Capítulo final
- ¿Qué paso después? ¿Qué paso después? - lleno de emoción - ¡porfavor dime que paso después abuelita!
Un pequeño niño saltaba de emoción por tal relato que le fue dicho
-desde que tu madre te dejo esta mañana no has dejado de preguntarme sobre esas historias del pasado- la mujer sonrió - ¿no te cansas de escuchar a esta anciana?
Con una cálida sonrisa en sus labios aquella mujer miraba a su pequeño nieto, un joven elfo, su cabello era tan blanco como la nieve, sus ojos eran tan rojos como cual rubies, su sonrisa era muy amplia, llena de pureza, rasgos muy similares a los de "el"
Era una vista nostálgica
- ¡claro que no! - el niño declaro - ¡tú y mi abuelito fueron increíbles!
La mujer anciana amplio su sonrisa, por la ventana se podía apreciar un gran árbol bañado por la luz del sol, en aquel gran bosque que la vio nacer, en aquel gran bosque en el cual termino viviendo en una cómoda casa junto a su familia.
El bosque de Wishe los habia recibido con gran jubilo, por aquella gran hazaña que realizaron en el pasado la cual le dio al mundo entero una verdadera tranquilidad.
El ocaso habia comenzado, la luz del sol poniente se abría paso por la ventana de la habitación, iluminando ligeramente el rostro de aquella mujer haciendo que sus rasgos resaltaran aún más.
Su cabello era blanco, pero no por nacimiento sino por el paso del tiempo, las arrugas predominaban en su piel, su movilidad ya no es lo que era, necesitaba de un bastón para poder caminar
¿Cuánto tiempo habia pasado?
La única respuesta a esa pregunta seria… demasiado
Todo en aquella mujer habia cambiado desde su juventud, salvo por dos cosas
Su amor incondicional hacia su familia
Y sus ojos…
Aquellos ojos azules eran alegres, mirando con ternura a su pequeño nieto, aquellos ojos azules que un día enamoraron al gran héroe
Su nombre era conocido por todos
Lefiya cranel
La última gran [héroe] que participo en la lucha contra el apocalipsis alado, el [dragon negro]
-vamos abuelita, dime que paso después
-eres un pequeño conejo muy curioso- con una cálida sonrisa lefiya acaricio la cabeza de su nieto
-abuelita…- haciendo un tierno puchero -no soy un conejo
Aquella escena hizo que lefiya por un segundo imaginara a su amado, cosa que le dio una enorme nostalgia y algo de tristeza al mismo tiempo. Pero dejando ese pensamiento a un lado ella solo revolvió ligeramente el cabello de su nieto para luego retirar su mano.
-tienes razón, pero es que eres tan tierno como uno jeje- bromeando ligeramente y viendo como aquel puchero se hacía un poco más notorio -vamos no te pongas así- sonriendo - ¿Qué te parece si te termino de cortar toda mi historia en lo que tu Mamá llega?
- ¿¡enserio!?
-si- asintiendo con la cabeza
- ¡qué bien!
Durante todo el día, lefiya habia estando recordando su pasado, omitiendo algunas partes por obvias razones, pero, aun así, volver a recordar aquellos tiempos fue en cierto sentido reconfortante
-veamos, donde me quede- llevando su mano hacia el mentón -la expedición…
- ¡no! – mirándola fijamente -te quedaste cuando Mamá nació
-solo quería ver si estabas prestando atención jeje
-claro que lo hago…- inclinando ligeramente su cabeza -aunque aun no entiendo porque no me quieres decir como nacen los bebes
-lo sabrás cuando seas más grande- lefiya declaro -pero no te distraigas- haciendo que su nieto le prestara atención -una vez tu Mamá estaba entre mis brazos, recibimos una visita inesperada…
El relato continuo, al igual que los recuerdo de lefiya, memorias que ella nunca podría olvidar cruzaron por su mente.
-vaya, parece que llegamos algo tarde
Todos los presentes en la aquella habitación en la sede de la familia Dian Cecht dirigieron su mirada al origen de aquella voz.
- ¿ahora que quieres Hermes? - rápidamente Hestia se interpuso -estamos ocupados en estos momentos
-por primera vez estoy de acuerdo con la enana- loki la imito, ignorando el enojo de Hestia -si vienes a molestarlos en este momento…- abriendo ligeramente sus ojos -me enojare.
Un sudor frio bajo por la sien del dios, ver a las dos diosas mirándolo de esa manera lo puso muy nervioso, rápidamente el intento pedir una ayuda silenciosa al dirigir la mirada hacia su "hija" pero esta simplemente lo abandono.
-felicidades a ambos- asfi abandono al dios al dar unos cuantos pasos al frente y ver a la familia recién formada -es muy linda- sonriendo ligeramente
-muchas gracias asfi-san- acariciando ligeramente la cabeza de su hija -es tan hermosa como su madre
-t-tonto- lefiya se sonrojo ligeramente -hay muchas personas aquí
-Eso no importa- viendo fijamente a su prometida -nunca me cansare de decir lo hermosa que eres
-cielos, ¿Qué hare contigo? – el corazón de lefiya dio un pequeño salto de alegría, al igual que un sutil sonrojo se presentaba en sus mejillas
-no lo sé- sonriendo -pero yo sí sé que quiero hacer contigo ahora
Sin esperar reacción alguna bell habia besado suavemente los labios de su amada, pese a estar aun cansada por el parto de su pequeña bebe, ella nunca se negaría a unir sus labios con su conejo
- "esos dos sí que se aman mucho"- fue todo lo que pudo pensar la mayoría
-b-bell-kun…- con algo de nerviosismo Hermes lo nombro - ¿m-me ayudas? - no recibiendo respuesta, solo asustándolo más por las constantes miradas de ambas diosas -e-es importante, alguien quiere verte
- ¿alguien quiere verme? - eso ciertamente si llamo su atención - ¿Quién?
Hermes en ese instante miro a ambas diosas las cuales ante eso solo retrocedieron un paso, sabiendo que si algo malo pasaba no le iría bien en lo absoluto.
Aun así, se arriesgo
-y-ya puedes venir
Fue todo lo que dijo en el pasillo, la mayoría estaba expectante, por su parte los jóvenes padres no tenían miedo alguno, ¿Cómo estarlo? Si a su lado estaban algunos de los ejecutivos de la familia de la chica además de la propia fuerza del chico.
Menos de un segundo después una persona envuelta en una gabardina negra se asomaba por la puerta, lo único que estaba a la vista de aquella persona era su barba de un color gris, dando a entender que era una persona vieja.
-veo que has crecido mucho bell
Fueron sus palabras las cuales fueron acompañadas con una sonrisa.
El chico al instante reconoció aquella voz ¿Cómo podría olvidarla? Después de todo por muchos años la habia oído todos los días
-n-no puede…- bell delicadamente se levantó de la cama dejando a su bebe en los brazos de su amada mientras lentamente se acercaba a aquella persona - ¿e-en verdad eres…?
- ¿Qué pasa? - el extraño volvió a hablar - ¿estas tan feliz de verme que no puedes hablar de la felicidad? - quitándose la gabardina que lo cubría, llamando la atención de aquellos que lo conocían, en especial de cierta diosa, gritando su nombre
- ¿¡Zeus!?
El anciano dios ignoro el ruido de los demás, loki intento decir unas palabras, pero Hermes la interrumpió, tomándola del hombro, una jugada arriesgada sin duda, pero necesaria.
- ¿en verdad no tienes nada que decirle a tu abuelo? - viendo como bell se acercaba a él hasta estar justo al frente suyo, pero con la mirada dirigida hacia el suelo– sé que la sorpresa de que yo sea un dios pudo ser bastante grande, pero eso no cambia el hecho que tu seas mi querido nieto.
Lo siguiente que se escucho fue el sonido seco de un golpe, aquel golpe habia sido propinado por el mismo bell a su "abuelo" en la zona de su estómago, el dios se inclinó por el dolor, al mismo tiempo que sus manos fueron dirigidas al lugar donde recibió aquel golpe.
Ni loki ni Hestia pudieron evitar sonreía ante esa escena, al mismo tiempo que Hermes solo giro ligeramente su mirada, los demás mortales estaban confundidos, pero confiando que después les explicarían lo ocurrido ellos permanecieron en silencio
-s-sí que te has… *costándole hablar* h-hecho muy fuerte bell
-pensé que habías muerto…
lagrimas comenzaron a caer al suelo
-pensé que me habia quedado solo en el mundo…
Lefiya solo miraba la espalda de su amado, ciertamente en una ocasión ambos se contaron algo de su pasado, cuando ella se enteró que su prometido antes de llegar a orario habia estado solo por mucho tiempo solo la hizo querer demostrarle lo contrario.
Lo cual consiguió, la pequeña vida que sostiene en sus manos era la prueba de ello
Pero verlo en ese estado le dolía, es por eso que independientemente de cómo terminara esa reunión ella le daría muchos besos antes de dormir.
-seguí tus consejos, vine a orario, donde muchas familias me rechazaron
Ante eso finn entre susurros comento que esas familias se perdieron de una gran aventurero, y agradecía que ellos no fueran así
Aquello hizo que bete se pusiera nervioso.
-kami-sama me encontró y fue la única que me pidió ser parte de su familia
Hestia sonrió ante esas palabras
-un minotauro casi me mata en mis primeros días en el calabozo, me enfrente a una familia entera, casi me gano el odio de todos.
El chico lloraba mientras le contaba su aventura hasta el momento, ya sea como una forma de recriminarle por no prepararlo adecuadamente o por el simple hecho de decirle todas las dificultades que habia tenido que pasar hasta la fecha, realmente no lo sabía.
-muchos de tus consejos no me sirvieron…- derramando unas ultimas lagrimas -pero muchos otros si- aun sin levantar la mirada -gracias a esos consejos seguí adelante, gracias a esos consejos puedo seguir mi sueño de convertirme en un héroe, y más importante… *levantando la mirada viendo fijamente a su abuelo -gracias a esos consejos ahora tengo una familia, tengo a una hermosa prometida y a una preciosa hija- dirigiendo por un segundo su mirada hacia ellas -a las cuales amo con todo mi ser.
El lugar se quedó en silencio, lefiya por instinto solo sonrió y abrazo ligeramente a su pequeña bebe la cual seguía durmiendo, todo gracias a que pese a lo que sentía bell no alzo la voz, hasta en ese aspecto ya se preocupaba por su pequeña.
-sí que has crecido mucho bell- Zeus que permaneció en silencio, ya no solo por el dolor sino para oír claramente a su nieto lo abrazo -estoy realmente orgulloso de ti.
Con esas palabras unas cuantas lagrimas más fueron derramadas por el chico, pese a ya ser considerado un adulto, pese a haberse convertido en padre, pese a haber enfrentado a grandes peligros, el seguía siendo joven, un joven que extrañaba a su abuelo.
-Hermes me ha estado informando de muchas de las cosas que has hecho- Zeus se separó de su abrazo, no era su estilo abrazar a los hombres, así que simplemente puso sus manos en los hombros de su nieto -además de otras cosas que han pasado por aquí
-Hermes… después hablaremos- Hestia y loki lo miro con furia, mientras el dios rogaba por ayuda la cual nunca le fue dada
Nadie les quiso prestar atención al asustado dios, la completa atención estaba sobre la reunión de un joven con su abuelo
-aun cuando no debería estar aquí no pude evitarlo, cuando supe que serias padre tenía que estar en este día tan importante para felicitarte- agachando ligeramente la mirada -aunque no se si lo merezca ¿crees que me podrías perdonar?
-ya lo hice después de golpearte
Aquella respuesta solo hizo que el dios riera, en verdad que su nieto era alguien muy amable
El ambiente se estaba animando ligeramente, pero se habían olvidado de un pequeño detalle
-manténgase en silencio- airmid los interrumpió -aunque todo haya salido bien la nueva madre aún necesita descansar y yo tengo que hacerle otras revisiones a la bebe solo para estar seguros que tenga buena salud- nadie cuestiono eso -así que les pido que salgan de la habitación.
-estoy de acuerdo con la hermosa señorita- Zeus hablo mientras lentamente llevaba su mano hacia el trasero de airmid -mientras ella hace eso, bell puedo hablar contigooooo….
Sus palabras fueron cortadas cuando antes de posar su mano sobre su trasero airmid lo tomo con fuerza y doblo su brazo con mucha facilidad, evitando de esa manera que aquellas manos pervertidas la tocasen.
Ante aquella vista todos tuvieron un único pensamiento
- "qué bueno que bell no fue corrompido por ser criado por ese pervertido"
Aquello fue lo que pensaron todos, o bueno, casi todos, lefiya tenía otra cosa que decir al respecto, aunque claro que jamás lo diría, lo que sucedía en las noches entre ellos dos era algo que nunca nadie se enteraría.
-eh, así que eso paso
De regreso en el presente el niño hablo
-abuelita, ¿y que quería hablar ese dios con el abuelito?
-de muchas cosas, Zeus-sama le hablo acerca de las grandes misiones, los monstruos más fuertes de todos
- ¿cómo el que tú y el abuelo derrotaron?
Una sutil risa salió de los labios de lefiya
-sí, pero no lo hicimos nosotros dos solos, muchos otros participaron en esa batalla. Le hablo acerca de las antiguas familias más fuertes en orario, y por supuesto le hablo acerca de sus padres.
-ya veo- sin entender mucho aun -eso parece mucho ¿estuvo hablando con el abuelo toda la noche?
-no fue tanto tiempo jeje- viendo como el ocaso poco a poco se acababa -si hablaron por varios minutos, pero no se extendieron tanto, tu abuelo apenas vio que airmid habia terminado su trabajo él quiso pasar todo su tiempo con nosotras- sonriendo -nunca dejo de preocuparse por su familia.
- ¿y que fue de ese dios?
-se tuvo que regresar, no se podía quedar más tiempo en orario, pero a partir de ese momento él y tu abuelo hablaron mucho atravez de cartas.
-qué bueno que él pudo ver otra vez a su abuelo- agachando ligeramente la cabeza -me hubiera gustado conocer a mi abuelito
-a bell también le hubiera encantado conocerte- sus ojos se humedecieron ligeramente -él te habría amado nada más al verte al igual que yo.
Ella sonrió al igual que el niño, pero mientras que la del niño era genuina, la de lefiya era algo forzada.
-abuelita ¿Qué paso después?
-en verdad que eres muy curioso- *pasando ligeramente su mano por sus ojos para volver a sonreírle genuinamente a su nieto -luego de eso comenzó nuestra más grande eh importante aventura de nuestras vidas
- ¿derrotar a ese dragon?
-no, algo mucho más importante…- dándole una cálida sonrisa -ser padres.
El relato de aquellos lejanos días continuo, todo mientras los recuerdos invadían la mente de la mujer.
Las noches en vela, aprendiendo a cambiar pañales sucios, alimentarla, limpiarla, eran solo algunas de las acciones que los jóvenes padres aprendían poco a poco, lefiya aún se tenía que quedar en reposo por un poco más de tiempo, pero bell no.
El chico una vez tuvo la oportunidad se lanzó hacia el calabozo con la intención de conseguir el mayor número de valis posible, también el de hacerse más fuerte, ya no solo por su sueño de ser un héroe, por la promesa de wiene y los demás xenos, ahora también por su nueva familia.
Los bebes suelen heredar el carácter de sus padres, o al menos eso es lo que les dijeron, asegurando que su pequeña niña no lloraría mucho y sería muy tranquila.
Que equivocados estaban.
- ¡búa, búa!
Los llantos de la bebe resonaron por toda la habitación, despertando a ambos padres de su sueño, las ojeras de ambos eran muy notorias
-yo me encargo, tu intenta segur durmiendo- un somnoliento bell se levantó de su cama
-tu mañanas vas al calabozo mientras yo tengo que seguir aquí- lefiya en el mismo estado que su amado lo tomo de la muñeca -además tu no podrías hacer nada, ella tiene hambre.
Sin pena alguna lefiya se retiró la parte superior de su pijama, dejando sus pechos al descubierto, desde que comenzó a darle pecho a su hija se fijó que era más cómodo y rápido para ella dormir sin brasier en las noches.
- ¿Cómo sabes que llora por hambre? - bell declaro mientras lefiya se le adelantaba -podría ser que tiene el pañal sucio
-mis instintos de madre me lo dicen
La joven madre no tuvo que caminar muy lejos, puesto que la cuna de su bebe estaba justo al lado de su cama, un pequeño obsequio de parte de welf el cual la construyo enteramente.
La habitación del chico se habia convertido en un museo de diferentes peluches, obsequios de conocidos de ellos, aunque no entendían quien les habia enviado tanto, aunque no es que no le agradeciera
Una vez lefiya sostuvo a su bebe en brazos por mero instinto la pequeña llevo su pequeña boca a unos de los pechos de su madre y comenzó a alimentarse
-ves, te lo dije- con los ojos adormecidos ella sonrió -una madre sabe lo que su bebe necesita
-tienes razón, nunca dudare de tus instintos de madre jeje
-más te vale- ella declaro -ahora sigue durmiendo, mientras yo la alimento
El silencio se apodero del lugar, desde que la pequeña habia llegado a la mansión de la familia Hestia sus integrantes habían cambiado momentáneamente sus habitaciones para estar algo más alejadas a las del capitán, no fue por decisión propia, aquello habia sido una petición del mismo bell, no quería incomodar a sus amigos.
Habia insistido tanto que al final todos aceptaron, salvo por una condición, ante cualquier dificultad no se quedara callado y les pidiera ayuda, después de todo para eso estaba la familia. El acepto y así fue como comenzaron sus nuevos días como padres primerizos
-en verdad que come mucho- bell apareció detrás de lefiya y la abrazo desde su cintura
- ¿no te dije que fueras a dormir? - cuestiono lefiya
-sí, pero no me puedo quedar sin hacer nada, al menos déjame hacer algo por ti
- ¿Qué vas a hacer…?
La chica no pudo terminar de decir bien aquella frase cuando las manos de su prometido habían comenzado a darle un agradable masaje sobre sus hombros, el agotamiento de la crianza ciertamente le habia causado factura.
- ¿Qué tal lo hago?
-muy bien- alzando ligeramente su cabeza -en verdad eres muy bueno con las manos
-gracias, practique mucho contigo jeje
-tonto- un ligero sonrojo se formó en sus mejillas al comprender a lo que se refería
Ninguno decía nada, los tres integrantes de la familia estaban ubicados en la mitad de la habitación, con la luz de la luna iluminándolos atravez de la ventana, la misma luna que habia sido testigo su de declaración de amor eterno.
-oye lefiya, tengo una pregunta
- ¿sí?
El chico dejo de masajear los hombros de su amada, solo para abrazarla por detrás, envolver sus brazos en su cintura y recostar su rostro ligeramente en su hombro para ver a su hija aun alimentándose.
- ¿es idea mía o tus pechos se hicieron más grandes?
El silencio nuevamente se apoderó del lugar, en otras circunstancias la reacción de la chica habría sido desproporcionada, pero ahora, después de todo lo que habían vivido, después de haberse convertido en padres, ya no se alteraría tanto por esos detalles.
-sí lo hicieron, antes que naciera nuestra hija tu no dejabas de jugar con ellas, y ahora tengo que alimentarla constantemente, es normal que hayan crecido, incluso se hicieron más pesadas.
- ¿enserio? - llevando su mano hacia el pecho libre levantándolo ligeramente -tienes razón, está más pesado- viéndolo fijamente mientras su mano apretaba con un poco más de fuerza -oye, crees que podría…
-no- declaro lefiya rápidamente al igual que se apartaba de los brazos de su conejo pervertido -se lo que me ibas a pedir y la respuesta es no, por el momento mis pechos son solo para la bebe- sacándole juguetonamente la legua, al igual que su bebe dejaba de comer al quedarse dormida
-tacaña- volteando la mirada
-vemos no te pongas así- dejando delicadamente a su hija en la cuna y acercándose a su amado -es para…
-lo sé- con una sonrisa pícara en sus labios bell la habia tomado de su cintura una vez se habia acercado lo suficiente -solo estaba jugando- profundizando el abrazo haciendo que los pechos de la chica se aplasten ligeramente con su cuerpo -pero eso sí, una vez ya no las necesite las quiero devuelta.
-pervertido
- ¿está mal que sea pervertido?
-no- dándole un ligero beso en los labios -no mientras solo seas así solo conmigo y mientras estemos solos
Una ligera sesión de besos habia comenzado, ambos procuraron hacer el menor ruido posible para no despertar a su hija, con mucho cuidado ambos se habían recostado nuevamente sobre la cama
-no debemos ir más allá de esto- declaro con mucho pesar lefiya -mi cuerpo aún no está del todo recuperado
-lo sé, pero…- una sonrisa juguetona se formó en los labios de bell - ¿al menos puede haber unos ligeros roces?
Lefiya tardo un segundo en responder, consciente de la situación, y, aun así
-está bien.
La noche paso con pequeños susurros de ambos mientras mencionaban el nombre del otro.
Si, los días eran duros, pero las noches gratificantes, aunque no pudieran ir mucho más allá de lo que les gustaría ir realmente.
Aun así, ambos disfrutaban de esos momentos.
-abuelita- el nieto la saco de sus pensamientos - ¿estas bien? Te quedaste en silencio por un minuto
- ¿eh? - dándose cuenta que se dejó llevar por sus pensamientos -oh perdóname, solo me distraje un poco al recordar algunas cosas jeje
-mmm- pensativo - ¿y cuando Mamá nació no hubo problema con esas dos diosas?
-no realmente- recordando algo -aunque si hubo una vez que me tuve que enojar con loki-sama y Hestia-sama
- ¿Cómo fue? - lleno de intriga mirando con entusiasmo esperando la respuesta.
-pues veras…
El relato continuo mientras los recuerdos llegaban a la mente de lefiya.
- ¡esto no está a discusión tabla de planchar! - Hestia declaro llena de enojo
- ¿¡cómo me dijiste enana!?- tomando a Hestia de sus mejillas y estirándolas con fuerza
- ¡ya me oíste! - soltándose del agarre de loki - ¿acaso tus oídos son tan planos como tus pechos? - una sonrisa arrogante se posó en sus labios, aumentando el enojo de loki
- ¡tu…!
Ambas deidades discutían en el patio de la mansión del chico, originalmente la joven familia estaba disfrutando de un pequeño picnic, no fue sino hasta la visita de loki con algunos de sus "hijos" que vinieron a ver a la bebe que todo comenzó a ponerse tenso entre ambas diosas.
- ¡la bebe será parte de mi familia! - declaro Hestia - ¡ella duerme aquí todos los días! – comenzando a alzar su tono de voz - ¡ella vive aquí, es justo que cuando crezca se una a nosotros!
- ¿¡y eso que tiene que ver!?- refuto loki igualando el tono de su contrincante - ¡sin mi ella ni siquiera estaría aquí! – señalando a los jóvenes padres - ¡yo fui las que les proporciono su nidito de amor a esos dos! – dijo para que todos la escucharan -por eso es justo que cuando crezca se una a mi familia.
- ¡tu hija le quito la inocencia a mi bell-kun, lo mínimo es que su hija este conmigo! –
- ¡tu hijo también le quito la inocencia a mi lefiya, y sabiendo lo difícil que es para una elfa quedar embarazada es más que obvio que el apodo de conejo no está de adorno!
- ¡loki-sama!
Ambos padres estaban avergonzados por las palabras de sus respectivas diosas, la discusión seguía en aumento, el tono alto de sus palabras paso a convertirse en gritos, provocando que la pequeña bebe comenzara a llorar
Cosa que activo el instinto materno en la pequeña hada
- ¡DECIDIDO! - ambas diosas chocaban sus cabezas con enojo - ¡LO RESOLVEREMOS EN UN JUEGO DE…
-¡SILENCIO!
Un grito mucho más fuerte que el de ambas diosas resonó en el lugar, se trataba de lefiya la cual tenía una mirada de miedo, ni siquiera cuando llamaban vieja a riveria se le podía comparar
-l-lefiya-kun…
-l-lefiya…
Ambas diosas comenzaron a asustarse por aquella mirada.
-bell, sostén a nuestra pequeña- declaro con gran seriedad, cosa que su amado acato de inmediato -tranquila cariño, mami se encargara de esto
Fueron sus palabras tranquilas y llenas de alegría dichas a su bebe, afortunadamente aquellas palabras la habían calmado, ambas diosas pensaron por un segundo que las cosas acabarían aquí, pero cuando lefiya las volteo a ver aquella mirada nuevamente estaba es su rostro
Ambas sabían que no se salvarían.
Muchos minutos después la escena habia cambiado a una loki y Hestia en el suelo, estando de rodillas mientras una muy seria lefiya las mirada desde lo alto puesto que ella seguía completamente en pie.
- ¿quedo claro? - hablo lefiya en un tono muy serio
-sí, cuando crezca ella decidirá a que familia unirse- ambas diosas hablaron al mismo tiempo.
-bien, espero que esta sea la única vez que tenga que decirlo- dándose la vuelta para ir con su pequeña
-sí, lo sentimos mucho…- dijeron ambas diosas mientras permanecían de rodillas
Aquel día, en aquel lugar, a aquella hora, todos entendieron a la perfección un hecho, el cual era nunca hacer enojar a lefiya y menos cuando se trataba de su hija
-recuérdame que ni tu ni yo podemos enojar a mami ¿de acuerdo? - fueron las palabras de bell a su pequeña en brazos la cual habia comenzado a reír -lo tomare como un si jeje
- ¿de que hablaban? – dijo lefiya una vez estaba delante de ellos
-n-nada…- con algo de nerviosismo bell respondió.
Lefiya lo miro por unos instantes solo aumentando su nerviosismo, afortunadamente para el padre, su hija comenzó a dar pequeños balbuceos y a estirar sus bracitos en dirección hacia su madre
-parece que alguien te extraño- comento el chico
- ¿si cariño? - con mucha ternura lefiya la tomo en brazos ¿extrañaste a mami? - hablándole en un tono sereno -no te preocupes, mami ya está aquí
La pequeña toco sutilmente el rostro de lefiya cosa que la hizo reír suavemente, todo el enojo que sentía habia desaparecido en solo un instante.
Pero la bebe al parecer quería más, ya que una vez estuvo en los brazos de su madre extrañaba a su padre y lo demostró al estirar nuevamente sus bracitos en dirección a bell.
-ahora te extraña a ti
- ¿es eso verdad?
En un tono algo juguetón bell se acercó hacia su amada y la abrazo quedando su pequeña hija en medio de ambos, la niña al verlos juntos toco sus rostros y de inmediato se puso a reír con más fuerza, aquello conmovió tanto a los jóvenes padres que no pudieron evitar darle un beso cada uno a una de las mejillas de su hija al mismo tiempo solo aumentando las risas de la infante.
Todos en aquel lugar miraban con cierta ternura aquella escena tan tierna en sus palabras, incluso aquellas diosas que seguían de rodillas lo hacían.
-supongo que nos pasamos- comento Hestia.
-sí, aunque no me guste estoy de acuerdo contigo- respondió loki
Fue todo lo que dijeron mientras en sus labios se formaba una gran sonrisa al ver a aquellas familia abrazados.
- ¿en verdad hiciste que dos diosas estuvieran de rodillas? - devuelta al presente el nieto pregunto a lo que lefiya solo asintió con la cabeza - ¡increíble!
Ver a su nieto admirándola tanto la llenaba de alegría, pero al mismo tiempo con algo de tristeza, puesto que le hubiera encanto que su amado hubiera recibido esos mismos elogios.
-tu madre no debe tardar en llegar- lefiya comento mirando por la ventana - ¿quieres que te termine de contar la historia?
- ¡si porfavor! - sonrojándose ligeramente -p-pero espérame un segundo… tengo que ir al baño
-no te preocupes no me iré a ningún lado- sonriéndole -ya sabes dónde queda
- ¡no me demoro!
El joven elfo se alejó de la dulce anciana, mientras su joven nieto estaba ocupado lefiya miro por la ventana, la luz del sol ya estaba a punto de cederle su domino a la noche por completo, las primeras estrellas se asomaban en el firmamento.
Recordar su pasado durante todo el día realmente la puso muy nostálgica, y fue por esa misma razón que no pudo evitar recordar más cosas de su pasado con el amor de su vida.
-que bien dormí- un alegre bell se estiraba mientras seguía sentado en su cama.
Las semanas habia pasado, y su pequeña ya no lloraba tanto, aquella fue un alivio para ambos padres puesto que nuevamente pudieron disfrutar de más horas de sueño.
-lo mismo digo
A su lado estaba su pareja, su prometida, su amada, el amor de su vida, usando nada más que su ropa interior y una de las camisas de bell, el cual solo usaba sus pantalones, dejando su abdomen y pecho musculo a plena vista, para deleite de lefiya.
- ¿te desperté? - algo apenado por eso -lo siento- dándole un beso de buenos días como forma de disculpa
-no, no lo hiciste, aunque si me quieres dar otro beso de buenos días no me enojare- dijo lefiya mientras estiraba sus brazos, solo para ser llenada de besos por su amado
-hoy pensaba tomarme un día libre de bajar al calabozo, ¿Qué te parece si tenemos una salida familiar por la ciudad? Así nuestra pequeña comenzara a conocer más lugares y personas- propuso bell mientras se levantaba de la cama
-me gusta esa idea- lefiya sonrió -ya mi cuerpo se encuentra perfectamente bien y ya puedo bajar al calabozo contigo- lentamente ella se sentaba en la cama -por eso me gustaría pasar todo el tiempo posible con mi niñita antes de bajar allí
En ese instante lefiya estiro su cuerpo, dándole un espectáculo a su amado, el hecho que la chica estuviera en ropa interior, al mismo tiempo que usara su camisa fue una imagen irresistible para el conejo.
En ese instante el chico no lo pudo resistir por más tiempo, a paso lento pero constante él se dirigió hacia su amada y sin que le diera un solo instante para reaccionar el conejo la recostó nuevamente sobre la cama, con la diferencia que el esta vez se encontraba arriba de ella.
- ¿b-bell, que estas…? Ahh- un gemido fue lo que remplazo el final de aquella frase, puesto que el conejo habia besado su cuello -e-está muy temprano para… ahhh.
-lefiya…
Hay estaba de nuevo, aquella forma en como la nombraba, aquel tono lleno de deseo que le fascinaba a la joven hada, escuchar a su pareja llamarla con tanta pasión, la llenaba de felicidad. Sus gemidos eran cada vez más fuertes a medida que el conejo la besaba y comenzaba a tocar su piel de porcelana.
En todo este tiempo ambos se habían abstenido de tener relaciones, no llevando el acto más allá que simples roces, aquello fue duro para ambos por igual, ambos son jóvenes realmente atractivos, ambos se amaban, ambos se deseaban
-t-trampo… ahh- gimiendo nuevamente al sentir como su hombre mordía suavemente la punta de su oreja
-me levante con hambre- mordiendo la punta de las orejas de su amada generando en ella más gemidos los cuales retenía con sus manos
-b-bell… ¿estás seguro? Ahh- sintiendo una agradable descarga bajando por su espalda -e-está muy temprano- dijo mientras se flotaba sus muslos por volver a sentir tan maravillosa sensación
-lo estoy- bajando su mano hasta tocar el pecho derecho de lefiya causando otro gemido, solo para susurrarle coquetamente en su oído – por eso déjame devorarte- soplando ligeramente su oreja.
Ambos estaban a punto de dejarse llevar por sus deseos, de no ser porque fueron interrumpidos justo antes que bell le quitara el brasier a su mujer. Se trataba de su pequeña hija la cual habia comenzado a llorar.
Los instintos maternos de lefiya se activaron de inmediato y fue a atender a su pequeña, le reviso el pañal, estaba limpio, le ofreció comida de un pequeño biberón, no quiso, incluso le ofreció su pecho y nuevamente la bebe se negó.
Ella estaba bien, no tenía nada en su piel que la irritara, no tenía hambre, habia dormido toda la noche, la pequeña estaba perfectamente bien, y no fue sino hasta que bell intento calmarla entre sus brazos que nuevamente la niña guardo silencio.
Tras la salida familiar de aquel día ambos quisieron volver a intentarlo una vez la noche habia llegado y estaban solos en su habitación, la bebe habia comido y ya estaba durmiendo. Ambos padres estaban usando solo ropa interior cuando comenzaron a besarse.
Los susurros de ambos eran aduras penas audibles para ellos, llamándose mutuamente con gran amor y deseo, ambos se estaban excitando, el cada vez más grande bulto en la ropa interior de bell y la cada vez más húmeda ropa interior de lefiya era la señal de eso.
Desafortunadamente, pese a que era imposible que la bebe los escuchara ella habia comenzado a llorar, obligándolos a detenerse nuevamente.
Al día siguiente que fueron ambos al calabozo la pequeña se quedó al cuidado de Hestia y de haruhime, en todo ese día la pequeño no lloro ni una sola vez. Y cuando ambos regresaron notaron como su bebe ya estaba durmiendo en la cuna la cual cambiaron al cuarto de haruhime.
Sabiendo que estaría bien con la joven renard ambos intentaron tener su momento de intimidad, pero como si de una mala broma se tratase cuando estaba comenzando pudieron escuchar el llanto de su hija. Ninguno podía evitar querer ir a revisarla, ambos se vistieron nuevamente y fueron a donde estaba su pequeña dándose cuenta que estaba bien
Lefiya agradeció a haruhime por cuidarla todo el día mientras que bell cargaba la cuna para llevarla nuevamente hacia su habitación donde los tres durmieron toda la noche.
Así paso por varios días, semanas incluso, ambos jóvenes abstenidos por las interrupciones de su pequeña los tenía algo intranquilos y deseosos por volver a sentir plenamente aquel acto, fue por ese motivo que tuvieron una idea.
- ¿quieren ir a una cita romántica? – welf pregunto inclinando la cabeza por la confusión
-si- bell respondió sin dudar -quiero llevar a lefiya a cenar en un restaurante, es por eso que les quería pedir el favor si pueden cuidarla mientras no estamos- hablo con su pequeña en brazos.
-no hay ningún problema- haruhime fue la primera en responder, sin dudas, sin vacilación, pese a que sabía que ella nunca estaría en ese tipo de relación con su héroe, estar a su lado y apoyarlo en todo lo que necesite le era más que suficiente -bell-sama y lefiya-sama pueden ir tranquilos a su cita- sonriendo mientras movía ligeramente la cola cosa que llamo la atención de la bebe -yo la puedo cuidar sin ningún problema, no es la primera vez que lo hago
La pequeña ante la vista de la cola en movimiento de haruhime estiro sus bracitos hacia ella, acción que hizo que la joven renard la tomara entre sus brazos y llevara su cola hacia sus manitas para que jugara con ella.
Una imagen sumamente tierna, que por un segundo hizo sentir algo culpable a lefiya. No porque se arrepintiera que haberse quedado con bell, de eso nunca se sentiría culpable, sino por el hecho de pedirle que cuiden a su hija a una de las chicas de las que en un punto tenía sentimientos románticos por su hombre
¿aquello no era cruel?
- ¿estas segura haruhime-san? - lefiya hablo viendo como la joven oriental seguía jugando con su hija mientras la sonrisa de sus labios no se desvanecía -tu ya has hecho mucho nos nosotros, si necesitas…
-estoy bien lefiya-sama- haruhime la miro fijamente a los ojos, ampliando aún más su sonrisa -en verdad estoy bien con cuidar a su hija
Sus palabras venían acompañadas de otro significado, uno que lefiya pudo entender al instante
- "en verdad que eres una persona muy amable"
Fue el pensamiento de varios de los presentes
-ya veo- lefiya sonrió también -en verdad, gracias por todo.
-no hay ningún problema lefiya-sama, diviértanse en su cita.
Ambas mujeres sonrieron, y tras ese breve conversación la pareja se alisto para su salida
Ellos si fueron a un restaurante elegante para cenar, los pendientes de compromiso que lefiya siempre llevaba consigo resaltaron y llamaron la atención de las demás elfas que aún no podían creer que aquella pequeña habia logrado enamorar a aquel joven aventurero que rompía más récords que cualquier otro.
Aquellos comentarios siempre aparecían, no importara que hicieran o que la vieran con esos pendientes o con su hija en brazos nunca dejaban de escucharlo, cosa que les gustaba porque así podían silenciarlos con sus acciones.
Unos músicos comenzaron a tocar, invitando a las parejas a que bailaran, muchos por vergüenza no salieron, pero los jóvenes padres no, ellos aprovecharon esa oportunidad y delante de todos comenzaron a bailar al ritmo de la música.
Al finalizar ambos fueron aplaudidos por todos y en medio de eso ambos compartieron un cálido beso, de esa manera aquellas palabras fueron silenciadas. Pocos minutos después regresaron a su mesa, terminaron su cena, pagaron la cuenta y salieron del lugar con una gran sonrisa en sus rostros
-la cena estuvo realmente deliciosa- saliendo del lugar -aunque nunca nada te podrá superar- abrazando el brazo de su prometido -tú me acostumbraste a tus comidas, así que más vales que asumas la responsabilidad jeje
-siempre lo hare, es una promesa- bell respondió con una ligera sonrisa mientras inclinaba un poco si cabeza para estar en contacto con la de lefiya - ¿quieres caminar un poco antes de ir allí?
-si- sosteniendo con un poco más de fuerza el brazo de su amado ambos caminaron por las calles de orario -la noche sí que está muy hermosa hoy- comento lefiya mientras alzaba la mirada -sobre todo las estrellas.
-son hermosas- comento bell mientras miraba fijamente el rostro de su amada -pero me gusta más ver el color azul
- ¿te refieres al cielo cuando esta de día? - comento algo confundida
-no- bell respondió, confundiendo aún más a la joven hada la cual se giró para verlo -me refiero al color de tus ojos
El corazón de lefiya se aceleró, su rostro se sonrojo en un tierno rojo el cual llegaba hasta sus orejas, ante esas palabras y la abstinencia de no haber tenido relaciones en un largo tiempo la hico jalar a su hombre hacia el lugar donde todo comenzó, aquella casa que le pertenecía a loki y de la cual aún tenían las llaves.
Una vez en aquella habitación en donde todo comenzó lefiya ataca a bell dándole varios besos sin descanso en sus labios, sentir sus lenguas danzando le alegraba, sentir la cercanía de sus cuerpos la regocijaba, saber que volvería a sentir en lo más profundo de su ser a su amado la emocionaba.
-estas muy emocionada hoy lefiya- una pequeña broma se formó en la mente del conejo - ¿acaso esperas que algo pase? - dándole una sonrisa pícara -si es así dime… ¿Qué quieres que hagamos esta noche?
Los besos de lefiya se detuvieron, su sonrojo aumento. En cada ocasión en la que la pareja compartió un momento de intimidad era bell el que comenzaba, y si bien en medio del acto lefiya se dejaba llevar por la emoción del momento, el que siempre comenzaba era bell
Eso no era muy justo
Y fue con esa idea en mente que el chico quiso jugar un poco con su chica
-q-quiero hacerlo…
Un suave susurro fue dicho por lefiya, la joven chica dijo esas palabras con algo de vergüenza mientras miraba a su amado. Algo contradictoria teniendo en cuanta todo lo que habían hecho juntos, pero así era ella.
Tímidamente la chica comenzó a quitarse su vestido, y cuando vio a su pareja hacer lo mismo con su camisa se emocionó pensando que sus palabras vergonzosas fueron escuchadas
Las cuales si llegaron a oídos de bell… pero este fingió que no lo hicieron
-lefiya- inclinándose para hablarle directamente en su oído -no te escuche muy bien. ¿podrías repetirlo una vez más?
El sonrojo de lefiya aumento de golpe, cubriendo todo su rostro, la joven hada estaba ansiosa con comenzar y el malvado conejo la atormentaba justo antes de iniciar
-eres cruel…
Fue todo lo que pudo decir la chica mientras pequeñas lagrimas se formaban en sus ojos. De inmediato bell se asustó, nunca pensó que aquello podría generar tal reacción en ella, rápidamente la beso nuevamente, acción que fue recibida por la chica, y al separarse ambos se miraron fijamente.
-l-lo siento, yo no quería…- sus palabras fueron silenciadas unos segundos por un beso de lefiya la cual al separarse hablo.
-bell…- abrazándolo por detrás de su cabeza -q-quiero…- reuniendo valor para decir aquellas palabras -quiero que hagamos el amor
Una manera muy dulce de pedirlo sin dura, aquella dulzura fue hipnotizante para el conejo el cual volvió a besar a su amada mientras se quitaba su camisa y después ayudaba a lefiya a quitarse el vestido.
Pocos segundos después ambos se encontraban desnudos y con eso su noche de diversión comenzó
Las horas pasaron donde ambos finalmente se habían vuelto a unir en cuerpo y alma, los besos, las carisias, la sensación de sus entrepiernas chocando constantemente, produciendo en ellos un gran éxtasis.
Sin retener ni disminuir sus gemidos y suspiros, si se tendrían que disculpar nuevamente pues que así sea, pero ahora, después de tanto tiempo ninguno se iba a contener. Fruto de esa decisión y de las veces que lo hicieron mientras la chica usaba algún tipo de atuendo pervertido provoco en ellos el gusto por este tipo de juegos durante su acto de pasión.
Diversos trajes ya estaban manchados por sudor y otros tipos de fruidos, aquellos trajes arrojados a un rincón de la habitación eran nuevos, pero a diferencia de los anteriores los cuales eran algunos que escondía loki, esta vez eran completamente suyos, como el que estaba usando en este momento.
Ggnnggghhhh… Haaaaggghhh… b-bell… Mmngghhhh… Uaaahhh
Los gemidos de lefiya no se contenían, las fuertes envestidas de bell eran mucho más fuertes, ya sea por finalmente volver a sentir tan sensación, o por el atuendo que la chica usaba, realmente ni importaba ahora.
Dándole fuertes nalgadas a ese redondo trasero élfico el cual estaba muy levantado para que el miembro del chico entrara lo más profundo posible, solo producía en la joven hada nuevos gemidos. Sus pechos se movían constantemente, haciendo que sus duros pezones rozaran las sábanas mientras que un pequeño cascabel sonaba al compás de las embestidas.
Lefiya estaba usando un atuendo muy pervertido, se trataba de pequeños accesorios de gato, en sus manos tenía puesto unos guantes con formas de patas de gato, en su cabeza llevaba una tiara con orejas de gato, en su cuello estaba un pequeño collar con un cascabel el cual no dejaba de sonar a la par de sus gemidos, pero lo más importante era una pequeña cola.
Una larga cola de gato sobresalía de su trasero, ella misma fue quien se la puso, la inocente y tímida lefiya se iba cuando estaba en la cama con su conejo, todo era culpa de bell, sus palabras, su cuerpo, su mirada, todo era una trampa mortal para ella, obligándola a actuar de esa manera, una mentira descarada que ni ella misma se creía.
Solo tenía que verse en un espejo para saber que disfrutaba de aquello
Aahh... aahhh... aahhh… aahh... aaahh… aahhh… aahh… Aaaahhh… Beeellllllll
Lefiya comenzó a gemir con mucha más fuerza, su vagina se apretó mucho más, envolviendo el miembro de bell con mayor fuerza, sus ruidos de piel chocando al lado de los ruidos de sus fluidos interactuando resonaron con más volumen
Estaba a punto de venirse, solo tenía que sentir nuevamente el semen de bell adentro de ella para completar el acto
~l-lefiya… yo… Ooaahhhhhh
Pese a que al fuerte agarre de la chica bell logro separarse justo a tiempo, haciendo que nuevamente este se corriera una vez más encima del cuerpo de su chica en lugar de en lo más profundo de su ser.
El cabello de la chica para este punto estaba pegajoso, sus orejas manchadas al igual que sus pechos, incluso en su trasero enrojecido por tantas nalgadas también estaba manchado, la esencia del conejo estaba impregnada en todo su ser, menos en el lugar más importante
- ¿p-porque…? - entre jadeos lefiya intento hablar lo más comprensiblemente - ¿p-porque te corriste otra vez afuera?
Si bien la sensación era maravillosa y estar cubierta por la semilla del chico no le molestaba, habia algo que la incomodaba, y era que en ninguna ocasión bell se habia corrido adentro de ella, no lo negaría, sentir ese calor en su vientre era de lo que más disfrutaba.
-p-para no lastimarte…- el chico respondió y al igual que la chica intento que sus palabras fueran coherentes pese a aun estar agitado -durante el parto te dolió mucho, y yo… no quiero que sufras
-b-bell…- lefiya con algo de dificultad se puso de rodillas en la cama y se puso frente a frente con el chico -si eso dolió mucho, pero ese dolor solo es momentáneo a comparación de toda la felicidad de tener a nuestra hija al lado nuestro- llevando su mano aun con el guante puesto a la mejilla del chico -si llego a quedar embarazada lo último que pensare será en el dolor del parto, en mi corazón solo sentiría una gran alegría por volver a ser madre- un ligero beso fue dado a los labios del chico el cual recibió con gran agrado -¿o es que no quieres tener más hijos?
-yo…- sonriendo mientras imitaba a su amada y también ponía sus manos en las mejillas de esta -quiero tener una gran familia en el futuro contigo.
Ambos sonrieron, ambos compartieron un largo beso lleno de cariño mutuo, al separarse lefiya pudo notar como el miembro del chico seguía erecto, cosa que la hizo sonreír, fue por ese motivo que se levantó de la cama y moviendo sus caderas mientras aquella cola de gato se mecía de un lado hacia el otro fue que llego al armario donde tenían aun algunos trajes sin usar.
-elige que quieres que use ahora- declaro lefiya mientras lentamente retiro aquella cola de su trasero, produciendo en ella un pequeño gemido -no importa lo que sea, me lo pondré para ti
La chica sonrió, y aún más cuando su amado se levantó igualmente de la cama y fue justo hacia aquel armario, para luego observar por unos segundos los trajes que quedaban, bell al verlos se imaginaba a su prometida con aquellos trajes puestos.
Un traje muy similar a los que normalmente uno veía a las amazonas, bell se imaginó a lefiya con ese traje e imitando aquella actitud que emanaban algunas, ciertamente era algo emocionante.
Un corset junto a prendas como de campesina sexy, la sola imaginación del chico al pensar en su amada con aquello puesto y su cabello suelto le fascinaba.
Un traje de tipo oriental, donde sus largas piernas y ese bello trasero élfico resaltaran como nunca antes, una imagen muy exótica sin duda alguna.
Por último, un micro bikini el cual aduras penas podría cubrir sus pezones y su entrepierna, la sola idea de verla en esa "ropa" tan sexy era algo que sin duda alguna sería muy pervertido de ver.
Aun así, antes tantas opciones el chico ya habia tomado una decisión
-cierra tus ojos- ordeno bell a lo que lefiya obedeció de inmediato -no los abras hasta que te lo diga ¿de acuerdo? – con eso dicho y al ver como lefiya no veía nada comenzó a quitarle los demás accesorios de gato que aun traía puestas
- ¿tú mismo vas a vestirme? - pregunto lefiya aun con los ojos cerrados, pero no recibió respuesta por unos segundos.
-listo, ya los puedes abrir
- ¿eh? - lefiya miro fijamente a bell para luego bajar su mirada hacia su cuerpo -pero si no me has puesto ningún, solo estoy desnuda
-si- sonriendo con ternura mientras miraba fijamente aquellos ojos azules que lo volvían loco -me gustan los trajes, no lo niego, pero pienso que esta es la versión que más me gusta de ti, al natural- sus palabras hicieron sonrojar con ternura a su amada -para mi tu eres mi hermosa hada, la mujer más hermosa del mundo y el amor de mi vida- una pequeña pausa fue hecha, solo mientras bell llevaba su mano hacia la mejilla de lefiya y está la usara como su almohada -no necesitas usar ningún traje para que piense eso de ti, tu entraste en mi corazón como si fuera tu casa, lo robaste para jamás devolverlo… te amo y siempre te amare tal y como eres.
Pequeñas lagrimas se asomaban por los ojos de lefiya solo para ser limpiadas gentilmente por los dedos de bell, su pequeño y alegre corazón latía con fuerza, con una mirada de ternura en su rostro lefiya levanto su rostro de la mano de bell para mirarlo fijamente
- ¿acaso quieres volver a enamorarme con tus palabras? – viendo aquel color rojo de sus ojos el cual se habia vuelto su color favorito
-esa es la idea- abrazándola -dime ¿funciono? – acercando su rostro lentamente al de ella, viendo aquellos ojos azules, y al igual que su amada, aquel color se habia vuelto su favorito
-sí, funciona todos los días- respondió mientras cerraba lentamente sus ojos al igual que bell -todos los días me enamoro nuevamente de ti
-me alegra- estando a nada de besarse -ya que yo también me enamoro cada día de ti- con esas palabra dichas sus labios habían vuelto a unirse.
Tras eso las horas continuaron su curso, los rayos del sol se filtraban por la ventana, en todo este tiempo la pareja no se habia separado en ningún segundo ¿Cuántas veces se habia corrido bell adentro de lefiya? No lo sabían, nunca llevaron la cuenta.
No fue sino hasta ese momento en el chico salió del interior de la chica, los jadeos y los gemidos aun salían de sus labios, a ambos les costaba respirar, pero la gran sonrisa en sus labios era algo que no se les borraría en todo el día.
En su última posición lefiya estuvo encima de bell, el chico aun la sostenía firmemente desde sus gruesos muslos, ambos vieron como la semilla del chico salía de la entrepierna de la chica, aquello no les importaba, solamente intentaban recuperar el aliento.
Una vez se recuperaron un poco bell jalo suavemente a su amada hacia su pecho donde ella gustosamente se recostó, logrando escuchar su corazón latir con fuerza mientras sentía como su amado le acariciaba la cabeza con mucho cariño.
La larga espera finalmente habia terminado de la mejor forma posible
Aquellos recuerdos eran algo que pese al paso de los años lefiya nunca pudo olvidar, lentamente la mujer mayor podía escuchar un sonido repetirse una y otra vez
-abuelita, despierta- el joven elfo la llamo repetidas veces antes que dejara de recordar y abriera los ojos
- ¿eh? - con un ligero sonrojo en sus mejillas - ¿q-que paso?
-te quedaste en silencio por mucho tiempo abuelita, me toco llamarte muchas veces- el pequeño tenía un puchero en su rostro - ¿te quedaste dormida?
Lefiya se avergonzó por dejarse llevar de tal manera por sus recuerdos del pasado pese a todos sus años
-p-perdóname cariño, solo estoy algo cansada, eso es todo jeje- mintiéndole para no tener que explicarle nada de esos temas
-si quieres puedes descansar- sugirió el pequeño queriendo ser considerado con ella, pero no podía ocultar su rostro de tristeza por no poder seguir escuchando aquellas historias
-agradezco que te preocupes por mi- sonriendo -pero aun puedo seguir contante algunas historias en lo que llega tu Mamá ¿Qué dices?
El pequeño no tuvo que decir ninguna palabra, con su solo rostro de emoción fue una respuesta más que clara
-veamos- llevando su mano hacia el mentón - ¿te Conte cuando tu abuelo casi le rompe la cara al jefe del gremio en aquel entonces?
-no- negando con la cabeza - ¿Por qué lo hizo?
-ese hombre era un elfo arrogante, codicioso y constantemente menospreciaba a los demás- con aquellas palabras al pequeño ya le habia caído mal -pero lo peor es que discriminaba a los mitad elfos- el niño frunció el ceño al imaginarse lo que sucedió, podría ser joven pero no tonto -un día tu abuelo y yo tuvimos que ir al gremio por unos asuntos y llevamos a tu Mamá con nosotros, la pobre se asustó con algo y se puso a llorar, la intentamos calmar.
- ¿y lo lograron?
-sí, pero no a tiempo- también frunciendo ligeramente el ceño al recordar eso -ese tipo habia escuchado los llantos de tu Mamá y cuando salió de su oficina a ver qué era lo que pasaba, la vio- apretando ligeramente los puños -para ese punto ya todos sabían que era nuestra hija y lo primero que dijo al verla fue "¿Qué hace esa sucia mitad elfo aquí? Este no es lugar para una mocosa de clase baja"
- ¿¡que!?- lleno de indignación el pequeño hablo - ¿¡quién se creía ese tipo para tratar a mi Mamá así!?
-eso fue lo que pensé- relajando sus puños -y tu abuelo pensaba lo mismo- dijo mientras sonrió con orgullo -el rápidamente se dirigió hacia ese tipo y lanzo un golpe a pocos centímetros de su cabeza, destruyendo el muro que estaba detrás- el pequeño se calmó mientras la sonrisa de lefiya se ampliaba -él lo miró fijamente a los ojos y le dijo que nunca jamás se atreviera a decirle algo así a su hija, comenzando a temblar solo para después caer al suelo por el miedo jeje
- ¡bien hecho abuelito! - el niño celebro -pero, ¿eso no les causo problemas?
-no- negando con la cabeza -ese tipo se quejó obviamente, llegando a hablar con el dios encargado del gremio, pero solo consiguió que lo echaran y pusieran a eina-san en su puesto, al parecer Ouranos-sama ya estaba cansado de él y buscaba un remplazo
-me alegra- sonriendo tiernamente.
Los rayos del sol estaban a escasos minutos de desaparecer dejando paso enteramente a la noche, por aquella ventana se podía apreciar como la cuidad se empezaba a iluminar artificialmente con pequeñas lámparas en las calles.
-abuelita…
- ¿sí?
-aún tengo dos preguntas
-adelante, dímelas y con gusto te responderé, estoy segura que alcanzare antes que te tengas que ir- el niño sonrió
- ¿Cómo fue esa gran batalla contra ese dragon? - lleno de intriga -eh leído sobre eso, pero no me puedo imaginar mucho
-aquella fue la batalla más dura a la que algunas vez tu abuelo y nos hayamos enfrentado- viendo fijamente a su nieto -todo comenzó un día cuando estábamos entrenando en mi sede, tu abuelo entrenaba con finn-san, yo lo hacía con riveria-sama mientras que Gareth-san estaba sentado observando a un lado mientras dejaba que tu Mamá jugara con su barba jaja- un lindo recuerdo sin duda alguna -de repente apareció Hermes-sama diciendo que habia una emergencia, que Zeus-sama le habia informado que el dragon negro habia comenzado a moverse y se dirigía hacia orario, que solo era cuestión de semanas a que apareciera
-debió ser muy malo saber eso
-sí, todas las familias se pusieron en alerta, algunos querían escapar, pero el discurso de finn-san los alentó al tomar a tu abuelo como ejemplo de lo que realmente significaba ser un aventurero, tras eso todos nos pusimos a entrenar como nunca antes, todas las familias de orario se unieron para ayudar en lo que más pudieran, incluso los xenos ofrecieron su ayuda, y tras varias semanas de arduo entrenamiento finalmente habia aparecido a la distancia.
El relato continuo por un poco más de tiempo, lefiya le explico de forma suave las consecuencias de esta batalla, el terreno destruido, los amigos perdidos, los sacrificios de los [héroes]. Todo para darla a ella y a su abuelo la oportunidad de cargar al máximo su habilidad y magia
[argonauta] aquel día las campanas de dicha habilidad sonaron tan fuertes que fue incluso escuchadas en otros reinos. Aquellas campanas que anunciaron el final y el comienzo de una nueva era.
Todo con tal de proteger a sus seres queridos y el mundo en que ellos Vivian.
-i-increíble…- impresionado por todo lo que escucho -una cosa es leerlo en los libros de historia, pero escucharlo de tus palabras es distinto- pequeñas lagrimas se formaron en sus ojos, debido al enorme orgullo que sentía por ser nieto de dos grandes [héroes] - ¿después que derrotaran a ese dragon fue que aquel calabozo también se destruyó? – limpiando sus lágrimas.
-si al parecer ambos estaban conectados y si caía uno el otro también lo haría, nunca entendimos eso realmente, los dioses al parecer si sabían realmente el motivo pero nunca nos dijeron nada, todos los monstruos desaparecieron excepto los xenos, ellos fueron los únicos que permanecieron en el mundo- una amplia sonrisa se formó en sus labios -tu abuelo convenció a todos que ellos merecían al igual que nosotros poder vivir bajo la luz del sol, nadie se opuso a eso, tu abuelo finalmente habia cumplido su promesa con ellos.
- ¡no puedo esperar a contarle eso a mis amigos en la escuela! - lleno de emoción el pequeño niño saltaba ligeramente, hasta que una voz conocida hizo que tanto el cómo lefiya se giraran a ver.
-vaya, parece que mi pequeño conejo está muy feliz, tanto que incluso salta de alegría jeje
Una hermosa mujer mitad elfa habia llegado, su cabello era corto, tan blanco como la nieve, mientras que sus ojos eran de un azul muy bello, su cuerpo estaba bien formado, con gruesos muslos y una radiante sonrisa, rasgos que habia heredado de sus padres
- ¡mami! - le pequeño elfo fue corriendo hacia los brazos de su madre, solo para luego hacer un pequeño puchero -ya te dije que no soy un conejo
-jeje perdón cariño, pero eres tan tierno y lindo como uno- la mujer revolvió un poco el cabello de su pequeño para luego ver a la mujer que seguía sentada mirándolos con una gran sonrisa -gracias por cuidarlo todo el día Mamá, ¿se portó bien?
-no fue ningún problema cariño, este pequeño conejo se portó bien, durante casi todo el día me hizo contarle historias del pasado
- ¡no soy un conejo! - exclamo el pequeño conejo
Ambas mujeres rieron ligeramente, en ese aspecto también se parecía a su abuelo.
- ¿y en que historias se quedaron?
- ¡cuando los abuelos salvaron el mundo!
-ya veo, yo aún era muy pequeña para recordar ese momento, al igual de lo que sucedió después
- ¿después? - el pequeño inclino la cabeza - ¿Qué paso después?
-tiempo después de eso, paso uno de los días más felices de nuestras vidas- lefiya con una cálida sonrisa hablo, llamando la atención de su nieto -mi boda con tu abuelo
- ¡quiero oír esa historia! – el pequeño conejo se emocionó y miro a su madre con ojos tiernos -porfavor mami, no nos vayamos aun, quiero ori una última historia de la abuelita
La madre suspiro ligeramente, solo para luego asentir con la cabeza, cosa que lleno de alegría a su pequeño y este a su vez nuevamente se acercó a su abuela para prestarle mucha atención
-en verdad que eres muy curiosos jeje- lefiya miro a nieto con ternura mientras que su hija se sentaba en una silla cerca de ellos -veras…
Nuevamente una historia comenzó a ser contada, al igual que los recuerdos invadieron la mente de lefiya.
Antes de la boda se les hizo su respectivo pésame a los caídos, se reconstruyeron los daños, hubo una pequeña crisis al ya no disponer de piedras mágicas de los monstruos, pero asfi lo soluciono al descubrir una nueva fuente de energía para sustituir dichas piedras cosa que facilito que la normalidad poco a poco regresara a la vida de todos.
Y así en un hermoso día soleado, sin ninguna nube de tormenta que amenizara con arruinar ese día fue que muchas personas estaban reunidas en las afueras de orario, en una hermosa pradera verde llena de flores.
Era una celebración que por mucho tiempo ellos esperaron, era una boda
La boda de dos de los grandes [héroes] que salvaron el mundo
La boda de bell y lefiya
Sus familias, sus amigos, incluso los xenos estaba presentes, sentados en unas gradas que welf junto con otros herreros construyeron, el altar aun vacío estaba decorado con las más bellas de las flores, al igual que el camino trasado por hermosos pétalos que daban hacia ese lugar.
Todo los preparativos estaban completamente listos, la comida estaba lista, incluso la seguridad en caso que algo siquiera pasara, cosa que era improbable, pero era mejor estar preparados.
Pero lo que nadie anticipo fuera que la misma diosa Freya se encargara de la seguridad al pedírsela a sus "hijos" que aun seguían en este mundo
-snif- un viejo lloraba sentado en las gradas al lado de su amigo -estoy tan orgulloso de ti bell
- ¿Qué sucede Zeus? - Hermes lo miro –¿Por qué estas llorando? - el dios sonrió - ¿es porque bell se convirtió en un héroe? ¿por derrotar al dragon negro?
-p-por eso también, pero… snif… no es solo por eso- con aun lágrimas en sus ojos al pervertido dios apretó sus puños con fuerza -mi nieto enamoro, tuvo una hija y ahora se casará con una elfa a la que todos antes pensaban que era lesbiana- más lagrimas salían de sus ojos - ¡no podría estar más orgulloso!
Hermes rio nerviosamente al ver como una Hestia ya enojada los miraba fijamente, pero aquello no importaba.
Por su parte la pequeña wiene tenía a su pequeña "hermanita" en brazos, la pequeña reía al jugar con el cabello de la Vouivre la cual solo la miraba con mucha ternura
- ¿Qué pasa Meteria?
El nombre de la pequeña mitad elfo fue dicho, aquel nombre que fue decidido el día en que Zeus visito a los recientes padres el día del nacimiento de su hija, aquella historia de los padres del muchacho hizo que después de hablarlo con su pareja ambos acordaran darle ese nombre, debido al parecido que tenía esta con el color de su cabello y sus ojos.
-a Meteria-sama sí que le gusta jugar, es una niña muy alegre jeje- una joven renard que se encontraba al lado se unió a las "hermanas" al mover ligeramente su cola, acción que emociono a la bebe al también estirar uno de sus bracitos para intentar tomar esa cola -eres realmente adorable
-h-haruhime…- wiene la miro con algo de timidez
- ¿sí? - mirándola - ¿Qué sucede wiene-sama?
- ¿M- meteria es como mi "hermanita"?
-si lo sientes de eso modo entonces es así- la joven oriental sonrió -además estoy segura que bell-sama también lo debe ver de ese modo
Unas pequeñas lagrimas se asomaron por sus ojos al mismo tiempo que una radiante sonrisa se formaba en sus labios, estaba feliz, estaba genuinamente feliz, conoció a bell, ella fue salvada por él, cumplió su promesa y ahora sostenía entre sus brazos a su pequeña hija mientras esperaba a ver en primera fila uno de los días más importantes de este.
El sentimiento de ser familia era algo sencillamente hermoso.
Mientras comenzaba oficialmente la ceremonia muchas personas hablaban entre ellas, tione presumiendo del hermoso anillo que le habia dado finn, de lena abrazando el brazo de bete con fuerza sin que este la alejara de un golpe.
Incluso hasta asteruis se encontraba hablando con lyd, o bueno más bien era al revés, el amigable Lizardman intentaba hacer que aquel todo dejara aquella cara de amargado, pero este solo le decía que solo está esperando a que todo esto terminara para retar en un último combate a su eterno rival.
Pero todo eso quedo en el olvido cuando su compañero xeno le paso algo de comida, aquel platillo era conocido como pastel de carne y una vez este lo provo dio un fuerte bramido por lo delicio que le habia parecido.
Todo mientras que Zeus volvía a gritar del motivo de su orgullo solo para ser silenciado por una patada cortesía de Hestia.
El lugar ciertamente estaba muy animado, el lugar estaba preparado, los invitados también, tanto lefiya como lefiya se encontraban en dos pequeña carpa separadas completamente cubierta mientras se terminaban de preparar para su gran día.
-bien, finalmente llego el día- bell se dijo a sí mismo, mientras se dirigía a la salida de la carpa rumbo hacia el altar para esperar pacientemente a su hermosa hada que en solo cuestión de minutos se convertiría en su esposa -estoy listo
O eso pensaba puesto que una vez abrió la puerta se topó con alguien en particular, una persona que en su tiempo significo todo para el
-hola bell- la princesa de cabello dorado lo saludo amigablemente
-ais-san- confundido
- ¿puedo hablar contigo un minuto? - la princesa pregunto, a lo que el joven [héroe] asintió con la cabeza
Al principio la chica no decía ninguna palabra, estaba usando un vestido blanco de aspecto sencillo pero elegante al mismo tiempo que usaba un pequeño adorno en su cabello con forma de flor, en su rostro un sutil sonrojo estaba presente, al igual que pequeñas lagrimas se empezaban a formar en sus ojos.
Quería decir tantas cosas, le costaba hacerlo, pero tenía que hacerlo
Bell lo sabía y por eso la espero pacientemente hasta que ella finalmente comenzó a hablar
-gracias…- su tono era algo tosco, producto que intentaba contener sus emociones -siempre mantuve la fe que mi madre seguía con vida y cuando derrotaste a ese dragon finalmente pudo ser libre, en verdad… muchas gracias.
-no lo hice yo solo ais-san, todos los aventureros fuimos quienes nos enfrentamos contra ese gran monstruo.
-sí, pero fuiste tu y lefiya quienes le dieron el golpe final, es por eso que yo… estaré siempre agradecida con ustedes
Sus lágrimas brotaron, recorriendo sus mejillas para después caer hacia el suelo, el chico como todo buen caballero le dio un pañuelo para que secase sus lágrimas.
-eso no es verdad ais-san, soy yo quien esta agradecido contigo- sus palabras eran sinceras -tú me salvaste ese día de aquel minotauro, tú me entrenaste por muchos días en esa muralla- una ligera risa salió de los labios de ais mientras que bell solo recordó todas las veces que fue noqueado -sin tus enseñanzas habría perdido cuando me enfrente a la familia apolo en ese juego de guerra- dejándose llevar por sus palabras -y gracias a ese día en el festival donde tu…
Dándose cuenta de sus palabras bell dejo de hablar, considerando que sería algo muy cruel de su parte, pero lo que no se esperaba era que la chica frente suyo terminara esa frase.
-rechazara tu invitación fue que tú y lefiya comenzarán su propia historia, es lo que ibas a decir ¿verdad?
-ais-san, yo… no era mi intención…
Bell no quería lastimar los sentimientos de ais nuevamente, pese a todo ella era su amiga.
-lo sé y lo entiendo- con sus últimas lagrimas formándose para luego ser llevadas por el pañuelo que sostenía en sus manos -yo estoy bien con todo lo que paso
Para la tranquilidad del conejo tanto la princesa, como las otras chicas que estuvieron interesadas en el aceptaron su derrota ante la pequeña hada.
-tu eres un héroe, pero no mi propio héroe- sonriendo genuinamente -sino el de lefiya
-ais-san…- sonriendo igualmente
-ustedes dos son importantes para mí, son mis amigos y quiero que sean felices juntos
Al principio fue difícil para la princesa, pero con el tiempo y apoyo de la noble elfa pudo superar y aceptar aquel error. Logrando de esa manera seguir adelante con su vida.
Ambos se miraron fijamente, ambos estiraron los brazos y compartieron un abrazo, el primero y el ultimo que tendrían
-gracias por escucharme- separándose del abrazo la princesa se dio media vuelta y comenzó a caminar - ya quiero ver la boda- dándole una última sonrisa para alejarse y dejar a bell solo
-adios ais-san- sonriendo igualmente -espero que tengas una buena vida- hablo entre susurros mientras también daba sus primero pasos en dirección hacia aquel altar.
Así fue como termino la historia de aquel joven héroe y aquella princesa cuyos destinos no pudieron seguir juntos por una mala decisión.
Mientras aquella conversación se daba, en la carpa designada para la joven hada, esta se encontraba dando los toques finales a su preparación
-bien, repasemos una vez más la lista- se decía a sí misma -invitados… listo, preparativos…listos, comida y entretenimiento para después de la boda… listo, seguridad… listo, pequeño bastón escondido en mi espalda preparado para lanzarle mi magia en caso que alguien se oponga a casarme con mi conejo…listo, mi tonta pero increíble diosa esperando afuera para acompañarme al altar… listo
Su apuesto prometido debe estar esperándola en este momento en el altar, pensar en eso hizo que se formara una alegre sonrisa en sus labios.
-y, por último, yo… ¡no estoy lista!
No habia que malentender las cosas, la joven hada deseaba con cada pizca de su ser ir a aquel altar, subirse para estar frente a frente con su hombre y decir clara y firmemente "si acepto".
Ella ha soñado con este momento por mucho tiempo, pese a que su relación ha ido siempre en desorden, el amor y el cariño solo fue en aumento, eso era la única constante.
No habia necesidad de reclamarlo como suyo ni que el la reclamara como suya, ellos ya se pertenecían mutuamente desde el primer día en que hicieron esa "promesa"
A pesar de todo lo que han hecho juntos, a pesar de sus largas noches de intensa y apasionada intimidad, estaba nerviosa.
- ¿estas lista lefiya?
Y en ese momento, aquella diosa que la ha ayudado tanto entro a la carpa, con un su sonrisa burlona muy característica de ella se acercó a la pequeña elfa nerviosa
Para brindarle por última vez su ayuda
-no estes nerviosa- su sonrisa burlona se suavizo, y como si hubiera leído la mente de su "hija" le hablo -ambos han recorrido un largo camino hasta este momento
pequeños recuerdos pasaron por la mente de lefiya, todo lo que habia vivido con aquel chico desde que se conocieron, su supuesta rivalidad, la petición de cuidar aquella casa antes de la expedición y todo lo que vino tras eso.
Solo consiguiendo que lefiya sonriera mientras asentía con la cabeza
-si, estoy lista
-en ese caso- estirando ligeramente su brazo para entrelazarlo con el de ella -avancemos, estoy segura que ese niño no puede esperar para verte- avanzando a paso firme, saliendo de la carpa -vamos para reclames tuyo y solo tuyo a ese conejo jaja
Todo era como alguna vez lo habia soñado, no… era incluso mejor.
La hermosa luz del cielo despejado, la suave briza levantando pétalos de flores las cuales danzaban al ritmo del viento
Mientras caminaba hacia el altar pudo observar como la pequeña wiene con su hija aun en brazos lanzaba pequeños pétalos de rosas, incluso la propia meteria con sus manitas ayudo lanzando unos pocos pétalos
Lefiya ya luchaba para no llorar de la felicidad
Ella miro hacia el frente, en dirección hacia aquel altar, ignorando a todos a su alrededor cuando lo vio a él. Bell estaba viéndola con unos ojos que solo demostraban el profundo amor que sentía por ella, y fue con tan solo ver nuevamente esa mirada que pudo despejar por completo y para siempre cualquier temor en su corazón.
Si…
Él la amaba
Ella lo amaba
Nada más importaba
Ambos por separados eran increíbles, pero juntos… no habia nada que no pudieran hacer
Una vez lefiya y loki llegaron al altar, esta ultima la soltó, entregándosela al chico, con una sonrisa como de una "madre" ella solo retrocedió, tomando de los hombros a wiene para que regresara a su asiento, para de ese modo la boda diera comienzo.
Ambos se perdieron profundamente en la mirada del otro, pese a que lefiya usaba un velo que cubría su rostro no importaba, aquellos ojos rojos y azules aun eran visibles para el otro, aquellos ojos que les enamoro a ambos.
Se perdieron en el tiempo mirándose mutuamente, las palabras de la madre maría estaban en segundo plano, solo se concentraron en el otro, sosteniéndose de las manos, sosteniendo un hermoso ramo de flores juntos mientras no podían evitar recordar toda su historia hasta este momento.
Lo que tuvieron que pasar, lo que experimentaron, lo que sufrieron, lo que festejaron, lo que amaron, lo que crearon…ninguna cambiaria nada de eso.
Finalmente llego la parte de los votos, la primera en hablar fue lefiya, bell suavemente levanto el velo de su rostro y nuevamente junto sus manos con las de su amada, se veía realmente hermosa.
Lefiya tomo un poco de aire para luego dedicar esa linda y dulce sonrisa a su conejo
-he estado preocupada, preocupada de amarte tanto que pueda llegar a acabar con mi mente, pienso demasiado las cosas y llego a exagerar cualquier detalle solo si estas involucrado en él, en más de una ocasión pensé que me daría un ataque al corazón con tus hermosas palabras… me vas a volver loca bell
Los invitados rieron ligeramente al igual que el hombre frente a ella
-mis días contigo sin duda han sido los mejores que he vivido y me alegra pensar que solo es el comienzo de lo que nos espera, quiero decirte que no importa si eres el héroe que, salvo el mundo, para mi eres bell cranel, mi mejor amigo, mi confidente, mi novio, mi prometido, el padre de mi hija y dentro de unos minutos mi esposo.
Para este punto algunos tenían pequeñas lagrimas asomándose por sus ojos, una de las que directamente ya estaba llorando era loki la cual no podía dejar de sonreír
Ni bell ni la propia lefiya eran la excepción, pero tenían que ser fuertes al menos por un poco más.
Lefiya se giró para ver como la pequeña fina, una de las niñas del orfanato de la madre maría se acercaba hacia ella para entregarle un hermoso anillo, tomándolo suavemente de sus manos y agradeciéndole con una linda sonrisa fue como lefiya se giró nuevamente hacia su prometido.
Poniéndole el anillo en el dedo anular de su mano derecha y dedicándole las últimas palabras de sus votos matrimoniales
-yo el día de hoy, uno mi vida a la tuya, no solo como tu mujer, sino como tu mejor amiga, amate y confidente, déjame ser el hombro en el que te apoyas cunando haya problemas, déjame ser la roca en la que descanses, desde este día caminare junto a ti amándote y siéndote fiel- con lágrimas cayendo por sus mejillas continuo -acepta este anillo como símbolo de nuestro amor eterno, te amo bell… te amo mi héroe
Concluyo lefiya viendo fijamente a su amado que al igual que ella también estaba llorando en silencio, aquellas palabras conmovieron a todos los presentes, pero aún no habían terminado los votos, ahora era el turno de hablar de bell
Limpiando suavemente las lágrimas de lefiya y luego las suyas fue que este comenzó a hablar, palabras dedicadas a su hada
-hay muchas cosas que quisiera decirte lefiya, pero ni con todo un año me alcanzaría para expresar todo lo que siento por ti, cuando nos conocimos por primera vez luego que chocáramos intente tomar tu mano para ayudarte a levantar, al verte bien retire mi mano, pero tu misma la tomaste, desde ese instante pensé que tú eras muy hermosa
Las lágrimas de lefiya nuevamente comenzaron a salir de sus ojos al saber que desde el primer instante su gran amor pensó que ella era hermosa.
-no sé dónde estaría hoy de no ser por ti, has estado a mi lado, me has aconsejado, me has apoyado, te has preocupado por mí, sin ti dudo que yo hubiera sido tan feliz como lo estoy ahora en este momento- ahora sus lágrimas también bajaban por sus mejillas -me complace decir frente a todos estos testigos que eres el amor de mi vida, la mujer que me trago alegría desde el momento en que comenzamos nuestro amor, aunque fuimos algo torpe al no darnos cuenta desde el principio jeje
Lefiya tenía una sonrisa temblorosa mientras lloraba en silencio, quería lanzarse a brazos de su amado y besarlo, pero tenía que esperar por un poco más de tiempo
-puedo jurar aquí y ahora que no habrá ningún mal que yo no pueda derrotar con tal de hacerte feliz, moveré cielo y tierra para demostrar lo loco que me has vuelto por ti, con cada mañana que me sonríes al despertar, con cada abrazo que puedo compartir contigo, con cada buenos días y buenas noches acompañados con un cálido beso que me das, trabajare duro para darte a ti y a nuestra hija la mejor vida posible, todo para brindarles la felicidad que me han dado.
En ese instante el joven rye, también uno de los niños del orfanato le entregaba el anillo, al mirar a su amada pudo observar cómo lefiya ya habia estirado su mano, entregándola felizmente, bell solo sonrió para ponerle el anillo gentilmente.
-desde este momento yo bell cranel, te tomo como mi esposa para toda la vida, prometo honrarte, animarte y apoyarte durante nuestra vida juntos, prometo que estaré a tu lado en los momentos difíciles para alentarte y mostrar que juntos podemos lograr mucho más de lo que podemos lograr solos, prometo que tú, meteria y cualquier otro hijo que tengamos en el futuro serán mi prioridad número uno, prometo amarte con toda mi alma… así como lo he hecho todos estos años.
Las lágrimas de loki solo se intensificaron al igual que las de algunos dioses por comprender el verdadero y profundo significado que eso representaba.
-por favor acepta este anillo mientras me ofrezco a ti como tu hombre durante este nuevo trayecto que nos queda por recorrer, también tómalo como un juramente de que aunque la muerte nos separe algún día, yo iré a buscarte para volver a estar a tu lado y ver esa sonrisa que me enamoro la primera vez que la vi, quizás todos dices que me convertí en un héroe, pero estoy más que complacido el hombre que te haga sonreír, tú eres la chica que simboliza mi amor y felicidad, te amo lefiya… te amo mi heroína.
Concluyo bell con tan bonitas palabras, todos se estaban limpiando sus lágrimas por las palabras de aquellos dos enamorados.
Lefiya se sentía completa en ese momento, bien podría morir al día siguiente y no tendría dudas de que en realidad tuvo una vida muy feliz
Pero vivirá, vivirá para estar junto al hombre gentil y amable que habia conquistado completamente su corazón, vivirá para estar con su alma gemela.
La madre maría comenzó a hablar, haciendo las preguntas finales que Darian inicio a su nueva vida de casados
Preguntas que ninguno le presto mucha atención al estar concentrados en los ojos del otro
Aun así, lefiya entendió que primero le preguntaron a ella, y unas vez la madre maría termino de hablar ella dijo claramente la respuesta a la pregunta
-sí, acepto- respondió lefiya viendo como la mirada de bell se suavizaba
Lo mismo ocurrió con bell, una vez que la mujer dejo de hablar dijo la respuesta que lefiya tanto quería escuchar
-sí, acepto, una y mil veces acepto.
El corazón de lefiya nuevamente dio un salto de alegría, escuchar a su amado decir su respuesta con tanta segura sin duda alguna fue un momento que ella nunca olvidaría, fue tanto su entusiasmo que no pudo evitar decir unas últimas palabras.
-será lindo cuando me llamen lefiya cranel- revelo con una gran sonrisa, interrumpiendo la parte final de las palabras de maría.
-no tienes que hacer eso lefiya- bell no fue diferente, este también hablo antes que la mujer terminara la ceremonia -puedes conservar tu apellido, para conservar tus raíces élficas.
-eso no me importa, ahora cállate y dame tu apellido- lefiya declaro con gran convicción
Por su parte maría temerosa que esto se alargara más de la cuenta, interrumpió a la pareja, apresurando y simplificando sus palabras
-ahora los declaro marido y mujer, puede besar a la novia- hablando lo más rápido posible
En ese instante y para sorpresa de todos fue la propia lefiya la que se lanzó hacia su ahora esposo para darle juntar sus labios en un afectuoso beso lleno de todo su amor mientras rodeaba su cuello y bell hacia lo mismo con su cintura.
Todos celebraron en jubilo ante tal escena, al separar sus labios, pero no su abrazo, llamaron a la pequeña wiene que aún tenía a su "hermanita" alzada a que se acercara, una vez lo hizo tomaron a su pequeña meteria en brazos, la pequeña Vouivre iba a retirarse, pero bell la sostuvo de sus hombro, y solo con su sonrisa la pequeña confirmo lo que haruhime le habia dicho.
Desde ese día ella seria llamada lefiya cranel por voluntad propia, quería tener el apellido del hombre que ahora era su esposo, para todos bell era el gran héroe que, salvo el mundo, pero para lefiya era algo mas
El amor de su vida.
-oye bell- llamando la atención de su ahora esposo mientras todos aun celebraban – ¿recuerdas como celebramos la derrota contra el dragon negro una vez nos recuperamos?
-s-si…- un pequeño sonrojo se formó en sus mejillas, no porque aún fuera tímido en ese tema sino porque todos los escuchaban, y la sonrisa junto con el pulgar alzado de su abuelo no ayudaban mucho - ¿q-que pasa con eso?
-bueno…- su sonrisa se habia ampliado mucho más mientras delicadamente tomaban la mano de su esposo y la ponía sobre su vientre -parece que necesitaremos una casa más grande de lo que pensábamos
-lefiya…- una inmensa alegría inundo el corazón del chico al igual que en los presentes - ¿tu estas…?
-sí, estoy embarazada
Nuevos gritos de alegría resonaron por todo el lugar, aquel que más gritaba era bell puesto que ahora tenía otra razón para pensar en este como uno de los mejores días de su vida
Otra vida fruto de la unión de su amor venia en camino.
Bellos recuerdos grabados en el alma de lefiya
-a-abuelita…- con un gran bostezo el pequeño niño se estaba quedando dormido, no ayudando en nada que su madre lo estuviera alzando en brazos – ¿Qué paso después? - terco a seguir despierto, frotaba sus ojitos para permanecer despierto un poco mas
-cariño no seas egoísta- meteria hablo -la abuela necesita descansar, y tú también
-está bien, está bien- respondió lefiya, disimulando su cansancio -de todos modos, ya casi termino- su hija suspiro, pero acepto -después de eso celebramos, recordamos a nuestros compañeros caídos y soñamos con un mejor futuro- su sonrisa se amplió por unos instantes -incluso los dioses cantaron- termino de decir para después aquella sonrisa se borrará de sus labios -por ultima vez en este mundo.
Con un tono melancólico ella dijo esas palabras, incluso su hija se entristeció por lo que venía a continuación.
-cuando el calabozo dejo de existir los dioses decidieron que debían regresar al cielo, ya que una nueva era habia comenzado y si ellos se quedaban solo estancarían a los mortales
En ese instante lefiya apoyada por su bastón se levanto de su asiento y camino unos pocos pasos hacia un mueble donde había varios retratos, tomando el del centro, en donde aparecían ella y su amado cuando aún eran jóvenes
-con su partida el falna grabado en nosotros también se fue con ellos- derramando una única lagrima, cayendo esta en justo en donde estaba el rostro de su amado -haciendo que el tiempo de vida de todos comenzara a corres de acuerdo a nuestra raza.
Pese al gran amor que sentían habia un hecho ineludible para ellos… el tiempo
El chico era un humano
La chica era una elfa
Sus esperanzas de vida eran ridículamente diferentes
La primera noche sin falna lefiya habia llorado todo el tiempo en el pecho de bell, incluso siguió llorando aun cuando los rayos del sol entraban por la ventana.
El falna le daba mas tiempo de vida a los aventureros, retrasando el proceso de envejecimiento, cuanto más alto subía una persona de nivel este efecto era aun mayor, pero ahora sin contar con tal bendición divina las cosas habían cambiado.
-al principio me costo aceptar ese hecho- girando su cuerpo lentamente para ver a su nieto mientras aun sostenía aquel retrato -pero tu abuelo como siempre supo cómo animarme "sonríe, nunca dejes de sonreír, vivamos el presente con una gran sonrisa, para cuando llegue ese inevitablemente día… podamos decir que nuestro tiempo juntos fue irremplazable"
Repitiendo aquellas palabras algunas vez dichas, mientras sus ojos estaban humedecidos por haber recordado tan bellos momentos de su vida.
-tras eso decidimos viajara por el mundo, queríamos ver el mundo que ayudamos a salvar, conocimos muchas ciudades, nos hicimos amigos de muchas personas, probamos muchos tipos distintos de cocina solo para que tu abuelo anotara las recetas y aprender a cocinarlas.
Una pequeña risa salió de sus labios, bell no era una persona que le gustara alardear, pero de algo si se sentía extremadamente orgulloso además de su familia, y eso era su habilidad en la cocina.
-ya cuando mi embarazo necesitaba de más atención decidimos en establécenos definitivamente en un lugar, y optamos en el bosque que me vio nacer, no era mi primera opción, pero bell insistió demasiado.
El pequeño niño luchaba fervientemente para no dormirse, pero sus parpados se sentían cada vez más pesados.
-cuando llegamos a este bosque nos recibieron con mucho orgullo, al parecer la última petición de Hermes-sama a sus "hijos" fue la de anunciarle a todos los reinos los nombres de los héroes que salvaron el mundo, en especial los nuestros- riendo ligeramente -cuando visitamos a mi madre ella no lo podía creer, su hija era una de las dos grandes [héroes] que salvaron el mundo, que estaba casada con el otro gran [héroe] que tenían una hija juntos y que venia otro hijo en camino… y siendo tan joven.
Lefiya recordó con algo de gracia como en aquella ocasión su madre casi se desmaya al verlos, solo para después invitarlos a pasar.
Los días siguieron de ese modo, con todo el dinero y reputación acumulado no fue difícil para bell construir una gran casa para su familia, su segundo hijo nació, mantuvieron contacto con sus amigos atravez de cartas.
La mayoría encontró a alguien especial después de mucho tiempo, otros como welf y mikoto decían que ya tenían a ese alguien especial, que solo tenían que ver hacia el cielo para sentir que estaban juntos.
Un tercer hijo vino en camino, diversas cartas de sus amigos nunca paraban de llegar. Meteria presento su primer novio y bell lo persiguió por casi todo el bosque antes que lefiya lo detuviera, eran días felices. Pero el tiempo fue inclemente, y poco a poco menos cartas llegaban a su casa, poco a poco se estaba quedando solos, poco a poco los años se le notaban a bell.
- ¿lo extrañas? - con sus últimas segundo de conciencia el joven elfo hablo - ¿extrañas al abuelo?
Su voz era muy suave, pero aun así la pregunta fue escuchada
-cada día- abrazando aquel retrato -no pasa ni un solo día donde no piense en él.
- ¿lo volverás a ver?
Aquella fue su última pregunta, esperaba una respuesta positiva, era un niño pequeño todavía
-eso me gustaría mucho- fueron las palabras de lefiya, sus labios temblaban ligeramente, mientras un pensamiento paso por su mente
"no espero llegar a reunirme con el nunca
pero lo grandioso, es que cuando estuvimos juntos, por todos esos años; vivimos con un intenso aprecio de que tan breve y preciosa es la vida
nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que fuera algo distinto a una separación definitiva
la forma en que me trato y la forma en que lo trate, la forma en que cuidamos el uno del otro y nuestra familia, mientras él vivió. Eso es mucho más importante que la idea de volver a verlo algún día
no creo que lo vuelva a ver
pero lo vi
nos encontramos en este mundo... Y eso fue maravilloso"
aquel profundo pensamiento hecho en su mente hizo que derramara pequeñas lagrimas que de inmediato limpio de su rostro, meteria como una adulto ahora entendía que difícilmente sus padres pudieran volver a encontrarse, pero su hijo por otro lado…
-que bueno…- una ligera sonrisa somnolienta fue todo lo que pudo hacer para expresar su felicidad -me alegra
-cariño…- meteria abrazo a su hija al ver lo noble que era, y una vez limpio sus propias lagrimas lo miro fijamente mientras acariciaba suavemente su cabeza -se esta haciendo tarde, ya tenemos que irnos, despídete de tu abuela
-adios abuelita…- moviendo suavemente su manita mientras sus parpados se cerraron diciendo sus ultimas palabras por aquel día -te quiero mucho- finalizo quedándose dormido
-gracias por cuidarlo Mamá, espero que no haya sido difícil para ti- refiriéndose a los recuerdos
-no, no lo fue, de hecho, estoy feliz de recordar esos bellos momentos- caminando lentamente hasta llegar al frente de su hija -ten cuidado de regreso a tu casa cariño
-Mamá ya no soy una niña
-tonterías, para mi tu siempre serás mi pequeña niña- dándole un ligero beso en su frente -estoy orgullosa de todos ustedes, y su padre también lo estaba
-lo sabemos Mamá- regalándole una dulce sonrisa -nosotros también estamos orgullosos de haber tenido a unos padres tan maravillosos
Lefiya sonrió ante esas palabras, le dio un pequeño beso en la frente a su pequeño nieto dormido y vio como su hija lentamente se retiraba prometiéndole que iría a verla al día siguiente.
Al quedarse sola lefiya se dirigió lentamente hacia su habitación que algunas vez compartió con su amado esposo, ella en ningún momento soltó aquel retrato en donde ambos salían, y una vez se recostó en su cama unos últimos recuerdos llegaron a su mente.
-lo siento lefiya- un anciano bell era el que hablaba, recostado en su cama con toda su familia a su lado, mientras lefiya sostenía su mano -en verdad lo siento, pero… no creo que pueda darte un beso de buenos días mañana- sonriendo con dificultad
Toda su familia lloraba por la inminente despedida, todos estaban devastados, pero la que más sufría era su amada esposa la cual aun tenia una apariencia joven, con rasgos maduros obviamente, tenía la imagen una hermosa mujer adulta, pero aun lucia muy joven pese a que era un año mayor a su esposo.
-tonto…- sus lágrimas caían en su mano y en la de bell -aun después de todos estos años, te preocupas por mi- ella también sonrió, pese a estar llorando al igual que su corazón
Aquella declaración era correcta, bell cranel resistió todo lo que pudo el paso del tiempo a pura fuerza de voluntad, intentando ganas así sea unos cuantos segundos mas de vida, todo para no dejar sola tan pronto a su amada.
-no me arrepiento de nada- bell comenzó a hablar mientras sostuvo con un poco mas de fuerza la mano de su esposa -ya que todas esas decisiones me hicieron conocerte y formar nuestra hermosa familia- sus hijos lloraban mientras él también lo hacía, pero a diferencia de ellos él también estaba sonriendo -el paso del tiempo fue inevitable, pero quiero que sepan que los ame con toda mi alma y estoy orgullo de todos ustedes- dijo refiriéndose a sus hijos los cuales pese a las lágrimas también sonrieron -lefiya… mi hermosa hada… mi bella esposa… mi gran amor…
Sus parpados lentamente se cerraban, y al mismo tiempo el color de sus ojos comenzaba a apagarse.
-te he amado en cada momento que hemos pasado juntos, desde aquel lejano día de ese festival hasta el día de hoy, has traído alegría a mi corazón, por mucho que deseara poder pasar mas tiempo a tu lado, se que no estaba destinado a ser así.
El corazón del gran héroe comenzaba a ir mas despacio, al igual que su respiración.
-siento haber envejecido mucho antes que tú, siento tener que adelantarme, siento tanto alejarme de ti…yo…
Su mano comenzaba a soltar su agarre de la mano de su esposa, pero el era terco, aun en sus últimos momentos se resistía, lefiya se dio cuenta de ese hecho y lentamente se acercó a su rostro.
-bell, toda tu familia te ama…- las lagrimas volvieron a brotar con mucha mas intensidad -todos nosotros vamos a estar bien… ya puedes descansar
Lefiya no pudo decir ninguna palabra mas
Los ojos de bell ya estaban casi completamente cerrados
Aquella era la ultima oportunidad de su familia en decirles unas ultimas palabras
Sus hijos le dijeron por última vez cuanto lo amaban, que no podían estar más orgullosos de que el sea su padre, lefiya reunió toda su fuerza para decirle unas ultimas palabras al amor de su vida.
-te amo… tu eres y siempre serás… mi alma gemela- dijo entre llanos para luego darle un cálido beso en los labios, al separarse pudo ver a esposo con los ojos completamente cerrados, pero aun sonriendo
-gracias…
Aquella fue su ultima palabra en este mundo, bell cranel habia muerto rodeado de su familia mientras tenia una gran sonrisa en sus labios.
Los recuerdos terminaron, estando sola en aquella cama, lefiya lloraba mientras abrazaba con fuerza aquel retrato
-a pesar de tu partida hace tantos años, nunca deje de amarte bell- sus ojos lentamente se cerraban -si tuviera un deseo, si me pudieran conceder un solo milagro… su respiración lentamente se ralentizaba -quiero verte…- una sonrisa muy similar a la ultima que tuvo bell se formaba en sus labios -quiero verte al menos una vez más…
La última gran [héroe] habia cerrado sus ojos… para nunca más abrirlo.
Esa noche lefiya cranel habia dejado este mundo, al día siguiente cuando su familia se entero lloraron, pero al mismo tiempo no pudieron evitar tener una ligera sonrisa en sus labios.
¿la razón?
Ellos vieron como aun dejando este mundo lefiya nunca soltó aquel retrato de su esposo, abrazándolo con mucho cariño mientras sonreía pacíficamente.
El reino entero lloro su perdida, un gran funeral se llevo a cabo, donde al final su cuerpo fue enterrado justo al lado del de su esposo, para que de algún modo nuevamente estuvieran juntos.
Aquello era el final de su vida
El final de su historia
.
.
.
.
.
No
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.
No era así…
Eso no era verdad…
Su historia…
Aun no habia terminado
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watch?v=VvoDSu64X_c
lenta y suavemente, sus ojos se abren, los cálidos rayos del sol acariciaban su rostro
- ¿eh? - lefiya no entendía nada, lentamente se sentó en el suelo - ¿dónde… dónde estoy?
Una agradable brisa hizo que su largo grisáceo cabello ondulara con él, delante de ella estaba un hermoso paisaje. Era una extensa llanura llena de flores, un sentimiento de nostalgia invadió su corazón, aquel paisaje se parecía al mismo que vio en el día de su boda hace tantos años.
Lefiya estaba confundida, lo ultimo que recordaba era quedarse dormida en su cama abrazando el retrato de su esposo, al percatarse de eso noto que este ya no se encontraba en sus manos, lo intento buscar al dirigir su mirada hacia varias direcciones.
Hasta que alguien hablo detrás de ella
- ¡finalmente estas aquí!
Una alegre voz que no habia escuchado en mucho tiempo
- ¿t-tiona-san…?
Al dirigir su vista hacia el origen de esa voz la vio, su gran amiga, pero… habia algo distinto ella
Se veía joven, luciendo igual a como era en aquellos días en que estuvieran en la familia de la diosa del engaño
Y no estaba sola
-cariño mira, lefiya llego- una alegre tione hablo, mientras sostenía firmemente de la mano de su amado esposo
-si- finn respondió con una sonrisa mientras miraba a la confundida mujer -me da gusto volver a verte lefiya
-tione-san… finn-san… ¿Cómo…?
Tantas preguntas cruzaron por su mente ¿acaso esto era una alucinación? ¿acaso ella enloqueció?
Un destello de esperanza nació en su corazón, si ellos estaban aquí, era posible que también…
-te tomaste tu tiempo en llegar ¿eh? - ahora sonaba la voz de bete, a su lado estaba lena abrazando su brazo con mucho cariño, su tono era tranquilo, incluso estaba sonriendo -bien hecho
- ¿Qué esta pasan…
- ¿vas a seguir perdiendo el tiempo aquí con nosotros? - bete la interrumpió, regresando por un instante a su vieja actitud - ¿no tienes que ver a alguien?
Lefiya al instante se levantó, una ligera corriente de viento soplo detrás de ella, haciendo que mirara hacia esa dirección y entonces…
-él te está esperando- fueron las últimas palabras de bete
Ella comenzó a correr
El viento que sacude el césped y hace volar pétalos de flores la guiaban, las cadenas de la edad lentamente eran liberadas.
Cada paso era las ligero que el anterior, con cada paso podía moverse mejor, con cada paso su piel se rejuvenecía, con cada paso su largo cabello recuperaba el color de antaño
Sin darse cuenta sus ropas cambiaron, ahora vestía de la misma manera de la que lo hacía durante sus días como aventurera, salvo por dos detalles, estaba usando su anillo de boda y aquellos pendientes que hace tanto tiempo bell le regalo. incluso en sus manos estaba su antiguo basto ¿Cuándo llego allí? Eso no importaba
Al mismo tiempo, a la distancia otro par de pasos recorrían la misma llanura de flores, corriendo para alcanzarla, deseoso por volverla a ver
El la sintió en el momento en el que llego, y habia comenzado a correr también.
Tenían algo que decir
Tenían un corazón que alcanzar
Cuantas veces imploraron por este momento
-quiero verlo
-quiero verla
Se repetían constantemente
Diversos rostros familias aparecieron al lado de su recorrido, animándolos, deseándole lo mejor, diciendo que corrieran más rápido.
Sus lagrimas comenzaron a recorres sus mejillas, inconscientemente ambos apresuran sus pasos
Aquel deseo que habían anhelado en su corazón estaba a punto de cumplirse, querían sostenerse en sus brazos y asegurarse que aquello no se tratase de un sueño
El corazón de ambos latió con más fuerza en el instante en que vieron una silueta a la distancia acercándose hacia el otro, cada vez mas cerca.
Y entonces…
- ¡bell!
- ¡lefiya!
Aquellos dos corazones, finalmente se habia alzando, compartiendo un gran abrazo mientras el viento sopla una vez más, elevando una gran cantidad de pétalos de todos los colores.
Las emociones eran demasiadas, las lagrimas por aquel reencuentro no cesaban, y después de estar abrazados por un minuto entero, ellos se separaron ligeramente, ambos se vieron fijamente, lucían exactamente igual al día en que se conocieron
El chico con delicadeza lleva su mano hacia el rostro de la chica y gentilmente limpia sus lagrimas
La chica hizo lo mismo.
-bienvenida… lefiya- aun con pequeñas lagrimas formándose en sus ojos, bell hablo
-regrese bell…- lefiya estaba en las mismas circunstancias -finalmente regrese a tu lado
Un cálido beso fue todo lo que siguió tras esas palabras, lleno de cariño, lleno de todo ese amor que nunca habia abandonado su alma
Aquello no era un sueño
Realmente ambos estaban otra vez juntos.
Una vez se separaron de aquel beso, bell sostuvo firme pero genitalmente la cintura de su amada, comenzando a bailar en ese mismo sitio.
Lefiya lo siguió, poso sus manos en el pecho del chico al igual que su rostro, ambos cerraron sus ojos mientras movían sus cuerpos en un hermoso baile
Sin que ninguno se diera cuenta, sus ropas cambiaron constantemente, asemejándose a grandes momentos de su vida, sus ropas que usaron el día de su boda, el baile en aquel restaurante, pasando por muchos mas momentos, y el ultimo quizás era el más importante
Aquellas ropas que usaron aquel día de ese festival en donde ambos bailaron solos en aquella casa en la que su historia dio comienzo.
Al terminar el baile, pero no su abrazo y abrir sus ojos, sus ropas habían vuelto a la normalidad
- ¿Cómo? - pregunto lefiya -pensé que al morir las almas de los mortales reencarnaban, pensé que nunca te volvía a ver
-fuero los dioses- bell respondió con una sonrisa -ellos hicieron esto posible
Una calidad sensación cruzo por el pecho de lefiya, nuevamente aquella diosa bromista la habia ayudado
-no será así para siempre- nuevamente bell tomo la palabra -inevitablemente nuestras almas tendrán que reencarnar, olvidaremos todo y renaceremos en el mundo mortal- debían estar tristes por aquella noticia, pero no lo estaban -pero aun así yo…- mirando fijamente esos ojos azules que lo habían enamorado -cumpliré la promesa que te hice el día de nuestra boda, no importa cómo, no importa cuando, yo te encontrare, volveremos a estar juntos y…
-volveremos a enamorarnos- lefiya termino la oración de su amado -no importa cómo, no importa cuando, una vez que nos reencontremos nosotros despertaremos "nuevos sentimientos"
La sonrisa de ambos se amplió, lentamente el chico se soltó de aquel abrazo, dio un solo paso hacia atrás y mirando fijamente a su amada este estiro su mano hacia ella y hizo una última pregunta
-lefiya… ¿quieres hacerlo de nuevo?
Ella no tardo un segundo en responder, la respuesta era mas que obvia, ante esa pregunta, ante la idea de volver a encontrarse, pese a no recordar nada uno del otro, era clara
- ¡si!
El viento volvió a soplar, levantando muchos pétalos de todos los colores hacia el gran y basto cielo azul solo para que debajo de este ellos volvieran a abrazarse, aun tenían algo de tiempo, lefiya quería contarle como habia sido su vida y la de sus hijos, mientras que bell quería escucharla.
Y así, fue como ellos se reencontraron después de mucho tiempo con la promesa de volver a hacerlo en un futuro.
De esta forma finalizo la historia del hombre y la mujer que anhelaron por tanto tiempo estar juntos.
Pero al mismo tiempo una nueva historia surgiría
Y así paso
Tras muchos, muchos años después las cosas habían cambiado
- ¡Mamá, papá, dense prisa! – una pequeña niña elfa caminaba a varios pasos por delante de sus padres
-no tengas prisa cariño, esa estatua no se ira a ningún lado- la madre contesto
-p-pero…
Una joven familia de elfos estaba llegando a lo que alguna vez fue orario, aquella ciudad en la que antaño mortales y dioses convivieron, en donde una vez estuvo aquel calabozo que amenazaba con sus creaciones. Ahora no era mas que ruinas en su mayoría. A la par que un gran museo se habia edificado en estas, todo para nunca olvidar aquellos héroes de antaño
-en serio quieres ver la estatua de ese héroe jaja- el padre añadió -sí que te gusta mucho su historia- sus palabras hicieron sonrojar un poco a su hija -esta bien, adelántate cariño, solo ten cuidado quieres
- ¿¡enserio!? - llena de emoción la niña comenzó a correr - ¡muchas gracias papá!
La pequeña niña elfa se alejó, mientras que el padre se quedó atrás asustado por la mirada de su esposa, sin saber que en ese mismo momento otro joven estaba en una situación similar
- ¡ya casi llegamos! – exclamo con emoción un pequeño niño humano
-en verdad que estas emocionado por ver la estatua de esa maga jeje- la madre del niño sonrió con algo de picardía - ¿o es solo porque ella era una elfa muy hermosa?
- ¡Mamá! – sonrojándose dándole la razón a su madre
-bueno, no se puede evitar, nuestro pequeño liebre está creciendo
- ¡no soy una liebre! – exclamo el pequeño
-jaja perdón, perdón- el padre se disculpó, solo para luego llevar su mano hacia el hombro de su hijo -déjame darte un pequeño consejo sobre las elfas- ampliando su sonrisa al mismo tiempo que su hijo se sonrojaba mas -a ellas no les gusta que otras razas la toquen directamente, por lo que si quieres tener una buena relación con una algún día primero gánate su confianza
- ¡papá! - sin poder soportar más la vergüenza el niño comenzó a correr - ¡me adelantare!
Así, tanto ese joven niño, y esa joven niña continuaron corriendo, pasando por diversos lugares, las ruinas de lo que alguna vez fue la mansión del gran héroe, y la sede de la gran maga que tomo como esposa.
Pasando por otros lugares, como lo que se creía que antaño era un bar que frecuentaban o lo que antes era conocido como el gremio, ambos siguieron corriendo hacia su destino, estaban tan cerca de aquellas estatuas, solo tenían que girar en una esquina y llegarían
Era tanta su emoción que ninguno pudo evitar lo que siguió a continuación
- ¡Eeek!
- ¡Whoa!
Un fuerte golpe se escucho en el lugar, ambos niños habían chocado contra la cabeza del otro, ambos habían caído al suelo por el impacto, inmóviles por varios segundos, con sus ojos llorosos por el dolor
-l-lo siento mu…- la chica intento disculparse, pero la otra parte se le adelanto
- ¡perdón! – respondió el chico al levantarse de inmediato y ofrecerle la mano
Ambos se miraron mutuamente, contemplando las características del otro, y en ese instante una sola palabra salió de sus labios al mismo tiempo
-conejo
-hada
Ambos se sonrojaron por esa palabra, el chico por primera vez no le molesto que le dijeran de esa manera, mientras que la chica le pareció muy linda la forma en que la llamo
- ¿e-estas bien…? Ah…
Rápidamente le chico aun con su mano estirada tenia todas las intenciones de ayudar a aquella niña a levantarse, pero al recordar la raza a la que pertenecía dudo en retirar su mano.
Lentamente fue retirando su mano, pero para su sorpresa y la de la misma chica su mano tomo la del chico, y aun con la sorpresa el chico la ayudo a levantarse
Sin soltar la mano del chico, la pequeña elfa limpio el polvo de su lindo vestido color rosa, al terminar ambos se miraron fijamente a los ojos mientras un sonrojo aun mayor se extendía por su rostro
Nuevamente el rojo y el azul se veían fijamente.
Mientras eso pasaba, arriba, muy arriba estaban siendo observados por dos deidades
-esos dos…- Hestia con una sonrisa maternal miraba conmovida dicha escena -en verdad es su destino estar siempre juntos
-nosotros los dioses no tuvimos nada que ver- loki hablo, teniendo un semblante similar a Hestia -ellos se encontraron nuevamente por sí mismos, sin la ayuda de nadie
Ambas deidades seguían viendo, viendo como esos niños seguían tomados de la mano, sin prestarle atención a aquellas dos estatuas, las cuales al igual que ellos en este momento, tenían sus manos juntas.
-o-oye…- ambos niños seguían sin soltar sus manos, ambos niños seguían viéndose fijamente a los ojos, mientras una única pregunta iba a ser pronunciada
- ¿Cómo te llamas?
La historia se repite, aquellas almas gemelas, destinadas a encontrarse una y otra vez encontraron el camino para reunirse por su propia cuenta.
Talvez nunca recuerden nada, talvez nunca lo sepan, pero eso no importa
El y ella…
A partir de ahora…
comenzarían su propia historia.
fin
nota de autor: bueno, hasta aquí llega la historia, espero que les haya gustado leerla tanto como la disfrute yo en escribirla
¿Qué les pareció?
¿opiniones?
¿criticas?
me gustaría que dieran su opinión, para así poder mejorar para mis siguientes fic
nuevamente muchas gracias por leer hasta este punto. Nos veremos en otra historia.
