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Capítulo 9
Anvil - Turdas 8 de Mano de lluvia del 203 de la Cuarta era
El sol brillaba sobre la ciudad amurallada de Anvil. La cual es una importante ciudad portuaria que se encuentra en las orillas del mar Abecean. Esta ciudad había terminado de ser reconstruida después de ser sitiada y destruida por los Thalmor en la gran guerra.
En un balcón de una casa en la zona más acomodada de la ciudad, Asia se encontraba observando los muelles. Ella vestía un vestido de lino de color gris claro, además de llevar sus pulseras y el anillo, en sus pies calzaba un par de sandalias de cuero. Entre sus brazos se encontraba Marie, la cual llevaba un pequeño vestido de color azul claro. Ambas vestían ropas más ligeras que las que llevarían en Skyrim. Esto se debía a que en esta zona el clima era más cálido que en Skyrim.
"Hace un bonito día." dijo Asia mientras miraba como un barco comenzaba a atracar. "¿No te parece Marie?"
La pequeña solo parpadeo ante lo dicho por Asia y luego comenzó a reír mientras movía sus brazos.
Al día siguiente de lo sucedido en Evermore, ella y Edzard habían decidido regresar a Soledad en carro. Si bien pudieron ir volando en un dragón, decidieron no hacerlo, pues las corrientes de viento heladas podrían enfermar a Marie. El viaje les tomó veinte días, llegando casi a mitad del mes de Primera semilla.
'Cuando llegamos a Soledad fue gracioso ver a Edzard ir a comprar como loco lo que Marie necesitaría.' pensó mientras sonreía.
Edzard había corrido como loco comprando todo, desde una cuna hasta ropa, tanto para ella como para Marie. Ella recuerda casi haberse desmayado cuando escuchó el precio total de la ropa, pues este era de más de cinco mil septims. Ella había recibido un par de vestidos de lana y lino, todos ricamente bordados y a Marie le había comprado varios pañales y pequeños vestidos de lino y lana, mantos de lana y de lino, así como también unas pequeñas capas de piel.
Sin embargo, el mejor recuerdo es cuando sus amigos se enteraron de que habían adoptado a una hija.
Flashback
Había pasado una semana desde que habían llegado a Soledad desde Evermore. Se había decidido que Marie durmiera con ellos en el dormitorio principal. Por ese motivo Edzard había colocado la cuna y un nuevo ropero en la habitación.
Actualmente Edzard estaba que cuidaba de Marie, mientras que Asia se encontraba cocinando el almuerzo. Cuando Asia terminó de cocinar, Edzard había logrado hacer que Marie se durmiera.
Sin embargo, mientras ambos almorzaban, comenzaron a llamar a la puerta frenéticamente. Asia se sobresaltó por el susto; sin embargo, Edzard simplemente suspiró y se dirigió a abrir la puerta.
"¡¿Quién es?!" gritó Edzard tomando el pomo de la puerta.
"¡Ed, soy yo!" respondió una voz que Edzard reconoció, así que abrió la puerta.
Pero al momento en que la abrió, Edzard ni siquiera pudo saludar, pues esta persona entró rápidamente a la casa, seguida por otras tres.
"¡Asia!" fue el grito de Fortunata, Serana, Laure y Aela que entraron corriendo en estampida.
Asia se asustó con el grito de sus amigas; sin embargo, no fue la única, en el piso superior Marie también se despertó por los gritos y comenzó a llorar. Escuchando los llantos y viendo que Asia estaba encerrada con sus amigas, Edzard subió corriendo las escaleras en dirección al dormitorio principal.
Mientras Edzard iba a ver a Marie, Asia se sentó junto las chicas en la mesa del comedor mientras estas comenzaban a preguntarle por los últimos rumores que escucharon.
"Entonces, Asia, ¿es cierto que tú y el Archimago adoptaron a un bebé?" preguntó una muy entusiasmada Laure.
Asia asintió en respuesta, lo que generó un chillido de alegría de parte de Laure y Fortunata, pero también generó que Aela y Serana levantasen una ceja; sin embargo, sonrieron.
"Mis felicitaciones entonces." comentó sonriendo Serana, ella estaba muy feliz por ambos.
Aela asintió sonriendo, ya era hora de que Edzard comenzara a formar una familia. Aunque también estaba muy feliz porque había ganado la apuesta que había hecho con Vilkas y Farkas sobre si Edzard y Asia tendrían un hijo antes de los dos años de conocerse.
"Entonces, ¿Cómo es ser padres a su edad?" preguntó Fortunata.
"Es un poco duro, pero nos las estamos apañando." contestó Asia con una sonrisa. Si bien era duro ser madre a su edad, después de todo no tuvo a nadie para enseñarle cómo hacerlo, pero por nada del mundo cambiaría la decisión que tomó ese día.
"¿Y dónde está la pequeña?"
En el momento en que Laure preguntó, se escuchó los pasos de Edzard bajando las escaleras. Cuando llegó al comedor se acercó al lado de Asia y ellas pudieron ver que sostenía un pequeño bulto en sus brazos.
"¿Es ella?" preguntó Laure acercándose junto a las demás para ver a la bebé.
"Sí, les presento a Marie Argento Edzarddottïr." dijo Edzard con orgullo mientras le mostraba a su hija. "Mi hija con Asia."
"¡Ahh, es tan linda!" Fue el grito de Laure, la cual se acercó y comenzó a tirar de las mejillas de Marie, la cual comenzó a llorar.
Asia tomó a Marie de los brazos de Edzard y comenzó a mecerla suavemente en un intento de tranquilizarla. Lo que logró después de un rato. Con Marie ya tranquila en brazos de Asia, comenzó el interrogatorio a la pareja.
"Entonces, ¿Dónde la encontraron?" preguntó Fortunata mientras bebía una taza de té que Edzard les había ofrecido.
"En las ruinas de una granja cerca de Evermore." contestó Edzard.
Esa respuesta asombró a los presentes y les hizo tener más preguntas.
"Archimago, ¿Cuál fue la causa de la destrucción de esa granja?" fue la interrogante hecha por Laure.
Edzard no respondió, no quería hacerlo.
"Ed, responde." la voz de Serana era seria.
"Los habitantes de la granja fueron masacrados por agentes Thalmor." respondió suspirando Edzard.
Los ojos de todos los que no sabían esto se abrieron.
"¿Los Thalmor?" la voz de Aela contenía dudas. "¿Estás seguro?"
Edzard asintió, causando indignación e ira en todos los presentes, salvo en Asia. Ella sentía tristeza e inconscientemente acercó más a su hija a su cuerpo.
"Ed, ¿Qué pasó con esa escoria de orejas puntiagudas?" la ira era palpable en la voz de Aela.
"No te preocupes, no volverán a molestar a nadie." Fue la respuesta de Edzard. "No dejé a ninguno con vida."
Asia se levantó de su asiento y colocó una mano sobre el hombro de Edzard, el cual levantó la vista y la vio con una pequeña sonrisa. Edzard trató de preguntar qué pasaba, pero Asia lo besó.
"Oigan, no provoquen a los pobres." habló Laure con ojos sin vida, pues ella aun no tenía pareja.
Asia y Edzard se separaron sonrojados, lo que causó que las demás les hiciesen bromas también, incluso Marie comenzó a reírse.
"Entonces, ¿Ya saben cuánto tiempo tiene de nacida?" preguntó Serana.
En respuesta a la pregunta tanto Edzard como Asia negaron, pues no sabían la fecha y Edzard no sabía ningún hechizo para averiguarlo.
"Eso me recuerda, Laure, Fortunata. ¿Pueden entregarle una carta a Tolfdir?" preguntó Edzard.
Ambas chicas respondieron asintiendo. Al ver la respuesta, Edzard se dirigió a su habitación y regresó con una carta, la cual les entregó.
Después de eso se quedaron charlando toda la tarde. Ya en la noche Edzard y Asia les ofrecieron habitaciones para que descansen, pues al día siguiente todas partirían. Aela de regreso a Carrera Blanca, Serana iría al castillo de Volkihar y Fortunata con Laure volverían a Hibernalia.
Fin Flashback
Unos días después de la visita recibieron una carta de Tolfdir, en la que decía que iría a visitarlos pronto. Unos días después Tolfdir llegó y conoció a Marie, mencionó que ella había nacido con grandes reservas de magia. Además de que a petición de Edzard lanzó un hechizo que les permitió saber exactamente cuando nació la pequeña. Descubriendo así que Marie nació el ocho de Fuego de hogar y que habían nacido bajo el signo de la dama. Esto les permitió saber que cuando ellos la adoptaron ya tenía cinco meses de nacida.
"Hoy cumples siete meses." comentó Asia mientras veía a Marie bostezar. "Parece que ya deseas ir a la cama."
Al decir eso Asia entró a la habitación de la casa en la que se quedaba. Esta habitación era espaciosa y tenía una cama matrimonial, una cuna, un estante repleto de libros y dos roperos, además de que, a diferencia de su casa en Soledad, esta estaba hecha de madera y no de piedra. El estilo de la casa era similar a los que había en Italia en la época del renacimiento, además tenía dos pisos. En el primer piso estaba, el baño, la cocina y una sala-comedor, mientras que todo el segundo piso era el dormitorio.
Ya habiendo puesto a descansar a Marie en la cuna, Asia se acercó al estante y tomó un libro. Acostándose en la cama comenzó a leerlo.
Mientras Asia y Marie se encontraban en la ciudad de Anvil, Edzard estaba en la mismísima torre Blanca y Dorada en la ciudad imperial. Había llegado rápidamente desde Anvil gracias a que voló en Odahviing. La razón de su visita, es que había venido con el general Tulio, el cual se había adelantado para llegar antes y preparar todo para la reunión que se llevaría a cabo aquí.
Actualmente se encontraba en esa reunión. Reunión a la que asistieron todos los generales de las legiones y el mismísimo emperador Tito Mede II junto a su heredero el príncipe Maxillien Mede.
"¿Está seguro de esto?, Legado Edzard." preguntó el general de la tercera legión.
"Sí, lo aprendí directamente de uno de los familiares de uno de los altos mandos de los Thalmor."
"Según lo dicho por usted, este elfo lideró un grupo que destruyó una granja cercana a Evermore." se escuchó la voz distorsionada del general de la segunda legión, el cual estaba estacionado en Roca alta y estaba presente mediante una proyección mágica.
"Así es, después de que los rastreé hasta un claro a unos cuantos kilómetros del lugar atacado, tuve un confrontamiento directo con ellos." contestó Edzard mirando a los generales a los ojos. "Después de derrotar a todo el grupo, procedí a leer la mente del elfo y ahí aprendí los planes para una segunda invasión por parte del dominio hacia el imperio."
Todos los generales comenzaron a escuchar a Edzard, el cual comenzó a contar lo que había aprendido. Cuando terminó de hablar, los presentes se dieron cuenta de que no les quedaba mucho tiempo antes de que los Thalmor atacasen.
"Su majestad, debemos comenzar a movilizar nuestras tropas." dijo el general de la quinta legión.
"No podemos hacer eso, ellos comenzarían a sospechar que conocemos sus planes." se escuchó la voz del general de la primera legión.
"¡Entonces que debemos hacer! ¡¿Esperar a que nos ataquen?!" fue el grito del general de la sexta legión.
Y así comenzó una discusión entre los generales. Algunos estaban de acuerdo en comenzar a movilizar sus tropas, mientras que otros aconsejaban precaución y esperar para ver si ellos hacían un movimiento.
"¡Basta!" la habitación quedó silenciada con el grito del emperador. "¡Os estáis comportando como mocosos!"
Todos los generales bajaron la cabeza cuando escucharon a su emperador.
"Legado Edzard, usted ha hecho bien en traernos esta información." habló el emperador mirando a Edzard. "Sin embargo, debo preguntar, ¿tienes más información que nos puedas brindar?"
Edzard sonrió cuando escuchó al emperador preguntar. Porque si tenía información extra, información que recibió de Malborn justo antes de salir de Skyrim.
"Sí, tengo información que nos permitirá acabar rápidamente con la guerra que se avecina."
Entonces Edzard comenzó a contar los informes que había recibido de Malborn. Cuando los presentes lo oyeron comenzaron a sonreír, pues la información presentada podría darle la vuelta a la guerra. Después de esa revelación comenzaron a planear la guerra contra el dominio.
Después de la reunión, Edzard se despidió de los generales y del emperador y su heredero. Ya estando en las afueras de la ciudad convocó a Odahviing y voló de regreso a Anvil. Llegó a la ciudad ya entrada la noche. Rápidamente se dirigió a la casa donde se estaban hospedando y cuando ingresó a la habitación pudo ver a Asia y a Marie durmiendo juntas en la misma cama. Esto le sacó una pequeña sonrisa y de manera silenciosa se cambió de ropa y se acostó junto a la mujer que amaba y a su querida hija.
Soledad - Tirdas 11 de Segunda semilla del 203 de la Cuarta era
Asia se encontraba paseando con sus amigas por la ciudad de Soledad. Hoy era un día especial para ella, hoy cumplía quince años. También era su primer cumpleaños que celebraba con amigos.
"Y Asia, ¿Cómo lo estás pasando?" preguntó Fortunata.
"Muy bien, es la primera vez que estoy celebrando mi cumpleaños con amigos." contestó con una sonrisa. "Aunque quisiera que Edzard y Marie estuvieran aquí."
"Tran... quila, Edzard se ha…. frecido para cuida… m…tras pase…os." la voz de Laure no se podía escuchar bien, pues estaba comiendo un bollo dulce.
"Termina de comer antes de hablar." criticó Fortunata a su amiga por su falta de modales.
"Supongo que Marie se ha vuelto más aventurera." comentó Fridda. "Mi madre mencionó que yo y Gyda a esa edad gateábamos por todos lados y hacíamos berrinches por todo."
"Bueno, mi hermana lo hacía, yo no tanto." la voz de Gyda tenía un tono de burla. "Pero tiene razón, los bebés de la edad de Marie comienzan a ser más bulliciosos."
Asia suspiró, Gyda estaba en lo cierto. Desde que Marie cumplió los ocho meses, ella comenzó a gatear y literalmente se aventuraba para ver toda la casa. Más de una vez ella y Edzard tuvieron que evitar que se caiga por las escaleras o que se vaya directo a la chimenea. Esos casi accidentes hicieron que Edzard lanzara una pequeña barrera mágica en esos lugares para evitar que Marie tenga un accidente.
Las chicas estuvieron paseando por la ciudad, probándose ropa, visitando a los joyeros y caminando por los muelles. Cuando regresaron a la Mansión ya era de noche.
Cuando entraron a la mansión, Asia se asustó cuando vio que todo estaba oscuro, pero se asustó más cuando varias bolas de luces comenzaron a pegarse en todas las esquinas de la sala, iluminando todo.
"¡Sorpresa!" fue el grito de varias personas.
Los ojos de Asia se humedecieron cuando vio a Vilkas, Farkas, Tolfdir, Jordis, Serana y a Aela. Todos estaban que sonreían; sin embargo, lo que la asombró fue ver a Edzard, el cual la miraba con mucho amor en los ojos.
"¡Feliz cumpleaños Asia!" fue el grito de todos.
Al superar el shock, Asia dejó de llorar y comenzó a reír junto con los presentes. Después de saludar a los presentes, comenzaron a darle regalos. Tolfdir le dio un bastón especial, el cual le permitiría usar más eficientemente su magia. De parte de los gemelos recibió una cota de malla y una espada corta. De parte de Serana, recibió un libro de alquimia. De Aela recibió un arco y flechas para que entrene.
La Fiesta siguió, pues los invitados comieron y bebieron. Cuando todos estaban ya en copas, los gemelos desafiaron a Edzard a un concurso de canto. Farkas y Vilkas cantaron a coro Ragnar el rojo, lamentablemente, aunque eran buenos guerreros eran pésimos cantantes. Edzard cantó Frelytte y Pular: una canción de amor. Cuando Edzard terminó de cantar todos los presentes comenzaron a aplaudirle, coronándolo como el ganador del duelo.
Una vez que terminó el duelo, Serana se llevó a Edzard a un rincón y comenzó a hablar con él.
"¿Qué pasa Serana?" preguntó Edzard al ver que Serana estaba seria.
"Ed, tenemos que hablar."
"Sobre qué cosa."
"¿Recuerdas el hacha que te hirió hace tiempo?"
Edzard asintió recordando el arma que le había regalado a Valerica.
"Al fin hemos terminado de examinar el encantamiento que poseía."
Los ojos de Edzard se abrieron cuando escuchó lo dicho por Serana, pero antes de que preguntase algo, Serana lo interrumpió.
"Ed, el encantamiento de esa arma está diseñado para afectarte solo a ti."
"¿A qué te refieres?" preguntó Edzard confundido. "¿Cómo que esa arma fue hecha solo para matarme a mí?"
"Mi madre y yo herimos a varios bandidos con esa hacha, pero ninguno fue maldecido por el arma."
"¿Me estás diciendo que esa arma no funcionó en ellos?" preguntó Edzard mientras se frotaba su mentón pensando.
Serana asintió y volvió a hablar."
"Ed, creemos que esa misión fue enviada por alguien para llevarte a una trampa."
"No lo creo, escogí esa misión de entre varias. También esa no fue mi primera opción." dijo Edzard mientras recordaba como había estado indeciso sobre que misión tomar. Había pensado en tomar una misión de matanza de bestias, pero al final se decidió por la de los draugr. "Serana, no le digas nada de esto a Asia."
"¿Por qué no debería decirle?"
"Simple, porque alguien va tras mi cabeza, no quiero preocuparla." respondió Edzard mientras miraba a Serana a los ojos.
"Está bien, Ed. No le diré nada.".
Edzard asintió y ambos volvieron a la fiesta. Cuando la noche ya estaba cercana a terminar, Edzard sacó un pastel y entre los invitados cantaron un desafinado feliz cumpleaños.
Después de eso, todos se quedaron en silencio mientras Edzard se acercaba a Asia. Normalmente el habría esperado más, pero los acontecimientos que sucederían al corto plazo lo estaban obligando acelerar las cosas. Así que cuando estuvo al frente de ella, se metió la mano en el bolsillo y sacó un collar. Este collar era de oro y tenía tres botones de oro en cada lado alrededor de un gran dije en forma circular, el cual tenía una cruz con una pequeña gema en el centro. Al ver este collar, Asia se llevó las manos a la boca, ese era el amuleto de mara y se usa para decir que la persona que lo usa desea casarse.
"Asia Argento, te conozco desde hace diez meses y hemos sido amantes desde hace cinco." comenzó a decir Edzard mientras sonreía. "Y desde ese tiempo me he dado cuenta de que me has dado alegría y seguridad."
Cuando Edzard comenzó a hablar todos estaban sorprendidos por lo que estaba pasando. Fortunata, Laure y las gemelas tenían los ojos brillosos, Tolfdir una sonrisa de oreja a oreja y los gemelos le estaban dando una bolsa con dinero a unas muy sonrientes Aela y Serana.
"No hay un solo día que no te ame con locura, te has convertido en mi fuerza y mi felicidad." continúo hablando Edzard tomando una bocanada de aire. Mientras no le prestaba atención a nada más que a la mujer que tenía frente a él. "Asia, ¿Quieres casarte conmigo?"
"¡Si, Ed, acepto casarme contigo!" Fueron las palabras dichas por Asia mientras se abalanzaba sobre Edzard y le daba un fuerte abraso.
Todos los invitados comenzaron a aplaudir. Mientras ellos seguían en eso, se escucharon pasos desde la escalera que llevaba a los dormitorios.
Cuando todos giraron, pudieron ver a Jordis, la cual traía a una Marie muy despierta. Jordis además traía una sonrisa, pues había escuchado la petición de matrimonio de su Thane, pero también tenía esa sonrisa por otro motivo.
"Ma .. ma." fue lo dicho por Marie mientras estiraba sus pequeños brazos en dirección de Asia.
Para Asia el día ya era muy emotivo. Un cumpleaños con amigos y su pareja, la pedida de mano sorpresa por parte de Edzard y ahora su hija acababa de decir su primera palabra, la cual fue mamá. Entonces Asia hizo lo único que pudo hacer, tomó a su hija de los brazos de Jordis y comenzó a darle besos por toda la cara. Y mientras estaba en eso, Edzard la abrazó mientras todos los presentes comenzaron a felicitarlos.
Haafingar - Turdas 20 de Segunda semilla del 203 de la Cuarta era
Las lunas se encontraban en lo alto en un cielo completamente despejado. En un campamento en una zona cercana a la caverna del Verde Sombrío se encontraban dos personas que miraban las estrellas mientras se encontraban acostadas sobre pieles.
"El pequeño Ed está comprometido."
"Ni me lo digas, yo aún no me lo creo."
"Serana, ¿crees que alguna de las dos sería tan feliz como Asia si no hubiésemos rechazado a Ed?"
"Ni idea Aela, ni idea."
Serana y Aela se encontraban descansando después de una misión. Aela le había pedido a Serana que la acompañe, pues Edzard y Asia se encontraban actualmente en la Ciudad Imperial haciendo turismo. Habían partido dos días después de la propuesta de matrimonio y no sabían cuando volverían, pero era muy probable que pronto, ya que Edzard no puede dejar sus deberes desatendidos mucho tiempo.
"¿Recuerdas por qué lo rechazamos?"
"No, pero creo que fue lo mejor."
"¿Por qué dices eso?" preguntó Serana.
"Él se merece a una mujer con la cual pueda formar una familia. Y lamentablemente ninguna de las dos calificamos para eso."
"Tienes razón, además de que de haber estado con el no podríamos divertirnos como lo hacemos."
"¿Quién sabe?"
"¿Por qué dices eso?"
"Talvez él se uniría a nosotras." dijo Aela mientras gateaba hasta ponerse sobre Serana. "Pero él es una criatura del día."
"Y la noche es nuestra." dijo Serana comenzando a besar a Aela mientras le aflojaba los cordones de la armadura. Una vez que la despojó de esta, Aela hizo lo mismo con la armadura de Serana. Ya una vez completamente desnudas, Serana acostó a Aela sobre las pieles.
La mano de Serana empezó a recorrer el cuerpo de Aela hasta que llegó a sus pechos, los cuales eran un poco más grandes que los de ella. Serana no esperó y empezó a besarlos y acariciarlos, haciendo que Aela gimiese cada vez que su lengua rozaba sus firmes pezones. Estuvo así un poco de tiempo hasta que se desplazó por su abdomen hasta que su lengua tocó su zona privada. Empezó a acariciar con su lengua los labios, haciendo que Aela se mojase más, para luego insertar dos de sus dedos.
"¡Ahhh!" gimió Aela mientras sentía los dedos de Serana en su interior. Y cada vez que ella los movía, ella se revolvía por el suelo debido a la espléndida sensación que eso le producía.
Ambas se volvieron a poner de rodillas, Aela se acercó a Serana y la rodeó para ponerse por su espalda. Aela bajo sus manos por el cuerpo de Serana sintiendo su ligeramente fría piel, sus manos bajaron hasta que una llegó a uno de sus pechos y la otra mano bajó a su vagina. Aela empezó a besar y a dar pequeños mordiscos al cuello de Serana mientras jugueteaba con sus pezones, estirándolos y apretándolos. Mientras una mano jugaba con sus pechos, los dedos de la otra acariciaban la entrepierna de Serana.
Cuando Aela sintió que Serana estaba a punto de llegar a su límite, la tumbó de nuevo sobre las pieles. Poniéndose sobre ella, comenzaron de nuevo a besarse, mientras una mano de cada una iba a la entrepierna de la otra. Y así empezaron a masturbarse la una a la otra, cada vez más rápido, mientras sus besos subían de intensidad cada vez más. Al final, ambas se corrieron casi a la vez soltando un gran gemido de placer. Ambas se miraron con felicidad, jadeando, para volverse a acariciar sus caras y acabar con otro profundo beso.
Después de ese momento de placer, ambas se tumbaron y se taparon con pieles mientras se abrazaban.
Haafingar - Turdas 10 de Mitad el año del 203 de la Cuarta era
Edzard se encontraba mirando una cueva cerca del camino que llevaba a la frontera con Roca Alta. Iba vestido con una armadura imperial ligera, la cual consistía en una Lorica hamata, es decir una cota de malla, brazales de cuero endurecido, pantalones de cuero y botas de cuero, ambos de color negro. Como armas llevaba su espada corta imperial y una daga de acero.
Hoy era una noche sin luna y completamente nublada, por lo que era propicia para lo que estaba por hacer. Había salido de Soledad por orden del general Tulio en la mañana de ese día y había cabalgado a toda velocidad para llegar a este lugar.
"Ya es hora de comenzar con esto." suspiró Edzard mientras se adentraba en la cueva.
Ya dentro de la cueva, comenzó a caminar hasta llegar al fondo de la misma. Desde ahí trepó por una ladera rocosa que había ahí, llegando a una pequeña plataforma donde después de trepar otro tramo llegó a una trampilla. Al abrir la trampilla se encontró en medio de un calabozo. Observó el calabozo y se asombró de que estuviese vacío.
'Parece que no han ido de casería por un tiempo.' pensó Edzard mientras terminaba de revisar todas las celdas.
Sacudiéndose los hombros, se apresuró a avanzar. Cuando llegó a la puerta escuchó pasos. Llevando su mano a su cinturón desenfundó su daga y se pegó a la pared. Cuando vislumbró a la persona que se acercaba, rápidamente le tapó la boca con la mano y le cortó la garganta, dejándolo desangrase. Dejando el cadáver en el suelo, se fue del lugar sin darle importancia.
Cuando salió de los calabozos avanzó sigilosamente por la escalera. Al parecer los dioses le sonreían ese día, pues no había ningún soldado en la sala principal. Así que rápidamente se dirigió al segundo piso, donde encontró a otro soldado, el cual dormía tranquilamente en su cama. Tapándole la boca le clavó su daga entre ceja y ceja matándolo en el acto. Después de esta muerte volvió al primer piso y se retiró del edificio.
Ya estando fuera pudo ver a varias figuras dispersas que caminaban por el patio. Sigilosamente se acercó a una de ellas y le tapó la boca clavándole la daga en el ojo, matándolo en el acto. Dejando suavemente el cuerpo en el suelo prosiguió a acercarse a las otras figuras, las cuales sufrieron la misma suerte que el anterior.
Cuando acabó de matar a los presentes en el patio, se adentró en el recinto principal entrando por la puerta trasera. Una vez dentro vio que no había nadie ahí, así que se dirigió a los cuartos de cocina y lanzó su daga a la cabeza del cocinero matándolo también. Después de esto se dirigió a las habitaciones donde encontró a varios individuos dormidos. Lanzando un hechizo de parálisis, los inmovilizó en sus camas y procedió a matarlos uno por uno.
Cuando ya hubo acabado con los soldados que resguardaban el recinto, se dirigió a la habitación principal para acabar con la persona que ahí residía. Cuando llegó vio que la luz estaba encendida, así que derribó la puerta de una patada.
La habitación estaba ricamente decorada. Había una cama matrimonial, estantes y cómodas, una silla y un escritorio, pero a Edzard nada de eso le importaba. Lo que realmente le importaba era la persona que estaba sentada detrás del escritorio, la cual lo miraba completamente en shock.
"Hola, Elenwen, ¿Cómo te encuentras?" habló con burla Edzard al ver que la Thalmor estaba en shock.
Elenwen, es la Altmer que dirige la embajada de los Thalmor en Skyrim, también es la líder de los Agentes que operan en la provincia. Ella es una Altmer típica que tenía la piel color dorado, el cabello suelto color rubio y ojos dorados. Su vestimenta consistía en una túnica Thalmor, pero sin capucha.
Elenwen salió de su estupor al escuchar a Edzard y rápidamente frunció el ceño al verle parado frente a ella. "¿Qué hace aquí Dovahkiin?, estas atacando territorio Thalmor."
"¿Territorio Thalmor?, por favor Elenwen no digas idioteces." respondió Edzard mientras comenzada a avanzar hacia Elenwen. "Este es territorio Nórdico."
"¡Guardias! ¡Hay intrusos!" Fue el grito de Elenwen. Pero a pesar de que gritaba nadie venía en su ayuda.
"No te molestes en seguir llamándolos, no vendrá nadie." la voz de Edzard contenía burla hacia la Thalmor. "Me he encargado de ellos."
"Crees que esto quedará impune." contestó Elenwen mirando a Edzard a los ojos. "Cuando el dominio se entere…"
"Nos declarará la guerra, si, lo sé." interrumpió Edzard a Elenwen. "Por qué crees que lo hago, las ordenes vinieron del propio emperador."
Elenwen se quedó en shock al oír eso, no se esperaba que el emperador tomara una decisión así.
"Sorprendida." se burló Edzard de su expresión facial. "Yo también lo estaba cuando me enteré de sus planes para la segunda invasión."
"¿Qué?" Elenwen se atragantó cuando escucho eso. "¿Cómo lo sabes?"
"Me lo contó un pajarito." contestó Edzard con burla. "Un pajarito llamado Hendare."
Los ojos de Elenwen se abrieron a mas no poder al escuchar el nombre de su primo. Entonces ella entendió lo que había pasado. Su idiota de un primo había muerto y el Dovahkiin había obtenido los planes de la invasión. Pero no importaba, aun había manera de cambiar las tornas a favor de ellos, solo debía matar al humano frente a ella.
Sin decir ninguna palabra, Elenwen atacó a Edzard con un rayo; sin embargo, Edzard estaba preparado para que eso pasara, y rápidamente lo esquivó desenfundando su espada en el proceso. Corriendo hacia ella, lanzó su daga, la cual al incrustarse en su mano derecha impidió que ella lanzara un hechizo de armadura mágica. Además de evitar el uso de magia por parte de Elenwen, también le dio a Edzard algo de tiempo para atacar.
"¡WULD!" gritó Edzard, apareciendo frente Elenwen.
Elenwen abrió los ojos cuando vio a Edzard aparecer frente a ella; sin embargo, no pudo ni hablar, pues Edzard de un solo corte con su espada la decapitó.
Mientras eso pasaba en Haafingar, en la ciudad de Markarth, el Jarl Igmund le había hecho saber a Ondolemar que habían encontrado a un adorador de Talos en la ciudad y que este se encontraba en la plaza de la ciudad. Rápidamente Ondolemar llevó a sus guardias en esa dirección, acompañado por el Jarl y parte de su corte.
"Entonces Jarl Igmund, ¿Dónde está ese adorador de Talos?" preguntó Ondolemar al ver a muchos de los residentes de la ciudad pululando por ahí.
"Está ahí." dijo Igmund señalando a todos los presentes.
Esta acción descolocó a Ondolemar, el cual cuando iba a preguntarle al Jarl el porqué de lo que decía, vio como sus guardias caían abatidos por flechas. Alzando su mirada observó que habían sido los guardias de la ciudad de Markarth los que dispararon las flechas. Rápidamente volvió a mirar al Jarl.
"Todos somos adoradores del todopoderoso Talos." contestó Igmund, a la pregunta que no hizo el Thalmor. "¡Fuego!"
Al decir esas palabras, todos los guardias que estaban en el piso superior de la ciudad abrieron fuego y lanzaron las flechas contra el Thalmor. El cual trató de desviarlas con magia, pero al ser demasiadas no pudo hacerlo. Terminando convertido en un alfiletero.
La población quedo en shock por lo visto, pero luego comenzaron a vitorear a su Jarl. El cual se giró y acercó su cabeza a su administrador.
"Convoca a todo el ejército." susurró el Jarl a su administrador. "Partiremos a Soledad en una semana."
El administrador asintió. Después de eso el Jarl se retiró, no antes de ordenar que les corten las cabezas a los Thalmor.
En muchas de las ciudades del imperio estaba sucediendo lo mismo. Los líderes de estas estaban matando a los agentes Thalmor en territorio imperial. Eso solo significaba una cosa, la segunda gran guerra ha comenzado.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Este capítulo fue uno de los más divertidos de escribir, sobre todo la parte de como Edzard mata a Elenwen. Lo hubiese tenido unos días antes, pero me he enganchado jugando a Guardians of Claudia.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un comentario si les gusto el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
