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Capítulo 28

Enserio, Ed. Solo a ti se te ocurre hacer uso de un mandoble en combinación con una espada a una mano. —

Aela a Edzard 201 4E

El sol comenzaba a esconderse en el horizonte de la ciudad de Kuoh mientras Edzard se encontraba junto con Asia, quien actualmente se estaba cambiando de ropa para ir a su pueblo natal de visita.

Ya habían pasado dos días desde que él fue de visita a la iglesia donde creció Asia. luego de llegar a la habitación que alquilaban, llevó a Asia a pasear por un parque y allí le contó que había ido de visita a su antiguo hogar.

'Ella se enojó bastante cuando lo supo. Pero luego sonrió y lloró de felicidad al saber que su excomunión había sido levantada.' Pensó Edzard para luego suspirar, pues también recordó otra parte de la charla que tuvieron. Y es que cuando él llegó, Asia lo estaba esperando sentada en la mesa principal. Cuando le preguntó sobre las otras chicas, ella le dijo que habían salido y se habían llevado a Marie a pasear un rato. Fue en ese momento en que ella usó el incómodo «Tenemos que hablar».

'Y sí que fue incomodo el tema que tuvimos que tratar.' Pensó Edzard con un poco de incomodidad, pues el tema tratado fue uno muy, pero muy incómodo. Ese tema era los sentimientos que el resto de sus amigas sentían por él. 'Maldita sea, aún recuerdo como fue mi reacción.'

Flashback

"¡¿Qué?! ¡¿Estás segura de eso?!" gritó Edzard completamente asombrado.

Asia asintió como respuesta.

Al ver la respuesta de su esposa, Edzard se dejó caer sobre su silla y se llevó la mano a la cara.

"¿Desde cuándo?"

"Cada una tiene un tiempo diferente." Respondió Asia. "Aika, desde que la salvaste de los matones, Valerie desde que recuperó sus emociones y Mittelt desde hace unos dos meses."

Edzard vio a su esposa y se asombró al verla completamente calmada. "Estas muy calmada sobre este asunto."

Asia miró a Edzard y puso una sonrisa, la cual comenzó a ponerse cada vez más tensa mientras su ceja derecha temblaba sin parar. "¿De verdad te parece que estoy calmada?"

Edzard negó con la cabeza, ya que al fin pudo ver que su esposa estaba muy, pero muy tensa sobre este asunto. Tomando un poco de aire, trató de poner en orden sus pensamientos.

"Entonces, ¿Cómo afrontamos esto?" preguntó Edzard mirando a Asia a los ojos.

Asia desvió la mirada, ya que no sabía qué hacer. Una parte de ella estaba enojada por lo que pasaba, pero otra no tanto. Ella entendía las razones por las que cada una de sus amigas se había enamorado de su esposo, después de todo ella también se había enamorado de Edzard por las mismas razones.

'Y han tenido la audacia de decirme que, si no acepto que todas estemos con él, me lo quitaran.' Pensó Asia; sin embargo, una sonrisa aprecio en su rostro cuando pensó en las amenazas vacías de sus amigas. 'Las conozco desde hace unos meses y sé que no son tan audaces como para intentar eso. Ellas simplemente lo mencionaron para presionarme para que acepte.'

"Yo no lo sé, Ed." Respondió Asia con un suspiro. "La verdad, no sé qué hacer. Una parte de mi está preocupada, pero otra supongo que está feliz."

Edzard levantó una ceja en confusión. "¿Feliz? ¿Cómo puedes estar feliz con lo que te han dicho?"

"La verdad, es que desde que me enteré sobre el concubinato, estuve preparándome mentalmente para que pudieras traer a otra mujer a la familia. Sin embargo, nunca espere que trajeras a tres de golpe." Respondió Asia, para luego dar un suspiro. "Supongo que Aela y Serana tenían razón sobre esto. Parece que eres alguien que enamora a las mujeres de manera inconsciente."

Edzard se sonrojó al escuchar eso. "No es que lo haga apropósito. De hecho, hablando de enamorar. ¿Cómo es que no me he percatado de ello?"

"En serio, Ed." Dijo Asia suspirando con molestia. "Recuerda como Valerie suele evitar mirarte cuando estás muy cerca de ella. O cuando Aika suele abrazarte por la espalda y quedarse allí sin decir nada pervertido o cuando Mittelt actúa un poco tsundere."

Edzard parpadeó confundido. "No entiendo. ¿No es así como actúan de manera normal?"

Asia se llevó una mano a la cara gracias a la exasperación que comenzaba a sentir. 'Ahora recuerdo porque fui yo quien tuvo que dar el primer paso en nuestra relación.'

"No, Ed. Esas son claras señales de que les gustas. Pero ellas no sabían cómo acercarse a ti, pues es más fácil acercarse a jóvenes solteros que a uno que ha formado una familia." Dijo Asia con las manos en las caderas. "Además. Ellas sentían que no eran dignas de recibir algún tipo de afecto tuyo porque aun sienten que son muy débiles."

Edzard parpadeó varias veces. Hasta que finalmente entendió lo que pasaba. Llevándose una mano a la cabeza, se rascó la nuca. "Ya entiendo."

"Eso es bueno. Ahora, ¿Qué hacemos con esto? ¿Vas a darles una oportunidad?" preguntó Asia mientras miraba al suelo y apretaba los puños.

Edzard vio a su esposa y suspirando se levantó de la silla en la que estaba sentado. Caminando, se acercó a Asia y se arrodilló frente a ella. Tomando sus manos entre las suyas, habló.

"Recuerdas lo que te dije hace varios meses."

Asia asintió.

"Entonces ya sabes mi respuesta." Dijo Edzard mientras levantaba una mano y la ponía en la cabeza de Asia. "Les daré una oportunidad solo si tú crees que la merecen."

Asia se quedó quieta unos segundos sin decir nada, ya que ella estaba pensando en una respuesta. Al final llegó a una. "Entonces, creo que podría permitir que se unan a la familia."

"Estás segura de esto?"

"Sí. ellas también merecen ser felices." Dijo Asia con una sonrisa. "Aunque tendré que dejar muy en claro mi posición como la primera esposa."

Fin Flashback

'Al final, Asia terminó aceptado que ellas se conviertan en mis concubinas.' Pensó Edzard para luego suspirar. 'Eso supongo que está bien, ya que, si soy sincero conmigo mismo, he tenido una cierta cantidad de atracción por ellas desde hace unos meses.'

Y es que, desde hace unos meses, Edzard había comenzado a sentirse atraído por cada una de las chicas que habían viajado con él. Aunque siempre mantuvo esos sentimientos encerrados para no causarle dolor a Asia, ya que, si bien pudo comenzar a enamorarse de las otras chicas, el amor que sentía por su esposa no había disminuido por nada.

'Supongo que mi familia se hará más numerosa.' Pensó Edzard con una sonrisa. 'No puedo esperar ver sus reacciones cuando se enteren.'

Edzard pensaba eso debido a que aún no le habían dicho nada a ninguna de las chicas. Habían decidido decirles todo después de lo que pasaría hoy.

"Ed, ya estoy lista."

La voz de Asia hizo que Edzard dejara de pensar y mirase a su esposa.

Asia vestía una camisa blanca con volantes con una falda azul que terminaba a unos pocos centímetros sobre su rodilla. Además, llevaba un par de botas negras bajas junto con medias hasta los muslos.

"Entonces, ¿Cómo veo?" preguntó Asia sonrojándose y desviando la mirada.

"Te vez muy bien." Respondió Edzard con una sonrisa.

Asia sonrió al escuchar eso. "Gracias, tú también te ves bien, Ed."

Edzard miró su propia ropa y asintió. El vestía un chaleco formal negro sobre una camisa negra manga larga, un par de pantalones de vestir ajustados con una cadena en el lado izquierdo. Además, llevaba un par de botas de cuero negro.

"¿Crees que es prudente dejar a Marie aquí y no llevarla con nosotros?" preguntó Asia.

"Sí. Es mejor ir nosotros solos antes. Así si hay algún problema, ella no estará en peligro y podremos luchar más cómodamente." Respondió Edzard con voz seria.

"Ahh. Lo sé, pero no sé por qué estas tan paranoico." Suspiró Asia, pues Edzard estaba preocupado por algo. Su preocupación era tal que le había dicho que vinculase sus espadas a un circulo de invocación mientras el vinculaba sus espadas con magia de conjuración. "Siento que estas exagerando."

"No lo creo. Siento que algo va a pasar hoy." Dijo Edzard mientras caminaba hacia el centro de la sala. Una vez que estuvo allí, levantó su shadowkey y abrió un portal hacia las afueras del pueblo natal de Asia.

"Entonces, querida. Nos vamos." Dijo Edzard con una sonrisa.

"Claro, mi amor." Respondió Edzard con una sonrisa en su rostro, ya que estaba feliz de poder volver a la iglesia donde había crecido.

Tomándose de las manos, ambos atravesaron el portal con una sonrisa.

Un cielo despejado con el sol de mediodía en todo lo alto les dio la bienvenida a ambos luego de que cruzasen el portal.

Asia puso una sonrisa la ver las colinas y campos que había visto en su infancia. Comenzó a caminar mientras dejaba a Edzard cerrar el portal por el cual habían llegado. Cuando subió a una colina, tanto la sonrisa como su felicidad se esfumó por completo, pues el pequeño pueblo donde había crecido estaba completamente en llamas.

"Asia." dijo Edzard acercándose a su esposa; sin embargo, cualquier cosa que hubiese planeado decir luego de eso murió al ver el pueblo en llamas. Girando su cabeza, vio que Asia estaba parada en shock y no se movía mientras lagrimas caían por sus mejillas. Sin perder tiempo le dio un suave golpe en la cabeza a su esposa.

"Se que es doloroso, pero mientras más tiempo estemos aquí sin hacer nada, más víctimas habrá." Dijo Edzard de manera seria.

"Sí. Tienes razón. No hay tiempo para llorar." Dijo Asia mientras se limpiaba las lágrimas.

"Bien. Debemos darnos prisa. Así que ve a toda la velocidad que puedas. Yo iré a la misma velocidad que tú." Dijo Edzard mirando al pueblo en llamas. "Es mejor ir juntos. No sabemos qué está pasando, así que de esta manera tendremos una línea de seguridad."

Asia asintió y se preparó para correr a toda velocidad.

"Muy bien. Vamos."

Al momento en que Edzard dijo esas palabras, ambos salieron corriendo tan rápido como podían. La velocidad a la que avanzaban era tal que parecían borrones mientras atravesaban la corta distancia entre el lugar donde aparecieron y el pueblo.

Cuando llegaron al pueblo, vieron que había varias casas destruidas.

"¿Qué ha pasado aquí?" preguntó Asia mientras se llevaba una mano al pecho al sentir un dolor en su corazón, pues no estaba acostumbrada a ver este tipo de vista. De hecho, con ver este lugar en ese estado, le hacía recordar el dia en que se encontró a su pequeña Marie en aquella granja. Sin embargo, ella volvió al presente cuando sintió una mano en su hombro. Girando su cabeza, vio que Edzard le había puesto la mano como una forma de calmarla.

"¿Ed?"

"Tranquila. Se que lo que diré es doloroso, pero no podemos quedarnos aquí." dijo Edzard con mirada y voz seria. "Tenemos que continuar. Puede que haya sobrevivientes."

Asia miró a Edzard y se asombró de que el pudiese mantenerse tan calmado en una situación como esta, pero luego recordó que él era un ex soldado que luchó en dos guerras.

'Ed debe de haber visto cosas peores en la guerra civil.' Pensó Asia con tristeza. Sin embargo, luego sacudió su cabeza y comenzó a avanzar junto a su esposo por el pueblo en llamas.

Continuaron caminando un buen rato, hasta que escucharon gritos de lucha y dolor. Deteniéndose en ese instante, ambos comenzaron ver mejor los alrededores, sin embargo, no veían nada en las cercanías.

"Hay diez personas huyendo de tres seres pequeños en la otra calle." Dijo Edzard mientras su mano derecha tenía un orbe rojo.

Asia asintió y juntos corrieron hacia ese lugar. Cuando llegaron a una hilera de casas, dieron un gran salto para llegar al techo de una de las pocas casas que aún estaba de pie. Una vez en el techo de la casa, miraron hacia la calle y los ojos de ambos se abrieron en completo shock.

"¿Q-q-qué hace un grupo de banekin en la Tierra?" preguntó Asia completamente asombrada al ver daedras en la tierra.

"No lo sé." Respondió Edzard viendo a esos pequeños humanoides alados con piel gris moteada, una cola llena de púas, orejas puntiagudas y cuernos en la cabeza.

"¡Ayuda!"

Tanto Edzard como Asia salieron de sus cavilaciones cuando escucharon aquel gritó de ayuda.

Al ver que esos daedras iban a atacar a un grupo de humanos, Edzard no lo pensó dos veces y se lanzó con gran velocidad hacia ellos. Mientras caía, invocó su mandoble de Sthalrim. Cuando estuvo en el suelo, rápidamente decapitó al primer banekin que tuvo a su alcance.

El resto de banekin miraron estupefactos como su compañero moría, ya que era la primera vez que mataban a uno de los suyos con tanta facilidad, pues el resto de humanos que los habían enfrentado habían sido sometidos con mucha facilidad. Ellos habían recibido una orden directa de Lord Dagon para capturar a los humanos de este pueblo para usarlos como sujetos de prueba para encontrar una manera de volverlos mas compatibles con artefactos y pociones de Nirm. Esto para evitar perder tantos seguidores, pues de todos los que recibieron los artefactos, solo sobrevivieron diez.

Dejando de lado su estupor intentaron abalanzarse contra Edzard, pero fue en vano, ya que fueron asesinados por las espadas de luz de Asia. Luego de eso, tanto Edzard como Asia se alejaron rápidamente del lugar, dejando a la familia para que se dirigiera a la iglesia, la cual parecía ser el lugar más seguro de todo el pueblo.

Edzard y Asia continuaron corriendo por las calles del pueblo matando a todo daedra que encontraban y salvando a los civiles. Muchos de estos reconocieron Asia y le daban las gracias por ayudarlos en este momento de necesidad. Incluso algunos decían que era un milagro de Dios que su «Santa Doncella» llegase a ayudarlos cuando más lo necesitaban. Algunos de los aldeanos también le preguntaron a Edzard sobre su relación y este les contestaba que estaban casados. Esta respuesta causó mucha confusión y caos en los seguidores más piadosos, pues ellos no podían creer que Asia se hubiese casado; sin embargo, también hubo un grupo de ellos que los felicitaron por el matrimonio y les deseaban mucha felicidad en su vida.

"Entonces, Ed. ¿Qué sigue?" preguntó Asia mientras miraba el pueblo completamente vacío. Esto se debía a que habían ayudado a evacuar a todos los civiles que quedaban.

Luego de ayudarlos, ambos buscaron a más personas, pero no pudieron encontrar a nadie más. Eso sí, se encontraron con varios daedras, a los cuales mataron rápidamente.

"Debemos de separarnos." Dijo Edzard mirando hacia el oeste. El miraba hacia esa dirección porque allí había sentido una gran cantidad de magia. Además, de que muchos de los daedras se dirigían hacia ese lugar.

"¿Separarnos?" preguntó Asia confundida.

"Sí. De esa manera podremos cubrir más terreno." Dijo Edzard preparándose para ir hacia su objetivo. "Yo me iré al oeste y tu ve al este."

Asia miró hacia donde Edzard le decía que vaya y vio la iglesia donde había crecido. Sabiendo que cada segundo contaba para evitar muertes, se preparó para irse, no sin antes tomar a Edzard por su brazo y jalarlo para darle un beso.

"Ve con cuidado, Ed." dijo Asia cuando se separaron. Luego decir eso, dio un saltó y corrió hacia la iglesia.

Edzard se llevó una mano a sus labios y sonriendo, comenzó a correr hacia el oeste.


Asia logró recorrer la distancia entre el punto donde se había separado de Edzard hasta la iglesia en unos pocos segundos. Cuando estuvo a unos cien metros, escuchó el inconfundible sonido de una pelea. Así que, sin pensarlo, se dirigió hacia el lugar donde dicho sonido se originaba. Cuando llegó, vio como un individuo luchaba contra dos exorcistas. Bueno, decir luchar sería muy pretensioso, la mejor manera de describir esto era como una masacre unilateral, pues el individuo estaba que barría el suelo con los dos exorcistas.

Extendiendo su mano izquierda, convocó un circuló mágico. De este círculo apareció la empuñadura de una espada. Tomando dicha empuñadura, Asia usó un hechizo de armadura mágica sobre si misma con su mano izquierda, y se lanzó para ayudar a los dos exorcistas. Al llegar a escasos metros de la batalla, pudo ver que el sujeto vestía una armadura daedrica modificada.

La armadura era tan negra como la noche con líneas rojas que parecía ser venas por las que corría sangre. La armadura estaba compuesta por una coraza, brazales y botas, todo esto sobre una túnica de mago. La identidad del dremora estaba oculta gracias a una capucha. En su mano había un arma muy extraña, pues no era un mandoble, tampoco una espada, ni mucho menos un hacha. El arma estaba formada por dos hojas unidas a un mango tomando la forma de una media luna.

Al ver esa armadura, Asia intentó eliminarlo de un golpe rápido, ya que en un combate prolongado con un dremora con armadura pesada era muy peligroso. Lamentablemente, su ataque no pudo acabar con el dremora, pues este logró evitar el ataque, pero para eso tuvo que alejarse de los exorcistas.

Al ver que su ataque había fallado, Asia siguió de largo y aterrizo frente al daedra. A pesar de que no pudo matar al dremora, si pudo hacer que este dejase de prestar atención a los exorcistas.

"¡Deténganse!" gritó Asia en latín mientras miraba de reojo a los exorcistas que trataban de acercarse para luchar contra el daedra. "Ustedes no son rivales para él, así que retírense a la iglesia para recibir tratamiento. Cuando lleguen díganles a los otros exorcistas que estén allí que los demonios que atacaban el lugar ya han sido derrotados."

Los exorcistas intentaron replicar, pero al final, se dieron cuenta de que Asia tenía razón, por lo que le obedecieron y corrieron hacia la iglesia.

"Vaya. Parece que alguien más quiere jugar." El dremora habló con voz femenina y con ligero tinte de burla. "Espero que seas más fuerte que esos dos inútiles."

Los ojos de Asia se abrieron de sorpresa al escucharla, pues ella no estaba hablando en un idioma de Nirm, sino que estaba hablando en Rumano.

'¿Ella está hablando en Rumano?' pensó Asia con asombro. 'Pero ¿cómo es eso posible?'

"¿Quién eres?" preguntó Asia mientras le apuntaba con su espada. "Se que no eres un dremora, así que te pregunto. ¿Qué eres tú?"

"Oh. Parece que sabes lo que es un dremora." Respondió con burla la chica. "Eso te hace más interesante que esos idiotas. Si quieres saber mi nombre. Bueno te lo diré, ya que de todas maneras morirás hoy. Me llamo Ruxandra."

Al terminar de presentarse, la mujer se bajó la capucha y dejó sus rasgos a la vista. Ella era una joven de unos veinte y tantos años con el cabello de color blanco, pero no de un blanco como una persona albina, no, el tono de blanco era uno muy parecido al blanco humo.

Luego de esas palabras se formó un silencio que hizo posible que se escuchasen los sonidos de la madera quemándose. El viento soplo ligeramente cuando de la nada, Ruxandra se abalanzó contra Asia, logrando cruzar rápidamente la distancia que las separaba. Cuando estuvo frente a Asia, levantó su arma y dio un rápido golpe vertical hacia abajo. Asia bloqueó el ataque usando su propia espada. Luego de eso, levantó su mano izquierda y creó un círculo de magia. De este círculo surgió una gran ráfaga de viento, el cual impactó de lleno en Ruxandra, haciendo que esta terminase volando varios metros.

Ruxandra logró estabilizarse en el aire y cayó de pie.

"Vaya. Es la primera vez que me atacan con magia." Dijo Ruxandra con una sonrisa de oreja a oreja. "¡Tu realmente eres más interesante que esas escorias de antes!"

Luego de decir eso, volvió a lanzarse contra Asia. Cuando estuvo frente a ella, lanzó un golpe horizontal, el cual fue bloqueado. Asia respondió al golpe lanzando un golpe vertical, el cual fue bloqueado por la extraña arma de Ruxandra. Y es así como comenzó un intercambio rápido de golpes, donde tanto Asia como Ruxandra se neutralizaban.

El intercambio de golpes duró varios minutos. Lamentablemente, ninguna de las dos logró dar un golpe a su oponente. Sin embargo, cuando Ruxandra hizo un ataque en diagonal, Asia no detuvo el golpe, sino que desvió el ataque, logrando de esta manera que hubiera una apertura en la defensa de Ruxandra. Al ver la apertura, Asia extendió su mano izquierda y lanzó un relámpago, el cual impactó de lleno en el pecho de Ruxandra.

"¡Aghhhh!" gritó Ruxandra de dolor, pero no retrocedió y siguió en su lugar. Apretando los dientes, ella aprovechó esto y le dio una patada a Asia en el pecho, mandándola a volar dos metros. Esto hizo que el hechizo terminase.

Ruxandra comenzó a jadear por el cansancio que le causaba el usar la armadura. Mirando a Asia, apretó los dientes con ira la ver que ella no mostraba signos de cansancio.

"¡Maldita perra! ¡Date por muerta!" gritó Ruxandra apretando el agarre en su arma, metiendo su mano a un bolsillo, sacó un vial con un contenido rojo como la sangre. De un solo movimiento, Ruxandra bebió el contenido.

Asia vio con asombro como la esclerótica de Ruxandra se volvía negra y sus ojos se tronaban de un enfermizo color rojo. Además, las hojas del arma de Ruxandra comenzaron cubrirse con un aura purpura pálida.

"No esperaba que me obligases a usar el poder que me entregó mi señor." dijo Ruxandra mientras tomaba una postura de lucha. "¡Pero ahora que lo usare, morirás!"

Luego de gritar eso, Ruxandra se lanzó contra Asia.

Asia tuvo que agacharse para evitar que Ruxandra le cortase la cabeza.

'Su velocidad ha aumentado mucho.' Pensó Asia mientras desviaba un golpe del arma de Ruxandra. 'No. No es solo su velocidad, su fuerza también ha aumentado. Ahora está al mismo nivel que Aela.'

Asia apretó el agarre en su espada y comenzó a atacar con más velocidad y fuerza. Pequeñas ráfagas de aire se generaban gracias al choque de ambas armas.

Asia estaba tan concentrada en el combate que no vio como Vasco y Mariella se acercaban al lugar seguidos por algunos exorcistas. Asia dio un golpe vertical de arriba hacia abajo, el cual fue detenido por el arma de Ruxandra. Luego de aquello, ambas se separaron unos metros, para luego volver a abalanzarse sobre su enemiga. Cuando ambas armas chocaron, un estridente sonido se escuchó.

¡Crack!

Ese sonido era el sonido inconfundible de una espada rompiéndose.

Los ojos de Asia se abrieron en shock al ver como su espada se rompía. Estaba tan absorta que no vio como uno de los fragmentos se dirigía hacia su rostro. Este fragmente terminó por hacerle un ligero corte a Asia en la ceja izquierda. El pequeño corte hizo que un delgado hilo de sangre corriera por el rostro de Asia. Al ver la sangre, Asia usó un hechizo de curación menor y cerró la herida.

'Mi espada se rompió por el poder de esa arma.' Pensó Asia mientras miraba el arma de Ruxandra de manera analítica. 'El aura que emite es similar a la de un daedra, pero más poderoso. Eso solo quiere decir que es un artefacto daedrico, pero no es uno que haya visto en los textos del Arcanaeum, por lo que debe de ser un artefacto de bajo nivel muy poco conocido.'

"Tu arma es una de gran calidad." Dijo Asia mientras extendía su mano izquierda y convocaba un circulo mágico. De este círculo, apareció la empuñadura de una espada. "Para poder enfrentarte, tendré que usar mi mejor arma."

Luego de decir eso, Asia tomó la empuñadura y jaló. La espada que recibió como regalo de bodas de Edzard se materializo. La presencia de la espada hizo que todos los miembros de la iglesia jadearan, ya que había un halo de poder divino sobre aquella arma que les hacía recordar a una verdadera espada sagrada.

'Esta es la primera vez que usare a Anseichim en una batalla.' pensó Asia mientras tomaba un poco aire para luego gritar. "¡Balance Breaker!"

Al momento de gritar eso, el cuerpo de Asia fue envuelto en una luz que cegó a todos. Cuando la luz se extinguió, Asia estaba parada usando su armadura. Con un rápido movimiento, colocó la espada en su cintura. Desenfundándola, miró a Ruxandra y habló. "Terminemos con esto."

Luego decir eso, Asia se abalanzó contra Ruxandra, quien fue tomada por sorpresa por la nueva velocidad de Asia, pero no era la única, pues los exorcistas, Vasco y Mariella también estaban asombrados.


"B-b-balance b-b-breaker." Tartamudeó Mariella mientras veía a Asia luchar contra Ruxandra.

Ella estaba asombrada, pues Asia se movía a gran velocidad intercambiando golpes con su enemigo. De hecho, ella no podía seguir la velocidad del combate y lo único que le permitía saber que había dos personas luchando era el sonido de las armas chocando.

"Parece que la joven Asia ha cambiado." Dijo Vasco viendo como Ruxandra había logrado desviar el golpe de la espada de Asa y había usado la forma de su arma para atacar con un corte ascendente. Este ataque fue bloqueado por Asia, quien usó su antebrazo para detener el arma. Ambas enemigas continuaron atacándose sin descanso y en varios momentos, Asia tuvo que usar alguna parte de su cuerpo para detener un ataque, pues Ruxandra había logrado evadir la guardia de Asia gracias a la anormal forma de su arma.

"Eso parece" dijo Mariella con preocupación al ver a Asia pelear contra alguien que había derrotado fácilmente a varios exorcistas.


Asia lanzó un golpe horizontal, el cual fue detenido por Ruxandra, quien respondió intentado darle un cabezazo a Asia. Asia saltó hacia atrás para evitar el golpe.

"Parece que has mejorado. Pero eres idiota si crees que una nueva espada te protegerá, ya que también será destruida por mi arma." Dijo Ruxandra con burla.

"No lo creo. Esta espada no es como otras. A esta espada le confiaría no solo mi vida, sino también la de mi familia." Dijo Asia mientras tomaba la espada con ambas manos. Apretando el agarre, dio un corte horizontal sin moverse de su lugar.

Ruxandra miró confundida a Asia, sin embargo, tuvo que saltar a un lado cuando una explosión de energía en forma de medialuna se dirigió a ella a gran velocidad.

"¡¿Qué mierda fue eso?!" Gritó Ruxandra al ver como la medialuna siguió su camino y terminó por cortar una casa como si nada.

'Necesito un ataque más rápido o uno que no pueda esquivar así de fácil. Además, no creo que dure mucho más en mi balance breaker.' Pensó Asia. Esto lo pensó, porque si bien el arma de Ruxandra no había logrado atravesar su balance breaker, si había logrado que el tiempo límite que tenía Asia para mantenerlo se redujera con cada golpe. 'Me confié mucho pensando que el poder de defensa de mi balance breaker podría detener el encantamiento que posee esa arma.'

Al ver que ya no tenía más opción, apretó el agarre de su espada y tomo posición para hacer uso de su nueva técnica. Se paró con los pies separados y las rodillas ligeramente flexionadas mientras sostenía la espada con ambas manos al lado derecho de su cuerpo con la punta apuntando hacia el suelo.

Asia cerró los ojos y comenzó un cantico en Ehlnofex.

"La luz de las estrellas es la luz de la creación."

Al momento de decir esas palabras, la gema azul en la espada de Asia, la cual era un fragmento de Aetherius muy raro y difícil de trabajar llamado Aetherium, comenzó a expulsar motas de luz multicolor.

"Esta luz se convierte en fuego."

Las motas de luz de la espada se convirtieron en llamas de fuego que comenzaron a envolver a Asia y a envolver la espada, creando un pequeño ciclón que se arremolinaba por toda la hoja.

"El fuego es la vida. Y la vida es magia"

El fuego comenzó a aumentar de intensidad, haciendo que Asia brillase como una antorcha en una cueva.

"Toda la magia y la vida comenzó con el tiempo. Y el tiempo es un dragón."

"¡Maldita, ¿Qué planeas?!" gritó Ruxandra con miedo al ver como el fuego que cubría a Asia se volvía dorado.

"Planeo terminar con esto." Dijo Asia mientras se preparaba para usar su ataque. Abriendo los ojos, los cuales se volvieron rojos, gritó.

"¡Akachim!"

Asia se abalanzó contra Ruxandra a toda velocidad mientras su cuerpo cubierto por las llamas doradas dejaba una estela similar a un cometa.

Ruxandra vio con asombro y pavor como el fuego que cubría a Asia comenzaba a cambiar de forma. Dejó de verse como un cometa que se acercaba a ella para convertirse en un dragón hecho de llamas doradas.

'Asia, el ataque que usaste es muy poderoso y podría ser casi indetenible.' La voz de Edzard resonó en la mente de Asia mientras esta se acercaba a Ruxandra. 'Pero te daré un consejo. Ataca de abajo hacia arriba.'

Ruxandra vio que Asia atacaba de manera lineal, por lo que decidió saltar para evadir el ataque. Sin embargo, vio con horror como el dragón de llamas dorado también se elevó hacia ella. Por lo que presa del pánico uso su arma para defenderse.

Asia vio a Ruxandra e hizo un corte vertical de abajo hacia arriba. Las dos armas chocaron generado una gran onda de choque. El arma de Ruxandra intentó resistir valientemente el impacto del ataque de Asia; sin embargo, el artefacto daedrico no pudo con el poder de un arma forjada por fragmentos de Aetherius e infundida por el poder mágico puro del plano inmortal, por lo que solo trascurrieron tres segundos hasta que finalmente la hoja daedrica se partiera por la mitad. La espada de Asia atravesó la armadura de Ruxandra como si esta no estuviera allí, creando una gran explosión de llamas doradas.


Mariella miró con asombro como el dragón que envolvió a Asia se convirtió en una explosión que tenía la forma de una enorme cruz dorada de más de treinta metros de altura.

"I-increíble." Dijo Mariella con asombro.

Vasco y los exorcistas estaban igual de asombrados que ella, pues era la primera vez que veían algo así. Puesto que ni siquiera las verdaderas espadas sagradas tenían ese mismo nivel de poder.

La cruz duró unos segundos más hasta que finalmente se disipo en miles de motas doradas en el aire. Cuando las motas desaparecieron por completo, vieron como dos cuerpos caían al suelo.


Asia cayó de pie mientras que Ruxandra cayó de manera abrupta. Al ver a su enemiga en el suelo, Asia se acercó a ella. Cuando estuvo a su lado, vio que Ruxandra estaba en los últimos momentos de su vida. La armadura que la protegía a Ruxandra estaba completamente destrozada, mostrando un gran corte que iba desde la cadera hasta el hombro.

"N-no d-deberías de estar tan tranquila, mocosa." Dijo Ruxandra mientras escupía un poco de sangre, a la vez que una sonrisa de burla aparecía en su rostro. "Puede que me hayas derrotado, pero no podrás contra todos los daedras que hay en el pueblo. Además, mi compañero es más poderoso que yo. Cuando no regrese a la base, el sabrá que he perdido y vendrá."

"Los banekin que estaban atacando el pueblo están todos muertos."

Ruxandra abrió los ojos como platos al oír lo que dijo Asia, pero antes de que diga algo más, Asia volvió a hablar.

"Y si tu compañero está en un lugar hacia el oeste, pues esta tan vivo como tú." Dijo Asia mientras miraba a su enemiga. "Mi esposo se dirigió hacia ese lugar. Y créeme, él es ridículamente más poderoso que yo."

En ese momento, se escucharon gritos de asombro por parte de los exorcistas. Así que Asia miró hacia los exorcistas presentes y los vio ver como se abría un portal dorado. De este portal salieron varias personas y exorcistas. Al ver que había algunos exorcistas heridos, Asia se apresuró a ayudarlos.


Mientras Asia se dirigía hacia la iglesia, Edzard corría a través del pueblo en llamas mientras trataba de no verse lo suficientemente afectado por la escena. Para el, este tipo de escenas no era algo nuevo, pues ya había visto este tipo de panorama muchas veces durante la guerra civil. Durante la segunda gran guerra había exigido que no se ataque a los poblados, pues no consideraba nada honorable ni justo que se ataque a población que no eran soldados. Por supuesto, estas medidas lo hicieron popular con el pueblo y un tanto impopular con algunos militares, pero al final a él lo que le importaban era evitarlas muertes innecesarias.

Luego de correr unos momentos, al fin pudo ver el artefacto que irradiaba la gran cantidad de magia que había sentido hace unos momentos.

'No me jodas.' Pensó Edzard asombrado al ver la maldita estructura que brotaba del suelo. Y como no podría estar asombrado si la estructura era una construcción de piedra que nacía del suelo y tenía la forma de una "O" en alfabeto daedrico. Por supuesto, que alguien que había leído tantos libros en el Arcanaeum sabía lo que era esa construcción. '¿Qué hace un puto portal a Oblivion aquí?'

Luego de pensar eso, Edzard vio como algunos banekin más comenzaron a aparecer por el portal. Así que, sin perder tiempo, creó una bola de relámpagos y la lanzó contra los daedras. Los deadras no pudieron evitar el ataque, el cual los convirtió a todos en cenizas.

Al ver que ya no había enemigos, Edzard se apresuró a ingresar al portal.

Cuando salió de este, lo recibió la vista de una tierra baldía sin vida vegetal en las cercanías. Mirando a sus alrededores, su nariz captó un olor ya conocido por él. Al percatarse de eso, rápidamente comenzó a correr hacia la fuente de origen del olor. Al llegar a la fuente de origen, vio a una gran cantidad de personas atrapadas en un cañón siendo acosadas por unos quince Banekin. Así que, sin pensarlo, tomó su mandoble y saltó hacia la refriega.


Lint esquivó la espada de uno de los demonios para luego extender su pistola y disiparle una bala de luz en el rostro de su enemigo. El demonio chilló de dolor hasta que finalmente terminó por desaparecer en un torbellino de color púrpura.

'Esto no tiene cuando terminar.' Pensó Lint preocupada, pues ya llevaba luchando un buen tiempo en este lugar. Y es que ella y varios exorcistas lograron contener a algunos demonios gracias a sus pistolas. Esto se dio a que los demonios atacaban en masa, lo que los hacia presas fáciles para las armas de luz. Lamentablemente, ellos decidieron seguiros al ver que raptaban a los pobladores, lo que hizo que terminaran por llegar a este lugar.

'Este lugar es extraño. El aire es extraño y se siente pesado. Además, nos movemos muy lentamente. Y para empeorar las cosas, esos demonios son muy fuertes.'

"¡Aghh!"

Lint giró su cabeza y vio como uno de sus compañeros caía gracias a una herida que había recibido en su abdomen. Apunando su pistola, disparó una bala a la cabeza del demonio, quien logró esquivarla fácilmente. Luego de aquello, el demonio giró la vista y la puso en ella. Luego de hacerlo, sonrió macabramente y se lanzó contra ella. Su velocidad logró tomarla por sorpresa, pues superaba la velocidad con la que estos seres se habían estado moviendo antes.

'No podré defenderme a tiempo.' pensó Lint mientras veía como el demonio se acercaba a ella. Sin embargo, antes de que este lograse herirla, fue alcanzado por una sombra, la cual le decapitó de un rápido movimiento.

La sombra cayó de cuclillas frente a ella.

"Sabes. No esperaba tener que volver a salvar tu trasero."

Los ojos de Lint se abrieron de sorpresa al escuchar la voz de Edzard.


Edzard giró su rostro y puso una sonrisa al ver a Lint. Levantado la mano, saludó a la exorcista.

"Ha pasado un tiempo, Lint."

Una sonrisa apareció en el rostro de Lint mientras esta hablaba. "Sí. Ha pasado un tiempo, Edzard."

Edzard asintió y se puso serio mientras su vista se posaba en los banekin reunidos.

'Afortunadamente, solo hay unos cuantos por aquí. Pero eso no importa, ya que, al estar tan juntos, puedo acabarlos con un solo hechizo.' Pensó Edzard al ver la cantidad de Banekins reunidos.

Edzard clavó su espada al suelo y juntando ambas manos reunió una enorme cantidad de magia. La cantidad de magia reunida no pasó desapercibida por los banekin, quienes rápidamente se abalanzaron contra Edzard para detener cualquier hechizo que planease usar.

Edzard sonrió al ver que los banekin habían mordido el anzuelo. Si bien podía matarlos rápidamente con un solo hechizo, para ello necesitaba que estuviesen más juntos. Al provocarlos al hacerles creer que usaría un hechizo de nivel maestro, logró que se juntaran y lo atacasen como un solo muro muy junto. Así que, sin pensarlo dos veces, Edzard extendió las manos y lanzó uno de sus hechizos favoritos cuando se trata de luchar contra enemigos apelotonados. Los relámpagos surgieron de las manos de Edzard e impactaron en un banekin, pero no solo hicieron eso, ya que rápidamente comenzaron a moverse a gran velocidad a través de toda la marea de daedras que había.

Lint y los exorcistas miraron asombrados como sus enemigos eran exterminados sistemáticamente por los relámpagos que surgían de las manos de Edzard. Unos segundos después, todos los daedras habían sido convertidos en cenizas.

"Ahhh. Eso fue agotador." Dijo Edzard mientras dejaba de usar su hechizo. Esto lo decía porque había usado una gran cantidad de magia.

Lint dejó de lado su asombro y se acercó a Edzard. Cuando estuvo detrás de él, le tocó el hombro.

"Eh. ¿Qué pasa, Lint?"

"¿C-cómo lograste matarlos tan rápido?"

"Use un hechizo llamado relámpagos encadenados. El cual es muy útil para atacar a un grupo de enemigos si estos están apelotonados." Respondió Edzard como si fuera lo más normal del mundo; sin embargo, luego decidió preguntarle a Lint una duda que tenía desde hacer rato. "Lint. ¿Qué hacéis todos aquí?"

Al escuchar la pregunta, Lint comenzó a contarle a Edzard lo que pasaba.

"Ya veo. Así que persiguieron a esos Banekin por el portal y terminaron en este reino de bolsillo."

"¿Banekin? ¿reino de bolsillo?" preguntó Lint confundida, pues ella no sabía que significaban esas palabras.

"Cierto. Me acabo de acordar que los ustedes no saben nada sobre ellos." Dijo Edzard mientras golpeaba su puño derecho en la palma izquierda. Luego se llevó la mano a la cabeza y decidió explicarles. "Esos seres que los atacaron se llaman banekin. Son seres de rango bajo de una especie que siempre está atacando y acechando a mi pueblo. Sin embargo, esta es la primera vez que los veo por aquí."

"Ya veo. Así que tu pueblo siempre lidia con estos tipos, supongo que por eso sabes cómo eliminarlos."

"Así es. De hecho, estos tipos son de bajo rango. De hecho, hay seres de mayor rango, como los Daedroths, los cuales son mucho más fuertes. Y ni hablemos de los dremoras, esos tipos si son duros de matar. Pero nada comparado con los titanes daedricos."

"¿Daedroths? ¿Dremoras?" preguntó Lint desconcertada y confundida.

"Ah. Lo siento, disculpa, pero a veces tiendo a desvariar cuando hablo." Dijo Edzard mientras se disculpaba. "Bueno, lo mejor sería cambiar de tema."

Lint asintió.

"¿Saben cómo salir de aquí?"

"No. De hecho por eso hemos demorado, ya que nos perdimos." Dijo Lint mientras desviaba la mirada.

"Ya veo." Dijo Edzard mientras se llevaba la mano al mentón. Suspirando, sacó su shadowkey y extendiendo su mano, creó un portal hacia la iglesia.

Lint, los exorcistas y los civiles miraron con asombro el portal.

"Este portal los llevara hacia la iglesia." Dijo Edzard mientras señalaba al portal.

Los exorcistas y los civiles miraron el portal con desconfianza, pero decidieron hacerle caso a Edzard y lentamente comenzaron a cruzar el portal.

"¿Qué harás tú, Edzard?" preguntó Lint mientras miraba a los demás cruzar el portal.

"Me quedare. El portal que está abierto en el pueblo se genera a través de una piedra sello que está en una torre." Respondió Edzard mientras miraba al horizonte, pudiendo ver a lo lejos la torre donde estaría la piedra. "Si destruyo la piedra, el portal se cerrará y el pueblo ya no sufría más ataques."

"Ya veo. ¿necesitas ayuda?" preguntó Lint mirando a Edzard.

"No. Puedo manejar esto solo." Respondió Edzard.

"Entiendo." dijo Lint con voz triste, pues sentía que Edzard menospreciaba sus habilidades.

"No es que menosprecie tus habilidades. Recuerda que te vi luchar contra un dragón y has podido luchar contra un banekin." Dijo Edzard mientras ponía una mano en la cabeza de Lint. "Eres fuerte. Pero es mejor que te retires, no quiero que salgas herida."

El rostro de Lint se sonrojó con las palabras de Edzard.

"Parece que ya es tu turno." Dijo Edzard mirando que todos los demás ya habían cruzado el portal.

Lint miró el portal y se dio cuente de que solo faltaba que ella pasase. Con un suspiró, comenzó a caminar hacia el portal, cuando estuvo por cruzarlo, giró y con una sonrisa, gritó.

"¡Te veo del otro lado más rato!"

Edzard asintió y vio desaparecer a Lint. Luego de esperar unos segundos, cerró el portal.

"Bueno. Terminemos con esto." Dijo Edzard mientras comenzaba a correr hacia la torre.

Luego de correr durante unos minutos, Edzard vio la torre donde estaba la piedra sello. Aminorando la velocidad a la que corría, logró detenerse en una colina que era tan alta como la mitad de altura de la torre.

La torre era una estructura hecha de piedra volcánica negra de base ancha, la cual iba volviendo más angosta mientras se acercaba a la parte superior. Estaba adornada con púas y ganchos hechos del mismo material que la torre. Además, de que había algunas cadenas y estandartes destrozados colgando de las púas.

"Vaya. Parece que alguien tiene un buen diseñador de interiores." Dijo Edzard con burla. "Ahora. Normalmente uno tendría que pasar por varios pisos y llegar hasta la cima, pero no quiero dar todo el viaje. Así que mejor lo terminó de un solo golpe."

Tomando su arma, Edzard retrocedió varios metros de un salto. Agachándose, comenzó a correr a gran velocidad hacia la cima de la colina. Cuando llegó a la cima, dio un gran salto y gritó.

"¡WULD!¡NA!"

El thu'um hizo que Edzard se elevase varios metros por encima de la torre. Estabilizándose en el cielo, Edzard tomó su mandoble con ambas manos. Mientras caía, abrió la boca, la cual comenzaba a exudar humo. Viendo que la torre estaba cada vez más cerca, Edzard giró su cuerpo trescientos sesenta grados mientras gritaba.

"¡YOL! ¡ZAHKRII! ¡VEY!"

El arma de Edzard generó una gran explosión de fuego que se dirigió hacia la torre. El poder desatado de la espada impactó de lleno contra la torre, creando una explosión que levantó una gran cantidad de polvo.

"Se terminó." Dijo Edzard mientras caía. Extendiendo su mano, uso su shadowkey para crear un portal e irse.

Cuando el polvo de la explosión se disipó, en lugar de la torre, había una gran zanja de más de trescientos metros de largo con cien de ancho y cincuenta de profundidad.

Asia terminó de curar al último de los heridos cuando vio que Mariella se acercó a ella. Levantándose, caminó hacia donde estaba su antigua protectora.

"Asia." dijo Mariella mientras los ojos se le comenzaban a llenar de lágrimas. Cuando intentó decir una palabra más, sintió que Asia la abrazaba. Cerrando los ojos, le devolvió el abrazo a la niña que consideraba como su hermana pequeña.

Ambas mujeres estuvieron abrazándose un buen rato mientras dejaban que las lágrimas de felicidad corriesen.

"Realmente has cambiado mucho. Ya no eres esa niña que solía llorar o ponerse nerviosa por cualquier cosa." dijo Mariella mientras tomaba el rostro de Asia. "Ahora eres capaz de luchar mucho mejor que cualquier exorcista que haya visto en mi vida."

Asia se sonrojó al escuchar esas palabras y mentalmente estaba agradecida de que Edzard no estuviese cerca, ya que él la estaría molestando durante meses por esto.

"Ja, ja." Rio divertida Asia mientras se rascaba la nuca, pues sentía una gran vergüenza por las palabras dichas por Mariella.

"Nada de jajaja, señorita. ¿Dónde estuviste todo este tiempo que no pudimos dar contigo?" dijo Mariella con las manos en la cadera.

"Estuve en la tierra natal de mi esposo. La cual por azares del destino también es la tierra natal de mi padre." Respondió Asia con una sonrisa.

"¿Tu padre?" preguntó Vasco uniéndose a la conversación siendo seguido por Lint.

Asia parpadeó confundida, pues no reconocía al anciano. "Disculpe, pero. ¿Quién es usted?"

Vasco sonrió de manera amable mientras respondía. "Me llamo Vasco Strada y soy un cardenal. La chica a mi lado se llama Lint y es una exorcista."

"Ya veo. Es un gusto conocerlos a ambos." Dijo Asia con una sonrisa mientras hacia una reverencia. "Sobre su pegunta. Si, logre aprender algunas cosas sobre mi familia mientras estaba por ese lugar."

"La tierra natal de Edzard es de donde provienen estos banekin, ¿verdad?" preguntó Lint.

Asia miró a Lint con asombro, pues no esperaba que ella supiese acerca de los daedras.

"¿Cómo sabes eso?"

"Edzard me lo dijo cuando estábamos en ese reino de bolsillo." Dijo Lint mientras se llevaba la mano a la barbilla.

"¿Reino de Bolsillo?" preguntó Asia confundida, pero luego sus ojos se abrieron cuando entendió lo que pasaba. "¡¿Estuvieron en un reino de bolsillo?!"

"Según Edzard, sí." respondió Lint dando un paso hacia atrás al ver la reacción de Asia.

"Esos es preocupante. ¿Cómo es que estos sujetos lograron crear algo como eso?" se preguntó Asia en voz alta.

"¿Tan complicado es crear un reino de bolsillo?" preguntó Mariella.

"¿Complicado? Complicado es resucitar a un muerto sin que sea un zombi. Crear un reino de bolsillo es lo mismo que crear un mundo. Es posible crear uno relativamente fácil si tienes un artefacto de gran poder, pero si no, es casi imposible."

Mariella, Vasco y Lint se sorprendieron de tal manera que no sabían que decir. De hecho, lo primero que hicieron fue ver el cadáver de Ruxandra.

"¿Ella tenía tanto poder?" preguntó Vasco preocupado por aquello, pues un humano con tanto poder era algo inaudito.

"No. Ella no tenía el poder necesario para eso." Respondió Asia, para luego recordar algo importante. Y eso era que Lint había llamado a su esposo por su nombre. "Disculpa, Lint-san. ¿Cómo sabes el nombre de mi esposo?"

"Esto… Conozco a Edzard desde hace varios meses." Respondió Lint mientras tragaba un poco de saliva, pues Asia tenía un aura muy aterradora a su alrededor. "Mas exactamente. Lo conocí en Rumania cuando me salvó de un dragón."

Asia dejó de ver a Lint y comenzó a recordar, luego se percató de que Edzard no le había dicho nada sobre encontrarse con un dragón. Además, la manera en que Lint decía Edzard no le daba buena espina. No sabía por qué, pero tenía ganas de golpear a Edzard con la olla que había encantado hace tiempo.

Lint, Mariella y Vasco sintieron como el frio recorrió sus columnas al ver la sonrisa que comenzó a formarse en el rostro de Asia. Internamente comenzaron orar por el bienestar de Edzard. Cuando terminaron de rezar, vieron como el cielo se iluminó unos segundos, apareciendo un portal sobre ellos.

De dicho portal vieron caer a Edzard, el cual aterrizo de cuclillas en el suelo.

Asia estuvo por regañar a Edzard hasta que vio la empuñadura de su arma. Al solo ver la empuñadura, ella concluyó que él había usado uno de sus thu'um más poderosos.

Asia vio a Edzard levantar la cabeza y sonreír. "Se acabó. El portal está cerrado de manera definitiva."

Asia soltó un suspiro, pues ahora se sentía más tranquila. Sonriendo, caminó hacia Edzard y le dio un beso. Cuando se separaron, le dio un golpe en la cabeza.

"Ouch. ¿Por qué me golpeaste, Asia?" dijo Edzard mientras se sobaba la parte golpeada.

"Eso fue por no decirme que habías enfrentado a un dragón."

Edzard se quedó pensando unos segundos, hasta que por fin recordó que no le había contado a Asia sobre el dragón en Rumania. Sin embargo, cuando estuvo por disculparse, su nariz captó un aroma que había esperado no oler nunca más. Mirando por los alrededores, vio el cadáver de Ruxandra. Caminando, se acercó al cadáver y se arrodilló para tomar los fragmentos del arma de la occisa. Examinado el arma, sus ojos se entrecerraron y giró para ver a Asia, Lint, Mariella y Vasco.

"Asia. ¿Ella usó esta arma?"

"Sí." respondió Asia.

"Ya veo. Supongo que perdiste tu espada de Mithril, ¿verdad?"

"Sí. ¿Cómo lo supiste?" preguntó Asia asombrada de que Edzard pudiese adivinar lo que le había pasado a su espada.

"Esta arma se llama Hoja de Media Luna Daedrica." Respondió Edzard tomando el arma y guardándola en su bolsa. "Es un artefacto daedrico de bajo nivel con el poder de reducir la durabilidad de los objetos contra los que impacta."

Luego de decir eso, Edzard miró el lugar donde Asia había luchado y entrecerrando los ojos, suspiró al darse cuenta de lo que había pasado.

"Así que usaste tu -."

Edzard fue interrumpido cuando tres portales se abrieron frente a él. Sintió que su sangre se helaba cuando vio cuatro cuerpos caer de estos portales.


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y aquí está el primer choque entre daedras y humanos. Además, hemos visto a una humana con un artefacto daedrico, si bien dije que los humanos de la Tierra no pueden soportar nada creado en Nirm, es muy diferente si son artefactos creados por un Príncipe Daedrico, en tales casos hay un 90% de que mueras horrorosamente y un 10% de que vivas.

También, sobre los artefactos daedricos, he decidido catalogarlos en dos: "los producidos en masa" y los "únicos". Esto porque el lore que he encontrado sobre la luna Crescente dice que en el pasado había muchas, por lo que, si hubo muchas, eso quiere decir que fueron producidas en masa para un ejército, lo que hace que sean lo opuesto a un artefacto único como la cuchilla de Mehrunes, puesto que se sabe que solo hay una.

Sobre la batalla de Asia, ella solo pudo romper ese artefacto debido a que los artefactos producidos en masa son más débiles que los únicos y sumado a que el arma que ella posee es muy poderosa, debido al Aetherium. Este fragmento tiene magia de Aetherius en su interior, por lo que refuerza considerablemente el poder de los ataques de Asia, la cual está hecha por otro fragmento de Aetherius, hierro meteórico. La espada tiene algunas habilidades gracias a ciertos encantamientos. Algunas de estas habilidades son: liberar explosiones de energía como la hoja de Sangreskaal, tener el peso reducido, absorber y almacenar magia en la gema de Aetherium, siempre volver con su dueño y poder ser infundida por algún hechizo de destrucción.

Esta espada tiene casi las mismas habilidades que la de Edzard, pero la de él tiene una habilidad más.


enumeaelish666: Gracias por el Review. Si, sobre Asia luchando contra Kokabiel, lamentablemente no podrá ser, ya que ella está debilitada por la pelea contra Ruxandra, aunque no lo aparente. Quieres más hax que los que has mencionado, XD. Eso ya seria volverlo demasiado OP. Aunque, si tengo algunas ideas, no hay nada en concreto, también acepto sugerencias, así que si quieres darlas me envías un PM con las sugerencias.

Sobre los Príncipes… Ellos pueden ingresar a DxD como Pedro por su casa, eso se demuestra cuando el buen Sheogorath entra durante la batalla de Edzard contra Rizevim. Aunque pueden hacerlo, algunos prefieren no hacerlo porque los más poderosos llamarían la atención de algunos Dioses, causándoles problemas.

El grito de aspecto dragón le da algunas características de dragón a Edzard. Una palabra, escamas de dragón en el cuerpo, dos palabras, escamas + cuernos, tres palabras, escamas + cuernos +alas. Sobre volverse un dragón completo, si, él puede hacer eso, pero se debe de cumplir un requisito en específico.

Sobre ese hax, no me acordaba, pero igual, Edzard no lo necesita. De qué le sirve que le roben poder si él puede hacer lo mismo con el grito de absorber vitalidad o los hechizos de robar vitalidad, magia y estamina. Para el Boosted gear están los efectos secundarios de los hechizos de destrucción (Destruir reservas de magia, cansar al enemigo) o el mismo thu'um de absorber vitalidad. XD, esos sí son hax.


Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.