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Capítulo 18

Muchos solo vieron al héroe, pero nunca al niño que había debajo de la armadura. Un niño que anhelaba lo mismo que muchos huérfanos, una familia. —

Fragmento del Capítulo XXXII -El Ultimo hijo de Akatosh- del libro «La historia de los Héroes de la Fatalidad» escrito por Tolfdir, Archimago del Colegio de Hibernalia.

Garganta del mundo – Turdas 18 de Ultima Semilla del 01 de la Quinta era

Asia caminaba abrazando con fuerza a su hija mientras sentía el aire frio en las partes de su rostro que no estaba protegida por su capucha. Edzard iba al frente de ella con una mochila en la que se encontraban guardados todas las posesiones que irían con ellos a la Tierra.

Había pasado una semana desde que abandonaron su casa en las montañas de la Cuenca. Habían viajado de noche desde Markarth hasta Falkereath. Desde ahí tomaron un camino que los llevó por las ruinas de Helgen hasta la comarca de la Grieta. Una vez en la Grieta, giraron al norte y pasaron el pueblo de paraje de Ivar. Subieron los siete mil escalones y llegaron al monasterio de Alto Hrothgar, donde pasaron los últimos dos días.

Mientras caminaba, recordaba la reunión que tuvo Edzard con Aela y Serana días después de que regresó de Ciénaga Negra.

Flashback

Aela y Serana temblaban de miedo al ver a un muy encabronado Edzard.

"Entonces. ¿Qué tienen que decir en su defensa?" la voz de Edzard era tan fría que hacía ver a un día de invierno de Hibernalia como un día de verano en Anequina.

"Esto. ¿Estas enojado?" preguntó tímidamente Aela.

"No. No estoy enojado. Solo estoy a punto de convertirlas en comida para troll."

"¿Podemos saber por que estas tan enojado?" preguntó Serana evitando el contacto visual con Edzard.

"Solo diré una palabra. Concubinato."

Aela y Serana hicieron una mueca cuando escucharon esa palabra.

"¿Así que Asia te lo contó?" preguntó Aela.

"Si. Y tuve que consolarla por que pensó que iba a dejarla por otra mujer." Dijo Edzard llevándose la mano a la frente. "¿Se puede saber por qué no le contaron todo?"

Serana se frotó el cuello por la incomodidad que sentía. "La verdad es que fue una broma."

"Una broma. ¡Una broma!" gritó Edzard enojado mientras sus ojos se volvían dorados.

Aela y Serana se asustaron cuando vieron los ojos de Edzard cambiar de color. Eso solo significaba una cosa, Edzard estaba enojándose. Y un Edzard enojado era un Edzard muy peligroso.

"Tranquilízate, Ed. Puedes asustar a Marie." Dijo Serana con las manos levantadas en señal de paz.

Edzard suspiró y se tranquilizó, ya que Serana tenía razón. Si el seguía gritando, podría terminar liberando su poder y eso haría que Marie se asustara.

"Esta bien. Ya me tranquilicé. Pero no crean que me he olvidado de lo que han hecho." Dijo Edzard. "Así que suelten todo. ¿Por qué le contaron a Asia sobre eso?"

Aela y Serana estaban mas tranquilas. Era más fácil hablar con un Edzard tranquilo que con uno enojado.

"Bueno. La verdad es que era una broma. Nunca creímos que ella se lo creería. Después de todo, tu no pareces alguien que quiera concubinas. No después de lo que escuchamos en su noche de bodas." Dijo Serana con una sonrisa burlona mientras recordaba como los gritos de Asia no dejaron dormir a nadie en el castillo esa noche.

Edzard se sonrojó cuando escuchó que los habían escuchado esa noche.

"¿O si quieres tener concubinas?" preguntó Aela mientras una sonrisa de burla aparecía en su rostro.

Aela se tomó el silencio de Edzard como un sí. "Oh. Pero que chico más pervertido resultaste ser, Ed. ¿Acaso Asia no es suficiente para satisfacerte?"

"Sabes. Si quieres, podemos unirnos a ustedes." Dijo Serana mientras se acercaba lentamente a Edzard, mientras avanzaba, iba balanceando sensualmente sus caderas.

"Yo… yo… yo…" Tartamudeaba Edzard mientras retrocedía.

"No me molestaría jugar contigo una noche." Susurró Aela al oído de Edzard para luego morderle el lóbulo de la oreja.

El rostro de Edzard seguía poniéndose cada vez más rojo, por fortuna para él, Asia apareció y alejó a su esposo de sus amigas.

"Oh. Hola Asia." dijo Aela con una sonrisa al ver el ceño en el rostro de su amiga.

Asia entrecerró los ojos al ver las acciones de sus amigas. No le gustaba nada lo que insinuaban.

"Tranquila Asia. No vamos a hacer nada, después de todo, Ed es como un hermano para nosotras." Dijo Serana con una sonrisa.

Asia miro a su amiga y suspiró cuando vio que decía la verdad.

"Bueno. Terminando de responder a tu pregunta. Le contamos a Asia sobre el concubinato, porque es muy posible que atraigas a varias chicas. Después de todo, tienes a varias chicas que quieren ser tus concubinas aquí en Nirm. No quiero saber lo que pasara en ese otro mundo." Dijo Aela.

Edzard puso los ojos en blanco. No era su culpa que algunas mujeres tomaran su amabilidad como símbolo de coqueteo.

"Así que, Asia, buena suerte manteniendo a Edzard para ti sola. Lo más probable es que tengas que compartirlo con varias chicas. Aunque es posible que sea divertido, después de todo puede que le tomes el gusto a estar con otras chicas." Dijo Aela con una sonrisa de oreja a oreja.

Asia se sonrojó y comenzó a tartamudear, generando las risas de Aela y Serana.

Fin Flashback

Ambas amigas habían estado con ellos unos días. En esos días, ambas habían puesto a prueba las habilidades de Asia.

Tres días después de eso, Edzard había convocado a sus Edecanes. Cada uno había llegado a la casa gracias a la Shadowkey de Edzard. Cuando estuvieron reunidos, él tuvo una conversación con ellos.

Flashback

Los seis edecanes de Edzard se encontraban frente a su señor.

"Esos son todos los cofres que pedí, ¿verdad?" preguntó Edzard mirando a sus Edecanes.

"Si, mi Thane. Cada uno ha traído seis cofres con lo que solicitó." Respondió Lydia. "Cuando regresemos a las propiedades comenzaremos a empacar nuestras pertenecías para el viaje."

Todos los edecanes asintieron.

Edzard los vio y suspiró. "No harán tal cosa."

"¿Mi Thane?" preguntó Lydia confundida.

"Ustedes no vendrán a la Tierra."

Esa respuesta hizo que los Edecanes comenzaran a hablar tratando de convencer a Edzard para que los lleve.

"Mi thane. Es nuestro deber protegerle. Si no vamos…"

Edzard levantó su mano y detuvo a Lydia. Cuando la mencionada se calló, Edzard saco seis pergaminos de su bolsillo. Cada pergamino tenía el sello de cada una de las comarcas de donde provenían.

"En estos documentos esta mi ultima voluntad para el destino de mis propiedades." Dijo Edzard mientras los miraba. "Dentro de cinco días, mis propiedades en cada comarca pasaran a ser posesión de cada uno de los respectivos edecanes que tengo en esa comarca."

Los edecanes abrieron sus ojos con sorpresa, ya que las palabras de Edzard significaban que ellos dejarían de ser edecanes y volverían a ser personas normales.

Lydia dio un paso al frente. "Pero mi Thane. ¿Por qué hace esto? ¿Por qué darnos las propiedades a nosotros?"

Edzard miró a su amiga y sonrió. "Lydia. La mejor pregunta es. ¿Por qué dárselas a otros y no a ustedes?"

Ninguno de los Edecanes supo que decir.

"Confié en ustedes la vida de mi familia durante la guerra. Y sé que estuvieron dispuestos a todo para defenderlas. También han cuidado mis propiedades con diligencia. Me han servido con lealtad y honor. Así que esto es la mejor recompensa que puedo darles. Espero que puedan ser felices formando una familia." Con cada palabra, la voz de Edzard se iba quebrando. Una pequeña lagrima comenzó a bajar por su mejilla derecha. Para él no era fácil decirle eso a quienes habían sido como una familia para él. No quería dejarlos, pero esto era lo mejor para ellos. La Tierra podría ser peligrosa. No quería enterrarlos como lo hizo con sus padres y con Kodlak.

Los edecanes se quedaron en silencio. No sabían que decir. Nunca en su vida habían esperado esto.

Lydia dio un paso a frente. Mientras caminaba, sus ojos se llenaban de lágrimas. Cuando estuvo frente a Edzard, lo abrazo.

"Gracias. Muchas gracias." Susurró Lydia mientras abrazaba a Edzard. "Por favor. Cuídate y no hagas locuras. Después de todo ahora tienes una familia a la que proteger."

Cuando se separaron, el resto de los edecanes también abrazaron a Edzard.

"Calder. Cuando regreses a Ventalia. Dale estos documentos a Explorador de Ciénagas y este otro a Sadri." Dijo Edzard mientras le entrega a Calder dos pergaminos sellados.

Calder asintió y tomó los pergaminos.

"Iona. Cuando vuelvas a Riften lleva este documento al orfanato." Dijo Edzard dándole a Iona el pergamino sellado.

Iona asintió y tomó el pergamino.

Fin Flashback

Cuando terminó de recordar, Asia sonrió, ya que Edzard le había contado lo que había en esos documentos. En cada uno de ellos, Edzard entregaba una gran cantidad de oro a los Argonianos del muelle de Ventalia, a los Dunmer y a los huérfanos del orfanato. También, en cada documento de cesión de propiedades y negocios, Edzard había incluido una cláusula donde obligaba a sus ex edecanes a donar parte de las ganancias de los negocios a ayuda comunitaria. Cada edecán recibió el importe de doscientos mil septims entre las propiedades y monedas.

Aparte de eso, Edzard había dimitido a sus cargos como Heraldo de los Compañeros, Archimago de Hibernalia y Maestre del Gremio. Sus sucesores fueron Vilkas, Tolfdir y Brynjolf respectivamente. También, había intentado renunciar a sus títulos de Thane, pero no había podido, ya que los Jarl se lo negaron. Tampoco pudo renunciar a su titulo de caballero y al de general, ya que Maximilien se lo negó diciendo que el debía de mantener esos títulos como premio por sus acciones en la guerra.

Asia se había despedido de sus amigas y sus compañeros del Colegio. Fue una despedida muy triste, donde ella les había dejado varios de sus notas sobre hechizos que no había podido terminar de crear. Después de todo había creado varios hechizos, siendo cuatro de uso ofensivo y seis de uso defensivo. Gracias a que Edzard le había ayudado a crear grimorios, ella había podido entregar esa investigación a la biblioteca del colegio, dejando así una huella duradera en su corto paso por la institución.

Cuando finalmente llegaron a la cima de la montaña, vieron a varios dragones esperándolos. Quienes lideraban a estos dragones eran Paarthurnax, Odahviing y Durnehviir. El ultimo de ellos ya no era un dragón zombi, ya que hace un mes había aparecido en su cabaña tal y como había sido en la era Meretica. Según lo que contó, Akatosh le había sacado del Soul Cairm y lo había llevado a Aetherius para quitarle la maldición. Según el dragón, el proceso fue tan doloroso que no podía encontrar una manera de describir tal dolor.

"Drem Yol Lok. Saludos Dovahkiin." saludó Paarthurnax.

"Saludos Dovahkiin." saludó Odahviing.

"Saludos Qahnaarin." Saludó Durnehviir.

"Vaya. Parece que tengo un comité de despedida." Dijo Edzard mirando a los dragones reunidos.

"Mas que un comité de despedida es una reunión para darte un nuevo título." Dijo Durnehviir.

"¿Nuevo título?"

"Si. Nuestro Bormah… nuestro padre ha mandado su Fen… su voluntad." Dijo Paarthurnax.

Los dragones presentes levantaros sus alas y comenzaron a hablar en conjunto con Paarthurnax, Odahviing y Durnehviir.

"¡TIID SARAAN DOVDU'UL, VOTH NID BALAAN KLOV PRAAN NAU! ¡NAAL THU'UMU, MU OFAN NII NU, DOVAHKIIN, NAAL FEN DO BORMAH, NAAL SULEYK DO HI ! ¡MEYZ NU DOVAHJUNSEBROM!"

Los dragones bajaron sus cabezas en señal de respeto, mientras energías mágicas salía de sus cuerpos hacia Edzard.

Asia y Marie no entendían que pasaba. Girando su cabeza, Asia vio a Edzard mirar a los dragones con los ojos abiertos como platos.

"¿Ed? ¿Qué han dicho?"

Edzard parpadeó y miró a su familia. "Una traducción aproximada sería. Tiempo ha esperado la Corona de los Dragones, sin un nuevo dueño para poseerla. Por nuestra Voz te la damos ahora, Dovahkiin, por la voluntad de nuestro padre y por tu poder. Ahora eres el Rey Dragon del Norte."

Los ojos de Asia se abrieron con sorpresa al escuchar eso. Sin embargo, antes de que ella pudiese decir o hacer algo, Paarthurnax la vio y habló.

"Kiir… Chica. Akatosh Tinvaak… ha hablado. Laan… ha solicitado, que se te dé un Dovahzin… un nombre Dragon."

"¿Nombre dragón?" preguntó confundida Asia. "¿Por qué me darían un nombre de dragón?"

"Debido a que eres la primera esposa del Dovahkiin." Respondió Durnehviir.

"¿Solo por qué soy la esposa de Ed?"

Odahviing negó. "No solo eso. Cuando liberaste tu poder en esa batalla, alcanzaste el nivel de un dragón de Sangre. El alcanzar ese nivel de poder sin tener la sangre de un héroe corriendo por tus venas nos sorprendió. Por eso, Akatosh ha decidido que mereces un nombre Dovah."

Al escuchar esa respuesta, Asia sonrió de felicidad. Nunca esperó alcanzar un nivel de poder que pudiese llamar la atención de un dragón.

"¿Qué nombre recibiría?" preguntó Edzard.

Paarthurnax lo pensó unos momentos. Luego habló.

"Junkrohaas."

Asia parpadeó. No entendía que significaba. "¿Qué significa eso?"

"Literalmente significaría Hechicero- Luz – Salud. Y de una manera que suene bien sería «Hechicera de luz sanadora.»" Respondió Edzard.

"Si. Te hemos dado ese nombre porque eres una maga que se especializa en la escuela de la restauración." Dijo Durnehviir.

Asia se sonrojó. Otra vez obtenía un nombre un tanto bochornoso. ¿Por qué no podía obtener un nombre como los que Edzard conseguía? Nombres como perdición de Alduin, dragón sangriento, dragón del norte, la anomalía.

"Ahora para finalizar la entrega de nombres. Marie, da un paso al frente."

Marie parpadeó. No sabia que pasaba. Lo único que entendía era que sus tíos les estaban dando nombres raros a sus padres. Sin embargo, vio que su padre la miraba. Así que con pequeños pasos se presento frente a los dragones.

"Bueno, pequeña. Akatosh también ha ordenado que se le de un nombre a su nieta." Dijo Odahviing. "Él ha elegido el nombre de Kulaaskiindov."

Asia parpadeó. Marie hizo lo mismo que su madre, ya que no entendía lo que había dicho su tío.

"Significa literalmente princesa – niña/nacida – dragón. En otras palabras, Princesa nacida de dragones." Dijo Edzard mirando a Marie.

Marie mostró una gran sonrisa. Le gustaba mucho el significado de su nombre dragón.

"Bueno. Terminemos con esto. Asia, toma a Marie."

Asia asintió y cargó a su hija en sus brazos.

Todos los dragones presentes miraron a Edzard caminar hacia la grieta que había en la garganta del mundo. Cuando Edzard estuvo en la grieta, creó una runa en el suelo.

"Bien. Con esto la primera parte ya esta lista." Dijo Edzard mientras se posicionaba en el interior de la runa.

Una vez que estuvo en el centro de la runa, Edzard cerró los ojos y comenzó a mover sus brazos. Mientras se movía, comenzaba a juntar cantidades monstruosamente altas de magia. La runa comenzó a brillar en un color negro mientras la magia de Edzard la activaba. La frente de Edzard estaba cubierta de sudor, ya que este hechizo le estaba consumiendo gran parte de sus reservas de Magicka.

Asia miraba a Edzard crear el portal dimensional mientras recordaba la primera vez que Edzard había usado ese hechizo.

Flashback

"Ed ¿esto es seguro?" preguntó Asia al ver a Edzard crear una runa en una planicie de una montaña lejos de donde estaba su casa.

"Si. Es relativamente seguro." respondió Edzard mientras terminaba de hacerle los últimos retoques a la runa.

Después de terminar, Edzard se alejó de la runa y le dijo a Asia que también se alejara. Una vez que ella estuvo lo suficientemente lejos como para no ser absorbida por el portal en caso de que este se vuelva inestable, Edzard comenzó a transmitir su magia a la runa la cual comenzó a brillar de color negro.

Las ráfagas de viento azotaban el lugar mientras un portal de color negro como la noche comenzaba a aparecer en frente de Edzard, el cual comenzó a reír como científico loco. Las acciones de Edzard comenzaron sacarle gotas de sudor a Asia. Sin embargo, de la nada, el portal se cerró creando una gran explosión de luz que los cegó temporalmente. Cuando recuperaron la vista, ambos corrieron y se asombraron cuando vieron que en el centro de la runa había viarias cajas de un material que Edzard no conocía, cada una con diferentes logos.

Edzard se acercó a una de las mas pequeñas y sacó de ahí un artefacto que él no conocía. El artefacto era un par de vidrios cuadrados sujetos a un armazón de color negro.

"Asía. ¿Sabes que son estas cosas?" preguntó Edzard mientras le mostraba a Asia lo que tenía en las manos.

Asia miró el artefacto y luego de parpadear, sonrió. Este artefacto era algo que muchas personas usaban en la Tierra.

"Ed. Esas son gafas." Dijo Asia con una sonrisa.

"¿Gafas?" preguntó Edzard mirándolas por todos los lados. "¿Para qué sirven?"

"Es un artilugio que algunas personas de la Tierra usan para mejorar su visión."

Edzard parpadeó. "¿Es como un catalejo?"

"No. Es para mejorar la visión de las personas que ven borroso. Pero si las usa una persona que no tiene problemas visuales, hace que ellos vean borroso."

Edzard se puso las gafas y no vio que su visión cambiase en algo.

"Esta cosa no sirve." Dijo Edzard sacándose las gafas.

Asia tomó las gafas de la mano de Edzard y se las puso.

"Parecen ser gafas falsas." Dijo Asia al ver que de verdad no veía borroso.

"¿Gafas falsas?"

"Si. Son gafas que se usan solo por estética."

Edzard puso los ojos en blanco. ¿A quien se le ocurre crear algo solo para lucirlo?

Fin Flashback

Asia se aferró a su hija cuando el viento comenzó a arremolinarse alrededor de la runa. Las corrientes de viento comenzaron a ser tan fuertes que varios de los dragones presentes comenzaron a levantar vuelo para poder buscar mejores lugares para esconderse.

En el rojizo cielo del atardecer comenzó a formarse un circulo hecho de oscuridad total. Con cada segundo que pasaba, iba aumentando su tamaño.

Edzard seguía aumentando la cantidad de magia en el hechizo. Actualmente, ya había consumido la mitad de sus reservas. Si todo salía como estaba calculado, el portal debería de estabilizarse con un veinticinco porciento más de su magia. Esto le permitiría al portal existir por unos diez minutos.

Edzard dejó de usar magia en el hechizo cuando vio el portal en el cielo. Suspirando se acercó a Asia, quien veía el portal con cierta alegría, pero también con tristeza. Acercándose, colocó su mano sobre su hombro.

Asia miró a Edzard y sonrió.

Edzard asintió y giró para ver a los dragones reunidos.

"Entonces, ¿ya es hora?" preguntó Durnehviir mirando a Asia y a Edzard.

"Sí, ya es hora." Respondió Edzard con una sonrisa triste. "Realmente los voy a extrañar, lagartijas súper desarrolladas."

Las palabras dichas por Edzard les sacaron marcas a los dragones presentes; sin embargo, decidieron dejarlo pasar por lo emotivo del momento.

"Dovahkiin." Habló Paarthurnax llamando la atención de Edzard. "Nuestro Bormah… nuestro padre, nos ha pedido que te demos su regalo final antes de que dejes Leim… este mundo."

"¿Regalo final?" preguntó Edzard confundido.

"Sí, un regalo que necesitaras para que puedas llegar a la Tierra." Respondió Durnehviir.

"¿Estás preparado?" preguntó Odahviing.

Edzard asintió preparándose para lo que sea el regalo final de Akatosh para él.

"¡MIIRAAK!" gritó Paarthurnax.

"¡MIRAAD!" gritó Odahviing.

"¡LEIN!" gritó Durnehviir.

Al terminar de gritar, en el suelo aparecieron las palabras gritadas en el alfabeto de los dragones y de ellas salieron energías mágicas. Estas energías fueron absorbidas por Edzard. Segundos más tarde, de los tres dragones salieron energías mágicas que también fueron absorbidas por Edzard, en ellas iba el conocimiento para poder usar el grito que le acababan de dar a Edzard.

Edzard asintió como respuesta a sus hermanos, pero no pudo comprender el uso que debería de darle a ese grito. Volteando, se dirigió dónde estaba parada Asia. ya estando frente a ella, se quitó la camisa, la cual fue entregada a Asia. caminando unos pasos se separó de ella y gritó.

"¡MUL! ¡QAH! ¡DIIV!"

"Entonces es el adiós." dijo Odahviing mirando a Edzard en su aspecto dragón.

"Si." Respondió Edzard mirando a sus hermanos. "Adiós hermanos, ha sido un gusto conocerlos."

"No es correcto decir que este es un adiós." Dijo Durnehviir crípticamente.

Edzard intentó preguntar, pero fue interrumpido por Paarthurnax.

"Krosis. Wuldsetiid los tahrodiis. Dii Zeymah."

Edzard miró a su hermano y sonrió. Él tenía razón, las corrientes del tiempo siempre son turbulentas y cambiantes. Girando la cabeza, miró a Asia y le asintió.

Asia entendió lo que quería decir Edzard, así que caminó con Marie en sus brazos y comenzó a despedirse de los dragones.

Marie miraba a sus tíos con curiosidad. Extendiendo su mano, tocó la nariz de Paarthurnax, quien resoplo y despeinó a Marie. Al verse despeinada, Marie comenzó a reír.

"¡Ja! La pequeña ha ganado agallas." Dijo Odahviing al ver que Marie no estaba asustada como la primera vez que los vio.

"Si. Pero es lo que se espera de una pequeña Dov." Dijo Durnehviir.

"Krosis. La Kiir… la niña tiene Vur… valor. Su Suleyk… su poder es grande para su edad. Muestra ser digna descendiente de Akatosh." Dijo Paarthurnax alejándose de Marie.

Viendo que el dragón se alejó, Asia se caminó hacia Edzard. Cuando estuvo frente a él, convocó la transformación de su sacred gear. Cuando estuvo con su armadura, Edzard la levantó en sus brazos.

Mirando a sus hermanos, Edzard asintió como despedida para luego mover sus alas y levantar vuelo; sin embargo, no fue el único, ya que todos los dragones comenzaron a volar detrás de él.

"¡Pruzah wundunne!" gritaron los dragones mientras veían a Edzard acercarse al portal.

Los ojos de Edzard comenzaron a picar cuando escuchó a sus hermanos desearle un buen viaje. Parpadeo cuando sintió que tocaban su rostro. Bajando la mirada, vio a Asia sonriendo. Asintiendo, Edzard comenzó a aumentar la velocidad a la que volaba. Esto hizo que Asia se aferrar con más fuerza a Edzard.

"Ughh…" gruñó Edzard al sentir como una fuerza invisible lo arrastraba de regreso a Nirm. Apretando los dientes, comenzó a aumentar la velocidad, ya que vio que el portal comenzaba a cerrarse.

'Si se cierra, no podré volver a abrirlo hasta dentro de un mes.' Pensó Edzard mientras apretaba los dientes. 'Es casi como si el mundo me empujase de regreso.'

"¡Dovahkiin!" gritó Paarthurnax. "¡A medida que te empujas fuera de este mundo, el mundo también te empuja hacia atrás!"

Edzard escuchó a su hermano y comenzó a pensar rápidamente como solucionar este problema. Luego de unos segundos, Edzard por fin supo que hacer. Sonriendo, gritó. "¡WULD! ¡NAH! ¡KEST!"

El Thu'um forzó a Edzard a avanzar con gran fuerza y velocidad. La velocidad y la fuerza era tal que Asia sentía que era aplastada contra el cuerpo de Edzard. El poder del grito logró su cometido y al fin lograron atravesar el portal. Sin embargo, aquel logro dejó una huella en el mundo en forma de una nueva estrella la cual brillaría por toda la eternidad en la cima de la garganta del mundo.


En la cima de una montaña Aela y Serana miraban la estrella aparecer en el cielo.

"Así que ya se fueron." Dijo Aela mirando la estrella.

"Si. Espero que toda vaya bien en ese mundo." Dijo Serana.

Aela asintió a lo que había dicho su amante. Tomando su mano, lanzo una pequeña oración a Akatosh para que sus amigos tengan suerte en la Tierra.


A través de una ventana de su despacho como Archimago del Colegio de Hibernalia, Tolfdir miro la estrella y sonrió.

"Un gran logro en toda la palabra. Siempre fuiste así Ed. Siempre haciendo las cosas a lo grande." Dijo Tolfdir mientras dejaba de escribir en la hoja de un libro. Cerrando dicho libro, Tolfdir se levantó de su silla y se preparo para ir a hablar con los maestros del Colegio.

La pasta del libro tenia impreso un nombre. El nombre era «La historia de los Héroes de la Fatalidad»


Al mismo tiempo que Tolfdir, las amigas de Asia veían la estrella.

"Se han ido." Dijo Laure mientras apretaba contra su pecho los pergaminos que llevaba. Dichos pergaminos eran las notas que habían recibido de Asia.

"Si." Dijo Fortunata mientras ponía su mano sobre el hombro de su amiga.

Gyda y Fridda hicieron lo mismo, mientras todas oraban a Julianos por la seguridad de sus amigos.


Ubicación Desconocida – Tirdas 30 de Ultima Semilla del 01 de la Quinta era

En un pequeño plano que tenía la apariencia de un salón, había una mesa redonda con varias sillas a su alrededor. En una de esas sillas había una silueta sentada. Dicha silueta estaba esperando a otros, y mientras lo hacía, pensaba. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un daedra con forma de caballero ingreso por la puerta.

"Mi señor, sus invitados ya han llegado." Dijo el daedra.

"Muy bien, hazlos pasar." Dijo la silueta.

El daedra asintió y se retiró, cerrando las puertas en el proceso. Cuando las puertas se volvieron a abrir, de ellas ingresaron varios seres.

El primero de ellos tenia la forma de un dremora que vestía una armadura daedrica completa, pero sin el casco. Cuando ingresó, se sentó en un asiento de los que había en el lado izquierdo de la mesa.

La segunda era una mujer con un cuerpo de infarto, tenia los pechos grandes, caderas anchas y una belleza etérea. Su piel era de color gris casi como el de un Dunmer. Vestía un vestido blanco, el cual contaba con un gran escote. Iba descalza y tenia una corona de flores. Una vez que entró a la sala, se sentó entre la primera figura y el dremora con la armadura.

La tercera también era una mujer, pero a diferencia de la anterior, no tenía la piel gris, sino que la tenia de un blanco ligeramente bronceado. También tenía un cuerpo despampanante. Vestía una túnica negra que dejaba ver parte de su escote y parte de sus muslos. No se podía distinguir mucho su rostro, pues este estaba cubierto por una capucha. En sus hombros iban dos cuervos. Ella se sentó al lado derecho de la primera figura.

El cuarto era un hombre que tenía la cabeza un cráneo de venado. Iba vestido con un taparrabos de piel y con un par de botas de piel. A su lado iba un gran lobo. Él se sentó cerca de la mujer de vestida de negro. Cuando se sentó, su lobo se sentó a los pies de la silla.

Finalmente entro el último de los invitados. Esta tenía la apariencia de un hombre ya mayor, con cabello blanco. Vestía un extravagante traje de gala dividido entre dos colores, una mitad era roja y la otra purpura. Mientras caminaba, iba dando pequeños saltos. Llegando a la mesa, se sentó frente a la primera persona.

"Vaya, vaya. Miren nomas quienes están aquí…" dijo el ultimo ser en entrar. "Pero si no son mis mejores amigos."

"Cierra la boca, Sheogorath. No quiero escuchar tus locuras." Dijo el ser con la cabeza de Venado.

"Oh, como me hieres Hircine." Respondió Sheogorath llevándose una mano al corazón mientras fingía llorar.

"Hircine tiene razón, Sheogorath. ¿Puedes dejar de ser tú unos minutos?" dijo la mujer vestida de blanco.

"Tus palabras me lastiman Azura. Al menos parece que Sanguine y Nocturnal si me han extrañado"

"Ni un poco, malito loco." Dijo Nocturnal con una imperceptible mueca en su rostro.

"Oh, pero que crueles. Pero no recuerdan que es por ustedes que este loco existe."

"Por mucho que queramos negarlo, el tiene razón." Dijo Sanguine.

"Entonces, ¿porque estamos aquí? ¿y lo que no hay queso?"

"Maldita sea, no empieces con el queso."

"Vamos, pero si el queso es lo mejor de todos los mundos."

"Solo para ti, yo prefiero un buen brandy Cyrodilico." Dijo Sanguine haciendo aparecer una copa de brandy.

"Ahh, recuerdo esa vez en que corrí con solo un par de calzoncillos frente a ese templo. O esa vez en que ese hombre se comió a su hijo, o la vez en que …"

Todos los príncipes daedricos presentes comenzaron a tratar de no prestarle atención a los desvaríos que comenzaba a hablar Sheogorath.

La figura que estaba sentada frente a Sheogorath tuvo suficiente de la actitud del príncipe de la locura y comenzó a expulsar su poder.

Sheogorath dejó de parlotear cuando sintió el aumento de poder. Mirando al frente, pudo ver al último príncipe daedrica.

"Oh, vamos. Relaja tus bragas, Jyggalag. Veo que sigues igual de aburrido que siempre"

Jyggalag miró al ser en el que fue obligado a convertirse hace varios miles de años y dejó de expulsar su poder al ver que estaba en silencio.

"Supongo que se estarán preguntando por que los invite aquí." Dijo Jyggalag con voz fría como el hielo.

Las palabras de Jyggalag provocaron un asentimiento de todos los presentes.

"Los he reunido aquí para hablar sobre nuestro curso de acción gracias a las acciones del Dovahkiin."

Cuando Jyggalag terminó de hablar, se sintió una gran presión de poder. Todos los príncipes presentes se sintieron incomodos por la presión.

"Jyggalag, si te atreves a hacer algo tan estúpido como lo que creo que planeas decir. Te volveré a matar." Dijo Sheogorath con una sonrisa de locura total en su rostro.

"Hombre, Sheogorath, tranquilo." Dijo Sanguine un poco asustado. De entre todos los príncipes presentes, él era el más débil. Así que no quería estar en medio de una pelea de entre el que es considerado el más poderoso de los príncipes daedricos y el ex héroe de Kvatch.

"Relájate, Sheogorath. No planeo matar a tu descendiente." Dijo Jyggalag completamente tranquilo. Si luchaba contra Sheogorath ahora mismo, era muy probable que la batalla quedara en empate, ya que aún no había recuperado su poder por completo.

Cuando Sheogorath escuchó lo que dijo Jyggalag se tranquilizó.

"Muy bien, como decía. Las acciones del Dovahkiin han abierto las puertas a un nuevo mundo. Un mundo del que no tenemos información."

"Si, pero eso que tiene que ver con nosotros." Dijo Hircine casi sin darle mucha importancia.

"Este nuevo mundo tiene seres que podrían ser igual de poderosos que Akatosh."

La mera mención del Aedra hizo que todos los presentes fruncieran el ceño con preocupación. No eran idiotas, Akatosh era tan poderoso que incluso en su estado debilitado podía patear el trasero de casi todos en la habitación. El único que podría tener una oportunidad contra él sería Jyggalag con todas sus fuerzas.

"Y eso que, lo que pase con Nirm no es problema nuestro. Después de todo, los mortales son solo seres que usamos para nuestra diversión." Dijo Hircine.

Jyggalag simplemente miró al príncipe de la caza. Pero antes de que hablara, fue interrumpido por Azura.

"Tal vez para ti sean solo seres que te dan diversión, pero a mi me preocupan mis adoradores."

"Mi hermana tiene razón, yo no tengo muchos seguidores, de hecho, así lo prefiero. Sin embargo, no podemos negar su utilidad." Dijo Nocturnal, para luego mirar al príncipe del orden. "¿Qué te preocupa Jyggalag?"

"La razón por los que los convoque a ustedes y no al resto, es que ustedes son los menos problemáticos de todos los príncipes."

"Oh, parece que Jyggalag nos ama." Dijo Sheogorath.

"Es muy probable que Bal y Dagon ya estén planeando algo contra ese nuevo mundo." Habló Jyggalag, ignorando por completo a Sheogorath.

"Ya veo, temes que los seres más poderosos de ese mundo intenten atacarnos como represalias." Dijo Azura entendiendo la preocupación del príncipe del orden.

"Si, en especial ahora que la barrera que separaba Nirm de Oblivion está muy debilitada."

"¿Debilitada? ¿Cómo paso eso?" preguntó con preocupación Sanguine mientras dejaba de lado su copa de brandy.

"El hechizo que usó Mannimarco creó una leve Dragon break. Si bien fue efímera, logró cambiar parte del pasado y eso hizo que la barrera se debilitara." Jyggalag respondió a la pregunta de Sanguine. "El hechizo de los Thalmor creó un vínculo entre Aurbis y ese mundo. Y para rematar, el Dovahkiin creó una puerta hacia ese mundo."

"Ya veo, con esta noticia entiendo tu preocupación." Dijo Nocturnal. "La barrera debilitada significa que podrían ingresar fácilmente a Oblivion."

"Si, pero también me preocupa el destino del otro amuleto que creó Mannimarco." Dijo Jyggalag.

"¿Por qué te preocupa tanto?" preguntó Hircine.

"Con ese amuleto podríamos volver a sellar la barrera en caso de ser necesario."

"Veo tu punto, pero, ¿no podríamos crear otro?" preguntó Sanguine.

"No lo creo, el Dovahkiin ha abandonado este mundo. Eso lo pone temporalmente fuera de nuestro control o influencia."

"Mora se cree muy listo, pero cometió un error fatal." Dijo Hircine. "Al atormentarlo lo hizo escapar de este mundo y nos ha puesto en un gran aprieto."

"Si, creo que solo lo estuvo atormentando por placer. Ya saben, desde que comenzó a volverse un dovah humanoide su alma ya estaba fuera de nuestro alcance." Dijo Nocturnal con una sonrisa. Le gustaba mucho su ruiseñor, de hecho, en algún momento había pensado en tener un medio daedra con él. Lamentablemente, eso no pudo realizarse.

"Le robaron a quien el quería que sea su mejor campeón. Pero me intriga que el no haya hecho nada en contra de la chica. Después de todo, ella es la mayor debilidad del Dovahkiin." Dijo Azura pensando en el joven que había sido su campeón. Ese chico había devuelto su estrella a su sacerdotisa en Hibernalia. Para su fortuna, ella estaba de buen humor ese día y lo había dejado irse sin más.

"Mora tiende a ser muy paciente con sus planes, pero es muy probable que lo haya atormentado para obligarlo a huir. Y así tener acceso a nuevo conocimiento."

"Es lo más probable. ¿Qué creen que harán Dagon y Bal?" preguntó Azura.

"Seguro que el primero invadir con todas sus tropas y el ultimo intentar teletransportar el nuevo mundo a Puerto Gélido." Respondió Jyggalag.

"Por cierto, Jygga. ¿Qué sucedió con Mannimarco?" preguntó Sheogorath comiendo un pedazo de queso que había hecho aparecer de la nada.

"Ha sido desterrado del espacio y el tiempo."

"¡¿Cómo que desterrado del tiempo?!" gritó Hircine.

"Si. Él no volverá durante mucho tiempo y solo volverá si es que logra encontrar una forma de volver de un lugar del que Padomay y Anu no pueden volver."

"¿Qué diablos le hizo el ataque del Dovahkiin?" preguntó Sanguine.

"Ese ataque casi acaba con la chispa divina de Mannimarco. Pero fue la propia Dragon Break la que lo desterró del tiempo."

"Ya veo, eso es preocupante. Nunca creí que ese niño alcanzaría tal poder." Dijo Azura, después de todo casi matar a un pseudo dios no es algo sencillo.

"Tienes razón." Dijo Sanguine.

Todos los príncipes Daedricos asintieron. Nunca habían esperado que Edzard alcanzase tal poder.

"Entonces, ¿Qué harán con este nuevo mundo?" preguntó Jyggalag.

"Solo vigilare ese mundo por ahora. Si surge algo de interés puede que haga algo, pero si no surge algo interesante, no hare nada." Respondió Nocturnal.

"Yo podría crear una nueva manada de caza." Dijo Hircine pensando en las nuevas criaturas que podría cazar.

"Yo por mi parte, también buscare seguidores." Dijo Azura.

"Yo también…" comenzó a hablar Sheogorath, pero fue interrumpido.

"Ya sabemos lo que harás, maniático del queso." Dijo Hircine.

"Oh, eso no se vale. Jygg, dile algo al cabeza de cabra por interrumpirme."

"Como me has dicho, idiota mal vestido."

"Al menos yo voy vestido. No como tú, exhibicionista."

Hircine convocó su lanza y estuvo a punto de lanzarse contra Sheogorath, pero una espada se interpuso en su camino.

"Ambos tranquilícense." Dijo Jyggalag.

Sheogorath sonrió y comenzó a sacarle la lengua a Hircine, el cual decidió obedecer a regañadientes a Jyggalag e hizo desaparecer su lanza.

"Ahora que ya nos hemos tranquilizado, prosigue Sheogorath."

"Ahh, no importa. Ya me olvidé lo que iba a decir." Dijo Sheogorath volviendo a comer queso.

Jyggalag suspiró, a veces deseaba no estar atado a Sheogorath. Pero eso no importaba ahora. "Sanguine, ¿Qué harás tu?"

"Oh, nada nuevo. Solo algunas fiestas por allá y por acá. Ya saben, lo de siempre. Talvez molestar al Dovahkiin de nuevo."

"¿De nuevo? ¿Qué hiciste esta vez?" Preguntó Azura.

"Digamos que le envié un regalo de bodas muy especial." Respondió Sanguine con una sonrisa de oreja a oreja.

"Sanguine, ¿Qué le enviaste?" preguntó Nocturnal.

"Nada especial. Solo una rosa muy aromática." Respondió Sanguine con una sonrisa.

"Así que le mandaste una rosa afrodisiaca que hizo que el y su esposa se convirtieran en animales en celo." Dijo Nocturnal. Ella no estaba sorprendida. Era conocido por todos que a Sanguine le gustan las bromas. Incluso más que a Sheogorath.

"¿Esto es tu venganza por que te dejó plantado?" preguntó Azura.

"Si, lo estuve esperando mucho tiempo y el no llego. Y eso que le deje varias pistas, pero él las ignoró. Rompió mi corazón al hacer eso." Respondió Sanguine con una mano en su corazón.

Tanto Nocturnal como Azura simplemente negaron con la cabeza por la actitud de Sanguine.

"Bueno, me gustaría quedarme, peo tengo mucho que hacer." habló Hircine, poniéndose de pie.

"Yo también, esas fiestas no se hacen solas."

Todos los demás príncipes comenzaron a levantarse, pues debían de cumplir con sus deberes. Pero antes de salir Sheogorath se giró y vio a su antiguo yo.

"Dime, Jygg. ¿Qué planeas hacer tu con ese nuevo mundo?"

Jyggalag simplemente se giró y con voz fría respondió. "Nada, no me interesa para nada ese mundo."

Sheogorath, Azura, Nocturnal, Hircine y Sanguine asintieron y se fueron de regreso a sus respectivos planos.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y aquí está el tercer y último capítulo del "interludio". Ya con esto, se puede dar por terminado por ahora la parte de la historia que se lleva a cabo en Aurbis. A partir de ahora casi todo se lleva a cabo en el mundo de Draconic Deus (DxD), eso sí, tratare de cada cierto tiempo escribir sobre lo que está pasando en Aurbis, ya que en el futuro podrían volver.

Y varios príncipes daedricos hacen su debut, pido disculpas si mi interpretación de Sheogorath no es muy buena, ya que me es muy difícil escribir sobre este príncipe daedrico. Voy a mencionar que otros héroes de los pergaminos antiguos podrían aparecer mas adelante, ya sea como fantasmas o incluso puede que "revividos".

Ahora lo importante, los niveles de poder. Si soy honesto, tratar de escribir sobre los niveles de poder entre los habitantes de Aurbis y los de Draconic Deus es un poco complicado, ya que mantener el lore de ambos mundos lo más respetado posible es muy difícil. Así que al final decidí dejar así los niveles de poder:

DXD - AURBIS

Gran rojo / Ophis / Trihexa - Akatosh / Jyggalag

Top 10 — Aedras y Príncipes daedricos

Dragones Celestiales — Alduin

Dragones malvados — Paarthurnax /Odahviing / Durnehviir.

Demonios de clase Suprema / Reyes dragón — Dragones Legendarios y antiguos / Héroes de pergaminos antiguos / Titanes daedricos

Demonios de clase alta / Dragones de clase alta — Dremoras / Dragones de sangre y escarcha / descendientes de héroes de pergaminos.

Demonios de clase media /Dragones de clase baja — Legionarios / guardias / caballeros / daedras de clase media.

Demonios de clase baja — Goblins/ Rieklins / daedras de clase Baja / Civiles de las Razas mortales.

Y esos serian los niveles de poder en general. Cabe mencionar que esos son niveles referenciales y puede que haya seres mortales normales de nirm que lleguen al nivel de un héroe de pergaminos. También, algunos héroes son mas poderosos que otros dependiendo de las circunstancias que rodeen su vida.

Ahora sobre los niveles de poder de Edzard y Asia, se puede especular en qué nivel de poder están ambos, ya que Paarthurnax y Odahviing mencionan sobre el poder de Edzard en el capitulo 15 y el de Asia se menciona en este capítulo. Ahora solo por si acaso, esos niveles de poder son cuando ambos están al máximo, es decir, Edzard en su aspecto dragón y Asia con su balance breaker.

Ahora les dejo unos párrafos que aparecerán en unos capítulos en el futuro (Estos párrafos están sujetos a cambios según sea necesario XD):


Edzard miró al joven cuyo linaje recién había sido mencionado. Convocando una caja, sacó u objeto de ella. De un solo movimiento, lanzó dicho objeto.

El joven atrapó el objeto y lo miró. Sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta lo que era. Mirando a Edzard, habló. "¿De dónde sacaste este anillo?"

"Lo obtuve de su dueño." Dijo Edzard en un tono desinteresado. "Si quieres, puedo darte la mano en la que usó ese anillo."


"No sabes las ganas que tenía de conocerte cara a cara." Dijo Edzard mientras una sonrisa cruel aparecía en su rostro. Caminando lentamente, hizo que su espada rozara el suelo, lo que generó un sonido agudo que llenó de pavor a todos los que miraban lo que sucedía en el interior de la barrera. "He esperado más de dos años para esto."

Mientras caminaba, Edzard veía como su enemigo intentaba retroceder. Su sonrisa se amplió cuando vio como el miedo y el terror se apoderaba de la anteriormente arrogante mirada del diablo frente a él.


Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.