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Capítulo 11

Bravil - Fredas 9 de Culminación solar del 203 de la Cuarta era

El sol brillaba con fuerza sobre la ciudad de Bravil. La ciudad era considerada la más pobre del Imperio, sus casas eran chozas que se construían apiladas una sobre otra. A pesar de eso tenían grandes defensas, como estar ubicada en un islote en el rio, además de tener muros altos y gruesos, los cuales estaban hechos de piedra. Cuando las tropas enemigas llegaron, rápidamente se había levantado el puente que conectaba la ciudad con el resto del continente, frenando así el avance enemigo.

Sin embargo, a pesar de esto la moral de las tropas dentro de la ciudad estaba pasando por un muy mal momento, pues desde hace cuatro días habían estado bajo asedio por parte de un numeroso ejército del Dominio de Aldmer. Los informes que había recibido la sexta legión confirmaron que no podrían expulsar a los atacantes por medio de la fuerza. Además de que estos tenían los números para tomar la ciudad por asalto. Actualmente el general se encontraba en una reunión con los miembros del alto mando de la legión.

El actual general de la sexta legión es el general Decius. Decius es un imperial de unos cincuenta años aproximadamente. Su cabello es color negro con algunos mechones grises. Sus ojos son color marrón oscuro. Viste una lorica musculata con detalles de color dorado. También lleva brazales y botas reforzadas con placas de acero. En su cadera se encuentra su espada corta imperial.

"¿Ha habido algún cambio en los movimientos de los Aldmer?" preguntó el general Decius.

"No general, siguen manteniendo su posición."

Pero cuando estaban a punto de continuar la conversación, fueron detenidos por un fuerte estruendo. Cuando el general estuvo a punto de preguntar que pasaba fue interrumpido por un legionario que entró rápidamente en la sala.

"¡General, los elfos han comenzado a movilizarse! ¡Traen consigo torres de asedio y trabuquetes!" gritó el soldado mientras se arrodillaba frente a Decius.

Sin pensarlo un segundo, Decius rápidamente salió de la sala y se dirigió a los barracones. Una vez estuvo allí comenzó a ladrar órdenes a sus soldados.

"¡Todos los arqueros y magos a las murallas! ¡La infantería dividíos en partes iguales entre las murallas! ¡Preparen brigadas para que apaguen los incendios!"

Cuando los soldados escucharon las órdenes comenzaron a movilizarse. Los arqueros y parte de la infantería subieron hacia las murallas. Varios de los auxiliares comenzaron a movilizarse para llegar a los pozos de agua y comenzar a apagar los incendios provocados por los proyectiles de los trabuquetes enemigos.

Mientras se dirigía a las murallas, Decius vio al capitán de la guardia de la ciudad.

"¡Capitán!" gritó Decius llamando la atención del capitán.

"General Decius." respondió el capitán. "¿Qué puedo hacer por usted?"

"Tome a sus hombres y júntelos con los legionarios que estarán en las murallas."

"Si general." contestó el capitán. El cual se dirigió a sus hombres y les ordenó que lo siguiesen.

Decius por su parte continuó hacia las murallas. Una vez hubo llegado a la cima pudo observar el ejército Aldmer avanzando.

'Es tal y como lo dijo el legionario, tienen torres de asedio y trabuquetes' Pensaba Decius mientras miraba bien el ejército que pronto intentaría violar la ciudad. 'Roland, espero que tu hijo pueda salvarnos de este lío.'


Mientras los defensores se preparaban para el asalto enemigo, el general a cargo del ejército del Dominio de Aldmer se encontraba en la retaguardia del ejército junto a su guardia personal observando todo con un catalejo.

"Los humanos están completamente desorganizados." comentó con una sonrisa observando a los legionarios tomar formaciones. "Esta batalla se ganará fácilmente y la ciudad será nuestra antes de que termine el día."

"Tiene razón Lord Tanorian." aduló uno de sus guardias. "Esos humanos no sabrán que los golpeó."

Tanorian Temolire es un Altmer que había nacido en Alinor hace setenta años. Provenía de una familia acomodada y desde joven había mostrado habilidades decentes para comandar soldados. Él era un típico Altmer, tenía piel color dorado, ojos color ámbar y el cabello largo rubio brillante. Vestía una túnica con capucha y sobre esta túnica llevaba una armadura de placas completa.

'Esos humanos ya sabían de nuestros planes de invasión, por eso tuvimos que cambiar el plan original' pensó mientras recordaba como los humanos habían acabado rápidamente con la distracción del paso de Bangkorai y cómo aprovecharon eso para obtener una alianza militar con los Guardias Rojos.

El plan original era invadir Cyrodill desde Elsweyr con dos grandes ejércitos. Se había decidido usar el paso de Bangkorai como una distracción para hacer que los Nórdicos y los bretones enviaran sus tropas y legiones a ese lugar; sin embargo, debido a los levantamientos en Bosque Valen y Elsweyr, el segundo ejército tuvo que ser dividido para evitar que los rebeldes tomen las principales ciudades de esas regiones. Y gracias a la rápida reacción del Imperio, él tuvo que marchar con solo el ejército que se encontraba en Elsweyr. Así que forzando la marcha se dirigió hacia Bravil desde la ciudad de Rimmen. Mientras que su ejército atacaba territorio imperial, el segundo ejercito Aldmer se quedaba en Bosque Valen tratando de suprimir las rebeliones de la zona.

'Esta batalla es importante, si la ganamos el Imperio deberá de retrasar la invasión de Bosque Valen y Elsweyr' pensó mientras observaba a sus tropas ya listas para el ataque.

"¡Lord Tanorian, las tropas ya están listas!" gritó uno de los oficiales.

Asintiendo, Tanorian ordenó iniciar el ataque. "¡Cargad!"

Cuando los soldados del dominio escucharon las órdenes comenzaron el ataque. Avanzaban en bloques, los primeros eran la infantería pesada, los cuales iban con armaduras de placas y eran los que empujaban las torres de asedio. Atrás de ellos iban los arqueros y los magos, los cuales brindarían cobertura a las tropas de infantería. Y más atrás estaba la caballería donde se encontraba Lord Tanorian.


Desde los muros de la ciudad de Bravil, Decius observaba a la infantería enemiga acercarse. Observó cómo empujaban las torres de asedio, las cuales estaban diseñadas para lograr cruzar el foso natural que formaba el río Larsius.

Cuando Decius vio que las tropas enemigas habían llegado a las cercanías de la ciudad, comenzó el contraataque.

"¡Arqueros, disparad a los soldados que empujan las torres!" ordenó Decius a sus tropas. "¡Magos, destruid esas malditas torres!"

Al escuchar las órdenes, los arqueros comenzaron a disparar andanadas de flechas causando bajas entre las primeras filas de la infantería enemiga. Los magos comenzaron a lanzar bolas de fuego sobre las torres de asedio enemigas; sin embargo, los arqueros y magos enemigos no se quedaron sin hacer nada, estos comenzaron a lanzar descargas de flechas y magia sobre las murallas, acabando con la vida con varios de los defensores. Sumado a eso, las armas de asedio Aldmer seguían disparando bolas de fuego que causaban daños a la muralla y a su vez causaban bajas en los defensores.

Cuando la infantería Aldmer llegó al borde del foso, las torres se anclaron al suelo y soltaron las plataformas, las cuales llegaban hasta la muralla. La infantería Aldmer rápidamente comenzó a subir por las torres.

Al ver a los atacantes cruzando el foso hacia las murallas gracias a las torres de asedio, Decius comenzó a ordenar a sus tropas.

"¡Arqueros, retiraos de la zona por donde entrarán esos malditos! ¡Infantería, formad un muro de escudos!" ordenó Decius mientras sacaba su espada y se dirigía al muro para ayudar en la defensa de la ciudad.

Escuchando sus órdenes, los arqueros que estaban cerca de los extremos de las plataformas de las torres de asedio se alejaron y permitieron a la infantería de legionarios formar. Cuando los elfos cargaron contra las formaciones de muro de escudo de los legionarios comenzó un sangriento combate en toda la muralla. La infantería del Imperio y del Dominio comenzaron a apelotonarse mientras los cuerpos de los caídos comenzaban a caer en el foso que se encontraba debajo de ellos. Los arqueros imperiales no perdieron tiempo y comenzaron a atacar por los flancos de la infantería enemiga causando así bajas importantes.

Sin embargo, a pesar de causar bajas en el enemigo, este había comenzado a penetrar en partes de la muralla, sobre todo en los extremos más alejados de la misma. Poco a poco estaban logrando colarse en la ciudad.

Tanorian observaba lo ocurrido con una sonrisa en el rostro. 'Pronto mi victoria estará asegurada y cuando lo haga, obtendré honores por ser el artífice de la primera victoria para el dominio.'

Mientras el general elfo observaba a sus tropas comenzar a ganar terreno a los defensores, su caballo y los de sus guardaespaldas comenzaron a inquietarse.

Tanorian, los miembros de su guardia y los jinetes que los acompañaban trataron de calmar a sus caballos; sin embargo, mientras lo hacían se escuchó a lo lejos un rugido. Levantando la mirada hacia los cielos se pudo ver una sombra que se acercaba a gran velocidad hacia ellos.


Edzard se encontraba encabronado, muy encabronado y no era porque estaba que volaba a velocidades supersónicas sobre un dragón, no, su molestia era que ese mismo dragón había decidido detenerse para tomar una siesta como cinco veces en el trayecto a Bravil desde el mar Azurian, el cual está frente a las costas de Páramo del Martillo y Roca Alta.

"Dovahkiin, deja de refunfuñar."

"No hables, lagartija sobre alimentada." gruñó molesto Edzard. "Estamos que llegamos tarde por tu culpa."

"No no, lo estamos." gruñó Odahviing. "Un dragón no llega tarde, tampoco temprano, llega cuando se le necesita."

"¿Desde cuándo eres tan filosófico?" preguntó Edzard con los ojos en blanco.

"Siempre lo he sido." se burló Odahviing. "Aunque será mejor que te prepares, ya veo el campo de batalla."

Haciendo caso a las palabras del dragón, Edzard levantó la vista para ver el campo de batalla. Lo que vio lo sorprendió, pues, aunque ya sabía que los elfos tenían más tropas que los defensores, no esperaba que estos últimos hicieran sangrar tanto al ejército atacante.

Desde la vista que le ofrecía volar sobre un dragón. Él pudo fácilmente observar las formaciones enemigas. Así que rápidamente ideo una forma de cortar el paso enemigo.

"Odahviing, destruye primero las torres de madera." dijo Edzard. "Sin ellas, fácilmente podremos cortar el ataque y le daremos tiempo a los defensores para que se ocupen de los enemigos en las murallas."

"Bien, y ¿luego qué?"

"Ataca a los magos y arqueros."

"¿Y tú qué harás?" volvió a preguntar Odahviing, observando a Edzard comenzar a ponerse de pie sobre su espalda.

"Yo, iré a destruir los trabuquetes y de paso voy a saludar al general enemigo." dijo Edzard mientras su ojo izquierdo se volvía rojo carmesí. "¡FEIM!"

Después de gritar, el cuerpo de Edzard se volvió trasparente y dando un paso al frente comenzó a caer al vacío. Odahviing vio esto y comenzó a reír, hasta que finalmente rugió con fuerza y se abalanzó sobre las torres de madera.

Mientras se precipitaba al suelo, las manos de Edzard comenzaron a cubrirse con fuego. Cuando finalmente aterrizó en medio de los soldados enemigos, golpeó sus manos en el suelo, creando así una gran explosión de fuego que engulló a gran parte de la caballería enemiga.


Decius observó con total asombro como una explosión de fuego apareció en la retaguardia del enemigo, pero se asombró aun más cuando vio a un dragón carmesí comenzar a quemar las torres de asedio enemigas. Los soldados enemigos que no fueron quemados por las llamas se ahogaron en el fondo del rio al caer, esto gracias al peso de sus armaduras.

"General, órdenes." habló el legionario a su costado.

Saliendo de su estado de estupor y mirando a sus tropas comenzó a ordenar. "¡Seguid matando a los malditos elfos, pero no ataquéis al dragón, es parte de los refuerzos!"

Los soldados se asombraron por lo ordenado por su general, pero cuando vieron como el dragon comenzó a atacar a los arqueros y magos enemigos decidieron obedecer.

'Roland, parece que tú y Selene trajeron a este mundo a un verdadero monstruo' pensó Decius con una sonrisa divertida mientras se dirigía a los establos.


Mientras Odahviing quemaba a los arqueros y magos elfos, Edzard estaba que se abría un camino sangriento entre las fuerzas de caballería Aldmer. Después de matar a varios de los caballeros al fin logró llegar hacia donde se encontraban los trabuquetes enemigos.

"¡YOL! ¡TOOR! ¡SHUL!"

El grito de Edzard creo llamas que engulleron a gran parte de los trabuquetes enemigos. Los soldados que manejaban estas armas comenzaron a morir quemados y los que sobrevivieron comenzaron a huir del campo de batalla. Una vez que Edzard se encargó de estas armas, comenzó a cargar en contra de los soldados que se encontraban cerca. Después de todo debía de causar la mayor cantidad de bajas para de esta manera acabar con la moral enemiga y así finalizar la batalla.

El día no podía ser peor para Tanorian, había estado muy cerca de obtener la primera victoria para el Dominio; sin embargo, esto se frustró por un dragón y su jinete. Jinete que estaba que masacraba a sus soldados como si estos fueran simples muñecos de paja.

"¡Caballería, conmigo!" ordenó a los pocos caballeros que aún quedaban, los cuales comenzaron a formar a su alrededor. "¡Cargad!"

Al decir eso, él y la caballería pesada comenzaron una gran carga hacia el soldado que se encontraba distraído masacrando al resto de sus soldados.

Edzard estaba que mataba a cada soldado enemigo que entraba en su campo de visión. Si bien debería estar preocupado por estar casi rodeado de enemigos y por tener bastantes puntos ciegos, actualmente se encontraba con su sangre de lobo activada y por ende sus reflejos y tiempo de reacción habían aumentado enormemente. Mientras dividía por la mitad a otro Thalmor que tenía en frente con la ayuda de su mandoble, comenzó a escuchar el sonido de cascos de caballos. Deteniéndose por un segundo para mirar en dirección de donde provenían los sonidos, se asombró al ver al que parecía ser el general enemigo cargar con los que serían sus guardaespaldas y junto a ellos iban los sobrevivientes de la caballería pesada enemiga.

Al ver esta acción, Edzard comenzó a sonreír. Frente a él acababa de aparecer la oportunidad de destruir la moral del ejército enemigo. Rápidamente mató a un elfo que intentó apuñalarlo por la espalda y comenzó a correr en dirección del general enemigo.

Tanorian miró estupefacto cuando el soldado imperial comenzó a correr hacia ellos. Sonriendo mientras pensaba que el enemigo era un idiota suicida, espoleó a su caballo para que acelerara, acción que fue copiada por los que lo acompañaban. Cuando se encontraba a unos metros de distancia levantó su espada preparándose para matar al humano frente a él.

Mientras Edzard usaba una táctica suicida, como lo es que un soldado de infantería cargase de frente contra una carga de caballería pesada. Los defensores ya habían rechazado a los pocos soldados enemigos que había en las murallas. Decius al ver esto había ordenado a sus soldados de caballería que se preparasen. Cuando todos estuvieron ya listos, comenzaron a avanzar hacia las puertas mientras ordenaba que las abrieran y que bajaran el puente.

"¡Legionarios! ¡Esta es nuestra oportunidad de mandar a esos malditos de orejas picudas a donde sea que vallan cuando mueran!" gritó Decius a sus hombres mientras la puerta se abría.

"¡Por el Imperio! ¡Por la sexta legión! ¡Por el emperador!" gritó Decius cuando vio que el puente levadizo había sido bajado. "¡A la carga!"

Con ese potente grito, Decius y sus jinetes salieron de la ciudad. Ya estando fuera, los jinetes formaron en tres líneas, las cuales avanzaron juntas.

La infantería del Dominio de Aldmer que se encontraba en campo abierto se encontraba completamente desorganizada luego de ver como un dragón quemaba las torres de asedio, y asaba a sus arqueros y magos. Así que cuando vieron el gran muro de jinetes que se acercaban poco pudieron hacer para pararlos.

Los legionarios comenzaron a arrasar a los enemigos que encontraban a su paso mientras los pocos Aldmer que quedaban trataban de huir. Todo era una sinfonía de acero chocando contra acero, gritos de dolor y agonía; sin embargo, todo se silenció cuando un potente grito se escuchó.


Edzard vio como la caballería Aldmer estaba a escasos metros de él, así que tomando aire preparó su mejor arma anti muchedumbres.

"¡FUS! ¡RO! DAH!" el grito de Edzard provocó una onda expansiva que se llevó volando por delante a gran parte de la caballería.

Tanorian vio como la onda expansiva lo alcanzaba, levantándolo a él y a su montura como si no pesasen nada. Finalmente, murió instantáneamente cuando su propia montura lo aplastó al momento de tocar el suelo. Todos los soldados del Dominio que vieron eso, comenzaron a dejar caer sus armas en señal de rendición. Rápidamente fueron tomados prisioneros por los soldados de la sexta legión que habían salido para apoyar a su caballería.

Y en ese momento, después de más de siete horas de combate, la que sería llamada la batalla por Bravil había terminado. Las bajas en el bando imperial fueron de tres mil quinientos muertos y unos miles más de heridos entre los legionarios y los miembros de la guarnición de la ciudad; sin embargo, las bajas en el ejército del Dominio fueron de más de dieciocho mil, quedándose de esta manera sin uno de sus grandes ejércitos.

Después de la batalla y del conteo de bajas, el general Decius se había ido para enviar al emperador las noticias de la gran victoria.


Ya en la noche, Edzard se encontraba reunido con Decius en el estudio del general.

"Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos." dijo Decius mirando a Edzard.

"Sí, ha pasado casi un año."

Decius sonrió con la respuesta de Edzard. La última vez que se vieron fue cuando Edzard había ido al palacio imperial después de que el comandante Maro informara sobre la destrucción de la Hermandad Oscura. Aún recuerda cuando lo vio esa vez.

Flashback

Decius se encontraba junto con el resto de los generales y de los altos mandos de la legión imperial en la sala del palacio imperial. Habían sido convocados para una «solemne» celebración. Según las invitaciones, esta celebración era para agasajar a quien eliminó a la Hermandad oscura.

"Decius."

Decius se giró cuando escuchó su nombre. Sonrió cuando vio al hombre frente a él.

"Darryn." saludó Decius a su viejo amigo.

El general Darryn es el líder de la segunda legión imperial. Él es un Bretón de contextura corpulenta, lleva el cabello rapado y está bien afeitado. Viste una lorica musculata de acero coloreada de color negro con detalles en blanco.

Ambos amigos se abrazaron cuando estuvieron uno frente al otro.

"Ha pasado mucho tiempo, Decius."

"Ni lo digas. Ya han pasado siete años desde ese día." Dijo Decius, se podía escuchar la tristeza en su voz.

"Ya, amigo no vale la pena torturarnos por el pasado."

Decius asintió a su amigo. No tenía sentido estar triste por lo que pasó, pero realmente era una lástima no haber podido encontrar al único recuerdo de su amigo.

"¿Sabes quién es el joven a quien se dedica esta celebración?" preguntó Darryn.

"No, lo único que sé es que pertenece a la cuarta legión."

"Uno de los chicos de Tulio, eh."

"Tulio va estar alardeando de esto por años." dijo Decius con los ojos en blanco.

"Tienes razón."

La conversación de ambos amigos se detuvo cuando vieron entrar al emperador y al concejo de Ancianos.

"Buenos días, generales, altos mandos de la legión imperial y nobles del Imperio." saludó el emperador a todos los presentes.

Todos los presentes asintieron.

"Como ya saben, hace poco hubo un intento de asesinato en contra de mi prima Vittoria Vici. Ese intento fue frustrado por un joven que pertenece a la cuarta legión, la cual esta estacionada en Skyrim. Luego de frustrar el intento, el joven persiguió y dio muerte a la lideresa de la Hermandad Oscura." anunció el emperador mientras miraba a muchos de los nobles presentes. "Después de eso, el joven se dirigió a hablar con el comandante Maro. Y después de eso se dirigió a la misma base de operaciones de esos asesinos, en donde mató a cada uno de los miembros."

Todos los nobles estaban callados, pues estaban absortos por la hazaña del joven miembro de la legión. Los altos mandos de la legión estaban que susurraban sobre cuál sería el premio del joven y también cual era su nombre.

"Pero si lo mencionado anteriormente los ha asombrado, lo que viene los dejará perplejos." Lo dicho por el emperador llamó la atención de los presentes, pues que podría superar la hazaña de la eliminación de la hermandad oscura. "El joven también ha descubierto la identidad de quien hizo el contrato y la verdadera razón del porque se haría dicho asesinato."

"La verdadera razón era usar la muerte de mi prima para llevarme a Skyrim y matarme." Todos los presentes comenzaron a gritar de incredulidad; sin embargo, el emperador continuó hablando. "Después de un fortuito golpe de suerte se descubrió quien es el culpable. ¡El culpable fue Amaund Motierre!"

Cuando el emperador terminó de hablar, varios soldados de la primera legión imperial entraron en el salón y apuntaron con sus armas a la familia Motierre.

"Por este acto de traición, la Familia Motierre queda arrestada y todas sus posesiones quedan confiscadas hasta que se sepa quien tuvo participación en este intento de regicidio."

Los legionarios rápidamente tomaron a la familia Motierre y se la llevaron del salón. Cuando estuvieron fuera del salón el emperador volvió a hablar.

"Muy bien, continuemos. Es momento de que el joven haga su entrada." Cuando el emperador dijo eso, se abrieron las puertas. "Todos saluden al joven que salvó la vida de mi prima, y por ende evitó mi muerte, además de ser el héroe que terminó la guerra civil en Skyrim. El legado Edzard Rolandson."

Decius y Darryn estaban que bebían una copa de vino cada uno y cuando escucharon ese nombre casi se atragantan. Frente a ellos, comenzó a caminar un joven no mayor de catorce años. Iba vestido con una armadura imperial, pero lo que les llamó la atención fue la apariencia del joven. Era casi una mezcla perfecta entre su antiguo amigo y su esposa.

"Por las tetas de Dibella."

Decius le dio un golpe a Darryn en la cabeza por la frase que se lanzó.

Ambos amigos fueron testigos de cómo el joven fue nombrado caballero, y que cuando se le ofreció una recompensa pidió que se ayudara a reconstruir la provincia de Skyrim. Cuando la fiesta hubo acabado, ambos decidieron hablar con el joven a solas.

"Realmente te pareces a él." dijo Decius acercándose a Edzard.

Edzard se giró cuando escuchó que le hablaban. Sus ojos se abrieron cuando vio a dos generales acercarse a él.

"Disculpe general, pero, ¿a quién me parezco?"

"Te pareces mucho a tu padre, pero sin duda tienes mucho de tu madre en ti." respondió Darryn.

"¿Los conozco?" dijo Edzard a la defensiva, pues ambos generales parecían conocer a sus padres.

"Sí, pero no creo que lo recuerdes." respondió Darryn.

"¿Por qué no los recordaría?"

"En ese entonces no tenías más de dos años de nacido."

Los ojos de Edzard se abrieron cuando escucho eso, pero se asombró más cuando ambos generales se arrodillaron frente a él.

"¿Por qué se arrodillan?"

"Lo sentimos, Edzard." dijeron ambos al unísono.

"¿A qué se refieren?"

"Hace siete años perdimos a un amigo muy querido por nosotros."

"Ese amigo es tu padre, el centurión Roland."

"Y cuando fuimos a buscarte a la ciudad de Bruma, no pudimos dar contigo." La voz de Darryn era suave y llena de tristeza. "Perdimos a nuestro mejor amigo, y no pudimos hacer nada por su hijo."

"Por eso te pedimos perdón. Por no haber estado ahí cuando nos necesitaste."

Edzard se quedó ahí quieto sin saber qué hacer.

Fin Flashback

Decius terminó de recordar ese momento y vio a Edzard, el cual estaba sentado mirando por la ventana. Si uno siguiese la dirección a donde miraba llegaría a Skyrim, más exacto a la comarca de Haafingar. En ese momento Decius se acordó de un rumor que le llegó recientemente.

"Me enteré que estás comprometido."

Edzard se asombró de que esa noticia haya llegado hasta Cyrodill.

"Pensé que a los imperiales no les importaba lo que haría un bárbaro del norte."

"A la mayoría no le importaría, pero tú eres diferente. Ya sabes, «el precio de la fama»."

Edzard puso los ojos en blanco. Al parecer los imperiales habían comenzado a prestarle más atención desde que se descubrió que era un Sangre de Dragón. Había rumores que decían que él descendía de un hijo ilegítimo de Martin Septim. Eso por supuesto había causado una gran división política en el consejo de ancianos. Debido a que algunos deseaban que Edzard tomara el trono de Rubí, pero lamentablemente para ellos a Edzard no le importaba ser emperador.

Decius vio al hijo de su amigo pensativo y decidió no presionarlo más.

"Entonces, ¿Cuándo partirás? "

"Unos días antes de que la segunda legión y los soldados bretones desembarquen en Bosque Valen."

"¿Qué harás hasta entonces?"

"Voy a visitar la tumba de mis padres."

"Ya veo, pero antes de que te dirijas hacia ese lugar tengo algo que decirte."

Edzard alzo una ceja en confusión, pero sus ojos comenzaron a abrirse cada vez más cuando escuchó lo que le dijo Decius.


Alinor - Tirdas 20 de Culminación solar del 203 de la Cuarta era

La hermosa ciudad de Alinor, con sus grandes torres y murallas entretejidas que captan la luz del sol y la rompen en una variedad de colores. Es una de las grandes ciudades de la isla de Alinor anteriormente llamadas Isla Estivalia, siendo además la capital del tercer dominio de Aldmer.

En el palacio de la ciudad, desde donde antiguamente gobernaba la familia real de los Altos Elfos, ahora la actual residencia del consejo de los Thalmor. En la sala del consejo, se escuchaban los gritos de los miembros.

"¡¿El ejército en Bravil fue aniquilado?!" gritó en shock uno de los concejales.

"Sí, eso se ha podido conocer gracias a los pocos sobrevivientes que han regresado a territorio Aldmer."

"¿Cómo es posible que lograran aplastar al ejército?" preguntó un concejal nervioso mientras se frotaba la barba. "Se suponía que no tenían las tropas necesarias para hacerlo."

"Según los informes, un dragón y un soldado llegaron como refuerzos de la legión."

"¿Un dragón?" la voz de la persona que hizo la pregunta era grave y estaba llena de autoridad.

"Sí, Lord Cyrelas." respondió otro concejal.

Cyrelas Elsinius, era un elfo que nació hace doscientos años en la ciudad de Cloudrest. Era un típico Altmer de contextura delgada y piel color dorado, lo único raro era que sus ojos eran rojos y su cabello era blanco. Vestía una armadura de placas negra con bordes dorados, y sobre sus hombros había una gran capa de seda negra. Actualmente era el Archimago Arcano de la destruida torre de Cristal. Y también era uno de los magos más poderoso de Tamriel.

"Ummm…. Un dragón que tenía un jinete." murmuraba mientras se frotaba el mentón, pero después comenzó a sonreír. "¿Saben quién fue el jinete?"

Todos los otros consejeros Thalmor negaron con la cabeza, pues la identidad del jinete no fue vista por ninguno de los supervivientes que habían enviado la información a través de proyecciones mágicas.

"Solo hay un individuo actualmente que posee alianza con los dragones." contestó Cyrelas con burla. "El Dovahkiin."

"¿El Dovahkiin tiene dragones bajo su mando?" preguntó un concejal de forma seria.

"Es muy probable." contestó Cyrelas. "¿Qué información tenemos del Dovahkiin?"

"Solo la información que Lady Elenwen nos envió hace unos meses."

"Al parecer es un joven de quince años, su padre era un Nórdico que fue centurión de la primera legión y su madre era una sanadora Bretona." un concejal comenzó a contar lo poco que recordaba del informe de Elenwen. "El nombre del padre era Roland y la madre se llamaba Selene."

'¿Roland?' pensaba Cyrelas, mientras pensaba le llegó un sutil dolor en el pecho. Y es en ese momento que recordó al joven nórdico que lideró la vanguardia en la batalla del Anillo Rojo. "Creo que fue el joven que lideró la vanguardia en el primer choque durante la batalla del Anillo Rojo."

Todos los presentes se sorprendieron al escuchar eso.

"¡Pero nos aseguramos de matarlo a él y a su familia en Bruma hace ocho años!"

"¡Es vedad, usted mismo dio los recursos necesarios para que se haga!"

"Si, lo sé. Al parecer su vástago sobrevivió." murmuró pensativo y preocupado Cyrelas, ya que él no había previsto este resultado. "¿Qué más sabemos del chico?"

"Es el Archimago del Colegio de Hibernalia." comentó otro concejal. "También es el líder de esa chusma que se hacen llamar Los Compañeros."

"Muy bien." con la información brindada, Cyrelas ya se estaba haciendo una idea de las capacidades de combate del joven. "¿Tenemos información de algo más personal?"

"Si, al parecer está comprometido con una chica bretona y que juntos han adoptado a una niña huérfana." contestó un concejal mirando unos papeles.

"¿Sabemos la identidad de ambas?" preguntó Cyrelas. "Y aún más importante, ¿Dónde están ahora?"

"Su prometida se llama Asia Argento y la niña Marie Argento." contestó el mismo concejal que anteriormente habló. "Y en cuanto a donde se encuentran, pues no lo sabemos."

"Ya veo." suspiró Cyrelas. La información de que el chico tenía una familia podía darles una ventaja táctica, ya que al tomarlas prisioneras podrían forzarle a retirarse o incluso a que los apoye.

"Envíen a todos los espías que podamos a averiguar dónde están." ordenó Cyrelas.

Los otros concejales asintieron.

"¿Qué noticias tenemos de Elsweyr y de Bosque Valen?" preguntó otro concejal.

"Me temo que tenemos malas noticias." dijo suspirando otro concejal. "En Elsweyr hemos perdido las ciudades de Orcrest y Rimmen a manos de los rebeldes."

"Y las ciudades de Riverhold y Corinth han sido sitiadas por fuerzas combinadas de las legiones y los rebeldes de la zona." comentó otro concejal. "Además de que las ciudades de Torval y Senchal se han unido a los rebeldes."

"Entonces hemos perdido la provincia de Elsweyr por completo." suspiró Cyrelas mientras se frotaba las sienes. "Esto es un verdadero desastre."

Todos los Thalmor asintieron, pues no se esperaron esto. El Imperio debería de haber sido tomado por sorpresa por la invasión; sin embargo, ellos la evitaron e incluso le dieron vuelta a la guerra.

"Y en Bosque Valen las cosas están igual." comentó otro concejal mirando los informes. "Hemos perdido las ciudades de Refugio y Fuerte Zantonius a manos de los rebeldes Bosmer."

"Mientras que los señores de las ciudades de Hogar del bosque y Hogar Verde se han unido a los rebeldes." siguió hablando. "Las ciudades de Silvenar y Raíz Antigua se han declarado neutrales."

"Nuestro ejército en Bosque Valen se ha dividido y están situados en Arenthia y Falinesti." habló otro concejal. "Ambas ciudades deberán resistir un asedio de varios meses, dándonos el tiempo necesario para levantar otro ejército."

"Entonces debemos comenzar a reclutar más tropas." comentó tranquilo Cyrelas. "También debo informarles que el proyecto avanza de maravillas."

"Entonces, ¿podrá terminarlo antes de que esos humanos ataquen Alinor?"

"Sí, una vez que este proyecto esté terminado, el Imperio será destruido." comentó Cyrelas con una sonrisa cruel en su rostro.

Todos los miembros del concejo Thalmor comenzaron a reír, pues si ese proyecto se cumplía, nadie los detendría.

'Rían mientras puedan, idiotas.'


Castillo de Volkihar - Middas 21 de Culminación solar del 203 de la Cuarta era

La luz del sol ingresaba levemente a la que alguna vez había sido un altar dedicado a Molag Bal. Esta habitación había sido reconstruida como una sala de entrenamiento.

Asia aumentó la fuerza con la que agarraba su espada. Frente a ella se encontraba Aela, la cual mantenía una postura defensiva con su escudo en lo alto. Ambas estaban usando armas embotadas hechas de acero.

Aela dio un paso al frente y rápidamente se abalanzó contra Asia. Cuando estuvo frente a ella, dio un tajo diagonal con su espada, tajo que fue bloqueado por la espada de Asia. Asia se mantuvo lo más firme que pudo y trató de contratacar rápidamente usando una descarga de rayos, pero esta acción no tuvo éxito. Esto se debió a que Aela había previsto esto y rápidamente se había distanciado de Asia.

Al momento de ver a Aela separarse, fue el turno de Asia para atacar. Rápidamente ella se abalanzó contra Aela. Cuando estuvo frente a ella, comenzó a atacar con su espada, pero Aela bloqueaba los ataques con su escudo.

Aela esperó pacientemente mientras dejaba que Asia se cansase atacando su escudo. Cuando el ritmo de los ataques comenzó a decaer, Aela rápidamente le dio un golpe en el estómago a Asia con el borde de su escudo.

"Aghh." Fue lo único que pudo decir Asia mientras caía al suelo y sentía que no podía respirar.

Aela vio a su amiga en el suelo y se acercó a ella.

"Muerta." dijo Aela mientras apuntaba su espada al cuello de Asia.

Asia levantó la vista y trató de darle una mirada desafiante a Aela, pero debido a la falta de aire y el dolor, solo pudo hacer una mueca. Aela esbozó una sonrisa al ver a su amiga en ese estado. Negando con la cabeza, le tendió una mano. Cuando Asia tomó la mano, Aela la ayudó a ponerse de pie. Ambas amigas comenzaron a caminar fuera de la habitación donde habían estado entrenando en dirección a los baños.

"Deberías dejar de tratar de luchar de esa manera." Dijo Aela mirando a Asia. Ambas se encontraban junto a las demás chicas en los baños.

"¿A qué te refieres?" Pregunto Fortunata.

"Al estilo de lucha que intenta usar Asia." Respondió Aela. "Ella está tratando de imitar el estilo de lucha de Edzard."

"¿Y eso es algo malo?" Preguntó Laure mientras se lavaba el cabello.

"Si, el estilo de lucha de Edzard no es un estilo de lucha que Asia o cualquier otra persona pueda usar fácilmente."

Asia escuchaba a Aela hablar mientras lavaba el cabello de su hija. Asia sabía que Aela tenía razón, pues ella estaba tratando de imitar la manera de luchar de Edzard. Claro que solo era el estilo de pelea que el usaba con su espada a una mano, ya que ella no tenía ni de lejos la fuerza física para usar un mandoble en la otra mano.

"¿Y eso a que se debe?" Preguntó Gyda, refiriéndose al por qué el estilo de lucha de Edzard era tan difícil de usar.

"El estilo de lucha de Ed no solo se basa en la fuerza y en la velocidad, sino que pone un gran énfasis en el tiempo de reacción."

"¿Tiempo de reacción?" Pregunto Fridda. Si bien ella y la mayoría de sus amigas eran magas puras, le intrigaba como es que funcionaba la manera de luchar del Archimago.

"Si, el tiempo de reacción es una manera de llamar a los reflejos que posee una persona. Ed posee los reflejos más locos que he visto en una persona. Él es capaz de desviar flechas con una espada, cosa que es muy complicado. Una vez dijo que cuando lucha en serio es capaz de ver a sus enemigos moverse en cámara lenta."

"Entonces, ¿el Archimago es inmune a las flechas y cualquier proyectil mágico?"

"No, él puede desviar flechas y magia que vengan de frente, y no en muchas cantidades. Por ejemplo, si le lanzas a Ed cinco flechas, todas desde una posición frente a él, las desviará con su espada. Si en cambio le lanzas más de treinta y desde diferentes ángulos, él también las desviará, pero usara magia para hacerlo o simplemente las evadiría." respondió Aela a la pregunta hecha por Gyda.

"¿Siempre ha luchado así?" preguntó Asia.

"No, anteriormente luchaba con una espada y un escudo, pero cambió de estilo luego de una batalla."

"Oh, eso suena como una gran historia. ¿La conoces?" preguntó Laure mientras sus ojos brillaban de emoción.

Aela asintió. Lo cual hizo que todas se acercaran a ella. Entonces Aela comenzó a contar la historia.

Flashback

El aliento de Aela y sus compañeros era visible gracias al infernal frio que había. Con ella iban todos los demás miembros del círculo de los compañeros, incluso el viejo Kodlak estaba con ellos. La razón para que este grupo de licántropos estuviese reunido era muy simple, una misión. Esta misión era una misión de alto rango que había sido entregada por un mago muy rico. La misión consistía en acabar con unos daedras no vinculados que habían escapado de la fortaleza del mago.

"Maldita sea, por esto es que odio venir a Winterhold." Dijo Skjor mientras se cubría mejor con la capa de piel de oso que traía.

Todos sus compañeros estaban de acuerdo con él. El frio de esta comarca era infernal. Cuando Aela estuvo a punto de hablar, su olfato captó un ligero olor a sangre. Deteniéndose, comenzó a olfatear el ambiente, cuando de repente sus ojos se abrieron de golpe.

"¡Rápido, hay que movernos!" gritó Aela mientras comenzaba a correr en dirección norte.

Los demás miembros del grupo se quedaron quietos un momento, hasta que salieron de su estupor y comenzaron a perseguir a Aela. Ninguno de ellos sabía por qué ella estaba tan alterada. Para cuando pudieron alcanzarla vieron la razón de su accionar. Frente a ellos en un claro estaba un niño de no más de trece años armado con una cota de malla, guantes y botas de cuero. El niño tenía una espada a una mano hecha de acero en su mano derecha, y un escudo del mismo material que su espada en la otra mano.

Frente a él se encontraba un ser humanoide alto de piel color azul grisácea. Poseía un par de cuernos largos en la cabeza y su cabello era de color negro, el cual era largo y lo llevaba atado en una cola alta. vestía una especie de taparrabos rojo, iba descalzo y portaba como arma un mandoble que por la distancia parecía ser de factura daedrica. Al lado del ser había un cadáver de lo que parecía ser un Nórdico.

"¿Eso es un dremora?" Preguntó Farkas.

"No, es algo similar en apariencia, pero es más poderoso que un dremora."

"¿Qué quieres decir, Anciano? Pregunto Skjor.

"Eso es un Xivilai."

"¿Xivilai?"

"Si, un Xivilai. Una raza de daedras más poderosa que un dremora, pero es más desleal y pendenciero que ellos."

Sin embargo, antes de que pudiesen continuar hablando, vieron como el niño comenzó a correr en contra del Xivilai.

"Pequeño idiota..." Dijo Skjor mientras pensaba que el niño se dirigía a su muerte.

"Tan joven..." Se escuchaba el pesar en la voz de Kodlak.

Pero para sorpresa de todos, el niño esquivó un ataque del Xivilai. Aprovechando el hueco en la defensa del daedra, el niño comenzó a atacar con su espada, haciéndole un corte en el pecho al daedra. Lamentablemente éste no parecía sentir dolor. El Xivilai aprovechó el momento y haciendo girar su mandoble intentó matar al niño, pero este puso su escudo y logro detener el golpe. Lamentablemente el escudo de acero no pudo hacer nada contra el arma daedrica y se partió en varios pedazos.

El niño cayó al suelo mientras se agarraba el brazo izquierdo, el cual comenzó a sangrar; sin embargo, antes de que hiciese algo más, el Xivilai se acercó y dio un tajo que hirió al niño desde la cadera hasta el hombro. Y después de herirlo le dio una patada en el pecho al niño, mandándolo a volar.

El niño derrapó por el suelo hasta que se estrelló contra un árbol. El Xivilai comenzó a caminar lentamente en dirección a donde había caído el niño.

Aela vio esto y trato de ayudar, solo para ser detenida por Kodlak.

"¿Maestro?"

"No interfieras Aela."

"Pero…"

"Tranquila, el niño no morirá."

Aela intentó hablar, pero se calló cuando vio que Kodlak señalaba algo. Girando su cabeza pudo ver que el niño se estaba levantando.

"Pero ¿cómo?"

"Se está curando con magia." Respondió Kodlak a la pregunta de Skjor.

Las heridas del niño comenzaban a brillar de color dorado. Cuando sintió que estaba lo suficientemente curado, corrió para interceptar al Xivilai. Mientras corría, tomó su espada que estaba en el suelo. El Xivilai comenzó a sonreír al ver al niño correr hacia él. En su mente el niño estaba que corría hacia una muerte segura, como un animal al matadero.

El niño continuó corriendo, hasta que vio como el Xivilai intentó hacer un tajo horizontal para decapitarle. El niño rápidamente saltó y evitó el golpe. Cuando finalmente terminó de correr, se encontraba cerca del cadáver del Nórdico que había ahí. Moviendo su espada a la mano izquierda, movió su mano derecha y tomó el mandoble de acero que le había pertenecido al occiso.

Tanto Aela, como Farkas, Vilkas, Skjor y Kodlak miraban asombrados. El niño planeaba usar un mandoble como una segunda arma.

"En qué pensará ese cachorro." Dijo Vilkas mientras veía al niño y al Xivilai comenzar a caminar en círculos.

"No lo sé, pero estamos por averiguarlo. La batalla empezara pronto."

Tal y como dijo Kodlak, la batalla se reanudó.

El niño corrió contra el Xivilai. El cual contratacó usando su mandoble para intentar matar al niño, pero este respondió usando el mandoble de acero para detener el arma del daedra. El Xivilai se veía asombrado, pero continuó su ataque. Aunque eso fue en vano, ya que cada ataque que hacía era bloqueado por el mandoble del niño, el cual había comenzado a atacar con su otra espada cada vez que repelía los ataques. Causándole así algunas heridas superficiales al daedra.

"¿Realmente está pasando lo que creo que pasa?" Fue a pregunta que Skjor hizo.

"Parece que también te diste cuenta." respondió Kodlak.

"¿Qué quiere decir maestro?"

"La habilidad del niño aumenta con cada momento que se alarga esta batalla. Por cada segundo que pasa, sus golpes se vuelven más precisos y ya no hace movimientos innecesarios." Kodlak respondió a la pregunta de Vilkas.

"Si, pero cómo es posible. Ni siquiera los prodigios pueden mejorar tanto en una batalla."

"Eso es fácil de responder. El niño es un prodigio de eso no hay duda, pero también es algo más."

"¿Algo más?" Preguntó Aela.

"Si." Respondió Kodlak mirando más de cerca la batalla. En su rostro comenzó a aparecer una sonrisa. Cada vez que el niño golpeaba el arma contra el daedra, ya no veía a un niño de cabellos negros, sino que veía a un diamante en bruto sin pulir. Un diamante con el potencial de ser uno de los mortales mas poderosos de esta era. Al terminar de pensar eso, Kodlak por fin entendió lo que pasaba.

"¿Sabe por qué mejora tanto en tan poco tiempo?" Preguntó Farkas.

"Si…, ese niño es un mortal guiado por la fatalidad."

La respuesta de Kodlak asombró a los miembros del circulo. Ellos comenzaron a ver mejor al niño, si lo que decía su maestro era cierto, el niño era un héroe de los Pergaminos Antiguos.

El niño y el daedra continuaban su intercambio de golpes, pero era visible que el mandoble del niño no resistiría más. Y eso se demostró cuando, en un choque, el mandoble de acero se terminó por romper. El Xivilai sonrió al ver el arma del niño destruirse, rápidamente movió su mandoble para intentar matar al niño. Lamentablemente, el niño fue más rápido y movió su espada hacia la cara del daedra.

"Aghhh." Fue lo único que pudo gritar el Xivilai mientras la espada le atravesaba el ojo derecho. La espada logró atravesar el cerebro del daedra, matándolo en el acto.

El niño cayó al suelo e intentó levantarse solo para caer; sin embargo, nunca tocó el piso, pues Aela se había movido rápidamente y lo había atrapado.

"Aela, ¿Cómo está el mocoso?" Pregunto Skjor cuando se acercó.

"Está bien, solo está agotado." Respondió Aela, pero parpadeo cuando vio el rostro del niño. "Espera, yo lo conozco."

"¿Qué quieres decir?" Preguntó Kodlak.

"Es el mismo niño que evitó que un gigante matara a Farkas."

Fin Flashback

"Espera, ¿el Archimago se enfrentó a un Xivilai cuando tenía trece años?" Dijo Laure sin poder creer lo que acababa de escuchar.

"Lo creas o no, esa es la verdad." dijo Aela antes de mirar a Asia.

"Asia, la cicatriz más grande que tiene Ed en el pecho fue hecha por ese daedra."

Asia se quedó quieta mientras terminaba de escuchar el relato. Para ella, Edzard era alguien increíble. Era alguien muy fuerte y lo que acaba de escuchar solo hacía que sintiera que no era digna de estar con alguien como él.

Cuando terminó el baño, todas se habían ido a sus respetivas habitaciones. Cuando Asia estaba que se dirigía a su habitación fue abordada por Serana, la cual recién había llegado de visitar Soledad. Ella le entregó una carta que Edzard había enviado al Castillo Severo.

Ya estando en su habitación y habiendo dejado a su hija durmiendo en la cuna, procedió a abrir la carta.

Querida Asia.

Espero que esta carta te encuentre bien de estado de salud, tanto a ti como a Marie.

Hay muchas cosas que quisiera contarte, pero lamentablemente no puedo,

actualmente me encuentro en Bravil.

Hemos logrado detener a los Aldmer y a la vez hemos podido levantar el asedio a la ciudad,

gracias a eso, ahora he sido ascendido de Legado a General.

Rezo todos los días para que esta guerra acabe pronto y poder volver a vernos.

Sinceramente y siempre tuyo.

Edzard.

Asia suspiró cuando terminó de leer la carta. Una pequeña sonrisa comenzó a aparecer en su rostro, se sentía aliviada ahora que sabía que la guerra no había tenido ningún contratiempo. Gracias a esta victoria, el Imperio aún mantenía la delantera y si todo salía bien solo sería cuestión de tiempo para que esta guerra terminara.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Bien, no sé cómo decir esto, pero lo siento. La verdad es que capítulo estaba planeado para inicios de agosto, pero algunas cosas salieron mal. Para empezar, me fui de vacaciones desde el 29 de julio a Piura, y como se sabe hubo un movimiento sísmico en esa región, para mi buena suerte nadie de mi familia salió herida, pero no puedo decir que no hubo perdidas, la primera fue mi laptop a la que le cayó el soporte de la televisión, luego se quemó el sistema eléctrico de mi casa por allá, así que estuve como dos semanas sin luz. Estuve en Piura hasta hace diez días, y recién me he podido comprar otra laptop.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un comentario si les gusto el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.