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Capítulo 6
El Pálido - Fredas 02 de Helada del 202 de la Cuarta era
El cielo nocturno estaba despejado permitiendo a Asia ver las estrellas y la aurora boreal. Ella y Edzard habían partido de Hibernalia hace cinco días, habían tenido suerte y no se habían topado con ninguna de las infames tormentas de nieve que hay en las comarcas del Pálido e Hibernalia. Actualmente se encontraban acampando al borde del camino que lleva a la granja de Loreio.
"Ed, ¿Cuánto más falta para llegar?" preguntó Asia mientras dejaba de ver las estrellas y miraba a su amigo, el cual estaba preparando la cena en la fogata.
"No mucho, si tenemos suerte mañana llegaremos a la frontera con Carrera Blanca." respondió Edzard, mientras seguía cocinando la cena, la cual sería un guiso de conejo. "Después de eso el viaje será más rápido."
Asia asintió al escuchar eso. Si bien le estaba gustando viajar, se había aburrido de ver campos nevados durante los últimos días.
"Oye, Ed, cómo sabes que no seremos atacados por bandidos."
"Eso es fácil, he puesto una barrera de detección, esta me alertará de cualquier peligro que nos amenace."
Cuando la cena estuvo preparada, Asia dejó el libro que había estado leyendo a un lado y se dirigió para servir el guiso en dos platos. Después de cenar ambos se sentaron y comenzaron a ver las estrellas. Para luego de esto dirigirse a sus respetivas carpas para dormir.
Asia estaba echada en su saco de dormir mientras recordaba la despedida que tuvo con sus amigos en el colegio de Hibernalia.
Flashback
"Entonces, ¿te vas con el Archimago a la ciudad de Carrera Blanca?" preguntó Gyda mientras veía a Asia hacer las maletas pues al día siguiente partiría con Edzard.
"Sí, ya he hablado con la maestra Colette y ella ha dado su permiso." contestó Asia mientras seguía doblando sus prendas.
'No es como si ella tuviera mucho que decir.' pensó Asia recordando que la maestra estaba un poco molesta al enterarse de que se iba.
"Asia, ¿Puedes hacernos un favor?" preguntó Fridda uniéndose a la conversación de su hermana con Asia.
"Por supuesto." respondió Asia mientras dejaba de ver sus pertenencias y miraba a su amiga. Cuando Fridda escuchó la respuesta sonrió y le entregó a Asia una carta.
"Puedes entregarle esto a nuestra madre."
Asia asintió mientras tomaba la carta. Después de eso, ambas chicas ayudaron a Asia a hacer sus maletas y se pusieron a charlar hasta bien entrada la noche, para después dirigirse a sus respectivos dormitorios a descansar.
Al día siguiente toda la clase de la escuela de restauración estaba presente para despedirla. Para Asia esto fue muy emotivo, pues nunca antes había tenido una despedida así.
Fin Flashback
Sin embargo, el recorrido por el carril de la memoria de Asia fue interrumpido cuando de repente fue lanzada de su carpa hacia el exterior. Cuando Asia golpeó el suelo intentó gritar, solo para ser levantada y no poder gritar al sentir que tenía la boca tapada por algo invisible.
Edzard se levantó de su saco de dormir al momento de escuchar el sonido de un cuerpo golpeando el suelo. Rápidamente tomó su espada y salió de su tienda. Ya estando fuera observó cómo Asia estaba flotando y que no podía hablar. Cuando se preparó para atacar lo que sea que causara eso, le llegó un olor que reconoció muy bien.
"Serana, puedes bajar a Asia." habló suspirando Edzard mientras relajaba su postura.
Asia no entendía lo que Edzard decía, pero se asombró cuando escuchó una risa en su oído. Cuando giró su cabeza para ver mejor pudo ver como un brillo morado hacía aparecer a una hermosa mujer. Esta mujer tenía la piel pálida. Tenía ojos que brillaban como si fuesen brasas de carbón y labios de color rojo intenso. Su cabello era de color negro y lo llevaba corto con dos pequeñas trenzas que se unían en la parte posterior. Su ropa consistía en un corsé de cuero oscuro y debajo de este llevaba una camisa de color rojo. Tenía unos brazales de cuero oscuro, además de tener pantalones y botas de color negro.
"Oh, Ed, ¿Cómo descubriste que era yo?" preguntó entre risas Serana.
"Eso es fácil, solo conozco a alguien que huele a cementerio. Además, solo mis amigos pueden pasar mi barrera sin ser detectados." respondió Edzard mirando a Serana a los ojos. "¿Puedes bajar a Asia?, la estás asustando."
Serana solo volvió a reír, para luego bajar a Asia. La cual una vez estuvo en el suelo, rápidamente corrió hacia Edzard para refugiarse detrás de él.
"Tranquila Asia, solo es una amiga." dijo Edzard mientras trataba de calmarla, pues estaba que temblaba por el susto que le dio Serana.
Cuando Asia se calmó, Edzard las presentó. Luego de esto Serana se disculpó con Asia por asustarla. Disculpas que Asia aceptó. Luego de esto Edzard y Serana comenzaron a hablar mientras Asia se quedaba dormida en el hombro de Edzard.
"Serana, ¿Por qué estás aquí?" preguntó Edzard mientras trataba de acomodarse de la mejor manera para que Asia pudiese dormir sin ser molestada.
"¿Qué acaso no puedo visitar a un amigo?"
"Serana." dijo serio Edzard mientras la miraba a los ojos.
"Está bien, estaba en el Fuerte del Alba cuando llegaron algunos rumores divertidos sobre ti.. "
"¿Qué clase de rumores?"
"Nada importante, solo que tuviste una pelea callejera en Ventalia y que estabas viajando con una chica." respondió Serana con un tono burlón, además de que sonreía porque veía a Edzard retorcerse por lo dicho.
Edzard se sentía incómodo, lo último que quería era que Serana se enterara.
"Veo que quieres saber lo que pasa." dijo Edzard mientras veía a Serana verlo fijamente.
Serana solo sonrió cuando su amigo entendió por qué estaba aquí. Así que ella prestó atención cuando le comenzó a contarle la historia de Asia.
"Solo a ti te pasan cosas tan raras como estas." habló Serana suspirando por la suerte de Edzard. "Sin embargo, debo preguntar, ¿Tienes alguna pista sobre como enviar a la chica a casa?"
Edzard negó con la cabeza, pues no había encontrado nada de información sobre este tema en la biblioteca del colegio de Hibernalia.
"Creo que mi madre podría saber sobre esto." habló Serana mientras tenía la mano en la barbilla. "Podría preguntarle sobre el tema."
"¿En serio harías eso?" preguntó Edzard esperanzado por encontrar información; sin embargo, su rostro se agrió al recordar a Valerica. "Pero tu madre, no intentara hacer algo raro con Asia, ¿verdad?"
"Ja, ja, ja." rio divertida Serana. "Tranquilo Ed, mi madre no le hará nada a la chica; sin embargo, no puedo prometer que no te pedirá algo a cambio por la información."
Edzard asintió agradecido, después de todo ese tipo de información no sería dada así de gratis por nadie. Se mantuvieron hablando un rato más, poniéndose al día. Luego de hablar, Edzard se dirigió a su carpa y Serana llevó a Asia para dormir ambas en la carpa de esta última.
Carrera Blanca – Sundas 04 de Helada del 202 de la Cuarta era
El carro se movía rápidamente sobre el camino. El viaje había sido más rápido una vez ingresaron a la comarca de Carrera Blanca. Esta comarca es uno de los centros de comercio más importantes de Skyrim. Esto se debía a que estaba justamente en el centro de la provincia y por eso mantenía sus caminos y carreteras en buen estado, para de esta manera agilizar el tránsito de los mercaderes.
El día siguiente de la llegada de Serana había estado muy movido. Asia gritó muy fuerte cuando se despertó y se encontró desnuda abrazando a una muy desnuda Serana. El grito fue tan fuerte que Edzard salió rápidamente de su tienda pensando que estaban siendo atacados, solo para observar a una Serana que se revolcaba de la risa y a una llorosa Asia que murmuraba sobre ya no poder casarse.
Cuando ya habían llegado a la frontera con la comarca de Carrera Blanca, Asia se asombró al ver la gran cantidad de granjas y personas que pasaban por la carretera pasteando ovejas, cabras y reses. Lo más gracioso fue cuando gritó de asombro al ver a un gigante con sus mamuts. Ella comenzó a hacer preguntas tras preguntas sobre ellos, preguntas que fueron respondidas por Serana.
Cuando acamparon esa noche, Serana y Asia estaban conversando. Serana le contó la historia de cómo conoció a Edzard, exagerando en algunas cosas. Una de las exageraciones fue cuando le contó que él había llegado como todo un caballero de brillante armadura para salvarla de los esbirros de su malvado padre. Cuando Asia terminó de escuchar eso se volteó a ver a Edzard con los ojos iluminados.
Cuando amaneció esté día y luego de un rápido desayuno partieron para llegar a la capital de la comarca, la cual irónicamente se llama también Carrera Blanca.
Asia se asombró cuando miró la ciudad que era Carrera Blanca, era tan grande como Ventalia; sin embargo, está a diferencia de la anterior no tenía aquella aura gris sobre sí misma, sino que estaba más animada.
Cuando el carro llegó a los establos en las afueras de la ciudad, el grupo bajó y Edzard le entregó el carro al jefe del establo. Tomando las mochilas encantadas, el trio se dirigió hacia la vivienda de Edzard en la ciudad.
Asia estaba asombrada cuando vio la casa en la que se quedaría. Ella esperaba otra mansión, pero esta casa era diferente, pues era una casa normal.
Cuando entraron a la casa, Asia vio que esta tenía un pequeño fogón en la entrada, así como unos asientos para sentarse frente a esta. Al costado izquierdo del fogón había un estante con libros, más atrás estaba el comedor, el cual era una mesa con una banca, a la mano izquierda del comedor estaban unas puertas que conducían al que sería el cuarto de Asia en la casa. Y en esa misma dirección, pero desde la entrada estaba una escalera que llevaba al segundo piso, donde a la mano izquierda se encontraba el desván y hacia la mano derecha se iba hacia la habitación de Edzard.
"Esto es extraño." comentó Serana mientras veía la casa por todos los lados.
"¿Qué es extraño?" preguntó Asia sin entender por qué Serana decía eso.
"Es que hemos llegado a la casa y Lydia aún no ha aparecido para saludar a Edzard."
Sin embargo, antes de que Edzard comentase algo, la puerta del desván se abrió y de ella salió una mujer, que por el color de piel era una Guardia Roja. La mujer vestía un vestido marrón con un delantal sobre este, tenía el cabello corto sobre los hombros y llevaba una cicatriz en un lado de la cara.
Al momento de ver a la mujer salir, Edzard se llevó la mano a la cara y Serana se estaba riendo.
"Hola Saadia, que sorpresa verte aquí." habló con sarcasmo Edzard mientras los ojos de Saadia se abrían de sorpresa. "Podrías llamar a Lydia."
Cuando Saadia salió de su sorpresa rápidamente se metió en la habitación de la que salió. Se escucharon golpes y gritos. Después de eso Saadia salió junto a una mujer nórdica de piel pálida, cabello negro, la cual vestía una armadura de acero.
"Ja, ja, ja. Hola Lydia, veo que te estabas divirtiendo." habló entre risas Serana.
"Mi Thane, yo…." Trató de excusarse Lydia tratando de ignorar las burlas de Serana.
Edzard simplemente miraba todo con los ojos en blanco. Parece que sus edecanes se divertían en sus casas cuando él no estaba, pero gracias a los dioses lo hacían en sus habitaciones y no en la de él.
"Lydia…, solo…, solo lava las sábanas después." habló Edzard.
Lydia asintió furiosamente a lo dicho por su Thane, mientras internamente suspiraba de alivio por no meterse en problemas. Cuando volvió a ver al grupo de su Thane se sorprendió; pero no se sorprendió de ver a Serana, la mujer vampiro era alguien a quien ya había conocido. No, su sorpresa era la joven que estaba al lado de su Thane.
"Mi Thane, ¿Quién es la joven que está a su lado?"
"Ah, cierto." respondió Edzard golpeando su puño con su mano, pues se percató que aún no las había presentado. "Lydia, esta es Asia Argento."
"Y Asia, ella es Lydia, mi edecán aquí en Carrera Blanca."
Cuando Asia miró hacia Lydia, inmediatamente se sonrojó, pues en ese momento el peto de la armadura de Lydia se cayó. Los ojos de todos se abrieron cuando vieron caer el peto, pues Lydia no tenía nada debajo de este; sin embargo, cuando Edzard estaba a punto de ver bien todo, Asia reaccionó rápidamente tapando los ojos de Edzard.
"¡Ed, no veas!" gritó Asia tapándole los ojos a Edzard.
"Ja, ja, ja. No sabía que tus deberes de edecán también incluían darle una vista como esa a tu Thane." bromeó Serana a una avergonzada Lydia.
Mientras Edzard trataba de sacarse a Asia de encima, Lydia rápidamente levantó el peto y se fue a su habitación.
Cuando todo se hubo tranquilizado, Edzard estaba en una esquina con una nube oscura sobre él, pues se había perdido el show. El tomó una bocanada de aire y rápidamente se recompuso, y comenzó a hablar con Lydia sobre los arreglos para Asia en la casa.
"Entonces te vas a ver a tu madre, Serana." habló Edzard apoyado en el marco de la puerta.
"Sí. Sin embargo, no te preocupes, no me tomara más que un par de días." dijo Serana mientras le guiñaba un ojo a Edzard. "Le comentaré sobre tu problema."
"Gracias por esto, Serana."
"Despídeme de Asia."
Edzard solo miró a su amiga irse antes de volver a entrar en la casa y ayudar en la preparación de la cena.
Jorrvaskr – Morndas 05 de Helada del 202 de la Cuarta era
Edzard se encontraba entrenando con Farkas en el patio de Jorrvaskr. Farkas es un Nórdico, de cabello largo color negro, tenía los ojos de color grises. Usa la armadura de los miembros del círculo de los compañeros, la cual consiste en un peto de acero con hombreras, el cual tiene como decorado la cabeza de un lobo cerca al cuello, guanteletes de acero, con forma de cráneo de lobo y botas de acero.
Edzard en cambio vestía una armadura de cuero hervido sobre una túnica de color negra, pantalones de lino y botas de cuero, todo esto del mismo color que su túnica. Además de usar una espada de una mano hecha de acero.
"¡Vamos Ed, ataca con más fuerza!" gritó Farkas mientras atacaba a Edzard con su mandoble de acero.
Edzard esquivaba los ataques esperando el momento de contratacar. El momento se presentó cuando Farkas lanzó un tajo en diagonal sobre Edzard, el cual rodó hacia un lado para esquivarlo. Gracias al giro, Edzard pudo posicionarse a espaldas de Farkas y rápidamente le puso la espada en el cuello finalizando así el combate.
"Parece que gano yo, Farkas." dijo Edzard con una sonrisa. Para luego alejar la espada del cuello de Farkas.
Cuando Farkas tuvo la espada lejos de su cuello, comenzó a reír.
"Ja, ja, ja. Extrañaba nuestros combates, Ed." reía Farkas mientras le daba palmadas en la espalda a Edzard.
"Yo… también." contestó Edzard con dificultad, pues los golpes de Farkas le estaban quitando el aire de los pulmones.
Y así mientras ambos amigos continuaban en su charla, Asia llegó a la zona de entrenamiento de Jorrvaskr. Cuando varios de los nuevos reclutas se dieron cuenta de la persona que había llegado dejaron de lado lo que estaban haciendo y comenzaron a ver bien a la joven. Muchos de los presentes comenzaron a susurrar entre sí, mientras algunos comenzaron a silbar a Asia, la cual se estaba poniendo muy nerviosa por la atención que estaba recibiendo.
"Oye, mira a esa chica. ¿Crees que esté con alguien?"
"¡Oye nena, ven conmigo y te mostraré la mejor noche de tu vida!"
Edzard volteó cuando comenzó a escuchar el escándalo y sonrió al darse cuenta de que Asia había llegado a Jorrvaskr. También se percató de que había traído una vianda envuelta en un mantel. Cuando Asia llegó al lado de Edzard, ella le dio la vianda. Al momento de que Edzard tomó la vianda, los silbidos se terminaron y comenzaron los susurros.
"Mierda, parece que está con el heraldo."
"¿Será su amante?
"Idiota, corre antes de que el heraldo te masacre por insinuártele."
"Pero que tenemos aquí." llegó una voz desde la puerta que daba al salón.
Cuando los presentes miraron hacia la dirección de dónde provenía la voz, los susurros se detuvieron.
Asia giró en dirección de la voz y vio a una mujer pelirroja, la cual tenía pintura de guerra en formas de garra de color verde en la cara. Vestía una armadura de cuero, con placas de hierro en los hombros. La armadura dejaba ver su espalda, además tenía guanteletes de hierro, los cuales tenían guantes de cuero verde sin dedos y vestía botas de cuero gruesas de color marrón, además de llevar una daga en su cintura. También tenía un arco con un carcaj lleno de flechas en la espalda.
"Aela, no esperaba verte hasta mañana." habló Edzard al ver a Aela acercarse a ellos.
"La caza fue más fácil de lo esperado." dijo Aela estando frente a Edzard. "Escuché algunos rumores mientras estaba en la Marca Oriental.
Al momento de escuchar eso, los ojos de Edzard se entrecerraron; sin embargo, Aela no le estaba prestando atención a Edzard, más bien estaba mirando a Asia de arriba hacia abajo.
"¿Qué clase de rumores?" preguntó Vilkas uniéndose a la conversación.
Vilkas es el gemelo de Farkas y por ende son idénticos en apariencia, su única diferencia era que este llevaba el cabello corto, además de que también vestía la misma armadura.
"Parece que el heraldo se metió en una pelea callejera." contestó Aela mientras seguía mirando a Asia fijamente. "Oye niña, ¿Cómo te llamas?"
Al escuchar que le hablaban, Asia se sorprendió y trató de esconderse detrás de Edzard. Las personas que estaban aquí tenían un aura muy diferente a los que poseían aquellos que pertenecían al colegio de Hibernalia.
"Me llamo A… Asia A… Argento, es… es un gusto conocerlos." respondió Asia tartamudeando mientras se escondía atrás de Edzard.
"Hola, mucho gusto, me llamo Farkas y la persona a mi costado es mi hermano Vilkas." dijo Farkas con una sonrisa en la cara, acción que fue copiada por su gemelo.
Esta respuesta tranquilizó mucho a Asia; sin embargo, sus nervios volvieron cuando miró a Aela, la cual tenía una mirada fría. Cuando Aela comenzó a acercarse a Asia, esta trató de retroceder; pero llegó a la pared.
Edzard estaba preparado para defender a Asia; sin embargo, lo que vio a continuación lo sorprendió a él y a todos los presentes.
"¡Ahh, eres tan linda!" Fue el grito de Aela mientras abrazaba a Asia y comenzaba a frotar su cara contra la de ella.
Asia estaba asustada, pues no entendía por qué la estaban abrazando así.
"Oye Ed, dime, ¿dónde la encontraste?" preguntó Aela mientras seguía abrazando a una sonrojada Asia, la cual hacia inútiles esfuerzos para separarse de Aela.
Edzard estaba con una enorme gota al ver a Aela actuar así.
'Por un momento creí que sus instintos bestiales se habían hecho cargo.' suspiró aliviado Edzard.
"Te lo contaré todo, así que vamos a la forja inferior." Fue lo dicho por Edzard, mientras se dirigían la forja inferior, la cual como dice su nombre estaba ubicada debajo de la forja del cielo, la cual se ubicaba al costado del salón de Jorrvaskr.
Cuando todos los miembros del circulo y Asia estuvieron en el interior de la forja, Edzard procedió a contarles cómo conoció a Asia. Luego de eso Asia contó su historia y cuando terminó, los gemelos y Edzard trataron de separarla de Aela, la cual estaba abrazando mas fuerte a Asia.
"¡Aela, suelta a Asia!" era el grito de Edzard mientras trataba de separar a Aela de Asia.
"¡Nunca!"
"Está bien, ya me hartó esto."
Edzard rápidamente usó un hechizo de parálisis en Aela, la cual se quedó quieta. Esto permitió separarla de Asia, la cual se había desmayado por la muestra de afecto de Aela.
Cuando Asia despertó, lo primero que notó es que estaba acostada en una cama en una habitación que no conocía. Comenzó a entrar en pánico; pero se calmó cuando Edzard entró con un plato de comida para ella. Cuando recibió el plato de comida, dedicó unas oraciones y luego comió. Cuando acabó de comer, ella y Edzard comenzaron a hablar.
Edzard le contó todo sobre la sangre de lobo que llegaron a poseer algunos miembros del círculo.
"Entonces, ¿eras un hombre lobo?" preguntó Asia mirando a Edzard a los ojos.
"Sí, logré curarme." respondió Edzard mientras miraba al techo. "Pero no completamente."
"¿A qué te refieres con eso?"
"Asia, desde que nací hasta hace unos meses mis ojos eran verdes." respondió Edzard triste pensando en su familia fallecida. "Sin embargo, cuando me convertí en hombre lobo, estos se volvieron grises, pero cuando me curé solo uno de mis ojos se volvió verde."
"¿Por qué paso eso?"
"Ya sabes que soy un Dovahkiin, es decir no soy un humano normal, por ende, la licantropía me afectó de otra manera." respondió Edzard con pesar en su voz. "Solo me pude curar parcialmente, ya no me puedo transformar en lobo, pero aun mantengo algunos de sus rasgos."
"¿Qué rasgos aún están presentes?"
"Mis sentidos están mejorados, y tengo más fuerza, resistencia y durabilidad que un humano promedio."
Después de esa pequeña charla se quedaron en silencio un rato; sin embargo, este fue roto cuando Edzard habló.
"Asia, Aela quiere entrenarte en el uso de armas."
"Pero Ed, no me gusta lastimar a la gente."
"Lo sé, pero no es para que lastimes a otros, es para que puedas defenderte. Después de todo en este mundo si no matas, te matan."
Cuando Asia escuchó eso pensó por un momento; pero luego decidió aceptar.
Edzard sonrió por esto. También le propuso que lo acompañara en una aventura más adelante; pero con la condición que lo haría cuando Aela le dijera que ya podía defenderse con un arma. Además de que no podía dejar de practicar con su magia. Asia sonrió aceptando las condiciones de Edzard.
Unas horas después ambos se retiraron y se dirigieron a la casa de Edzard para descansar.
Hogar de la Brisa – Loredas 10 de Helada del 202 de la Cuarta era
El día estaba despejado y el sol brillaba sobre la ciudad de Carrera Blanca. Todos los habitantes de la ciudad se encontraban charlando y haciendo sus asuntos en la ciudad, pero en la casa del Dovahkiin todo era un huracán de personas trabajando. Asia se encontraba acompañada de Aela, Lydia y Serana, esta última había vuelto recientemente de hablar con su madre. Se encontraban preparando una pequeña fiesta para Edzard, el cual cumplía ese mismo día quince años.
"¡Serana, deja de comerte los bollos dulces!" gritó Aela mientras ayudaba a poner los adornos en el techo de la casa.
"¡Lydia! ¡Ve a buscar esta lista de ingredientes al mercado!" fue el grito de Asia, la cual estaba tratando de pensar en cómo preparar un pastel sin un horno.
Lydia asintió y rápidamente se fue al mercado de la ciudad para comprar los ingredientes. Mientras Lydia compraba en el mercado, las demás chicas terminaban de adornar la casa. Y si te preguntas sobre el afortunado cumpleañero. Este se encontraba en el camino, pues estaba de regreso a la ciudad.
"En serio, porque Balgruuf me tuvo que mandar a llevar esa carta." fue lo dicho por Edzard, mientras recordaba como el Jarl de Carrera Blanca le había pedido entregar esa carta un señor local.
'Ese arrogante viejo.' fue el pensamiento de Edzard al recordar como el noble no le permitió la entrada a su vivienda, sino que lo tuvo esperando bajo la lluvia un par de horas.
'Y luego de eso tuvo la audacia de desfilar a todas sus hijas y nietas para que tome a alguna como esposa.' pensó Edzard mientras apretaba los dientes. El viejo noble había llamado a todas sus descendientes cuando se enteró de a quien había mantenido esperando en la lluvia.
Suspirando decidió concentrarse en la carretera. Estaba a unas cuantas horas de viaje de la ciudad de Carrera Blanca.
Edzard no esperaba nada en este día, aunque este era el día de su cumpleaños. Lamentablemente para él esté era un día triste, pues el aniversario de la muerte de sus padres era en dos días. Edzard recordaba como dos días después de recibir su regalo cuando cumplió los siete años se había dirigido a jugar con sus amigos del pueblo. Solo que para cuando volviera a su casa, esta estuviera en llamas.
Después de eso, él había sido enviado al orfanato de la ciudad de Bruma en Cyrodill. Ahí pasó seis años, después de los cuales salió y comenzó a trabajar como aprendiz de herrero. Cuando ganó el dinero suficiente se dirigió a Skyrim para visitar la tierra natal de su padre. Cuando llegó a Skyrim fue encarcelado por estar cerca del lugar donde capturaron a Ulfric. Lo que vino después de eso es historia conocida, salvó a Carrera Blanca de un dragón, fue a Alto Hrothgar donde aprendió el Thu'um, derrotó a Alduin y salvó el día.
"Estoy aburrido." fue el susurro de Edzard. "Por favor que pase algo."
Al momento de terminar de decir eso escuchó unos gritos. Rápidamente espoleó a su caballo en dirección del grito. Cuando llegó vio a unos Thalmor atacando a una caravana de mercaderes. Edzard se enojó cuando vio a los Thalmor golpear y desnudar a la mujer del que parecía ser el dueño de la caravana, el cual estaba siendo retenido por tres Thalmor. Lo peor era que había un niño, el cual miraba aterrorizado la escena.
Edzard decidió intervenir, así que rápidamente se desmontó de su caballo y se acercó. Cuando un Thalmor lo vio, intentó detenerlo; pero no pudo hablar, pues Edzard le rebanó la cabeza rápidamente. Cuando los otros Thalmor vieron eso, rápidamente soltaron al hombre que tenían retenido, el cual se levantó rápidamente y cogiendo una rama comenzó a golpear en la cabeza al Thalmor que había desnudado a su esposa.
Los Thalmor atacaron a Edzard con sus espadas; sin embargo, no había ni llegado a acercarse cuando fueron alcanzados por un hechizo de rayos, el cual los mató en el acto. El poder del hechizo fue tal que sus cuerpos se volvieron cenizas.
"¡Detente ahí maldito humano!"
Edzard miró al último Thalmor que quedaba y vio como tenía de rehén al niño que había en la caravana.
"¡Arroja tu arma y aléjate!" amenazó el Thalmor poniendo su daga en el cuello del niño. "¡Si no haces caso le rebanaré el pescuezo a este …!"
El Thalmor no pudo continuar, pues Edzard le hizo caso y arrojó su arma, la cual era un hacha; sin embargo, no la arrojó al suelo, más bien se la arrojó a la cabeza del Thalmor, matándolo en el acto.
Cuando el Thalmor cayó al suelo, el niño corrió hacia sus padres, los cuales lo abrazaron. Edzard sonrió al ver aquella escena. Cuando estuvo a punto de irse, vio que el niño que había sido retenido había llegado a su lado.
"Muchas gracias." Fue lo que el niño dijo con una sonrisa y lágrimas en sus ojos.
Edzard solo asintió, antes de crear una bola de magia de color dorada la cual envió a la mujer para curar sus heridas. Después de eso Edzard se dirigió hacia su caballo y rápidamente se fue del lugar.
Ya había caído la noche cuando llegó a la ciudad de Carrera Blanca, rápidamente se dirigió hacia el palacio del Jarl, La Cuenca del Dragón para entregar su reporte. Después de eso se dirigió hacia su casa con intención de comer y luego dormir, pues estaba cansado por el viaje.
Cuando Edzard abrió la puerta, se asombró al ver su casa decorada con guirnaldas. El fogón que había en la entrada había sido retirado, dejando así más espacio en el salón principal. Había un pastel en el centro de la mesa, había varios dulces y comida al rededor del pastel; sin embargo, lo que más le sorprendió fue ver a sus amigos ahí esperándolo.
"¡Feliz Cumpleaños Ed!" fue el grito de todos los presentes.
Edzard estaba tan aturdido por lo que pasaba que fue necesario un golpe por parte de Farkas para que este volviese en sí.
"¿Qué está pasando?" fue la pregunta de un Edzard que aún estaba en shock.
"Es tu fiesta de cumpleaños, Idiota." contestó con sarcasmo Serana.
"Eh." Edzard seguí en shock. "Pero, ¿Quién planeo todo esto?"
"Fue Asia." Fue la respuesta de Aela. "La hubieras visto organizar todo, parecía un general ordenando a sus soldados."
Cuando Edzard escuchó eso alzó una ceja, pues no podía imaginarse a una Asia toda seria vistiendo una armadura imperial dando órdenes. Todos los presentes comenzaron a saludar a Edzard mientras le daban sus felicitaciones. Después de eso, todos comenzaron a celebrar, tomaban aguamiel y comían de lo que había en la mesa. Asia y Edzard habían sido empujados para que bailen al centro de la pequeña sala, mientras Jon Batallador, un joven Nórdico de cabellos rubios y barba en forma de perilla, tocaba una canción. Mientras todos estaban festejando llegó a la fiesta el Jarl Balgruuf, el cual comenzó un desafío de canto el cual fue ganado por Jon.
La fiesta prosiguió hasta muy altas horas de la noche. Momento en que todos los invitados se retiraron. Edzard se quedó con Asia en el comedor.
"Asia, gracias." La voz de Edzard estaba cargada de muchos sentimientos en ese momento.
"No hay de que, Ed." respondió Asia con una sonrisa.
Edzard sacó una botella que le fue enviada desde Riften por Talen-Jei, un Argoniano que dirigía la posada La Abeja y el Dardo. Cuando volvió a donde estaba Asia, este sirvió el contenido en dos copas dándole una de las copas a Asia. Cuando ambos bebieron el contenido de la taza enrojecieron, pues se emborracharon rápidamente. Edzard no se había percatado que había tomado el combinado llamado Asolador de Acantilados, el cual era una bebida muy fuerte. Si bien Edzard tenía una gran resistencia al alcohol, ya había tomado mucho durante la fiesta, mientras que Asia no tenía esa tolerancia al alcohol.
Ambos estaban tan ebrios que comenzaron a reírse por todo. Cuando se levantaron para dirigirse a sus respectivos dormitorios, estaban tan ebrios que ambos se dirigieron a la habitación del primer piso y se acostaron en la misma cama.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un comentario si les gusto el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
