Capítulo 2.

Chocolate.

¡EXTRA! ¡EXTRA!

¡LA VIEJA CASONA PHANTOMHIVE HA SIDO COMPRADA POR UN MISTERIOSO SUJETO!

En tierra de humanos las noticias corren rápido justo ahora lo iba comprobando, hacía menos de una semana que había visitado y comprado la propiedad y ya era todo un suceso, tan grande que los niños del periódico la voceaban para elevar sus ventas.

Vaya que los humanos se distraen con cualquier tontería, aunque quizá de ese modo sería bueno atraer humanos para sus futuros clientes.

-¿Escuchaste el rumor de la compra de la mansión Phantomhive? -

-Increíble que exista una persona tan estúpida como para interesarse en aquel lugar del diablo. -

-Mi esposo trabaja como constructor, dicen que ese tipo va a convertirla en un hotel. -

-Pagaría por ver eso. -

Todos sus días eran así, las vendedoras de flores y otros comerciantes se burlaban de la compra sin sospechar que él era el nuevo flamante dueño de aquel lugar y que en los días que llevaba allí, no había sucedido nada demoníaco más que su sola presencia…

Se rumoreaba de un espectro en aquel lugar y él lo vio, desde el día en que adquirió la propiedad, aún no llegaba a la puerta cuando vio su pequeña silueta a través de uno de los ventanales de la enorme mansión.

Minutos después ese mismo día entró a la pulcra (comparada con el resto de la casa) biblioteca y vio un par de mantas dobladas detrás de un viejo sillón, más ningún comentario hizo.

Al siguiente día regresó y se encontró con gran parte de la casa teñida de sangre, sin duda una visión aterradora para cualquier humano, en cambio para él, un ser proveniente del averno fue una visión ciertamente curiosa, su olfato le decía que se trataba de sangre de animal, seguramente traída de alguno de los mercados cercanos. Luego fue a la biblioteca y la puerta nuevamente estaba atorada desde adentro, pudo haberla abierto de un golpe y atrapar en ese momento a su misterioso huésped, pero el mismo se convenció de que no era lo mejor, entonces espero un par de minutos en los que mucho ruido se escuchó y luego encontrándose con la habitación vacía pero ordenada de manera diferente a la del día anterior, incluso una de las mantas permanecía tendida sobre el sillón. No dijo nada, tan solo la dobló y puso un pequeño caramelo sobre ella antes de salir del lugar.

En el día siguiente volvió, esta vez encontrándose con una mujer ahorcada en la entrada principal del lugar, sin duda un humano común y corriente habría caído desmayado en cuanto se topó con tal imagen, desde luego que el no, tan solo sonrió antes de con un chasquido hacer que el cuerpo cayera al suelo y oh sorpresa… Se trataba de un muñeco de paja vestido con un atuendo de la difunta duquesa. Escuchó una maldición por lo bajo y luego pasos corriendo por la mansión. Sonrió sin saber exactamente por qué y entonces se dirigió a la biblioteca y nuevamente las cosas estaban desordenadas y no sólo eso, cintas muy parecidas a las del vestido del muñeco estaban tiradas en el lugar. Decidió juntarlas y ponerlas sobre el sillón dejándolas junto con un caramelo y luego salió.

Hoy en el cuarto día, una enorme cantidad de obreros llegaron a la vieja casona y empezaron a vaciarla y tirar varias de las paredes con pintas supuestamente satánicas. El dueño del lugar sin embargo pidió que la biblioteca no fuera tocada hasta que él les diera permiso. Confundidos los hombres aceptaron y volvieron a sus trabajos, momento en el que el azabache aprovechó para ir a la biblioteca y se encontró con un pequeño rastro de migajas que llevaban a un pequeño mueble, donde seguramente su espectro estaba escondido. Sin dudarlo quiso abrir la puerta pero está de algún modo era tirada por el otro lado para que no se moviera, entonces sólo la dejó y sonrió, sin imaginarlo con algo tan simple había logrado un acercamiento. Nuevamente decidió retirarse del lugar, no sin antes dejar un par de chocolates y luego salir del lugar.

En la mañana del quinto día llegó mucho antes de que amaneciera, antes de que los empleados llegasen y fue directamente a la biblioteca encontrándose con una visión que lo dejó atónito. En el sillón, cubierto por un par de mantas bastante maltratadas y sucias dormía un pequeño niño, delgado y demacrado, por fin veía a su espectro y a pesar de aquella terrible apariencia algo despertó en él, aunque no supo exactamente qué en ese momento. Esbozó una sonrisa y se quitó el elegante abrigo que llevaba y con él cubrió a aquel joven dormido, luego se dispuso a salir no sin antes dejar su tradicional obsequio de golosinas.

En la mañana del sexto día él no llegó, y no se apareció en todo el día en su propiedad, prefirió permanecer cerca del centro de Londres investigando a la familia Phantomhive. Al final su día sirvió bastante, pudo conocer no sólo la identidad de los condes y su causa de muerte, sino que también aprendió que en efecto, ellos tuvieron un hijo al que dejaron solo a una edad muy corta, además de eso, supo de una tal Angelina Durless hermana de la difunta condesa, quien debía cuidar del niño, pero que simplemente decidió abandonarlo a su suerte en aquel lugar pues ella no estaba dispuesta a dejar su estilo de vida tan social sólo por cargar a un niño que ni siquiera es suyo. Por último, cerca de la media noche revisando un montón de viejos periódicos encontró uno en el que aparecían un par de fotos de los condes y su querido hijo, no había duda. Aquella pequeña figura que vio desde el primer día a través de una ventana y después durmiendo en el sillón era el hijo de los condes. Separó del periódico una de las páginas con foto y retiró los restos dejando solo la imagen, ahora en sus manos tenía la clave para encarar a su ya no tan misterioso huésped…

En el séptimo día, llegó muy temprano a su propiedad con la intención de ver a su espectro aún dormido, sin embargo se llevó una enorme y no muy grata respuesta al ver a sus trabajadores agrupados en la entrada, completamente pálidos, como si a un muerto hubieran visto.

-Señores, buenos días. - saluda educado el azabache. -Normalmente diría que me da gusto verlos llegando tan temprano al trabajo, pero hoy ustedes lucen como si hubieran visto un fantasma, ¿Sucedió algo? -

-Ese lugar está maldito señor… Allí adentro pasan cosas terribles. Nosotros ayer no lo vimos, y hoy cuando entramos vimos partes de cuerpos calcinados, y encontramos su abrigo en un charco de sangre. Creímos que usted había muerto.-

-Mmm… Era sólo eso… No debería darles los pormenores de mi apretada agenda, pero dado el caso del susto que se han llevado les diré lo siguiente, ayer estuve trabajando todo el día en el centro de la ciudad, también conseguí el permiso de la reina para la obra. -

-Pe-pero… La sangre… Y los cuerpos… Señor, es horrible allá adentro. -

-Veamos. - se adentra en la casa seguido de varios de sus empleados y se dirige a una zona donde había rastros de una fogata y de entre ellos una mano quemada sobre salía. Sin dudar jalo aquello encontrándose con sólo un guante relleno de paja, algo que ni siquiera estaba quemado, sólo cubierto de hollín.

-¿Qué hay de su abrigo? -

-Creí que lo había perdido. - responde tranquilamente levantando su vista hacia uno de los ventanales que aún no habían caído y a través de él alcanzó a ver esa pequeña silueta escondiéndose detrás de un árbol pero muy atenta a cada movimiento.

Sonrió.

-Pero mi descuido no es el punto ahora. Les ofrezco mis disculpas por el susto que se han llevado esta mañana. Les invito el desayuno para compensarlo. - señala a 3 de sus empleados y les da dinero. -Vayan a alguno de los mercados cercanos y traigan comida para todos. -

-Sí señor. - responde uno antes de salir con los demás.

-Bien, ¿Les parece si comenzamos a trabajar en lo que llega el desayuno?- pregunta tranquilo el azabache.

-Sí señor. - responden los empleados alejándose cada uno a sus actividades.

El dueño de la casa por su parte se dirige a la biblioteca y aprovechando que el espectro no está decide revisar un poco el lugar, encontrando algunas cosas muy interesantes que hubiera seguido entretenido mirando si no es por la pesada roca que se impacta contra el cristal de una de las ventanas.

Con una sonrisa recogió la roca y vio una muy dulce escritura en ella :

"Tu cabeza caerá pronto"

-Bueno cariño. -se acerca a la ventana. -No tengo intenciones de marcharme de este sitio al menos en un siglo. Así que tendrás que aprender a llevarte con nosotros o con gusto puedo llevarte a un hogar para huérfanos de la reina. - de entre sus ropas sacó una caja de chocolates y mete la fotografía del periódico en ella antes de solo dejarla en el lugar como ofrenda. -Tu decides Ciel Phantomhive…

††††

Segundo capítulo up.

Nuestro demonio es curioso por naturaleza, ¿con qué podría encontrarse de seguir adelante en su búsqueda del fantasma?

Pronto lo sabremos.