El Sol había caído, la noche cubría la Capital de Bélgica, Bruselas, bajo un manto de Oscuridad, Estrellas y la Luna aparecían, como Perlas de una Corona Imperial. Las luces de los faroles y los edificios se encendieron, dando una "Protección" ante lo desconocido, mientras que la vida se iba abriendo camino, emergiendo, caminando entre las sombras para que la gente saliera, se divirtiera y hasta aparecían los coches. Sin embargo, a unos kilómetros del Centro, para donde se hallaba el Lago de la Embajada, sitio en donde se hallaba emplazada la misma que pertenecía a Borduria, una zona cubierta por árboles y arbustos que daban un aspecto de protección, casi como si se tratara de un Cuartel General enemigo en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, como lo tenían los del "Eje".
Sin embargo, en medio de la calma que había allí, abriéndose camino por una ruta de tierra, fue donde se detuvieron Tintin, Milú, Elizabeth, el Capitán Haddock y los Detectives Hernández y Fernández. Haddock, quien manejaba el coche, apagó las luces y bajaron en silencio, haciéndose señas para que no hablar. Elizabeth trajo unos binoculares y de ahí apuntó hacia el Parque de la Embajada de Borduria.
- Hay gente allí.- Alertó la joven y se la dio a Haddock.
- Sí, es verdad, son unos cuantos, no puedo contarlos porque está todo oscuro. Han apagado las luces de la Embajada para no llamar la atención.- Advirtió el Capitán de barba y cabello negro.
- ¿Entonces qué hacemos?.- Preguntó Fernández y de ahí se arrodillaron.
- Escuchen, éste es el plan.- Pidió Tintin la atención de ellos.- Ustedes irán al Lago, cerca de estos fiordos para que sigan las señales de radio nuestras y así poder tenderles una emboscada con la Policía de Bélgica.- Les encargó el chico esa misión a los gemelos de bigote negro.
- No te preocupes por ello, amigo, lo haremos.- Prometieron ambos, sin embargo, en aquel mismo momento, ellos no sabían de que otro auto había detenido su marcha, a unos pocos metros de donde se encontraban, mientras que descendían Loid, Yor, Anya y Bond.
La pequeña observó la espesura de los bosques, árboles frondosos y de distintos tipos como robles, fresnos y otros más que se encontraban allí. Se mantuvo cerca de sus padres y el perro de pelaje blanco, mientras que observaba la zona, buscando alguna visión del Futuro. De golpe, la peli rosa comenzó a captar los pensamientos de una persona que se hallaba en los terrenos de la Embajada.
-"Se están tardando mucho Vladimir y Gordian, ¿por qué no llegaron ahora?".-Preguntó uno de los agentes de Borduria.
-"No te preocupes, pronto llegarán los refuerzos con el helicóptero y de ahí enviaremos al "Objetivo" hacia la Capital".-Le prometió su amigo y de ahí quedó todo en silencio.
Una vez que todo hubiera quedado en calma, ella corrió hacia sus padres para hablarles pero fue tarde: Un sonido de hélices destruyó el silencio que rodeaba a la Embajada. Un helicóptero irrumpía, tal y como había dicho aquel agente a su amigo, mientras que éste aterrizaba y descendían varios hombres armados, una lancha estaba llegando hasta anclar cerca del muelle y de ahí era sacado el Profesor Tornasol junto a Pretzel, el verdadero científico y amigo del primero, siendo llevados, a punta de Pistola, hacia la embarcación.
- Son ellos: El viejito y el de barbita negra.- Señaló Anya.
- Es verdad, por ahora los mantendremos bajo vigilancia, en cuanto comiencen los "disturbios", nos sumamos.- Pidió Yor, quien sacó sus estiletes y éstos brillaron bajo la Luz de la Luna y las Estrellas.
- Anya, tú te quedas aquí con Bond, no queremos que nada malo te pase, ¿de acuerdo?.- Pidió Loid a la pequeña.
- Chi.- Respondió la peli rosa, mientras que el perro de pelaje blanco la protegía de cualquier peligro, montaba guardia y estaba atento a cualquier visión del Futuro que pudiera tener en ese momento.
A unos metros de la posición de la Familia Forger, Tintin y sus amigos estaban listos para atacar a los espías, liberar a Tornasol y así llevárselo consigo a un lugar seguro.
- Muy bien, todos en posición. Hernández y Fernández, recuerden su papel.- Dijo el chico.
- De inmediato.- Acataron ambos gemelos el mensaje pero, en ese momento, desde otra embarcación se escucharon disparos y gritos que no eran de Borduria, sino más bien del país vecino, rival de ellos y del cual deseaban anexionar a cualquier precio.
- Por las barbas de Sir Francisco de Haddock, ¡son Agentes de Syldavia!.- Reconoció Haddock aquel acento.- Tintin, Elizabeth, no perdamos más tiempo, debemos aprovechar esta pelea que tienen para salvarlo.- Sugirió el "Viejo Lobo de Mar".
- Estoy con el Capitán, Amor, ¡al ataque!.- Comprendió la chica aquella tarea que tenían consigo y fue la primera en salir de los arbustos, blandiendo una rama de árbol caída, golpeando al primer agente de Borduria en la cabeza, dejándolo noqueado.
- Parece que ha habido un "Cambio de Planes", ¡andando, Yor!.- Dio Loid la "Luz Verde", aquella "Señal" para atacar y lo hicieron.
Después de que Elizabeth saliera de los arbustos, Tintin fue con ella y Milú. El perrito hundió sus dientes en el abrigo de un agente de Borduria calvo, quien intentaba sacárselo de encima pero su dueño le dio un puñetazo en la cara que lo dejó inconsciente. Haddock fue el siguiente y ni lerdo ni perezoso tumbó a dos enemigos, un tercero le iba a cerrar el paso pero éste fue más rápido.
- Antes que nada, Caballero, déjeme decirle que tiene algo en su camisa.- Le "advirtió" el Capitán.
- ¿En serio? ¿Dónde?.- Quiso saber, bajando la cabeza y recibió un golpe que lo tiró contra el suelo.
- Ahí mismo.- Respondió el peli negro tras haberle dado un puñetazo.- Eso es lo que te pasa por andar secuestrando a mis amigos. Nadie se llevará al Profesor Tornasol mientras que yo viva y respire en este Planeta.- Juró Haddock, mientras que iba contra otros sujetos.
De ahí apareció el hombre de la ametralladora soviética, quien estuvo por tirarle al Capitán pero un disparo dio contra el arma, llevando a que quedara inutilizada y de ahí venía una majestuosa patada de una bella mujer con vestido y zapatos con "Stiletto" que lo dejó dormido por un buen rato. Haddock no podía ver quién era, ya que todo el lugar estaba a oscuras, las luces de la Embajada de Borduria no habían sido encendidas para no llamar la atención de cualquier curioso o enemigo que tuvieran cerca pero los mismos que orquestaron el secuestro, no habían calculado o pensado de que podía haber alguna infiltración de Syldavia o que alguien, dentro de sus fuerzas, estaba actuando como soplón, "rata" o "topo" para la Nación contrincante.
De cualquier forma, sea quien fuera, la pelea estaba poniéndose más intensa. Los Syldavos y Bordurianos se daban golpes, patadas y hasta intentaban usar sus armas de fuego. Elizabeth cargaba contra todo el que se interpusiera en su camino, noqueando a cualquiera, sin importarle que fuera hombre o mujer. Una de éstas estuvo por apuñalarla por la espalda, la poca "Luz Natural" que daba la Luna hacía brillar la punta de la navaja pero cuando estuvo por cometer aquel acto criminal, ella reaccionó y se defendió con la rama del árbol.
- ¡No en mi guardia, perra!.- Le espetó Elizabeth, protegiéndose del filo de la navaja.
La mujer de Borduria estuvo por vencerla cuando la joven recuperó el aliento y le partió la rama por debajo del mentón, haciendo volar sangre por los aires, mientras que su navaja se hundía en las aguas del Lago de la Embajada. Otro más llegaba para "sumarse a la fiesta", Elizabeth lo miraba con asco y frialdad: Se trataba de un hombre algo gordo y con bigote de Borduria.
- Te metiste con mi futura esposa, niñita. Nadie toca a mi amada Nuchka y vive para contarlo. Se nota que tus padres no te educaron bien.- Le amenazó el hombre, pero ella escupió contra el piso.
- Para tu información, gordito, yo sí fui educada muy bien por mi familia. No como ustedes, que son unos malditos adoctrinados y que secuestran a personas inocentes como el Profesor Tornasol.- Dijo ella con firmeza y alzando la rama, la cual había quedado destruida pero formaba una especie de "Lanza" con su Punta Afilada.
- ¡Ahora verás, vas a aprender a respetarme, mocosa!.- Gritó el prometido pero cuando la atacó, ella trazó un arco con aquel objeto, dándole en los bajos y de ahí el tipo se desplomaba junto a su prometida, agarrándose los "hijos" debido al golpe que recibió.-
- La próxima vez aprende a cerrar la "boquita" que tienes antes de pelear, porque el ego también mata al Guerrero.- Le dejó ella aquel aviso y fue para abrir una brecha entre los Syldavos y Bordurianos con el fin de llegar hasta Tornasol.
El Capitán Haddock llegó hasta Tintin, lo mismo Hernández y Fernández, debido a que el plan de ir en bote hasta aquellos fiordos quedó desbaratado por la presencia de fuerzas enemigas. Aquel peli negro le costaba comprender quién había sido la persona que lo había salvado de aquel tirador vestido de negro, se rascó la cabeza y buscó con la mirada pero no obtuvo los resultados que quería y necesitaba.
- Capitán, ¿está bien?.- Corrió Tintin para verlo.
- Tranquilo, chico, estoy bien.- Respondió Haddock, apoyando sus manos en los hombros del joven periodista.- Solo que...No sé ustedes pero juro haber visto a una persona que me salvó la vida de un tipo vestido de negro y con una ametralladora de fabricación Soviética.- Les contó a sus amigos.
- ¿Vio cómo era, Capitán?.- Quiso saber Fernández pero éste negó con la cabeza.
- Ojala pudiera darles una descripción, solo recuerdo haber a una mujer con un vestido negro, bien elegante, por un momento pensé que era alguna Aristócrata pero le dio una patada al tirador que me dejó helado. Desapareció en esa dirección o...¡No, allí, vean a esa sombra, miren cómo los está golpeando a todos ellos!.- Exclamó el Capitán, asombrado.
- ¡Y allí está Elizabeth! ¡Eli!.- Le llamaba Tintin, alzando su mano pero no sabía de que un francotirador estaba oculto detrás de unos árboles, listo para dispararle al periodista.
- Conozco a ese mocoso: Es Tintin y gracias a su intromisión, no pudimos anexionar Syldavia hace un tiempo atrás, todo por culpa de ese chiquillo y su perro, pero ahora verá la "Venganza de Borduria".- Juró el enemigo, sin embargo, en aquel momento, alguien más intervino y le apuntó con una Pistola en la cabeza.- ¿Qué? ¡Vorlok, ¿qué...?!.- Preguntó a su compañero pero éste no era quien decía ser.
Vorlok, el amigo del francotirador, yacía inconsciente y amarrado a un árbol, mientras que el "Falso" era Loid Forger, quien se había camuflado para parecerse a éste, consiguiendo infiltrarse tras las líneas enemigas y despejar la zona. Una vez que dejó derribado al tirador, se lo llevó del árbol y consiguió atarlo junto a su amigo.
-"Así que aquel joven es el periodista Tintin. He oído algo acerca de él: Detuvo al famoso Roberto Rastapopoulos y su Organización de Traficantes de Droga, así como también consiguió evitar que Syldavia fuera anexionada por Borduria tras el robo del "Cetro de Ottokar". Se nota que hay mucha bronca y odio contra él. Tal vez deberíamos acercarnos para conocer más y protegerlos, ya que están detrás del Profesor Tornasol".-Pensó el Agente de "WISE", mientras que continuaba la pelea.
Elizabeth intentaba llegar hasta Tornasol, con cada golpe y patada que efectuaba, más agentes del "Servicio Secreto de Borduria" aparecían para reemplazar a sus colegas, llevando a que el cerco se fuera cerrando pero, hasta aquel momento en el que pensó que todo estaría perdido, una mujer iba despejando el camino de antagonistas, quedando a pocos metros de ella y en donde pudo observar unos brillantes estiletes que estaban empapados con la sangre de los enemigos. Varios habían retrocedido por las heridas producidas por aquellas armas punzantes, dejando un rastro de sangre sobre el césped.
No la podía ver bien, su figura se movía con rapidez y entre los ataques con sus estiletes y las patadas que daba era como ver a una especie de "Ninja" que no paraba de golpear en repetidas ocasiones.
- ¡Eli!.- Llegó Tintin hasta ella, mientras que se quedaban observando como la misteriosa mujer del vestido negro y zapatos "Stiletto" dejaba una amplia brecha para que ellos pudieran llegar.- ¡¿Estás bien?!.
- Tranquilo, estoy bien, no me pasó nada...Es solo que...- Respondió con cierta duda por la presencia de esa gente, no sabía si eran amigos o enemigos, por lo que no tuvieron tiempo para pensar en algo más, ya que los Detectives habían aprovechado la pelea para apropiarse de la lancha que tenían los Agentes de Syldavia y así pudieron irse hacia los fiordos, mientras que los de Borduria subieron a Tornasol a otro bote, del cual zarparon para el Este del Lago.
- ¡Se escapan, vamos tras ellos!.- Pidió Haddock y abordaron el helicóptero, mientras que continuaba la lucha entre los dos bandos en pugna.
Yor y Loid habían conseguido ser la distracción ideal para que pudieran escapar aquellas personas e ir tras su amigo, así que abordaron el coche y partieron a toda prisa hacia Borduria.
Desde los Cielos del Amanecer, el helicóptero que Tintin piloteaba junto a Haddock, Milú y Elizabeth estaba tras los pasos de la lancha, por lo que el chico hizo descender a la aeronave hasta quedar cerca de ellos.
- ¡Esos malditos no nos dejarán en paz! ¡Ya sabes qué hacer, Boris!.- Le ordenó el "Falso Profesor Pretzel" a un tripulante grandote y algo gordo, vestido con camisa blanca a rayas horizontales negras, gorra de plato de la Marina, pantalones y botas negras. Éste fue para el interior del bote y sacó una ametralladora MP-40.
- ¡No, ¿qué van a hacer?! ¡Alto!.- Intentó Tornasol en detenerle pero el Capitán del bote, un hombre de cabello y bigote blanco lo detuvo.
- ¡Ahora, fuego a discreción!.- Ordenó el "Falso Pretzel", mientras que una descarga de fusilería daba contra el aparato, el cual comenzó a incendiarse, recibiendo los disparos en el rotor y las hélices, además de alcanzar a Tintin, quien perdió el conocimiento y fueron precipitándose contra el agua.
- Ya está, asunto terminado.- Anunció Boris, bajando el arma.- Ahora traigan a ese charlatán.- Ordenó y el Profesor Tornasol fue sacado de la cabina de mando a empujones.
- ¡Van a tener que responder ante mi gobierno por esto!.- Dijo con furia ante lo ocurrido.
- Cállate.- Le ordenó el Capitán del Navío, mientras que iba emergiendo un Submarino de la Armada Borduriana y desde la escotilla salía el hombre que lo comandaba y quedaban cerca de la lancha.
- ¡Dense prisa, que todavía estamos en aguas territoriales!.- Ordenó el hombre del submarino, quien lucía un uniforme verde con varias condecoraciones.
- ¡Sí, Mi Comandante!.- Acató Boris la orden, haciendo la venia militar y se prepararon para embarcar.
- ¡Échennos un cabo, pedazos de Piratas! ¡¿No ven que tenemos un herido?!.- Oyeron la voz de Haddock, quien llevaba a Tintin, inconsciente y en compañía de Elizabeth y Milú.
- ¿Quiénes son ellos?.- Preguntó el Oficial del Submarino.
- Pues...Son mis amigos: Tintin, Milú, Elizabeth y el Capitán Haddock.- Respondió Tornasol, en un intento para ganarse la confianza de esa gente y que no les hicieran nada malo a los suyos.
- Esta vez no se me escaparán.- Sentenció Boris, quien les apuntó con su MP-40 para terminar con el "trabajo".
- No, te lo prohíbo: Los llevaremos en calidad de detenidos para Borduria y allí serán interrogados.- Le detuvo el Oficial del Submarino.
- Sí, Mi Comandante, ¡súbanlos abordo!.- Ordenó el marinero y de ahí fueron conducidos hacia el interior del Submarino, mientras que Tornasol permaneció en un camarote separado de los demás.
Dentro de aquel mole de acero, el Comandante del mismo fue a visitar al Capitán Haddock y Milú, quienes estaban esposados en una de las bodegas.
- Espero no haber sido muy brusco con usted, Capitán Haddock; sin embargo, el haberse metido en un asunto tan delicado como el nuestro no es perdonable por ningún medio.- Sostuvo aquel hombre de cabello gris.
- Miserable, ¿y qué hay de mi amigo Tintin y Elizabeth?. Si le ponen un dedo a esa chica, les juro que los mando a todos ustedes al Hades.- Prometió el hombre desafiante.
- Quédese tranquilo, no somos ningunos Bárbaros, nadie le hará daño a esa chica y que cualquiera de mis hombres que me desobedezca lo mando yo mismo y en persona a fusilar.- Juró el Comandante, dándole su palabra y de ahí fue alejándose.- Con respecto a su amigo, él está bien, recuperándose en la Enfermería y bajo vigilancia.-
Pronto, una vez llegados a los Puertos de Borduria, el Submarino se detuvo y bajaron a los prisioneros, Tornasol fue subido a un auto negro y Haddock a un camión de traslado para presos, mientras que Milú acompañó a Tintin con Elizabeth en la ambulancia, ya que no quería alejarse de él, siendo vigilados por Boris, el marinero de gorra de plato negra.
- Ten Fe, pequeña, que estos terroristas pagarán caro su osadía.- Le animó Haddock antes de que fuera metido, casi a empujones, en el furgón para prisioneros.
Una vez que fueron cerradas las puertas, la chica pudo divisar que un agente del "Servicio Secreto de Borduria" le hizo señas para que abordara la ambulancia y Boris la vigilaba, estando ella al lado de Tintin y con Milú a su lado.
- Ese chico sí que demostró tener unas agallas bien grandes como para perseguirnos y ahora que está herido, veremos si puede soportar las Prisiones de Borduria, así como también las bajas temperaturas en el Invierno.- Hablaba el vigilante con su arma en mano, cosa que le daba rabia oírlo, para Elizabeth, pero tuvo que contenerse y evitar cualquier problema.- Bueno, en cuanto lleguemos al Cuartel General, veremos qué tan resistente es, jejejeje.- Continuaba aquel sujeto su monólogo y de ahí encendía sacaba un cigarrillo pero no tenía su encendedor.
De golpe, una mano le ofreció lo que buscaba.
- ¿Fuego?.- Oyó Elizabeth una voz familiar.
- Oh, muchas gracias, joven.- Agradeció Boris pero al ver a su "benefactor", éste se quedó horrorizado con hallar a Tintin despierto.
- Bueno, bueno, parece que has visto a un fantasma.- Le dijo el chico y con su novia le dieron su merecido al vigilante, sin que lo escucharan los que manejaban la ambulancia y que seguían al resto del convoy.
Pronto, atado en la camilla, el marinero Boris quedó allí, inconsciente, por los golpes recibidos.
- Que sueñes con los Angelitos.- Concluyó el periodista, mientras que se abrazaba con Elizabeth y tomaba a Milú.- Nunca creí que volvería a verlos, temía de que, esta vez, habría muerto pero estoy feliz de estar a su lado. Pero...¿y el Capitán? ¿Dónde están el Profesor Tornasol y los Detectives?.- Preguntó por el resto del grupo.
- Se los han llevado, Tintin. Primero tenemos que salir de aquí, si nos ven, estaremos perdidos.- Le contó todo su novia.
- Tienes razón. Tendremos que saltar de la ambulancia en movimiento.- Dijo el joven, abriendo las puertas de atrás y de ahí tenían la carretera que se extendía por los valles hacia las montañas.- Tranquila, sin miedo. Lo mismo para ti, Milú.- Les habló y con ello pegaron un salto, rodando por el suelo de tierra y levantando una columna de polvo que les cubrió su retirada.
Mientras tanto, en los Fiordos fuera de la Embajada, a pocos kilómetros de las fronteras entre Syldavia-Borduria, los Detectives habían intentado captar la señal del helicóptero que Tintin y los demás habían tomado pero fue en vano.
- Deberíamos ir hasta Borduria y traerlos de regreso, hermano.- Sostuvo Fernández a su gemelo.
- Pero no podremos contar con el apoyo de la "Scotland Yard". No reconocen al Régimen.- Advirtió Hernández con seriedad.
- Descuida, iremos bien resguardados, tú y yo, para traer a Tintin y los otros a casa.- Prometió y de ahí pusieron manos a la obra.
Volviendo para la carretera de Borduria, Tintin, Elizabeth y Milú habían conseguido eludir a sus captores, pero era que se encontraban en territorio enemigo, desconociendo qué clase de peligros podían toparse en aquellos momentos. Caminaron un buen tramo de la ruta, alejándose por donde habían ido con el convoy, los cuales no tardarían en dar la alarma.
A su vez, en el Cuartel General de la Capital de Borduria, Szohod, un General de vital importancia, de nombre Klumlynk, se encontraba ocupado en sus labores dentro de su Oficina cuando sonó el teléfono, el cual atendió.
- ¿Diga?. Sí, aquí el General Klumlynk. Enseguida le paso con el Coronel Sponz de inmediato.- Respondió y transfirió la llamada a donde se encontraba su Superior.
- Coronel Sponz al habla, ¿qué sucede?.- Preguntó el hombre del monóculo y de ahí se quedó helado cuando recibió esa información.- ¡¿Qué?!.- El grito que pegó se hizo sentir en todo el edificio.- ¡Por los Bigotes de Plekszy-Gladz, manga de inútiles, no pueden hacerse cargo de un simple prisionero! ¡Debería mandarlos al Paredón de Fusilamiento ya mismo! ¡¿Y qué están esperando?! ¡¿A qué venga Papá Noel?! ¡Vayan tras esos espías ya mismo!.- Bramó, al enterarse de la fuga de Tintin y los suyos del convoy, sumado a otra cosa más; por la cual marcó otro número.- ¿Diga?. Teniente Márkov, soy yo, el Coronel Sponz, escuche: Ordene a la Policía que salga, inmediatamente y dé con los prófugos del convoy. Establezcan Puestos de Control y Retenes por todas las rutas de Borduria e incrementen la vigilancia en las fronteras. Que los detengan y si intentan escapar, que los maten sin mediar palabra. Así es, esas son mis instrucciones. Mucha suerte, ¡amaih!.- Concluyó éste y con ello se daba la orden para que salieran las patrullas en busca de los que se escaparon de la ambulancia.
- Coronel.- Ingresó un joven a su despacho, entregándole una carpeta con información sumamente importante y secreta, la cual leyó con cautela aquel sujeto.-
- Esto tiene que ser una broma: ¿Así que "WISE" junto a Westalis y Ostania han mandado al Agente "Twilight" y a "Thorn Princess" para detener nuestros planes?. Jejejeje, que lo intente, les tengo reservada muchas sorpresas y lo único que obtendrán será una bala en la cabeza por meter las narices donde no les llaman.- Se río, burlón, de lo que haría cuando esa gente estuviera a su alcance pero volvió a adoptar un gesto serio.- Pero eso no importa, no ahora, de lo que tenemos que ocuparnos es de los prófugos, quiero un informe cuando hayan sido recapturados.- Ordenó y el joven asintió en silencio, saliendo de allí para volver a su trabajo como Secretario.
Habían caminado un buen tramo pero no veían a nadie por la carretera, la cual se hallaba completamente vacía. Ni un solo vehículo a la redonda, ni un camión o caballo guiado por algún campesino que enfrentaba a las alturas. Las horas pasaban y desconocían si ya estarían o no bajo la vigilancia del enemigo.
- Qué lindo, no me esperaba terminar en una situación así: Sin papeles, perseguidos por los militares de Borduria.- Se mostró Elizabeth desconcentrada por todo lo vivido.- Y encima se llevaron a nuestros amigos.
- Tranquila, Amor. No hay por qué llorar, además, lo que tenemos que hacer será cubrir nuestras huellas. Hallaremos la manera de rescatarlos.- Le animó Tintin, poniendo una mano en sus hombros pero, para sorpresa de ellos, una patrulla se detuvo y bajaron dos agentes que les cerraron el paso.
- Alto, Policía de Borduria. Documentos, por favor.- Pidió uno de ellos, de bigote, al igual que su colega.
-"¿Acaso todos usan bigote en este país?. Oh, sí, espera, es verdad: El "Bigotismo", la ideología política del Régimen. Dios, ya se parecen todos a Stalin, que ya partió al "Otro Barrio" pero estos están locos".-Pensó Elizabeth, mientras que buscaba sus papeles.
-Nos han informado de que un grupo de espías Pro-Syldavia se encuentran en nuestras tierras, así que nos ordenaron capturarlos.- Añadió el colega del policía de bigotes.-
-¿No serán ustedes?.- Preguntó el primero.- Vamos, vamos, los papeles, ¿qué pasa? ¿No los tienen?.
-Sí, espere, es que...Aquí tiene.- Respondió el pelirrojo y le dio los suyos.
-Muy bien, ¿ve que no había que tardarse?.- Alegó el Oficial y de ahí se quedó sorprendido.- ¿Qué es esto? ¿"Club de Fans de Tintin y Milú"?.- Preguntó pero éstos ya habían conseguido eludirlos.- ¡Hey, vuelvan aquí! ¡Alto!.- Ordenó y con su colega desenfundaron las armas, persiguiéndolos por las montañas.
Aquello no parecía tener fin. Por donde ellos miraran, no había salida alguna, solo tenían dos opciones: Rendirse o hallar algún escape más fácil pero al llegar al final del camino, justo al borde de una cascada, éstos se detuvieron.
-Eli.- Tintin le agarró de la mano y aferró a Milú con fuerza.
-No...¡No, me niego a saltar!.- Exclamó ella pero no tuvieron tiempo, los dos policías ya les estaban pisando los talones.
-¡Alto o disparo!.- Advirtió el colega del policía, quienes efectuaron unos disparos de advertencia al aire.
-¡No hay tiempo! ¡SALTA!.- Ordenó el chico y los tres se zambulleron en las tumultuosas aguas de aquel río de montaña, ante la mirada de sorpresa y asombro de los agentes. El de bigotes fue hasta el borde para comprobar los resultados.
-Hmmm, ¿lo ves, Krúmic?. Tenían una única opción y optaron por saltar a las aguas. No los volveremos a ver, daremos el parte al Cuartel General.- Finalizó el hombre y se fueron de allí, sin saber que Elizabeth había conseguido salir a la superficie, aferrándose a Tintin y Milú. El primero estaba inconsciente y ella apenas podía moverse tras el gran susto que se pegaron.
A pocos kilómetros de allí, el coche de los Forger divisó un extraño resplandor que provenía de una de las orillas, por lo que éstos se detuvieron y bajaron para ver de quiénes se trataban. Anya y Bond estaban pendientes de que no apareciera la Policía de Borduria o habría que combatir, así que tanto Loid como Yor descendieron por la pendiente pedregosa y notaron que una chica estaba saliendo de las gélidas aguas y arrastraba a su pareja junto al perrito de pelaje blanco que intentaba despertarlo.
-Santo Dios...- Quedó el Agente "Twilight" asombrado por la resistencia de esa chica.- Descuida, te ayudaremos.
- Por...Por...Por favor...No...No nos entreguen a Borduria.-Fue el pedido que hizo ella y perdió el Conocimiento, al ser ayudada por Yor y Tintin por Loid, mientras que Bond descendía, con Anya encima suyo, dándole una mano a Milú, el cual se acurrucó contra el cálido pelaje de aquel perro blanco.
- ¿Qué pasó? ¿Están todos bien?.- Oyeron la voz de un matrimonio mayor. Dos viejitos y campesinos habían aparecido allí, siendo testigos de lo ocurrido. El hombre, quien era de cabello blanco y lo mismo sus bigotes, acompañado por su esposa, la cual no era tan vieja como él, les dieron una mano y los llevaron para la cabaña que tenían allí.
Estuvieron un buen rato inconscientes hasta que la primera en abrir los ojos fue Elizabeth, quien se despertó con la lamida de un perro que se encontraba a su lado y de ahí veía a una niña pequeña y de cabello rosa, la cual le pasó su mano por la frente.
- Tranquila, no tienes fiebre. Mi papi y mi mami te encontraron en la orilla de ese río junto a aquel chico pelirrojo y su perrito.- Le explicó y llevó calma a la misma.
- ¿Quién...Quién eres?.- Preguntó Elizabeth con la voz agotada.
- Mi nombre es Anya Forger, soy la hija de Loid y Yor. Tranquila, somos de confiar.- Se presentó la niña y de ahí escucharon pasos que venían hacia allí.- Por cierto, si buscas a tu perrito, ésta allí, con Bond, se han vuelto muy amigos.- Señaló a Milú, quien estaba acurrucado contra el otro de gran tamaño, causándole ternura a la chica.
- Mucho gusto, pequeña. Mi nombre es Elizabeth y soy la novia de Tintin...¿Él cómo está?.- Se presentó y la peli rosa mostró al chico que estaba recuperando la consciencia.
- ¿Dónde estoy?...¡Elizabeth! ¡Capitán Haddock! ¡Milú! ¡Profesor Tornasol! ¡Detectives!.- Recobró el Conocimiento aquel pelirrojo pero el dueño de la casa le tranquilizó, volviéndolo a recostar.
- Tranquilo, tranquilo, hijo, con calma, fueron muy valientes en salvarse de esos cerdos represores del Régimen.- Le hablaba aquel anciano con calma, mientras que el chico intentaba calmarse.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo me encontraron?.- Preguntó Tintin a ellos.
- Oímos todo: Estábamos, mi marido y yo, terminando de cultivar nuestras parcelas cuando escuchamos disparos y fuimos corriendo para ver qué ocurría. Presenciamos el momento en el que saltaron y esta noble pareja fue quien los rescató de las aguas.- Le explicó la esposa del campesino.
- Señor Tintin, Señorita Elizabeth.- Oyeron esa voz y ambos pudieron ser testigos ante aquel hombre joven y rubio pálido.- Veo que tenemos mucho de qué contar y hablar.
- Un momento, no sabemos quiénes son ustedes.- Intervino el periodista con seriedad.- ¿Cómo es que nos conocen? ¿Qué quieren decir con "todo"?.- Preguntó éste, ya que estaban en territorio enemigo y no podían andarse sin cuidado.
- De hecho yo la vi, a ella, cariño.- Respondió su novia, apuntando a la chica de vestido elegante negro y zapatos "Stiletto".- La reconozco, usted fue quien me ayudó a pelear contra los agentes de Borduria en la Embajada homónima.- Recordó aquel combate dado.
- Así es.- Respondió la muchacha.- Un placer, mi nombre es Yor Forger, mejor conocida como "Thorn Princess".- Saludó la joven con amabilidad y estrechando su mano con la de ellos.
- Y yo soy Loid Forger, esposo de Yor y Agente de "WISE" con el nombre en clave "Twilight".- Añadió el rubio pálido.- Ahora, con respecto a lo ocurrido, nosotros fuimos enviados para investigar la pista del Régimen de Borduria, los cuales han comenzado con una serie de pruebas secretas y creemos que pueden ser "Armas de Destrucción Masiva", por lo que han puesto la mira a muchos científicos de Europa Occidental.- Les explicó el joven a ellos, revelando una foto en donde aparecía cierto conocido de ellos.- ¿Lo reconocen a este hombre?.
- ¡Es el Profesor Tornasol!.- Exclamaron ambos y la pareja asintió en silencio.
- Veo que ustedes también están tras ellos. Los hemos seguido desde la "Mansión de Moulinsart", cuando aquellos agentes de Borduria robaron el aparato de su amigo.- Continuó Loid hablándoles.
- Él nos dijo que era un prototipo.- Recordó Tintin.
- Ya veo y para ello lo necesitan vivo: Para crear algún arma capaz de ganar la "Guerra Fría".- Teorizó Yor con frialdad al respecto.
- Sea o no verdad, tenemos que salvarlo.- Se apuntó Elizabeth.
- Imposible, pequeña, todas las carreteras están vigiladas por la Policía de Borduria y el "Servicio Secreto" ya ha puesto sus fotos en todas las estaciones de tren, autobús y aeropuertos. No podrán llegar a la Capital sin ser detectados.- Intervino la esposa del dueño de casa.- Mi marido ya ha sufrido una tragedia así en el Pasado.
- Desgraciadamente: La Policía de Borduria hizo arrestar a mi hermano porque él creía en la libertad. Pero creo que tengo una forma para que puedan cruzar hacia la Capital sin ningún problema.- Contó aquella desgracia que tuvo su familia y de ahí puso en marcha su plan.-
- ¿Saben adónde llevan a los detenidos y presos políticos?.- Preguntó Tintin al matrimonio.
- Si no me falla la memoria, ellos son trasladados a la Prisión de Darkov.- Respondió el hombre de bigotes blancos.
- Entonces allí donde tienen al Capitán y al Profesor.- Sostuvo Elizabeth y su novio asintió con la cabeza.- Noble Señor, lo mismo para su esposa, han sido muy amables en darnos abrigo y techo ante nuestros enemigos, pero no queremos causarles problemas.- El matrimonio se mostró tranquilo, sin ningún inconveniente en ayudarlos.
- Ustedes son los valientes que podrán iniciar la caída de este Régimen genocida y respaldado por los Comunistas de Moscú. Su influencia está haciendo mucho daño y nuestra gente no la pasa bien.- Añadió la esposa.- Solo espero que puedan conseguirlo, no buscamos algo extravagante, solo que esto se termine de una vez.-
- Tranquila, lo conseguiremos.- Prometió Elizabeth, dándole su palabra.- Ahora, ¿cómo nos infiltraremos en la Capital?.-
Aquella pregunta se vio interrumpida por un misterioso sonido que provenía de afuera. Yor sacó sus estiletes y Loid su Pistola Browing, ambos tomaron posiciones y los dueños apagaron las luces de la casa para no despertar sospechas. Al momento de que la chica abrió la puerta, dos figuras gemelas cayeron contra el piso, justo cuando se encendieron las luces, iluminando a los responsables.
- ¡Hernández y Fernández!.- Los reconocieron Tintin y Elizabeth.
- Jejejeje, hola, amigos.- Saludaron ambos gemelos de la Policía.
- Bueno, al menos no son enemigos. Ahora, pongamos manos a la obra.- Pidió Loid.
Ya habría tiempo para conocerse mejor y con ello vino el plan que ejecutaron con los dueños de la vivienda, en donde el dueño tenía una camioneta con una lona verde, en la cual podían entrar ellos, protegidos por unos barriles, además de que los Forger les seguirían el paso, aunque camuflados para no levantar ninguna sospecha.
Con el correr de las horas, una vez que el matrimonio tuvo listo todo y sus amigos ocultos en la parte trasera del camión, partieron de allí con aquella familia. Sin embargo, dentro del mismo, Tintin y Elizabeth permanecían pensativos acerca del papel que aquella familia estaba brindando.
- ¿No confían ellos?.- Preguntó Hernández.
- En los viejitos, sí, ellos sí pero no en los Forger. Me dan mala espina.- Rescató Tintin aquellas palabras suyas.
- ¿Por qué?.- Quiso saber Fernández.-
- Uno es uno de los espías más famosos de toda Westalis y la otra es una "Asesina de Élite" perteneciente a Ostania. Yo no quisiera tener inconvenientes si nos descubren en la Capital.- Advirtió el periodista con seriedad.
- Aún así, desconfiando de ellos o no, tenemos que trabajar unidos si queremos salvar al Profesor y al Capitán Haddock de donde están. Si llegamos a la Capital de Borduria, en cuanto estemos allí, buscaremos la forma de alcanzar la Prisión de Darkov y así soltarlos.- Prometió Elizabeth, quien, a pesar de no confiar en los Forger, sabía que la unión hacía la fuerza y que debían dejar de lado las conjeturas y teorías.
Ya se irían conociendo más a fondo una vez que alcanzaran su objetivo principal.
[Bueno, amigos, aquí les traigo esta nueva parte y solo nos queda una más, la cuarta parte, que será el Epílogo también.
Nuevamente agradezco, de todo corazón, aWelter_245,shadowbull44,Same_kichi123yTimmyUchihapor seguir esta historia.
Prepárense, ya que a pesar de que ellos han conocido, en parte, a los Forger, en el último capítulo se irá profundizando el desarrollo con ellos y también cuando lleguen los futuros combates.
Les envío a todos ustedes mis saludos y agradecimientos. Nos estamos viendo y que tengan un inicio de día Jueves de mi parte, Camaradas.].
