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Capítulo 24

"A todos nuestros pasajeros. Les informamos que pronto llegaremos al Aeropuerto Internacional de Keflavík. Les recomendamos volver a sus asientos y abrocharse sus cinturones de seguridad."

Edzard dejó de ver por la ventana y colocó a Marie en su asiento. Luego le abrochó el cinturón de seguridad a su hija y procedió a sentarse.

"Esperemos que esto termine pronto." Dijo Edzard. "Estamos en las primeras semanas de diciembre. Y si no lo atendemos pronto tendremos que esperar hasta febrero del próximo año."

"Tienes razón. Ojalá que esto termine rápido. Por cierto, ¿Les respondiste?" preguntó Asia.

"Sí. Les dije que estaríamos por allí para Navidad."

Asia asintió y miró a su izquierda. Sus ojos verdes miraron a los rojos de Valerie. La joven Dhampir sonrió y volvió a prestar atención a la pantalla que había frente a su asiento.

Una sonrisa apareció en el rostro de Asia al ver sonreír a Valerie.

'Es bueno que el hechizo funcionase como esperábamos." Pensó Asia mientras volvía a mirar al frente y comenzaba a esperar tranquilamente el aterrizaje del avión.


Un BMW 745e negro avanzaba por la avenida principal de la ciudad de Reikiavik. Este vehículo había sido rentado por Edzard en una agencia de alquiler de vehículos. Había rentado el vehículo por una semana, ya que ese es el tiempo que planeaba quedarse en este país.

Edzard estacionó el BMW al frente de un edificio en la zona comercial de la ciudad de Reikiavik. Suspirando, apagó el coche y bajó. Caminó tranquilamente hacia la entrada e ingresó al edificio. Una vez adentro, se dirigió hacia el mostrador donde estaba al recepcionista. Actualmente vestía un traje formal de color negro con camisa blanca y corbata azul.

"Buenos días. ¿Qué lo trae a nuestra editorial?" preguntó la recepcionista. Ella era una bonita mujer vestida con un traje formal de color azul oscuro.

"Buenos días. Soy Edzard Rolandson y soy el escritor que tenía una cita para hoy con vuestro jefe."

"Ohh. Entonces tu eres el autor de la nueva saga de libros que está en boca de toda la empresa. Adelante, tu reunión se llevará a cabo en la habitación 745, la cual está ubicada en el piso seis."

Edzard asintió y se despidió cortésmente de la recepcionista. Caminando unos segundos llegó al elevador. Ingresando, presionó el botón del sexto piso y esperó. Cuando el elevador llego al piso indicado, se abrieron las puertas. Edzard salió del elevador y caminó hacia la puerta indicada. Cuando llegó a la puerta, la abrió e ingresó.

Lo primero que vio al ingresar fue una gran mesa rectangular hecha de vidrio y varias sillas alrededor de la mesa. Viendo que no había nadie más que él, se sentó en una silla y esperó pacientemente. Unos minutos después, apareció un hombre de unos veinte años de edad. El hombre tenía el cabello de color plateado y sus ojos eran de color morados. Vestía un traje formal de color negro con camisa blanca y una corbata morada. Además, llevaba varias carpetas de documentos en sus brazos.

Al ver al hombre, Edzard sintió los pelos de su nuca erizarse en señal de advertencia. Así que, para descartar cualquier posible amenaza, usó el hechizo de la visión del décimo ojo. Al hacerlo, vio que el hombre tenía no una, tampoco dos, sino que tenía cinco pares de alas negras.

'No me jodas. ¿Los ángeles caídos también tiene números de alas que muestran su poder como Rizevim?" pensó Edzard mientras disipaba el hechizo. Por fortuna, el ángel caído no se había percatado del hechizo y siguió avanzando como si nada. 'Por ahora seguiré jugando al humano normal. Pero deberé de estar con la guardia alta.'

"Buenos días, Rolandson. Espero no haberlo hecho esperar mucho." Dijo el hombre acercándose y sentándose frente a Edzard.

"Buenos días. No se preocupe, he llegado hace unos minutos."

"Ya veo. Soy Shemhazai. El vice gerente de la editorial «Quinto cielo»." Se presentó Shemhazai mientras colocaba una carpeta frente a Edzard y tomaba una hoja de allí. "Bueno, empecemos. No hay mucho tiempo y ambos somos personas ocupadas. Los borradores de tus libros han sido examinados y es un gusto para mi decirte que hemos aceptado la publicación de todos ellos. Se respetará el orden en que has pedido que sean publicados. Sobre el tiempo de espera entre la publicación de cada libro, ¿Cuánto tiempo sugieres?"

"Sugiero que publiquen uno cada año. Así, de esta forma, se generará expectativa en los lectores. "

"Ya veo. Es un buen plazo de tiempo." dijo Shemhazai mientras escribía en una hoja. Luego de escribir, levantó la vista. "Ahora. El reparto de las ganancias será de un diez por ciento del precio de venta de cada ejemplar físico vendido, el cincuenta por ciento de precio de venta de cada ejemplar electrónico vendido. Y finalmente, en caso de que tu saga literaria logre obtener una adaptación tanto en televisión como en cine, recibirás el veinticinco por ciento de las ganancias totales. Estás de acuerdo con estos montos."

Edzard miró a Shemhazai un segundo y luego cerró sus ojos. 'La cantidad de porcentajes está bien nivelado.'

"Si. estoy de acuerdo."

Shemhazai miró a Edzard y le entregó unas hojas de papel junto a un bolígrafo. "Aquí está el contrato."

Edzard recibió el contrato y comenzó a leerlo. En el contrato estaba escrito todo lo que había mencionado Shemhazai. Así que, viendo que todo estaba en regla, tomó el bolígrafo y firmó.

Shemhazai tomó el contrato y miró que todo estuviera en regla. Al ver que todo estaba en orden, sonrió. "Todo está en orden. Muchas gracias por hacer negocios con nosotros."

Edzard asintió y luego de una pequeña despedida, ambos se retiraron.

Cuando Edzard salió del edificio estaba sonriendo. Acaba de firmar un contrato que le permitirá tener dinero licito y sencillo en este mundo. Los libros que estaba escribiendo eran la historia de Aurbis, desde la era del amanecer hasta la cuarta era. Dentro de estos libros estaban las historias de muchos héroes, aunque no había incluido la suya. Y se alegraba de esa decisión, ya que s alguna vez tuviese que enfrentarse a los ángeles caídos, aun tendría el factor sorpresa con sus habilidades. Además, todas las historias estaban modificadas y adaptadas para captar mejor la atención de los posibles clientes que tendría. Subiéndose a su coche, se dirigió hacia el hotel donde estaba hospedándose.


El sol brillaba mientras Asia, Marie y Valerie caminaban por las calles de la ciudad de Reikiavik. Ya habían pasado tres días desde que Edzard había firmado el contrato por los derechos de autor de los libros que estuvo escribiendo con ayuda de una pluma mágica.

"Mamá. Quiero chocolate." Dijo Marie jalando la mano de Asia.

Asia miró a su hija y dio un suspiro. Su pequeña se había vuelto adicta al chocolate hasta el punto de comer diez barras de chocolate super dulce todos los días. Normalmente ella estaría preocupada, ya que tanto dulce no podría ser bueno para Marie, pero luego recordaba la gran cantidad de kilocalorías que consumían normalmente para poder vivir tranquilamente. Además, Marie solía quemar ese exceso de azúcar corriendo por la habitación, bailando, saltando y haciendo otras actividades. Así que, al final del día, no parecía haber nada dañino con que su hija coma mucho chocolate.

"Está bien." Dijo Asia.

"¡Gracia, mamá!" gritó Marie con una gran sonrisa, comenzando a caminar dando pequeños saltos.

El grito de Marie hizo que varios de los lugareños voltearan a ver el origen del grito y comenzaron a susurrar entre ellos al ver que la madre de la niña era una joven no mayor de los dieciocho años.

"Espera. ¿Esa joven ya es madre a esta edad?"

"La juventud de ahora. No saben lo que es la decencia."

Asia cerró los ojos y siguió caminando como si nada pasase. Su indiferencia hacia los comentarios de los pobladores se debía a que siempre los recibía cuando la gente se enteraba de que ya era madre.

'Es increíble que pueda ignorar tantos comentarios como si no existiesen.' Pensó Valerie mientras miraba a Asia y a Marie caminar como si nada pasase.

"Valerie. Vamos, no te quedes atrás."

Valerie parpadeó y comenzó a seguir a Asia y a Marie hacia una cafetería cercana.

Cuando el grupo de mujeres llegó a la cafetería, se sentaron en una mesa circular con tres sillas y esperaron a que llegara el camarero. Cuando este llegó, pidieron sus bebidas. Cuando el camarero recibió las ordenes se retiró de la mesa. Al final, Asia pidió un moca para ella y un chocolate caliente con malvaviscos para Marie. Valerie también pidió un moca para ella. Además, pidieron varias galletas y dulces para comer mientras bebían sus bebidas.

"Asia. ¿Puedes responderme algunas dudas que tengo?" preguntó Valerie mirando a Asia.

Asia la miró unos segundos y asintió.

"¿Que es Edzard?"

Asia estuvo por contestarle, pero no lo hizo, ya que en ese momento llegó el camarero con todas las órdenes. Cuando este se retiró, Asia le dio su taza a Marie, quien comenzó a beber tranquilamente su chocolate en la taza para niño que tenían en la cafetería. Asia, por su parte, tomó un trago de su café.

"¿Por qué preguntas ahora?" preguntó Asia.

Valerie miró su taza y suspiró. "No me había percatado. Pero unos días después de que mi alma fue sanada, vi a Edzard soltar un torrente de llamas de su boca. Inicialmente, lo descarté como un truco que mi mente estaba jugando. Sin embargo, ayer vi a Edzard lanzar otro ataque similar, pero ahora era hielo ".

Asia miró a la Dhampir y suspiró. Ella y Edzard habían decidido mantener en secreto la información sobre Aurbis, así que no le podía contar nada a Valerie. Por fortuna, Edzard había inventado una cuartada para casos como estos.

"Valerie. Edzard es un dragón en forma humana."

Los ojos de Valerie se abrieron con sorpresa.

"¿Cómo que dragón en forma humana?" preguntó Valerie en voz baja.

"Edzard es un dragón que tiene a apariencia de un humano y no la de un reptil."

"Eso lo entiendo. Pero, ¿Cómo es posible que haya un dragón así?"

Asia parpadeo sin saber que decir, ya que ella no sabía cómo explicarle eso a Valerie sin contarle sobre Nirm, los Aedras y los Daedras.

"No sabría cómo explicártelo. Ya que ni siquiera yo entiendo bien cómo es que eso es posible."

Valerie no quedo completamente satisfecha con la respuesta; sin embargo, decidió no seguir preguntando.

Luego de eso, ambas chicas continuaron bebiendo sus tazas de café y comenzaron a charlar de otras cosas.


La luna estaba en todo lo alto mientras Edzard conducía por la carretera de regreso a Reikiavik. Había salido temprano en ese corto viaje para poder despejar su mente de los pensamientos que la ocupaban. Hace unas horas había tenido una charla con Asia, charla donde su esposa le había contado que había tenido una conversación con Valerie en la que le había revelado que él era un dragón en forma humanoide.

"Ahh. Que desastre. Me siento mal por hacer que Asia le mintiese a Valerie." Dijo Edzard soltando un suspiro.

'¿Qué debo de hacer en este momento? ¿Contarle a Valerie toda la verdad? ¿Seguir la mentira?' pensó Edzard mientras se estacionaba al lado de la carretera.

Con el coche detenido, Edzard bajó la ventana y suspiró mientras miraba el paisaje. Estuvo pensando los pros y los contras de las diferentes opciones que tenía en mente. Luego de pensarlo un buen rato, decidió que lo mejor sería contarle a Valerie la verdad para que así la joven Dhampir no pierda la confianza en ellos.

"Bueno será mejor que me vaya." Dijo Edzard volviendo encender el coche. Mientras lo hacía, vio a su derecha y sus ojos se abrieron cuando vio como un rayo de magia volaba rápidamente hacia su posición.

"¡¿Qué mierda?!" fue lo que gritó antes de que una gran explosión cubriese el área.


El aliento de Rossweisse salía como una nube de vapor gracias al helado aire que había en la zona en la que se encontraba. Actualmente se encontraba arrodillada sobre su pierna derecha mientras miraba a sus enemigos. Estos enemigos eran un par de jötunn de cinco metros de alto con una contextura musculosa que vestían armaduras de hierro negro. Además, uno portaba una enorme hacha de batalla de doble filo de casi el doble de su estatura y el otro una espada con un escudo.

"Ja, ja, ja. Eso es todo lo que tienes pequeña Valquiria." Río con burla uno de los gigantes mientras tomaba su arma con ambas manos y se preparaba para cargar contra Rossweisse.

Rossweisse vio al gigante cargar contra ella y retrocediendo varios pasos, creó una gran cantidad de círculos mágicos y comenzó a lanzar un bombardeo de magia contra sus oponentes. Sin embargo, esta táctica falló cuando sus enemigos esquivaron el ataque corriendo alrededor de ella.

'Esto no está funcionando. Ya voy luchando más de una hora contra estos jötunn. ¿Debo de cambiar de estrategia?' pensó Rossweisse comenzando a volar para logara esquivar el golpe de la espada del gigante.

Ella se encontraba en este predicamento gracias a que había perdido una apuesta contra Brynhildr, la jefa del escuadrón de las Valquirias en Asgard. En dicha apuesta ella estaría dejando por un día sus deberes como guardaespaldas de Odín y tomaría una misión de rango intermedio. Lamentablemente, esta misión se fue al sur gracias a la misteriosa aparición de varios jötunn. Ella ya había enviado un mensaje de ayuda para solicitar refuerzos.

Uno de los gigantes apretó los dientes cuando vio a Rossweisse volar. Mirando a su alrededor, vio unas rocas, sonriendo caminó hacia ellas y comenzó a lanzarlas contra la valquiria.

Los ojos de Rossweisse se abrieron con sorpresa cuando vio una gran roca volar a gran velocidad contra ella. Sin perder tiempo, comenzó a maniobrar en el aire para esquivar el proyectil. Gracias a esta táctica, logró esquivar varias piedras; sin embargo, al estar pendiente en las piedras, no se dio cuenta que el otro gigante la había rodeado y se preparaba para atacarla.

Rossweisse giró en el aire para poder esquivar una piedra. Es en ese momento cuando vio al otro gigante. El gigante dio un gran salto y cuando estuvo frente a ella, dio un corte vertical. Rossweisse, al ver el ataque, pudo crear un circulo mágico para protegerse; sin embargo, la fuerza del ataque hizo que saliese volando hacia el suelo. El impacto hizo que la nieve a su alrededor se levantase como una nube de polvo.

"Aghh." Gimió Rossweisse luego del impacto. Lentamente comenzó a levantarse. Cuando estuvo de rodillas, levantó su vista y vio con horror como el otro gigante estaba frente a ella.

El gigante tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras comenzaba a levantar su hacha.

El tiempo pareció ralentizarse para Rossweisse al ver el hacha del gigante caer contra ella. Sin embargo, cuando el arma estuvo a escasos centímetros de impactarle, el gigante fue enviado a volar gracias a un poderoso relámpago que le impacto en todo el pecho. La fuerza del hechizo debió de ser muy grande, ya que el gigante voló unos veinte metros.

Rossweisse salió de su estupor cuando vio la sombra de una persona que parecía estar parada tras ella. Girando su cabeza lentamente, sus ojos se abrieron cuando vio a un guerrero vestido con una armadura de placas de acero color gris oscuro. La armadura era una de cuerpo completo, la cual consistía en un peto tallado con hombreras en forma de cabezas de águilas. Además, la armadura parecía estar hecha para el clima frio, ya que mostrara que dentro de ella había varias capas de piel color negro. Finalmente, el casco tenía la forma de una cabeza de oso.

'¿Quién es?' pensó Rossweisse confundida, ya que no reconocía la armadura que su supuesto salvador usaba.


Edzard estaba furioso, no al nivel de usar su aspecto dragón para atacar, pero si lo suficiente como para atacar con todo su poder en forma humana. Su enojo era porque por poco casi pierde el automóvil que había alquilado. Él se había salvado gracias a que pudo crear una custodia a tiempo, lamentablemente, el coche sufrió algunos daños. Daños que tendría que pagar y por los que tendría problemas con la empresa que se lo había rentado.

"¿Quién eres?"

Edzard parpadeó y luego miró al suelo. Sus ojos se abrieron cuando a vio a una hermosa chica tirada en el suelo cubierta de heridas. La chica parecía tener la misma edad que él, su largo y liso cabelló era de un hermoso color plateado que parecía estar reflejando la luz de la luna. Sus ojos azules lo miraban con confusión y sorpresa. Ella portaba una armadura que consistía en una coraza blanca con detalles en oro y azul pálido y guanteletes sin dedos, botas, protectores de cadera y pinzas para el cabello en forma de ala a juego. También usaba un leotardo negro debajo de su coraza, medias negras hasta los muslos y una tela azul pálido envuelta debajo de sus protectores de cadera, todos los cuales están cubiertos con cordones rosas, al igual que sus pinzas para el cabello.

"Oh. Disculpa no te había visto." Dijo Edzard con voz amable, olvidando temporalmente su ira. Extendiéndole la mano, se presentó. "Me llamo Ysmir."

Rossweisse tomó la mano extendida y se levantó. Cuando estuvo de pie, se percató que Ysmir era ligeramente más alto que ella. Un rayo de luz de luna brillo en ese momento, mostrando el rostro que se escondía debajo del casco. Esto hizo que sus mejillas se tornaran de un tono rojo cuando vio que quien le había salvado era alguien de su edad.

Edzard puso una sonrisa de burla en su rostro al ver ese sonrojo. "¿Puedo saber el nombre de tan bella dama?"

El sonrojó de Rossweisse aumentó de intensidad al escuchar esas palabras.

'¡¿Me acaba de llamar bella?!' pensó Rossweisse entrando en pánico. Sin embargo, recordó donde estaba y pudo recuperar la compostura.

"Coff. Me llamo Rossweisse. Es un gusto conocerte Ysmir." Dijo Rossweisse de la manera más profesional que pudo mientras intentaba caminar.

Edzard volvió a sonreír y asintió. "Ya veo. Tienes un bonito nombre."

El pie derecho de Rossweisse tropezó cuando escuchó lo que Edzard le acaba de decir.

"N… N… No es tiempo de decir esas cosas." Dijo Rossweisse tratando de regañar a Edzard.

Edzard respondió al regaño riendo suavemente.

'Ahora entiendo por qué Aela y Serana me molestaban tanto. Es muy divertido.' Pensó Edzard sonriendo hasta que parpadeó y su sonrisa murió.

Rossweisse levantó una ceja al ver a Edzard dejar de sonreír y poner una cara seria.

"Rossweisse. ¿Qué son esos gigantes?" preguntó Edzard señalando a los gigantes.

"Son jötunn." Respondió Rossweisse como si fuese algo que todo el mundo debía de saber.

"¿Jötunn?" preguntó Edzard confundido.

"¿No sabes lo que es un jötunn?" preguntó Rossweisse.

"No. La verdad es que no sé qué son."

Rossweisse suspiró y comenzó a explicarle a Edzard sobre los jötunn. Luego de un minuto, finalmente terminó la explicación.

"¿Entendiste?"

"Sí. Gracias por la explicación."

"No hay de qué."

"Por cierto. ¿Qué haces luchando en Islandia?" preguntó Edzard al recordar como ella le había contado que estaba luchando en Asgard.

"¿Islandia?... Espera. ¡¿Estamos en Islandia?!" preguntó Rossweisse en pánico.

"Si."

Rossweisse se llevó la mano a la barbilla y comenzó a pensar.

'Algo raro está pasando aquí. ¿En qué momento salimos de Asgard?'

Sin embargo, no pudo seguir pensando, ya que ambos jötunn se acercaron a ellos.

"¡Maldito Humano! ¡¿Cómo te atreves atacarme?!" gritó con ira el gigante que había recibido el hechizo de Edzard.

Edzard puso una sonrisa en su rostro mientras respondía. "Me atrevo, porque quiero y porque puedo."

El gigante apretó los dientes con ira y se lanzó contra Edzard.

Edzard vio al gigante correr hacia él. Así que, girando su cabeza, vio a Rossweisse y habló.

"Rossweisse. ¿Cuál es tu estilo de combate? ¿Magia a distancia? ¿Cuerpo a cuerpo?"

"Uso hechizos elementales para atacar a distancia, ¿Por qué?"

Edzard sonrió y se agachó ligeramente. "Porque te encargo la retaguardia."

Luego de decir eso, Edzard salió disparado como un cohete hacia su enemigo. La velocidad de Edzard tomó por sorpresa a todos. Cuando estuvo a escasos metros de estar frente al gigante, llevó su mano a su espalda. Con un brillo morado, un mandoble envainado apareció en su espala. Tomando el mango de su mandoble, Edzard lanzó un corte rápido hacia el gigante. El gigante respondió usando su hacha para bloquear el ataque. La fuerza del golpe hizo que el gigante derrapara varios metros, alejándose de su compañero.

El otro gigante al ver a su compañero en problemas trató de apoyarlo, pero no pudo dar muchos pasos cuando dos picos de hielo le impidieron dirigirse hacia su compañero. Levantado la vista, vio a Rossweisse con la mano extendida.

"¿A dónde crees que vas?" preguntó Rossweisse de manera seria.

El gigante rugió con ira mientras cargaba con Rossweisse, quien comenzó a volar y a lanzar hechizos contra su enemigo.

Edzard estaba que intercambiaba golpes contra el gigante. Cada golpe creaba ondas de choque que levantaban parte de la nieve que los rodeaba.

"¿Cómo eres tan fuerte, humano?" pregunto el gigante al ver como Edzard detenía sin esfuerzo los golpes de su hacha.

"¿Por qué todos los idiotas contra los que me enfrento me menosprecian por parecer un humano?" preguntó Edzard mientras comenzaba a aplicar más fuerza a su agarre. La fuerza fue tal que comenzó a hacer retroceder al gigante. Edzard movió su espada lo suficiente como para dejar una apertura en la defensa de su oponente. Con la apertura visible, Edzard lanzó un potente hechizo relámpago en el pecho del gigante haciéndolo volar en dirección de su compañero.

Rossweisse había logrado herir lo suficiente a su enemigo como para hacer que este perdiese gran movilidad. Creando un cirulo mágico, lanzó un hechizo, el cual el gigante bloqueó con su escudo. Sin embargo, el impacto fue tan fuerte que el gigante se vio obligado a retroceder varios metros.

El gigante mantenía la mirada fija en Rossweisse y no se percató que su compañero volaba hacia su dirección.

Ambos gigantes chocaron y terminaron uno encima del otro.

Edzard llegó al lugar y habló. "Rossweisse, usa un hechizo poderoso. Yo también usaré uno. Hay que acabar con esto rápido."

Rossweisse asintió y creó un gran circulo mágico frente a ella. Sin pensárselo dos veces, lanzó una gran bola de fuego hacia los gigantes. Levantando la vista, esperó ver el circulo mágico de Edzard; sin embargo, no vio a Edzard usar circulo alguno. Lo único que vio fue que el levantaba la mano izquierda y juntaba una gran cantidad de magia. Y cuando Edzard extendió la mano, ella vio como un sol del tamaño de una casa surgía de ella.

La bola de fuego y el sol en miniatura recorrieron sus respectivas distancias e impactaron en los gigantes.

¡BOMMMM!

La explosión generada por ambos hechizos creó una onda de choque que hizo que Rossweisse se tambaleara, pero Edzard se mantenía de pie como si nada pasase.

Cuando la explosión terminó, un gran cráter estaba en el lugar donde habían estado los gigantes. Hablando de estos, ambos estaban completamente inertes en el suelo. Sus cuerpos mostraban quemaduras muy graves. Este tipo de heridas solo podían hacer que Edzard y Rossweisse llegaran a la misma conclusión. La conclusión que ambos gigantes estaban muertos.

Al ver el cráter y a los gigantes muertos, Rossweisse caminó hacia Edzard. Cuando estuvo frente a él, recibió un golpe en su cabeza. La fuerza del golpe hizo que ella cayese de cara a la nieve. Levantándose y sobándose la cabeza, exigió respuestas.

"¡¿Por qué me golpeaste?!"

"Porque me acabó de dar cuenta de que fuiste tu quien lanzo ese rayo de magia hacia donde estaba!" respondió Edzard molestó. El acababa de llegar a esa conclusión porque se había percatado que los gigantes no usaban magia.

Las palabras de Edzard hicieron que Rossweisse lo mirase confundida. "Ehh. ¿Qué quieres decir?"

"Digo que uno de tus ataques impacto en mi coche." Dijo Edzard ya más calmado.

"Espera. ¿Uno de mis ataques impactó en tu coche?"

"Sí. Un rayo amarillo de magia impactó cuando estaba por volver a encender mi coche para volver al hotel donde me hospedo."

El rostro de Rossweisse se volvió blanco como la nieve cuando entendió lo que había pasado.

"¡Lo siento! ¡Prometo que pagare por las reparaciones de tu coche!" grito Rossweisse mientras hacia una reverencia.

Cuando la valkiria dejó de hacer la reverencia, miró a Edzard y preguntó. "¿Qué modelo de coche es?"

"Es un BMW 745e."

Rossweisse estuvo por desmayarse cuando escuchó el modelo del coche. Ella había escuchado de ese modelo de coche una vez cuando estaba trabajando de Valkiria recolectando las almas de los mortales. Según lo que escuchó, ese coche costaba más de cien mil dólares. Así que, por lo tanto, las reparaciones saldrían muy caras.

Edzard miró a Rossweisse y de la nada comenzó a reírse.

Rossweisse miró a Edzard reír y no sabía por qué él lo hacía.

"Eto. ¿Por qué te ríes?"

"Es que me da risa verte tan asustada por pagar las reparaciones de mi coche." Respondió Edzard dejando de reír. Tomando un poco de aire, logró calmarse totalmente. "Tranquila. Mi coche no está dañado. Simplemente estaba molesto por ese ataque."

Cuando Rossweisse escuchó esas palabras, sintió que un gran peso se levantaba de sus hombros.

Edzard sonrió internamente cuando vio a Rossweisse suspirar aliviada. Había decidido mentir al ver la cara de pánico de Rossweisse.

'¿Qué son un par de miles de dólares de mi cuenta del banco?' pensó Edzard tranquilamente. Y es que, si se quedaba sin dinero, fácilmente podía convertir hierro o plata en oro y recuperar lo perdido.

'Ahhhh. Que suerte. Si de verdad estuviese dañado ese coche, necesitaría varios años de mi salario para poder pagar las reparaciones.' Pensó Rossweisse, aliviada de que no tuviese que pagar esas reparaciones.

Edzard sonrió al ver como una sonrisa aparecía en el rostro de Rossweisse.

"Sabes. Deberías de sonreír más a menudo. Te hace ver más bonita." Dijo Edzard con una sonrisa amable en el rostro.

El rostro de Rossweisse se puso rojo y ella comenzó a tartamudear. Sin embargo, cualquier tipo de conversación que pudiesen haber esperado tener, se cortó cuando el celular de Edzard sonó. Edzard contestó la llamada y escuchó la voz de su esposa.

"Sí. Ya estoy de camino. Aja. Ya veo. Comprare algunos de camino al hotel. Te veo allí. Cuídate."

Edzard suspiró cuando terminó la llamada. Asia le acaba de decir que comprase algunos pañales y toallitas húmedas para Marie.

"Bueno. Acabo de recibir una llamada de mi familia. Tengo que volver al hotel." Dijo Edzard mirando Rossweisse. "¿Estarás bien si te dejo sola?"

"Sí. No te preocupes. Mis camaradas deben estar por llegar pronto." Respondió Rossweisse.

"Ya veo. Bueno supongo que debo irme. Fue un gusto conocerte Rossweisse." Dijo Edzard mientras comenzaba a caminar hacia su coche.

"Igualmente. Fue un gusto conocerte, Ysmir." Dijo Rossweisse.

Edzard se detuvo un momento y giró su cabeza. Mirando a Rossweisse, sonrió y usando su mano derecha le lanzó algo a ella. "Me llamo Edzard Rolandson. Ysmir es un título que he heredado. Espero que algún día nos veamos y luchemos juntos de nuevo."

Luego de decir eso, Edzard comenzó a correr hasta que se perdió de vista.

Rossweisse sonrió al ver la silueta de Edzard desaparecer por las colinas nevadas. Luego abrió la mano con la que había atrapado el objeto que Edzard le había lanzado. Sus ojos se abrieron al ver un pequeño sobre blanco. Al abrir el sobre, pudo ver una moneda de oro con el grabado del rostro de un hombre en un lado y un dragón en forma de diamante en el otro. Había varias palabras escritas allí, pero ella no reconocía el idioma.

"¿Qué es esta moneda?"

Rossweisse estuvo viendo la moneda tan concentrada que no se percató que sus compañeras valquirias habían llegado. Cuando se percató, fue victimas de sus bromas. Sin embargo, una de ellas le preguntó sobre la moneda que estaba viendo.

"Me la regaló un joven que luchó conmigo contra los jötunn."

Las otras valkirias se asombraron cunado escucharon eso y comenzaron a preguntarle sobre la identidad de ese joven. Pero al final, ella solo respondió que se llamaba Ysmir. Había decidido mantener el nombre real como su pequeño secreto.


Edzard caminaba tranquilamente por las calles de Kuoh mientras miraba las luces que iluminaban la calle en esta noche de invierno. El día anterior había sido el día de navidad y él lo había pasado junto a Asia, Marie y Valerie en la casa de los Hyoudou. Mikki lo había invitado para que pasase las fiestas de diciembre con ellos. La mujer había insistido tanto que tuvo que aceptar. Así que, por esa razón, había llegado hace cuatro días a esta ciudad.

La fiesta había sido un evento tranquilo con comida y con el contándoles a los Hyoudou sobre sus viajes desde la última vez que se vieron. También hubo un intercambio de regalos. A Miki, le habían regalado unas cuantas joyas. A Gorou, un par de botellas de licores de otros países. Y a Issei, Edzard le había dado dos regalos. El primero, un par de libros de cuento y una copia de la sensual doncella Argoniana. El segundo, se lo había dado cuando estuvieron solos. Este había sido una caja, la cual contenía dos pares de pergaminos con algunos hechizos. Le había dicho que esa caja era muy especial y que solo debía abrirla cuando sintiese que era el momento adecuado.

La fiesta había sido divertida. En especial la parte en la que Miki se llevó a Asia, Valerie y a Marie a un cuarto. Luego de unos minutos, las tres salieron vistiendo un disfraz de Santa Claus. Si bien el de Marie era un disfraz infantil que hacía que su hija se viese muy adorable, el de Asia y Valerie, hacía que ambas se viesen sexys. La forma en que esos vestidos contorneaban sus figuras hizo que Issei sonriera como idiota, por lo que tuvo que lo golpeo para que no viera de esa manera a su esposa ni a su acompañante.

Luego de eso, siguieron conversando y comiendo hasta bien entrada la noche. Si bien los Hyoudou los habían invitado a celebrar el año nuevo con ellos, tuvo que declinar, ya que tendría que pasar el año nuevo en otro lugar. Esto debido a que lo habían llamado de la editorial «Quinto Cielo». Le habían invitado para que tuviese una charla con el jefe del conglomerado.

'Me han dicho que las ventas han ido muy bien. Mas de dos millones de copias vendidas en dos semanas.' Pensó Edzard con una sonrisa.

Mientras caminaba, un olor muy fuerte a hierro inundo sus fosas nasales. El olor le causó preocupación, ya que él conocía muy bien ese tipo de olor. Después de todo lo había olido durante gran parte de su vida. Así que por esa razón decidió ir a la fuente de origen. Cuando llegó al lugar de origen de este, vio que era una gran mansión abandonada. Sin embargo, antes de que se adentrase, se escuchó un gran grito. Así que, sin pensárselo dos veces, corrió a toda velocidad hacia el edificio.


Aika miraba con horror al ser frente a ella. El ser era un ser de dos metros de altura con un cuerpo musculoso y piel de color negro. Su cabeza tenía la forma de una cabra. Su boca estaba llena de dientes puntiagudos que parecían navajas.

"Ja, ja, ja. Que bien hayas venido hoy. Tenía hambre y estaba comenzando a desesperarme por la falta de presas que llegasen a este lugar." Dijo el ser mientras se lamia los labios.

Aika comenzó a retroceder lentamente. El miedo era visible tanto en su rostro como en su cuerpo, ya que ambas piernas le temblaban tanto que era casi un milagro que ella pudiese estar de pie.

'¿Por qué tuve que aceptar esa apuesta?' Pensó Aika con pánico al ver al monstruo acercarse a ella.

"¡Ayuda!" fue el grito que lanzó mientas veía llegar su inminente muerte.

Ella no lo sabía, pero el ser que intentaba matarla era un demonio callejero errante que había llegado hace unas semanas a Kuoh. Desde el primer día de su llegada y establecimiento en esta mansión, el demonio había cazado humanos para alimentarse, lo que creó la leyenda de que la mansión estaba embrujada. Aika había perdido una apuesta con unas compañeras y por eso le habían dicho que entrase a esa mansión unas horas y que luego saliese.

El demonio se lamio los labios y sonriendo se abalanzó contra Aika para devorarla. Sin embargo, cuando estuvo a escasos centímetros de lograr su cometido, sintió un fuerte dolor en el abdomen. El dolor se originó de un golpe, el cual fue tan fuerte que lo hizo volar hasta que terminó por atravesar tres paredes.

Aika abrió los ojos al escuchar el estruendo. Sus ojos se abrieron de sorpresa cuando vio a alguien que había conocido hace unos meses.

"¿E… Edzard?" preguntó tartamudeando por el shock de verlo.

Edzard giró la cabeza cuando escuchó que alguien lo llamaban. Parpadeó cuando identificó a la chica que estaba detrás de él.

"Kiryuu." Dijo Edzard mientras suspiraba. Luego de eso, le extendió la mano para ayudarla a levantarse.

Aika tomó la mano ofrecida y se levantó.

"¿Qué haces aquí, Kiryuu?" peguntó Edzard mientras volvía a ver la dirección donde el demonio había sido enviado a volar.

"Perdí una apuesta y entre…. ¡Espera! ¡¿Qué haces tú aquí?! ¡Y mejor aún! ¡¿Qué es esa cosa?!" preguntó Aika con pánico.

Edzard la miró de reojo sin dejar caer su guardia.

"Vine a pasar navidad con la familia de un conocido." Respondió Edzard, ya que para él no había ninguna necesidad de mentir sobre ese tema.

"Vale. ¿Pero qué es esa cosa?" dijo Kiryuu mientras señalaba con un dedo al demonio que ya se había levantado y se acercaba a ellos.

"Ni idea. La verdad es que no sé qué criatura será." Respondió Edzard con la verdad, ya que él no sabía que era esa cosa.

'Sin embargo, este monstruo está desprendiendo el mismo aroma que un demonio. Pero este aroma está muy corrompido.' Pensó Edzard mientras se preparaba para luchar.

Aika vio a Edzard tomar una posición de lucha y se asustó. Ella no entendía que pasaba.

"¡Edzard, no sé qué pasó antes, pero no puedes luchar contra esa cosa! ¡Huyamos de aquí!" gritó Aika con miedo.

Edzard no se inmutó al escuchar la voz de Aika. Sino que, sonriendo, habló. "Tranquila. Esa cosa no podrá matarme, aunque yo estuviese agonizando."

El demonio vio a Edzard y olfateó. Sus ojos se abrieron de ira cuando se dio cuenta de que había sido el quien se había atrevido a entrometerse en su cena.

"¡Maldito humano! ¡¿Cómo osas entrometerte en mi comida?!" rugió el demonio.

Edzard sonrió de manera burlesca y no contestó verbalmente. Esto hizo que el demonio viese rojo y cargase contra Edzard.

"¡Muere!" fue el grito que lanzó el demonio mientras corría hacia Edzard.

Para Aika, la velocidad del demonio era asombrosa, pero para Edzard era increíblemente lenta. Cuando el demonio estuvo a unos cuantos pasos de él, Edzard se movió tan rápido que dio la apariencia de que se había teletransportado de un lugar a otro.

"Uaaaggg." Fue lo único que salió de la boca del demonio mientras su cuerpo se doblaba en V gracias a la fuerza del golpe de Edzard. La fuerza aplicada fue tal que el demonio escupió una gran cantidad de sangre, ya que Edzard había destrozado varios de sus órganos internos con ese golpe.

El demonio cayo de rodillas mientras llevaba sus manos al lugar donde había recibido el golpe. Levantando la mirada, vio que Edzard se acercaba a él. Edzard intentó poner sus manos en la cabeza del demonio, pero este abrió la boca y lanzó un chorro de llamas.

Edzard esquivó el ataque y miró al demonio. Suspirando, extendió su mano derecha hacia su enemigo.

'Parece que tendré que buscar a otro de estos seres para leerle la mente.' Pensó Edzard mientras juntaba magia en su mano extendida. Con un simple comando de su mente, un gran torrente de llamas salió de su mano hacia el demonio. El torrente de llamas engulló al demonio y lo carbonizó en segundos.

Aika veía todo en estado de shock. No sabía cómo reaccionar ante lo que veía. Primero, casi muere por un monstruo sacado de un manga. Segundo, el chico que la había salvado hace unos meses la había vuelto a salvar. Tercero, ese mismo chico había acabado con el monstruo de dos ataques. En ese momento se sentó en el suelo al sentir que, si seguía parada mucho tiempo más se desmayaría.

Edzard giró la cabeza y vio a Aika sentada, mirándolo con los ojos y la boca abierta de par en par. Una parte de él quería hacerle una broma, pero otra estaba que entraba en pánico.

'Ahhhh. ¿Qué mierda hago? Esta es la primera vez que un humano normal me ve luchar.' Pensó Edzard mientras trataba de hallar una solución para su dilema. Al final su mente solo llegó a una sola conclusión, la de decirle todo a Kiryuu. Esto debido a que a pesar de que él sabía usar magia para leer mentes, no sabía cómo borrar recuerdos.

'Maldita sea. Debí de asistir a esas clases de implantación de recuerdos que daban en el colegio cuando era estudiante.' Pensó Edzard lamentándose por no asistir a las clases de un tipo de hechizo que él consideraba completamente inútil si no eras alguien que le gustase usar la intriga.

"Parece que tengo mucho que contar, ¿verdad?" dijo Edzard mientras miraba a Aika.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Ahora para iniciar.

¡Feliz Año Nuevo!

Que el año 2022 sea uno donde puedan cumplir sus metas. Y esperemos que la pandemia se controle y podamos volver a nuestra vida como antes.

Ahora si, a lo que se viene. En este capitulo vemos que Edzard conoce a Rossweisse y firma un contrato de edición de libros con los Grigori. Además, Aika acaba de ver a Edzard luchar y matar contra un demonio callejero.

Sobre los siguientes capítulos, he decidido que voy a comenzar a publicar los capítulos cada 15 días, ya que voy a viajar por vacaciones de verano y no voy a tener una conexión a internet ni tampoco un pc cerca durante varios días.


Ahora, como regalo de año nuevo, un fragmento de un capítulo de muy, pero muy adelante:

Issei se encontraba tirado sobre el suelo, su ropa completamente destrozada, sus pocas reservas de poder demoniaco agotadas y su cuerpo estaba completamente cubierto de heridas. Su estado era tan lamentable que incluso un movimiento tan sencillo como levantar la cabeza era un verdadero calvario. Posando su vista a su alrededor, vio a los miembros del ORC y a los miembros del consejo estudiantil en el mismo estado que él. Las únicas personas que estaban de pie eran el grupo de Edzard; sin embargo, eso no quiere decir que estén indemnes, pues se notaba que todas estaban usando toda su fuerza de voluntad para no caer. Mirando al frente suyo, vio la causa de su actual estado. Su rostro era más joven, sus ojos eran del mismo color que la plata pulida, pero él no tenía dudas, ese rostro era el de Edzard.


Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.