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Capítulo 44

Tierras Sombrías 297 AC

El ser frente a Jon y sus amigos era enorme, mucho más grande que los gigantes de las historias de la Vieja Tata. No, este monstruo era tan colosal que seguramente podría matar a un gigante de un solo golpe. Su piel tenía un enfermizo y repulsivo tono morado, semejante a carne en descomposición, y estaba cubierta de fístulas supurando pus y cicatrices de cortes mal cosidos. Sus piernas eran rechonchas y cortas en comparación con su tamaño, y sus pies tenían solo tres dedos en lugar de los cinco habituales en los humanos. En lugar de manos al final de sus gruesos brazos, había muñones de los que surgían hojas de hacha de un metal negro y maloliente. Cuando el humo se disipó, el monstruo dio un profundo rugido y, sin perder tiempo, se lanzó contra Jon y sus amigos.

Sus pasos resonaban en toda la habitación, provocando pequeños temblores debido a su enorme tamaño.

"¡Mierda!" gritó Grenn al ver cómo ese gigante cargaba contra ellos, moviéndose a una velocidad que no debería ser posible para algo tan grande… o al menos eso pensaban. Para Jon, sin embargo, el gigante era algo lento, aunque para cualquiera de sus amigos habría sido devastadoramente rápido.

"¡Muévanse!" gritó Jon al ver cómo el monstruo se acercaba y movía uno de sus brazos, listo para asestar un golpe mortal que los convertiría en carne picada.

Al oír el grito de Jon, sus amigos y Fantasma se lanzaron a correr tan rápido como pudieron, aunque era obvio que no lograrían escapar de ese ataque. Viendo la situación, Jon no dudó y se lanzó hacia ellos para ayudarlos, pero se vio obligado a detenerse cuando, de la nada, una bola de fuego se dirigió hacia él.

¡BOOM! ¡BOOM!

Las explosiones resultantes al impactar las bolas de fuego en el suelo hicieron que el lugar temblara, provocando que los amigos de Jon tropezaran. Todos cayeron de manera aparatosa, algo que hizo que Fantasma, quien había avanzado un poco más, se detuviera y mirara hacia atrás.

Los tripulantes del «StarWolf» intentaron levantarse rápidamente, pero apenas lograron ponerse de rodillas. Cuando alzaron la vista, vieron con horror al coloso frente a ellos, levantando una de sus "manos".

El tiempo pareció detenerse, especialmente para Daenerys, quien observó con absoluto terror cómo el ataque caía sobre ellos. El brazo del monstruo se movía hacia ellos, dejándola con una sensación de impotencia y miedo tan intensos que sintió que sus entrañas se aflojarían en cualquier momento. Sin embargo, antes de que el golpe cayera, escuchó a sus amigos gritar.

"¡Y una mierda!" gritó Grenn, clavando su escudo en el suelo. "¡Crees que tus golpes son duros! ¡Seguro que no son ni una pizca de los de Jon! ¡Ven, hijo de puta, danos tu mejor golpe!"

Las palabras de Grenn hicieron que sus amigos reaccionaran, y sin perder un segundo, se colocaron tras él, superponiendo sus escudos para formar una barrera de varias capas.

"¡Más te vale que no muramos, Grenn!" gritó Pyp mientras presionaba su cuerpo contra el de Grenn para reforzar la barrera.

"¡Sí, no quiero morir sin haber gastado todo el oro que tengo!" gritó Eddison Tollett, imitando a sus amigos.

A la par de sus amigos, Sam hizo lo mismo, dejando a Daenerys atrás. Ella parpadeó, atónita, antes de lanzarse y apoyar su cuerpo y su escudo junto a los demás. Pero antes de que el golpe impactara, Fantasma también se unió a ellos, intentando cubrirlos como mejor podía, a pesar de ser un lobo.

¡FUOSH!

El silbido del movimiento del gigante resonó, emitiendo un sonido agudo que aumentó el miedo en los amigos de Jon. Sin embargo, lejos de retroceder, lanzaron un grito conjunto para superar el terror que los embargaba.

¡Crack!

El sonido de la madera rompiéndose llenó el aire cuando el golpe del coloso impactó en los escudos de los amigos de Jon, destrozándolos y convirtiéndolos en astillas. La fuerza del impacto fue tan brutal que lanzó a los cinco jóvenes y al lobo volando, cayendo de forma desordenada varios metros más allá.

El golpe había sido duro, pero, afortunadamente, salvo los daños en sus escudos, no parecían tener heridas mortales. Sin embargo, al intentar moverse, cada uno sintió un dolor tan intenso que se dio cuenta de que estaban más heridos de lo que habían imaginado.

"Aghhh…" gruñó Sam al intentar moverse, pero se detuvo, completamente adolorido, al ver a su alrededor que sus amigos estaban en la misma situación que él, lo que lo llenó de desesperación.

"Maldita sea…" murmuró Randyll Tarly mientras intentaba moverse, solo para que el dolor le impidiera siquiera mover un músculo.

Los ojos impotentes de todos se enfocaron en el gigante que se acercaba, listo para terminar el trabajo y matarlos. Cada uno tuvo una revelación en ese momento; al estar tan cerca de la muerte, todos vieron sus sueños, sus penas, sus metas… y todo les dio una nueva perspectiva de la vida que habían vivido. Sabían que, aunque habían llevado una vida de aventuras gracias a Jon, les dolía no haber llegado al final. Aun así, no cerraron los ojos, no le darían ese gusto a su enemigo.

De repente, vieron cómo un cometa de color dorado se dirigía a la cabeza del gigante, impactando su cráneo y haciéndolo tropezar y caer hacia un lado. Todos los ojos se clavaron en la caída del monstruo, y apenas notaron a Jon, quien corría hacia el coloso, seguido de cerca por el Rey Brujo, que le lanzaba bolas de fuego a gran velocidad.


Jon corrió a gran velocidad hacia su espada; necesitaba recuperarla para asestar el golpe de gracia al gigante y enfrentar al rey brujo en condiciones adecuadas. Llevaba un buen rato esquivando los ataques de este cabrón, y aunque tenía las manos atadas, vio una oportunidad. Sin pensarlo dos veces, usó «Jabalina Perforante» para lanzar su espada en forma de lanza de luz contra el gigante.

'Qué bueno que ese caos tenía la guardia baja.' pensó Jon mientras saltaba a un lado, esquivando otra bola de fuego del rey brujo. Se consideró afortunado de que el gigante estuviera tan desprevenido como para no esquivar un ataque como ese.

Mientras se acercaba, Jon dio un gran salto y vio su espada. Esta, que había sido el núcleo de la lanza mágica, se había clavado hasta la empuñadura en la cabeza del gigante. Aunque debería haber sido un golpe mortal, el gigante seguía moviéndose… torpemente, pero aún podía hacerlo.

'Esto es extraño… No importa qué clase de ser seas, si recibes un golpe de esta magnitud en la cabeza estarías muerto.' pensó Jon, con una mezcla de asombro y asco, al ver cómo de la herida brotaba sangre infectada, manchando por completo su amada espada. 'Puaj, tendré que limpiar muy bien mi espada después de esto'.

Jon se acercó a la cabeza del gigante, quedando a escasos metros de su espada. Sabía que no podría alcanzarla de la manera habitual, pues sintió cómo el rey brujo le lanzaba varias bolas de fuego. Sin perder un segundo, extendió su mano y usó «Telekinesis» para atraer su espada hacia él.

La espada de Jon brilló de color dorado y comenzó a zafarse lentamente de la cabeza del gigante, pero antes de que pudiera escapar de su prisión de carne podrida, el gigante movió una de sus hachas-mano y, con un solo golpe, hizo que «Gandravar» se introdujera en su cráneo por completo, dejando a Jon atónito ante lo que veía.

Ese momento de shock causado por la sorpresa hizo que Jon no pudiera reaccionar bien ante el ataque que se acercaba por su espalda. Así que, girando, hizo lo único que podía hacer en ese momento: extendió ambas manos y usó Magicka para crear una Custodia.

La barrera mágica apareció en menos de un segundo, protegiendo a Jon de las bolas de fuego. Aunque la Custodia disminuyó en poder, no llegó a romperse del todo.

"¡Creíste que podrías escapar de mí!" gritó el rey brujo en yitiense, provocando que Jon no entendiera nada.

Jon no comprendía nada de lo que este sujeto intentaba decirle, pero intuía que seguramente era un intento de provocación. Algo en lo que no podía caer, no en un momento en el que estaba desarmado.

'Maldición…' pensó Jon, mientras sus ojos recorrían toda la sala, esperando encontrar al menos la espada de alguno de sus amigos. Aunque no fueran como la suya, al menos le permitirían usar su magia por un momento, mientras pensaba en cómo recuperar «Gandravar».

Sus ojos encontraron una espada a lo lejos, a varios metros de donde estaba, y sin perder tiempo, se dirigió hacia ella. Comenzó a moverse rápidamente, pareciendo una especie de borrón negro que ningún humano normal debería poder seguir; pero el rey brujo ya no era un humano normal, así que, volando, se colocó al lado de Jon.

"¡¿A dónde crees que vas?!" gritó el rey brujo, mientras lanzaba varias lanzas de hielo contra Jon, quien al verlas comenzó a esquivarlas, moviéndose en zigzag. Sin embargo, al hacer eso, se alejó de la espada, lo que lo puso en una situación aún más complicada.

"Tch." El sonido de fastidio salió de la boca de Jon mientras esquivaba las lanzas de hielo, las cuales, si bien no explotaban como las bolas de fuego, congelaban el piso a varios metros de donde impactaban. Esto convirtió el campo de batalla en un lugar donde Jon debía ver dónde pisaba, ya que podría resbalar y caer si pisaba el hielo... Claro que esa era solo una de las preocupaciones, pues la otra era la posibilidad de una explosión de esquirlas de hielo, algo que no sería bueno para nadie.

Jon se agachó mientras corría, viendo cómo una nueva lanza de hielo pasaba por encima de su cabeza, cortándole un poco de cabello, ya que pasó demasiado cerca. Giró la cabeza y miró a su alrededor, buscando otra espada más cercana, para usar «Telekinesis» y atraerla hacia él. Sin embargo, para su mala suerte, no vio ninguna… No había nada más cerca que la espada que veía a lo lejos, y no podía acercarse sin exponerse a los ataques de su enemigo.

'¡Maldita sea, no puedo ir por esa espada!' pensó con frustración mientras saltaba hacia atrás, esquivando cinco lanzas de hielo que se clavaron más profundamente que las anteriores. Jon supo entonces que su enemigo estaba usando más poder para hacer las lanzas más resistentes y afiladas, algo que podría atravesar su armadura mundana. '¿Acaso esto puede empeorar más…?'

El último pensamiento de Jon fue interrumpido cuando escuchó lo que solo podía ser el gigante. Girando la cabeza, vio cómo ese desgraciado estaba a tiro de piedra… No, él era quien estaba a tiro del gigante, el cual movió su brazo y, sin perder un solo segundo, lanzó un ataque en barrido horizontal.

El ataque era rápido, pero no algo que Jon no pudiera esquivar, por lo que, flexionando las piernas, dio un potente salto y logró evitar el ataque. Este, al pasar a escasos centímetros del suelo, sacó chispas cuando las hachas rozaron el piso.

Mientras Jon estaba en el aire, escuchó al rey brujo gritar algo en yitiense, algo que no entendió y que, francamente, ya le estaba sacando de quicio. Mirando rápidamente a su alrededor, supo que no podría obtener una espada para usar sus hechizos, lo que le dejaba una sola opción… usar magia como un mago normal, algo que no le agradaba.

Había una razón importante detrás de su uso específico de Magicka. Pese a haber recibido la sangre de su maestro, y con ello un cuerpo más fuerte y la capacidad de usar Magicka, tenía una falla: sus reservas de Magicka no eran las esperadas para alguien con el linaje de su maestro. Esto le había traído problemas para lanzar hechizos solo con las manos, pues salían muy inestables. Afortunadamente, su maestro había logrado encontrar una solución: usar armas como catalizadores, algo similar a lo que utilizaban algunos guerreros en la Segunda Era… Pero su maestro también encontró una forma de que Jon pudiera lanzar hechizos básicos: sobrecargar los con más Magicka.

A diferencia de cualquier otro lanzador de conjuros, nombre que se les daba a los magos que lanzaban hechizos en Nirn, Jon debía colocar más magia en cada hechizo, volviéndolo más costoso desde el punto de vista mágico. Debido a que no tenía enormes cantidades de Magicka en su cuerpo, Jon no utilizaba con frecuencia los hechizos de un lanzador de conjuros… pero en este momento, tras ver cómo casi mataban a sus amigos y cómo su preciada espada estaba incrustada en los sesos de un ser hecho de carne y, con seguridad, también órganos podridos, la paciencia de Jon había llegado a su límite.

"¡A la mierda las consecuencias, ya veré cómo te mato con poca Magicka!" gritó Jon con ira, juntando sus manos y concentrando gran parte de su Magicka, más del setenta por ciento de lo que tenía. Comenzó a preparar su hechizo, pero antes de que estuviese terminado, sintió algo acercándose por su espalda. Girando la cabeza, miró en esa dirección y vio al rey brujo lanzándole una enorme llamarada de fuego, que se extendió como un mar de llamas.

Al ver esto, Jon apretó los dientes y, sin perder un solo segundo, volvió a reunir Magicka en sus manos. A los pocos segundos lanzó un nuevo hechizo. De sus manos extendidas surgió lo que solo podía describirse como un potente rayo, que partió en dos el torrente de llamas del rey brujo, sorprendiéndolo de sobremanera. Este rayo era el hechizo llamado «Rayo», la versión estándar más poderosa de los hechizos que lanzaban un ataque de una única descarga eléctrica. El rayo fue tan rápido que dividió el ataque del rey brujo en dos, logrando impactarlo de lleno y provocando que este soltara un alarido de dolor, pues sentía un dolor agudo en todo su ser.

El ataque de Jon hizo que el rey brujo cayera al suelo, no derrotado, solo incapacitado por el momento. Sabiendo que su enemigo se recuperaría pronto, Jon no perdió tiempo y se giró hacia su otro enemigo. Al ver al gigante, que estaba preparándose para lanzar un golpe descendente con el que aplastarlo como si fuera carne molida, Jon reunió de nuevo magia en sus manos y lanzó esta vez otro hechizo de rayos. Este hechizo se llamaba «Electroesfera» y, como su nombre lo indica, era una esfera de electricidad.

La esfera salió disparada de las manos de Jon a gran velocidad, impactando en la cara del gigante antes de que este terminara de prepararse para atacar. La esfera de color púrpura explotó al contacto, formando un domo de electricidad.

La fuerza del ataque fue tan grande que la cabeza del gigante se convirtió en una masa sangrienta de carne y sesos pútridos, cuyos restos fueron esparcidos por todo el lugar. Algunos cayeron sobre los cuerpos de los amigos de Jon, quienes expresaron su asco al ver esto.

Jon ignoró a sus amigos y, sin perder tiempo ni bien tocó el suelo, rápidamente tomó «Gandravar» para encarar al rey brujo.

Tal como Jon había previsto, el rey brujo no había sido derrotado por el hechizo «Rayo», pues estaba de pie y visiblemente molesto con Jon por haber matado a su "mascota".

"¡¿Cómo te atreves?!" gritó el rey brujo con ira, una rabia nacida del simple hecho de que Jon hubiera podido tocarlo con magia, algo que él consideraba que solo él debía poder hacer. La ira del rey brujo era tan grande que comenzó a apretar los dientes, haciendo que la gema en su bastón empezara a brillar.

Lentamente, los susurros que había oído hace años, cuando encontró esa gema, volvieron a llenarlo de visiones de nuevos poderes, provocando una sonrisa en su rostro. Jon no podía ver esa sonrisa, así que fue tomado por sorpresa cuando, de la nada, el rey brujo movió su mano y, bajo los pies de Jon, surgieron pilares de roca que actuaron como garras, cerrándose sobre él.

'¡Mierda!' gritó mentalmente Jon al ver esto, reconociendo inmediatamente la técnica usada en su contra. Sin perder un solo segundo, pues estaba contra el reloj, el hijo de Ned Stark usó «Armas Ígneas» para infundir su espada con el poder de la lava. Con esto, giró sobre su propio eje y cortó las garras antes de que se cerraran. Tras ello, no perdió otro segundo y se lanzó contra el rey brujo, pues lo que acababa de hacer no le daba buena espina.

'¡¿Cómo puede usar habilidades de Caballero Dragón?!' pensó Jon en pánico, ya que sabía que ese hechizo se llamaba «Garras Oscuras», un conjuro que hacía brotar garras del suelo para atrapar e inmovilizar a su objetivo. Esta era solo la versión inicial del hechizo, ya que también había otras variantes más avanzadas, las cuales podían quemar o asfixiar… algo que Jon no deseaba experimentar.

Al ver a Jon correr hacia él, el rey brujo sonrió y, moviendo su pie, dio un fuerte golpe en el suelo, provocando que varios fragmentos de roca comenzaran a levitar a su alrededor. Al ver esto, Jon se sorprendió aún más, ya que esta habilidad se llamaba «Gigante de Piedra» o «Puño de Piedra». Con un simple movimiento de la mano, el rey brujo envió esos fragmentos de piedra hacia Jon a gran velocidad, superando incluso la rapidez de los virotes lanzados por las balistas.

Al ver los proyectiles, Jon movió su espada con rapidez y, sin detener su avance, comenzó a contraatacar, cortándolos uno por uno mientras continuaba acercándose al rey brujo.

"¡Maldito bastardo!" gritó el rey brujo con algo de pánico. Luego, dio un salto hacia atrás y, golpeando su bastón contra el suelo, hizo que varias cadenas de oscuridad surgieran nuevamente. A diferencia de las anteriores, estas cadenas tenían puntas más afiladas y largas.

"¡Muere!" gritó el rey brujo mientras lanzaba las cadenas contra Jon.

Las cadenas comenzaron a moverse de forma caótica, creando una especie de zona impenetrable que impedía que Jon se acercara al rey brujo. Se movían con tal velocidad y fuerza que incluso los reflejos mejorados de Jon no podían predecir su trayectoria, siendo impactado en varias ocasiones cuando intentó ingresar.

Jon observó su armadura, notando cómo parte de esta había sido arrancada por el último golpe de las cadenas, las cuales tenían la suficiente fuerza como para crear grietas en el suelo de piedra.

'Estas cosas son problemáticas… si no logro entrar, no podré cortarle esa maldita cabeza a este rey brujo…' pensó Jon con fastidio mientras miraba a su enemigo. Aun así, intentó una vez más atacarlo con su espada.


Los amigos de Jon observaban con asombro cómo intentaba ingresar a esa cúpula que parecía inexpugnable. El grupo, junto al lobo huargo, se había recuperado justo a tiempo para ver cómo Jon acababa con el gigante usando una esfera de rayos, algo que los sorprendió, ya que no solía utilizar magia de esa manera.

"Es increíble… nunca creí que habría algo que pudiera evitar que Jon atacase…" susurró Pyp, el cual nunca se había imaginado algo como lo que estaba ocurriendo. El joven había sido uno de los que menos herido había salido, junto a Daenerys, pues solo tenía heridas menores, como hematomas.

"Tienes razón… nunca creí ver algo como eso… pero es entendible, en cierto sentido." Comentó Sam mientras observaba la batalla frente a él, manteniendo un ojo en ella, ya que el otro no podía abrirlo debido a la sangre que goteaba por su frente.

"¿Cómo así?" preguntó Edd, quien se apoyaba en Sam, pues había caído mal y tenía la pierna izquierda dislocada, lo que le causaba bastante dolor.

"J-Jon dijo que las piedras sello dan poderes… y por lo que puedo ver, parece que ese sujeto ha tenido su piedra sello durante más tiempo que los demás…" respondió Sam, mirando cómo Jon seguía sin poder ingresar y cómo el Yitiense comenzaba a reír a carcajadas, diciendo cosas en su idioma natal.

"Sabes, es molesto no poder entenderle…" comentó Grenn, quien estaba sentado y apoyado junto a Daenerys, la cual le servía de apoyo, ya que la pobre no podría servir de mucho al joven.

"Sí… quisiera saber qué dice para poder insultarlo en respuesta." Añadió Pyp con una sonrisa algo tensa en su rostro.

"Claro… insultemos al sujeto que puede crear gigantes de carne que pueden matarnos de un solo golpe… sí, eso es muy inteligente." Dijo Edd con algo de sarcasmo mientras rodaba los ojos.

"Edd tiene razón… no es nada inteligente hacer eso… pero no me gusta ver a Jon así…" señaló Daenerys mientras observaba a Jon luchar, sintiéndose inútil en esta batalla.

"Te entendemos… pero, míranos, estamos hechos una mierda… si entramos a esa batalla, solo moriremos." Comentó con pesar Grenn, quien miraba con impotencia cómo su amigo siempre luchaba solo en este tipo de batallas.

"Tal vez podamos hacer algo… crear una apertura para que Jon pueda entrar y acabar con ese bastardo…" susurró Edd, con los ojos entrecerrados, tanto por estar pensando como por el dolor que sentía.

Las palabras del siempre pesimista joven hicieron que todos sus amigos lo miraran sorprendidos, algo que él notó.

"¿Qué?" fue lo que preguntó con ligera molestia Edd al sentirse observado como un bicho raro.

"N-nada… solo que no esperábamos que dijeras una idea como esa sin tu típico pesimismo." Respondió Pyp con una sonrisa incómoda.

"Sí, eso… no nos culpes por sorprendernos cada vez que no hablas con sarcasmo o pesimismo." Dijo a la defensiva Grenn, desviando la mirada.

Las respuestas de sus dos amigos hicieron que Edd se sintiera aún más molesto, pero por mucho que quisiera decir algo más, no pudo hacerlo, ya que de repente escucharon como algo salía volando. Al mirar en esa dirección, vieron que se trataba de Jon, quien había sido golpeado de lleno por una de las cadenas, lo que hizo que saliera volando varios metros y terminara impactando contra una pared.

"Auch… eso debe de doler…" dijo Pyp mientras hacía una mueca de dolor, ya que eso debió de haberle dolido mucho.

"Sí…" añadieron el resto, incluida Daenerys, quien tenía una mueca en el rostro al ver a su amigo recibir ese golpe. Aun así, no les sorprendió mucho ver a Jon salir de la pared y tomar un escombro para lanzárselo al Rey Brujo, provocando que las cadenas destruyeran ese fragmento de escombro. Sin embargo, a pesar de que el escombro fue destruido, un pequeño fragmento dio en el hombro del Rey Brujo, haciendo que éste perdiera el control de su hechizo y terminara desprotegido.

"Vaya… parece que Jon no necesitará nuestra ayuda…" comentó con algo de tranquilidad Sam, quien sintió calma, ya que no sabía cómo ayudar a su amigo sin ponerlos a todos en peligro… algo que, en el estado en el que se encontraban, posiblemente causaría la muerte de alguno de ellos.


El Rey Brujo estaba desequilibrado y asombrado, pues no había esperado que solo una piedra fuera capaz de desestabilizarlo y hacer que perdiera su mejor defensa. Cuando levantó la vista, vio que su enemigo se acercaba a él a gran velocidad, algo que lo aterrorizó. Aun así, en su mente, que seguía siendo atacada de manera constante con imágenes y conocimientos de diversos hechizos, supo qué hacer. Sin pensarlo dos veces, movió una mano y, en su palma, aparecieron tres cubos de color azul verdoso pálido, los cuales se movían como si giraran alrededor de sí mismos. Con un movimiento rápido, cerró la mano, haciendo que su cuerpo se cubriera con una especie de capa de color azul traslúcido.

Con ese nuevo poder, el Rey Brujo esperó que su enemigo llegara. Cuando estuvo cerca, movió su bastón, esta vez lanzando un golpe vertical.

Aquello pareció desconcertar a su enemigo, al menos por un segundo, porque luego surgió de allí una especie de cuchilla en forma de medialuna hecha de oscuridad. Aquella medialuna se movió a gran velocidad contra su enemigo, cortando todo lo que estaba a su paso.

Una sonrisa se mostró bajo la máscara del Rey Brujo cuando vio cómo su enemigo se sorprendió por ello. Aun así, por lo que había visto, esto no sería muy difícil de esquivar para él. Y tuvo razón, pues ese cabrón se movió a un lado y, moviendo su espada, cortó la medialuna por la mitad.

'Esa espada… esa espada… ¡Debe ser mía! ¡Solo yo merezco un arma de ese calibre y poder!' pensó con codicia e ira el Rey Brujo, quien no podía permitir que tan hermosa y poderosa arma estuviera en manos de alguien como el sujeto con el que se enfrentaba.

Lamentablemente, no pudo pensar más, ya que su enemigo se le acercó a gran velocidad y logró llegar hasta donde él estaba. Al estar frente a él, el Rey Brujo vio cómo este comenzaba a mover su espada. Pese a que el combate cuerpo a cuerpo no era lo mejor que podía hacer, él era un Yitiense que había pertenecido al ejército y, por lo tanto, sabía luchar. Tomando su bastón, comenzó a luchar cuerpo a cuerpo contra su enemigo.

Los golpes comenzaron a repartirse entre ambos, creando corrientes de aire que se dispersaban por todo el terreno. Si bien la fuerza de Jon era superior a la del Rey Brujo, este no se quedaba atrás en el combate, usando su bastón no para detener los ataques de Jon, sino para desviarlos, minimizando así la fuerza de cada golpe del hijo de Ned Stark.

"¡Toma esto, hijo de puta!" gritó el Rey Brujo luego de desviar un ataque de Jon. Mientras gritaba, el Rey Brujo movió su bastón de abajo hacia arriba, creando una nueva medialuna, que fue lanzada a poca distancia de Jon. Al ver esto, Jon se movió rápidamente, logrando esquivar por los pelos aquel ataque.

Tras esquivar ese ataque, el enemigo del Rey Brujo dio varios saltos hacia atrás, ganando algo de distancia, no porque estuviera abrumado, sino para lanzarse nuevamente y tener un mejor control en su ataque. Sin embargo, al ver esto, el Rey Brujo movió su pie e hizo uso nuevamente de fragmentos de piedra que flotaban a su alrededor. Con ellos, comenzó a lanzarlos en oleadas rápidas, evitando que su enemigo se acercara a él con facilidad, todo mientras preparaba de nuevo su cúpula de cadenas.


Jon movió su espada, infundida con el poder de «Armas Ígneas», cortando cada roca que se acercaba a él. Había iniciado un combate cuerpo a cuerpo con el Rey Brujo, pero, para su mala suerte, no había podido acabar con él, ya que este también sabía luchar.

'Malditos Yitienses… ¿qué mierda les enseñan a sus soldados para luchar tan bien?' pensó Jon, frustrado por la batalla, la cual parecía llegar a puntos muertos cada cierto tiempo, impidiendo que alguno ganara.

'Sé que tengo gran cantidad de resistencia, pero esta no es ilimitada… si esto se alarga más, llegaré al punto en que no podré seguir luchando…' pensó Jon, preocupado mientras seguía cortando las piedras que se acercaban a él y que no podía esquivar.

Tras romper ese fragmento de escombros, Jon no perdió tiempo y siguió avanzando, pero esta vez se dio cuenta de que su enemigo estaba por volver a lanzar su hechizo anterior… esa maldita cúpula de cadenas. Al ver esto, Jon no dudó, ya que sabía que eso sería complicado para él. Rápidamente, usó «Jabalina Perforante», lanzando «Gandravar» como si fuera una lanza.

La espada, convertida en una lanza de luz por el poder del hechizo, se movió rápidamente, tomando por sorpresa al Rey Brujo, quien recibió de lleno el ataque en todo el pecho. Aquel golpe fue tan fuerte que el Rey Brujo salió volando varios metros, interrumpiendo su hechizo.

Al ver a su enemigo caído, Jon no perdió tiempo, mientras se maldecía por no haber usado ese hechizo antes, ya que podría haber acabado la batalla mucho antes.

'Maldito… sé que no está muerto… la luz que lo cubre es una armadura mágica, una muy dura… A lo mucho, le habré roto algunas costillas a ese cabrón…' pensó Jon mientras seguía corriendo, acortando la distancia con el Rey Brujo.

Mientras corría, vio cómo su espada, que había rebotado contra la armadura mágica del Rey Brujo, caía hacia él. Sin perder tiempo, usó «Telequinesis» para atraparla. Con su espada en mano, volvió a usar «Armas Ígneas», ya que necesitaba que su espada estuviera encantada para provocarle más daño a su enemigo.

Cuando Jon llegó al lugar donde estaba el Rey Brujo, este ya se estaba levantando. Al verlo, con la guardia baja, Jon no perdió tiempo y comenzó a atacarlo. Primero, lanzó un golpe ascendente, golpeándolo en toda la cara, lo que hizo que el Rey Brujo fuera levantado. Pero Jon no dejó que saliera disparado. No, comenzó a lanzarle tal cantidad de golpes con su espada que el cuerpo del Rey Brujo se movía de un lado a otro debido a la cantidad de golpes que recibía.

Pese a que la velocidad de ataque de Jon era grande, el Rey Brujo estaba relativamente ileso… o al menos eso parecía, ya que estaba recibiendo algo de daño, como se mostraba en las quemaduras que surgían en su cuerpo o en los hematomas que aparecían.

Mientras seguía atacando, Jon no se dio cuenta de que su enemigo comenzó a mover su mano en el aire, reuniendo Magicka. Para cuando Jon se percató de ello, ya era tarde, su enemigo había terminado de conjurar el hechizo. Para la sorpresa de Jon, una espada hecha de oscuridad… o mejor dicho, la hoja de la espada surgió del suelo, dirigiéndose hacia su abdomen. Al verla, Jon movió su espada, pero no logró detener el ataque.

La hoja de la espada de oscuridad impactó en la hoja de «Gandravar», provocando que Jon saliera volando… pero no solo eso, ya que la espada de oscuridad siguió creciendo, cortando a Jon en la planta del pie.

Jon salió volando y, cuando cayó al suelo, comenzó a derrapar para intentar reincorporarse rápidamente, pero no pudo hacerlo, ya que en el momento en que su pie tocó el suelo, hizo una mueca, pues la herida era profunda.

Jon tenía los ojos entrecerrados mientras miraba el rastro de sangre que había dejado su pie mientras derrapaba los últimos metros… eso no era nada bueno para él.

'Maldito… estoy herido en un pie… tch, la herida duele bastante… esa no es una herida normal…' pensó Jon mientras miraba al frente, hacia su enemigo, quien aún se encontraba allí, levantándose.

El Rey Brujo se levantó lentamente, casi como si no pudiera hacerlo bien… algo entendible, ya que, pese a que no había recibido heridas graves, los golpes lo habían dejado desorientado y confundido… al menos por unos momentos. Aun así, Jon sabía que eso no duraría mucho, por lo que, apretando los dientes, se puso de pie, pese a que al hacerlo sintió una punzada de dolor atravesando su pie.

'Luego me curaré… por ahora, tengo que acabar con este bastardo… no hay otra opción… tendré que hacer uso de más hechizos… y de toda mi velocidad para atacar…' pensó Jon mientras soltaba un poco de aire… sin pensarlo dos veces. Se lanzó contra el Rey Brujo.

Al ver cómo se acercaba, el Rey Brujo comenzó a atacar a Jon, creando varias hojas de oscuridad que surgían del suelo, amenazando con empalar a Jon. Aun así, el bastardo de Winterfell continuó su avance sin detenerse, esquivando todo lo que se interponía en su camino.

El Rey Brujo gritaba cosas que Jon no entendía mientras él se acercaba. Cuando estuvo a una buena distancia, volvió a usar «Jabalina Perforante». Lamentablemente, ese ataque falló cuando el Rey Brujo saltó hacia un lado… o al menos eso pareció, ya que Jon, al ver ese movimiento, no perdió un solo segundo y, concentrando Magicka en ambas manos, lanzó dos poderosos rayos contra su enemigo, tomándolo por sorpresa.

Aquellos rayos golpearon al Rey Brujo de lleno, enviándolo a volar varios metros, algo que Jon aprovechó para seguirlo sin detenerse. Jon tomó su espada, que estaba cerca de donde cayó, y se lanzó a cortar nuevamente a su enemigo.

Esta vez, el Rey Brujo había derrapado, por lo que no estaba tirado en el suelo como antes. Eso le permitió lanzar a Jon varias medialunas de fuego, las cuales explotaron al impactar en varios lugares. Esos ataques fueron esquivados por Jon y, para su buena suerte, ninguna había caído cerca de los amigos del bastardo.

Jon continuó esquivando las medialunas, acercándose cada vez más.

'Más cerca… más cerca.' Pensó Jon mientras se agachaba, esquivando los ataques de su enemigo. Cuando volvió a estar cerca, por un momento pensó en usar nuevamente «Jabalina Perforante», pero ya la había utilizado dos veces y dudaba que su enemigo cayera en el mismo truco. Después de todo, un enemigo con sentido común no caería dos veces en el mismo ataque… pero uno como este... Jon no sabía qué hacer, pero sabía que debía atacar de forma decisiva. Usar hechizos de largo alcance no sería lo mejor, ya que agotaría rápidamente su limitada Magicka. Así que, pensó por un momento mientras se agachaba para esquivar una medialuna horizontal. Cuando ese ataque pasó por su cabeza, se le ocurrió algo. De pie nuevamente, dio un fuerte golpe al suelo, provocando que un fragmento del terreno, similar a los que usaba el Rey Brujo, flotara a su lado.

Esa acción sorprendió al Rey Brujo, quien no podía creer que Jon utilizara el mismo hechizo que él. Aprovechando la oportunidad, el hijo bastardo de Ned Stark lanzó la piedra a gran velocidad. La rapidez del objeto, sumada al estado de sorpresa del Rey Brujo, hizo que este no pudiera esquivar el ataque, que lo golpeó de lleno, enviándolo a volar una vez más.

Al ver esta oportunidad, Jon se lanzó contra él, utilizando toda su fuerza y velocidad, a pesar de la herida en su pie. Con un gran salto, Jon movió «Gandravar» contra su enemigo, impactando de lleno en su cuerpo. Sin embargo, debido a la armadura mágica del Rey Brujo, este salió "indemne"; su cuerpo no recibió daño por el filo, pero sí fue golpeado contra el suelo, causando un enorme cráter. El golpe contundente hizo que los sentidos del Rey Brujo se desorientaran nuevamente, pero parecía que, pese a ello, Jon no ganaría. No había nada que hacer si no podía superar esa armadura.

'¡Maldito... maldito... ¡maldito!' gritó mentalmente Jon, con frustración, mientras continuaba golpeando fuertemente a su enemigo. Los golpes hicieron que el Rey Brujo comenzara a incrustarse en el suelo, pero nada más que eso. Las heridas que su cuerpo mostraba eran mínimas en comparación con el castigo que debería estar recibiendo.

"Ja, ja..." fue la risa que comenzó a soltar el Rey Brujo al ver el rostro lleno de frustración de Jon por no poder herirlo. Pese a que quería decirle algo más, los constantes golpes de Jon no le dejaron hablar.

El rostro de Jon se llenó de ira al oír cómo se burlaba el Rey Brujo de sus intentos de matarlo. Lentamente, su mente comenzó a nublarse de rabia, y comenzó a usar toda su fuerza, algo que no solía hacer debido a que, por lo general, su mente solía contenerlo. Sin embargo, en ese momento, eso no estaba pasando. Los golpes que le daba eran más potentes con cada segundo que pasaba, y mientras esto ocurría, su mente, por muy frustrada que estuviera, intentaba encontrar una forma de eliminar esa maldita armadura mágica.

'¡Maldito hijo de puta!' gritó mentalmente Jon, quien se frustraba aún más al ver que no encontraba salida. Había llegado a una solución, aunque costosa, ya que implicaba el uso de uno de los dos objetos que poseía... y perder uno de ellos no era algo que pudiera tomar a la ligera. Sintiéndose aún más frustrado por la decisión que debía tomar, Jon continuó atacando, soltando un grito furioso que resonó por todo el lugar.

El grito de Jon era más bestial que humano, algo que asustó a sus amigos, quienes sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos al oírlo. Sin embargo, lo que iban a decir murió en sus gargantas cuando vieron cómo Jon sacaba algo de su bolso encantado.

Jon sostenía en su mano uno de los dos únicos pergaminos de «Disipar Magia» existentes. Un hechizo extremadamente poderoso, no porque causara daño, sino por la capacidad que tenía de disipar hechizos y encantamientos de todo lo que tocara. Junto a otro objeto, de los cuales solo tenía tres, eran considerados por Jon los más valiosos regalos que su maestro le había dejado. No solo porque eran muy útiles, sino porque Jon no tenía forma alguna de replicar su poder, ni siquiera en una versión degradada.

Apretando los dientes por la ira que sentía al usar un objeto tan valioso, Jon abrió el pergamino con una mano. Cuando su mano fue cubierta de energía color humo, apuntó a la cara del Rey Brujo. Una esfera del tamaño de medio puño salió disparada hacia él, impactando de lleno.

Una explosión se produjo en el momento del impacto, pero a diferencia de una explosión normal, esta fue más controlada y solo cubrió al Rey Brujo por completo. La risa que el Rey Brujo había estado soltando murió en el momento en que la aura azul translúcida que lo cubría se extinguió, dejándolo desprotegido.

Al ver a su enemigo finalmente desprotegido, Jon no perdió tiempo y lo tomó por el cuello de su túnica. Lo levantó abruptamente y, antes de que pudiera decir un solo hechizo, le dio un potente golpe en el abdomen, dejándolo sin aire y doblando su cuerpo en forma de V.

Tras ese golpe, Jon tomó su espada y, con un rápido y certero movimiento, clavó «Gandravar» en su pecho, perforando lo que debía ser su corazón. Pero eso no se detuvo ahí, ya que, al ver lo que ese sujeto podía hacer con otros cuerpos, Jon temió que tuviera dos corazones. Así que sacó la espada y comenzó a apuñalarlo varias veces más.

La sangre comenzó a brotar de las heridas que el Rey Brujo había recibido en todo su pecho, ya que Jon no dejó lugar alguno sin apuñalar. Cuando se dio cuenta de que el Rey Brujo estaba inerte y sin vida, tomó su espada y arrojó el cadáver del Yitiense como cualquier cosa a un lado.

"Al fin se terminó…" susurró Jon con algo de cansancio, ya que la pelea lo había fatigado tanto física como mentalmente. Ahora mismo solo deseaba irse y dormir en su barco. Queriendo terminar todo esto, movió su mano hacia la piedra sello en el bastón. Sin embargo, cuando estuvo a punto de tomarla, la piedra se zafó de los ganchos del bastón y, con un rápido movimiento, golpeó a Jon en el pecho.

"¡Gahhhh!" fue el sonido que salió de la boca de Jon cuando su cuerpo salió volando, cortesía del golpe que acababa de recibir.

Jon terminó cayendo cerca de sus amigos, quienes gritaron su nombre al verlo desplomarse al suelo. A pesar de haber caído, Jon se levantó con dificultad, pues la herida en su pie volvió a punzar, causándole un gran dolor. Apretando los dientes, el hijo de Ned Stark observó cómo la piedra sello flotaba en el aire.

"Jon…" dijo Sam, quien se había acercado a su amigo, mirándolo preocupado tanto a él como a la piedra sello. "¿Es normal que eso ocurra?"

"No… al menos no ha pasado hasta ahora." Respondió Jon mientras su amigo lo ayudaba a levantarse.

"¿Crees que es algo malo?" preguntó Grenn desde más atrás, mostrando clara preocupación en su voz, ya que casi habían muerto… bueno, ellos, ya que Jon no tanto.

"No lo sé…" Las palabras de Jon murieron en su garganta cuando vio cómo aquella gema se movía y se incrustaba en el pecho del Rey Brujo, hundiéndose en su carne con un sonido grotesco.

"Mierda…" susurró Daenerys en total shock al ver eso, pues había escuchado que esas piedras a veces parecían ser parásitos, pero esta vez era la primera vez que lo veía.

Las palabras de Daenerys provocaron que sus amigos la miraran con confusión. Pero antes de que alguien pudiera decirle algo, sucedió algo increíble… y a la par perturbador y asqueroso.

Lentamente, un miasma de color púrpura con toques rojizos comenzó a salir del cuerpo del Rey Brujo como si fuese una niebla, cubriendo totalmente su cuerpo. El miasma empezó a aumentar de tamaño, acompañado de sonidos grotescos que parecían ser huesos rompiéndose y reorganizándose.

Todo el lugar quedó en silencio, permitiendo que los sonidos grotescos de lo que fuese que estaba ocurriendo debajo de aquella niebla se escucharan claramente. Cuando el sonido se detuvo, los corazones de todos los amigos de Jon, e incluso el suyo, quedaron expectantes, observando lo que saldría de ese lugar… Para su buena, o tal vez mala suerte, el miasma se disipó cuando un rugido potente se hizo presente, enviando ondas de aire tan fuertes que todos los jóvenes tuvieron que taparse los ojos para evitar que el polvo los cegara.

"¡AHHHHH!" fue el grito colectivo que se escuchó por parte de los amigos de Jon, quienes, cuando el viento se desvaneció, pudieron observar lo que había frente a ellos.

Frente a sus ojos se alzaba una figura monstruosa en toda la extensión de la palabra. Este ser era alto, muy alto, midiendo más de cuatro metros, aunque eso era engañoso, pues no estaba completamente erguido, sino que estaba jorobado y en cuclillas. La criatura frente a ellos parecía un ser humanoide delgado, con un cuerpo que no tenía mucha musculatura; no, lo más exacto sería decir que era esquelético y demacrado. Su piel era negra, pero estaba cubierta completamente por pelaje rojizo enmarañado. Donde antes deberían haber estado sus piernas humanas, ahora había patas similares a las de un ciervo. Sus brazos eran exageradamente más grandes que su cuerpo y terminaban en unas peligrosas garras de cuatro dedos, con uñas tan negras como el carbón. En su espalda, recorriendo toda la columna, había una hilera de púas que supuraban sangre. Su cabeza había sido reemplazada por la calavera de un ciervo, cuyas fauces estaban llenas de colmillos amarillentos y afilados, con una lengua bifurcada y muy larga. En esa cabeza esquelética brillaban unos ojos que resplandecían con nada más que malicia, odio y lo que parecía ser un hambre voraz. Finalmente, algo que no cuadraba con todo ese aspecto monstruoso era la enorme gema roja incrustada en su pecho, irradiando una energía tan repulsiva que Jon Snow sintió asco al verla.

"En el nombre de los dioses, antiguos y nuevos… ¿Qué en todos los siete infiernos es eso?" preguntó Pyp, con miedo, mientras el sudor se formaba en su cuerpo y extremidades, algo que todos sus amigos, incluido Jon, también se preguntaban.

La falta de respuesta hizo que todos los amigos de Jon supieran que él tampoco sabía qué era esa cosa, pero no tuvieron tiempo para pensar en nada, ya que en menos de un segundo, aquel ser rugió y, ante los ojos atónitos de Jon y sus amigos, abrió sus fauces, comenzando a reunir lo que solo se podía describir como Magicka.

Aquella criatura reunió Magicka con una velocidad que dejó a Jon petrificado, pues superaba con creces su capacidad de reunir magia, algo que no le permitió ver que su enemigo estaba preparando un ataque muy poderoso.

Cuando el hijo bastardo de Ned Stark se dio cuenta de lo que ocurría, aquel ser lanzó el hechizo, el cual tomó la forma de un poderoso rayo de energía negra. Ese ataque mágico, que no era nada que Jon hubiera visto en su vida, fue tan rápido que Jon apenas pudo reaccionar.

"¡Muévanse!" gritó Jon mientras usaba toda su fuerza para impulsarse a él y a sus amigos fuera del alcance del ataque.

La acción de Jon logró que él y sus amigos no murieran calcinados por el rayo, el cual impactó en la pared que estaba tras ellos, creando una potente explosión. Pero no solo eso, pues aquel ser levantó la cabeza y el rayo se elevó hacia el cielo, destruyendo tanto la pared que estaba allí como el techo por donde pasaba.

"¡AHHHHH!" gritó la tripulación del «StarWolf» al ver cómo todo el techo era destruido, dejando el lugar hecho un caos aún mayor.

Cuando el ataque de aquel monstruo, pues ya no podía ser considerado el Rey Brujo, finalizó, Jon y sus amigos vieron cómo la pared que había estado tras ellos había sido partida por la mitad, algo que también había ocurrido con el techo.

Con los ojos llenos de sorpresa y algo de miedo, Jon y sus amigos miraron al monstruo frente a ellos y, por primera vez desde que comenzó su viaje, Jon volvió a sentir el miedo de morir.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y al fin esta el capítulo 44, XD

Vemos el inicio de una nueva batalla, la cual espero haber plasmado bien. Observamos la aparición de un tipo de magia compleja, pero no solo eso, también vemos que las piedras sello tienen voluntad propia, o al menos esta la tiene.

Sobre ese monstruo, si quieren saber cómo se ve, busquen la imagen de un wendigo, XD.

Bueno, también vemos por qué mencione anteriormente que Jon vería que llevar a sus amigos fue un error, y es que, no están al nivel para enfrentar monstruos, algo de lo que Jon se ha dado cuenta.

Para el próximo capitulo tendremos el round final de esta pelea, y espero que les guste.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.