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Capítulo 8
Garganta del mundo - Middas 13 de Estrella del alba del 203 de la Cuarta era
El helado viento soplaba con gran fuerza casi arrancando la capa de piel de oso que traía Edzard sobre su ropa, la cual estaba totalmente hecha de pieles para de esta manera poder mantener el calor. Él había decidido subir a la cima de la garganta del mundo para hablar con Paarthurnax sobre lo que pasó cuando casi muere hace casi un mes. Había dejado a Asia en el colegio de Hibernalia para que siguiera sus estudios en magia.
Cuando Edzard llegó a la cima pudo presenciar al dragón al que había ido a ver. Este dragón era blanco y tenía las alas un poco desgastadas, le faltaba un cuerno de la cabeza y unos de la mandíbula y su cola terminaba en forma de punta de flecha. Al acercarse, el dragón abrió los ojos y voló hasta posarse frente a él.
"Drem Yol Lok. Saludos, Fahdon. ¿Qué te trae de nuevo a mi strunmah ... mi montaña?" preguntó Paarthurnax.
"Drem Yol Lok. Saludos, maestro. He venido para buscar tu sabiduría." respondió Edzard haciendo una pequeña reverencia.
"Umm, Onikaan … sabiduría sobre la Kiir… la niña." habló Paarthurnax. "Sobre como Wundun Lein … viajar entre mundos."
Los ojos de Edzard se abrieron al ver que Paarthurnax ya sabía lo que él quería saber.
"Sí, deseo saber si es posible usar la magia de las sombras para viajar a otro mundo."
"Posible es, pero onikaan… sabio no es. El tejido del lein ... el mundo no puede rasgarse de nuevo." contestó Paarthurnax mientras miraba a los cielos. "Nuestro Bormah … nuestro padre, no lo permitirá."
"¿Por qué no lo permitirá?" se podía escuchar la desesperación en la voz de Edzard.
"Una nueva kren … una ruptura podría eliminar la barrera que protege el leim … el mundo de los deyra … los daedras."
'Maldita sea, si Akatosh no lo permite no me será posible abrir el portal.' era el pensamiento de Edzard mientras trataba de encontrar una ruta de escape a esto.
"Paarthurnax, ¿Akatosh me detendrá personalmente si abro esa grieta?"
"No, bormah … padre no lo hará, enviará a nuestras fahdon … nuestras hermanas, las Jills." respondió Paarthurnax con un poco de miedo en su voz. "El poder de las Jills es mucho mayor al de un dovh."
Edzard alzó una ceja al escuchar el miedo en la voz de Paarthurnax.
"¿Qué tan poderosas son?" preguntó Edzard, tratando de entender a lo que se enfrentaría en caso de seguir su plan. "Comparándola con los dovh que he vencido."
"Enfrentar a una es igual a enfrentar a tres dovh."
Edzard suspiró, eso era mucho poder. Él podría enfrentarlas de eso estaba seguro; sin embargo, Asia no podría.
'Parece que tendré que idear un modo en que se pueda evitar a mis nuevas hermanas.' fue el pensamiento de Edzard; sin embargo, antes de que pudiese seguir pensando escuchó una voz.
'Sabes, siempre supe que eras muy revoltoso, kul.' dijo una voz de la nada. 'Ya estás pensando en cómo molestar a tus nuevas fahdon.'
Al escucharla tanto Edzard como Paarthurnax comenzaron a buscar de dónde venía la voz.
'Es inútil que me busquen en Mundus, yo estoy hablando desde Aetherius.' cuando escucharon eso los ojos de ambos se abrieron.
"Bormah." dijeron ambos mientras Edzard se arrodillaba manteniendo la cabeza baja y Paarthurnax inclinaba la cabeza.
'Ja, ja, ja, por favor hijos míos, levanten la cabeza.' rio divertido Akatosh. 'Edzard, hijo mío, parece que traer a esa chica a Mundus fue una buena decisión.'
"A que te refieres padre, ¿tu trajiste a Asia a Mundus?" preguntó Edzard mientras dejaba de estar arrodillado. "De ser así, ¿Por qué lo hiciste?
'No hijo, yo no la traje, pero si permití que la trajeran.' respondió Akatosh. 'Sin embargo, estoy seguro de que puedes adivinar quien fue.'
Edzard comenzó a pensar sobre que deidad podría haber traído a Asia a este mundo. Sus ojos se abrieron cuando finalmente comprendió quien fue.
"Mara, fue lady Mara." respondió Edzard. "¿Pero por qué la trajo?"
'Para salvarla de su cruel futuro en ese mundo.' contestó Akatosh, en su voz se escuchaba mucho pesar.
"¿Qué cruel futuro le esperaba?"
'Sabes que la magia de las sombras permite ver mundos con ligeros cambios al de origen del mago que la usa, ¿verdad?'
Edzard asintió, pues esto era la teoría básica sobre la magia de las sombras.
'En otro mundo, esa niña sería excomulgada a los dieciséis años. En ese mundo ella conocería a un joven que ocuparía el lugar que tú ocupas en su corazón.' dijo Akatosh. Edzard trató de hablar, pero Akatosh se le volvió a adelantar. 'Sin embargo, en el mundo de donde vino esta versión, ella sería forzada a convertirse en un demonio y luego sufriría todo tipo de abusos a manos del demonio que la convirtió, hasta que su mente finalmente terminé rota.'
Cuando Edzard escuchó eso, en su mente comenzaron a aparecer varias imágenes. En ellas Edzard pudo ver como Asia era violada y torturada cada día, pero a pesar de ver esto, no pudo ver quién era el agresor. Era como ver una película, el trataba de correr y ayudarla, pero no podía. Cada intento que realizó terminó de la misma manera, en fracaso. En el mundo real, el cuerpo de Edzard comenzó a emitir una enorme presión de poder mágico, sus ojos cambiaron de color y sus caninos comenzaron a crecer. Todo esto se debía a la rabia que comenzaba a brotar de él. Paarthurnax se dio cuenta y trató de calmar a su hermano.
"¡Dovahkiin, tranquilízate, no permitas que tu bah … tu ira te controle!" gritó preocupado, pues sabía que, si su hermano caía en su ira, este podría caer en el deseo de dominación que poseían todos los dovah.
Edzard comenzó a ver rojo, su deseo de sangre comenzaba a mostrase; sin embargo, cuando su padre volvió a hablar este nivel de ira aumento.
'Si lo que te dije antes te puso así, esto te pondrá peor...' habló Akatosh, él sabía que lo que estaba a punto de decir podría literalmente hacer que Edzard vaya en un arrebato sangriento. 'El demonio que haría eso, es el mismo demonio que ella curó.'
Cuando Edzard escuchó eso, algo dentro de él se quebró. En su mente aun aparecían las imágenes de los abusos que sufriría Asia, pero ahora también podía ver quien causaba esos abusos. Si la cantidad de magia que su cuerpo comenzó a emitir antes era aterradora, ahora era tan brutal que el propio Paarthurnax tuvo que volar para escapar del vórtice de magia que Edzard estaba creando.
"Bormah, ¿Por qué le dijiste eso?" preguntó Paarthurnax mientras veía a su hermano menor literalmente comenzar a quebrar su cuerpo por el poder que emitía.
'Era necesario..' habló con pesar Akatosh, pues le dolía el ver a su hijo en ese estado. 'Tu hermano no es el mortal más poderoso actualmente. Hay otros que le superan en conocimiento, experiencia y poder; sin embargo, él posee el potencial de alcanzar un poder similar al de un príncipe daedrico.'
Los ojos de Paarthurnax se abrieron con asombro mientras miraba a su hermano menor. El vio como el cuerpo de Edzard comenzaba a mostrar cambios físicos, comenzaron a formarse líneas de color negro en forma de venas, las cuales se expandieron por todo su cuerpo.
Edzard sentía que su cuerpo se destruía y se regeneraba, causándole un dolor extremo; sin embargo, ese dolor no era nada comparado con la rabia que sentía.
'Deberías detenerlo, Akatosh.' habló una nueva voz. 'El chico no podrá soportar mantener todo ese poder de golpe.'
'¡DREM! ¡DOV! ¡HAH!.' fue el gritó que hizo estremecer al mundo mismo, haciendo que un rayo dorado cayera sobre Edzard.
Cuando el rayo impactó sobre Edzard, este comenzó a tranquilizarse. Sus ropas quedaron completamente destruidas quedando totalmente desnudo. Cayendo en la inconciencia mientras su cuerpo volvía a la normalidad.
'Odahviing, lleva a Edzard a Hibernalia.' ordenó Akatosh.
Odahviing que había llegado recientemente al sentir el aumento de poder, asintió y tomando a Edzard con una de sus patas se fue en dirección a Hibernalia.
'Parece que tienes preguntas.' habló Akatosh a su hijo.
"Sí, bormah, ¿por qué decirle lo que le has dicho?"
'Eso es muy sencillo, sabes muy bien que las emociones influyen en el poder de un dovah.' contestó Akatosh. 'Al forzarlo a entrar en una rabia ciega, he forzado a liberar el poder que mantenía sellado de forma inconsciente.'
"Entonces la pregunta final es, ¿por qué forzar el despertar de su poder?"
'Para que pueda afrontar el futuro.' contestó Akatosh; sin embargo, su voz comenzaba a escuchase cada vez más lejana. 'Parece que mi tiempo para hablar contigo se agota, cuando tu hermano vuelva cuéntale lo que estoy a punto de enseñarte.'
Después de escuchar esa última petición, un haz de luz multicolor descendió hacia Paarthurnax, el cual aterrizo en la montaña y se dedicó a meditar sobre lo que su padre le había mostrado.
Evermore - Tirdas 16 de Amanecer del 203 de la Cuarta era
La fría brisa invernal del exterior ingresaba por la ventana de la habitación donde Edzard y Asia se encontraban descansando. Habían llegado hace un día a la ciudad de Evermore, después de un viaje de un día entero volando sobre Odahviing.
Edzard había planeado este viaje desde Saturalia, después de todo este día se celebraba el día del corazón. Un día especial para los amantes y parejas, un día donde las posadas dan una habitación gratis a las parejas.
Los ojos de Edzard se abrieron al sentir el frio en la habitación, mirando a su lado se da cuenta de que Asia se había llevado toda la manta. Frotándose los ojos se levantó de la cama para ponerse la ropa. Había decidido vestirse con una camisa de lana color gris, unos pantalones de cuero color negro, botas de cuero forradas de piel y un cinturón de cuero donde sostenía una espada corta de acero.
"Asia, despierta." dijo Edzard mientras despertaba a Asia.
"Umm, no." fue la respuesta de Asia, antes de girarse y seguir durmiendo.
Edzard puso los ojos en blanco al ver eso; sin embargo, una sonrisa apareció en su rostro. Negando a la actitud de su amante, decidió salir a buscar el desayuno.
Cuando volvió traía con él una bandeja que tenía dos platos de gachas y unas tazas con café. Cuando entró en el cuarto vio a Asia completamente vestida. Ella vestía un vestido corto hecho de lana de color azul oscuro, llevaba pantalones de cuero de color negro y botas forradas de piel color marrón.
"Ya despertaste." dijo Edzard mientras llevaba la bandeja a la mesa que había en la habitación. "Traje el desayuno."
Asia se levantó de la cama y se acercó a Edzard para darle un beso. Luego de besarse, se sentaron a comer tranquilamente el desayuno.
Luego de terminar de desayunar y tomar sus capas de piel, salieron de la posada en la que se encontraba. La calle estaba cubierta con un poco de nieve, pues ya se estaba acabando el invierno y pronto llegaría la primavera.
Las parejas pululaban en grandes cantidades, había todo tipo de parejas, parejas de géneros distintos, géneros iguales, razas diferentes y razas iguales. Todos ellos disfrutaban de este día festivo dedicado a las parejas. Las tiendas ofertaban dulces, arreglos hechos con flores invernales, ropas, joyas. Asia había decidido separarse un rato de Edzard para comprarle un presente.
"Umm…."Asia miraba pensativa los diferentes productos ofrecidos por un vendedor.
"Señorita, ¿Ya decidió que comprar?"
"Sí, quiero ese collar de allí." señaló el collar que había en el mostrador.
"Buena elección." dijo el vendedor tomando el collar y colocándolo en una pequeña cajita de madera que en el interior tenía una tela. "Serían unos doscientos septims."
Asia metió su mano al pequeño bolso que tenía en su cinturón, sacando de allí el monto acordado. Entregándole el dinero, Asia recibió el paquete del vendedor. Luego de esto rápidamente se dirigió hacia donde se encontraba Edzard esperándola. Cuando llegó al punto acordado, el cual era los muelles que daban al río Bjoulsae, vio a Edzard el cual se encontraba apoyado sobre una baranda mirando el río.
Edzard se encontraba muy sumido en sus pensamientos. Después de lo que Akatosh le había dicho, él había caído en una ira primitiva muy peligrosa. Según Paarthurnax esta ira había tenido consecuencias muy peligrosas en su cuerpo.
Flashback
"¿Así que actualmente mi cuerpo ya no es el de un mortal normal?"
Edzard había vuelto a la garganta del mundo unos días después de su anterior visita. Por supuesto que tuvo que tranquilizar a una angustiada Asia, que no quería que vuelva a ir, pues se asustó mucho cuando Odahviing lo dejó completamente desnudo en medio del colegio de Hibernalia.
"Geh … Si, tu cuerpo ha cambiado debido al Suleyk … el poder que expulsaste en tu anterior visita." contestó Paarthurnax mirando a Edzard. "Pero también se debe a lo que pasó en tu batalla contra Alduin."
"¿Qué quieres decir?"
"Al final de esa batalla pasó algo que no debía de pasar."
"¿A qué te refieres?" pregunto Edzard mientras tartaba de recordar que había pasado al fina de su batalla con Alduin. En ese momento Edzard recordó que había absorbió una especie de miasma de un color tan negro como la noche misma. "Te refieres a ese miasma que absorbí."
"Si, ese miasma que absorbiste era una pequeña parte del alma de Alduin." respondió Paarthurnax. "Y eso nunca estuvo destinado a suceder."
"¿Entonces eso es lo que provocó los cambios?"
"Si, en parte."
"La verdad no quisiera preguntar, pero lo haré." suspiró Edzard mientras se mentalizaba para la respuesta que obtendría. "¿Qué tipo de cambios son?"
"Tu cuerpo está convirtiéndose en lo más cercano a lo que un mortal puede ser de un dovah. Por supuesto nunca tendrás nuestra gloriosa apariencia, simplemente te volverás un humano con casi todos los beneficios de ser un dovah." dijo Odahviing.
"En resumidas palabras te convertirás en un Dovah humanoide."
Edzard solo se quedó quieto cuando escucho a Paarthurnax decir eso último, antes de hacer lo que una persona normal haría, se desmayó por el shock. Tanto Odahviing y Paarthurnax comenzaron a reír al ver la reacción de su hermano menor.
Cuando Edzard despertó, comenzó a caminar de un lado al otro mientras pensaba en las consecuencias de esto.
'Si me estoy volviendo un dovah, eso quiere decir que seré inmortal.' esa era su principal preocupación, aunque para algunos esto sería algo bueno, para él no lo era.
"Deja de caminar de lado a lado." fue el gruñido enojado de Odahviing. "Y ya tranquilízate que me estás enojando."
"¿Cómo quieres que me tranquilice?" preguntó un angustiado Edzard. "No quiero la inmortalidad, quiero vivir una buena vida mortal y luego ir hacia Sovngarde."
"No es la Unslaad …. La inmortalidad lo que te angustia, es el hecho de que tu actual pareja no la posee." comentó Paarthurnax. "Aunque también te preocupa el no poder dejar descendencia."
Edzard se sonrojó por lo dicho por Paarthurnax, esa era la gran preocupación de Edzard, el no poder tener hijos. Al ver su reacción los dos dragones comenzaron a reírse de su hermano, mientras este trataba en vano de que se callen.
Fin Flashback
"Un septim por tus pensamientos." fue lo que escuchó Edzard mientras era abrazado por la espalda por Asia.
"Tranquila, no es nada importante." respondió Edzard volteándose para tomar las manos de Asia entre las suyas. "Más importante aún, ¿Terminaste lo que fuiste a hacer?"
Asia asintió con una sonrisa en la cara. Tomados de la mano ambos comenzaron a pasear por la ciudad, participando de los eventos que se celebraban.
Después del almuerzo, ambos llegaron a los jardines del palacio de la ciudad. A pesar de que era invierno y estaban cubiertos de nieve, el diseño de estos era aún hermoso.
Mientras avanzaban por uno de los caminos del jardín, Edzard sintió que Asia se detenía. Preocupado se volteó para preguntar qué pasaba.
"Asia, ¿sucede algo malo?" fue su pregunta mientras veía a una Asia nerviosa esconder algo en su espalda.
"No, simplemente quería darte algo." fue la respuesta de Asia, la cual tenía la cara tan roja que salía humo de sus oídos. "Yo te lo compré con lo que he ganado trabajando como curandera en Hibernalia."
Edzard vio como Asia lentamente mostraba lo que traía en su espalda. Se asombró cuando ella le entregó una caja. Al abrirla pudo ver que dentro había un collar, el cual estaba hecho con una cuerda de cuero que poseía un dije hecho de plata el cual tenía la forma de una espada. Edzard tomó el collar y se lo puso.
"Gracias Asia, es muy bonito." dijo Edzard con una sonrisa, antes de meter su mano en su bolsillo y sacar una pequeña caja. "Yo también te tengo un regalo."
Asia tomó la caja y sus ojos se abrieron al ver que adentro había dos pulseras de oro, las bandas eran lisas y en el centro de ambas había tallada una cruz y en el centro de cada cruz había una esmeralda. Asia los tomó y se los puso.
"Están encantados." fue lo dicho por Edzard mientras Asia lo volvía a ver. "Te permitirán usar tu sacred gear sin alertar a ningún mago."
Asia volvió a mirar sus pulseras y sonrió, al fin podría usar su sacred gear sin peligro de que otros sepan que tenía un artefacto de gran poder; sin embargo, antes de que Asia pueda hablar Edzard la interrumpió.
"Eso no es todo, mira bien la caja." comentó mientras miraba a la derecha tratando de ocultar su sonrojo.
Asia no entendía, pero miró más afondo la caja. Así se dio cuenta de que había una pequeña cinta en el extremo. Al jalarla se levantó una tapa, y los ojos de Asia comenzaron a lagrimear. Allí en el fondo falso de la caja, envuelto en terciopelo había un pequeño anillo, un anillo hecho de oro, las bandas tienen grabados nórdicos tradicionales y en el centro había un diamante. Edzard tomó el anillo y se lo puso en el dedo anular izquierdo. Al ver esto Asia comenzó a llorar de felicidad y de un salto abrazó a Edzard y este comenzó a hacerla girar, mientras ambos comenzaron a reír de felicidad.
Cuando cayó la tarde ambos estaban caminando por las cercanías del rio en las afueras de la ciudad. Estaban caminando en silencio mientras disfrutaban de la compañía del otro. Estuvieron así un rato, hasta que Asia vio una columna de humo en las lejanías. Edzard sintió que algo malo pasaba por ahí, así que decidió ir a investigar. Asia decidió acompañarlo pese a sus protestas.
Ambos se dirigieron rápidamente a los establos, donde alquilaron cada uno un caballo. Ya montados en los caballos, se dirigieron a todo galope en dirección de dónde provenía el humo. Cuando llegaron a la zona de dónde provenía el humo, Asia se llevó las manos a la boca, pues donde debería haber una granja, solo había unas ruinas humeantes.
"¿Qué pasó aquí?" fue lo único que pudo decir entre sollozos.
"No lo sé. Pero planeo averiguarlo." dijo Edzard mientras miraba los alrededores. "Debemos darnos prisa. Quizás haya supervivientes."
Asia asintió y junto a Edzard comenzaron a buscar. Levantaron escombros y buscaron durante un tiempo, pero lo único que encontraban eran cadáveres de los pobladores. Estos no tenían marcas de tortura, lo que hacía a Edzard pensar que se trataba de una masacre.
Ya había transcurrido unas horas y ambos comenzaron a perder las esperanzas de encontrar supervivientes. Asia lloraba mientras era consolada por Edzard, su llanto se debía a que era la primera vez que veía algo así. Mientras Edzard consolaba a Asia escuchó un sonido provenir de los escombros. Rápidamente se separó de ella y comenzó a mirar alrededor.
"Ed, ¿pasa algo?" dijo Asia entre sollozos al ver a Edzard mirar los alrededores.
Sin embargo, Edzard no respondió, simplemente se dedicó a ver los alrededores. En ese momento Edzard se dio un golpe en la cabeza con su mano, pues recordó algo importante. 'Debí de usar un hechizo de detectar vida.'.
Rápidamente lanzó el hechizo y este le mostró una pequeña luz de color rojo entre algunos escombros cerca al molino que había. Al ver esto, él comenzó a correr en esa dirección, Asia también corrió tras él, preguntándose qué pasaba. Cuando llegó al lugar donde vio la luz roja, comenzó a sacar los escombros de forma desesperada. Asia comenzó a ayudarlo cuando llegó a su lado. Cuando finalmente terminaron de sacar los escombros, ellos vieron el cadáver de una mujer, cuando ambos vieron que estaba muerta se entristecieron, pero se asombraron cuando escucharon pequeños gruñidos. Rápidamente Edzard levantó el cadáver y debajo de ella había un pequeño bulto de pieles, cuando lo abrieron se asombraron al ver que dentro de él había un bebé.
"Asia, usa magia para diagnosticar que tiene." dijo Edzard mientras veía que la mujer tenía un trozo de tela en una mano. Arrodillándose, abrió la mano del cadáver y tomó la tela. Al levantarla pudo ver que esta era de color azul oscuro, pero lo que más le llamó la atención fue el símbolo dorado en ella.
"Esto es un pedazo de túnica Thalmor." dijo Edzard apretando los dientes.
"Ed, está bien, solo parece tener hambre." comentó Asia acercándose a Edzard; sin embargo, se detuvo cuando vio la mirada asesina que tenía. "Ed, ¿Qué pasa?"
"Asia, lleva al bebé de regreso a Evermore y explica a los guardias lo que pasó aquí." dijo Edzard mientras se levantaba. "Voy a cazar a los perpetradores de esto."
Asia se asombró, era la primera vez que veía a Edzard mostrar tanto odio por algo.
"Pero …." Trató de decir algo, pero vio que Edzard tenía una mirada muy decidida. "Ed, prométeme que volverás."
Edzard la miró y asintió. Ella sonrió triste antes de dirigirse a su caballo y montar en dirección de Evermore mientras llevaba al bebé en brazos.
Edzard también montó su caballo y lanzó el hechizo de clarividencia, el cual crea una línea hecha de niebla que muestra el camino hacia tu objetivo actual. Cuando el hechizo señaló el camino a seguir, Edzard galopó a toda velocidad. Estuvo cabalgando lo que parecían ser horas, cuando se percató de que la noche ya había comenzado.
Cuando llegó a un claro pudo divisar que en él había un pequeño campamento. En dicho claro había varios Thalmor hablando y comentando como masacraron a esos humanos inferiores.
'En serio, estos elfos son demasiado arrogante o son estúpidos.' pensó Edzard mientras se preparaba para atacarles; sin embargo, escuchó algo que le hizo retrasar su ataque.
"Entonces, mi señor, ¿alguna noticia desde Alinor?" preguntó un soldado Thalmor que vestía una armadura color dorado.
"Sí, ya casi están acabados los planes de la invasión del imperio." habló el Thalmor que tenía una túnica de mago ricamente adornada con oro.
"¡Ha!, esos humanos no podrán defenderse esta vez." comentó otro Thalmor. "Y díganos mi señor, ¿cuales son los planes?"
"No puedo decírtelo, es información clasificada."
"Mi señor, no debería estar ya llegando a Nubelia en unos días." fue lo dicho por otro de los Thalmor. "¿Su familia no se preocupará por su tardía llegada?"
"No lo creo, puedo excusarme diciendo que me estaba divirtiendo por el día del corazón." contestó sin darle importancia. "Después de todo ha sido divertido mucho el eliminar a esos humanos."
Cuando terminó de decir eso todos los Thalmor comenzaron a reír.
Edzard que había escuchado lo dicho por los Thalmor, volvió a enojarse, pero esta vez tenía un plan. Así que se acercó caminando al campamento.
"¡Alto en nombre del dominio!" gritó un Thalmor al verlo. "¡No tienes…! ¡agh.!"
No pudo terminar pues Edzard le atravesó la cabeza con una lanza de hielo. Los otros Thalmor se levantaron y comenzaron a rodear a Edzard.
"Entonces, un patético humano quiere atacarnos." el tono del elfo rezumaba arrogancia.
Edzard no contestó, pues estaba examinando a los soldados. Se dio cuenta de que no tenían arqueros, esto indicaba que todos ellos atacaban con magia y un arma a una mano.
"Parece que el humano no habla." se burló otro Thalmor, el cual le lanzó una bola de fuego. "Tal vez con esto grite."
La bola de fuego se acercó a Edzard, el cual solo sonrió y la detuvo como si nada. Esto asombró a los Thalmor, los cuales comenzaron a desenfundar sus armas.
"Saben, para creer que son una raza superior, realmente dan lastima." se burló Edzard de los Thalmor mientras avanzaba hacia el grupo. "Normalmente no suelo hacer este tipo de cosas, pero esta vez estoy muy enojado."
"¡MUL! ¡QAH!" Edzard decidió usar el gritó de aspecto de dragón, el cual normalmente lo envolvería con una armadura etérea multicolor con forma de dragón; sin embargo, desde el incidente en la garganta del mundo ahora era diferente. Ahora se presentaba en cambios físicos. Los cambios de aspecto físico eran que partes de su cara, pecho, brazos y piernas fueron cubiertos por escamas negras. Sus ojos cambiaban de color, el derecho se volvía dorado y el izquierdo rojo, sus caninos se alargaban ligeramente y le aparecían dos cuernos negros en la cabeza. En cuanto a las habilidades, sus habilidades físicas y mágicas aumentaron en gran medida, y lo mejor es que esta forma le permitía absorber la magia de los hechizos que le lanzaran.
Todos los Thalmor se asustaron al ver la transformación de Edzard. Ellos nunca habían visto algo similar a eso. Rápidamente comenzaron a atacar a Edzard con magia; sin embargo, Edzard continuó avanzando como si nada.
"¡Qué diablos eres!" gritó un Thalmor antes de morir; esto debido a que recibió un puñetazo de Edzard, el cual le termino por casi arrancarle la cabeza.
'Está bien, sabía que este grito me hacía más poderoso, pero esto es increíble.' pensaba Edzard mientras avanzaba hacia el líder de los Thalmor.
'Bueno, probemos ese hechizo que encontré con Valerica mientras investigábamos la magia de sombras.' Edzard se concentró y comenzó a canalizar su magia uniéndola con su fuerza de voluntad. Cuando ambas energías comenzaron a fusionarse, se formó en su mano un mandoble hecho de magia. Este mandoble era pálido, brumoso y parecía estar hecha de luz.
Sosteniendo su arma con ambas manos, Edzard se abalanzó rápidamente contra los Thalmor. Los cuales al ver a Edzard acercarse comenzaron a atacarlo; sin embargo, él era demasiado rápido para ellos. Cuando se encontró con el primer Thalmor, hizo un tajo horizontal, el cual el Thalmor intentó bloquear; sin embargo, la espada cortó a través del arma, la armadura, la carne y los huesos como si estos fueran mantequilla y la espada estuviera al rojo vivo.
"¡Maldita sea, solo es un humano, no importa en lo que se haya convertido ahora!" gritó el líder Thalmor mientras preparaba un hechizo. "¡Todos, atáquenlo con magia!"
Cuando escucharon las órdenes de su líder, los soldados crearon un espacio entre Edzard y ellos. Rápidamente todos lanzaron hechizos. Estos eran bolas de fuego, lanzas de hielo, relámpagos e incluso familiares explosivos conjurados.
Edzard al ver venir estos hechizos alzó una mano y creó una custodia, la cual bloqueó todos los hechizos. Edzard estaba tan concentrado en mantener el hechizo defensivo que no vio que un Thalmor se había colado a su espalda. Este soldado envió un hechizo de rayos sobre Edzard; sin embargo, cuando el hechizo estuvo a punto de alcanzarlo, este fue absorbido por un pequeño vórtice que apareció frente a Edzard.
"Saben, ya me cansé de jugar con ustedes." dijo Edzard mientras veía a los Thalmor retroceder al ver como ese hechizo no le había hecho nada. "¡WULD!"
Al terminar de mencionar esas palabras, Edzard desapareció de la vista de los Thalmor. Apareciendo frente a un Thalmor con armadura, al cual mató con un potente hechizo de rayos. La fuerza del hechizo fue tal que el elfo se volvió cenizas. Volviendo a usar la misma táctica apareció por la espalda de otro Thalmor, al cual empaló con una lanza de hielo. Y así Edzard continuó con la masacre. A unos los mató con magia y a otros los cortó con su mandoble.
Unos momentos después Edzard terminó de matar a casi todos, al único que dejó con vida fue al líder de este grupo. Con pasos lentos se acercó a donde este se encontraba tirado.
"¡No, aléjate de mí!" fue lo que gritó el Thalmor mientras se arrastraba lejos de Edzard. "¡Soy sobrino del Archimago Arcano!"
Cuando Edzard escuchó eso se detuvo, pues el actual Archimago Arcano es uno de los hechiceros más poderosos actualmente. Cuando el elfo vio a Edzard detenerse, sonrió y lanzó un potente hechizo de fuego.
"¡Muere maldita escoria humana!"
Cuando el elfo vio que su hechizo había impactado comenzó a reír, pues pensó que Edzard había muerto; sin embargo, sus risas se detuvieron cuando vio a Edzard parado ileso.
Edzard avanzó y tomó del cuello de la túnica al Thalmor, para luego arrojarlo contra una roca que había cerca, causando que este quedara casi inconsciente por el impacto.
"Sabes, me importa una mierda si tu tío es el Archimago arcano o si tu padre es un miembro del consejo Thalmor." comentó Edzard mientras se acercaba al Thalmor que ahora estaba incrustado en la roca.
Cuando se acercó a él, colocó sus manos sobre su cabeza y comenzó a usar un hechizo para leer su mente. Al hacerlo se dio cuenta de que este elfo se llamaba Hendare y que de hecho era familiar del Archimago Arcano de la torre de cristal. También aprendió los planes de la invasión Thalmor al imperio. También vio como había sido la masacre de la granja y lo que vio lo volvió a enojar mucho.
"Normalmente te daría una muerte rápida por la información que me has brindado." comentó Edzard mientras conjuraba una daga vinculada. "Pero lo que hiciste en esa granja me ha encabronado mucho."
Hendare se asustó cuando Edzard lo puso boca abajo sobre la piedra. El no entendía lo que pasaría; sin embargo, luego comenzó a gritar cuando Edzard comenzó a cortar su espalda.
"¡Por favor, piedad!" fueron los gritos de dolor que Hendare hacía.
Edzard no lo escuchó y continuó haciendo lo que hacía. Comenzó a cortar su espalda en dirección de la columna vertebral, luego cortó sus costillas y las expuso, dando la impresión de que eran alas manchadas con sangre. Al momento de terminar, Edzard estaba cubierto de sangre, y el cadáver del elfo estaba totalmente abierto desde la espalda. El elfo había muerto cuando Edzard le había arrancado los pulmones.
Después de eso Edzard reunió todos los cuerpos de los Thalmor muertos y los apiló unos sobre otros.
"¡YOL! ¡TOOR! ¡SHUL!" gritó Edzard exhalando llamas por la boca, pero al estar en su modo de aspecto dragón, estas fueron tan potentes que terminaron de calcinar los cadáveres, impidiendo que sean reconocidos.
Después de eso, Edzard se quedó quieto mientras esperaba que se desactive su aspecto de dragón. Cuando lo hizo, Edzard cayó de rodillas jadeando.
'Nota personal, el aspecto de dragón aumenta mucho mis habilidades, pero pone un gran estrés en mi cuerpo.' fue lo que pensó Edzard, al ver como literalmente estaba casi sin energía.
Cuando se recuperó tomó las armas que estaban tiradas luego de la batalla y las guardó en su bolso encantado. Luego de eso montó su caballo y se dirigió a Evermore.
Cuando llegó a Evermore ya casi era la media noche. Al devolverle el caballo a los establos, fue recibido por un guardia el cual le dijo que el capitán de la guardia quería hablar con él. Cuando Edzard habló con el capitán, este también le informó que Asia ya le había dicho sobre el ataque a la granja. Asintiendo ante esto, Edzard le contó que había tratado con los responsables de forma permanente.
Después de eso, Edzard se había retirado a la posada donde se estaba quedando. Cuando abrió la puerta sus ojos se abrieron al ver a Asia, pues estaba tratando de hacer dormir al bebé que habían encontrado en la granja.
"Asia, ¿Por qué esta aquí el bebé?"
Asia levantó la vista, y al ver a Edzard sonrió, pero comenzó a preocuparse y casi entra en pánico al ver la sangre en sus ropas. Después de que Edzard la tranquilizara al mostrarle que no estaba herido, ella continúo cuidando del bebé.
"Asia, aún no me has respondido." dijo Edzard mientras se quitaba la camisa para ponerse su ropa de dormir.
Asia miró a Edzard y se sonrojó al verlo casi desnudo. En su mente comenzaron a pasar imágenes de las veces en que lo vio de esa manera.
'Dios, por favor perdona mis pecaminosos pensamientos.' fue la oración que Asia hizo internamente.
Cuando Asia terminó de alimentar al bebé, este se durmió. Luego de colocarlo en el medio de la cama, Asia y Edzard se dirigieron a la mesa de su habitación para hablar.
"Entonces, ¿Por qué esta aquí el bebé?"
"Ed, no quiero enviarlo al orfanato." contestó una triste Asia.
Edzard no entendió la razón del por qué no lo quería enviar al orfanato.
"Asia, él es actualmente un huérfano, debemos enviarlo al orfanato."
Los ojos de Asia se abrieron luego de escuchar eso y comenzó a llorar. Al ver esto Edzard trató de calmarla; sin embargo, Asia no lo dejó acercarse.
"Asia, ¿Qué te pasa?" preguntó Edzard preocupado.
"No quiero dejarlo ir." fue la respuesta a de Asia mientras miraba al bebé que dormía en la cama.
Cuando Edzard escuchó eso, sus ojos se suavizaron al entender lo que pasaba. Levantándose se acercó a la cama para ver mejor al bebé. Al momento de llegar, Edzard pudo ver que él bebé tenía el cabello castaño claro. Mientras lo miraba, el bebé despertó, mostrando un par de ojos verdes similares a esmeraldas. Acercando un dedo, Edzard le dio pequeños toques en el cachete; sin embargo, el bebé tomó su dedo entre sus manos y comenzó a reír, haciendo que Edzard también sonría.
Edzard estuvo un rato jugando con él. Luego de terminar de jugar y dejar descansando al bebé, miró a Asia y decidió lo que tenía que hacer.
"Asia, quiero saber algo." suspiró Edzard volviéndose a sentar frente a Asia. "¿Tú quieres que lo adoptemos?"
"Y ... Yo." comenzó a tartamudear Asia.
Edzard tomó su mano, y comenzó a acariciarla para tranquilizarla.
"Sí, eso quiero." dijo Asia con una sonrisa en su rostro.
"Está bien, pero ¿por qué quieres hacerlo?"
"Yo he escuchado historias cuando estaba en la iglesia, de cómo los orfanatos no eran el mejor lugar para que los niños crezcan." respondió Asia triste. Si bien ella también era una huérfana, había crecido en una iglesia, eso era una gran mejora en comparación con vivir en un orfanato normal. Si bien no eran maltratados, estos niños no tenían el amor de una familia hasta que sean adoptados o alcanzasen la edad adulta, momento en el que se iban del orfanato.
Edzard asintió, si bien no fue maltratado en el orfanato donde creció luego de perder a sus padres, tampoco era el mejor lugar para criarte. También existe la posibilidad de que pueda aparecer una nueva Grelod la buena. Cabe decir que ese apodo de la buena solo era sarcasmo, pues esa vieja era una verdadera sádica, maltrataba a los niños, los encerraba en un cuarto con grilletes y los dejaba sin comer varios días seguidos.
"Bien, supongo que necesitamos saber que es." Edzard se levantó e intentó dirigirse a la cama; sin embargo, fue detenido por Asia.
"Es una niña."
Al escuchar eso, Edzard se detuvo y giró para ver a Asia. Asia estaba que sonreía y luego pasó junto a Edzard y se acercó a la cama. Tomó a la bebé y la acunó en sus brazos. Mientras hacía esto ella comenzó a pensar en un nombre para la bebé. Estuvo pensando un rato, hasta que se le ocurrió un buen nombre.
"Tengo el nombre perfecto para ella." habló feliz Asia. "La llamaremos Marie."
Cuando mencionó eso, Edzard entendió de dónde venía el nombre. Este nombre era una variante del nombre de la madre de cristo. Sonriendo, se acercó y besó a Asia mientras la abrazaba, dejando a la pequeña Marie entre ellos.
Después de que Asia decidió el nombre de la niña, ambos se acostaron en la cama, dejando a Marie en el centro. Y así mientras sonreían, la nueva familia durmió tranquilamente.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un comentario si les gusto el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
