Maratón (2/3)

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Capítulo 33

Qarth 297 A.C.

Los párpados de Grenn comenzaron a abrirse lentamente, permitiendo que el joven pudiera ver el lugar donde se encontraba. Lamentablemente, no pudo enfocar bien su vista al principio, pero con el paso de los segundos, esta volvió a la normalidad. Cuando pudo ver de manera normal, se dio cuenta de que ya no estaba en el barco.

La habitación que se alzaba frente a los ojos de Grenn estaba cubierta de completa oscuridad. Todo lo que podía ver el joven era nada más que oscuridad, algo que comenzó a afectarlo mentalmente, pues la mente humana no estaba preparada para comprender este tipo de situaciones. La falta de visión comenzó a provocar que el joven empezara a sentir el miedo primordial de todo ser vivo por la oscuridad.

Sin embargo, aquel miedo tan repentino hizo que su cuerpo comenzara a llenarse de adrenalina, pues este era un momento tan estresante que el organismo de Grenn creyó que necesitaba huir. Aquel subidón de adrenalina hizo que la mente del joven recordara lo que había sucedido antes de que despertara allí.

Flashback

El ambiente en la habitación de Daenerys era algo complejo, pues de los cinco humanos que estaban allí dentro, dos de ellos se estaban riendo a carcajadas, mientras que dos más miraban con pena a una, la cual miraba a uno de ellos con molestia en el rostro.

"¡Ja, ja, ja!" reían de manera estruendosa Grenn y Pyp, casi cayéndose de sus sillas. La razón por la que ambos se reían hasta el punto de no poder tomar una copa era simple, la partida de Cyvasse que acababa de terminar entre Samwell y Daenerys.

La partida de Cyvasse había sido compleja… o al menos así había esperado Daenerys, pero la realidad era que ella no había podido durar más de siete movimientos antes de que Sam acabara con ella en la partida.

"No es justo." Dijo Daenerys, haciendo un puchero de molestia, pues no le agradaba el haber perdido tan rápido. "Tú tienes más experiencia que yo en estas cosas, Sam."

La primera respuesta de Sam ante esta acusación de Daenerys fue sonreír de manera incómoda. Sin embargo, luego de unos segundos, comenzó a hablar con ella.

"Bueno, en eso tienes razón… a diferencia de ti, he estado jugando esto por varios años." Comentó Sam mientras miraba a la joven Targaryen con ligera diversión. "Aunque, no lo has hecho mal para alguien que no conoce mucho de este juego."

Las palabras de Samwell tenían como objetivo ser un bálsamo para el orgullo herido de Daenerys, algo que funcionó, pues el puchero en el rostro de Daenerys desapareció. Aquello hizo que Samwell sonriera, pero antes de que siquiera pudiera decir una palabra, Fantasma, quien había estado a los pies de Daenerys, se levantó de un solo movimiento y comenzó a mostrar los dientes.

La acción que realizó el lobo huargo tomó por sorpresa a los amigos de Jon, quienes también se levantaron de un solo movimiento, pues conocían al lobo y sabían que él no haría eso sin una buena razón. Así que, desenvainando sus respectivas armas, crearon un círculo de protección alrededor de Daenerys.

"Fantasma, ¿Qué sucede chico? ¿Qué has olido?" preguntó Sam con voz firme, mirando todo el lugar.

El lobo no respondió de ninguna manera, pues en el momento en que Sam terminó de hablar, la sala se oscureció y del suelo salieron varias cadenas, las cuales atraparon a todos los que estaban allí.

"Aghh." Gruñó Edd al caer de cara al suelo, dejando caer su espada por el golpe.

Al lado del hijo de la casa Tollet, todos sus amigos, incluyendo a Fantasma, cayeron de la misma manera. Todos dejaron caer sus armas, pues la posición en la que habían sido atrapados los había forzado a soltarlas, ya que resultaba sumamente doloroso mantenerlas.

El sonido de las espadas cayendo fue acompañado por la aparición de varios pies, los cuales comenzaron a hacer ruido al momento en que empezaron a caminar.

"¿Son todos?" preguntó una voz, la cual sonaba aceitosa y muy melosa.

"Sí, son todos." Respondió otra voz, esta sonaba más cansada, lo que indicaba que era una persona de mayor edad que la primera. "¿Quiénes son las mejores presas para nuestros maestros?"

"A quién le importa. Tomémoslos a todos y que sean los Eternos quienes decidan." Respondió otra voz de manera grosera.

"Sí, el chico tiene razón." Dijo la primera voz, comenzando a acercarse a los amigos de Jon. "No importa si son útiles como comida, nos costó mucho ingresar a este barco por la barrera mágica que tiene. Cualquier cosa que obtengamos de aquí nos será útil."

Los cinco que estaban en la sala no podían ver los rostros de estas personas, pero, aun así, lograron detectar que ellos eran brujos, ya que mencionaron a los Eternos. Sin embargo, no podían ni hablar ni gritar por ayuda, pues todos tenían las bocas tapadas por las cadenas, las cuales sabían igual que comer la panza de un pescado en descomposición.

Uno de ellos tomó a Daenerys por la cintura y la cargó como si nada, colocándola en su hombro. Aquella acción provocó que la niña soltara un gruñido de dolor, a la par que comenzó a moverse, tratando de liberarse del agarre del hombre.

"Tch." Gruñó el hombre al sentir cómo Daenerys se movía, tratando de que él la soltara. "¡Cálmate, mocosa de mierda!"

Tras aquel grito, el hombre soltó a Daenerys y la dejó caer de manera aparatosa contra el suelo.

El pequeño cuerpo de Daenerys cayó con fuerza, rebotando en la madera del suelo, provocando que ella soltara gemidos de dolor, pues no podía gritar. Aquella acción provocó que todos sus amigos, incluyendo a Fantasma, comenzaran a moverse, tratando de liberarse para ayudarla y matar a estos brujos, pero por más que lo intentaban no podían liberarse.

"¡Maldición, callen a esos imbéciles!" gritó otro de los brujos con molestia palpable en su voz.

"Está bien." Gruñó otro de los brujos mientras se acercaba a Pyp, para luego comenzar a patearlo varias veces.

Grenn escuchó cómo el resto de sus amigos eran golpeados por un buen tiempo, provocando que la sala se llenara de gemidos de dolor.

'¡Tengo que hacer algo para ayudarlos!' pensó Grenn con pánico, pues los sonidos de los golpes se hacían más fuertes. Sin embargo, por mucho que lo intentara, no podía hacer nada, ya que esas cadenas lo retenían con gran fuerza. Lamentablemente, estaba tan sumido en intentar escapar que no se dio cuenta de que uno de los brujos se había acercado a él. Solo se percató de su presencia cuando comenzó a golpearlo con lo que debía ser un garrote de madera.

Grenn comenzó a sentir bastante dolor en su cuerpo, provocando que gemidos de dolor surgieran de su boca. Estos gemidos siguieron hasta que finalmente uno de esos golpes impactó en su cabeza, haciendo que la oscuridad lo reclamara.

Fin flashback

Al recordar lo que había pasado, Grenn comenzó a intentar hablar, pero se dio cuenta de que no podía hacerlo. Al darse cuenta de ello, intentó moverse para saber si sus amigos estaban a su lado. Sin embargo, no pudo tocar a nadie, lo que le indicaba que o bien estaba solo o sus amigos estaban más lejos.

Los movimientos de Grenn comenzaron a volverse más erráticos, pues empezó a temer que sus amigos habían sido asesinados y él era el último que quedaba. Sin embargo, cuando estuvo a punto de rendirse, el sonido de pesadas puertas al abrirse resonó, llenando el lugar con una potente luz.


Los pasos de Jon eran rápidos, llegando fácilmente hasta donde estaba el lugar que él suponía solo podía ser la casa de los Eternos. El lugar lúgubre provocó que Jon lo mirase con cautela, pues al momento en que llegó a poner un pie en las cercanías sintió una potente cantidad de energía mágica. Esta no era mucha en cantidad, pero sí en poder.

"Este lugar es peligroso. No solo contiene magia, sino que también huele a algo similar a la magia de conjuración… esto significa solo una cosa… nigromantes o algo similar." Dijo Jon mientras comenzaba a caminar hacia lo que él vio que era la puerta. La puerta de la Casa de los Eternos tenía la forma de un óvalo, pero esta estaba colocada en una pared que le daba la apariencia de un rostro humano.

Al ver la entrada, Jon lentamente movió una mano hacia «Gandravar». Cuando su mano estuvo sobre el suave cuero de la empuñadura, Jon comenzó a apretar sus pasos de manera constante. Lentamente comenzó a avanzar, primero caminando, luego trotando y finalmente corriendo.

Jon se movió tan rápido que pocos podrían verlo llegar, moviéndose casi como un borrón negro. Moviéndose a esa vertiginosa velocidad, recorrió en muy poco tiempo la distancia que lo separaba de la puerta. Cuando estuvo cerca, vio cómo el rostro de la puerta lo miró con algo similar al pánico, algo impensable porque era un objeto inanimado. Aun así, aquel rostro comenzó a cerrar su "boca", tratando así de evitar que el hijo de Ashara ingresara. Sin embargo, antes de que se cerrara, Jon aumentó su velocidad a la par que movía su mano izquierda, creando allí una bola de fuego.

Moviendo su mano rápidamente, Jon lanzó la bola de fuego, la cual se movió a una velocidad tal que se adelantó a Jon, logrando impactar en la puerta.

¡BOOOM!

Una enorme explosión de fuego se hizo presente en el momento en que esa bola de fuego impactó en la madera, creando un enorme cráter allí y esparciendo cientos de astillas de la madera por todo el lugar. Al momento en que el ataque de Jon impactó, la puerta soltó una especie de alarido de dolor, el cual fue tan agudo que desequilibró a Jon por un instante, pero el bastardo logró evitar caer y sin perder tiempo ingresó en la habitación.

La habitación que apareció frente a los ojos de Jon era una provista de lujos, donde solo se podía ver muebles viejos y casi podridos. De los muebles que se podían ver, los que más llamaban la atención eran los estantes con cientos de libros cuyas cubiertas de cuero estaban podridas y las hojas de su interior estaban mohosas. Además, había telarañas por todos lados, y grietas en las paredes y en el techo.

'Este lugar está en decadencia… pero-' fueron los pensamientos de Jon antes de ser interrumpidos cuando cinco enanos aparecieron de una habitación, todos ellos llevando cuchillos en mano. Los ojos de Jon se posaron en ellos, viendo que no eran más altos que su rodilla. Estos enanos vestían con librea azul y púrpura, teniendo rostros ojerosos y narices puntiagudas. En sus pequeñas y rosadas manos había cuchillos pequeños, pero por el brillo de las hojas, eran muy filosos.

Al ver a Jon, estos enanos gritaron algo en Qarthiense, pero Jon no los entendió. Tras aquel grito, estos enanos cargaron contra él, en un intento de apuñalarlo, pero antes de que siquiera pudieran acercarse mucho al hijo bastardo de Eddard Stark, este movió su mano y con mucha facilidad creó un muro de relámpagos.

Los enanos intentaron detenerse cuando vieron aquel muro de relámpagos, pero sus cortas piernas terminaron por tropezar. Los enanos rodaron por el suelo, pasando por encima del muro. En el momento en que lo hicieron, todos soltaron chillidos de dolor antes de que sus cuerpos terminaran por convertirse en polvo debido al poder de los relámpagos.

'Eso fue decepcionante…' Pensó Jon al ver las cenizas, signo de cuán fácil había eliminado a esos enanos. La decepción de Jon recaía en que esperaba que este lugar, donde tenían a sus amigos secuestrados y que era liderado por brujos, hubiera humanos capaces de usar magia, pero parecía que no era así.

Aun así, pese a la decepción que sentía por la forma en cómo mató a esos enanos, Jon sabía que no tenía tiempo para estas cosas, pues sus amigos estaban en peligro al estar en este lugar. Él no sabía cuánto tiempo quedaría hasta que los Eternos decidieran devorarlos o simplemente matarlos. Por lo que, sin perder más tiempo, el hijo bastardo de Eddard Stark movió su mano libre y usó el hechizo de «Clarividencia».

El hechizo de «Clarividencia» era un hechizo que le permitía al usuario ver una línea púrpura, la cual te mostraba el camino hacia tu objetivo. El plan de Jon consistía en usar este hechizo para saber dónde estaban sus amigos. Observando al piso, Jon pudo ver la línea púrpura, por lo que, sonriendo, comenzó a seguirla.

El sonido de las pisadas de Jon se hizo cada vez más agudo mientras el joven bastardo continuaba corriendo por las escaleras. El joven corría a una buena velocidad, superando a muchos guerreros normales, casi siendo tan rápido como un corcel de arena dorniense. Pese a que él podría ser más rápido, no iba con toda su velocidad debido a que estaba en el interior de una fortificación, algo que le limitaba un poco los movimientos.

'Ya voy subiendo unos dos pisos y solo me he topado con mobiliario mohoso y telarañas…' Pensó un completamente extrañado Jon, pues el joven bastardo sabía que era imposible que este lugar estuviera solo protegido por esos enanos. Esto se debía a que él mismo había visto a un brujo de esta casa. Así que, mientras corría, pensaba sobre lo que podría estar ocurriendo. Su mente iba a mil por hora, hasta que finalmente logró llegar a una conclusión. '¡Por supuesto! ¡Están todos en una sola sala para servir como defensa total o tal vez están en una ceremonia muy especial!'

Tras aquel pensamiento, Jon siguió el camino que le marcaba la línea de color púrpura.


Los párpados de Daenerys comenzaron a abrirse lentamente, permitiendo que la poca luz de la sala donde estaba comenzase a filtrarse por sus pupilas. De forma lenta, la visión desenfocada de Daenerys comenzó a enfocar mejor el panorama que la rodeaba, permitiendo ver lo que había frente a ella.

Al momento en que Daenerys vio dónde estaba, un miedo primordial se hizo presente, provocando que ella quedase congelada. El miedo de Daenerys surgió al ver la cámara de los Eternos. Esta cámara era sombría, estando escasamente amoblada. Aun así, la razón por la que Daenerys tenía miedo no era solo por el ambiente, sino que era por lo que estaba en medio de la sala.

En aquel lugar, en una larga mesa de piedra, se encontraba flotando un corazón hinchado y de color azul, el cual hacía un sonido profundo y palpitante mientras que con cada latido emitía una luz color añil. Al lado de dicho corazón, actuando como sirvientes se encontraban unos enanos vestidos de púrpura.

"Vaya, al fin despertaste… Daenerys Targaryen." dijo una voz rasposa y cansada.

En el momento en que la hija de la casa Targaryen oyó aquella voz, su mirada se enfocó en su dueño. Los ojos de Daenerys se abrieron de shock, pues lo que vio la asqueó enormemente.

Al lado de la mesa, sentados en lo que parecían ser tronos, se podía observar a varias personas. Todos parecían ser jóvenes en la plenitud de sus vidas, pero Daenerys podía ver la verdad, o al menos parte de ella. Podía ver cómo las apariencias de estas personas pasaban de ser personas jóvenes a seres completamente marchitos con piel tan arrugada como pasas de color azul brillante. Los ojos de estos seres tenían la esclerótica azul y sus iris brillaban con avaricia y conocimiento arcano.

"¿Quiénes son ustedes?." preguntó Daenerys con miedo, pues se sentía como un venado siendo acorralado por leones.

"Somos los Eternos." respondió otro de los Eternos con una voz un poco más amable.

En el momento en que Daenerys escuchó aquel nombre, comenzó a llenarse de pánico, pues sabía lo que eran y también, sabía lo que querían de ella. Llena de pánico, la joven Targaryen comenzó a mover el rostro, mirando cómo se encontraba.

Al ver su posición, se dio cuenta de que estaba colgada del techo, siendo sujetada por varias cadenas. Las cadenas eran frías al tacto, pero ella no podía sentirlo gracias a que estas tocaban sus ropas, no su piel de manera directa.

"Parece que la mocosa está alterada." comentó con burla otro de los eternos, soltando una risita al final.

"Tranquila, princesa." dijo otra voz, siendo esta vez una mujer. "No te haremos daño, solo queremos algo de ti…"

Tras aquellas palabras, Daenerys sintió cómo su mente comenzaba a dispersarse, causando que su mente y cuerpo se desincronizaran. Mientras ella perdía el control de su cuerpo, cientos de imágenes de diversos lugares comenzaron a llegar a su mente, abrumándola.

Mientras la mente de Daenerys recibía una gran cantidad de información, los Eternos se levantaron de sus tronos y, moviéndose en forma de bruma, se lanzaron contra Daenerys. Las huesudas y arrugadas manos de los Eternos comenzaron a aferrarse al cuerpo de la joven Targaryen mientras sus bocas se acercaban a ella.

En el momento en que sus labios azules estuvieron a unos diez centímetros del cuerpo de Daenerys, estos comenzaron a aspirar el aire que había alrededor de la joven, aspirando con ello la esencia vital de la joven. Conforme comenzaban a aspirar, la magia innata de Daenerys comenzó a ser asimilada por los Eternos, rejuveneciendo sus marchitos cuerpos.

Los Eternos estaban tan enfocados en devorar la magia y la energía vital de Daenerys que no escucharon los estruendos que se producían en la otra sala. Sin embargo, se vieron forzados a mirar a otro lado cuando escucharon que la puerta de la sala era abierta de manera estrepitosa.

"¡¿Qué está pasando?!" gritó uno de los Eternos al dejar de aspirar la magia de Daenerys.

La respuesta que escuchó ante esa pregunta fue la de un objeto entrar a gran velocidad. El objeto impactó en la cabeza del Eterno, alejándolo del cuerpo de Daenerys y matándolo en el acto.

Esta acción causó que el resto de los Eternos se alejaran de la joven de manera inconsciente. Cuando estuvieron lejos del cuerpo de la Targaryen, vieron al lado y se dieron cuenta de que la puerta a su salón estaba abierta de par en par.


Pree Pyat se encontraba lanzando bolas de fuego del tamaño de cabezas humanas contra el intruso que había ingresado a la sala previa al salón de los Eternos. La sala previa al salón de los Eternos era un amplio salón, donde fácilmente podían entrar más de quinientas personas. Estaba bellamente decorado con pinturas que mostraban diversos lugares del mundo conocido. También había mobiliario muy elegante, tales como estantes de caoba y repisas de roble. Dentro de todo este mobiliario había vajillas de plata, libros de muy buena calidad entre otros tesoros más. O al menos así había sido este lugar hasta hace unos momentos, pues ahora era diferente.

Los ojos de aquel brujo miraban cómo sus ataques fallaban gracias a que el intruso que había aparecido esquivaba con gran facilidad sus ataques.

La sala hasta hace unos momentos había estado repleta de brujos de diversos rangos dentro de la orden. Todos se habían reunido allí para observar cómo sus maestros, los Eternos, resurgían tras devorar a la joven Targaryen. Pero mientras esperaban a que ellos terminasen, la puerta que conectaba este lugar con el resto de la casa se había abierto, llamando la atención de los presentes.

De las puertas surgió no una persona, sino un rayo, el cual impactó en un brujo y luego comenzó a moverse entre todos los brujos cercanos. Todos aquellos que fueron impactados por aquel rayo soltaron un potente grito de dolor, para luego quedarse en silencio mientras sus cuerpos se convertían en cenizas.

Aquella visión de sus compañeros siendo asesinados penetró en la mente de Pree Pyat, provocando que el brujo diese un paso hacia atrás. Sin embargo, luego de la conmoción inicial, él y el resto de los brujos sobrevivientes volvieron en sí y, dándose cuenta de lo que ocurría, comenzaron a atacar al intruso.

Lamentablemente, el intruso era más hábil de lo que esperaban y lograba evitar sus ataques. No importaba lo que le lanzasen, este lo esquivaba o usaba una extraña magia para repeler los hechizos que usaban contra él.

'La magia que usa es poderosa.' pensó Pree Pyat al ver cómo, tras esquivar sus bolas de fuego, el intruso se aparecía frente a otro brujo y, colocando su mano en la cabeza de este, hizo que se envolviera en llamas, provocando que el brujo gritase de dolor mientras moría.

El cuerpo de Pyat se estremeció cuando sus ojos vieron cómo su compañero era brutalmente asesinado. Sin embargo, no pudo hacer mucho tras ello, pues el intruso posó sus ojos en él. La mirada del intruso era intensa, provocando que Pree sintiese que podía ver más que solo su carne, sino que también podía ver su alma.

"¡Aléjate!" gritó el brujo cuando vio cómo el intruso corría hacia él a gran velocidad.

El miedo comenzó a apoderarse del brujo, pues este sentía como si fuese la misma muerte la que venía por él. El pánico que sentía fue tal que comenzó a usar hechizos de más poder, tales como uno que le permitió conjurar un enjambre de moscas de carne.

Los pequeños insectos eran tan numerosos que todos juntos parecían una nube oscura. La nube comenzó a moverse hacia el intruso a una muy buena velocidad. Las moscas de carne eran insectos del tamaño de abejorros, de un color rojo brillante. Su apariencia también se podía describir como repugnante. Estos insectos eran capaces de succionar la sangre de los humanos y caballos, al menos en su forma normal. Sin embargo, estas moscas no eran normales, sino que estas estaban modificadas por los poderes que los Eternos habían entregado a sus discípulos. Esto dio a estas moscas la capacidad de beber la sangre de un humano en cuestión de segundos.

Una sonrisa apareció en el rostro de Pree al ver cómo las moscas comenzaban a rodear al intruso.

"¡Ja, ja, ja!" rió Pree al pensar que su enemigo ahora mismo estaría sin una sola gota de sangre en su cuerpo gracias a las moscas. Sin embargo, la sonrisa en su rostro murió cuando varios rayos surgieron en el lugar donde estaba la nube de moscas, convirtiéndolas en cenizas.

Ante los ojos de Pree, el intruso estaba cubierto de un aura de color azul, por la cual chisporroteaban rayos de manera constante.

Al ver lo que su enemigo acababa de hacer, Pree comenzó a aterrarse aún más que antes, pues por un momento había pensado que había podido ganar. Sin embargo, su enemigo había mostrado ser más que capaz en la magia. Así que, viendo que era más que obvio que moriría, el brujo tomó el camino del cobarde y sin pensarlo dos veces, se giró y comenzó a correr hacia la sala de los Eternos.

El brujo corrió sin darse cuenta de que varios de sus compañeros intentaron bloquear el camino del intruso y detenerlo allí, algo que fue infructuoso, pues todos murieron cuando el intruso se acercó a ellos.

Pree corrió como si no hubiese un mañana, pues sentía mucho miedo de morir. Aquel miedo disminuyó en gran medida cuando llegó a la puerta que era la entrada a la sala de los Eternos. Al estar frente a la ricamente decorada puerta de cedro, el brujo soltó un suspiro, pues se sintió a salvo. Sin embargo, cuando estuvo por tocar la puerta con una mano, sintió que alguien le agarraba la cabeza.

"Sabes, odio a los cobardes… Al menos tus amigos tuvieron la valentía de morir en combate… Pero tú… No, huiste como un cobarde al ver cómo morían… realmente, no vales el esfuerzo." dijo la voz de quien Pree solo supuso era el intruso. El idioma que usaba este intruso era la lengua común, lo que indicaba que provenía de Westeros. Aquella revelación sorprendió enormemente a Pree, pues él sabía que no había magos en Westeros, ya que la Fe de los Siete prohibía y enseñaba que la magia era cosa de los demonios.

"P-p-por favor… perdóname la vida…" suplicó Pree, rogando miserablemente por su vida, pues sabía que moriría en este momento.

La respuesta que el brujo recibió fue el silencio, algo que hizo que tuviese la esperanza de que su enemigo lo liberase… pero para su mala suerte, eso no pasaría. El brujo sintió que una mano era colocada en su hombro izquierdo, algo que lo desconcertó mucho, pero eso no duró, pues un segundo después sintió el dolor más atroz de su vida.

"¡AHHHH!" gritó Pree al sentir cómo su piel y sus músculos eran estirados hasta el límite.

El intruso estaba estirando la cabeza de Pree a la vez que hacía presión en el hombro del brujo. Esta acción provocó que la cabeza del brujo comenzase a ser arrancada del cuerpo de este. Lentamente y de manera dolorosa, la cabeza de Pree siguió siendo jalada.

El sonido de la carne desgarrándose hizo eco en la habitación cuando la cabeza de Pree finalmente fue separada de su cuerpo, el cual cayó sin ceremonias al suelo. Pese a que había sido decapitado, Pree aún podía ver y sentir, pues su cabeza aún estaba viva. Es por ello, que pudo ver cómo el intruso se acercaba a la puerta y tras abrirla con una patada, sintió cómo era arrojado a gran velocidad. La vida de Pree terminó cuando su cabeza impactó en un cuerpo, acabando así con la vida de ambos.


Los ojos de Jon miraron a los Eternos con una calma y frialdad que muy pocos mortales podían igualar. El joven bastardo se erguía como un auténtico guerrero, dando la apariencia de ser mayor de lo que era. El cuerpo del hijo de Ned Stark estaba cubierto de la sangre de Pree Pyat, la cual había surgido del cuello del brujo como una erupción volcánica en el momento en que Jon le decapitó.

"¡¿Q-q-quién eres?!" gritó uno de los eternos al ver a Jon parado en la puerta. El arcaico ser estaba temblando de miedo al ver al joven, esto debido a la brutal cantidad de magia que lo rodeaba.

Los Eternos se habían quedado paralizados por el terror al sentir el poder mágico de Jon, el cual superaba con creces el suyo. Si el poder mágico de los Eternos en este momento era como un estanque de agua tras la lluvia, el poder mágico de Jon era similar al de un lago en medio de una tormenta, enorme y salvaje.

"¿Quién soy? … esa es una buena pregunta…" Respondió de manera críptica Jon mientras comenzaba a dar pasos hacia los Eternos. "Soy el aprendiz del último sangre de dragón… soy un mago de batalla… pero sobre todo, ¡soy su muerte!"

Tras aquel grito, Jon se lanzó contra los Eternos a gran velocidad, pareciendo un borrón negro, algo que sorprendió a los Eternos. Pese a que estaban sorprendidos, estos se dieron cuenta de que estaban en peligro y moviéndose más rápido que Jon, se alejaron de Daenerys, apareciendo en los extremos de la sala.

'Son más rápidos de lo que parece.' Pensó Jon cuando llegó a donde estaba Daenerys.

"Eres rápido, chico, pero no eres más que un mocoso en comparación con nosotros." Dijo uno de los Eternos, el cual comenzó a brillar, apareciendo con una armadura plateada. "No es mucho, pero el poder de la chica nos ha devuelto una parte de nuestra magia."

"Sabíamos que la magia de la chica era fuerte, pero la tuya es más poderosa… ¡Así que alégrate, serás nuestra nueva comida!" gritó un eterno, la cual tomó la apariencia de una hermosa mujer de cabellos negros y ojos rojos.

Tras aquel grito, todos los eternos comenzaron a cambiar de forma, adoptando formas jóvenes y vigorosas. Los hombres estaban vestidos con armaduras plateadas muy hermosamente decoradas y tan pulidas que parecían espejos. Todos comenzaron a caminar en círculos alrededor de Jon, rodeándolo completamente.

Los ojos del bastardo de Winterfell estaban enfocados en todos los Eternos, examinando cada uno de sus movimientos.

'Sus posturas demuestran que nunca han usado una espada en su vida.' Pensó Jon mientras observaba las posturas tomadas por los Eternos. Al verlos, él apretó ligeramente el agarre en «Gandravar», esperando el momento para atacar. 'No puedo atacar a lo loco, no cuando Daenerys está a mis espaldas.'

Tras esos pensamientos, Jon miró hacia atrás, observando cómo la joven Targaryen estaba en una especie de trance. Entrecerrando los ojos, el aprendiz del Dovahkiin dejó de mirar a la chica y miró al frente, volviendo a enfocar sus ojos en los Eternos.

"Je, míralo… Tiene agallas, pero nada más…" Dijo un eterno con voz burlesca. "Puede que tengas mucho poder, pero no tienes el conocimiento para usarlo."

La voz del Eterno contenía bravuconería, pero Jon podía verlo y olerlo… estaba asustado, al igual que sus compañeros. Todos estaban completamente asustados, pues sabían que Jon los superaba en poder y no conocían sus capacidades mágicas, por lo que no sabían de qué era capaz.

"Vaya, parece que se tienen en muy alta consideración…" Susurró Jon, quien comenzó a esbozar una sonrisa en el rostro mientras hablaba. "Pero lo que veo es solo un grupo de ancianos que ha estado jugando con poderes que están más allá de su comprensión y que debieron haber muerto hace tiempo."

Las palabras de Jon fueron de provocación, pues el joven esperaba que al atacar el ego de los Eternos, estos comenzaran a enojarse y lo atacaran, para de esa manera poder empezar la batalla. Afortunadamente, el ego y el narcisismo de estos seres provocó que las palabras dichas por el bastardo fueran más que suficientes para enfurecerlos.

"¿Cómo? ¡¿Cómo te atreves?!" gritó uno de los Eternos con ira mientras se lanzaba contra Jon a gran velocidad.

Los ojos de Jon se abrieron con sorpresa cuando vio cómo el Eterno se convirtió en una especie de bruma y se movió a gran velocidad contra él. El Eterno apareció frente a Jon y levantó su espada, preparándose para matarlo.

Al verlo aparecer, Jon movió a «Gandravar», logrando detener el ataque del Eterno. La sorpresa se pintó en el rostro del Eterno cuando vio que su ataque, el cual estaba por encima de las capacidades de cualquier humano, era detenido fácilmente por Jon.

"Eres bueno…" dijo Jon mientras forcejeaba con el Eterno, demostrando que era más fuerte físicamente que él. "Pero, no eres nada en comparación con mi maestro."

Tras aquellas palabras, Jon movió su mano y haciendo gala de sus habilidades sobrehumanas, logró hacer que su enemigo se desestabilizara. Al hacer esto, el Eterno quedó sin guardia alguna para defenderse, por lo que no pudo hacer nada cuando Jon movió su espada para clavársela en el pecho.

La acción de Jon provocó que los otros Eternos se estremecieran, pues no habían esperado ver a uno de los suyos ser asesinado con tanta facilidad. El miedo comenzó a formarse con más fuerza en ellos, pues se dieron cuenta de que Jon era más poderoso de lo que esperaban. Sin embargo, sabían que no podían huir, pero tampoco podían ganar luchando de manera individual, lo que los llevó a pensar que podían vencer si luchaban en grupo.

Así que, decididos a sobrevivir y a consumir a Jon, los Eternos se lanzaron todos en conjunto a luchar contra Jon.

Jon vio cómo aquellos con armaduras se lanzaban contra él, dispuestos a luchar cuerpo a cuerpo. Esto provocó que el bastardo sonriera, pues sabía que podía vencerlos así más rápidamente. Por lo que sin perder tiempo, se lanzó contra ellos, dispuesto a encararlos lo más alejado posible de Daenerys.

Los pasos de Jon fueron súper rápidos, logrando alcanzar al primero de los Eternos a varios metros de donde estaba Daenerys. Cuando Jon se acercó al Eterno, este movió su espada, la cual brilló por un segundo, para luego ser cubierta de fuego.

La espada llameante se acercó a Jon a gran velocidad, pero este usó su propia espada para desviar el ataque del Eterno. El choque de las armas provocó que una onda de choque se hiciera presente, mandando a volar algunos objetos de poco valor.

Mientras Jon forcejeaba con aquel Eterno, Jon se vio obligado a dar un paso hacia atrás, pues una bola de fuego se acercó por su flanco izquierdo. Aquella bola de fuego del tamaño de un escudo pequeño era cortesía de un Eterno, la cual estaba junto a las otras dos mujeres de la orden.

'Ya veo, ellas harán de soporte a distancia mientras lucho contra los que tienen armaduras… Un buen plan.' pensó con molestia Jon, pues sabía que aquella estrategia lo obligaría a ser más cauteloso. Aun así, él no se dejó superar y tras esquivar ese ataque, movió su espada para detener el ataque de otro Eterno, el cual intentó atacarlo por la espalda.

Agachándose, Jon vio cómo el ataque pasaba por encima de él, brindándole una apertura en la defensa del Eterno. Al ver esto, el aprendiz del Dovahkiin movió su mano libre y lanzó un pico de hielo a quemarropa al Eterno. El pico de hielo, tan filoso como la punta de una lanza, impactó en la cara del Eterno, empalándola y matándolo en el acto.

Con aquella muerte, la cantidad de Eternos comenzó a disminuir gradualmente, pues a pesar de que lo atacaban con magia y cuerpo a cuerpo, Jon era capaz de esquivarlos y de detener los hechizos. Jon luchaba valientemente cuerpo a cuerpo, esquivando y deteniendo los ataques de los Eternos, lanzando a su vez contrataques rápidos. Estos contraataques habían logrado matar a algunos Eternos, pues estos no eran guerreros natos como él.

La mano libre de Jon brilló de color blanco mientras creaba una barrera mágica para protegerse de las bolas de fuego de los Eternos que lo atacaban con magia.

'Las bolas de fuego son molestas, pero mientras no convoquen esos insectos molestos no deberé de usar otros hechizos.' Pensó Jon mientras desactivaba su barrera tras ver que el fuego se había extinguido.

Volviendo su vista al frente, Jon atrapó la mano de uno de los Eternos que luchaban cuerpo a cuerpo. La mano del bastardo había atrapado el antebrazo de su enemigo, lo que le permitió mover su mano al rostro del Eterno y quemarlo con una explosión de llamas a quemarropa.

El Eterno soltó un grito agudo de dolor al recibir el ataque de Jon en la cara, pero no duró mucho, pues murió unos segundos después.

El grito del Eterno provocó que sus aliados vacilaran un segundo, algo que fue aprovechado por Jon para atacar a sus enemigos, los cuales eran los que lo atacaban con magia. Así que, moviendo la mano, el hijo bastardo de Ned lanzó el hechizo «Relámpagos encadenados». Un potente rayo surgió de la mano de Jon, dirigiéndose a los Eternos, los cuales al verlo, rápidamente se movieron, esquivándolo… o al menos eso esperaban, pero ante su total sorpresa y horror, el rayo cambió de dirección y se dirigió al Eterno más cercano.

"¡AHHHHH!" El grito de dolor del Eterno que fue alcanzado por el rayo fue tal que de no ser porque la casa de los Eternos estaba en una zona alejada, todas las casas circundantes se habrían dado cuenta de que algo pasaba.

El cuerpo del Eterno se convirtió en cenizas frente a sus amigos, los cuales ya no sabían qué hacer, pues todos estaban muriendo uno a uno. Sin embargo, antes de que siquiera pudieran decir o hacer algo más, Jon se movió hacia ellos, apareciendo frente a ellos.

"Parece que ya se han resignado." Dijo Jon al ver cómo los Eternos no parecían reaccionar a tiempo. Sin embargo, sus palabras estaban alejadas de la verdad, pues los Eternos que tenía al frente no se habían resignado, sino que no habían esperado que él apareciese así, por lo que estaban en shock.

Al ver que ellos no reaccionarían a tiempo, el hijo bastardo de Ashara movió su mano y usó «Runa de fuego». Aquel hechizo provocó que una runa apareciese en el cuerpo de uno de los Eternos. Con la runa en el cuerpo del Eterno, Jon aprovechó la situación para tomarla por el cuello del vestido y arrojarla hacia sus compañeras.

El resto de los Eternos femeninos que estaban vieron cómo su compañera llegaba, por lo que sin saber qué pasaba, la atraparon. Siendo ese su último y más grave error, pues en el momento en que la atraparon, la runa se activó y todas murieron en una explosión de llamas.

Con aquella explosión, la danza mortal que era la batalla se acercaba a su fin, pues solo quedaba un Eterno. Dicho Eterno estaba parado mirando a Jon con terror mientras el sudor cubría su rostro y mojaba sus manos.

"¡A-Aléjate!" gritó de terror el Eterno al ver a Jon comenzar a acercarse a él. Con aquellas palabras, comenzó a caminar hacia atrás, terminando por tropezar y caer al suelo con un ruido sordo.

Al ver a su enemigo en el suelo, Jon movió su mano y sin perder tiempo, conjuró una cadena de fuego. Las ardientes cadenas hechas de hierro fundido e hirviente se aferraron al cuerpo del Eterno, provocando que este soltase un alarido de dolor.

"Ya cállate." Dijo Jon mientras jalaba las cadenas y hacía que el eterno se dirigiera hacia él.

El cuerpo del Eterno fue jalado con suma facilidad mientras este gritaba por las quemaduras que le estaban provocando las cadenas. Sin embargo, sus gritos fueron silenciados cuando la hoja de «Gandravar» se incrustó en su pecho.

Jon sacó la hoja de su espada del cuerpo del Eterno, dejando que este cayese al suelo, muerto. Tras aquello, Jon giró y se acercó a donde Daenerys y sin perder el tiempo, cortó sus cadenas.

El cuerpo de la niña cayó, pero nunca tocó el suelo, pues Jon la atrapó. Los ojos del bastardo se suavizaron cuando vio a la niña, la cual estaba descansando plácidamente. Dejándola en el suelo unos momentos, Jon se acercó al corazón que estaba en la mesa.

"Por alguna razón del destino no has sido afectado por la batalla…" dijo Jon mientras miraba de manera analítica este corazón. La presencia de aquel órgano provocó que Jon se sintiera raro, pero aun así, no hizo nada estúpido como acercar su mano, ya que no sabía qué pasaría si lo hacía.

"Parece que eres un objeto mágico de algún tipo, pero no tengo ni el tiempo ni las ganas de saber para qué sirves." Dijo Jon mientras extendía su mano y creaba varias runas mágicas alrededor del corazón y luego siguió poniendo más en otras partes de la sala.

Cuando hubo puesto más de quince runas, Jon tomó a Daenerys y usando magia comenzó a buscar al resto de sus amigos, esperando poder dar con ellos pronto.


Los ojos de Grenn fueron cegados por un segundo gracias a la luz que ingresaba, causándole un poco de dolor. Cuando este dolor se esfumó, Grenn pudo volver a enfocar su vista y cuando vio a la persona que estaba tras la puerta, sonrió.

"¿Por qué te demoraste tanto, Jon?" preguntó Grenn con alegría al ver a su amigo llegar.

"Me perdí en el camino de la vida." Respondió Jon con una sonrisa mientras miraba a Grenn y al resto. "Parece que todos están aquí."

Las palabras de Jon provocaron que Grenn mirase alrededor, observando que él tenía razón, pues a su lado estaban Sam, Edd, Pyp y Fantasma. Sin embargo, su corazón se sintió pesado al momento en que vio que todos los que estaban allí se encontraban encadenados de una pierna.

"Parece que están descansando muy bien." Comentó Jon mientras se acercaba a sus amigos.

Mientras caminaba, Grenn se dio cuenta de que su amigo llevaba a Daenerys amarrada a su espalda.

"Encontraste a la princesa…" Dijo Grenn mientras soltaba un suspiro de tranquilidad, pues sintió que toda la preocupación que sentía por el paradero de la joven se disipaba.

"Sí, estaba a punto de ser devorada por los Eternos, afortunadamente logré evitarlo." Señaló Jon mientras usaba a «Gandravar» para cortar las cadenas de todos sus amigos.

Tras liberarlos, Jon movió su mano y creó pequeños rayos, los cuales les dieron un ligero toque eléctrico a todos.

"¡AAHHH!" fue el grito al unísono que soltaron todos los humanos cuando se vieron forzados a levantarse por el dolor que sintieron al recibir el relámpago.

"¿Qué mierda?" fue lo primero que preguntó Sam al levantarse y darse cuenta de que no estaba en el «StarWolf». Llevándose una mano a la cabeza, el chico comenzó a ver a su alrededor, sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta de que estaba en una sala vacía de mobiliarios.

"¿Sam? ¿Edd? ¿Grenn?" preguntó Pyp mientras se levantaba y miraba a sus amigos. "¿Dónde mierda estamos?"

"En la casa de los Eternos." Respondió Jon, llamando así la atención de sus amigos.

Los ojos de los recién levantados se abrieron como platos al momento en que escucharon las palabras de Jon. Esto se debía a que se dieron cuenta de que habían sido capturados por los brujos que explícitamente Jon quería evitar que los encontrasen.

"¡La princesa!" gritó Pyp al recordar cómo ellos habían sido capturados.

"Tranquilo, está a salvo." Comentó Jon, provocando que todos lo mirasen.

La tranquilidad apareció en los rostros de todos cuando se dieron cuenta de que Daenerys estaba amarrada a la espalda de Jon.

"La salvaste." Señaló Sam con una sonrisa al ver a la princesa a salvo.

"Sí, pero también acabé con todos los Eternos y los brujos que había en este lugar." Comentó Jon mientras se acercaba a Fantasma, al cual despertó con un suave movimiento tras arrodillarse al lado del lobo.

Cuando el lobo abrió los ojos, soltó un gemido de decepción, el cual estaba más enfocado hacia sí mismo que hacía Jon.

Al oír que su amigo se disculpaba de esa manera, Jon solo sonrió y negó con la cabeza para comenzar a rascarle tras la oreja derecha, calmándolo así.

"¿Qué haremos ahora?" preguntó Edd acercándose a Jon.

"Irnos de inmediato." Respondió de manera rápida Jon mientras volvía a levantarse. Caminando por el lugar, comenzó a llenarlo de runas de fuego, algo que llamó la atención de sus amigos.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Grenn con curiosidad por las acciones de su amigo.

"Voy a explotar este lugar para hacer creer que estos imbéciles han jugado con algo con lo que no deberían." Respondió Jon de manera rápida.

"Entiendo." Dijo Sam de inmediato, pues se dio cuenta de por qué Jon hacía eso. "Quieres hacer creer que lo que ha ocurrido aquí ha sido culpa de los Eternos y los brujos."

"Así es. Si tenemos suerte con esto, desviaremos y evitaremos cualquier tipo de investigación que nos atore en esta ciudad."

Las palabras de Jon hicieron que todos entendieran lo que quería hacer el chico. Esto provocó que todos se mirasen un segundo, pero nadie dijo nada. Esto se debía a que Jon había vuelto a hablar.

"Vámonos de aquí."

Tras aquellas palabras, todos comenzaron a salir del lugar a pasos rápidos.

El grupo comenzó a moverse por todos los pisos y habitaciones de la casa de los Eternos, observando las consecuencias de los combates librados allí. Todos y cada uno de los rincones de la casa de los Eternos estaban manchados de sangre, y varios cuerpos estaban regados por todo el lugar. Había cantidades anormales de cenizas y marcas de quemaduras estaban presentes en muebles, paredes y en el techo.

"Parece que hiciste un desastre aquí, ¿verdad, Jon?" preguntó Sam con asombro al ver todo el daño que su amigo había hecho en su camino hacia ellos.

"Aunque no lo creas, la mayor cantidad del daño colateral fue causado por los brujos." Respondió Jon mientras bajaba las últimas escaleras, las cuales los llevarían a la salida de este lugar.

La revelación de que el daño colateral había sido causado por los brujos solo hizo que Sam y el resto se dieran cuenta de que su amigo era más hábil que los brujos al momento de usar su magia.

"Avancen un poco, la salida está tras esa puerta." dijo Jon mientras señalaba hacia la puerta rota de la entrada.

En el momento en que los miembros del grupo salieron por la puerta, la luz del sol los cegó temporalmente. Sin embargo, eso no los detuvo y siguieron corriendo varios metros hasta que finalmente se detuvieron para tomar algo de aire.

"Haaahh… eso… hahhh fue agotador…" dijo entre respiraciones Pyp mientras recuperaba el aliento.

"Sí, pensé que en cualquier momento saldrían manos esqueléticas para retenernos." comentó Edd, quien se sentó un momento para poder recuperar mejor el aliento.

Las palabras de Edd fueron acompañadas por el asentimiento del resto, excepto por Jon, quien miraba la estructura con los ojos entrecerrados.

El joven bastardo estaba pensando un poco, sopesando qué idea sería la mejor para salir de allí sin llamar la atención. Al final, luego de unos minutos, llegó a una idea. Así que, caminando hacia Edd, comenzó a desatar a Daenerys, quien se mantenía fija en su espalda gracias a los cinturones de varios de los brujos, los cuales él usaba como soga para amarrar a la princesa. Cuando Daenerys estuvo libre, Jon movió sus manos rápidamente y la cargó en sus brazos.

"Edd, chicos." dijo Jon, llamando la atención de sus amigos.

"Sí Jon, ¿qué pasa?." preguntó Sam al oír a su amigo.

"Necesito que tomen a Daenerys y se vayan con ella lo más rápido posible de este lugar." respondió Jon, para luego comenzar a caminar hacia Edd. Cuando estuvo frente a su amigo, le entregó a Daenerys.

Edd extendió los brazos y tomó a la princesa, asegurándose de no dejarla caer. Tras asegurarse de ello, miró a su amigo a los ojos antes de hablar. "Jon, ¿qué planeas hacer?"

"Necesito que se vayan para que pasen desapercibidos de lo que va a suceder a continuación. Traten de no llamar mucho la atención, yo los veré en el barco en unas pocas horas." respondió Jon mientras se preparaba para mantenerse oculto hasta que sea el momento de la acción.

Al oír las palabras de su amigo, los chicos trataron de replicar, pero sabían que sería en vano. Además, eran conscientes de que el plan de Jon era el más sensato por ahora. Así que, no teniendo más opciones, asintieron y comenzaron a alejarse del lugar rápidamente.

Jon vio cómo sus amigos se alejaban de las cercanías de la casa de los Eternos. Cuando vio que habían desaparecido de su rango de visión, se acercó a un árbol de los que había en las afueras del lugar, y se sentó en la base de este.

Jon cerró los ojos por un momento, esperando tranquilamente hasta que el momento perfecto llegara. Comenzando a meditar, centró sus pensamientos en lo que había pasado en su corta batalla contra los Eternos.

'Esos brujos eran hábiles en su hechicería, pero me di cuenta de que su magia no es como la de Tamriel. No solo es más básica y muy restrictiva, sino que también solo parece efectiva contra los no magos.' pensó Jon recordando cómo había podido luchar contra los Eternos y sus brujos con relativa facilidad, algo que no debería de haber sido posible, pues eran más numerosos que él. Aun así, el bastardo sabía que no podía meter a todos los magos y hechiceros en el mismo saco. 'Puede que ellos no hayan sido la mejor opción para poner a prueba mis poderes, pero ya me han dado una idea del nivel de poder de los hechiceros de este mundo.'

Tras aquellos pensamientos, Jon abrió los ojos, pues era el momento. Comenzando a caminar de forma tranquila, se acercó hasta estar a doscientos metros de la casa de los Eternos. Posando sus ojos en la estructura, Jon levantó su mano derecha y chasqueó los dedos.

El sonido que produjeron sus dedos hizo eco por el lugar por unos instantes para luego ser seguido del sonido de cientos de explosiones. Las explosiones surgieron de los cientos de runas explosivas que había colocado en el lugar, creando una sinfonía de estruendos mientras lenguas de fuego del tamaño de caballos surgían, envolviendo cada parte inflamable de aquel lugar.

Lentamente, las llamas comenzaron a consumir todo lo que había dentro de la casa de los Eternos, incluyendo el corazón en la sala donde los cadáveres de los líderes de esta orden estaban.

Jon observó cómo una hilera de humo negro se levantaba por el horizonte, llegando a ser tan grande que era más que seguro que era visible por toda la ciudad de Qarth. Sintiendo que era hora de irse, pues los primeros curiosos estarían por llegar, Jon giró y comenzando a correr, se fue de aquel lugar a la mayor velocidad que podía.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y el capítulo 33 está listo.

Aquí hemos visto como los Eternos han muerto, literalmente, no hay mas de estos cabrones. La verdad es que es difícil escribir sobre la magia de ASOIAF, pues Martin no ha dado mucho trasfondo de esta. Asi que, por eso, al no tener tanto material que me guie tuve que hacer a los Eternos y sus sirvientes de esta manera.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.