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Capítulo 17

No era el joven más honesto, pero era el más valiente que alguna vez vi… Cuando lo conocí, aún era un joven auxiliar…. Y desde el momento en que lo vi, me enamoré de él. —

Fragmento del diario de Selene Cumberland.

Markarth – Morndas 20 de Mitad del año del 01 de la Quinta era

Las chispas saltaban de la hoguera que iluminaba y mantenía caliente la habitación mientras Asia se encontraba sentada frente a un telar. Estaba que terminaba de tejer una capa para su hija. Si bien ella podría comprarla, las tradiciones dictaban que la ama de la casa era quien debía de confeccionar las prendas para la familia. La razón por la que ella y Edzard compraban todo antes era porque aún no estaban casados.

Asia soltó un suspiro cuando recordó el caos que fueron los días posteriores a su boda.

'Esos días fueron un infierno para Ed.' Pensó Asia mientras terminaba de tejer.

Los días que debieron de ser felices para ella y su familia, fueron caóticos y angustiosos, sobre todo para Edzard, ya que tanto ella como Marie habían estado indispuestas. Marie había estado encerrada en un capullo de luz por tres días. Según Edzard, este capullo de luz era tan fuerte que por un segundo pensó en usar su Thu'um de espada de relámpago para destruirlo, pero al final no lo usó, ya que temía que podría lastimar a Marie en el proceso.

Su caso fue peor. Ella estuvo una semana en coma. Según Serana, su cuerpo había estado ardiendo en fiebre, además de que en varios momentos se escucharon los sonidos de sus huesos romperse. Según Aela, Edzard solo se había separado de su lado cuando Marie había salido del capullo de luz. Aunque la verdad era que él se había levantado de la silla y caminado unos cuantos pasos, ya que tanto ella como su hija habían sido puestas en la misma habitación.

Cuando despertó y vio a su hija, comenzó a entrar en pánico. Mientras todos los magos que estaban en el castillo intentaban descubrir lo que había sucedido, Edzard la había llevado a un lugar apartado para poder hablar. Le había contado de que el ya no era un mortal, que ahora era un Dovah en forma humanoide. Ella le exigió a Edzard que le contara todo mientras lo amenazaba con una olla. Al final, ambos llegaron a la conclusión de que ese no pudo haber sido el motivo del cambio de su hija.

Así que, al final, ni ella, ni Edzard, ni nadie de los que estaban en el castillo en esos días sabía lo que había pasado. Todos habían estado angustiados hasta que un grito hizo remecer el castillo.

Todos, menos Edzard, se habían asustado. Cuando lo vieron tan tranquilo, le preguntaron qué pasaba. Él les respondió que los estaban convocando a él y a su familia a Alto Hrothgar.

Dos días después de esa convocatoria, se fueron hacia la garganta del mundo. Edzard los había llevado volando, ya que no querían perder tiempo en un viaje a carreta. Cuando llegaron a monasterio fueron recibidos por Arngeir, quien les saludo y les dijo que habían sido convocados por Paarthurnax. Así que, al día siguiente, subieron a la cima de la montaña.

"Mamá."

La voz de su hija la sacó de sus recuerdos. Girando la cabeza, la vio entrar a la habitación.

"¿Qué pasa querida?" Asia preguntó cuando vio el cabello rubio de su hija.

Si, cabello rubio. Eso fue lo primero que vio cuando despertó. Su hija había cambiado. Ahora era casi una mini versión de ella. Su piel era del mismo tono que ella, su cabello castaño cambio al mismo tono de rubio que el de ella, solo que sin su mechón característico. Sus ojos se volvieron del mismo tono de verde que los de Edzard, además de que también tenían la pupila rasgada como Edzard antes de volverse un Dovah humanoide.

"Quiero salir." Respondió Marie.

Asia sonrió y se levantó. "Esta bien. Primero hay que cambiarte a ropa más abrigadora."

Marie asintió y con una sonrisa comenzó a correr hacia su habitación.

Asia negó con la cabeza y decidió seguir a su hija. Mientras caminaba, comenzó a recordar cómo habían descubierto que ella y Marie habían cambiado.

Flashback

El sol se reflejaba en la nieve que coronaba la cima de la montaña más alta de Tamriel. Edzard, Asia y Marie se encontraban mirando al dragón blanco después de subir el peligroso sendero desde el monasterio.

"Drem Yol Lok. Bienvenidos a mi strunmah… mi montaña."

Edzard se adelantó y saludó al viejo dragón. "Drem Yol Lok. Zeymah."

El viejo dragón asintió y comenzó a mirar a Asia y a Marie.

"Así que ellos son tu compañera y tu hija."

Edzard asintió y le hizo señas para que se presenten.

Asia dio un paso al frente y habló. "Soy Asia Argento Cumberland. Es un gusto conocerte."

Paarthurnax miró a Asia fijamente hasta que dio un asentimiento.

Marie, por su parte, miraba asustada al dragón.

"Y ella es mi hija. Su nombre es Marie Cumberland Argento Edzarddottïr." Dijo Edzard mientras le daba empujoncitos a Marie.

Marie se paro frente a Paarthurnax e hizo una reverencia. Luego de eso, volvió a esconderse detrás de Edzard.

"Lo siento. Normalmente no suele ser tan tímida." Dijo Edzard mientras miraba a su hija. Esto lo decía porque Marie normalmente solía estar feliz por conocer a alguien nuevo.

Paarthurnax no respondió, solo se quedó mirando a Marie y a Asia.

"¿Zeymah?" preguntó Edzard.

"Vomindok fez…. Un resultado inesperado." Respondió Paarthurnax.

Edzard levantó su ceja en confusión. "¿Qué quieres decir?"

Paarthurnax comenzó a moverse mientras explicaba lo que pasaba.

"La Sossedov los mul…. La sangre del dragón corre fuerte en tu hija."

Las palabras de Paarthurnax dejaron helados tanto a Asia como a Edzard.

"¿Cómo que la sangre del dragón?" preguntó Edzard.

"Sencillo. Su hija tiene la Sossedov…. La sangre del dragón corre con fuerza por las venas de tu hija. Además de que también está presente en tu esposa, pero de una forma más diluida."

Tanto Edzard como Asia no sabían que decir. Esta respuesta los había dejado mudos. Edzard dio un paso adelante y preguntó. "¿Cómo paso eso?"

"Cuando ustedes copularon esa Vulon… esa noche. Tu le diste parte de tu Suleyk… tu poder. Iniciaste en ellos un nuevo Miir… un nuevo camino."

Asia no entendía y decidió preguntar. "¿Qué camino es ese?"

"Ul… eternidad. Ustedes no son más Joor… mortales. Ahora son Unslaad… inmortales."

Fin flashback

Asia dejó de recordar cuando sintió que tiraban de la falda de su vestido, bajando la mirada, vio a su hija mirándola. Sonriendo, comenzó a cambiarle su ropa a Marie. Cuando termino de hacerlo, Marie vestía un vestido de lana con una capa de piel y pequeñas botas forradas de piel.

Al ver a su hija ya lista, Asia comenzó a ponerse un vestido mas abrigador que el que llevaba puesto. Mientras se cambiaba terminaba de recordar lo que había pasado ese día.

Flashback

"Entonces, ¿Edzard puede convertir a otros en una versión degrada de si mismo?" preguntó Asia.

"Si. Edzard puede dar la Sossedov… la sangre del dragón a otros."

"Ya veo. ¿Pero cómo es posible eso?"

"Cuando Krif… luchaste contra ese Diil… ese litch terminaste de convertirte en un Dovah. Pero tu sos… tu sangre tenía algo más, tenías la Sossegrohiik…. La sangre de los lobos."

"Entiendo. Eso hizo que al igual que los hombres lobo yo también pueda convertir a un mortal al compartir mi sangre. Como si de una enfermedad se tratase."

Paarthurnax asintió y habló. "Koogan… bendición, sí. Krasaar… enfermedad, no. Tu das una Koogan… una bendición, no una Krasaar… enfermedad."

"Bien, ya entendí eso. ¿Pero cómo es que Marie tiene sangre de dragón?"

Paarthurnax soltó una risa divertida. "Eso fue un regalo de Bormah. Él y Mara han convertido a su hija adoptiva en su hija biológica."

Edzard y Asia parpadearon y luego gritaron. Ya que al fin entendieron quienes les habían hecho preocupar esos días.

"¡Akatosh!"

"¡Mara!"

Luego de gritar, Edzard comenzó a maldecir en todos los idiomas que conocía. Asia por su parte, le tapó los oídos a Marie para que no aprendiese insultos en siete idiomas diferentes, ya que Edzard había insultado en Ayleidoon, Ehlnofex, Ta'agra, Elvish, Yoku, Italiano y Latin.

Cuando Edzard se tranquilizó, el viejo dragón terminó de contar lo que sabía. Les contó que Asia había sufrido una metamorfosis, la cual le permitiría acceder a todo el poder de su sangre bretona. Además, que su alma ahora estaba en sintonía con su constelación de nacimiento, lo que le permitirá acceder a su bendición. Algo que ella no había tenido por haber nacido fuera de Nirm.

"Ya veo." dijo Edzard con la mano en la barbilla. Mirando a su alrededor, vio a su hija bostezar. "Zeymah. ¿Puedes brindarme la información de manera más rápida? Marie podría dormirse en cualquier momento y prefiero que lo haga en su cuna."

Paarthurnax asintió. Un aura multicolor salió del cuerpo del viejo dragón y se dirigió hacia Edzard.

"Ya veo. Así que eso ha pasado." Dijo Edzard al recibir todo el conocimiento de lo que había sucedido.

Fin flashback

Asia dejó de recordar y se puso una capa sobre los hombros. Caminando, tomó la mano de su hija y salieron de la casa en la que estaban. Cuando estuvieron fuera, el viento meció el cabello de ambas.

"¿Qué quieres hacer?" preguntó Asia a su hija.

Marie miró la llanura en la que vivía actualmente. Lo estuvo haciendo durante mucho tiempo, hasta que comenzó a caminar hacia un árbol. Al llegar al árbol, se aferró a las barras de madera que formaban el mirador.

Desde ese punto se podía ver todas las montañas y picos que conformaban la Cuenca. Además, el cielo color naranja del atardecer hacia que la vista fuera mas bonita de lo normal.

"Ten cuidado. Podrías caerte." Dijo Asia llegando al lado de su hija.

"Mamá. ¿Cuándo volverá papá?" preguntó Marie.

"Debería volver pronto." Respondió Asia mientras le frotaba la cabeza a su hija.

Hablar de Edzard hizo que ella recordara lo que él le había dicho sobre sus cambios. Gracias a la sangre de Edzard, ella obtuvo las habilidades completas de una habitante de Nirm. Además, también había recibido una habilidad muy útil. Una habilidad que permitía aprender y dominar un idioma nuevo rápidamente. Lamentablemente, no podía usar el Thu'um, ya que no poseía la sangre de Akatosh ni tampoco era una nórdica.

Marie también ha obtenido esas habilidades. Siendo esta la razón por la que ella ya podía hablar y conocer el significado de varias palabras a pesar de ser solo una niña que casi tenía dos años de edad. Además, la sangre del dragón corría por sus venas al ser hija de un Dovahkiin. Y esto le permitía acceder al rápido aprendizaje y manejo del Thu'um.

Asia dejó de pensar en eso y se puso a disfrutar de la vista del mirador junto a su hija. Luego de unos momentos, dejó de mirar el paisaje que le brindaba vivir en la cordillera de las montañas Druadach y posó su vista en la casa donde vivía. La casa era una cabaña grande hecha de madera. Se veía exactamente como el hogar de la Brisa. La casa había sido construida en secreto por Edzard antes de su boda. Habían venido a este lugar para mantenerse ocultos y alejados de los problemas políticos que acosaban a Edzard. Además, el aprovechó la soledad para seguir estudiando sobre la magia de las sombras.

Edzard había avanzado mucho en su estudio de la magia de las sombras. Su primer logro fue la creación de una pseudo shadowkey. Las shadowkey originales eran artefactos daedricos que brindaban muchas habilidades a los usuarios; sin embargo, la shadowkey de Edzard solo le permitía teletransportarse mediante la apertura de portales. El solo podía teletransportarse a lugares que ya haya visitado.

Cuando dejó de ver la casa, se percató de que Marie no estaba a su lado. Mirando el lugar, vio a su hija caminar hacia ella con algo en las manos.

"Mamá. Mira lo que he encontrado." Dijo Marie mostrándole a Asia lo que había encontrado.

Asia miró lo que había encontrado su hija y sonrió. Marie había encontrado champiñones. "Ya veo. ¿Dónde los encontraste?"

"Por allí." Dijo Marie mientras señalaba una ladera con mucho musgo.

Asia caminó hacia allí y retiró el musgo. "Una cueva."

Marie llegó donde su madre y vio la cueva. Guiada por la curiosidad, se adentró un poco en ella. Mientras caminaba, vio como había varias plantas similares a las que había encontrado antes. Tomando una, estuvo por salir, pero se detuvo cuando escucho un sonido extraño.

Mirando hacia la dirección del sonido, sus ojos se abrieron cuan vio una criatura salir de la oscuridad. La criatura era un insecto de gran tamaño de color negro con dos tenazas en la cabeza.

"¡Mamá!" gritó de miedo Marie mientras corría hacia la entrada.

Asia vio como un cauro perseguía a su hija. Rápidamente creó una lanza de hielo y se la lanzó al bicho. La lanza impactó en la cabeza del bicho y lo mató.

"¡Marie!" gritó Asia mientras tomaba a su hija en sus brazos.

Marie lloraba en el pecho de su madre, mientras ella frotaba su espalada y le susurraba palabras tranquilizadoras.

Asia miró la cueva y creó una barrera de hielo para sellar la entrada. No quería que otro de esos bichos saliese y causara problemas. Ya mañana se dedicaría a limpiar la cueva. Luego de hacer eso, se dirigió a la casa y dejó a Marie en su cuarto.

"Mamá." Dijo Marie mientras miraba a Asia llegar a la puerta de su habitación.

"Si. ¿Qué sucede?"

"¿Puedo dormir contigo?"

Asia miró a su hija y vio que sus ojos mostraban miedo por lo que acababa de pasar. Así que caminó hacia la cama y volvió a cargar a su hija hasta la habitación principal de la casa.

Ya en la habitación, dejó a su hija en la cama y se cambio de ropa. Cuando se puso su camisón, caminó hasta un estante y sacó un cuento infantil. Sentándose en la cama, comenzó a leerle la historia a su hija.


Ciénaga Negra - Middas 22 de Mitad del año del 01 de la Quinta era

Edzard se encontraba caminando por los pantanos que componían una de las zonas mas inaccesibles de la región natal de los Argonianos. Había llegado a este lugar volando en su aspecto dragón luego de pedirle a Odahviing que lo dejara por la frontera entre Cyrodill y Ciénaga Negra.

"¿Cómo soportan vivir aquí los Argonianos?" dijo Edzard mientras escaneaba con la mirada la zona.

Él estaba caminando sobre las aguas de un pantano, había logrado matar a varias criaturas que habían intentado matarlo, criaturas tales como: Wamasus, reptiles de gran tamaño que cuentan con una piel muy dura y con habilidades de usar rayos. Hackwings, grande pájaros con picos como sierras y Leviatanes del pantano, reptiles muy parecidos a los dragones con la única diferencia en que no eran inteligentes y no volaban.

Además de esos peligros, también había sobrevivido a otras criaturas tales como voriplasmas y moscas de la carne. Estas criaturas tendían a atacar en emboscadas, por lo que Edzard llevaba activo el hechizo de manto de relámpagos. De esa manera, había logrado matar a cualquier insecto o ser que lo atacase por sorpresa.

Edzard estuvo caminando por un buen rato, hasta que vio un buen lugar para lo que planeaba hacer. El lugar elegido era un zigurat muy antiguo. Caminando, Edzard ingresó a la ruina.

Caminó por horas, desafiando a cientos de criaturas como no muertos, bestias y otros seres que moraban el interior de la ruina. Suspiró cuando logro llegar a la sala final de la ruina.

"Este parece un buen lugar." Dijo Edzard mientras dejaba su mochila en el suelo.

Edzard comenzó a dibujar varios grabados en las esquinas de la habitación. También colocó algunos pedestales y confeccionó trampas mágicas. Cuando vio que todo estaba listo, tomó su mochila y se dirigió al centro de la sala. Tomando una pala, excavó un gran agujero.

"Muy bien. Terminemos con esto."

Edzard tomó su mochila y sacó de ahí un libro. Este libro tenía la cubierta hecha de cuero tan negro como la noche. Además de que contenía un grabado tribal que simbolizaban a Hermaeus Mora. Este era un libro negro, un libro que contenía una gran cantidad de conocimiento mágico y esotérico. Era el ultimo libro que le quedaba. Había escondido el resto en diversas partes de Tamriel. Unos en Cyrodill, otros en Bosque Vallen, otros en Elsweyr. Todos escondidos en lugares muy peligrosos, lo suficiente como para desanimar a cualquier aventurero.

Luego de colocar el libro en el agujero, Edzard comenzó a llenarlo con tierra. Cuando el agujero estuvo completamente cubierto, se alejó y se preparó para crear la barrera que protegería el lugar. Cuando estuvo por comenzar el hechizo, tuvo que saltar, ya que una especie de baba verde impactó en el lugar donde había estado parado.

"Sabes. Me preguntaba a qué hora mandarías a tus esbirros a detenerme. Mora." Dijo Edzard mirando como frente a él aparecía un ser grotesco hecho de tentáculos y ojos.

"Dovahkiin."

"Vaya. Que sorpresa que no me llames adalid." Dijo Edzard con una sonrisa.

"He tolerado tus acciones por mucho tiempo." dijo Mora. "Pero ya me he cansado. Tendré que hacerte recordar que tú me perteneces."

"Lo siento, pero estoy casado. Y amo mucho a mi esposa como para abandonarla." Bromeo Edzard con una sonrisa.

Mora respondió a la broma de Edzard abriendo varios portales a su reino. De estos portales aparecieron varios ahechadores. Los acechadores son las criaturas que habitan del reino de Hermaeus Mora. Tienen una altura similar a la de los gigantes. También tienen cara de pez y visten una armadura que parece estar hecha de algas endurecidas.

Los acechadores cargaron contra Edzard, quien también se abalanzó contra ellos. Cuando estaba a medio camino de llegar, desenfundó su espada. La espada era una espada larga de una mano hecha con un material llamado Sthalrim. Dando un gran salto, hizo un corte en el cuello del acechador. La espada cortó la carne con facilidad, demostrando así por que el Sthalrim se consideraba un material mas fuerte que el acero y tan frio como la muerte.

El cuerpo del acechador desapareció en un vórtice purpura. Edzard esquivó la baba de otro acechador, para luego correr hacia él y usando un hechizo de relámpagos le convirtió en cenizas. El resto de los acechadores comenzaron a atacarlo de manera simultánea, pero Edzard esquivaba sus ataques y contratacaba rápidamente.

La batalla se había estancado, ya que cada daedra que moría era reemplazado rápidamente por otro. Esto había llevado a Edzard a idear una manera de sacarlos de ahí. Si bien la batalla era agotadora, Edzard sabia que Mora no podía abrir muchos portales, ya que la barrera que protegía Nirm hacia que los príncipes daedricos gastasen mucho poder para enviar a sus esbirros a Tamriel.

Tomando su mochila, Edzard trató de salir de la habitación. Esta acción hizo que los daedras le persiguiesen.

Edzard corrió por los pasadizos de la ruina hasta que encontró una ventana. Dando un salto, salió hacia el exterior.

Los daedras lo siguieron, pero no fueron los únicos, ya que Mora también había salido de la torre.

"¿Qué planeas Dovahkiin?" preguntó Mora sin entender por qué Edzard había abandonado la habitación donde estaba sellando el último libro negro.

Edzard sonrió mientras levantaba su mano.

"Nada importante. Solo crear la barrera." Dijo Edzard mientras chasqueaba los dedos.

En el interior de la ruina, en la habitación donde Edzard había estado, apareció una barrera. Esta barrera estaba generada por cuatro gemas de almas negras. Estas gemas poseían las almas de los concejales Thalmor. La barrera había sido diseñada para ser muy parecida a la barrera del templo de la Visita Nocturna, por lo que la barrera debería de ser imposible de pasar.

Luego de crear la barrera, Edzard dio un gran salto y mientras estaba en el cielo, junto una descomunal cantidad de magia en su mano izquierda. Extendiendo dicha mano, liberó un hechizo. El hechizo que Edzard había usado se llamaba sol prohibido. El hechizo estaba lo suficientemente sobrecargado para que la bola de fuego en forma de sol sea tan grande como una casa pequeña.

¡BOOOM!

El hechizo causó una gran explosión que hizo temblar la tierra y engulló todo lo que había en unos cincuenta metros a la redonda.

Edzard aterrizó en un cráter cuyos alrededores eran un yermo chamuscado. En este yermo, los cadáveres carbonizados de los acechadores comenzaron a volver a Oblivion para reformarse.

"No creas que me he olvidado de ti. Mora." dijo Edzard mientras apuntaba su espada contra el príncipe daedrico. "Dejemos algo claro. No soy tu esclavo, ni el de ningún príncipe daedrico."

Edzard aumentó el agarre en su espada y gritó. "¡QO! ¡ZAHKRII!"

La espada de Edzard generó una gran cantidad de rayos, los cuales se liberaron en una ráfaga, la cual impactó en la forma corpórea de Mora, haciendo que se desmaterialice de Nirm.

Suspirando, Edzard vio su espada resquebrajada.

'Tuve suerte de que os príncipes daedricos no pueden usar todo su poder cuando vienen a Nirm. De lo contrario, Mora habría barrido el suelo conmigo.' Pensó Edzard mientras envainaba cuidadosamente su espada. Mirando hacia la ruina, Edzard sonrió. Al fin se había desecho de una de sus mayores cargas. Suspirando, tomó su Shadowkey y abrió un portal hacia otro lugar al cual debería de ir antes de volver a su casa.


Markarth – Loredas 25 de Mitad del año del 01 de la Quinta era

Los ojos de Asia comenzaron a abrirse. Bostezando, se froto los ojos. Cuando terminó de hacerlo, vio que aún era de noche. Mirando a su lado, vio que su cama estaba vacía.

'Ed. ¿Dónde estás?' pensó Asia mientras se levantaba de la cama.

Caminando hacia la ventana de la habitación, vio a Edzard en el mirador que se encontraba a las afueras de la casa. Suspirando, caminó hacia el ropero para ponerse ropa. Mientras caminaba, pasó por un espejo. Mirando el espejo pudo ver su cuerpo.

Ella había cambiado físicamente desde el día de su boda. Inicialmente, antes de casarse, ella medía un metro cincuenta y cinco centímetros de alto, pero ahora medía un metro sesenta y dos centímetros. Sus pechos antes medían ochenta y tres centímetros y ahora medían noventa y uno. Sus caderas se habían mantenido en su medida en cincuenta y cinco centímetros. Y su trasero había crecido de ochenta y un centímetros a noventa.

Otra cosa fue que ella ahora tenía un tatuaje mágico en su espalda. Este tatuaje era color dorado claro y tenía una forma similar a la de un ángel. Edzard también tenía uno que se encontraba en la parte derecha de su tórax. El tatuaje de Edzard era de color negro y tenia la forma de un dragón devorando un sol, el cual se ubicaba en el corazón de Edzard. Estos tatuajes no eran solo estéticos, sino que también servían como supresores de su poder y aura. Edzard los creó para que pudiesen pasar desapercibidos en la tierra.

Poniéndose un vestido, salió de la casa y camino hacia Edzard.

Edzard se encontraba mirando los dos objetos que tenia en su mano. Estos eran dos anillos. Eran los anillos que habían usado el Duque Nathaniel y el Rey Emeric cuando Vivian. Ambos anillos llevaban grabados la heráldica de la familia Cumberland. Edzard los había encontrado luego de dejar la región de Ciénaga Negra.

'Tuve suerte de que no necesité usar mucho mi espada, de lo contrario hubiese tenido que buscarme otra por ahí.' Pensó Edzard.

El pensar en su espada hizo que Edzard recordase la espada que le había regalado a su esposa. Una espada poderosa en toda regla. Había sido muy difícil de crear esas dos espadas, la que le dio a Asia y la que guardo para sí mismo. El procedimiento había sido agotador y muy difícil de hacer. Primero, tuvo que convertir el mineral de Hierro meteórico que tenía en lingotes. Para hacerlo, tuvo que hacer que Odahviing y Paarthurnax lanzasen alientos de fuego para fundir el mineral. Segundo, tuvo que viajar a la fragua de Aetherius para forjar las espadas. Las hojas habían requerido tres días de trabajo. El pomo, la guarda y el mango de cada espada había sido trabajado por separado. Tercero, tuvo que encantar por separado cada parte y luego tuvo que crear un nexo mágico para que los encantamientos estuviesen armonizados y funcionasen de la mejor manera posible. Cuarto, tuvo que ensamblar las espadas y cerciorarse de que los encantamientos funcionaban bien. Al final, el crear ambas espadas le había tomado dos semanas de trabajo extenuante donde solo se detuvo para comer y beber agua.

Levantando la vista, miró las dos lunas y las estrellas. Una pequeña sonrisa se extendió en su rostro cuando escuchó a alguien intentar acercarse furtivamente.

"Para alguien que nació bajo la constelación de la sombra, eres pésima en sigilo." Dijo Edzard sin voltear a mirar a quien le hablaba.

"Mou. Eres cruel." Dijo Asia con un puchero para luego sonreír mientras abrazar a Edzard por la espalda. "Un Septim por lo que estás pensando."

"Nada importante." Respondió Edzard.

"La ultima vez que me dijiste eso me ocultaste el hecho de que estabas dejando de ser mortal."

Edzard sonrió. "Nunca vas a dejar pasar eso, ¿verdad?"

Asia solo sonrió.

"Si tanto quieres saber. Solo estoy pensando en el nombre de todos los hijos e hijas que tendremos hasta que se acabe el mundo."

La cara de Asia comenzó a ponerse roja y a tartamudear. "Hi… hi … hijos… hi… hi… hijas…"

"Ja, ja, ja." Reía Edzard. "tranquila solo es una broma."

Asia dejó de tartamudear e hizo un puchero. "Ump."

"Asia, extiende tu mano."

Asia parpadeó, pero extendió su mano.

Edzard, al ver la mano extendida, puso el anillo del Duque Nathaniel ahí.

"¿Qué es esto?" preguntó Asia mirando el anillo.

"El anillo sello que usó el duque Nathaniel y todos sus descendientes. En pocas palabras, el anillo que heredaría tu padre."

"Ya veo." Dijo Asia mirando al anillo con tristeza. "Gracias. Ed."

Asia guardó el anillo en uno de los bolsillos de su vestido. "Ed. ¿puedes agacharte un poco?"

"¿Por qué?"

"¿Creo que tienes algo en la frente?"

Edzard se agachó y cuando lo hizo fue besado por su esposa.

"Parece que me había equivocado." Dijo Asia con una sonrisa cuando se separó.

Edzard se quedo quieto un momento. Luego de eso, sonrió y besó a su esposa.

"Entonces, Ed. ¿Cuánto falta para viajar a la Tierra?"

"Mes y medio. Ya casi está todo listo."

"¿Qué falta?"

"Terminar de desarrollar el hechizo. Reunir todo lo que necesitaremos y solo algunas cosas más." Respondió Edzard mientras daba un suspiro.

"Ed. ¿Qué te preocupa?" preguntó Asia preocupada.

"Antes de volver me reuní en secreto con Maximilien. Hablamos sobre el concejo de Ancianos"

"Ya veo. ¿Tan mal estaban las cosas en el concejo de Ancianos?" preguntó Asia con preocupación. Ella sabía que el concejo estaba causando problemas.

"Peor de lo que creía. Las dos facciones estaban por declararse una guerra abierta." respondió Edzard para luego comenzar a contar lo que pasó en la reunión.

Flashback

Edzard se encontraba sentado frente al actual emperador de Tamriel.

"Entonces. ¿Cómo te trata la corona?" preguntó Edzard.

"Ahhh…. No tienes idea de lo jodido que es ser emperador. En especial con los problemas recientes." Respondió Maximilien suspirando.

Edzard alzo una ceja. "¿Qué problema hay ahora?"

"El consejo de Ancianos."

"Ohh, mierda. No me digas. Las facciones están que se pelean como perros."

Maximilien asintió. "Si, aunque extrañamente tú facción es la que más presiona para que seas emperador."

Edzard suspiró. "Aún siguen con esa mierda. Ya les he dicho que no quiero ser emperador."

"Tienes razón en eso. Ser emperador es un puto lio. No entiendo como el abuelo pudo mantenerse cuerdo." Dijo Maximilien con una mueca.

"¿Por qué crees que abdicó tan pronto como terminó la guerra?" preguntó retóricamente Edzard mientras hacia una sonrisa de burla.

Maximilien se quedo en blanco y luego suspiró. "Tienes razón."

"Entonces. ¿Habrá una guerra civil?"

"Tal vez."

"Maldita sea. Esos idiotas realmente quieren escupir sobre sacrificio de los muertos que dejó la guerra." Dijo Edzard con enojo.

"A la mayoría de esos ancianos no les importa mucho los soldados." Respondió Maximilien.

"Si. Me acabo de dar cuenta." Dijo Edzard.

"¿Tienes alguna idea para evitar una maldita guerra civil?"

Edzard miró al emperador y puso una sonrisa que decía yo se algo que tu no.

"¿Ed?". preguntó Maximilien con curiosidad por lo que podría haber planeado su viejo amigo. "¿Qué planeas?"

"La guerra no sucederá si uno de los dos desaparece."

"¿Qué vas a hacer?" preguntó temeroso Maximilien.

"Voy a dejar Nirm con mi familia."

Maximilien se quedó en shock. "¡¿Cómo que vas a dejar Nirm?!"

"Me voy a otro mundo." Respondió Edzard sobándose los oídos. "No te preocupes. Ya sabes. Es normal que los Héroes desaparezcan luego de realizar una cierta cantidad de grandes hazañas."

Maximilien intentó replicar, pero no pudo. Edzard tenía razón. Siempre pasaba lo mismo. Los héroes de los pergaminos antiguos desaparecían de la faz de la tierra luego de realizar las acciones que los catalogaban como héroes. Al final, solo quedaban algunos descendientes esparcidos por el mundo.

"¿Crees que eso evitara la guerra?"

"Si. Sobre todo, si soy yo quien lo dice frente al consejo."

Maximilien asintió y se levantó. "Bueno, amigo. ¿Empezamos?"

Edzard sonrió y se levantó de su silla.

Ambos amigos comenzaron a dirigirse a la sala del consejo de Ancianos para terminar con este problema.

Fin Flashback

"Supongo que dijiste una versión tergiversada de la historia real, ¿verdad?" preguntó Asia.

"Si. Les dije que viajaríamos a explorar Atmora."

"Supongo que muchos se quejaron."

"Si. Muchos comenzaron a decir que no debía de dejar Tamriel. Pero al final, expulsé un poco de mi poder y los hice desmayarse." Dijo Edzard con una sonrisa en el rostro. "Por suerte, eso parece que los asustó lo suficiente para que no ocurra una guerra civil."

"Ya veo." Dijo Asia con una sonrisa.

"Bueno. Deberíamos ir a dormir. Después de todo, aún debo de terminar el hechizo para ir a la Tierra." Dijo Edzard mientras tomaba la mano de Asia.

Asia asintió. Y ambos caminaron hacia su casa.


Asia se encontraba acostada sobre el pecho de Edzard mientras descansaban. Ambos se encontraban en su cama vestidos con sus respectivas ropas de dormir. Habían intentado dormir, pero al final no pudieron. Así que se pusieron a charlar.

"Ed." Dijo Asia levantando la vista para ver a Edzard a los ojos.

"Si." Dijo Edzard dejando de ver el techo.

"Quiero que me prometas algo." Dijo Asia con preocupación en sus ojos.

Edzard alzó una ceja. "Esta bien. ¿Qué quieres que te prometa?"

"Prométeme que si consigues una concubina no me vas a dejar de lado."

Edzard abrió los ojos por lo que escuchó. Mirando a los ojos de su esposa, vio preocupación y miedo.

"¿Por qué preguntas algo como esto?"

"Aela y Serana mencionaron que…"

"No deberías hacerles caso. Si bien es cierto que puedo tener concubinas, nunca lo haría sin tu permiso." Dijo Edzard mirando a Asia a los ojos.

"¿Mi permiso?" preguntó Asia.

"Si. Eres mi esposa y la madre de mi primogénita. Nunca te dejaría de lado." Respondió Edzard con una sonrisa mientras acariciaba la cabeza de Asia.

Asia miró a Edzard y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

"Lo siento… lo siento. Fue una pregunta estúpida." Dijo Asia entre llantos.

"No tienes que disculparte. Es normal que tengas esas preocupaciones luego de lo que te contaron Serana y Aela. Por cierto, ¿Qué te dijeron exactamente?" dijo Edzard mientras secaba las lagrimas de Asia.

Asia dejó de llorar y se sonrojó.

"Ellas dijeron que tu podrías tomar una amante como concubina si yo no podía lograr satisfacerte…"

'Esas idiotas.' Pensó Edzard mientras ponía los ojos en blanco. Ellas le habían mencionado eso a Asia como una broma. Una broma de muy mal gusto. Dando un suspiro, decidió decirle a Asia cómo funcionaba el concubinato en Nirm.

"Asia. El concubinato se aplica principalmente para combatir las bajas tasas de natalidad. Además de eso, solo los que tienen dinero suelen aplicarlo".

"¿Solo los ricos pueden tener concubinas?" preguntó Asia confundida.

"No. Todos los varones pueden tener varias concubinas."

"¿Por qué solo los varones?" preguntó Asia con el ceño fruncido.

"Razones prácticas. Es más fácil aumentar la población si un hombre embaraza a varias mujeres. Ya que una mujer solo puede quedar embarazada una vez al año, no importa si tiene a cien amantes."

Asia asintió entendiendo la razón.

"Bueno, como te decía. Todos pueden tener concubinas, pero solo los ricos lo hacen, ya que ellos pueden mantener familias muy numerosas. Las personas normales muchas veces no pueden permitirse tener tantos hijos a la vez." Dijo Edzard.

"Y como tú tienes mucho dinero…"

"Si. Podría tener varias concubinas. Pero como te dije, si quiero que una mujer entre a esta familia, te lo consultare. Además, no planeo alejarme de ti. Después de todo, juramos estar juntos hasta el final de nuestras vidas." Dijo Edzard mientras acercaba su rostro al de Asia.

Asia sonrió cuando escuchó eso. Un gran peso se había levantado de sus hombros. Ella había estado muy preocupada por eso. Levantando su rostro, beso a su esposo. Las dudas que tenía sobre su matrimonio se esfumaron mientras ambos comenzaban aumentar la intensidad del beso.

"Por cierto. ¿Cuándo te dijeron eso?" preguntó Edzard cuando se separó de Asia y comenzaba a quitarse la camisa.

"Hace tres días." Respondió Asia mientras se quitaba el camisón.

Ambos se miraron un segundo y luego volvieron a besarse. Dejando de besarse, se miraron y sonrieron. Parece que no dormirían mucho esta noche.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y aquí está el segundo capítulo del "interludio". Como dije después del final de la guerra, estos capítulos son de relativa "paz" para la familia del Dovahkiin. Si puedo llamar "paz" al hecho de que Edzard golpeó a un príncipe daédrico.

Comenzare a explicar varias cosas para evitar que me funen.

Ahora sobre los idiomas mencionados que domina Edzard:

Ayleidoon – idioma que usaron los elfos Ayleid. Quienes dominaron Cyrodil durante la era Meretica.

Ehlnofex – El idioma madre de todos los idiomas más modernos de Tamriel.

Ta'agra – El idioma natal de los Khajiitas.

Elvish – El idioma natal de los Altos elfos o Altmer.

Yoku – El idioma de los primeros Guardias Rojos.

Además de esos idiomas, Edzard domina el idioma dovah. También sabe leer y escribir Falmer, lenguaje de magia y un poco de Dwemer.

El lenguaje mágico es el lenguaje que se usa para crear grimorios.

Sobre las habilidades de Asia, bueno, es una chica medio bretona que nació en la Tierra. Por esa razón su alma era más de la tierra que Anuica, por eso no tenía acceso completo a las habilidades de un habitante de Nirm. Esto ha cambiado gracias a la "bendición" que recibió de Edzard. Además de eso, la razón por la que no podrá usar el Thu'um es porque, según el lore, el Thu'um supuestamente solo puede ser usado por dragones y Nordicos. Si ha habido un usuario de otra raza que no sea un personaje de TESV, por favor notifícanos para corregirlo en capítulos futuros.

Sobre Marie. Ella es la hija de Dovahkiin. Lo que la hace tener la sangre del dragón y, por lo tanto, la capacidad de aprender el Thu'um. Además de eso, gracias a su sangre de dragón, puede hablar fácilmente, ya que es una segunda naturaleza para ella.

La bendición que puede dar Edzard actuara de forma diferente dependiendo de la especie que la reciba. En humanos los convertirá en una especie de híbridos, en vampiros tendrá otro efecto y así. Pero a todos les dará la habilidad de aprender lenguajes rápidamente, además de la inmortalidad.

Sobre la habilidad del lenguaje de los dragones. Los dragones tienen la capacidad innata de hablar, además, en una página de hace mucho tiempo, leí que tenían la capacidad de aprender rápidamente los idiomas de los mortales. Además, si lo piensas bien, ¿cómo es que Odahviing puede hablar en Tamrielico si supuestamente murió durante la guerra de dragones que ocurrió en la era Meretica o después de las Invasiones Akaviri?

Ahora sobre la "batalla" contra Mora. Se supone que los príncipes daédricos no pueden entrar en Tamriel en su verdadera forma, sino que usan una especie de avatar temporal, por lo que entran con su poder disminuido. Incluso el propio Edzard dice que, si Mora hubiera entrado con todo su poder, habría barrido el suelo con él. Después de todo, Mora es uno de los príncipes daédricos más poderosos.

Sobre el concubinato. Estoy tomándome una licencia artística del tamaño de un mamut para esto. Ya que no he encontrado nada sobre este tema en las wikis que he revisado. Así que estoy tomando algo que era común en la cultura nórdica de la tierra para implantarla ahí.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.