ahora, adelantaré mi viaje, partiremos juntos a Winterfell dentro de dos días."


Qarth 297 AC

Los rayos del sol iluminaban por completo el gran puerto de la ciudad, el cual tenía forma de herradura. El puerto era tan grande que algunos consideraban a este lugar una ciudad dentro de la ciudad de Qarth. Las casas alrededor de este puerto eran de gente pobre, construidas con ladrillos y sin ventanas a la calle.

En uno de los tantos muelles del puerto, se podía ver cómo el «StarWolf» se acercaba lentamente, estacionando en el área donde solían atracar los barcos de menor tamaño. Cuando el barco llegó al punto perfecto para la bajada del ancla, Grenn, quien era el encargado de esto, corrió por la cubierta con un gran mazo. Cuando el joven llegó al mecanismo que mantenía el ancla colgada, rápidamente dio un fuerte golpe al seguro del mecanismo, provocando que el ancla cayese de manera imprevista.

Con el ancla sumergiéndose en el fondo del mar, el barco se detuvo unos pocos segundos después, quedando perfectamente atracado en el muelle.

"Ufff… esto es la parte más estresante de cada atraco en los puertos." Señaló Grenn con algo de molestia, pues estaba sudando por el esfuerzo de correr a toda velocidad con un mazo de varios kilos.

"Sí, pero debemos hacerlo bien… ¿O quieres dañar algo en el puerto y tener que pagar por las reparaciones?" comentó Pyp con una sonrisa sardónica en el rostro mientras colocaba sus brazos tras su cabeza.

Al oír aquello, Grenn negó con la cabeza, pues no quería dar parte de sus ganancias de los viajes para que reparen un muelle.

"Solo cobrarán dinero si tenemos suerte, pero conociéndonos, capaces nos obligan a pagar y también a trabajar en las reparaciones." Dijo Edd con pesar, ganándose una mirada por parte de sus amigos.

"Edd… por favor, hay que hacer algo con tu pesimismo, amigo." Dijo Grenn con los ojos en blanco ante las palabras de su amigo.

"Sí, Edd. No digas cosas así, atraerás la mala suerte." Dijo Pyp mientras miraba cómo Jon salía junto a Sam del interior del barco.

Los otros dos miembros de la tripulación del barco miraron hacia donde miraba el ex mimo y vieron a sus dos amigos llegar.

"¿Está dentro de su habitación?" preguntó Grenn con algo de preocupación.

"Sí." Respondió rápidamente Jon, el cual giró la cabeza y miró al interior del barco. "Ella sabe que es mejor que no salga del barco, al menos hasta que salgamos de esta ciudad."

"¿Cómo se lo ha tomado?" preguntó Edd, sintiendo preocupación de que Daenerys sienta que ahora mismo es una prisionera en el barco.

"Bien, pero creo que no está para nada feliz de estar encerrada mientras estamos por aquí… aunque, supongo que entiende por qué no puede salir por el momento."

Las palabras de Samwell iban acompañadas con un tono de tristeza muy palpable, pues él entendía lo que era quedarse encerrado sin salir, pues hubo una ocasión en que su padre, el Lord de Hornhill, lo había encerrado, por lo que podía simpatizar con Daenerys bastante.

"¡Bueno, sí está deprimida depende de nosotros animarla!" gritó de júbilo Pyp mientras metía su mano en su bolsillo y sacaba una especie de piezas de madera. "¡Creo que una partida de Cyvasse contra Sam la alegrará un poco!"

Las palabras de Pyp fueron acompañadas de asentimientos de Edd, Grenn y Sam, quienes estaban de acuerdo con esto, pues la mejor y más rápida manera de alegrar a alguien era con risas y juegos.

Al ver cómo sus amigos planeaban alegrar a Daenerys, Jon solo sonrió antes de mirar hacia la ciudad de Qarth. La ciudad parecía muy rica, pues el hijo bastardo de Eddard Stark miraba que había muchas tiendas. Por lo que, se dio cuenta de que sería fácil colarse en la ciudad y pasar desapercibido. Por lo que, queriendo terminar con este asunto, miró a sus amigos y silbando, llamó a Fantasma.

El lobo huargo llegó rápidamente al lado de su maestro, el cual al verlo llegar sonrió. El lobo había crecido y ahora mismo era del tamaño de un potro recién nacido, lo que indicaba que sería fácilmente reconocido como un lobo. Desconociendo cómo reaccionarían los pobladores de Qarth ante esto, él decidió dejarlo en el barco, pues usar magia para devolverlo a forma de cachorro llamaría la atención de los Brujos de Qarth, algo que él quería evitar, pues pese a que no eran rivales para él, esto debido a que la magia que aprendió del Dovahkiin superaba con creces a la magia de este lugar, él no quería problemas extras. Así que, mirando al lobo, se arrodilló y lo tomó del hocico.

"Escúchame, chico. Voy a salir, pero no puedes acompañarme. Necesito que te quedes aquí y cuides de Daenerys, ¿Vale?"

Si alguien que no supiese que Fantasma es un lobo huargo, pensarían que Jon estaba loco, pero se hubiesen sorprendido aún más al ver cómo el lobo asentía y se levantaba, para de esa manera irse caminando hacia el interior del barco.

Mientras Jon miraba cómo su fiel compañero caminaba hacia el cuarto de Daenerys, Jon miró a sus amigos, para asentirles.

Aquel gesto fue todo lo que se necesitó para que ellos entendieran lo que ocurría, por lo que sin perder tiempo, asintieron. Tras ello, Jon se giró caminando, bajó de la nave, para irse a buscar información de las tierras más allá de la puerta de jade.


"¡Venga, venga! ¡Las mejores especias de este lado de la puerta de jade!"

"¡Especias traídas del mismo Yi Ti!"

"¡Los mejores vinos del oeste!"

Los gritos de los cientos de comerciantes del mercado se hacían escuchar por todo lo alto, mientras intentaban captar la atención de sus posibles clientes. En medio de las tiendas, en la calle pavimentada de uno de los mercados de la zona, se encontraba un mar de gente y entre todos ellos estaba Jon.

El joven bastardo estaba caminando tranquilamente, manteniendo sus sentidos alerta, pues estaba en la ciudad de donde provenía ese brujo con el que se enfrentó en Volantis. Eso hacía que debiese tener mucho cuidado, ya que si se exponía demasiado, los seres sensibles a la magia podrían detectarlo. Aun así, el joven miraba maravillado todo el lugar y se sintió algo mal por dejar a sus amigos atrás, pues la ciudad era hermosa y estaba seguro de que ellos deseaban verla.

'De no ser por los brujos, ellos podrían estar aquí, viendo la ciudad… pero debido a que parece que ellos buscan magia, lo mejor es dejar a Daenerys fuera de su alcance.' Pensó Jon mientras caminaba tranquilamente por la ciudad, buscando un mercader de libros.

El joven bastardo estuvo buscando por casi una hora, hasta que al fin halló a un comerciante, el cual tenía en su tenderete varios mapas enrollados, así como algunos tomos de libros que no había visto en su vida. Sintiendo que este lugar podría tener lo que buscaba, Jon se acercó al mercader y al hacerlo, vio cómo este dejaba de leer un libro y le miraba.

"Buenas, joven…. ¿Desea algo de mi mercancía?" preguntó el vendedor, el cual era un hombre de unos cuarenta años, el cual tenía el cabello negro con canas, ojos negros y una espesa barba negra con algunas partes grises.

La forma en cómo habló el mercader provocó que Jon pusiese los ojos en blanco, pues este mercader hablaba con voz cansada y desinteresada, casi como si no quisiese venderle nada a Jon.

"Sí, quisiera saber algo… ¿Tiene mapas de las tierras que hay más allá de la puerta de jade, así como libros de las costumbres de aquellas tierras?" preguntó Jon con una sonrisa, tratando de sonar amable y convincente.

El hombre miró a Jon con los ojos entrecerrados un momento, para luego llevarse una mano al mentón y pensar unos momentos. Tras unos pocos segundos, el hombre soltó un suspiro y le respondió al bastardo de Winterfell. "Sí, tengo mapas y libros de lo que hay más al este, chico..."

Al oír la respuesta desganada del vendedor, Jon soltó un suspiro, pues no esperaba tener esa suerte. Sin embargo, antes de que él hable, el vendedor se le adelantó.

"Pero te costará mucho… ese tipo de material no es muy común hoy en día, no desde que las ciudades de Yi Ti han dejado de vender estos mapas y libros."

La respuesta del vendedor provocó que Jon le pregunte si había pasado algo en las tierras más allá de la puerta de Jade y la respuesta que oyó el bastardo de Winterfell no fueron muy alentadoras.

'Y yo que pensaba que luego de lo que Edzard me dijo de las luchas de poder que había visto en Westeros, ese era el lugar más loco, pero me he equivocado… parece que en Yi Ti llevan las cosas a otro nivel… tres contendientes por el control total de una nación…. Parece que esta parte del viaje puede que sea más tumultuosa que otras…'

"Y este sería el último tomo que tengo de lo que buscas, chico." Dijo el vendedor, colocando frente a Jon el último libro que tenía sobre las culturas de más allá de las puertas de Jade.

Al oír la voz del vendedor, Jon miró el tenderete y vio que había unos cuatro libros, todos muy gruesos y anchos. Sus cubiertas eran de cuero marrón, ya algo gastado, lo que indicaba que no eran libros nuevos, algo que daba veracidad a las palabras del vendedor de que estos libros no estaban siendo publicados de manera muy seguida. Desviando los ojos, Jon vio también algunos mapas y cartas náuticas.

'La proyección mágica del sistema de navegación que posee el «StarWolf» me permite ver todo lo que hay a varios metros alrededor del barco cuando navegamos, pero no es un mapa completo, solo aquellos sitios y rutas que he visitado antes aparecen exploradas, lo que me dificultaría bastante el viaje…. Salvo por una cosa… que los mapas de la sala de navegación se pueden actualizar colocando mapas y cartas náuticas en una especie de hoyo, el cual absorbe el documento y lo inserta en un cubo léxico, el cual contiene toda la información de los mapas.'

El artefacto del que hablaba Jon era un objeto de Nirm conocido como Léxico. Este era un pequeño cubo negro, no más grande que un puño, el cual contenía pictogramas dwemer grabados por toda su superficie. A simple vista, este objeto parecía nada más y nada menos que un simple pedazo de chatarra de color dorado, cuando no tiene información en él. Pero la realidad es que era un objeto de valor incalculable. Esto se debía a que podía almacenar información dentro y, a palabras de un experto, podía almacenar bibliotecas enteras dentro, lo que debería convertirlo en el objeto más codiciado por los eruditos. Y como si de una broma del destino se tratase, Jon no tenía solo uno. Aparte de que lo usaba en el mecanismo de navegación del «StarWolf», en su poder, el hijo bastardo de Eddard Stark poseía más de quince léxicos en blanco, lo que le permitiría almacenar información casi de manera ilimitada.

"¿Cuánto le debo?" preguntó Jon mientras tocaba las cartas náuticas.

"Ummm… serían unos quince mil honores, chico." Respondió el mercader.

Al oír la cantidad, Jon supo que no podría pagarlo con esa moneda, pues no tenía ninguna de esas monedas. Por lo que, suspirando, le preguntó al mercader a cuánto equivaldría eso en monedas Westerosi. Tras aquellas palabras, Jon vio cómo el mercader le dio una respuesta rápida, diciéndole que le costarían veinte mil dragones de oro.

La cantidad de dinero pedida por el mercader provocó que Jon suspirara, pues no esperaba ese precio. Sin embargo, no deseando quedarse tanto tiempo allí, decidió pagarlo. Por lo que, sin pensarlo dos veces, pagó al mercader.

Tras aquel pago, Jon se llevó todo el material que había comprado y se dirigió hacia un callejón. Cuando estuvo fuera de la vista de los transeúntes, guardó en su bolsa mágica todos los libros, mapas y cartas náuticas.

"Bien… Con esto ya puedo volver al-"

Las palabras de Jon se interrumpieron cuando sus fosas nasales olieron el olor de un mago, pero era muy diferente del olor que emanaba ese brujo en Volantis. Sintiendo algo de curiosidad, al igual que preocupación, pues el dueño de ese olor podía ser un peligro, Jon se preparó para salir de allí. Sin embargo, al momento de girar, vio a una persona frente a él.

La persona frente a Jon era una mujer cuyo rostro era imposible de ver gracias a la máscara de madera lacada en color rojo oscuro. Sin embargo, Jon aún podía ver sus ojos, los cuales eran húmedos y brillantes. La ropa de esta persona era una larga túnica con capucha, por lo que no había más rastros que Jon pudiese identificar.

'¡¿Quién es esta persona?!' pensó Jon en pánico, pues era la primera vez que alguien lograba pasar sus instintos sobrenaturales. '¿Cómo logró colarse a mis espaldas?'

"No temas, joven." Dijo aquella persona, usando un acento que le permitió a Jon saber que era una mujer.

Pese a las palabras de la mujer, Jon no bajó la guardia y, preparándose para usar un hechizo, abrió la boca y habló. "¿Quién eres? ¿Cómo lograste aparecer a mis espaldas?"

"Me llamo Quaithe y me temo que no tengo mucho tiempo…" dijo Quaithe con voz algo cansada. "Tu barco desprende una gran aura de poder, los Eternos la han olfateado y han enviado a sus mejores cazadores. En este momento, tus amigos están siendo llevados a la casa de los eternos. El tiempo corre, joven, debes ir por ellos si quieres salvarlos."

Las palabras que salieron de la boca de Quaithe dejaron a Jon como una piedra. La mente del joven bastardo estuvo en shock unos segundos. Esto se debía a que no podía ser cierto, no había manera en que esos brujos pudiesen hallar la magia en su barco. Sin embargo, eso le hizo darse cuenta de algo, por lo que cuando volvió en sí, movió su mano rápidamente hacia la empuñadura de «Gandravar».

"¿Cómo sabes que mi barco tiene magia?" preguntó Jon con voz dura mientras decidía que si no le gustaba la respuesta, partiría a esta mujer en dos con un solo movimiento.

"La magia se está volviendo fuerte, y para las personas como yo, encontrarla es fácil." Respondió Quaithe con tranquilidad. "Pero tu ira conmigo no es, joven. Debes buscar a tus amigos o serán consumidos para traer el poder de la casa de los Eternos nuevamente."

"¿Cómo sé que no mientes?" preguntó Jon sin apartar la mirada de la mujer frente a él.

"No tengo la necesidad… pero es tu decisión, puedes volver a tu barco y cerciorarte, claro que tus amigos podrían morir si haces eso, ya que están por comenzar a devorarlos."

Jon apretó los dientes ante esas palabras. Una parte de él no quería confiar en esta mujer, pero… y si tenía razón… Aquella duda surgió en la mente de Jon, el cual por un instante no supo qué hacer, pero fue en ese momento en que una frase de su maestro volvió a su mente.

«Sabes, Jon. Los instintos de un guerrero son la mejor guía para este… claro, que para ello debes de pulirlos, pero aun si no están muy pulidos, aún pueden ayudarte a saber qué pasa. Así que, siempre confía en ellos.»

Las palabras de su maestro resonaron fuerte en la mente de Jon, provocando que este mirase a la mujer y luego soltase un suspiro. Negando con la cabeza, volvió a mirarla, solo que esta vez el hijo de Ashara tenía una mirada fría en el rostro.

"Confiaré en ti, bruja. ¿Dónde está la casa de los Eternos?"

"Están en la parte más alejada de la ciudad, en un lugar sin edificios cerca." Dijo Quaithe, señalando el lugar con una mano.

Al verla, Jon no perdió tiempo y sin pensarlo más, dio un gran salto y cayó en el tejado de una casa. Cuando uno de sus pies tocó el techo, Jon se impulsó y salió de allí disparado a una velocidad más que grande.

Al ver cómo el aprendiz del Dovahkiin corría por la ciudad, saltando de techo en techo, Quaithe solo pudo soltar un suspiro antes de hablar.

"Ten cuidado, los Eternos no son fáciles de derrotar, pero creo que podrás… Después de todo, eres el último aprendiz de Balerion."


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y aquí esta el capítulo 32, XD

Bueno, primero lo primero, sobre mi estado de salud por si a alguien le interesa, ya estoy mejor, no del todo recuperado, pero ya superé varias cosas y ya estoy mejor. Mis ataques de pánico se han reducido hasta casi desaparecer, algo que me alegra mucho.

Asi que volvamos a lo que nos importa, la historia…. Vemos que como siempre Robert esta divirtiéndose, XD. Solo que esta vez fue interrumpido por Jon Arryn. Vemos que el trono sigue aumentando su deuda, pero que aun no llega hasta la deuda total que había al inicio de juego de tronos. Tambien observamos que el rey tiene un peculiar interés en Jon, pero no saben nada de él, pues si bien la red de Varys es grande, tambien lo es la distancia que hay entre el lugar donde esta Jon con King's Landing.

Después vemos a Wyman encontrarse con Tycho Nestoris... ¿para qué? Bueno, eso se verá en próximos capítulos XD, solo digamos que los Stark se llevaran una sorpresa enorme. XD

Finalmente vamos al mejor punto de este capítulo, Jon enterándose gracias a Quaithe del ataque a su barco por parte de los Eternos. Aquí vemos un poco de la desconfianza de Jon, pero sobre todo vemos un poco mas de sus habilidades. Finalmente, escuchamos que la enmascarada llama a Jon «El ultimo aprendiz de Balerion» ¿Por qué será? Bueno, pueden hacer sus teorías, pero esto será revelado en el futuro XD


xSorcererOfChaosx: Gracias por las palabras, espero no haber demorado mucho XD


Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.